Nuestra Palabra Dominical

8 de diciembre de 2010 - INMACULADA CONCEPCION DE LA VIRGEN MARIA

...Porque El hizo maravillas...

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20

Después que Adán comió del árbol, el Señor Dios llamó al hombre y le dijo:
« ¿Dónde estás?»
«Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí.»
El replicó: « ¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?»
El hombre respondió: «La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él.»
El Señor Dios dijo a la mujer: « ¿Cómo hiciste semejante cosa?»
La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí.»
Y el Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón.»
El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientes.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 97, 1. 2-3b. 3c-4 (R.: 1a)
R. Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas.

Canten al Señor un canto nuevo,
Porque él hizo maravillas:
Su mano derecha y su santo brazo
Le obtuvieron la victoria. R.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Efeso 1, 3-6. 11-12

Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en Él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor.
Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.
En Él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano -según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad- a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: « ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.»
María dijo al Ángel: « ¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?»
El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios.»
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.»
Y el Ángel se alejó.
Palabra del Señor

Para reflexionar

• Hoy celebramos una fiesta que llena de esperanza a toda la humanidad. No es sólo el recuerdo de una mujer, María de Nazaret, que fue concebida sin pecado porque iba a ser la Madre del Mesías, sino que es "el feliz comienzo de la Iglesia". María aparece como la que vive por adelantado la redención que nos traerá la Pascua de Cristo. En María queremos reconocer la obra salvadora de Dios en su humilde servidora y desde ella en nosotros; y por eso dejarnos contagiar de su fidelidad al Padre.
• Es la fiesta de todos los que nos sentimos de alguna manera, representados y unidos a ella. En la joven de Nazaret, se realiza en forma excelsa y superior lo que esperamos que se realice en cada uno de nosotros y en toda la Iglesia. María, Santa e Inmaculada desde su concepción, es modelo y llamada, a esa santidad en la cual todos nosotros fuimos concebidos por Dios en el bautismo, para que Cristo viva en nosotros, y despliegue en nuestra vida toda su fuerza salvadora.
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• La primera lectura nos presenta al hombre y a la mujer frente a Dios que los descubre y les hace tomar conciencia de esa situación que constantemente los desgarra interiormente: el pecado. El hombre se siente tironeado por dos fuerzas opuestas que se disputan el terreno de su conciencia y libertad. Llevamos en nuestro interior la semilla del egoísmo, de la envidia, de la ambición, de la prepotencia, de la mentira. Pero Dios pone delante de los hombres el anuncio de una humanidad que como linaje de mujer, alcanzará finalmente la victoria. De la misma humanidad que sufre el peso del pecado, ha de surgir la salvación. Esta promesa de Dios se cumple cuando un descendiente de mujer, Jesús, vence al pecado en una vida de perfecta santidad y obediencia al Padre.
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• Pablo en la Carta a los Efesios nos recuerda que Dios nos ha bendecido con toda clase de bendiciones, nos ha elegido y predestinado en Cristo para que fuésemos santos e inmaculados en su presencia, transformándonos así en hijos y herederos. En María se cumple y realiza esta predestinación. María fue mucho más que incontaminada por el pecado; María fue sobre todo "irreprochable en el amor" y vivió positivamente todo lo que el amor significa.
• Nosotros fuimos llamados desde siempre a la más total y perfecta vida nueva en santidad: para ser "santos e inmaculados"; irreprochables en el amor.
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• En el evangelio de la Anunciación la promesa abre paso al cumplimiento. La humanidad por María se transforma en "llena de gracia", porque “el Señor está con ella”. En el diálogo del ángel con la Virgen, se condensa la historia del diálogo de Dios con la humanidad. Especialmente con la humanidad que está dispuesta a escuchar al Señor y a seguir su camino. Algo tan grande y magnífico es expresado con sencillez. Un "sí" definitivo y fecundo, inicia una nueva etapa en la historia de la humanidad, en un lugar de donde se cree que nada puede venir: de la periferia, de la pobreza y marginación.
• En la humildad de una mujer ignorada, se anuncia la realización de la historia de Salvación en su Hijo, esperanza de la humanidad. Porque el hijo que concibe y engendra María es el santo y el hijo de Dios. Lucas a través de la figura de María nos presenta a Jesús y su misión.
• Era necesaria una mujer, que en nombre de toda la humanidad, permitiera que Dios se hiciera hombre y diera cumplimiento a su promesa. María se convierte en el modelo de cómo Dios puede cambiarlo todo: de una humilde virgen hebrea, hace una figura extraordinaria para todos los pueblos.
• Ella es la primera creyente del pueblo de Dios, que supo entregarse de lleno al cumplimiento de la voluntad de Dios. Si por Eva, la primera madre, pudo entrar la rebeldía y el egoísmo al mundo, por María, la segunda, nos llega la santidad en la obediencia filial y en el amor.
• La fiesta de hoy nos anuncia que del linaje de la mujer, saldrá quién aplastará la cabeza de la serpiente, y que también nosotros unidos a Cristo estamos llamados a aplastar esa cabeza del pecado, tal como lo hizo María concibiendo a Cristo en nuestra vida por la fe. Si el hombre viejo se dejó seducir por la serpiente, la nueva humanidad debe dejarse impulsar por el mismo Espíritu, que engendró a Jesús en el seno fiel de María; el mismo que es derramado en nuestros corazones si nos abrimos a la Palabra.
• Hoy contemplamos a quién, vaciándose totalmente de sí misma y de todo rastro de egoísmo, se deja llenar de la gracia de Dios, que es el mismo Cristo Jesús, el que da sentido a su vida. María es la llena de gracia, no solamente porque llevó a Jesús en su seno, sino porque lo abrazó por la fe haciéndose discípula de su palabra, lo siguió por el camino de la cruz, y esperó con confianza plena el cumplimiento total de la promesa.
• María es comienzo e imagen de la Iglesia, esposa de Cristo figura de la Iglesia. De la misma manera que María fue elegida y preparada para ser una madre digna del Hijo de Dios, la Iglesia ha sido destinada a ser la madre que engendra por el bautismo nuevos hijos de Dios.
• Nuestro camino y compromiso como creyentes es dejar que la Palabra viva y eficaz de Dios se encarne en nosotros, y a través nuestro, en los lugares, ambientes y estructuras de la sociedad “no como un barniz superficial” sino “transformando los valores determinantes, las líneas de pensamiento, los criterios de juicio”. La Iglesia encarnada por la palabra, con la fuerza del Espíritu, debe encarnarse más y mejor en el pueblo. Así se recibe el anuncio y se anuncia el Evangelio.

Para discernir

• ¿Experimento la maternal compañía de la Virgen María?
• ¿Descubro en Ella un llamado y un estímulo para mi camino de santidad?
• ¿Siento la invitación del Señor a dejar que su palabra se encarne en mi vida y en el
mundo?

Repitamos a lo largo de este día

…Dios te salve María… Llena eres de gracia !!!

Para la lectura espiritual

“No temas María”

…”Oíste, Virgen, que concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta, porque ya es tiempo que se vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, los condenados infelizmente a muerte por la divina sentencia, esperamos, Señora, esta palabra de misericordia. Se pone entre tus manos el precio de nuestra salvación; en seguida seremos librados si consientes. Por la Palabra eterna de Dios fuimos todos creados, y a pesar de eso morimos; mas por tu breve respuesta seremos ahora restablecidos para ser llamados de nuevo a la vida...
¿Por qué tardas? Virgen María, da tu respuesta. Responde presto al ángel, o, por mejor decir, al Señor por medio del ángel; responde una palabra y recibe al que es la Palabra; pronuncia tu palabra y concibe la divina; emite una palabra fugaz y acoge en tu seno a la Palabra eterna. Cree, di que sí y recibe. Que tu humildad se revista de audacia, y tu modestia de confianza. De ningún modo conviene que tu sencillez virginal se olvide aquí de la prudencia. En este asunto no temas, Virgen prudente, la presunción; porque, aunque es buena la modestia en el silencio, más necesaria es ahora la piedad en las palabras.
Abre, Virgen dichosa, el corazón a la fe, los labios al consentimiento, las castas entrañas al Criador. Mira que el deseado de todas las gentes está llamando a tu puerta. Si te demoras en abrirle, pasará adelante, y después volverás con dolor a buscar al amado de tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por la devoción, abre por el consentimiento.
“Aquí está –dice la Virgen- la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” (Lc 1,38)…

San Bernardo (1091-1153) monje cisterciense, doctor de la Iglesia
Homilía 4, 8-9: Opera omnia, edición cisterciense, 4 (1966)

Para rezar

María, Madre de Jesús y Madre nuestra,
da firmeza a nuestro corazón
para podamos comprender la esperanza
de gloria a la que fuimos llamados.
María, Madre de Jesús y madre nuestra,
pacifica nuestros corazones
para que podamos abandonarnos al poder del Altísimo.
María, Madre de Jesús y madre nuestra,
enséñanos el camino de la caridad sincera
que se nutre del amor del Padre
y florece en la vida de los hombres, nuestros hermanos.
María, Madre de Jesús y madre nuestra,
ahonda la contemplación de la belleza de tu vida
para que no nos resistamos a transformar
desde la pureza del amor verdadero
la vida del mundo que nos confiaste.



5 de diciembre de 2010 - II DOMINGO DE ADVIENTO - Ciclo A

¡Conviértanse: el Reino de los Cielos está cerca!

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 11, 1-10

Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor -y lo inspirará el temor del Señor- .
El no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir: juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país; herirá al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus labios hará morir al malvado. La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas.
El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá; la vaca y la osa vivirán en compañía, sus crías se recostarán juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey.
El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora meterá la mano el niño apenas destetado. No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña santa, porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé se erigirá como emblema para los pueblos: las naciones la buscarán y la gloria será su morada.
Palabra de Dios.


SALMO Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17 (R.: cf.7)
              R. Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz eternamente.

Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud.

Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;
que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra.

Porque él librará al pobre que suplica
y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y del pobre,
y salvará la vida de los indigentes.

Que perdure su nombre para siempre
y su linaje permanezca como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 15, 4-9

Hermanos:
Todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza. Que el Dios de la constancia y del consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes para la gloria de Dios. Porque les aseguro que Cristo se hizo servidor de los judíos para confirmar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas que él había hecho a nuestros padres, y para que los paganos glorifiquen a Dios por su misericordia. Así lo enseña la Escritura cuando dice: Yo te alabaré en medio de las naciones, Señor, y cantaré en honor de tu Nombre.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
XLectura del santo Evangelio según san Mateo 3, 1-12

En aquel tiempo, se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca.» A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos.
Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo:
«Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversión, y no se contenten con decir: "Tenemos por padre a Abraham". Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego.
Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

“Cuenta una antigua leyenda que llegaría el día en el que los hombres se quedarían sin esperanza, imaginación y aspiraciones. El día en que en el mundo nadie intentaría nada nuevo. La humanidad se sumergiría en la monotonía y se perdería todo interés, creencias y voluntad de cambio. El caos reinaría por doquier y las personas dormirían sumidas en la más profunda tristeza, pues nadie albergaría ilusión alguna y todo se creería hecho e imposible de mejorar. Todas las canciones inventadas, todas las películas rodadas, todos los cuadros pintados. ¿A qué debían echar la culpa? ¿Guerras? ¿Destrucción masiva del medio ambiente? ¿Ruptura de los derechos humanos?
Todo ello era sólo un ejemplo de lo existente y algunos de los posibles culpables. Pero lo importante ya no era eso. Aquello ya no tenía importancia alguna porque se había transformado en lo habitual y no era considerado algo alarmante. Todos conocían la existencia de esos males y todos se habían acostumbrado a ellos. La gente caminaba por la calle como auténticos muertos en vida. Se miraban pero no veían nada, se hablaban pero no oían nada. Nadie escuchaba más que a esa voz interior y falsamente tranquilizadora que les decía que todo iba bien mientras les iba consumiendo y ennegrecía sus corazones y les hacía creer que su vida y su mundo eran normales La única esperanza surgiría de los únicos seres capaces de alterar el decadente y terminal curso de la vida y evitar un destino peor que la muerte física: la muerte interior. Únicamente los Vendedores de Sueños tendrían ese poder”. (Los Vendedores de Sueños - Cristina L. Más). Todo parecido con la realidad es una simple coincidencia.

• Sin lugar a dudas el peor de los robos, es el de la capacidad de soñar. Tener un sueño nos hace tener una dirección, metas, esperanzas, planes, objetivos. El que ha perdido la capacidad de soñar, pierde la oportunidad de alegrarse, de vivir con esperanzas, de disfrutar cuando se alcanza lo deseado. Si no nos animamos a soñar tarde o temprano terminamos viviendo de los sueños o a las realidades de otros. Si dejamos de soñar envejecemos antes y con nosotros el mundo.
• Soñar con los ojos bien abiertos puede transformarse en el motor de la vida, el gozo que se al ver el sueño hecho realidad es lo que nos empuja a seguir hacia delante. Cuando esto no se tiene llega el abandono de uno mismo, la desilusión, el desgano. “Muéstrame un obrero con grandes sueños y en él encontrarás un hombre que puede cambiar la historia. Muéstrame un hombre sin sueños, y en él hallarás a un simple obrero”. James C. Penny
• La manipulada realidad en que nos movemos se ha robado los sueños de muchos. Las exigencias del día a día nos abruman. No nos permitimos soñar, que nuestra alma vuele y que podamos realizar lo único que realmente es nuestro, los sueños, el arte de pensar lo impensable, de querer alcanzar aquello que jamás pensaríamos que podría ser, de tomar con las propias manos lo inigualable de la vida.
• Los soñadores y los esperanzados son una raza en extinción. El avance de la sociedad se los comió y han sucumbido a los encantos de las luces de los letreros o de las cuotas facilitadoras que permiten tener “la felicidad a bajo interés”. Cuando se deja de soñar, la realidad resulta insoportable y buscamos el dormirnos en la evasión o la fantasía. Nuestra pelea es, en gran medida, una pelea cultural por no perder la capacidad de soñar y de tener esperanzas.
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• En la primera lectura, el profeta nos propone un sueño, una segura esperanza: un mundo nuevo, un mundo distinto, en el que desaparecerá todo lo que rompe la paz de los hombres. Un mundo en el que no habrá lucha entre los hombres porque los hombres no estarán divididos entre ricos y pobres, entre dominadores y dominados, entre gente que puede hacer daño y gente maltratada porque habrá desaparecido del corazón de cada hombre y de todos los hombres la tendencia a preocuparnos sólo por nosotros sin pensar en los demás.
• Que en medio de un pueblo seco, que parecía acabado, sin posibilidades y deshecho; florezca el viejo tronco de Jesé, el padre del rey David; que brote en sus raíces un retoño maravilloso, nada menos que un príncipe lleno del Espíritu Santo, un rey según el corazón de Dios, que cumpla perfectamente su voluntad. Alguien capaz de traer la justicia a los pobres, de romper las divisiones, las opresiones y la violencia, alguien capaz de conducir hacia esa gran esperanza que todos llevamos en el fondo del alma y que, al fin y al cabo, es el sueño que Dios tiene para cada uno y para todos.
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• Pablo exhorta a los cristianos de Roma a que desde el consuelo que dan las Sagradas Escrituras tengan la constancia de ánimo para vivir en paz, siendo atentos unos con otros. La razón para vivir en armonía es la fidelidad y la misericordia de Dios que ha prometido un mundo mejor, nuevo, justo y no falta a su alianza y a sus promesas.
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• En el evangelio encontramos a uno de los personajes más interesantes, que es una figura clave para comprender el Adviento que estamos celebrando: Juan el Bautista. Él es un hombre duro, austero, sincero y amante de la verdad frente a la cual no se deja sobornar. Hombre con corazón de desierto donde hace eco la voz de Dios.
• Juan Bautista hace una enérgica y clara llamada a la conversión, a la renovación por un sueño muy real: está cerca el reino de los Cielos, hay una posibilidad de más vida, de más justicia, más amor. Es necesario preparar el camino del Señor anhelando su venida, creyendo en ella, y eliminando obstáculos, trabajando sin descanso. La conversión es cambio, giro, viraje desde el reino; y se mide por sus frutos.
• La conversión a que nos invita la Iglesia por boca del Bautista no se queda en un cambio de efectos: esta conversión empieza por el reconocimiento de nuestra situación de pecadores; de hombres y mujeres necesitados de salvación. Buscar la salvación con honestidad y verdad implica volver a Dios, único verdadero salvador. No hay vuelta a Dios si no hacemos el paciente trabajo de abrir nuestro corazón a su Palabra, abrir nuestro modo de pensar al suyo, de ser y de existir al modo como el Dios de la Vida nos pensó; en definitiva: dejar que la novedad de gracia toque las causas de nuestra situación de pecadores.
• La venida del Salvador y la realización del reino prometido es portadora de esperanza y salvación. Es el gran sueño de la humanidad. Pero también es juicio y discernimiento. Si se nos dice que nos bautizará con fuego y Espíritu, es porque viene a cambiar algo, a quemar, a purificar, a transformar nuestras actitudes. Las imágenes son claras: el hacha ya está apuntando a la base de los árboles inútiles, el fuego ya está pronto para quemar todo lo que sobra, el segador tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja.
• Una conversión desde el corazón tiene que proyectarse necesariamente en las obras. Si no hay obras de conversión, si nuestra conversión no da frutos es señal de que, en realidad, no nos hemos dejado tocar por su amor transformante. Por eso, no alcanza el simple cumplimiento ritual, exterior. Hay que "dar el fruto que pide la conversión".
• El fin del mundo, que se anunciaba en los últimos domingos, no es más que el principio de un nuevo mundo, que tenemos que construir cada día. Y hay que empezar hoy, porque hoy es el día que anuncia el profeta Isaías, el día en que brotará un retoño de la raíz de Jesé, el día de Navidad, a la que nos vamos acercando en el recuerdo y en la celebración. Pero es también el día de la responsabilidad, pues se acerca el Reino de Dios. El Adviento y la Navidad, son la fiesta de la venida salvadora de Dios, pero a la vez una llamada a que le hagamos sitio en nuestro proyecto de vida. No puede quedar todo igual ni en nuestra persona ni en nuestra comunidad. Hay que abrir caminos y allanar senderos.
• La Iglesia nos da la pista para el andar: invita a la oración, para sostener nuestra fe y levantarnos el ánimo y la esperanza. Nos pide la caridad, para rearmar con lazos de compasión y de solidaridad la fraternidad entre los hermanos. Nos recomienda austeridad para no abusar, para poder poner el corazón y los esfuerzos donde corresponde; en el bien de todos los hombres y sus necesidades. Cada uno debe confeccionar su propio paquete de medidas y decisiones para adecuarlas a la propia situación y necesidad.
• Adviento como llamado a la esperanza, es invitación a volver a ser soñadores, en las familias: en las comunidades, en los los barrios, en la sociedad, en la Iglesia. Animarnos a las pequeñas o grandes iniciativas, proyectos de desarrollo, causas justas, intereses comunes aunque parezcan molestas porque nos obligan a despertarnos del sopor invernal en el que podemos estar instalados. Aquí ha de estar nuestra conversión, la de verdad, la que afecta a toda nuestra persona, no la que nos mueve a cambiar esto o lo otro para quedar después como antes. El Reino de Dios sigue adelante, y el mundo nuevo está más cerca, y los derechos de todos, la responsabilidad de todos y la paz, y el perdón y la justicia.
• Si algo cambia en este sentido, en este Adviento, sí habrá valido la pena preparar y celebrar la Navidad. Se trata, pues, de soñar y de trabajar. De esperar y de luchar. Se trata de creer de verdad que vale la pena construir un mundo distinto.

