15 de julio de 2012

15 de Julio de 2012 – TO - DOMINGO XV - Ciclo B

“Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder…”

Am 7,12-15:
Ve y profetiza a mi pueblo

12 Después, Amasías dijo a Amós: «Vete de aquí, vidente, refúgiate en el país de Judá, gánate allí la vida y profetiza allí.
13 Pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque este es un santuario del rey, un templo del reino».
14 Amós respondió a Amasías: «Yo no soy profeta, ni hijo de profetas, sino pastor y cultivador de sicómoros;
15 pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: «Ve a profetizar a mi pueblo Israel».

Salmo responsorial 84:
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación

Fuiste propicio, Señor, con tu tierra,
cambiaste la suerte de Jacob;
perdonaste la culpa de tu pueblo,
lo absolviste de todos sus pecados;
reprimiste toda tu indignación
y aplacaste el ardor de tu enojo.

¡Restáuranos, Dios, salvador nuestro;
olvida tu aversión hacia nosotros!
¿Vas a estar enojado para siempre?
¿Mantendrás tu ira eternamente?

¿No volverás a darnos la vida,
para que tu pueblo se alegre en ti?
¡Manifiéstanos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación!

Voy a proclamar lo que dice el Señor:
el Señor promete la paz,
la paz para su pueblo y sus amigos,
y para los que se convierten de corazón.
Su salvación está muy cerca de sus fieles,
y la Gloria habitará en nuestra tierra.

El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo.

El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus pasos.

Ef 1,3-14:
Nos eligió en la persona de Cristo, antes de Crear el mundo

3 Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, 4 y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor.
5 El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, 6 para alabanza de al gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.
7 En él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia, 8 que Dios derramó sobre nosotros, dándonos toda sabiduría y entendimiento.
9 El nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio misericordioso que estableció de antemano en Cristo, 10 para que se cumpliera en la plenitud de los tiempos: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo.
11 En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano – según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su
voluntad–12 a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria.
13 En él, ustedes, los que escucharon la Palabra de al verdad, la Buena Noticia de la salvación, y creyeron en ella, también han sido marcados con un sello por el Espíritu Santo prometido.
14 Ese Espíritu es el anticipo de nuestra herencia y prepara la redención del pueblo que Dios adquirió para sí, para alabanza de su gloria.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 7-13

Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.
Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni provisiones, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas.
Les dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos».
Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.
Palabra del Señor.

