27 de abril de 2012

27 de abril de 2012 – VIERNES DE LA SEMANA III DE PASCUA
Lecturas y comentario “en forma completa”

El que coma de este pan vivirá eternamente

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 9, 1-20

Saulo, que todavía respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino del Señor que encontrara, hombres o mujeres.
Y mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, una luz que venía del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor. Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: « Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
El preguntó: « ¿Quién eres tú Señor?»
«Yo soy Jesús, a quien tú persigues, le respondió la voz. Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán qué debes hacer.»
Los que lo acompañaban quedaron sin palabra, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber.
Vivía entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en una visión: « ¡Ananías!»
El respondió: «Aquí estoy, Señor.»
El Señor le dijo: «Ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo de Tarso. El está orando, y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para devolverle la vista.»
Ananías respondió: «Señor, oí decir a muchos que este hombre hizo un gran daño a tus santos en Jerusalén. Y ahora está aquí con plenos poderes de los jefes de los sacerdotes para llevar presos a todos los que invocan tu Nombre.»
El Señor le respondió: «Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por mí para llevar mi Nombre a todas las naciones, a los reyes y al pueblo de Israel. Yo le haré ver cuánto tendrá que padecer por mi Nombre.»
Ananías fue a la casa, le impuso las manos y le dijo: « Saulo, hermano mío, el Señor Jesús -el mismo que se te apareció en el camino- me envió a ti para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.»
En ese momento, cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Después comió algo y recobró sus fuerzas.
Saulo permaneció algunos días con los discípulos que vivían en Damasco, y luego comenzó a predicar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)
R. Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia.

¡Alaben al Señor, todas las naciones,
glorifíquenlo, todos los pueblos! R.

Es inquebrantable su amor por nosotros,
y su fidelidad permanece para siempre. R


EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 52-59

Los judíos discutían entre sí, diciendo: « ¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?»
Jesús les respondió: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente.»
Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaún.
Palabra del Señor.