Para discernir

• ¿Tengo capacidad de soñar y de esperar o me evado con ilusiones?
• ¿Siento la urgencia de que el Reino llegue?
• ¿Experimento mi necesidad de cambio para la venida del reino?

Para repetir

…Ayudame a convertirme

Para la lectura espiritual

«Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos»
Juan Bautista decía: «Todo valle será rellenado» (Lc 3,5), pero no es Juan quien llenó todo valle; es el Señor nuestro Salvador... «Todo lo torcido se enderezará... Cada uno de nosotros estaba torcido... y es la venida de Cristo que ha llegado hasta nuestra alma la que ha enderezado todo lo que estaba torcido... Nada había más impracticable que vosotros. Mirad bien los deseos tortuosos de otro tiempo, vuestros arrebatos y vuestras inclinaciones malas – y si, no obstante, han desaparecido: comprenderéis que no había nada tan impracticable como vosotros o, según una fórmula más expresiva, nada había más áspero. Áspera era vuestra conducta, vuestras palabras y vuestras obras eran ásperas.
Pero mi Señor Jesús vino y aplanó vuestras rugosidades, cambió todo ese caos en caminos unidos para hacer en vosotros un camino sin tropiezos, sino bien unido y muy limpio para que Dios Padre pueda caminar en vosotros, y Cristo Señor haga en vosotros su morada y pueda decir: «Mi Padre y yo vendremos y haremos morada en él» (Jn 14,23).
Orígenes Homilías sobre el evangelio de Lucas, nº 22,

Para rezar

A ti, Señor, presento mi ilusión y mi esfuerzo;
ante ti, mi Dios, confío, confío,
porque sé que me amas.
Que en la prueba no ceda al cansancio,
que tu gracia triunfe siempre en mí.
Yo espero siempre en Ti.
Yo sé que Tú nunca defraudas al que en Ti confía.
Indícame tus caminos, Señor: enséñame tus sendas.
Que en mi vida se abran caminos de paz y bien,
caminos de justicia y libertad.
Que en mi vida se abran sendas de esperanza,
sendas de igualdad y servicio.
Tú eres bueno y recto
y enseñas el camino a los desorientados.
Porque eres bueno, perdona mi culpa.
Cuando te soy fiel, Señor,
Tú me enseñas un camino cierto;
así viviré feliz y enriquecerás mi vida con tus dones.
Tú, Señor, te fías de mí y me esperas siempre.
Tú, Señor, quieres que sea de verdad tu amigo.
Tengo los ojos puestos en Ti,
que me libras de mis amarras y ataduras.
Ensancha mi corazón encogido
y sácame de mis angustias.
Indícame tus caminos, Señor,
Tú que eres el Camino.
Hazme andar por el sendero de la verdad,
Tú que eres la Verdad del hombre.
Despierta en mí el manantial de mi vida,
Tú que eres la Vida de cuanto existe.



30 de noviembre de 2010 - San Andrés, Apòstol - ORACION DEL MISIONERO

Señor, cuando nos mandas a sembrar,
rebosan nuestras manos de riquezas;
tu palabra nos llena de alegría
cuando la echamos a tierra abierta.
Señor, cuando nos mandas a sembrar,
sentimos en el alma la pobreza:
lanzamos la semilla que nos diste
y esperamos inciertos la cosecha.
Y nos parece que es perder el tiempo,
este sembrar en insegura espera.
Y nos parece que es muy poco el grano
para la inmensidad de nuestras tierras.
Y nos aplasta la desproporción
de tu mandato frente a nuestras fuerzas,
pero la fe, nos hace comprender,
que estás a nuestro lado en la tarea.
Y avanzamos sembrando por la noche
y por la niebla matinal. Profetas
pobres, pero confiados en que Tú
nos usas como humildes herramientas.
Gloria a ti, Padre Bueno, que nos diste
a tu Verbo, semilla verdadera,
y por la gracia de tu Santo Espíritu
la siembras con nosotros en la Iglesia.
                                  Hno. Fermín Gainza
El Hno Fermín, es un Religioso Lasallano, de origen chileno, amigo de nuestra congregación y autor de todas las pinturas de la quinta Sagrada Familia en San Antonio, incluyendo las de la Capilla, donde también es autor del revestimiento en figuras de piedra de los Apóstoles en la entrada de la Capilla y de la decoración interior. Además es autor de la decoración y pintura de la Capilla del Colegio y del Oratorio de la Comunidad del Sa Fa de Bs. As. y de la Capilla del Escuti, además de otras obras en los colegios y capillas.
Su Vocación religiosa lo impulsa a dar a conocer a Dios, a través de sus dones artísticos. En la poesía que, publica hoy la Vicaría de la Arquidiócesis de Bs. As. con motivo de la Celebración de San Andrés, nos muestra su veta poética.


28 de noviembre de 2010 - ADVIENTO - DOMINGO 1º – Ciclo A

«¡Estén prevenidos, la salvación está cerca!»

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 2, 1-5

Palabra que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión, acerca de Judá y de Jerusalén:
Sucederá al fin de los tiempos que la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Todas las naciones afluirán hacia ella y acudirán pueblos numerosos, que dirán:
«Vengan, subamos a la montaña del Señor, a la Casa del Dios de Jacob! El nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén, la palabra del Señor.
El será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra. Ven, casa de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!
Palabra de Dios.

SALMO Sal 121, 1-2. 4-5. 6-7. 8.9 (R.: cf. 1)
R. Vamos con alegría a la Casa del Señor.

Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la Casa del Señor»!
Nuestros pies ya están pisando
tus umbrales, Jerusalén.

Allí suben las tribus,
las tribus del Señor
-según es norma en Israel-
para celebrar el nombre del Señor.
Porque allí está el trono de la justicia,
el trono de la casa de David.

Auguren la paz a Jerusalén:
«vivan seguros los que te aman!
haya paz en tus muros
y seguridad en tus palacios!»

Por amor a mis hermanos y amigos,
diré: «La paz esté contigo.»
Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios,
buscaré tu felicidad. R.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Roma 13, 11-14a

Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de despertarse, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz. Como en pleno día, procedamos dignamente: basta de excesos en la comida y en la bebida, basta de lujuria y libertinaje, no más peleas ni envidias. Por el contrario, revístanse del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
XLectura del santo Evangelio según san Mateo 24, 37-44

En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé. En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se
casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.
Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• Si escuchamos con atención las voces que nos van llegando a cada instante, podemos reconocer a grandes rasgos, dos grupos que, aunque son distintos, encajan perfectamente.
• Por un lado aparecen las voces que nos vienen a través de los medios de comunicación social y que, intentando mostrarnos la realidad, machacan constantemente con el lado oscuro de la existencia del hombre y del mundo. Los informativos, los periódicos y los programas de actualidad se han convertido en profetas de calamidades. De 100 informaciones podemos decir generosamente que hay un tres por ciento de buenas y alentadoras noticias. “Lo bueno no existe”.
• Esto va creando un clima de perpejlidad, de miedo, de hastío en el cual lo mejor es no pensar, evadirse o… hacerle caso al otro grupo de voces que a través de la publicidad y la propaganda nos hacen promesas de la felicidad con un costo relativamente bajo. Si tenemos en cuenta que la verdadera felicidad no tiene precio; ésta se alcanza al costo de una gaseosa, de una tintura de pelo o de un yogurt que ayuda al tránsito lento entre otras cosas.
• Sería absurdo negar que la realidad está llena de luces y de sombras. Un aspecto muy típico de nuestra posmodernidad es el desencanto. Estamos de vuelta de muchas grandes ilusiones y lo que se nos presenta nos invita a tener miedo al futuro, que se muestra como incierto y con frecuencia amenazador. Parece como si no hubiera más razones para la esperanza.
• Estamos decepcionados de los hombres que ostentando los valores más nobles hacen grandes obras pero pueden llegar a cometer inhumanidades terribles. Estamos decepcionados de las estructuras y de las instituciones porque se han convertido en lugares de ventaja y no de servicio al hombre y a la sociedad.
• Si tenemos los pies sobre la tierra, no hay lugar para pensar que todo puede ser distinto. Y a los que creen que las cosas pueden cambiar se los trata de ilusos, de hombres y mujeres que andan en las nubes.
• Hacerse ilusiones, y sobre todo, vivir con ideales, aparece como un terrible pecado contra una de las grandes virtudes: el realismo. A menudo las cosas que nos rodean no nos gustan en absoluto, pero no sabemos ni vemos cómo cambiarlas. O nos da pereza. Y al fin y al cabo -nos decimos- dejando pasar el tiempo "uno se acostumbra a todo", "más vale pájaro en mano que cien volando".
• Esto lleva a que muchos vivan sin ningún nivel espiritual, sin ningún proyecto de vida que haga que valga la pena vivir. Este modo de entender la vida contrasta con el que nos presentan las lecturas de hoy. Frente al ir viviendo medio dormidos por la anestesia, y medio movidos por simple inercia, el anuncio de un futuro nuevo, de un mundo distinto, se convierte en una fuerza capaz de transformar el presente.
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• La primera lectura, tomada del profeta Isaías, nos presenta la imagen del monte del Señor, la montaña santa que Dios se eligió en la tierra de Judá, sobre la cual se alza hasta el día de hoy Jerusalén, y se alzaba hasta hace unos 2000 años el templo de los judíos. Isaías vaticina un destino glorioso para Sión, el de convertirse en el centro del mundo y de la historia, de donde fluya sobre el mundo la Palabra y la ley justa y liberadora del Señor. Anuncia además una era de paz universal expresada con las imágenes de las espadas convertidas en arados y las lanzas en podaderas.
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• San Pablo nos advierte: "la salvación está más cerca que cuando empezamos a creer", y "el día está encima": no es la noche la que nos amenaza, sino el día que va a venir y que sería una pena que no lo aprovecháramos en toda su luz. Lo que se anuncia no es amenaza, sino promesa. Es un don que se nos ofrece, por eso es urgente la llamada a despabilarse.
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• Este domingo nos recuerda el horizonte último de la historia, que se identifica con la venida del Hijo del Hombre. Ahí se inscribe nuestra vida y se subraya la importancia de lo que está en juego. De aquí la recomendación a velar. El mensaje central del Adviento es que Dios ama a nuestro mundo y ha cumplido sus promesas superando las esperanzas humanas. Jesucristo, con su vida, muerte y resurrección ya ha traído la plenitud de la vida en Dios a los hombres y esto provoca nuestra fidelidad.
• Este mensaje lleva a dos actitudes: la esperanza y la vigilancia. La esperanza es desear provocando, desear algo tan apasionadamente que me entrego a la realización de eso que espero.
• Dios en Jesucristo es la raíz de la verdadera esperanza humana. Cuando todo se hunde, Él sigue fiel. La esperanza cristiana es segura: Dios siempre hace posible nuestra vida de amor y de paz. No sabemos qué pasará mañana o con qué mundo se encontrarán nuestros hijos, o cómo encararemos problemas terribles e insolubles. Nosotros creemos que Dios sigue siendo fiel; hoy, mañana y siempre. Dios nos ha prometido el Reino como una tarea, una misión, un quehacer apasionante. La esperanza cristiana es la respuesta a la promesa de Dios.
• Para que la esperanza se mantenga viva necesitamos estar preparados. La vigilancia es la toma de conciencia, la salida de nosotros mismos, de nuestro egoísmo, para mirar a los demás. La vigilancia no es estar en una espera pasiva pendientes del que va a venir por el horizonte sin atender al que viene y aparece cada día en el centro mismo de nuestro presente. Es estar alerta, despierto y activo en las "obras de la luz".
• En el horizonte del adviento, que es el anuncio de la segunda venida para consumar el reino de Dios, se hace imprescindible la vigilancia para interpretar las señales y decidir nuestro camino, nuestro compromiso, lo que podemos y tenemos que hacer para facilitar el reinado de Dios, que es justicia y amor y paz para todos. La vigilancia tiene que ser como los ojos de nuestra esperanza.
• La llamada a la vigilancia significa vivir sin demasiadas seguridades, constatar nuestras debilidades y equivocaciones, arrepentirnos y volver a empezar. Es la manera de estar atentos a la presencia viva, amorosa, exigente de Dios en cada momento de nuestra vida.
• El cristiano vela no porque tenga miedo a la llegada del "Señor". Sino porque quiere que el Señor, cuando se presente -y siempre será de improviso- lo encuentre comprometido en la construcción de una ciudad terrena más justa, fraterna, habitable.
• Esta esperanza de lo que parece imposible, del reino de Dios, no anula nuestras legítimas esperanzas, las pequeñas esperanzas de cada día, sino que las convierte en señales que van marcando el camino de nuestro éxodo de la esclavitud hacia el reino de la libertad, hacia la casa del Padre.
• La venida última tendrá lugar al final de los días. Mientras tanto a nosotros nos interesa especialmente la venida de Dios a la vida ordinaria, a ésa que nos recuerda el Evangelio de hoy al aludir a Noé, a los dos hombres que están en el campo y a las dos mujeres que muelen o al ladrón nocturno. Dios siempre viene como salvación del hombre.
• Adviento es tiempo de vigilar escuchando la Palabra y caminando a la luz del Señor; leyendo en profundidad los acontecimientos; penetrando en el misterio de la persona y de la historia, bajo la acción del Espíritu que pone en marcha nuestra esperanza, que es la esperanza del mundo. Vigilar es creer; es comprometerse; es sobre todo y siempre, esperar.
• Adviento: tiempo de esperanza, de salvación. Hora de estar atentos y de mirar al futuro con la certeza de que el Señor cumple sus promesas y que por eso tiene sentido nuestro caminar construyendo el reino.

…Así nos ocurre también a nosotros al mirar la realidad de nuestros pueblos y de nuestra Iglesia, con sus valores, sus limitaciones, sus angustias y esperanzas. Mientras sufrimos y nos alegramos, permanecemos en el amor de Cristo viendo nuestro mundo, tratamos de discernir sus caminos con la gozosa esperanza y la indecible gratitud de creer en Jesucristo. El es el Hijo de Dios verdadero, el único Salvador de la humanidad. La importancia única e insustituible de Cristo para nosotros, para la humanidad, consiste en que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. “Si no conocemos a Dios en Cristo y con Cristo, toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable; no hay camino y, al no haber camino, no hay vida ni verdad” [1]. En el clima cultural relativista que nos circunda, donde es aceptada solo una religión natural, se hace siempre más importante y urgente radicar y hacer madurar en todo el cuerpo eclesial la certeza que Cristo, el Dios de rostro humano, es nuestro verdadero y único salvador... (Aparecida 22)

Para discernir

• ¿Dónde tengo puesta mi esperanza?
• ¿Somos conscientes de la fuerza del mensaje de Jesús?
• ¿Estamos despiertos o nos encontramos dormidos?

Para repetir

Ven señor Jesús…

Para la lectura espiritual

Vigilancia esperanzada:
«En medio de la oscuridad no puedes distinguir al amigo del enemigo. No distinguimos de noche los metales preciosos de las meras piedras. Del mismo modo, el avaro y el licencioso no distinguen la verdad y el valor de la virtud.
«Así como el que camina de noche va muerto de miedo, de igual modo los pecadores andan continuamente atormentados por el miedo de perder sus bienes y por el remordimiento de su conciencia.
«Ea, pues, dejemos una vida tan penosa. Ya sabéis que después de tantas calamidades viene la muerte... Creen los pecadores ser ricos, y no lo son. Creen vivir entre delicias, y no gozan de ellas... Nosotros vivamos sobrios y vigilantes, como quiere Cristo. “Andemos decentemente y como de día” (Rom 13,13). Abramos las puertas para que aquella Luz nos ilumine con sus rayos y gocemos siempre de la benignidad de nuestro Señor Jesucristo»
San Juan Crisóstomo (Comentario al Evang. Juan, hom. 5).

Para rezar

Estar despiertos significa
acompañar a Jesús de Nazaret en su duro camino
hacia Jerusalén, hacia la cruz.
Estar despiertos, estar despabilados
es no dor¬mirse en los laureles cuando nos dicen
y se empeñan en hacer¬nos creer que todo va bien.
Estar despiertos equivale a no poner límite al amor;
a no dejar que nos distraigan de nuestro objetivo como cristianos,
a estar siempre atentos para descubrir y luchar
contra lo que impide la fraternidad
y apoyar con todas nuestras fuerzas lo que la favorece.
Estar despiertos es jugarse el tiempo
por todo lo que pueda contribuir a la felicidad de los hombres,
especialmente de aquellos que viven más lejos de la alegría.
Estar despiertos, estar despabilados,
es moverse, mante¬nerse ocupados en realizar el bien común,
aunque, por mover¬nos, no salgamos en la foto.
Estar despiertos es ponerse a trabajar sin descanso
para que el viejo ideal de Isaías,
englobado dentro de la propuesta de Jesús,
se vaya haciendo realidad...


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27 de noviembre de 2010
NOTA Y MODELO DE CELEBRACION DE LA SANTA SEDE
DE LA VIGILIA POR LA VIDA NACIENTE

Eminencia/ Excelencia:
El próximo sábado 2? de noviembre el Santo Padre celebrará en la Basílica de
San Pedro una solemne "Vigilia por la vida naciente' coincidiendo con las Primeras
Vísperas del primer Domingo de Adviento en eI marco de la cercana solemnidad de Ia
Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. L,a Vigilia comprenderá, además de las
Vlsperas, también Ia adoración eucarística, para agradecer al Señor que, con eI don
total de si mismo, ha dado sentido y valor a toda vida humana y para invocar su
protección sobre cada ser humano llamado a Ia existencia.
Es deseo de1 Santo Padre gue en las Iglesias particulares los Obispos presidan
celebraciones análogas e involucren a las parroquias, a las comunidades religiosas, a
las asociaciones y a los movimientos. Por este motivo nos ha encargado hacer esta
invitación en su nombre.
Todos nosotros somos concientes de Ios peligros que amenazan hoy la vida
humana a causa de la cultu¡a relativista y utilitarista gue ofusca la percepción de la
dignidad propia de cada persona humana, cualguiera que sea eI estadio de su
desar¡ollo. Estamos llamados más gue nunca a ser "el pueblo de la vida" $uan Pablo
II, Encíclica Eva ngelium vitae, n.79) con la oración y el compromiso. Con esta Vigilia
celebrada en todas las lglesias particulares en unión con el Santo Padre, pastor
universal, impetraremos la gracia y la luz del Señor para la conversión de los
corazones y daremos un testimonio eclesial comlin a favor de una cultura de la vida y
del amor.
Confiamos gue usted, en calidad de Presidente de la Conferencia Episcopal,
sabrá involucrar con rapidez y en el modo más oportuno a todos los Obispos de su
País, para que puedan inserir esta iniciativa en su agenda diocesana.
L,o saludamos con vivos sentimientos de fraternidad.