COMENTARIO

Am 7, 12-15: Conflicto en Betel con el sacerdote Amasías El santuario de Betel tenía también su significación política para el Reino del Norte. Por eso el sacerdote Amasías tiene que cuidar su puesto defendiendo los intereses del rey. Amós, en el comienzo de su misión profética, encuentra rechazo de parte de la estructura religiosa, esto le augura problemas y dificultades pero está dispuesto a enfrentarlos.
Vive de lo que hace, su vida no depende de su labor profética, de ahí que puede actuar con libertad tanto frente a la estructura religiosa como a la estructura política. Yahvé mismo le ha pedido que vaya a profetizar a Betel, así que Amasías va a tener que escucharlo aunque se incomode y aunque él no sea del Reino del Norte.
El papel político e «ideológico» (justificativo) que toda religión juega –en un sentido o en otro- en el contexto sociológico en el que se mueve, es ya un descubrimiento de la conciencia moderna que a nadie se le escapa. Ya nadie es tan ingenuo como para pretender que su discurso o su práctica religiosa no hagan ninguna referencia a lo social, a lo político o a lo económico. El apoliticismo de la religión es simplemente imposible, o bien ilusorio o ingenuo. La religión hace política de alguna manera, inevitablemente, como Jesús asumió definidamente su postura social y política frente a la realidad de su momento. No se trata de negar las implicaciones sociales y políticas de nuestra práctica cristiana: lo que es necesario es que esa política sea secundum Marcum, secundum Matheum, secundum Lucam. O sea, «según el Evangelio».
Es el Evangelio mismo el que nos obliga a hacer política. Pero no una política según los intereses del rey, o los intereses de los poderosos, o los intereses del sistema, sino según el interés del amor, de la fraternidad, de la justicia, de la opción por los pobres, de la Utopía (del Reino, del «otro mundo posible» del Evangelio).
Aparte de los casos individuales locales (cada templo, cada comunidad
cristiana...) ¿qué papel ideológico-político está jugando el cristianismo respecto al capitalismo occidental y su sistema explotador?
La visión de «otros» puede ayudarnos: el mundo musulmán, por ejemplo, mira al sistema económico occidental como capitalista, explotador, invasor, imperialísticamente globalizador, fuera de todo derecho internacional y del mínimo respeto a la convivencia entre los pueblos, y como «el sistema cristiano», el de los actuales «cruzados»... Para muchos pensadores musulmanes, el cristianismo es el sistema religioso ideológico justificador del capitalismo mundial. El cristianismo como conjunto hace política y economía, y no precisamente «según el Evangelio».
Por su parte, los movimientos populares emancipatorios, la izquierda mundial, sabe que, excepto la gloriosa excepción de la teología de la liberación y sus comunidades eclesiales y sus mártires, en la gran mayoría de los casos el cristianismo ha «justificado» a -y se ha identificado con- la derecha, el capital, el patriarcalismo, el «orden», el poder... como sucesor del imperio romano, que es. Lo contrario ha sido –y sigue siendo- minoritario y excepcional dentro del cristianismo.
Veinte siglos de historia están ahí para demostrarlo. El cristianismo como conjunto es un «santuario de Betel», en el que Amasías tiene como punto de referencia al Rey, y Amós no es acogido en él. Amós –que no era sacerdote, que ni siquiera era «profeta profesional»- es la personificación de los cristianos individuales y grupos de base de corazón sencillo, que sienten la exigencia de la Justicia de Yahvé y denuncian la complicidad del Santuario. Los representados aquí por Amós no son sólo los teólogos críticos, ni los obispos proféticos, sino todos los cristianos de a pie de corazón limpio de intereses y sensibles a las exigencias del Evangelio.
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Ef 3, 1-14: El misterio que no fue dado a conocer en tiempos pasados...
Para Pablo es claro que no sólo los judíos sino también los gentiles están ahora en Cristo y participan de la bendición de Dios que tiene lugar también en Cristo.
La gran dificultad en el comienzo de la Iglesia fue aceptar a los gentiles. Pablo se esfuerza en esta alabanza de bendición a Dios por mostrar que quien se bautiza participa también de la elección, de la gracia o remisión de los pecados y de la iniciación en el misterio de Dios. Los miembros de la Iglesia somos, según el apóstol, los que hemos recibido la bendición: elegidos desde siempre y antes de todas las cosas, elegidos y destinados por Cristo para la condición santa de hijos y para que lleguemos a la plenitud de nuestro ser al transformarnos en imágenes de su Hijo, gracias a la acción del Espíritu y al haber sido agraciados en el Amado con el perdón de los pecados mediante la sangre de Cristo, elegidos para que mediante la sabiduría y la prudencia que, proceden del mismo Espíritu, penetremos en el misterio de Dios.
En el misterio de la voluntad de Dios, de su propósito y realización en Cristo, nos hallamos incluidos también nosotros los cristianos procedentes tanto del judaísmo como de la gentilidad, porque en él está definida nuestra esencia, en él experimentamos el perdón de los pecados.