ü Para reflexionar

• El texto que leemos este día es muy claro: Jesús entrega su carne y su sangre por la vida del mundo. Cuando Juan habla de “carne” se está refiriendo sencillamente al “hombre”, al ser humano real y concreto que se encuentra inmerso en la historia, al ser humano en toda su fragilidad. Ser “carne” es vivir como hombre, sentir como hombre; es tener un cuerpo mediante el cual es posible expresarse. Jesús entonces es carne, es un ser humano, es un hombre real que se entrega totalmente por nosotros, porque comprende su existencia orientada no para sí mismo, sino para los otros. Por lo tanto, cuando Jesús afirma que es necesario “comer” su carne y “beber” su sangre para tener vida eterna, está diciendo que es fundamental identificarnos, unirnos profundamente a él, ya que él nos comunica la vida y, al unirnos a él, aprendemos a actuar como él. – Todo lo anterior nos lleva a reflexionar sobre nuestra participación en el sacramento de la Eucaristía, pues dicho sacramento significa entregar nuestras vidas por una sola causa: ser “carne” para la vida del mundo. Cuando comulgamos, ¿somos conscientes del compromiso que se desprende de la participación en la mesa eucarística?
***
• Hoy escuchamos una de las tres versiones que el libro de los Hechos nos trae de la llamada “conversión” de Saulo. Dios prepara el porvenir y dirige el movimiento de su Iglesia. El que hasta hoy es perseguidor, en el plan de Dios, será mañana el gran apóstol de la buena nueva.
• Lucas ve en Pablo el responsable de la propagación del Evangelio de Jerusalén en Roma. Saulo es un hombre practicante y de firmes convicciones religiosas, empeñado en combatir lo que él considera una secta que cree en una herejía. Este hombre, de pronto, es cegado por un resplandor e interpelado por una voz en su camino a Damasco.
• Saulo que creía perseguir a los discípulos encuentra a «Jesús». Es sorprendido por Cristo resucitado presente en sus seguidores. Jesús había dicho: «Lo que hagan al más pequeño de los míos, me lo han hecho a mí.» Jesús le dirá: "¿por qué «me» persigues?"
• La iniciativa ha sido de Cristo Jesús. Dios nos sorprende siempre con la elección que hace de las personas que parecen a veces las menos indicadas. Elige como su testigo al que más persigue a su comunidad. Sin embargo, Pablo es un instrumento elegido por Jesús para dar a conocer su nombre.
• La respuesta de Pablo a Cristo es firme y generosa porque tiene calidad humana y religiosa. El encuentro con el Resucitado lo transforma y se ocupa de la fe siguiendo las reglas fijadas en la época por el catecumenado. A pesar de sus iniciales reticencias, Ananías ejerce aquí su padrinazgo. La iniciación dura al menos tres días; recibe la imposición de manos y sus sentidos son sanados y termina con el bautismo.
• A partir de este momento pasa al primer plano de las narraciones del libro de los Hechos y será el principal protagonista de las empresas misioneras de la segunda parte del libro.
• La visión luminosa del camino de Damasco ha influenciado la misión de Pablo y el contenido de su mensaje. Pablo irá a revelar esta luz a las naciones.
• El haber descubierto que el crucificado había resucitado, entraña para él la obligación de reconocer en la cruz un instrumento de salvación, que sustituye a la antigua ley.
X X X
• Estamos en el final del discurso de Jesús sobre el Pan de la vida. Antes hablaba de ver y creer en el enviado de Dios. Ahora habla de comer y beber la Carne y la Sangre que Jesús va a dar para la vida del mundo en la cruz.
• En la mentalidad de los contemporáneos de la comunidad cristiana, comer la carne y beber la sangre era un verdadero sacrilegio. La sangre debía ser vertida en la piedra del sacrificio. La separación de sangre y carne significaba la muerte. En este contexto se refiere por igual a la Eucaristía y a la muerte en la cruz.
• Quien se decide a participar de la suerte de Jesús debía ser consciente de que arriesga su propio destino. La Eucaristía es en este contexto solidaridad total con el crucificado. Entregando la vida se recibe la resurrección definitiva.
• Para que no haya dudas, aclara que el pan que se consagra en la Eucaristía es verdaderamente su cuerpo. No es una presencia “simbólica”, o meramente espiritual, sino que es real y substancialmente su cuerpo. Por eso, se trata de comer a Jesús y esto es precisamente lo que nos da la Vida.
• El fruto del comer y beber a Cristo es el mismo que el de creer en Él: participar de su vida. Antes había dicho: «el que cree, tiene vida eterna». Ahora dice: «el que come este pan vivirá para siempre». En dos versículos se describe la comunión que se da entre el Resucitado y sus fieles desde la Eucaristía.
• La unión de Cristo con su Padre es misteriosa, vital y profunda. Así quiere Cristo que sea la de los que lo reciben y comen.
• La vida de Cristo es la vida de Dios. Cristo vive por el Padre y el que comulga vivirá por Cristo. No hay para el cristiano, otra forma de vida sino la del mismo Dios. Vida que se dona, se entrega, se sacrifica, se regala.
• El cristiano, como Jesús, tiene que vivir para los otros, para los favoritos de Dios: los pobres, los pequeños, los sufridos.
• Comulgar es comer la carne del Hijo del hombre para vivir como el Hijo del hombre. Se comulga para mantener la unión: para pensar como Él, para hablar como Él, para amar como Él.
• Quien se alimenta de Cristo, quien hace suya su Vida y su Misión debe saber que el Señor nos envió al mundo para que el mundo se salve no porque nosotros seamos los autores de la salvación, sino porque el Señor quiere que su encarnación se prolongue, con toda su entrega, con toda su fuerza salvadora, por medio de su Iglesia.

ü Para discernir

• ¿Iluminan las palabras de Jesús mi vivencia de la Eucaristía?
• ¿Desde qué caminos entro en comunión con la vida de Jesús?
• ¿Qué implica para mi vida de discípulo de Jesús la comunión con el Resucitado para vivir el estilo de vida del Crucificado?

üRepitamos y vivamos hoy la Palabra:

“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia”

ü Para la lectura espiritual

…Ante las pruebas que agitan hoy a la Iglesia —el fenómeno de la secularización, que amenaza con disolver o marginar la fe, la falta de vocaciones sacerdotales y religiosas, las dificultades con las que se encuentran las familias para vivir un matrimonio cristiano—, hace falta recordar la necesidad de la oración.
La gracia de la renovación o de la conversión no se dará más que a una Iglesia en oración. Jesús oraba en Getsemaní para que su pasión correspondiera a la voluntad del Padre, a la salvación del mundo. Suplicaba a sus apóstoles que velaran y oraran para no entrar en tentación (cf. Mt 26,41). Habituemos a nuestro pueblo cristiano, personas y comunidades, a mantener una oración ardiente al Señor, con María…
(Juan Pablo II, Discurso a Ios obispos de Suiza, julio de 1984).