CONGREGATIO DE CULTU DTVINO ET DISCIPLINA SACRAMENTORUM
Prot. N. 2010/0405-Vl5
PONTIFICIUM CONSILIUM PRO FAMILIA
Ciudad del Vaticano, 14 de junio de 2010
Ennio Cardenal A¡tonelli Presidente del Pontüicio Consejo
Antonio Ca¡denal Cañizares I'Iovera Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Ia Disciplira
de los Sacramentos
(con dos anexos)
A los Emmos. y Excmos, Presidentes de las Conferencias Episcopales en sus respectivas sedes


ESQUEMA: HOMILIA PARA LA VIGILIA
¿Quée se l hombre para que te acuerdes de él?,,( Sal8 ,5).
Desde siempre, el hombre se interroga sobre el sentido de su vida.
"Cristo, el Nuevo Ad,ítt, etr la misma revelación del misterio del padre y de su
amor, manifiesta plenamente el homb¡e al propio hombre y le descubre la
sublimidad de su vocación"... (GS 22), El misterio que celebraremos
próximamentee n la solemnidadd el Nacimientod e ]esucristoe se l grans í de Dios
a la vida humana. "El Hijo de Dios con su encamación se ha unidq en cierto
modo, con todo hombre".., "Nacido de la Virgen Marí4 se hizo verdaderamente
uno de los nuestros" (GS 22),
De manerae speciayl urgentee n estosm omentos", la Iglesi4 (que)s ientee l deber
de dar voz con inalterable valenúa a quien no tiene voz,', hace ,'una
confirmación precisa y firme del valor de la vida humana y de su carácter
inviolable,y , al mismo tiempo,u na acuciantell amada a todos y a cadau no, en
nombred e Dios: ¡respet4d efiende,a may sirve a la vida, a toda vida humana,,
(EV s).
"Defender y promover, respetar y amar la vida es una tatea que Dios confÍa a
eada hombre" (EV 42). Es un derecho y un deber que corresponde a todos. Sujeto
insustituible de este derecho y tarea es la famili4 ,,sanfuario de la vida,,,
Esta tarea se resume, en cierto rnodo, en celebrar el evangelio de la vid4 en
celebrar al Dios que da la vida; y compota celebrarlo en la oracióry en la liturgia y
en los sacramentos. Pero sobre todo la celebración del evangelio de la vida ha de
realizarse en la existencia cotidiana vivida en el amor por ios demás y en la
entrega de uno mismo (dr EV, 83-86). En "hacerse cargo" de toda la vida y de Ia
vida de todos (cfr. EV 87-91). Momento particular de esta tarea, es la promoción
de una cultura de la vid4 donde "el pueblo de la vida,, (EV 78-79) en su
innumerable y rica diversidad de asociaciones e instituciones está llamado a
realizar un se¡vicio insustituible en la sociedad.
La Vigilia de oración por la vida humana naciente quiere ser el grito de toda la
Humanidad que se eleva a Dios Padre, dador de todo bieru con el fin de que toda
vida humana sea respetada, protegida y amada.
VrcrLrA DE oRAcIoN poR LA vrDA
al inicio delA ño Litúrgico 2010/1I
La Vigitia puede celebrarse a) comenzando con la Exposición del Stmo. Sacramento y el canto de
las Vhperaso b)tenicndo las Vfsperasy la Benilición con el Stmo, Sacramentoc omo calmen.
* PRTMEMRo DELo.
Una imagend e la Virgen (Yirgen de la Esperanzac, on el Niño en sup urísimo vientre) se encuentra
a un lado del Altar adornada con algunasl uces.P or ser Adviento no aconsejamosu n adornof loral.
I. Entrada procesionacl on el canto del "RordteC aelí" (JubilateD eo n"58,pp.63ss).
Tras llegar al Altar se trae el SantlsimoS acramentop ara la Exposición.S ep uede traer acompañado
por niños que portan palmas o ramas de olivo en las manos y con luces, mientras se puede entonar
un "Canto Popular " adecuado. Se expone el Santísimo según el Ritual (Lat. AAS 65 -1973-
610)c antandoe l "Avev erum..". .
Tras un tiempo breve de adoración silenciosa, quien preside, se retira a la Sede desde la que participa
en las Primeras Vísperas del Domingo Primero de Adviento.
II. Rezo de las I" Vísperas del Primer Domingo de Adviento.
Sigue el OJicio de Vísperas según la Liturgia de las Horas. En la homilía se introduce y muestra el
sentídod ee staV igilia en el comienzod e un nuevoA ño Litúrgico (Bocetoe nA nexo).
Tertninadoe l canto de Vísperasq uienp resides e acercaa adorar silenciosamentep or un tiempol a
SantísimaE ucaristía.
III. Comienzala s súplicasp or la vida (En sum omentos eh aráp úblical a fórmulao ficialp arae sta
súplica).
Ante el Santísimo Sacramento da comienzo estd parte de Ia Vigilia con una "Oración inicial al
Señor de la Vida".
Tras Ia Oración todos se sientan:
- Lectura (Gn 3, 9-15).
- Cantod el" Ave, Maris Stella"( JubilateD eon o67p, p.75ss).
- Motivaciónd e quien presidee introducciónd e la meditaciónd e los Misterios Gozososd e la
üda del Señor con María.
- Medit¿ciónd e los Misterios Gozososd el Señor.r ezo del SantoR osario,
A continuaciónse v an rezandol os cincoM isterioss iguiendou n rnismoe squema:
* Lectura del paso evangélico.
* Tiempod ea doraciónm, editacióny .súplicap ersonalese,n silencio.
* Rezod elP adrenuestro1,0 Avemaríasy Gloria,q uep uedes erc antadoP. arecea consejabldei stribür
el rezo de cadaM isterio a r¡nasp ersoruisd e gruposd iversos( padresq ue esperanu n hijo; niño
enfermoc ons usp adresf;a milia completac onl os hijos;a buelosc onn ietos;y educadores).
* Breves ilencioy Oraciónc onclusivad el queP reside.
Terminadal a Contetnplaciónd e los Misterios Gozososs e¡ nocede a concluir la Vigilia con la
Bendición y Reserva del Santísimo Sacramento.
- Bendición con el Santlsimo y Reserva.
Tras un breves ilencio el quep reside se acercaa l Altar para leer la Oración del l/enerablep apa
Juan Pablo II en "Evangelium Yitae" y concluir la Exposiciónd el SantlsimoS acramentoc onforme
al RltuaL
- Intooduccióno: ramosa Marfa para que pteseten uesta oración a su Hijo, Vida del mundo.
- Oración de "Evangelium Vitae".
- Canto del *O salutáris hóstia'' (Jubilate Deo n'50, p.55).
- Oración.
- Bendición.
Comod e costumbres e acompañal a Resemad e la Eucaristía con un "Canto Popular" adecuadoy
se procede a despedir la Asamblea.
* SEGUNDMoo DELo:
I. Entrada procesion¡l con una imagen de Ia Stma. Virgen.
Se trata de procesíonar con todos, o una parte significativa de los partícipantes, llevando la imagen
de la Sttna.V irgen,p referentementeu nd Virgend e la Esperanza( con et Ñino dentro de su seno).
La procesión desde el "Atrio"( o desde una plaza o iglesia cercana) hasta el Altar tendría un carócter
penitencial( por todos los atentados contra la vida desde su concepción hasta su consumación).
Puede ser cantando las letanías lauretanas con algunos títulos márianos y preces añadidos
por su oportunidad.
- Monición inicial.
- Procesiónco ne l "cantol itánico".
Llegados al Altar se " entroniza" a un lado la imagen de la stma. virgen María y se puede cantar
la "s alveR egina"c omo/ inal de la ProcesiónL. a imagenp uedes er incensadaá n tuj momento.
Algunos niños pueden colocar luces junto a ella. Por comenzar el Adviento se aconseia prescindir
de flores.
- Saludoin icial de quienP reside.
- LECTURAb íblic4 todoss entado,r( Gn 3, 9-15).
- Canto:" Ave,m ariss tella..." (JubilateD eon "67, p.75ss).
- Brevea locucióni,n troduccióna la Vigilia (Cristo,E vangeliod e la Vida).
II. Exposición del Stmo. Sacramento.
Se exponela Eucaristía en el Altar, conformea l Ritual. Al traer el Stmo.S aqamentoh astae l Altar
desdel a capilla de Ia Reserttap uede acompañarlou n cortejo de niños con lucesy pahnaso ramos
de olivo en las manos.U n "cantop opular"puede interpretarseh asta que et Stmá.S acramentoll ega
a las gradas del Altar.
- Exposiciónd el SantlsimoS acramentoIn. censació.n
- Canto: "Ave verum...".
Una vez que quien preside se retira a su sede, en silencio, se inicía la meditación de los misterios
go7ososil e la vida del Señor de la mano de Ia VirgenM aría.
- Meditacióne vangélicac on MarÍa, el SantoR osario,
ComienzaIa meditaciónd e los Misterios Gozososs iguiendoe n cada uno de losc inco el siguiente
esquema:
* Lectura del paso evangélico.
* Tiempod e sílencio,a doracióny meditacíónp ersonales.
* Rezo del PADNENUESTR2, I0 AVEMARIAS y GL)RIA (el Gloria puede cantarse como en Fátima)'
Sugerimosq ue el Primer Misterio(Encarnación)l o recen unosp adres que esperane l nacimientod
e un hijo/a; el SegundoM isterio( Visitación)u n niño enfermóo minisvótiáo con susp adres;
el TercerM isterio(Nacimiento)u na Familia con tosh ijosi el Cuarto Misterio(presentaciónsimeóny
Ana-)u nosA buelosc on losn ietos;e l euinto Misterio(perdidoy haltado....u)n /osE ducadores.
* Breve silencio y Oración conclusiva del que preside.
- Srlplica por la VIDA
Terminadala meditaciónd e los Misterios Gozososd e la vida del Salvador, ante el Stmo.Sacramento,
se realizaría una súplica solemnep or la vida. En su momentos e hará púbtico el texto oficial de
la misma.
* Silencio breve.
* SÚPLICAp or ta VIDA,p uede tener respuestasli tónicas de la Comunidade nteray ser leídap or
una o varias personas.
* Silencio, adoración-oración personales.
- Celebraciónd e las PRIMERAS yÍSPERAS del Año Lihúrgico.
Puedeu sarsec omoh imnoe l "R orateC aeli" (JubilateD eon "58,p p.63ss,).
Tras la " Lectura Breve"en la Homil[a se da el sentido de esta (wgilia por la vida" dmtro de Ia
cual se celebrune stea ño las Primeras Vlsperasd el Advienlo, Terminadoe l rezo de Vísperasc on
la oración colecta, quien preside, en silencio, se traslada ante el santísimo sacramenti para
concluír la solemne Tigilia de Oración por la Vida.
- Conclusión de la Vigilia, Bendición con el Stmo. Sacramento.
* Arrodillados ante el SantísimoS aqamentos e reza la Oración del Venerablep apa Juan Pablo II
en " Evangelium Vitae".
- lntroducción:o ramosa Marla para que presenten uest¡ao ración a su Hijo, vida del mundo.
- Oración de "Evangelium Vitae".
* Tras un brevísimo silencio se procede a la Bendición Eucarística conforme al Ritual.
a) Cantoe ucarístico," O salutárish óstia..."( JubíldteD eo no50p, .55,p or su letra " eui
vitam sine término Nobis donet in pátría") e incensación.
b) Oración.
c) Bendición.
* Termínadala Bendicións e reserva el stmo. sacramentoa compañadop or un " cantop opular" y
se despide a la Comunidad reunida.

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MODELO DE LA CELEBRACION DE LA VIGILIA PROPUESTO POR LA
ARQUIDIOCESIS DE CORDOBA

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VIGILIA DE ORACIÓN POR LA VIDA
Al inicio del Año Litúrgico 2010/11

Se sugiere que la Vigilia se celebre, comenzando con la Exposición del Stmo.Sacramento y el canto de las Vísperas y el rezo del Rosario contemplando los misterios Gozosos.


* MODELO QUE SE SUGIERE:

Una imagen de la Virgen (Virgen de la Esperanza, con el Niño en su purísimo vientre) se encuentra a un lado del Altar adornada con algunas luces. Por ser Adviento no aconsejamos un adorno floral.

I. Entrada procesional con un canto mariano.

Tras llegar al Altar se trae el Santísimo Sacramento para la Exposición. Se puede traer acompañado por niños que portan luces, mientras se puede entonar un “Canto Popular” adecuado. Se expone el Santísimo según el Ritual.
Tras un tiempo breve de adoración silenciosa, quien preside, se retira a la Sede desde la que participa en las Primeras Vísperas del Domingo Primero de Adviento.

II. Rezo de las primeras Vísperas del Primer Domingo de Adviento

Sigue el Oficio de Vísperas según la Liturgia de las Horas (se ofrece en anexo el texto) En la homilía se introduce y muestra el sentido de esta Vigilia en el comienzo de un nuevo Año Litúrgico (boceto sugerido de homilía en Anexo).
Terminado el canto de Vísperas quien preside se acerca a adorar silenciosamente por un tiempo la Santísima Eucaristía.

III. Comienza el Rosario por la vida.

Ante el Santísimo Sacramento da comienzo esta parte de la Vigilia

- Lectura (Gn 3, 9-15)

- Motivación de quien preside e introducción de la meditación de los Misterios Gozosos de la vida del Señor con María.

- Meditación de los Misterios Gozosos del Señor, rezo del Santo Rosario.

A continuación se van rezando los cinco Misterios siguiendo un mismo esquema:

* Lectura del paso evangélico
* Tiempo de adoración, meditación y súplica personales, en silencio.
* Rezo del Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria, que puede ser cantado. Parece aconsejable distribuir el rezo de cada Misterio a unas personas de grupos diversos (padres que esperan un hijo; niño enfermo con sus padres; familia completa con los hijos; abuelos con nietos; y educadores).
* Breve silencio y Oración conclusiva del que Preside.

Terminada la Contemplación de los Misterios Gozosos se procede a concluir la Vigilia con la Bendición y la Reserva del Santísimo Sacramento.

- Bendición con el Santísimo y Reserva
Como de costumbre se acompaña la Reserva de la Eucaristía con un ”Canto Popular” adecuado y se procede a despedir la Asamblea.

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I DOMINGO DE ADVIENTO, SOLEMNIDAD
Primeras Vísperas
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
HIMNO
Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente:
ven y escucha la súplica ardiente,
ven, Señor, porque ya se hace tarde.

Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.

Ya madura la historia en promesas,
sólo anhela tu pronto regreso;
si el silencio madura la espera,
el amor no soporta el silencio.

Con María, la Iglesia te aguarda
con anhelos de esposa y de Madre,
y reúne a sus hijos en vela,
para juntos poder esperarte.

Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro
y a tu lado vivamos por siempre,
dando gracias al Padre en el reino. Amén.


SALMODIA
Salmo 140,1-9: Oración ante el peligro
Ant: Anunciad a los pueblos y decidles: «Mirad, viene Dios, nuestro Salvador.»
Señor, te estoy llamando, ven de prisa,
escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia,
el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.

Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
un centinela a la puerta de mis labios;
no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,
a cometer crímenes y delitos;
ni que con los hombres malvados
participe en banquetes.

Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,
pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo seguiré rezando en sus desgracias.

Sus jefes cayeron despeñados,
aunque escucharon mis palabras amables;
como una piedra de molino, rota por tierra,
están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.

Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame del lazo que me han tendido,
de la trampa de los malhechores.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Anunciad a los pueblos y decidles: «Mirad, viene Dios, nuestro Salvador.»

Salmo 141: Tú eres mi refugio
Ant: Mirad, el Señor vendrá, y todos sus santos vendrán con él; en aquel día, habrá una gran luz. Aleluya.
A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.

Pero tú conoces mis senderos,
y que en el camino por donde avanzo
me han escondido una trampa.

Mira a la derecha, fíjate:
nadie me hace caso;
no tengo adónde huir,
nadie mira por mi vida.

A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio
y mi lote en el país de la vida».

Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.

Sácame de la prisión,
y daré gracias a tu nombre:
me rodearán los justos
cuando me devuelvas tu favor.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Mirad, el Señor vendrá, y todos sus santos vendrán con él; en aquel día, habrá una gran luz. Aleluya.
Cantico. Filipenses 2,6-11:
Ant: Vendrá el Señor con gran poder, y lo contemplarán todos los hombres.
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Gloria al Padre …
Ant: Vendrá el Señor con gran poder, y lo contemplarán todos los hombres.
LECTURA BREVE 1Ts 5,23-24
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.
RESPONSORIO BREVE
V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

V/. Danos tu Salvación.
R/. Tu misericordia.

V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
CANTICO EVANGELICO (MAGNIFICAT)
Ant: Mirad: El Señor viene de lejos y su resplandor ilumina toda la tierra.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Mirad: El Señor viene de lejos y su resplandor ilumina toda la tierra.
PRECES.
Invoquemos a Cristo, alegría y júbilo de cuantos esperan su llegada, y digámosle:

¡Ven, Señor, y no tardes más!

- Esperamos, alegres, tu venida:
ven, Señor Jesús.

- Tú que existes antes de los tiempos,
ven y salva a los que viven en el tiempo.

- Tú que creaste el mundo y a todos los que en él habitan,
ven a restaurar la obra de tus manos.

- Tú que no despreciaste nuestra naturaleza mortal,
ven y arráncanos del dominio de la muerte.

- Tú que viniste para que tuviéramos vida abundante,
ven y danos tu vida eterna.

- Tú que quieres congregar a todos los hombres en tu reino,
ven y reúne a cuantos desean contemplar tu rostro.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que nos enseñó el Señor: PADRE NUESTRO…
ORACIÓN:
Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

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Para rezar en todas las Misas del Iº Domingo de Adviento.

Extensivo de oración por la vida

1. 1. Oración de los fieles para elegir Celebrante: Recemos a Cristo que por nosotros se entregó en la cruz y vive para siempre en la Iglesia para que escuche las súplicas que le dirigimos para que el Evangelio de la vida sea recibido, celebrado y anunciado por todos los hombres. A cada intención respondemos rezando:- Cristo, danos la luz de la vida– Cristo Jesús que la Iglesia sepa anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.– Señor ilumina a las mujeres que han concebido un hijo para que recorran el camino de la vida y encuentren las ayudas necesarias.– Cristo Jesús Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, derrama tu misericordia sobre las personas que promueven o participan en cualquier atentado a la dignidad de la persona.– Señor Jesús que nos amas hasta el extremo, te presentamos a todas las personas que no encuentran una razón para vivir. Que descubran la esperanza en tu amor.– Señor que te manifiestas como la Verdad encarnada. Guía a los científicos y profesionales de la medicina para que apoyen siempre la vida y rechacen toda práctica contraria a la dignidad del ser humano.– Señor Jesús Esposo de la Iglesia. Concede a los matrimonios el don de tu gracia y a las familias ser el santuario de la vida.– Cristo Jesús: en la Eucaristía nos sales al encuentro revestido de pobreza y humildad. Bendice a las personas que sufren necesidades materiales.– Señor: en la Eucaristía eres Luz del mundo y Vida de los hombres. Concédenos caminar como hijos de la luz y ser testigos del Evangelio de la vida.– Señor Jesús Pan que da la vida eterna. Líbranos del pecado que lleva a la muerte, concédenos la vida de tu gracia y a nuestros difuntos el gozo eterno. Celebrante: Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

2. 2. Suplica a la Virgen Para después de la oración postcomunión (o de los avisos) y antes de la bendición. En este comienzo del Adviento junto al papa Benedicto XVI y a nuestros obispos que nos convocan para celebrar el Año de la Vida, recemos a la Virgen madre de la Vida misma: María, te confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia. Haz que quienes creemos en tu Hijo sepamos anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida. Dios te salve María…- Ruega por nosotros santa Madre de Dios.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos. Dios todopoderoso, que, según lo anunciaste por el ángel, haz querido que tu Hijo se encarnara en el seno de María, la virgen, escucha nuestra suplica y haz que sintamos la protección de María, los que la proclamamos verdadera Madre de Dios. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén


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21 de noviembre de 2010 - TO - DOMINGO XXXIV - Ciclo C
Solemnidad de CRISTO REY

Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!

PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1-3

Todas las tribus de Israel se presentaron a David en Hebrón y le dijeron: « ¡Nosotros somos de tu misma sangre! Hace ya mucho tiempo, cuando aún teníamos como rey a Saúl, eras tú el que conducía a Israel. Y el Señor te ha dicho: "Tú apacentarás a mi pueblo Israel y tú serás el jefe de Israel."»
Todos los ancianos de Israel se presentaron ante el rey en Hebrón. El rey estableció con ellos un pacto en Hebrón, delante del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 121, 1-2. 4-5 (R.: cf. 1)
R. Vamos con alegría a la Casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la Casa del Señor»!
Nuestros pies ya están pisando
tus umbrales, Jerusalén.

Allí suben las tribus, las tribus del Señor
-según es norma en Israel-
para celebrar el nombre del Señor.
Porque allí está el trono de la justicia,
el trono de la casa de David.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas 1, 12-20

Hermanos:
Darán gracias con alegría al Padre, que nos ha hecho dignos de participar de la herencia luminosa de los santos. Porque él nos libró del poder de las tinieblas y nos hizo entrar en el Reino de su Hijo muy querido, en quien tenemos la redención y el perdón de los pecados.
El es la Imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra, los seres visibles y los invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados y Potestades: todo fue creado por medio de él y para él.
El existe antes que todas las cosas y todo subsiste en él. El es también la Cabeza del Cuerpo, es decir, de la Iglesia.
El es el Principio, el Primero que resucitó de entre los muertos, a fin de que él tuviera la primacía en todo, porque Dios quiso que en él residiera toda la Plenitud.
Por él quiso reconciliar consigo todo lo que existe en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios.


EVANGELIO
XLectura del santo Evangelio según san Lucas 23, 35-43

El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: «Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!»
También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre, le decían: «Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!»
Sobre su cabeza había una inscripción: «Este es el rey de los judíos.»
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»
Pero el otro lo increpaba, diciéndole: «¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo.»
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino.»
El le respondió: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• El poder ha sido siempre una de las aspiraciones mayores del hombre. El poder se muestra como el lugar desde donde todo es posible y desde el que se irradian beneficios personales, grupales y sociales.
• La idea de poder adopta varias formas dentro de la realidad humana. F. Nietzsche hablaba de poder como “el poder hacer” lo cual implica libertad. Pero este concepto se desvirtúa cuando se transforma en el acto o intento de imponer los intereses personales sobre los intereses ajenos, ésta es la forma más extendida y antigua.
• Muchos consideran que el “instinto o el ansia de poder” está en la base misma de las cualidades del político y lo utiliza como instrumento y rasgo distintivo de su profesión. Sin embargo el drama comienza cuando deja de ser una herramienta positiva al servicio de una “causa” para convertirse en una embriaguez personal.
• Y esto que vemos con cierta claridad en la política se puede aplicar a todos los ámbitos donde el hombre tiene la posibilidad de influir, conducir o dirigir a otros.
• Es un problema que se da a todo nivel y que atraviesa el corazón de cada persona y desde allí se expande a todas las expresiones de la vida en sociedad. Algunos consideran que la historia y hasta incluso la vida podría sintetizarse a través de dos actitudes: una, la del ejercicio sin límites del poder; otra, la de la lucha por su control.
• El poder cumple con el anhelo más profundo de controlar y asegurar la propia vida, muchas veces con la absurda pretensión de creer que podemos salvarnos a nosotros mismos.
¥¥¥
• La primera lectura es una escena guerrera, en un pueblo que reconoce la acción de Dios a través de las victorias de su rey contra los enemigos. De aquel rey, del linaje de David, Israel esperará un nuevo rey definitivamente vencedor. Un rey que sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, algunos sectores del propio Israel fueron entendiendo como un rey que no vencería por las armas, sino por una vida nueva renovadora.
¥¥¥
• San Pablo en su carta describe el desarrollo de la vida cristiana en relación con la Historia de la salvación. En primer lugar en el plan de Dios aparece el Hijo, imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura. En Él tienen todas las cosas su total realización reconciliando todo por Él y para Él, haciendo la paz por la sangre de su cruz. El discípulo es introducido en este plan de reconstrucción y restauración de toda la creación.
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• El Evangelio nos presenta un Rey cuyo trono es la cruz y cuyo cetro es un clavo que atraviesa su mano, algo demasiado fuerte y demasiado escandaloso para el hombre. Si hay algo aparentemente imposible de juntar es que Jesús sea Dios y Rey en la Cruz.
• Jesús centró toda su predicación y su actuación en el Reino de Dios. Una nueva situación en que los hombres pueden y saben vivir como hijos de Dios. El Reino es justicia, libertad, amor, vida. Jesús anuncia el Reino de Dios y lo va construyendo con su acción.
• El Reino es sobre todo una Buena Noticia para los que no tienen habitualmente buenas noticias, los débiles, pobres, enfermos y pecadores. El proyecto de Dios que los hombres comparten por gracia.
• Por eso paradójicamente, el día en que celebramos a Cristo como Rey, se nos ofrece a los creyentes la imagen de Jesús reinando desde una cruz. Un Rey que establece su reino de justicia y paz a base de su propia sangre.
• Un Rey clavado en la cruz recuerda las palabras que Jesús había dicho a Pilato: "Mi reino no es de este mundo". Jesús fue corrigiendo la idea de realeza y de mesianismo que tenían sus discípulos. Él no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida por todos. Toda su vida fue una entrega generosa: "pasó haciendo el bien": consolando, perdonando, curando, atendiendo, comunicando esperanza, dando testimonio de la verdad.
• Esa es su realeza. Esas son sus riquezas. No es una acción deslumbrante, lo que Dios ha organizado para llevarnos hacia Él. Dios ha venido a vivir nuestra vida por medio de su Hijo, ha entrado en nuestro mundo de pecado y de mal, caminando a nuestro lado sin ningún prejuicio. Su amor y entrega lo han llevado a la cruz y su sangre derramada, ha inaugurado algo nuevo. Jesús ha vivido nuestra vida humana con un amor total, sin rastro de egoísmo, y así ha podido romper las cadenas del mal y de la muerte. Desde y por Jesús, todos nosotros, podemos unirnos a Él, y entrar con Él en su vida nueva.
• Jesús nunca sacó la espada ni ha dado ninguna palabra de aliento a los revolucionarios. Sus discípulos murieron como Él, como mártires de la paz, y justamente por ello son sus testigos; testigos de quién fue Él y de quién no fue. Pero, ¿qué es su reino? La cría de asno prestada es expresión de su impotencia terrena, pero también expresión, al mismo tiempo, de su confianza perfecta en la voluntad de Dios. Él no ha erigido su propio reino, junto al reino de Dios, sino que sólo ha testimoniado esto: que su nada es su todo. Él no luchó por el poder terreno, sino por la verdad, por la justicia, por el amor: por Dios. Este reino de Dios permanece como algo quebradizo en el mundo. Pero sólo a partir de él se hará el mundo digno de vivir, humano». (Joseph Ratzinger)
• Los cristianos vivimos esta tensión. Nuestra fe afirma que Jesús es el centro del universo, de la humanidad, de la historia, pero también que su reino no es de este mundo. Ese Reino no se construye ni con la espada, ni con el poder, ni con el dinero. Su Reino se construye con la entrega, la generosidad, la sencillez y las acciones aparentemente sin brillo. Se construye con muertes heroicas y con las muertes sencillas, con las muertes de cada día.
• «El reino de Cristo está fundado sobre algo más profundo, sobre el amor, y llega hasta el alma y penetra en las voluntades. Por eso no es un Reino que oprime. Jesús atrae las almas hacia sí por medio del amor». (M. Kolbe)
• Jesús habló de un reino, fue "el tema" central de su predicación y vivió enteramente "consagrado" a ese Reino. No buscó "consagraciones" públicas, ni la participación en ellas del poder político. Jesús "pasó por uno de tantos" y pasó su vida consagrado a ese reino “haciendo el bien”. Nunca pensó en pedir la colaboración de Pilato, ni buscó que una bandera suya se levantara junto al águila romana.
• Por eso, para nosotros, proclamar a Cristo como Rey es vivir diariamente los valores de su Reinado. El quiere ser proclamado con la humildad de nuestro servicio a la vida, con la efectividad de nuestro compromiso, con la confesión de nuestro testimonio personal y comunitario.
• La actitud de sus seguidores no deberá ser la del dominio, sino la del servicio. No la del prestigio político o económico, sino la del diálogo humilde y comunicador de esperanza. Se evangeliza más a este mundo con entrega generosa que con discursos. En nosotros también debe cumplirse lo de que "servir es reinar".
• Llevar adelante el proyecto del Reino tiene una vinculación expresa con Jesús. Jesús está indisolublemente unido al Reino de Dios. No se nos entrega un proyecto y Jesús desaparece. Jesús es el único Señor que llama, vincula, acompaña y lleva a plenitud el proyecto del Padre. Si nuestro proyecto es el de Dios, el Reino, nuestro Rey es Jesucristo. En el seguimiento de Jesús se decide el Reino de Dios.
• Hoy, fiesta de Cristo Rey, recordemos una vez más cómo es su Reino y cuál es nuestra responsabilidad en él. Y, como Iglesia, busquemos el Reino de Dios y su justicia, con la convicción de que todo lo demás se nos dará por añadidura.

…Señales evidentes de la presencia del Reino son: la vivencia personal y comunitaria de las bienaventuranzas, la evangelización de los pobres, el conocimiento y cumplimiento de la voluntad del Padre, el martirio por la fe, el acceso de todos a los bienes de la creación, el perdón mutuo, sincero y fraterno, aceptando y respetando la riqueza de la pluralidad, y la lucha para no sucumbir a la tentación y no ser esclavos del mal… (Aparecida 383)

Para discernir

• ¿Qué imagen de Cristo Rey tengo formada en mi corazón?
• ¿Reconozco el reinado de Cristo diverso al reinado humano?
• ¿Acepto un reinado que se da desde la entrega y la cruz?

Para repetir a lo largo del día

…Que venga tu reino Señor…

Para la lectura espiritual

«Pilatos dijo...: 'Aquí tenéis a vuestro rey' » (Jn 19,14)
¡Bendito sea Dios! Celebremos al Hijo único, Creador de los cielos, que ha vuelto a subir a ellos después de haber descendido hasta lo más profundo de los infiernos y ahora cubre la tierra entera con los rayos de su luz. Celebremos la sepultura del Hijo único y su resurrección como vencedor, gozo del mundo entero y vida de todos los pueblos...
Todo esto nos fue dado cuando el Creador, rechazando la ignominia, se levantó de entre los muertos y, en su esplendor divino transfiguró lo perecedero en imperecedero. ¿Cuál es la ignominia que rechazó? Nos lo dice Isaías: «Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los hombres» (53, 2-3). ¿Cuándo es que estuvo sin gloria? Cuando llevó sobre sus espaldas el madero de la cruz como trofeo de su victoria sobre el diablo. Cuando pusieron sobre su cabeza una corona de espinas, a él que corona a sus fieles. Cuando fue revestido de púrpura el que reviste de inmortalidad a los que son renacidos del agua y del Espíritu Santo. Cuando clavaron en el madero al señor de la muerte y de la vida.
Pero el que estuvo sin gloria fue transfigurado en la luz, y el que es el gozo del mundo se despertó con su cuerpo... «¡El Señor es rey, vestido de belleza!» (Sl 92,1). ¿De qué belleza se revistió? De incorruptibilidad, de inmortalidad, de convocador de los apóstoles, de corona de la Iglesia... Pablo se hace testigo de ello, escuchémosle: «Es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad» (1C 15,53). También lo dice el salmista: «Tu trono está firme desde siempre y tú eres eterno; tu reino dura por los siglos; el Señor reina eternamente» (Sl 92,2; 145,13). Y también: «El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables» (Sl 96,1). ¡A él la gloria y el poder, amén!
San Gregorio de Nisa. 5º sermón sobre la Pascua

Para rezar

Padre misericordioso, envíanos tu Espíritu Santo para que descubramos que la Iglesia es Madre.
Que reviviendo el don de nuestro bautismo crezcamos en la fe y el amor a Ti.
Dentro de nosotros, Señor, se va construyendo Tu Reino.
Ayúdanos para que en las relaciones humanas, en la vida diaria, no nos cansemos de comprometernos en la construcción de un mundo de acuerdo a tu voluntad.
Te damos gracias, Padre nuestro, porque en tu Hijo Jesucristo,
Hermano y Señor nuestro, Rey del Universo, conocemos tu amor sin límites.
Desde el trono de la cruz, a la luz de su resurrección,
nos muestras tu Reino, como proyecto y realidad,
como presencia y promesa futura que culminará al final de los tiempos.
Puestos en tus manos, experimentamos la grandeza de tu providencia.
Que nuestra confianza en tu misericordia, Señor,
nos lleve a construir y anhelar tu Reino: reino de justicia y paz,
de gozo en el Espíritu Santo.
Que al decir: “venga a nosotros tu Reino”, vivamos en conformidad contigo, haciéndonos disponibles para ponernos en camino hacia Ti y hacia los demás.
Gracias, Señor, por alimentarnos con tu Cuerpo y tu Sangre.
Tú nos has confiado la misión de vivir y anunciar tu Reino.
Con confianza te pedimos que nos concedas vivir junto a Ti, por toda la eternidad.
Por Jesucristo nuestro Señor.




14 de noviembre de 2010 - TO - DOMINGO XXXIII - Ciclo C

De todo lo que contemplan, no quedará piedra sobre piedra

PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Malaquías 3, 19-20a

Llega el Día, abrasador como un horno. Todos los arrogantes y los que hacen el mal serán como paja; el Día que llega los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles raíz ni rama.
Pero para ustedes, los que temen mi Nombre, brillará el sol de justicia que trae la salud en sus rayos.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 97, 5-6. 7-8. 9 (R.: cf. 9)
R. El Señor viene a gobernar a los pueblos con rectitud.

Canten al Señor con el arpa
y al son de instrumentos musicales;
con clarines y sonidos de trompeta
aclamen al Señor, que es Rey.

Resuene el mar y todo lo que hay en él,
el mundo y todos sus habitantes;
aplaudan las corrientes del océano,
griten de gozo las montañas al unísono.

Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra;
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con rectitud.


SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 3, 7-12

Hermanos:
Ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes, y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar.
En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma. Ahora, sin embargo, nos enteramos de que algunos de ustedes viven ociosamente, no haciendo nada y entrometiéndose en todo. A estos les mandamos y los exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajen en paz para ganarse su pan.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
XLectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-19

Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron:«Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?»
Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: "Soy yo", y también: "El tiempo está cerca." No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin.»
Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• Todos experimentamos la necesidad de vivir más intensamente, más plenamente, con mayor seguridad. Instintivamente buscamos «algo» capaz de llenar nuestras aspiraciones y en lo que podamos reposar nuestra vida y confiarnos sin reservas. Y cuando nos parece haberlo encontrado sin darnos cuenta, lo absolutizamos y le rendimos el culto de nuestra libertad.
• Son muchos los que, habiendo abandonado toda religión y toda fe en Dios, e incluso sin abandonarla «sacralizan» la ciencia, la política, el dinero, el bienestar, como nuevos "dioses" que nos pueden ofrecer hoy la «salvación». Pero si somos realistas, descubrimos que nuestras esperanzas no se cumplen y que nuestras aspiraciones, tantísimas veces quedan insatisfechas.
• ¿Qué esperanza cierta pueden tener hoy los hombres? Sin negar el progreso científico; la misma ciencia y la técnica que han pretendido resolver todo o casi todo, no han podido bajar el nivel de mortandad en el tercer mundo.
• ¿Qué es lo que hoy se puede esperar? Para muchos políticos encargados de dar seguridad y confianza, el pueblo no es más que un voto cada cuatro años, y el hombre sólo un resignado consumidor de palabras engañosas y de esperanzas no cumplidas, con soluciones que sólo llenan el bolsillo de los que juran servir al pueblo.
• ¿Dónde se puede apoyar la esperanza? Los medios de comunicación social globalizados destinados a hacernos conocer la realidad y acercarnos a la verdad están frecuentemente vendidos al mejor postor, o son incompetentes, desparramando falsedades nacidas de la mala voluntad, de la ignorancia o de intereses partidistas.
• ¿Hay algo que nos puede permitir una vida más liberada y humana? La propaganda nos engaña pretendiendo dar esperanza y seguridad creando un mundo de fantasía, y convirtiendo al hombre en un "ser-para-consumir", incitando al trabajo desmesurado para poder comprar cada día más.
• Ante tanta insatisfacción que han creado seudo salvadores, se busca en vano en la droga, la música, la moda, la astrología, las "escuelas de meditación trascendental", el deporte, la plenitud y seguridad. Algunas de estas cosas no son malas si permaneciesen en su lugar de "medios", en lugar de convertirse en “fines” en la vida.
• Siempre hay quien pretende colocarse en el lugar de Dios: ideologías, o gobiernos, o partidos, o personas y grupos sociales o religiosos que aseguran que son la victoria. Se está con ellos o contra ellos. Jesús lo anuncia: "Muchos vendrán usando mi nombre diciendo 'Yo soy' o bien, el momento está cerca; no vayan tras ellos". Pareciera que todo es Dios menos Dios mismo.
• Cada año, en este tiempo, leemos páginas del evangelio que nos hablan del futuro. Jesucristo anuncia la victoria, anuncia su venida final para dar vida total. Pero al mismo tiempo un largo y difícil camino de lucha hasta llegar a la victoria. Es decir, el anuncio de Jesucristo no es una promesa de facilidades y seguridades para quienes lo sigan.
¥¥¥
• El profeta Malaquías, evoca la intervención postrera de Dios, el cual, poniendo fin a la historia del mundo, tratará según sus méritos respectivos a justos e impíos. Los "insolentes y malvados" serán destruidos como paja seca en un gran fuego y quedarán reducidos al estado de una cepa sin ramas ni raíces. Los justos, en cambio, se pavonearán al sol de justicia que brillará con todo su esplendor para ellos, dándoles vida y salvación. Sus enemigos serán destruidos, reducidos a cenizas, gracias a la intervención potente y victoriosa del Dios de los Ejércitos.
¥¥¥
• Advierte San Pablo en la segunda lectura: "El que no trabaja que no coma". Una llamada al realismo. La fe jamás es evasión. El día del Señor y su venida se prepara sin huir del mundo sino asumiendo en Él nuestras responsabilidades y nuestro trabajo de cada día.
¥¥¥
• El evangelio desestabiliza. El pueblo judío vivía seguro y satisfecho a la sombra de su templo. Para un judío, el Templo era el compendio de su fe, la materialización de la alianza entre aquel pueblo pobre y humillado y su Dios; quizá la razón más clara de su existencia como pueblo elegido entre todos los pueblos para ser el depositario de la salvación. El Templo de Jerusalén era la seguridad. Mientras el Templo estuviera allí, el judío sabría cómo tenía que vivir. Si el Templo faltaba, no sabría cómo y por dónde caminar hacia Dios.
• La contemplación de la belleza del Templo de Jerusalén dio pie a las reflexiones de Jesús. El anuncio de su destrucción más que una referencia al hecho histórico de su pérdida material, es una anticipación de lo que será la presencia y misión de Jesús, aquel que llevará al pueblo al verdadero culto interior. Este texto de la destrucción del templo es muy significativo porque quiere decirnos que toda falsa seguridad del hombre, basada en sus obras, por muy colosales que sean, va a pasar por el tamiz del evangelio.
• Nuestro tiempo no es un tiempo de tranquilidad sino más bien de luchas y conflictos en toda la sociedad y también en la Iglesia. No falta quien piensa que estamos en un tiempo final de calamidades, que se ha perdido todo y que vamos de mal en peor. Vemos como nuestras seguridades, nuestras instituciones, como lo era para el pueblo judío su Templo, se resquebrajan sin que sepamos qué sentido tiene lo que sucede o qué hacer.
• Desaparece a nuestro alrededor el cristianismo como forma social y muchos cristianos nos sentimos indefensos y con la angustia de sentir que todo se está derrumbando. Es más fácil que la propia sociedad acompañe y proteja lo que nosotros creemos y deseamos hacer. Si desaparece este tipo de cristianismo de “feliz seguridad” en el que tanto nos hemos apoyado, es sólo para que, de cara a Dios seamos capaces de asumir, sin respaldos, el compromiso vital de nuestra fe.
• Si la ley común es que cada uno se arregle como pueda y el mundo no es más que una selva en donde sólo gana el más fuerte, el cristiano podrá gritar, sin andamiajes que lo sostengan, que la ley de su fe es que ha nacido para servir y no para ser servido; y que las bienaventuranzas son un estilo de vida y no una bella poesía; pero podrá gritarlo si lo vive y lo practica, no si es simplemente un “slogan sin sustento” en su realidad.
• La conformidad con este mundo es más peligrosa para la fe que la persecución cruenta. San Ambrosio decía: «Los emperadores nos ayudaban más cuando nos perseguían que ahora que nos protegen»
• Las situaciones de calma, en las que el culto y el funcionamiento interno de la Iglesia no sufre dificultades sino que más bien son protegidos, son propicias para convertir el cristianismo en algo insípido donde la inercia nos lleva a instalarnos, a mirar hacia adentro, a interesarnos por la Iglesia posponiendo la preocupación por el servicio. Llegamos a convertirnos absurdamente en mensajeros que llevan sus propios mensajes, empachadores de ovejas bien alimentadas más que pastores.
• Cataclismos y desastres cósmicos son la voz de alerta y el llamado a la responsabilidad para despertarnos del sueño de la rutina y de la comodidad creyendo que no pasa nada. El fin del mundo, como el fin o muerte de cada uno, no es la destrucción, sino la consumación y cumplimiento de la promesa de Dios: un nuevo cielo y una nueva tierra, una vida eterna.
• El anuncio del tiempo final no es para intimidarnos y obligarnos a ser buenos por la fuerza. Este anuncio es la "buena noticia" de saber que el mundo tiene fin, que el mundo y sus modos injustos pasan, que no son "dios" y que no hay razón para meternos en los moldes del mundo ni doblegarnos a sus dueños. Podemos, tenemos y debemos cambiar esta realidad injusta, violenta y deshumanizada para que todos puedan experimentar la belleza y la bondad del Reino de Dios, que viene y está.
• El evangelio del fin del mundo es una llamada a reavivar nuestra esperanza: Jesús, que está a punto de ser exaltado en la cruz, volverá y completará la obra iniciada en la creación y corregida en la redención. Pero todo eso no sucederá sin nosotros. No hay lugar para la evasión esperando que Dios lo haga todo, ni para el apuro desenfrenado, sino para la paciencia y la responsabilidad inteligente, solidaria y creadora.
• La autenticidad de nuestra fe y misión se mide por nuestra donación a los hermanos. Una comunidad de discípulos introvertida, replegada sobre sí, no es la Iglesia de Jesús, sino un grupo de personas que se alimentan de sus egoísmos.
• Una Iglesia de discípulos y misioneros es la que se compromete a servir, sin seguridades pagas con requisitos cumplidos, ni para este tiempo ni para la eternidad. Hacer una iglesia discipular y misionera es construir con otros creyentes una fraternidad con la misma esperanza que da el Padre de toda Vida, en la que todos comulgan en el amor a, y de Jesucristo; y que están dinamizados por la misma fuerza del Espíritu que los potencia para darse a los demás en la construcción de un mundo nuevo.