Pablo siente que esta realidad terrena tiene que evolucionar, que el plan de Dios es recapitular todas las cosas en Cristo y que los cristianos no debemos permanecer al margen de las transformaciones sociales. Hemos sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo para ser sensibles a la acción transformadora de Dios, acción transformadora que tampoco es exclusiva de los cristianos. El compromiso del cristiano es hacer que este mundo de injusticia se transforme en una sociedad de hermanos pues se supone que entendemos cuál es la voluntad y el plan de Dios sobre la humanidad y el cosmos. Esta tarea no es fácil, porque no vivimos aislados de los demás y porque el mal ha sido institucionalizado por el ser humano.
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Mc 6, 7-13: Jesús envía a los Doce.
Comienza una nueva etapa en el proceso del seguimiento, la etapa de la misión. Ahora les corresponde a los Doce proclamar lo que han visto y oído. Jesús es consciente de que tendrán que enfrentar el mal en todas sus dimensiones por eso les da poder para hacerlo y les da algunas recomendaciones, les indica que es necesario un cierto estilo de pobreza, tener capacidad para acomodarse a las circunstancias y saber que van a ser aceptados o rechazados. La proclamación de la Buena Nueva debe hacerse en libertad, a nadie se puede obligar a aceptarla. Jesús les está hablando desde su propia vida, les está aportando desde su práctica pastoral.
Todos los comienzos tienen sus dificultades -así lo vemos también en la experiencia de Amós-, pero además están llenos de esperanza y de alegría porque se tiene la motivación de sacar a adelante un proceso. Jesús les advierte a los discípulos cómo son las cosas, para que nada los tome por sorpresa. Sin embargo, la experiencia para cada evangelizador será siempre diferente y a veces donde creemos que nos va a ir bien quizá no logramos nada. Quien evangeliza debe tener presente que es Dios quien hace que surja el fruto, pero también debe disponerse para que el mensaje que transmita motive, inquiete y sea más creíble.
Jesús sabe lo que les espera a los Doce. Los envía de dos en dos. La compañía es apoyo, fuerza y motivación para cumplir mejor con la misión y para resistir a las dificultades. La tarea que van a realizar es una tarea liberadora pero, ¿están capacitados para hacerla? Al final del texto se nos dice cómo los discípulos expulsaron muchos demonios y curaron muchos enfermos. De esta forma los Doce van adquiriendo autonomía y confianza en sí mismos, se dan cuenta de que son capaces de hacer lo mismo que hace Jesús.
El que es enviado sabe que debe permanecer en el lugar hasta que cumpla con su misión, así lo vemos en Amós y en las indicaciones que Jesús les da a los Doce. El enviado no va a nombre personal, va en nombre de quien lo envió. Además Jesús cuenta con la buena voluntad de muchos hombres y mujeres que son solidarios, que abren la puerta de su casa para compartir, de ahí que se atreva a decirles que se queden en la casa donde entren hasta que vayan a otro lugar. Pero también les dice que donde no los reciban ni los escuchen, al marcharse sacudan el polvo de los pies. El gesto de sacudir los pies se hacía públicamente y expresaba condena y separación. Este gesto lo podemos leer también como señal de intolerancia de parte del evangelizador que no soporta que lo rechacen y que no lo reciban. No se puede obligar al otro a que reciba la Buena Nueva, también los demás tienen derecho a disentir, a manifestar que no están de acuerdo y el evangelizador debe tener una actitud más tolerante y comprensiva, debe esperar una nueva oportunidad.
Contrariamente a lo que fue la práctica de Jesús, el anuncio del Evangelio, en la mayoría de los casos y de los tiempos, se ha impuesto a los demás, unas veces en forma violenta empleando la fuerza del poder o de las armas, otras veces con las leyes o con la presión social o la presión psicológica, manejando el miedo por la amenaza de la condenación. También ejercemos una cierta violencia cuando insistimos en la costumbre de bautizar a los niños en vez de arriesgarnos a que sean ellos quienes elijan hacerse cristianos libremente cuando sean adultos.
Entre las grandes religiones, el cristianismo por lo menos tiene una historia que desacredita mucho la supremacía numérica mundial de la que está tan orgulloso. Su gran magnitud cuantitativa deja mucho que desear y suscita muchas dudas sobre su futuro en un mundo cada vez menos susceptible de coerción religiosa. Se adivina un futuro –que ya es presente en regiones de vieja cristiandad- de disminución y abandono, una situación que no debería interpretarse catastróficamente, sino como la oportunidad de recuperar la calidad que se sacrificó a la cantidad.
Jesús dice a sus enviados que si no es recibido el mensaje, sacudan el polvo de sus pies y se vayan, y es claro que no quiere que obliguen a nadie a aceptar el mensaje. Es más coherente con la «política de Dios» ser menos en número -por ser celosamente respetuosos de la libertad religiosa-, que ser más cuantitativamente a base de bajar el nivel de la calidad evangélica de los métodos evangelizadores.

