10 de septiembre de 2012

10 de septiembre de 2012 – TO – LUNES DE LA SEMANA XXIII

«Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?»

PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 5, 1-8

Hermanos:
Es cosa pública que se cometen entre ustedes actos deshonestos, como no se encuentran ni siquiera entre los paganos, ¡a tal extremo que uno convive con la mujer de su padre! ¡Y todavía se enorgullecen, en lugar de estar de duelo para que se expulse al que cometió esa acción!
En lo que a mí respecta, estando ausente con el cuerpo pero presente con el espíritu, ya lo he juzgado, como si yo mismo estuviera allí. Es necesario que ustedes y yo nos reunamos espiritualmente, en el nombre y con el poder de nuestro Señor Jesús, para que este hombre sea entregado a Satanás: así se perderá su carne, pero se salvará su espíritu en el Día del Señor.
¡No es como para gloriarse! ¿No saben que «un poco de levadura hace fermentar toda la masa»? Despójense de la vieja levadura, para ser una nueva masa, ya que ustedes mismos son como el pan sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 5, 5-6. 7. 12 (R.: 9a)
R. Guíame, Señor, por tu justicia.

Tú no eres un Dios que ama la maldad;
ningún impío será tu huésped,
ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada. R.

Tú detestas a los que hacen el mal
y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor! R.

Así se alegrarán los que en ti se refugian
y siempre cantarán jubilosos;
tú proteges a los que aman tu Nombre,
y ellos se llenarán de gozo. R.

EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 6-11

Un sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos.» El se levantó y permaneció de pie.
Luego les dijo: «Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?» Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano.» El la extendió y su mano quedó curada.
Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
Palabra del Señor.