ü Para rezar

Al amor de los amores, Jesús Sacramentado
Santa Teresa de Lisieux

Sagrario del Altar el nido de tus más tiernos y regalados amores.
Amor me pides, Dios mío, y amor me das;
tu amor es amor de cielo, y el mío,
amor mezclado de tierra y cielo;
el tuyo es infinito y purísimo; el mío, imperfecto y limitado.
Sea yo, Jesús mío, desde hoy, todo para Ti,
como Tú los eres para mí.
Que te ame yo siempre, como te amaron los Apóstoles;
y mis labios besen tus benditos pies,
como los besó la Magdalena convertida.
Mira y escucha los extravíos de mi corazón arrepentido,
como escuchaste a Zaqueo y a la Samaritana.
Déjame reclinar mi cabeza en tu sagrado pecho
como a tu discípulo amado San Juan.
Deseo vivir contigo, porque eres vida y amor.
Por sólo tus amores, Jesús, mi bien amado,
en Ti mi vida puse, mi gloria y porvenir.
Y ya que para el mundo soy una flor marchita,
no tengo más anhelo que, amándote, morir
.

27 de abril de 2012 
SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO, obispo. Patrono del Eiscopado Latinoamericano
Lectio Divina


La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 9, 35-38

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
«La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El discurso sobre la misión se introduce del mismo modo que el sermón de la montaña (9.35 = 4.23). La palabra y la acción del Hijo se vuelven fuente de la palabra y de la acción de sus hermanos: lo que Él ha dicho y ha hecho es lo que los discípulos seguirán diciendo y haciendo. La misión es única: la del Padre que envía al Hijo a los hermanos, para que en su fraternidad y entre ellos lleguen a ser hijos. Los discípulos, después de Él, están llamados a transmitirla en el espacio y en el tiempo. “Como el Padre me envió, también yo os envío” (Jn 20,21).
Mediante la fraternidad cada uno se hace hijo: amando a los hermanos, ama al Padre, cuyo amor es amar al Hijo y en Él a todos sus hijos. La misión reconstruye la unión de los hombres en el único Hijo del Padre. La Trinidad, que está en el cielo, se realiza sobre la tierra en el amor recíproco, hasta cuando Dios sea todo en todos (1 Co 15.28). Entonces el Señor será “uno” sobre la tierra (Za 14,9), que finalmente se convertirá en el reflejo de la Gloria.
Mateo reúne en el discurso sobre la misión también lo que los otros sinópticos dicen sobre la identidad del discípulo y sobre su vocación. La vocación y la misión están siempre unidas: mi “vocación” como hijo se realiza en la “misión” hacia los hermanos. El nombre es siempre relación con el otro.
Estos versículos relacionan la misión de la Iglesia con la de Jesús, que se cumple en el anuncio del reino y en el cuidado del hombre (v. 35), y tiene su fuente en la compasión (v. 36). La mies está madura: es impelente que haya obreros para que la recojan, para que no se pierda (v 37). Hay que orar, entrar en comunión con el Padre, para llegar a ser hijos y ser enviados a los hermanos (v. 38).
Jesús es el primer apóstol, el Hijo enviado a los hermanos por la compasión del Padre.
La Iglesia es apostólica no sólo porque tiene en los apóstoles – y, a través de ellos, en Jesús, al primer apóstol - su propio origen, sino también porque está constituida por hijos que se sienten enviados a los hermanos.
Textos extraídos de “Una comunidad lee el Evangelio de Mateo” – Silvano Fausti – Editorial San Pablo – Páginas 198-199.

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:
 ¿Qué estaba haciendo Jesús cuando hizo el llamado a la obra?
 ¿Qué movió a compasión a Jesús?
 ¿Cuál es relación comparativa entre campo misionero y misioneros?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, dame tu compasión por las personas y que pueda yo rogar y también actuar para achicar la brecha entre necesitados del Evangelio y evangelistas.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

“Veo” al Señor recorriendo los pueblos en forma incansable llevando con su vida el reino de Dios y su justicia. Pienso en la soledad y necesidad espiritual de las personas a mi alrededor. Ruego con Jesús por ellos y me pongo a disposición de Él por ellos.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:
 ¿Estoy dispuesto a recorrer mi pueblo llevando las Buenas Nuevas?
 ¿Ruego por las multitudes con compasión en mi corazón y con pasión por ellos?
 ¿Estoy dispuesto a ser enviado a “la cosecha”?

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