(Al evangelio de hoy se refiere el capítulo 60 de la serie «Un tal Jesús», titulado «De dos en dos», de los hnos. López Vigil. El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí:
http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1300060 Puede ser escuchado
aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap60b.mp3)

Para la revisión de vida
Jesús siempre llamó a la conversión, no entendiendo ésta cómo una cuestión meramente moral, sino como la transformación de nuestra manera de entender y vivir la vida; convertirse no es tanto cambiar algunas cosas que hacemos cuanto dejar de vivir la vida sin esperanza, sin confianza en la realidad de la presencia del Reino ya entre nosotros.
¿Cómo entiendo yo la conversión a la que me llama Jesús? ¿De qué tengo que convertirme?

Para la reunión de grupo
Amós no fue un profeta "profesional", no era un “funcionario”, sino que se sentía llevado interiormente por una pasión religiosa, vocacionalmente; por eso proclamaba su mensaje sin miedos y sin acepción de personas; eso le llevó a denunciar incluso a los propios sacerdotes del templo, a la religión institucionalizada que sólo busca agradar a los poderosos y se olvida del respeto al derecho y la justicia. ¿Pueden ser "buenas" las relaciones entre las instituciones -incluso religiosas- y los profetas? Llegar a unas conclusiones en el grupo y después poner ejemplos del mundo de hoy.
A lo largo de su vida, Jesús se dedicó con insistencia y prioridad al anuncio de Reino; el Reino fue el tema prioritario, el fundamental en su vida, su Causa, su Utopía. Todas las demás cosas que hizo y dijo no fueron sino explicitaciones y explicaciones acerca de ese Reino. La profecía en la Iglesia no proviene de voces misteriosas interiores que puedan escuchar sólo algunos espíritus exquisitos, sino de la confrontación del cristiano con la utopía del Reino. Porque la Iglesia debe reconocer al Reino también como su Causa y lo que le da sentido, es posible que sus miembros -individuales o en comunidad- puedan "criticar"
a la Iglesia al confrontarla con el ideal al que ella misma debe servir.
¿Sería ése un fundamento claro de la profecía al interior de la Iglesia?

Para la oración de los fieles
Por la Iglesia, para que no caiga en la trampa de callarse ante las injusticias por conseguir riquezas, honor, poderes o tranquilidad.
Oremos.
Por los gobiernos de los pueblos, para que estén al servicio de las personas, buscando el bien común, especialmente el de los pobres y marginados. Oremos.
Para que cada día haya más personas dispuestas a decir las verdades que duelen pero ayudan. y a no dejarse comprar por los que están interesados en acallar sus voces. Oremos.
Para que los medios de comunicación social sean informadores veraces y no estén al servicio de los intereses de las fuerzas dominantes. Oremos.
Por todos nosotros, para que seamos más consecuentes con nuestra misión como cristianos y estemos dispuestos a vivirla con todas sus consecuencias. Oremos.


Oración comunitaria
Dios, Padre nuestro, que continuamente nos llamas a anunciar a todas las personas tu Reino, la utopía de justicia y en fraternidad que Tú nos darás; ayúdanos a caminar por la vida anunciando a todos la Buena Noticia de tu amor materno y paternal, y nuestra condición de hijos tuyos destinados a la Vida plena. Te lo pedimos por Jesucristo N.S.