Para reflexionar

El dilema planteado por Jesús sólo tiene una respuesta. Cualquier creyente, judío o cristiano, puede declararse solamente a favor de la vida y de la salvación. Cualquier otra respuesta sería una contradicción, incluso entre los más conservadores y fanáticos.
Por eso sus detractores guardan silencio y Jesús debe interpretar ese silencio a favor de la persona lisiada. Restaurar la capacidad de trabajar es un signo claramente mesiánico y profético que le da de nuevo a la persona el poder de participar de la vida común. Restaurar la autonomía de la persona no es un bien menor, sino que es darle de nuevo la posibilidad de que sea libre.
Es decir, la sanación es un proceso de liberación que fundamenta la posibilidad de ser libres y de actuar en libertad. La esperanza mesiánica se ve así acrecentada en la acción de Jesús.
La comunidad cristiana tiene, entonces, un nuevo punto de partida para preparar la llegada definitiva del Reino. Cada cristiano se enfrenta al desafío de continuar esa práctica de Jesús en su propia conducta personal. ¿Favorece el estilo de vida que llevamos a nuestra capacidad de ayudar a los demás, o somos paralizados por la avalancha informativa de los medios?
+++
Pablo toma postura ante algunos desórdenes y abusos que existen en la comunidad. Incluso dentro de una ciudad famosa por su amoralidad, debía llamar la atención un hecho que la comunidad cristiana toleraba: uno que vivía -se entiende maritalmente- con la mujer de su padre. Esto estaba perseguido legalmente tanto entre los judíos como por la ley romana.
Pablo echa en cara a esta comunidad que tolere un escándalo semejante.
La comunidad debe sentirse co responsable del bien de cada uno de sus miembros. Cuando detecta una falta grave, deberá echar mano -como Jesús nos enseñó en el evangelio- de la corrección fraterna.
La excomunión pronunciada contra el hombre que vive en estado de mala conducta notoria, pone de manifiesto la preocupación de Pablo para que la comunidad cristiana sea un «signo de salvación» y sea «misionera». Pablo toma esta medida drástica con una intención medicinal. La excomunión no es un juicio para condenación del pecador, es a fin de que reflexione y un día se salve.
Toda la comunidad debe ser, "pan ácimo", sin "levadura vieja de corrupción y de maldad", sino un pan "ácimo con sinceridad y verdad".
Ë Ë Ë
La observancia del sábado estaba ordenada por la ley de Dios, y constituía una característica por la que el judío se distinguía del mundo pagano. Jesús tiene el atrevimiento y la libertad de poner en tela de juicio, no la ley, sino la manera de obedecerla.
Había en la sinagoga un hombre postrado por la enfermedad, marginado socialmente porque su mano derecha paralizada le impedía desempeñarse laboralmente, y era un defecto que lo convertía en un ser impuro. La mano paralizada simboliza al hombre que se encuentra imposibilitado de dar y recibir. La curación del hombre que recobra el uso de su mano derecha, transforma para este hombre el sábado, en un día de gracia.
Jesús sanando, salva lo que de muerto había en ese hombre enfermo, y le restablece su dignidad. Esto es un claro signo del amor de Dios Padre para con sus hijos. Para Jesús, la enfermedad, el pecado y las carencias humanas no le restan dignidad al ser humano; por eso primero, le pide que se levante, que se ponga en pie, que recupere su valor.
El sábado es día en que se goza de la obra de la creación, día de glorificación de Dios. La idea que Jesús tiene de Dios, es muy distinta a la que tienen los fariseos. El Dios de Jesús es el Dios de la misericordia, el Dios que se acerca a los hombres; el Dios de los escribas y fariseos es el inaccesible, que está sencillamente por encima de los hombres.
Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado y encontrar de qué acusarlo. Jesús conocía sus pensamientos y muestra el sentido liberador de la ley, en contraposición al modo hipócrita y opresor desde el que ellos la vivían y la enseñaban a vivir.
Toda ley debe presentarse ante nosotros como luz, como educadora para el ejercicio de la libertad, con mayor razón la ley evangélica nos debe llevar a reconocer el primado de Dios, en todas nuestras decisiones.
La nueva ley, tal como Cristo nos la presentó, es la del amor que se pone por obra, y no la de un descanso que “inactiva”, incluso, para hacer el bien al hermano necesitado.
Como Iglesia tenemos la vocación de abrir a la esperanza, dar cumplimiento a la palabra, anunciarla y, anunciándola, hacerla eficaz.
Esta misión, tal como la realiza Dios desde el origen por su Palabra creadora, tal como fue vivida por Jesús no consiste en encontrar la salvación por el cumplimiento de unos ritos, y la adhesión a un sistema de pensamiento; sino situarnos en el corazón de toda realidad, para recrear toda palabra, todo pensamiento, acción, amor y cultura desde las raíces, con la fuerza de la Buena Noticia, para que sean salvadas y salvadoras según el proyecto de Dios.

Para discernir

¿Qué es lo que prima en mi obrar en la fe?
¿Qué signos manifiestan la novedad del Evangelio?
¿En qué condiciona mi conducta la presencia de la ley?

Repitamos a lo largo de este día

…Quiero escuchar tu voz Señor e imitarte…

Para la lectura espiritual

«Los escribas y fariseos le espiaban…con el fin de encontrar un motivo para acusarlo»
  …El Señor dirá a los que han menospreciado su misericordia: «Hombre, soy yo quien con mis manos te he formado del barro, soy yo quien con mi aliento he puesto el espíritu en tu cuerpo de tierra, soy yo quien se ha dignado darte nuestra imagen y semejanza, soy yo quien te ha puesto en el centro de las delicias del Paraíso. Pero tú, menospreciando los mandamientos de vida, has preferido seguir al seductor antes que al Señor…
        «Luego, cuando has sido expulsado del Paraíso y, por el pecado, retenido por las ataduras de la muerte, conmovido por la misericordia, para venir al mundo he entrado en un seno virginal, sin perjuicio de su virginidad. He sido recostado en un pesebre, envuelto en pañales; he soportado las dificultades de la infancia y los sufrimientos humanos, a través de los cuales me he hecho semejante a ti con la única finalidad de hacerte semejante a mí. He soportado las bofetadas y salivazos de los que se burlaban de mí, he bebido vinagre mezclado con hiel. Azotado con varas, coronado de espinas, clavado en la cruz, traspasado por la lanza, en medio de los tormentos he entregado mi alma para arrancarte a ti de la muerte. Puedes ver las señales de los clavos de los que he sido suspendido; puedes ver mi costado traspasado lleno de heridas. He soportado los sufrimientos que eran para tí a fin de poder darte mi gloria; he sufrido tu muerte para que tú vivas por toda la eternidad. He descansado, encerrado en el sepulcro, para que tú puedas reinar en el cielo.
        « ¿Por qué has perdido lo que he sufrido por ti? ¿Por qué has renunciado a las gracias de tu redención ?… Devuélveme tu vida, por la que he dado la mía; devuélveme tu vida que, sin cesar, has destruido por las heridas de tus pecados.»
San Cesareo de Arles - Sermones al pueblo, Nº 57,4