…Nuestras comunidades llevan el sello de los apóstoles y, además, reconocen el testimonio cristiano de tantos hombres y mujeres que esparcieron en nuestra geografía las semillas del Evangelio, viviendo valientemente su fe, incluso derramando su sangre como mártires. Su ejemplo de vida y santidad constituye un regalo precioso para el camino creyente de los latinoamericanos y, a la vez, un estímulo para imitar sus virtudes en las nuevas expresiones culturales de la historia. Con la pasión de su amor a Jesucristo, han sido miembros activos y misioneros en su comunidad eclesial. Con valentía, han perseverado en la promoción de los derechos de las personas, fueron agudos en el discernimiento crítico de la realidad a la luz de la enseñanza social de la Iglesia y creíbles por el testimonio coherente de sus vidas. Los cristianos de hoy recogemos su herencia y nos sentimos llamados a continuar con renovado ardor apostólico y misionero el estilo evangélico de vida que nos han trasmitido…. (Aparecida 275)

Para discernir

• ¿Qué actitud tomo frente a los males de este mundo?
• ¿Soy consciente de mi responsabilidad en la marcha del mundo?
• ¿Vivo con una actitud esperanzadamente constructora?

Para repetir

Dame constancia Señor

Para la lectura espiritual

"Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.
Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.
Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida.Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo.Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida.Los.judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.
Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el mundo, pero su religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres.
El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantiene unido el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero ellos son los que mantienen la trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal; también los cristianos viven como peregrinos en moradas corruptibles, mientras esperan la incorrupción celestial. El alma se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del que no les es lícito desertar."
De la Carta a Diogneto (Cap. 5-6; Funk 1, 317-321)

Para rezar

Padre Santo
En este día, me presento ante ti; mi Señor,
para honrarte y adorarte,
tú eres digno de todo honor,
de toda gloria, de toda alabanza.
Señor, me uno a esta oración de intercesión
por tus hijos,
que están sufriendo persecución en estos momentos.
He visto, Señor, el odio exacerbado
sobre tu pueblo,
conozco la persecución que tus hijos sufren,
te pido, con todo mi corazón, tengas misericordia.
En este día, guarda a tu pueblo de todo consejo oculto,
libralo de todo mal.
Pon cerco en derredor nuestro.
Te pido por todos mis hermanos que sufren persecución,
que están siendo hostigados y torturados.
Sé que en muchas partes del mundo
tu pueblo sufre terriblemente.
Señor, ¿hasta cuándo?
¿hasta cuándo tu pueblo seguirá sufriendo?
Perdón mi Señor, te ruego,
tengas piedad de nosotros,
escucha nuestro clamor, escucha nuestra oración,
por amor a tu precioso nombre,
No desampares la obra de tus manos.
Padre en el nombre precioso de Jesús
te lo pedimos, amén.



7 de noviembre de 2010 - TO - DOMINGO XXXII – CICLO C

...No es un Dios de muertos sino de vivientes...

PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Macabeos 7, 1-2. 9-14

Fueron detenidos siete hermanos, junto con su madre. El rey, flagelándolos con azotes y tendones de buey, trató de obligarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. Pero uno de ellos, hablando en nombre de todos, le dijo:
«¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir, antes que violar las leyes de nuestros padres.»
Y cuando estaba por dar su último suspiro, dijo: «Tú, malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros morimos por sus leyes.»
Después de este, fue castigado el tercero. Apenas se lo pidieron, presentó su lengua, extendió decididamente sus manos y dijo con valentía: «Yo he recibido estos miembros como un don del Cielo, pero ahora los desprecio por amor a sus leyes y espero recibirlos nuevamente de él.» El rey y sus acompañantes estaban sorprendidos del valor de aquel joven, que no hacía ningún caso de sus sufrimientos.
Una vez que murió este, sometieron al cuarto a la misma tortura y a los mismos suplicios. Y cuando ya estaba próximo a su fin, habló así: «Es preferible morir a manos de los hombres, con la esperanza puesta en Dios de ser resucitados por él. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.»
Palabra de Dios.

SALMO Sal 16, 1. 5-6. 8b y 15 (R.: 15b)
R. Señor, al despertar, me saciaré de tu presencia.

Escucha, Señor, mi justa demanda,
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.

Mis pies se mantuvieron firmes
en los caminos señalados:
¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas!
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:
inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.

Escóndeme a la sombra de tus alas.
Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro,
y al despertar, me saciaré de tu presencia.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 2, 16-3, 5

Hermanos:
Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.
Finalmente, hermanos, rueguen por nosotros, para que la Palabra del Señor se propague rápidamente y sea glorificada como lo es entre ustedes. Rueguen también para que nos veamos libres de los hombres malvados y perversos, ya que no todos tienen fe.
Pero el Señor es fiel: él los fortalecerá y los preservará del Maligno. Nosotros tenemos plena confianza en el Señor de que ustedes cumplen y seguirán cumpliendo nuestras disposiciones.
Que el Señor los encamine hacia el amor de Dios y les dé la perseverancia de Cristo.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-38

Se acercaron a Jesús algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le dijeron: «Maestro, Moisés nos ha ordenado: Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda. Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia. Finalmente, también murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?»
Jesús les respondió: «En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero los que sean juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casarán. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Porque él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para él.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• Hay bastante consenso en la afirmación que presenta como raíz de toda agresividad la frustración y la falta de realización de las aspiraciones humanas más profundas. También se señala como factor de violencia el desencanto, el callejón sin salida con el que se chocan las expectativas en este sistema.
• Sin demasiado análisis notamos en el día a día que hay más expectativas "razonables" que posibilidades reales de satisfacerlas. Hay más trabajadores que empleos, más profesionales que necesidades, más familias que hogares, más hambre que pan. Se queman las cosechas para poder subir el precio o porque no se las paga justamente. Se elevan los precios para cortar el consumo de los que tienen menos recursos; y por otro lado se estimula la compra fomentando el número de expectativas, ya que una demanda creciente, siempre mayor que la oferta, es condición indispensable de crecimiento. Y así va creciendo el número de insatisfechos, de frustraciones, de desencantos y de la consiguiente violencia. No sólo aumenta el número de homicidios sino también de modo alarmante el número de suicidios. Se experimentan cada vez más "motivos" para matar y también más "motivos" para matarse.
• Pareciera que cada vez hay menos razones para vivir o faltase una razón para vivir. Las aspiraciones humanas se han convertido en expectativas y estas son engañosas y de corta duración.
• Sin aspiraciones la muerte es el final absoluto; todo se acaba con la muerte, la historia humana es sólo un recuerdo del pasado.
• Al hombre de hoy no le resulta fácil creer en la otra vida. Unos viven tan bien que difícilmente pueden imaginar otra vida mejor. Otros viven tan mal que no tienen imaginación para pensar en otra vida. A pesar de todo, muchos, tarde o temprano y por distintas razones, reconocen que esto no es vida, que esto no es todo, que tiene que haber algo más.
• Si la muerte no tiene sentido, toda la vida se disuelve en el vacío. Pero si la muerte tiene un sentido también lo tiene la vida. Para buscar el sentido y la consistencia de la vida, se hace imprescindible plantear el sentido de la muerte.
• La fe en la vida eterna, en la otra vida, resulta ser una de las pocas actitudes razonables, pues no podemos vivir como si no tuviéramos que morir. Es la fe verdadera en la vida eterna lo que nos da fuerza para asumir la vida presente y arrancarla de su destino de “pasión inútil”. Quien conoce la muerte, conoce y valora la vida y quien olvida la muerte, olvida y desprecia la vida.
• La esperanza en la vida eterna no es un soporífero, con el que nos drogamos para dejar que el mundo siga a los tumbos.
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• La primera lectura presenta un hermoso ejemplo, tomado del libro de los Macabeos, sobre la fe en la vida futura. En la persecución de Antíoco IV, que, con una mezcla de halagos y amenazas, intenta seducir a los israelitas y conducirles a la religión oficial pagana, olvidando la Alianza; una buena mujer, madre de siete hijos, da un ejemplo admirable de entereza y fidelidad. Lo de comer o no carne prohibida era un detalle: se trataba de mantenerse fieles al conjunto de la fe en Dios.
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• La segunda lectura nos ofrece un texto de consolación. Pablo exhorta a los cristianos de Tesalónica a mantenerse constantes y firmes en la fidelidad a Dios y a sus enseñanzas ya que el mismo Dios nos ha dado "un consuelo eterno y una esperanza feliz". El autor se apoya precisamente en que Dios es fiel y nunca falta a sus promesas; si Él ha prometido la vida, debemos vivir con esa esperanza espléndida. La vida futura inmortal para el cristiano se siembra aquí, en el presente.
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• El evangelio presenta una discusión sobre la existencia de una vida más allá de la muerte. Los saduceos, que pertenecían a las clases altas de la sociedad y no creían en la otra vida y en la resurrección le plantearon a Jesús una pregunta tramposa, basándose en la famosa "ley de levirato". Por esta ley el hermano del esposo debe casarse con la viuda si esta no ha tenido descendencia: ¿de quién será esposa en el cielo una mujer que se ha casado sucesivamente con siete hermanos?
• La pregunta no es importante y la cuestión del matrimonio es la excusa. El tema básico es la vida definitiva a la que Jesús responde al final de la escena. Jesús les dice, ante todo, que en la otra vida el matrimonio no tendrá como finalidad la procreación, porque allí la humanidad no necesita renovarse, porque todo es vida y no hay muerte. Dios, que es todo Vida, no puede dejarnos a nosotros abandonados a la muerte.
• Jesús no explica cómo es la otra vida, pero sí les dice que nuestro destino es la vida, no la muerte. Además, les asegura que los que "han sido juzgados dignos de la vida futura son hijos de Dios y están llamados a vivir de la misma vida de Dios, y para siempre, en la fiesta plena de la comunión con Él.
• Esta es nuestra esperanza: que más allá de la debilidad de este mundo, estamos llamados a compartir la plenitud que Dios mismo tiene.
• Nuestro destino es la vida eterna: "Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos". La certeza de nuestra resurrección radica en que Cristo ha resucitado. Si Él murió para hacernos hijos de Dios y darnos vida nueva por su Espíritu, esta vida no puede ser perecedera, sino definitiva y eterna.
• La vida de los resucitados de entre los muertos no es la continuación de nuestro mundo de ahora. Es totalmente diferente. La vida que perdura no es una prolongación de la vida biológica, puesto que ya no está sujeta a la muerte. En ella están en vigor otras leyes ocultas a nosotros. Procede directamente de Dios.
• Si después de esta vida no hubiera nada, nos sentiríamos profundamente frustrados, la vida humana sería una “pasión inútil” y el hombre “un ser para la nada”, como dicen muchos filósofos.
• Para Jesús, vivir consiste en ir dando la vida hasta la ofrenda total en la muerte, pero que desde Dios es el acto supremo de la vida; mientras que, morir es querer vivir mi vida desentendiéndome de la de los demás, que es lo que habitualmente llamamos "aprovechar la vida". El que vive dando la vida, no la pierde, la da. Mientras que el que vive sin darla, la pierde con la muerte.
• Todo lo que creemos es ya para esta vida, es decir, para orientar y transformar nuestra vida a semejanza de Cristo.
• Esta fe en la resurrección de los muertos se realiza como respeto y valoración de la dignidad de los vivos o no se realiza de ninguna manera. Y en este sentido, para los creyentes, es la raíz última y fundamento de los derechos fundamentales del hombre, de todo hombre.
• Gracias a esta fe en la resurrección, los cristianos tenemos que afirmar la vida, respetar la vida, sacar adelante la vida de todos los hombres de manera concreta. Los cristianos no creemos en otra vida como negación de la presente, o evasión de lo que nos toca; sino como afirmación sin límites de la vida.
• Creer en la vida eterna debe ser para nosotros hacer posible la vida para todos, sabiendo que la persona tiene una dignidad sin límites como la misma promesa de Dios.
• No podemos vivir de espaldas a la vida definitiva que ha de venir, ni a la vida presente que estamos viviendo. La fe en la resurrección futura nos hace trabajar sin cansancio por la resurrección del mundo presente, mejorando las condiciones de vida, haciendo una sociedad más humana y más fraterna, siendo constantes en toda clase de obras que ayuden al hermano, sembrando la paz y luchando por la justicia.
• Creer en la vida eterna es luchar por hacer posible una vida buena para todos. La verdadera esperanza cristiana no puede ser nunca un pretexto para desentendernos de los hombres y del mundo que necesitan la manifestación de los hijos de Dios.
• Para los discípulos de Jesús creer en la vida eterna, en la resurrección de los muertos significa creer que la vida verdadera es amor y que el amor no muere nunca, porque es más fuerte que la muerte. Significa permanecer en el amor a Dios y en el amor al prójimo, en el Mandamiento del Señor. Dios, que es Dios de vivos y no de muertos, es Amor.
• Es la fe en la vida eterna la que nos da fuerza para asumir la vida presente. La esperanza de nuestra feliz resurrección debe hacerse realidad en medio de los hombres, siendo testimonio de la presencia del Dios vivo a través de obras concretas.
• No hay mayor demostración ante los hombres de la veracidad de nuestra fe en la vida eterna, que la de vivir y dejar vivir, contribuyendo a que todos puedan realizarse como personas, como hijos de Dios, desde una vida cada día más justa y más digna.

Para discernir

• ¿Margino y excluyo por alguna razón?
• ¿Descubro la misericordia de Dios en las heridas de mis pecados?
• ¿Me apoyo en mis méritos para acercarme a Dios?