LECTIO DIVINA

Los envió

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 7-13

Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.
Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni provisiones, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas.
Les dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos».
Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

En el capítulo 3 del Evangelio de Marcos Jesús ha instituido a los Doce, ahora es el momento del envío oficial.
El Señor continúa recorriendo toda la región enseñando la Buena Noticia del Reino a todos los hombres. Pero esta tarea de ahora en más no la va a realizar solo sino que a aquellos Doce que ya había elegido de manera particular de entre sus discípulos, ahora los envía de dos en dos para “expulsar los espíritus malos”, es decir para eliminar el mal en todos sus formas. Los Doce tienen que cumplir en nombre del Señor lo que Él mismo ha venido a hacer.
Se le dan a estos Doce algunas “normas” concretas para realizar esta tarea, para realizar la misión. Dentro de estas recomendaciones es llamativo que en Marcos se permita llevar bastón y sandalias dado que en Mateo y en Lucas se les prohíbe. Es posible que Marcos que escribe su Evangelio a los romanos, “permita” y “justifique” el uso de bastón y sandalias por las largas distancias que el misionero deberá recorrer si pensamos la cantidad de kilómetros que hay entre Tierra Santa y Roma.
Más allá de esto se les insiste que no lleven comida, ni bolsa (morral), ni dinero (monedas); además no deben llevar ropa de más. Todo esto marca lo que podríamos titular nosotros hoy la “austeridad” de la misión. Tal vez para no poner el acento tanto en los “medios” de la misión sino en el fin: la vida eterna; el mensaje: el Evangelio; y el que envía: el mismo Jesucristo. Se percibe con claridad que las exigencias de la misión itinerante son muy grandes.
Se les dice que deben quedarse en una sola casa. Posiblemente esto sea para que desde “ese” lugar comience a formarse la Iglesia, la comunidad doméstica; tal vez allí se celebraría el culto. Por otra parte es posible también que de esta forma se limitara el exceso de los muchos “profetas” y “filósofos” que estaban pululando por la zona y pidiendo su sustento. El Señor previene el abuso de hospitalidad por parte de los receptores del mensaje evangélico.
Ante la realidad de no ser recibidos y escuchados se les recomendaba hacer el gesto típico de la mentalidad judía al llegar a su patria luego de haber andado por tierra extranjera: sacudirse hasta el polvo de los pies para no traer nada “impuro”. Se imita el gesto pero en un contexto y con un sentido diferente: liberarse de la responsabilidad de aquellos que haciendo mal uso de su libertad rechazan el mensaje de la
salvación.

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

Ø ¿Dejo que Jesús me enseñe una y mil veces la buena noticia del Reino?
Ø ¿Qué significa para mí hoy ser un “enviado” de Jesús? ¿A qué lugares de manera particular me envía?
Ø ¿Qué significa para mí llevar bastón y sandalias? ¿Qué es lo que necesito hoy para cumplir la misión que Jesús pone como desafío en mi vida?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Para hacer la oración tomamos algunas frases de un texto de la Conclusión del Documento Final de Aparecida:
“No podemos desaprovechar esta hora de gracia. ¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de “sentido”, de verdad y amor, de alegría y de esperanza!”… “Urge acudir en todas las direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual del Señor de la historia”… “Somos testigos y misioneros: en las grandes ciudades y campos, en las montañas y selvas de nuestra América, en todos los ambientes de la convivencia social, en los más diversos “areópagos” de la vida pública de las naciones, en las situaciones extremas de la existencia, asumiendo ad gentes nuestra solicitud por la misión universal de la Iglesia”… (Documento de Aparecida 548)

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Para iluminar nuestra contemplación proponemos la frase del envío
comunitario:

• Los envió de dos en dos… para sanar enfermos.
• Los envió de dos en dos… para anuncia el Reino.
• Los envió de dos en dos…
• Los envió de dos en dos…

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Propuestas para la acción:

Propuesta personal
Ø Hacer una oración particular por todos los cristianos en territorio de misión. Especialmente por aquellos que viven algún tipo de tribulación o persecución.

Propuesta comunitaria
Ø Realizar una actividad misionera con tu grupo en algún lugar particular: zona rural, hogar de niños, hospital, etc. ¿Qué les tenemos que anunciar a estos hermanos?
(X) Gentileza Lectionautas.

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