Para rezar

Entre los más pobres
Este es tu escabel, y tus pies se posan aquí,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Cuando trato de inclinarme ante ti, mi gesto no alcanza
la profundidad en la que se posan tus pies
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
La soberbia no puede acercarse adonde tú caminas,
vestido como los humildes,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Mi corazón nunca podrá hallar el camino
hasta donde tú estás acompañando
a los que no tienen compañía,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
R. Tagore

LECTIO DIVINA 

Lo observaban atentamente para ver si curaba en sábado

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     6, 6-11

Un sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos.»
Él se levantó y permaneció de pie.
Luego les dijo: «Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?» Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano.» El la extendió y su mano quedó curada.
Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
Palabra del Señor.

1.     LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

 ·  Guías para la lectura:         

En este pasaje, la curación está al servicio de la controversia: el hombre no pide la curación y no manifiesta fe alguna. En Mateo son los adversarios quienes suscitan la disputa planteando la cuestión. “¿Está permitido curar en sábado?”. Según la Mishna “cuando hay duda de que una vida humana corra peligro, cede la ley del sábado” (Yuoma, 8.6).
Jesús va más allá de la excepción prevista, curando en sábado a un hombre cuya vida no estaba precisamente en peligro.
En este episodio, como en otros (5, 22; 9,47), Lucas subraya el poder profético de Jesús al afirmar que conocía los pensamientos de sus adversarios (v. 8).
Jesús pregunta: “¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”. Esta pregunta es significativa, porque para Jesús no hacer el bien necesario en determinadas circunstancias, equivale a hacer el mal. Impedir la curación en sábado significa, por tanto, animar a hacer el mal. Más allá del caso particular en cuestión, Jesús quiere condenar el estrecho legalismo; o sea, una observancia literal de la ley que iría contra la actitud verdaderamente filial de la obediencia en libertad de los hijos de Dios.

2.     MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

·  Preguntas para la meditación:

Ø ¿Por qué los escribas y fariseos estaban pendientes si Jesús lo curaba y todo parece indicar que no se compadecieron del enfermo?
Ø ¿Por qué hacer el bien y salvar una vida es más importante que un dogma?
Ø ¿Por qué se enfurecieron los fariseos y escribas?

3.     ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?     

SALMO     Sal 5, 5-6. 7. 12 (R.: 9a)
R. Guíame, Señor, por tu justicia.

Tú no eres un Dios que ama la maldad;
ningún impío será tu huésped,
ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada.

Tú detestas a los que hacen el mal
y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!

Así se alegrarán los que en ti se refugian
y siempre cantarán jubilosos;
tú proteges a los que aman tu Nombre,
y ellos se llenarán de gozo. 

4.     CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono acerca de la supremacía del mandamiento del amor a Dios y al prójimo sobre la religiosidad legalista.

5.     ACCIÓN -  ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·  Preguntas para la acción:       

Ø Cuando veo una persona enferma ¿me compadezco de corazón y acción?
Ø ¿Busco oportunidades diarias de hacer el bien?
Ø ¿Tengo actitudes legalistas que me impiden amar a mi prójimo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.