Para repetir

…Creo en la vida eterna…

Para la lectura espiritual

¿RESURRECCIÓN o REENCARNACIÓN?
No es difícil en nuestro días encontrarse con personas seriamente interesadas por la vieja teoría de la reencarnación e, incluso, con cristianos que no entienden muy bien por qué el cristianismo habla de resurrección y no de reencarnación.
Sin embargo, la fe en la resurrección de los muertos supone algo totalmente nuevo y original frente a la reencarnación de las almas que se afirma en la religiosidad hindú, en el budismo o en las doctrinas griegas de la metempsícosis.
Según la visión hindú, las almas van emigrando constantemente (sam-sára= pasar a través), encarnándose una y otra vez en vidas sucesivas. Y son las acciones buenas o malas (karma) las que deciden cómo va a ser la próxima reencarnación.
De esta manera, la realidad es una sucesión de nacimientos y muertes donde las almas se van degradando o purificando hasta alcanzar tal vez un día la reintegración en la totalidad del Ser Absoluto. Ese nirvana difícil pero no imposible del que habla el budismo. Esta manera de ver la realidad tiene consecuencias profundas y se distancia radicalmente de la fe cristiana. Según esta concepción oriental, la identidad individual de cada persona se eclipsa y el cuerpo queda privado de valor. En realidad, los individuos surgen por una disgregación del ser, pueden reencarnarse en diversos cuerpos, pero lo importante es que vuelvan a reintegrarse en el Gran Todo.
La visión cristiana es diferente. En la raíz de todo está un Dios Creador que, movido por su amor infinito, crea la vida de cada persona con un valor absoluto y singular. Cada individuo es un ser libre querido por Dios por sí mismo y llamado a encontrar un día su realización plena corpóreo-espiritual en un diálogo amoroso con él.
Por otra parte, según la doctrina reencarnacionista, el mal es una realidad física (la caída del individuo en la materia). Por eso, la salvación consiste en una especie de proceso mecánico de depuración que, a través de sucesivas reencarnaciones dirigidas por el karma, conduce de nuevo a la matriz original del Ser Absoluto.
Los cristianos vemos las cosas de otra manera. El hombre es un ser libre que puede rechazar a Dios rompiendo su relación personal con él. Por eso, la salvación se produce, no por medio de un mecanismo de reintegración, sino a través de una conversión personal a Dios.
Así, pues, para los cristianos, la realidad no es algo indefinido donde la muerte es una especie de espejismo y donde las almas circulan constantemente del más allá al más acá y viceversa, sobre el fondo inmutable y frío del Ser Absoluto.
Nosotros creemos en un Dios que crea la vida y nos la regala amorosamente a cada uno como valor absoluto. La muerte puede acabar con nuestra condición biológica actual, pero no puede extinguir la vida que nos llega desde Dios. El Creador de la vida es más fuerte que la muerte. Dios no es «un Dios de muertos, sino de vivos». El nos resucitará para la vida eterna. Esta esperanza es «la roca de nuestro corazón».
JOSE ANTONIO PAGOLA

Para rezar

Yo mismo Lo veré"
Y seremos nosotros,
para siempre,
como eres Tú el que fuiste,
en nuestra tierra,
hijo de la María y de la Muerte,
compañero de todos los caminos.
Seremos lo que somos,
para siempre,
pero gloriosamente restaurados,
como son tuyas esas cinco llagas,
imprescriptiblemente gloriosas.
Como eres Tú el que fuiste,
humano, hermano,
exactamente igual al que moriste,
Jesús, el mismo y totalmente otro,
así seremos para siempre, exactos,
lo que fuimos y somos y seremos,
¡otros del todo, pero tan nosotros!
Pedro Casaldáliga



31 de octubre de 2010 - TO - DOMINGO XXXI - Ciclo C

Vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 11, 22-12,2

Señor, el mundo entero es delante de ti como un grano de polvo que apenas inclina la balanza, como una gota de rocío matinal que cae sobre la tierra. Tú te compadeces de todos, porque todo lo puedes, y apartas los ojos de los pecados de los hombres para que ellos se conviertan.
Tú amas todo lo que existe y no aborreces nada de lo que has hecho, porque si hubieras odiado algo, no lo habrías creado.
¿Cómo podría subsistir una cosa si tú no quisieras? ¿Cómo se conservaría si no la hubieras llamado?
Pero tú eres indulgente con todos, ya que todo es tuyo, Señor que amas la vida, porque tu espíritu incorruptible está en todas las cosas. Por eso reprendes poco a poco a los que caen, y los amonestas recordándoles sus pecados, para que se aparten del mal y crean en ti, Señor.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 144, 1-2. 8-9. 10-11. 13c-14 (R.: cf. 1)
R. Bendeciré tu Nombre eternamente, Dios mío, el único Rey.

Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey,
y bendeciré tu Nombre eternamente;
día tras día te bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar.

El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.

Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.

El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 1, 11-2, 2

Hermanos:
Rogamos constantemente por ustedes a fin de que Dios los haga dignos de su llamado, y lleve a término en ustedes, con su poder, todo buen propósito y toda acción inspirada en la fe. Así el nombre del Señor Jesús será glorificado en ustedes, y ustedes en él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
XLectura del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí.
Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador.» Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más.»
Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• Durante mucho tiempo se habló de pobres; después de subdesarrollados; luego de marginados y de carenciados. Sabemos que hay una política económica y social perversa que produce hombres y mujeres sobrantes, que no cuentan para nada.
• La palabra "pobre" y el concepto de "pobreza" ya no alcanzan para definir y explicar la situación actual de sectores cada día más amplios de la sociedad. Hoy la pobreza, en un mundo globalizado, desigual en oportunidades y posibilidades transforma a muchos no sólo en pobres sino en excluidos.
• Esta es la gran pobreza de la actualidad: los excluidos. Y aunque no se cuente con ellos: los excluidos existen y son personas con rostros concretos. Vertiginosamente nuestra sociedad produce sectores humanos, cada vez más amplios, que quedan fuera del sistema y que continuarán siendo pobres mientras el mismo no cambie.
• El antídoto que se busca para esta situación es la justicia que exige respetar lo que es del otro, respetar los derechos del otro, permitir que el otro despliegue sus posibilidades y su vocación a través del ejercicio de sus derechos; no es un favor, no es un acto de gratuidad y menos de caridad, es simplemente cumplir con una obligación y con un deber moral.
• Los excluidos son una realidad de ayer y de hoy; ya sea por cuestiones raciales, étnicas, religiosas, morales o económicas. No son construcciones mentales, son hombres y mujeres que nos interrogan desde el fondo de su tragedia y desde su lucha diaria por sobrevivir.

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• La lectura del Libro de la Sabiduría debemos encuadrarla dentro de la reflexión de las acciones de Dios en el Éxodo; liberadoras para los israelitas y castigo para los egipcios. El autor habla de ese amor inicial y previo. Como es el amor y deseo del hijo aún no concebido, la razón llegada a la vida; la omnipotencia es la ejecutora de ese deseo amoroso. Dios ama todas las cosas, pues todas son sus criaturas. Y no quiere que nada perezca, sino que todo se salve. Por eso está dispuesto a conceder a lo malogrado la oportunidad de rehacerse. Dios mantiene todos los seres y anima con su soplo incorruptible todas las cosas. El perdón que Dios concede a los pecadores es un acto de su providencia y misericordia que todo lo conserva. Si castiga, lo hace con moderación, no para destruir, sino para salvar y ayudar al hombre.

¥¥¥

• En la comunidad de Tesalónica, fundados en supuestas revelaciones y en algunas frases de Pablo de su carta anterior que fueron mal interpretadas, algunos exaltados habían difundido la idea de que la venida del Señor, la Parusía, era inminente. La exhortación a la vigilancia ante la repentina venida del Señor y la insistencia en la necesidad de orar sin interrupción, se prestaban a una actitud fanática de algunos primeros cristianos que, con el pretexto de la inmediata venida del Señor, se desentendían de organizar en el mundo la convivencia y dejaban el trabajo para dedicarse sólo a la oración. Pablo condena aquí esa actitud y trata de serenar a la comunidad.

¥¥¥

• Como marco para el Evangelio se presenta la ciudad de Jericó, una hermosa villa en medio del desierto, a once kilómetros del río Jordán, con manantiales y plantaciones de palmeras que ahora se encuentra convulsionada ante el paso del famoso profeta. Jesús ha llegado, entra en la ciudad y es bien recibido. El pueblo entero con sus jefes espirituales y los hombres piadosos se acercan para verlo.
• Zaqueo, el aduanero de Jericó, cobrador de impuestos también hace todo lo posible por ver "quién es Jesús". Esto significa superar las dificultades que, debido a su escasa estatura, le impedían ver al Maestro como el resto de la gente.
• Zaqueo era en su tiempo lo que hoy llamaríamos un corrupto indeseable, un hombre despreciado por su profesión y por su conducta poco escrupulosa. Lo mismo que pastores y prostitutas en la sociedad judía de entonces, compartía la mala fama que acompaña siempre y en todas partes como una sombra a los marginados sociales. Formaba parte de los excluidos. A pesar de ser un hombre rico desde el punto de vista económico, carecía de categoría social. Era un publicano y por lo tanto despreciado igual que los samaritanos.
• Zaqueo no podía esperar nada del profeta de Nazaret, ni siquiera se atrevía a mezclarse con sus seguidores teniendo que contentarse con verlo pasar. Igualmente Zaqueo se puso "a tiro de la Gracia": "Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: hoy tengo que alojarme en tu casa".
• Zaqueo se había hecho rico a costa de los pobres y ninguna persona justa se atrevía a entrar en su casa. Pero Jesús sí se atrevió. Ha venido precisamente para eso, para buscar y salvar lo que estaba perdido.
• El gesto de aceptación incondicional de Jesús para con Zaqueo es capaz de enternecer y convertir el corazón de un hombre que todos consideraban irremediablemente endurecido: con alegría, en un clima de fiesta y gozo incontenible está decidido a compartir su vida y sus bienes con los pobres y devolver lo que ha robado con creces. Es un hombre nuevo que cambia radicalmente el rumbo de su vida y todos sus esquemas, su modo de pensar, su sistema de valores, su relación con la gente.
• La ventaja de Zaqueo frente a los ricos, respetados en la sociedad, es que él no encuentra nada y a nadie que pueda justificar su riqueza. La marginación que padece lo ayuda a no falsear su conciencia, engañándose a sí mismo y teniéndose por un bendito de Dios. Zaqueo no se tiene a sí mismo por justo por eso vive el gozo de la conversión como la respuesta a la Buena Noticia que le tocó el corazón. Un escritor del siglo pasado meditando por qué la gracia divina obtiene triunfos inesperados en el alma del pecador más grande, mientras que con mucha frecuencia permanece inactiva en las personas más honradas dice: "La razón está precisamente en que las gentes más honradas, o en definitiva a las que así se denomina y que gustosamente se designan como tales, no tienen puntos débiles en su armadura. Son invulnerables. Su piel moral constantemente sana les procura un pellejo impenetrable y una coraza sin fallos. "
• La transformación cristiana es producto de un encuentro con Jesús más que de un voluntarismo ético. Zaqueo no toma decisiones preestablecidas como acudir al templo con más frecuencia, o acercarse arrepentido a los líderes religiosos, o estudiar a fondo la Ley y sus preceptos.
• El gesto de Zaqueo, que restituye el cuádruplo a aquellos que ha defraudado y dar la mitad de sus bienes a los pobres, nace de una conversión interior, de un cambio de ruta provocado por este encuentro con Jesús. Encontrando al amor, descubriendo el ser amado, uno se hace capaz de ir al encuentro de los otros. Los mira con ojos distintos, no como objetos para utilizar sino como personas para amar. También sus bienes cambian de dirección: el gesto de acumular se sustituye por el gesto de dar libre y gratuitamente. Y así el dinero que era objeto de división se transforma en signo de encuentro y comunión. Su conversión toca su corazón y su bolsillo.
• Con esta actitud, Zaqueo se constituye en prototipo de discípulo, mostrándonos de qué manera la conversión influye en nuestra relación con los bienes materiales; y en segundo lugar recordándonos las exigencias que lleva seguir a Jesús hasta el final.
• El encuentro es gracia y salvación, cuando experimentamos que Dios no viene a dar respuesta a nuestras preguntas, sino que en Jesús quiere entrar en nuestra casa y compartir nuestra vida; alojarse en nosotros, recibir nuestra hospitalidad, entrar en nuestra intimidad, participar de nuestra mesa por más pobre que sea.
• Cuando nos atenemos únicamente a la ley y a las buenas costumbres para sentirnos seguros, pero resistimos a las inspiraciones y a la novedad del amor evangélico que renueva todas las cosas y se manifiesta en la justicia; cuando sólo nos preocupamos de hacer "méritos" para cobrarlos así en la tierra como en el cielo, no podemos gozar ni alegrarnos del maravilloso desborde del amor de Dios que hace justo al pecador, ni de la generosidad de los que responden a la llamada del Evangelio sin mirar para atrás.
• Tenemos que descubrir que el amor de Jesús va más allá de los pecados; se sumerge en lo profundo de nuestra vida y busca, descubre, despierta, todo lo que hay de intacto y de puro, porque incluso en el hombre que parece más abominable subsiste siempre un rincón de inocencia, sólo accesible para Dios.
• Los hombres tenemos habitualmente ojos para el mal, para la crítica, para la basura del mundo, pero necesitamos mirar todo eso con ojos de amor, con los mismos ojos con que Dios lo ve y descubrir en esas realidades el lugar desde donde Dios quiere salvar. F. Nietzsche decía que también Dios tiene su infierno: “su amor a los hombres”. San Pablo ya lo había afirmado con más abundancia al decir en la carta a los romanos que Dios se enternece". "Zaqueo quería ver", y lo que se le reveló fue la herida de Dios. No había pedido nada, y fue Dios mismo el que le suplicó: "Quiero hospedarme en tu casa".
• Jesús con su actitud nos descubre su misión: "Buscar y salvar lo que estaba perdido" y lo que es la misión de la Iglesia. Una Iglesia verdaderamente evangelizadora y misionera necesita cambiar de táctica centrando sus objetivos pastorales en los marginados. Sólo así podría ser fiel a la misión de Jesús que vino a salvar lo perdido, pues "no necesitan médico los sanos, sino los enfermos".

Para discernir

• ¿Margino y excluyo por alguna razón?
• ¿Descubro la misericordia de Dios en las heridas de mis pecados?
• ¿Me apoyo en mis méritos para acercarme a Dios?

Para repetir a lo largo de la semana

…Señor, ven a mi casa…

Para la lectura espiritual

Reprochaban al médico que entrase en casa del enfermo El Señor, que había recibido a Zaqueo en su corazón se dignó ser recibido en casa de él. Le dice: Zaqueo, apresúrate a bajar, pues conviene que yo me quede en tu casa (Lc 19,5). Gran dicha consideraba él ver a Cristo. Quien tenía por grande e inefable dicha el verle pasar, mereció inmediatamente tenerle en casa. Se infunde la gracia, actúa la fe por medio del amor, se recibe en casa a Cristo, que habitaba ya en el corazón. Zaqueo dice a Cristo: Señor, daré la mitad de mis bienes a los pobres, y si a alguien he defraudado le devolveré el cuádruplo (Lc 19,8). Como si dijera: «Me quedo con la otra mitad, no para poseerla, sino para tener con qué restituir». He aquí, en verdad, en qué consiste recibir a Jesús, recibirle en el corazón. Allí, en efecto, estaba Cristo; estaba en Zaqueo, y por su inspiración se decía a sí mismo lo que escuchaba de su boca. Es lo que dice el Apóstol: Que Cristo habite en vuestros corazones por la fe (Ef 3,17).
Como se trataba de Zaqueo, el jefe de los publicanos y gran pecador, aquella turba, que se creía sana y le impedía que Jesús entrase en casa de un pecador, que equivale a reprochar al médico el que entre en casa del enfermo. Puesto que Zaqueo se convirtió en objeto de burla en cuanto pecador y se mofaban de él, ya sano, los enfermos, respondió el Señor a esos burlones: Hoy ha llegado la salvación a esta casa (Lc 19,9). He aquí el motivo de mi entrada: Hoy ha llegado la salvación. Ciertamente, si el Salvador no hubiese entrado no hubiese llegado la salvación a aquella casa.
¿De qué te extrañas, enfermo? Llama también tú a Jesús, no te creas sano. El enfermo que recibe al médico es un enfermo con esperanza; pero es un caso desesperado quien en su locura da muerte al médico. ¡Qué locura la de aquel que da muerte al médico! En cambio, ¡qué bondad y poder el del médico, que de su sangre preparó la medicina para su demente asesino! No decía sin motivo: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (Lc 23,34), quien había venido a buscar y salvar lo que había perecido. «Ellos son dementes, yo soy el médico; se enfurecen, los soporto con paciencia; cuándo me hayan dado muerte, entonces los curaré». Hallémonos entre aquellos a quienes sana. Es palabra humana y digna de todo crédito que Jesucristo vino al mundo a salvar a los pecadores. A salvar a los pecadores (1 Tim 1,15), sean grandes o pequeños. Vino el hijo del hombre a buscar y salvar lo que había perecido (Lc 19,10).
San Agustín Sermón 174, 3.5-6

Para rezar

Dios no te deja caer sin alzarte

Cuando quieres aplausos que nunca llegan.
Cuando descubres que no va a ser El quien apruebe tus exámenes, o quien te encuentre trabajo, o quien solucione tus conflictos.
Cuando tras la lluvia viene más lluvia.
Cuando descubres el dolor del inocente y querrías volver a ser ciego.
Cuando te asusta entender que la misión es también tu misión.
Cuando comprendes que las heridas infligidas pueden sanar, pero no borrarse.
Cuando sientes que tu verdad es incomprendida y, pese a todo, tienes que seguir avanzando.
Y sólo ahí, una vez que has tocado un poquito de suelo,
entonces te das cuenta de que es en ese lugar,
en ese espacio de la fragilidad, del dolor y de la duda;
en ese rincón en el que te sientes desprotegido y vulnerable,
donde habita tu Dios de la cruz, del camino, de la pobreza.
Y sólo ahí descubres que Dios siempre está sobre aviso,
que a veces te quita el dolor y te pone la cena,
aunque en ocasiones tengas que dar la vida.
Sólo ahí descubres que al caer estás siendo abrazado,
y que en todo lo que ves, se asoma la imagen de una creación buena;
y que por debajo de todos los ruidos hay una canción de amor de Dios
por el mundo; y que en muchos roces hay una caricia
que despierta la esperanza...



24 de octubre de 2010 - TO - DOMINGO XXX – Ciclo C

La súplica del humilde atraviesa las nubes

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico 35, 12-14. 16-18

El Señor es juez y no hace distinción de personas: no se muestra parcial contra el pobre y escucha la súplica del oprimido; no desoye la plegaria del huérfano, ni a la viuda, cuando expone su queja.
El que rinde el culto que agrada al Señor, es aceptado, y su plegaria llega hasta las nubes. La súplica del humilde atraviesa las nubes y mientras no llega a su destino, él no se consuela: no desiste hasta que el Altísimo interviene, para juzgar a los justos y hacerles justicia.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 33, 2-3. 17-18. 19 y 23 (R.: 7ab)
R. El pobre invocó al Señor, y él lo escuchó.

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el señor:
que lo oigan los humildes y se alegren.

El Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.

El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
El Señor rescata a sus servidores,
y los que se refugian en él no serán castigados.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo
a Timoteo 4, 6-8. 16-18

Querido hermano:
Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se aproxima: he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que hayan aguardado con amor su Manifestación.
Cuando hice mi primera defensa, nadie me acompañó, sino que todos me abandonaron. ¡Ojalá que no les sea tenido en cuenta!
Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. Así fui librado de la boca del león.
El Señor me librará de todo mal y me preservará hasta que entre en su Reino celestial. ¡A él sea la gloria por los siglos de los siglos! Amén.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
XLectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14

Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:
«Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: "Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas."
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!"
Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• Todos los hombres le damos importancia a la imagen, algunos lo hacen de manera exagerada. Hay algunos que han hecho un estilo de vida basado en la apariencia. Hay quienes pasan horas viéndose al espejo porque están genuinamente preocupados por alguna "imperfección" que pueda afectar el como los demás lo perciban y lo tengan en cuenta.
• También están los que se esfuerzan por tener un título universitario que los ayudará a ocupar un lugar y pagarían por obtenerlo aunque fueran inútiles a la hora de realizar algo. Son muchos los que se endeudan para tener cosas de lujo que no necesitan sólo por aparentar.
• En nuestra sociedad, día a día se toman un gran número de decisiones basadas en la apariencia y no en los hechos. En un juicio legal servirá de poco la argumentación lógica de una persona de la calle, ante el testimonio de un "probado perito".
• En el ámbito político la selección de las personas que forjarán el destino de toda una sociedad, se hace por una mayoría de personas, que votan fundamentalmente por la proyección de los candidatos, y no por una evaluación racional y sensata de las alternativas que ofrecen.
• Si ya es un problema que las personas juzguen tantas cosas por la apariencia, peor resulta que existan personas, lugares sociales y culturales que vivan de ella, tratando de deformar la realidad y creando imágenes falsas con tal de obtener algún beneficio. Vivir de la apariencia no es otra cosa que mentir.
• Por otro lado, no es menos cierto que de vez en cuando nos encontramos con alguien cuya apariencia esconde lo que realmente es. Hay sabios que parecen tontos, genios que parecen locos, nobles que parecen rufianes, y millonarios que parecen mendigos.
• El gran problema aparece cuando nos terminamos creyendo ser aquello que tanto nos esforzamos por aparentar. Obligados a mantener una imagen se hace difícil aceptar las críticas de los demás. Resaltando los errores y defectos de los demás llegamos a olvidar u ocultar los propios.
• Para los que "viven de la apariencia", y que no les importa el efecto negativo de sus acciones en los demás, les cabe el refrán: “Cuidado, porque hay muchos que no aparentan lo que son en realidad y cuando abras la boca, sabrán perfectamente quien sos de verdad”.
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• La primera lectura confirma como el grito del pobre alcanza las nubes. El pobre en este caso no es el que no tiene dinero, sino el que sabe que es pobre porque no corresponde a lo que Dios quiere de él. Este vacío, muchas veces doloroso se hace necesario: el pobre que sirve a Dios «consigue el favor del Señor». Dios es Juez, justo e imparcial pero tiene una debilidad que no puede disimular: siente una ternura especial, maternal, por el pobre, por el pecador, por el indigente. Dios no hace acepción de personas, pero sus predilectos son los necesitados.
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• La segunda lectura muestra a Pablo en prisión y ante los tribunales. Su muerte es inminente, sintiéndose abandonado de casi todos, no está solo: el Señor le acompaña. Sabe que «ha combatido bien su combate», no sólo cuando era libre, sino también ahora, en su pobreza actual. Pero su autodefensa ante el tribunal se convierte precisamente en su último y decisivo «anuncio», el mensaje que oirán «todos los gentiles».
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• En el evangelio, Jesús presenta una parábola por algunos que se creían buenos, que estaban seguros de sí mismos, de lo que pensaban y de lo que hacían y que despreciaban a los demás. A las tres de la tarde que era el tiempo de la oración, y en el grandioso marco del templo se encuentran un superpracticante religioso y un alejado. El fariseo hace la oración según la costumbre de su tiempo: de pie y con las manos alzadas y extendidas. El esquema de su oración es el conocido y oficialmente habitual. Su boca dice palabras de acción de gracias, pero, en el fondo, se siente justo ante Dios y desprecia a los no cumplidores. El publicano también emplea una oración conocida: el salmo 51. Pero se siente indigno y sin derechos ante Dios. Es lo más profundo de su ser quien habla. Se ve necesitado de una gracia que no cree merecer.
• Con la parábola del fariseo y del publicano nos encontramos ante un "test" de vida cristiana actual y de todos los tiempos. Los fariseos eran, en general, personas respetadas por su honradez. En política, eran patriotas nacionalistas no violentos. Religiosamente eran muy piadosos y fieles cumplidores de la ley, entendida ésta según su minuciosa y pormenorizada interpretación.
• El fariseo tiene como base doctrinal para su vida de fe, que en la medida en que cumpla la ley de Dios, en esa medida Dios lo premiará y lo salvará. La salvación para él no depende tanto de Dios cuanto de sí mismo, de su propia fidelidad, de su propia vida. Esto hace que para el fariseo la ley sea fuente de derechos ante Dios. Para él las obras buenas hacen al hombre bueno y merecedor, por derecho propio, de la propia salvación. Esta creencia los llevará a ser poco solidarios con el pueblo y a mantenerse a distancia de todo no cumplidor. Este fariseo del Evangelio más que rezar a Dios, se reza a sí mismo desde el pedestal de sus virtudes.
• Los publicanos eran los encargados de recoger el impuesto que exigían los ocupantes romanos, al cual añadían una comisión, a menudo muy abultada, con la que se enriquecían: se trataba por tanto de un grupo de gente que sumaban el colaboracionismo a la extorsión y que en materia religiosa eran impíos. Irreligiosidad, robo y colaboracionismo son sus líneas de vida. En esta parábola el publicano es el hombre "desnudo" ante Dios. No esconde la realidad de su vida pecadora como recaudador de impuestos al servicio del imperio romano, no se excusa defendiendo su puesto de trabajo. Se ve tan pobre y tan poca cosa ante Dios que ni se atreve a levantar los ojos. Sinceramente pide perdón de su pecado, de su mala vida.
• Y Dios lo salva, lo mira con ojos de bondad. Lo ama. Porque a Dios no le asusta la verdad del hombre, la realidad sincera de nuestra vida pecadora. Más aún: la desea, como base de su obra salvadora en el corazón del hombre. Solamente el hombre desnudo de toda suficiencia y orgullo puede ser salvado.
• Cristo no condena al fariseo por ser un ser religioso, por llevar una vida moral digna, por practicar fielmente el ayuno y el diezmo. Lo que critica es que no entiende la gratuidad de la salvación y cree en la necesidad de comprarla con el cumplimiento de la ley. Su obsesión no es el amor, es lo mandado. Su espíritu de juicio, lo lleva a pensar que no existe otra forma de vida religiosa, que pueda merecer la gracia de Dios. Únicamente porque juzga a los otros, volverá a casa sin la seguridad de haber alcanzado la misericordia de Dios.
• Cristo no alaba la ausencia de moralidad y la escasa religiosidad del publicano; Cristo subraya su humildad, su arrepentimiento que lo lleva a descubrir en su presencia que debe cambiar su mala vida. Sólo tiene para presentar a Dios, sus robos a pobres, huérfanos y viudas, su avaricia, su estafa, su falta de respeto a la ley y su poco amor a la patria. Su oración reconociéndose pecador y culpable y la abstención de juzgar en su corazón; será lo que lo justifique, lo que le haga volver a casa con el sentimiento profundo del perdón de Dios.
• Todo el Evangelio es una palabra de esperanza para los pecadores. Nuestras obras no nos otorgan derechos ante Dios, ni justifican su abrazo gratuito. La seguridad no puede residir, nunca en nosotros mismos, sino en la misericordia de Dios. Cuánto más seguros de nosotros mismos, más nos alejamos de entender y recibir la verdadera salvación.
• El Dios de Jesús, el Dios de la oración que Jesús aprueba, es un Dios de los pobres, de los que se sienten insuficientes, insatisfechos, pobres, pecadores, impotentes para acabar con el mal dentro y fuera de ellos mismos. Nuestra oración, nuestra relación con Dios, no debe ser la del que vive satisfecho de lo que es y de lo que hace; y que se presenta delante de Dios para que mire sus libros de cuentas bien ordenados y se los apruebe, sino la del que se sabe que le queda todavía mucho por andar, que le faltan muchas cosas, que no puede sentirse tranquilo con su vida, que siempre debe esperar más.
• Estas son las actitudes religiosas de los hombres de todos los tiempos: de los fariseos de entonces y de los fariseos de ahora; de los publicanos de hoy y de los publicanos de siempre; de los que de verdad buscan al Dios de la salvación y de los que se buscan a sí mismos.
• Jesús nos invita a romper con toda aparente seguridad construida sobre la dureza, la intransigencia, la descalificación de personas y grupos que llevan a ver todo mal fuera de lo nuestro y todo bien en lo nuestro, a sospechar de los cristianos que se acercan a otras fronteras, de los que son diferentes, pecadores, abatidos o que nos ponen en cuestión.
• Jesús desde la parábola enseña a sus discípulos que para nada sirven una fe y una oración que no salgan de la verdadera realidad humana del creyente. Por lo tanto cada cristiano desde su impotencia debe sinceramente hacer suya la petición suplicante del desesperado.
• El discípulo es aquel que camina al encuentro del Dios que salva, teniendo muy presente su pobreza, su limitación, su pecado. Desde el abismo de nuestra nada podremos llamar a Dios y Él nos escuchará, nos salvará, seremos justificados y experimentaremos ser amados de Dios.
• El discípulo ha comprendido bien a fondo que el Evangelio nos viene a decir que nuestra salvación no es obra ganada a base de cumplimientos sino don generoso del amor de Dios y que por lo tanto lo importante no es cumplir puntualmente todas las normas sino confiar en el amor de Dios, que todo lo puede, todo lo supera, hasta incluso nuestros errores más grandes. Reconocer nuestra pequeñez, nuestra impotencia, nuestra nada, que sólo queda llena, precisamente, por ese amor de Dios.
• La Iglesia de discípulos – misioneros está llamada a ser la comunidad de los que sienten la necesidad del amor, de la misericordia y del perdón de Dios. La Iglesia se desfigura a sí misma cuando se piensa a sí misma y actúa como un grupo de intachables que levantan constantemente su dedo acusador ante los demás. En cambio, la Iglesia muestra su verdadero rostro y corazón cuando vive como una comunidad de pecadores arrepentidos, reconciliados y justificados por Dios; comunidad que no se envanece por sus méritos sino que humildemente se abre y da gracias por la misericordia y se hace transparencia de esa misma misericordia ante el mundo; sabiendo que nada somos y que estamos completamente en sus manos.

Para discernir

• ¿Dónde se apoya mi fe?
• ¿Busco al Dios que me salva o al que me premia?
• ¿Busco en los errores de los demás justificación para míos?

Para repetir a lo largo del día

"¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!"

Para la lectura espiritual

«¡Oh Dios, ten compasión de este pecador!»
Un fariseo y un publicano subieron al templo a orar. El fariseo comenzó enumerando todas sus cualidades, proclamando: «¡Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos y adúlteros; ni como ese publicano!» ¡Miserable, te atreves a juzgar la tierra entera! ¿Por qué te atreves a desanimar a tu prójimo? ¿No te basta la tierra entera que tienes necesidad de condenar a ese pubicano? Has acusado a todos los hombres sin excepción: «No soy como los demás hombres... ni como ese publicano; ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo». ¡Cuánta suficiencia en estas palabras! ¡Maldito!...
El publicano había comprendido muy bien estas palabras. Hubiera podido corregirlo de esta manera: ¿Quién eres tú que te atreves a proferir semejantes difamaciones contra mí? ¿Qué sabes tú de mi vida? Jamás has vivido en mi entorno, tú no eres uno de mis íntimos. ¿Por qué manifiestas tanto orgullo? Por otra parte, ¿quién puede dar testimonio de la realidad de tus buenas acciones? ¿Por qué te empeñas en hacer tu propio elogio, qué es lo que te incita a ensalzarte de esta manera?» Pero no, no hizo nada de eso –sino todo lo contrario- se prosternó diciendo: «¡Oh Dios ten compasión de este pecador!» Y por haber dado pruebas de humildad, quedó justificado.
El fariseo se marchó del Templo sin recibir ninguna absolución, mas el publicano se marchó con el corazón renovado por haber reencontrado la justicia... Sin embargo, no es que allí hubiera mucha humildad, en la medida en que este término se usa cuando se humilla uno que es noble; ahora bien, en el caso del publicano, no se trataba de humildad, sino de simple verdad, porque lo que decía era verdad.
San Juan Crisóstomo Homilías sobre la conversión, nº 2

Para rezar

Los fariseos quieren que los demás sean perfectos,
lo exigen.
No saben hablar de otra cosa.
Pero Yo soy menos exigente, dice Dios.
Porque Yo sé bien lo que es la perfección
y no exijo tanto a los hombres.
Precisamente porque Yo soy perfecto
y no hay en Mí más que perfección,
no soy tan difícil como los fariseos.
Soy menos exigente.
Soy el Santo de los santos
y sé lo que es ser santo, lo que cuesta, lo que vale.
Son los fariseos los que quieren la perfección;
pero para los demás.
Encuentran siempre indignos a los demás,
encuentran indigno a todo el mundo.
Pero Yo, dice Dios, soy menos difícil,
y encuentro que un buen cristiano,
un buen pecador de la común especie,
es digno de ser mi hijo,
y de reclinar su cabeza sobre mi hombro.
CH. Péguy



17 de octubre de 2010 - TO - DOMINGO XXIX – Ciclo C

Dios hará justicia a sus elegidos que claman a él

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo 17, 8-13

Vinieron los amalecitas y atacaron a Israel en Refidim. Moisés dijo a Josué: «Elige a algunos de nuestros hombres y ve mañana a combatir contra Amalec. Yo estaré de pie sobre la cima del monte, teniendo en mi mano el bastón de Dios.»
Josué hizo lo que le había dicho Moisés, y fue a combatir contra los amalecitas.
Entretanto, Moisés, Aarón y Jur habían subido a la cima del monte. Y mientras Moisés tenía los brazos levantados, vencía Israel; pero cuando los dejaba caer, prevalecía Amalec.
Como Moisés tenía los brazos muy cansados, ellos tomaron una piedra y la pusieron donde él estaba. Moisés se sentó sobre la piedra, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sus brazos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol.
De esa manera, Josué derrotó a Amalec y a sus tropas al filo de la espada.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 120, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: cf. 2)

R. Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

Levanto mis ojos a las montañas:
¿de dónde me vendrá la ayuda?
La ayuda me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

El no dejará que resbale tu pie:
¡tu guardián no duerme!
No, no duerme ni dormita
el guardián de Israel.

El Señor es tu guardián,
es la sombra protectora a tu derecha:
de día, no te dañará el sol,
ni la luna de noche.

El Señor te protegerá de todo mal
y cuidará tu vida.
El te protegerá en la partida y el regreso,
ahora y para siempre.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14-4, 2

Querido hermano:
Permanece fiel a la doctrina que aprendiste y de la que estás plenamente convencido: tú sabes de quiénes la has recibido.
Recuerda que desde la niñez conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación, mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien.
Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
XLectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8

Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:
«En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: "Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario."
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: "Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme."»
Y el Señor dijo: «Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• Thomas Alva Edison llegó a la bombita incandescente después de 5 mil intentos. Esto significó perseverancia, constancia y disciplina. De no haber sido un perseverante consumado después de dos mil intentos, o muchos menos, lo hubiera dejado a la mitad del camino. Por eso pudo afirmar: “Nunca he hecho nada que valga la pena por accidente, ni ninguno de mis inventos surgió por casualidad. Surgieron del trabajo”.
• El bien tiene quien lo anhele; le falta, en cambio, quien lo practique. Las buenas obras tienen quien las comience; pero suele faltar quien las continúe y concluya. La fidelidad a lo asumido y la perseverancia, no están de moda en un mundo tan cambiante. La perseverancia sólo se sostiene con una voluntad firme, constante, superior al tiempo. Y he ahí el problema, porque el hombre va cambiando en sus necesidades, gustos, temores, esperanzas. Sucede a menudo que no son el mismo hombre, el que quiere y el que realiza lo querido. Lo que hoy me propongo, para realizar en un futuro, lo realizaré con la carga de emociones, fatigas, esperanzas y desalientos que he ido acumulando día tras día.
• Hay una mentalidad que nos empuja a prepararnos para cuando todo termine, para el fracaso. Así hay parejas que se casan dejando bien claro que está abierta la puerta a la separación; amigos que no creen en el valor de la palabra y se cuidan unos de otros; negocios que se arman a sabiendas que terminarán en juicio. Paradójicamente, todo lo que parezca firme despierta más desconfianza que admiración, más burla que entusiasmo.
• Decir que queremos perseverar, es ir en contra de la corriente, es presunción. Las fuerzas humanas no bastan para este verbo, tan singular. Necesariamente, entonces, es imprescindible volver nuestros ojos a nuestro Dios.

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• En la batalla contra los enemigos, Moisés oraba a Dios pidiéndole su ayuda. Mientras él mantenía los brazos elevados, los israelitas se imponían. Si él aflojaba en su oración, sucedía al revés. El pueblo de Israel sentía urgente necesidad de derrotar a los amalecitas, sin lo cual no podrían llegar hasta la tierra prometida, pero a la vez sabían que eran poca cosa para tamaña empresa. Tendrán que acudir a Yahvé para arrancar de él la victoria anhelada. No es un gesto mágico. Es un símbolo de que la historia de este pueblo no se puede entender sin la ayuda de Dios.

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• El texto de la carta es un texto bien explícito que muestra una de las afirmaciones más importantes en lo que se refiere a la Sagrada Escritura. Pablo decía a Timoteo que la Sagrada Escritura «puede darte la sabiduría y, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación».

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• Jesús con la espontaneidad y cercanía del lenguaje de las parábolas compara el comportamiento de Dios con el de un juez absolutamente inicuo, pues ni temía a Dios ni le importaban los hombres. La situación era tal que la pobre viuda tenía todas las de perder. Sin embargo, no tiene otra alternativa que insistir una y otra vez y de ese modo ganó el pleito. La insistencia de la viuda, venció la resistencia del juez injusto, pues consiguió llegar a hacer justicia con tal de que no lo continuara fastidiando.
• Jesús al proponer la parábola de la viuda y el juez, invita a sus discípulos, a no desanimarse en el intento de implantar el reino de Dios, en el mundo. Jesús no empieza por enseñar a orar a sus discípulos, sino que les predica del Reino, y de esta adhesión brotará la necesidad de orar.
• Después de convivir durante bastante tiempo con el maestro, le piden que les enseñe a orar. La oración para Jesús es más, que unos actos o un culto; es un modo de vida. Por eso al final del Evangelio de hoy une la oración a la fe. Sin fe la oración no tiene sentido, no se entiende.
• La fe se manifiesta en la perseverancia. La fuente de la perseverancia del discípulo ante la adversidad y ante el mal que muchas veces parecen dominar el mundo, reside la experiencia de sentirnos amados por el Padre. Porque es Dios mismo quien está actuando en el mundo para hacer nuevas todas las cosas. Perseverancia que es aprender a reconocer que en los obstáculos y dificultades se encuentran oportunidades para crecer y que los buenos momentos son “la usina” para seguir adelante. Perseverancia que es paciencia y esfuerzo, porque es necesario trabajar día a día, y los sacrificios forman parte de la opción que se realiza para alcanzar lo anhelado.
• La oración perseverante brota de la fe. En un mundo cada vez más encerrado en su propia visión de las cosas, hay exigencias en el evangelio que sin fe y oración difícilmente seremos capaces de asumir. Rezar sin desfallecer es creer que la justicia de Dios, es la verdadera y la única capaz de dar una auténtica respuesta, a los problemas del hombre. El discípulo suplica porque tiene conciencia muy clara de esta necesidad y de su propia impotencia para responder por sí mismo, a las exigencias del reino y su justicia. La distancia entre la pequeñez del discípulo y sus anhelos, sólo Dios puede colmarla. Rezar es ser testigo de la propia debilidad y del poder de Dios, que se manifiesta en la resurrección de Jesús.
• La oración perseverante madura por la confianza. La actitud del discípulo debe ser apertura a Dios, y no sólo de confianza en sus propias fuerzas. El discípulo en la oración se encuentra ante el padre y el amigo, ante el modelo de vida. Entiende a Dios como "el que está con y en él". Sabe que no es él quien tiene a Dios, sino que es Dios quien lo posee desde su fe. Lo siente como más íntimo, que lo más íntimo de sí mismo. Él es quien lo salva, quien lo realiza plenamente como hombre. El discípulo experimenta esta luminosa realidad, en medio de las limitaciones que ser hombre lleva consigo.
• La oración perseverante fortalece la comunión. En la oración el discípulo alimenta su comunión con Dios y con los hombres. Sin oración nos exponemos a la lejanía de Dios y a dejar de tener el "sentido de Dios" en los acontecimientos.
• La oración perseverante nos lleva al compromiso. La oración es compromiso transformador con el mundo y la historia. Dios no es el papá bueno que hace las cosas que debemos hacer nosotros. Dios es el Padre que nos ayuda en la lucha, para superar las dificultades que se nos presentan, es la garantía de una justicia definitiva, por la que vale la pena luchar contra las injusticias, que muchos sufren a lo largo de sus vidas. Ni todo depende exclusivamente de Dios, ni todo queda sujeto a los hombres y su justicia.
• La oración perseverante fortalece nuestra esperanza. La esperanza cristiana es la certeza de alcanzar algún día, en plenitud y para siempre, lo prometido por Dios y añorado en lo más íntimo y verdadero de nuestro corazón. Una esperanza así, respeta el "tiempo" de Dios, pero empuja a trabajar para adelantarlo.
• La oración no se agota en una fórmula recitada o en una expresión verbal. Para que sea auténtica tiene que ser la expresión oral o mental de nuestra manera real de ser cristianos.
• Rezar es: amar, agradeciendo a Dios la vida que nos ofrece y el amor que nos muestra; decirle que aceptamos esa vida y que queremos corresponder a su amor, trabajando por la felicidad de toda la humanidad.
• La oración perseverante es respuesta de amor y de solidaridad a un Dios solidario de los hombres.

Para discernir

• ¿Soy constante en mis compromisos?
• ¿Mi oración es insistente o decae cuando no se recibe lo pedido?
• ¿Trato en la oración de configurarme con el querer de Cristo?

Para repetir

Señor…ayúdame a rezar siempre…

Para la lectura espiritual

LA ORACIÓN DE LA MAYORÍA
Son bastantes los hombres y mujeres que se inician hoy de nuevo en el arte de la meditación y se esfuerzan por recuperar el silencio interior. Numerosos los estudios que nos invitan a descubrir caminos nuevos de contemplación y métodos de concentración y purificación interior.
Es gozoso ver todo este esfuerzo y hay que alentarlo decididamente en nuestras comunidades creyentes. Pero, la inmensa mayoría de los cristianos sencillos no podrán nunca saborear esta oración cuidada, profunda y purificada.
Por eso, es bueno ver que Jesús, para invitarnos a «orar siempre sin desanimarse», pone el ejemplo de una mujer sencilla y en apuros que insiste en su petición hasta lograr con su terquedad lo que desea.
Esta es la enseñanza de Jesús: si permanecéis estrechamente unidos a Dios en la oración, no debéis desesperar en ninguna dificultad, pues no seréis abandonados por vuestro Padre.
Hay una oración vulgar, la única que sabe hacer la gente sencilla en momentos de apuro, y que hemos despreciado demasiado estos últimos años.
Es esa oración, acaso demasiado «interesada» y hasta contaminada de actitudes mágicas. Una oración hecha de fórmulas repetidas con sencillez. Oración llena de distracciones, sin gran hondura ni pretensiones de contemplación.
Esa oración de los momentos de angustia, cuando uno está desbordado por el miedo, la depresión, la soledad o el desengaño. La oración en el fracaso matrimonial o el conflicto doloroso con los hijos. La oración ante la sala de operaciones o junto al moribundo. ¿No deberíamos mirar con más simpatía esta oración modesta, deslucida, poco sublime, que es la oración de los pobres, los angustiados, los ignorantes?
Esa oración que nace desde la conciencia de la propia indignidad. La oración de los que no saben analizarse a sí mismos ni pueden ahondar en nada. La oración de los que no saben hablar ni consigo mismos ni con los demás si no es torpemente y con trabajo. Lo ha dicho J.M. Zunzunegui, en un bello libro: «Es ésta, sin duda, la oración de la mayoría en todas las religiones del mundo, la oración que desata la ternura de Dios y que es, en definitiva, suficiente para la inmensa mayoría de la humanidad».
Esta oración, a veces tan poco valorada, no encuentra problemas para ese Dios que entiende a los pobres y les hará justicia como nadie.
JOSE ANTONIO PAGOLA

Para rezar

Desde lo profundo de la incomprensión,
clamamos a ti, oh Dios.
Con la mirada puesta en las secuelas del odio y la intolerancia,
buscamos tu rostro, Señor.
Desde el dolor por las vidas inocentes que cada día son aniquiladas
por la violencia y la injusticia en sus diversas formas,
venimos a ti, nuestro Señor.
Y esperamos que tu misericordia sea con tus hijos y con tus hijas,
especialmente allí donde los mercaderes de la muerte
han sembrado hoy su cotidiana semilla de horror.
Clamamos por las víctimas de los terrorismos,
los más evidentes y los más sutiles,
que desconocen el valor de la vida que Tú nos regalaste.
Rogamos por aquellas personas cuyo horizonte se ha ensombrecido
como consecuencia de estos actos violentos,
que te desconocen como creador y sustentador de la vida.
Oramos para que la paz y la justicia se abracen y se besen de una vez,
poniendo fin a tanta barbarie y a tanto dolor sin sentido.
Desde lo profundo de nuestra incomprensión
sólo podemos esperar en ti, oh Dios,
confiando y creyendo que, finalmente,
la vida podrá más que la muerte,
el amor más que el odio,
la paz más que la violencia,
la comprensión más que la intolerancia...
Conmovidos por el absurdo,
seguimos esperando que amanezca
el tiempo de la justicia,
el tiempo de la compasión,
el tiempo del encuentro,
el tiempo de la armonía,
el tiempo de la fraternidad,
tu tiempo,
el tiempo del Reino.
Desde lo profundo del alma,
desde un corazón desgarrado,
sólo podemos pedirte, oh Dios,
"Sea tu paz,
bendita y hermanada a la justicia,
que abrace al mundo entero: ten compasión.
Que tu poder,
sustente el testimonio de tu pueblo,
tu Reino venga hoy: Kyrie eleison."
                                     Gerardo Obermann




10 de octubre de 2010 - TO - DOMINGO XXVIII – Ciclo C

Sólo el extranjero volvió a dar gracias a Dios

PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 5, 14-17

Naamán bajó y se sumergió siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del hombre de Dios; así su carne se volvió como la de un muchacho joven y quedó limpio.
Luego volvió con toda su comitiva adonde estaba el hombre de Dios. Al llegar, se presentó delante de él y le dijo: «Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra, a no ser en Israel. Acepta, te lo ruego, un presente de tu servidor.» Pero Eliseo replicó: «Por la vida del Señor, a quien sirvo, no aceptaré nada.» Naamán le insistió para que aceptara, pero él se negó. Naamán dijo entonces: «De acuerdo; pero permite al menos que le den a tu servidor un poco de esta tierra, la carga de dos mulas, porque tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses, fuera del Señor.»
Palabra de Dios.


SALMO Sal 97, 1. 2-3b. 3c-4 (R.: cf. 2b)
R. El Señor reveló su victoria
a los ojos de las naciones.

Canten al Señor un canto nuevo,
porque el hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo
a Timoteo 2, 8-13

Querido hermano:
Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos y es descendiente de David. Esta es la Buena Noticia que yo predico, por la cual sufro y estoy encadenado como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso soporto estas pruebas por amor a los elegidos, a fin de que ellos también alcancen la salvación que está en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna.
Esta doctrina es digna de fe: Si hemos muerto con él, viviremos con él. Si somos constantes, reinaremos con él. Si renegamos de él, él también renegará de nosotros. Si somos infieles, él es fiel, porque no puede renegar de sí mismo.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19

Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: « ¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!»
Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes.» Y en el camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: « ¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?» Y agregó: «Levántate y vete, tu fe te ha salvado.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• Resulta muy común poner más esfuerzo en recordar los odios que los afectos. Mantenemos muy vivos y acariciamos enfermizamente por mucho tiempo, a veces toda la vida, la memoria de ofensas, desprecios o agresiones recibidas. Por el contrario, olvidamos en minutos el agradecimiento que debemos a tantas personas que nos han ayudado; incluso, a aquellos a quienes deberíamos rendir gratitud de por vida. Peor aún, muchas veces una sola falta aislada lleva a perder una larga historia de amistad o de vida familiar. Son mucho más abundantes en nuestra vida personal y social las “listas de agravios exigiendo reparación”, las “listas de indeseables”, las “listas negras”.
• Por el bien que recibimos, la gratitud es a menudo ligera como una pluma; mientras que el daño que recibimos o creímos recibir se hacen una mochila pesada como el plomo. Por otro lado, cuando alguien nos debe agradecimiento, enseguida lo recordamos. Los hombres suelen, si reciben un mal, escribirlo sobre el mármol; si un bien, en el polvo (Thomas Moore).
• La ingratitud, amnesia del corazón, es hija de la soberbia. Cuando domina la ingratitud pensamos y sentimos que todo nos es debido, o calificamos como debido lo que ha sido gratuito.
• La gratitud es la memoria buena del corazón. Ser agradecido es más que saber pronunciar unas palabras de forma mecánica, o un hábito de buena educación, la gratitud es aquella actitud que nace del corazón que aprecia y valora lo que alguien ha hecho por nosotros. Encierra un sentido más importante cuando encontramos que también quiere decir reconocimiento.
• La gratitud es un valor que enriquece nuestra vida y la de los que nos rodean, no así la ingratitud que ocasiona muchas pérdidas. Es la gratitud o la ingratitud un decálogo ético de las relaciones humanas y sin embargo lo hemos perdido en esta vorágine de relativismo y superficialidad que malgasta los sentimientos más nobles, cuando no los corrompe o destruye.
• Un proverbio alemán señala que “El trigo y la gratitud sólo crecen en una buena tierra”. Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. Cuando muerden dejan una herida profunda (Martín Lutero).
• Rechaza a Dios el desagradecido porque considera que no hay nada que agradecerle, dado que todo son méritos propios. Rechazado Dios, el hombre, necesitado de una salvación, opta por salvarse a sí mismo, se cierra en sí mismo, en su egoísmo, y crea una salvación a su propia medida.
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• La lectura del Libro de los Reyes nos presenta la acción beneficiosa para un leproso extranjero; Naamán, el general de Siria, eterno pueblo enemigo de Israel. La enfermedad de la lepra era una de las lacras de aquella sociedad, por eso era considerada la enfermedad más impura y diabólica. Eliseo recurre al mítico Jordán, el río de la tierra santa, para que se bañe en sus aguas casi divinas, para aquella mentalidad. Es como un baño en la fe de Israel; este es el sentido del texto. Lo más importante es la acción de gracias a Dios, ya que el profeta no quiere aceptar nada para sí.
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• La segunda lectura seguramente procede de una antigua fórmula de fe que confiesa no solamente la descendencia davídica de Jesús, sino principalmente su resurrección, a partir de la cual viene al mundo la salvación. Este acontecimiento es lo que llevó a Pablo a abandonar su vida de seguridad en el judaísmo y a luchar hasta la muerte para que el mundo encuentre en este acontecimiento la razón última de la historia futura. El quiere ayudar a salvarse a los hermanos. Ahora, escribiendo a Timoteo, le ordena conservar la "memoria" de Jesús. "Haz memoria del Señor Jesucristo". Elemento integrante de la gratitud es la "memoria".
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• En el evangelio, Jesús camina hacia Jerusalén. Sólo en función de esta ciudad donde lo espera su destino de muerte y de salvación para los hombres, podemos comprender su acción, el riesgo y el sentido de todo lo que hace.
• El leproso era ante todo un marginado; su enfermedad le convertía en un extraño dentro de la vida de su pueblo; por eso se podía tomar como un maldito.
• Se acercan diez leprosos que forman entre sí una especie de comunidad de miseria y de sufrimiento, errante por lugares desiertos, en la que incluso un samaritano tiene un lugar entre los judíos fieles a la alianza.
• La enfermedad y la miseria los reúne y los coloca en posición de búsqueda y necesidad. Han oído hablar de sus milagros y salen al encuentro de Jesús y a gritos le suplican que los cure. No pueden hacer más que gritar pidiendo auxilio. En su petición está implícito el grito de todos los hombres que descubren sus límites y llaman a la puerta del misterio en busca de salvación. Le gritan desde lejos, respetando de este modo, la prohibición que tenían los leprosos de acercarse a las ciudades y a los caminos.
• Todos esperaban un gesto maravilloso, un prodigio de Jesús. La actitud del maestro rompe el contexto legal: les habla y les da un consejo que los llevará a la curación: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Jesús se limitó a decirles que hicieran lo que tenían que hacer, cumplir la ley y presentarse al sacerdote. Mientras iban de camino se produce el milagro externo: todos quedan curados.
• La mayoría pensaron que, si estaban haciendo lo que tenían que hacer, había pasado lo que tenía que pasar. Y tranquilos y felices siguieron su camino como si nada especial hubiera pasado por sus vidas; aceptan el prodigio con naturalidad y se disponen a integrarse, sin más, en la vida del pueblo de Israel, su pueblo. La curación no les aporta nada nuevo, porque vuelven a ser lo que ya antes habían sido. Se acercaron a Jesús solamente para la curación física y la habían conseguido. Su encuentro con Jesús no ha sido más que un episodio superficial y pasajero.
• Los nueve judíos como eran miembros del pueblo elegido, creerían que tenían derecho a esa curación, era algo debido por lo que no tenían nada que agradecer. El décimo leproso, el samaritano, tenido por renegado en la mentalidad judía, siente la necesidad de volverse para agradecer a Jesús, y lo hace "alabando a Dios a grandes gritos y echándose por tierra a los pies de Jesús".
• Sólo este samaritano sabe que lo que le ha sucedido es un don, y tuvo la capacidad de sorpresa necesaria para encaminarse agradecido hacia Jesús.
• El agradecimiento del samaritano tiene, como base fundamental el reconocimiento de su situación real de pobre hombre marginado, perteneciente a los no-elegidos y que por el amor de Dios ha sido salvado. Por eso sólo le cabe como respuesta posible, el agradecimiento; un agradecimiento que es cambio de vida. Este cambio hace del enfermo un hombre sanado y del maldito, ahora salvado, un testigo que alaba a Dios a los gritos y que se echa a sus pies reconociéndolo públicamente como Salvador.
• Vivir la experiencia del leproso, del pecador, del pobre y angustiado, o del desesperanzado; vivir la experiencia de nuestro ser incompleto, y necesitado de plenitud, es entrar por el camino de la salvación. Reconocernos tal cual somos, en nuestra real y pobre realidad; sabernos necesitados de un salvador y descubrirlo en Jesús, es vivir la experiencia más auténticamente humana que podemos tener y la experiencia más profunda de fe de la que somos capaces.
• Todo lo que somos lo recibimos como un regalo, sin merecerlo, sólo por pura donación. Todo nos es dado, todo es gracia. No hay peor cosa que el ir por la vida pensando que “a todo tenemos derecho”. La salvación es pura gratuidad y despierta gratitud. El agradecimiento es la clave de la relación del cristiano con Dios.
• La acción de gracias es el reconocimiento de nuestra imposibilidad más radical de alcanzar por nosotros mismos la salvación y la aceptación gozosa de la gratuidad y amor de Dios. La acción de gracias a Jesús, no se impone, brota del corazón que se hace capaz de reconocer, que Él no nos debe nada, que su amor para con nosotros es totalmente gratuito. Y sólo quien es capaz de descubrir este amor generoso y gratuito de Dios, puede volver a Él agradecido y convertirse en discípulo suyo y seguirlo.
• Volver agradecido a Jesús, es optar por Él y por su causa. Quien ha reconocido a Jesús como el Señor, como el Salvador, no puede dejar de alabar y bendecir su obra; ya no puede construir la vida al margen de Él. No puede construir su vida sin contar con Él como la clave desde la cual se interpreta toda la existencia.
• El trabajo por el reino, es la respuesta agradecida de alabanza concreta y vital del hombre, que se siente amado y salvado gratuitamente y necesita gratuitamente hacer que otros tengan la misma experiencia.

Lamartine, el poeta y político francés, nos cuenta los que le sucedió a él mismo.
Iba paseando cuando oyó a un picapedrero exclamar a cada golpe de martillo: “¡Gracias!”
-Buen hombre, ¿a quién das gracias?
-A Dios – respondió el otro.
-Si hubieras sido rico, me parecería natural que dieras gracias a Dios, pero sabes que Dios pensó en ti sólo una vez al tiempo de criarte; luego te dio un martillo y no ha vuelto a pensar en ti.
-¿Así que dice usted que Dios pensó en mí por lo menos una vez?
-¡Hombre! Eso está claro- respondió el poeta.
Y el picapedrero, que si no era más poeta era más cristiano que Lamartine, dijo así, llorando:
-¿Y le parece a usted poco? Todo un Dios pensar en un picapedrero. ¡Gracias, Dios mío, gracias!- y siguió picando piedras.

Para discernir

• ¿Soy agradecido o siento que la vida me debe?
• ¿Miro siempre lo que me falta o doy gracias por lo que tengo?
• ¿Mi testimonio brota del agradecimiento?

Para repetir

... que aprenda a darte gracias

Para la lectura espiritual

Te amaré, Señor, y te daré gracias
¿Qué daré en retorno al Señor por poder recordar mi memoria todas estas cosas sin que tiemble ya mi alma por ellas? Te amaré, Señor, y te daré gracias y confesaré tu nombre por haberme perdonado tan grandes y tan nefandas acciones mías. A tu gracia y misericordia debo el que hayas deshecho mis pecados como hielo y no haya caído en otros muchos. ¿Qué pecado realmente no pude cometer yo que amé gratuitamente el crimen?
Confieso que todos me han sido ya perdonados, así los cometidos voluntariamente como los que dejé de cometer por tu favor. ¿Quién hay entre los hombres que, conociendo su flaqueza, atribuya a sus fuerzas su castidad y su inocencia, para por ello amarte menos, cual si hubiera necesitado menos de tu misericordia, por la que perdonas los pecados a los que se convierten a ti? Que aquel, pues, que, llamado por ti siguió tu voz y evitó todas estas cosas que lee de mi, y yo recuerdo y confieso, no se ría de mí por haber sido curado, estando enfermo, por el mismo médico que le preservó a él de caer en la enfermedad; o más bien, de que no enfermara tanto. Antes, sí, debe amarte tanto y aún más que yo; porque el mismo que me sanó a mi de tantas y tan graves enfermedades, ése le libró a él de caer en ellas.
Confesiones 11, 7,15

Para rezar

Damos gracias a Dios que nos ha dado el don de la palabra, con la cual nos podemos comunicar entre nosotros y con El por medio de su Hijo, que se ha hecho Palabra para nosotros.
Damos gracias a El que por su gran amor nos ha hablado como amigos (cf. Jn 15, 14-15).
Bendecimos a Dios que se nos da en la celebración de la fe, especialmente en la Eucaristía, pan de vida eterna. La acción de gracias a Dios por los numerosos y admirables dones que nos ha otorgado culmina en la celebración central de la Iglesia, que es la Eucaristía, alimento substancial de los discípulos y misioneros. También por el Sacramento del Perdón que Cristo nos ha alcanzado en la cruz.
Alabamos al Señor Jesús por el regalo de su Madre Santísima, Madre de Dios y Madre de América Latina y de El Caribe, estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos. (Aparecida 25)

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