12 de octubre de 2012 – TO – VIERNES
DE LA SEMANA XXVII
“Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios,
quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.”
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los cristianos de Galacia 3, 7-14
Hermanos: Reconozcan,
entonces, que los verdaderos hijos de Abraham son los que tienen fe. La
Escritura, previendo que Dios justificaría a los paganos por la fe, anticipó
esta buena noticia a Abraham, prometiéndole: En ti serán bendecidas todas las
naciones. De esa manera, los que creen son los que participan de la bendición
de Abraham, el creyente.
En
efecto, todos los que confían en las obras de la Ley están bajo una maldición,
porque dice la Escritura: Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que
está escrito en el libro de la Ley.
Es
evidente que delante de Dios nadie es justificado por la Ley, ya que el justo
vivirá por la fe. La Ley no tiene en cuenta la fe, antes bien, el que observa
sus preceptos vivirá por ellos.
Cristo
nos liberó de esta maldición de la Ley, haciéndose él mismo maldición por
nosotros, porque también está escrito: Maldito el que está colgado en el
patíbulo. Y esto, para que la bendición de Abraham alcanzara a todos los
paganos en Cristo Jesús, y nosotros recibiéramos por la fe el Espíritu
prometido.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
110, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: 5b)
R. El Señor se
acuerda eternamente de su alianza.
Doy
gracias al Señor de todo corazón,
en
la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes
son las obras del Señor:
los
que las aman desean comprenderlas. R.
Su
obra es esplendor y majestad,
su
justicia permanece para siempre.
El
hizo portentos memorables,
el
Señor es bondadoso y compasivo. R.
Proveyó
de alimento a sus fieles
y
se acuerda eternamente de su alianza.
Manifestó
a su pueblo el poder de sus obras,
dándole
la herencia de las naciones. R.
EVANGELIO
+ Lectura del
santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26
Habiendo
Jesús expulsado un demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: «Este
expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios.»
Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.
Jesús,
que conocía sus pensamientos, les dijo: «Un reino donde hay luchas internas va
a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo,
¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los
demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de
Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso,
ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con
la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a
ustedes.
Cuando
un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones
están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el
arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
El
que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando
el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de
reposo, y al no encontrarlo, piensa: “Volveré a mi casa, de donde salí.” Cuando
llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete
espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se
encuentra peor que al principio.»
Palabra
del Señor.
ü Para
reflexionar
El
Evangelio nos invita a darle el debido lugar a Jesús. Sus opositores intentaban
desprestigiarlo con acusaciones absurdas y colocándolo al nivel de los
exorcistas populares que obraban por puro capricho.
ñ Jesús
les responde con argumentos, demostrándoles cómo la realización del bien no
requiere medios mágicos, sino únicamente la fe en Dios.
ñ Él
se presenta como el hombre fuerte que puede restablecer el orden en la casa;
él, con su presencia, logra llenar el espacio dejado por los miedos y temores,
que se alejan cuando se emprende un camino de liberación interior.
ñ En
la vida cristiana tenemos el desafío no sólo de obrar el bien, sino también el
deber de reconocerlo allí donde acontece, incluso, si las obras buenas
realizadas no pertenecen a la religión cristiana; es un deber cristiano acoger
y exaltar ese bien.
ñ Tenemos
también el desafío de permitirle a Jesús que ponga orden en nuestra casa, en
nuestro interior, en nuestra mente. En vano haremos terapias de liberación
interior, de sanación, de reconciliación, si el lugar del temor, de la angustia
y de la violencia no es ocupado por el amor de Dios. ¿Cómo podemos disponer
nuestra vida para que sea Jesús quien habite en ella?
+++
Para
evitar problemas con los
judaizantes, Pedro
y Bernabé estaban dispuestos a aceptar que los cristianos
gentiles mantuviesen las reuniones litúrgicas separados de los judíos. De este
modo los judíos conservarían una apariencia de su pureza legal. Para Pablo esto
significaba ceder en una
cuestión de principio. Pedro, ante su reprobación, humildemente
le dio la razón.
ñ Pablo está obstinado con el asunto de la fe y de la ley, o de la gracia y las obras; a tal punto que no tiene miedo de remachar que serán malditos, aquellos que piensen salvarse comprometiéndose de una manera voluntarista en
la observancia de la ley, como si
el Señor estuviera al margen de nuestra vida, como un frío espectador y juez remunerador.
ñ Es el tema central de su carta a los gálatas y lo será también de la carta a los romanos. Se está refiriendo al núcleo mismo de la existencia cristiana:
apoyarnos en nuestros
propios méritos o en la bondad de Dios, centrar la espiritualidad en las obras cumplidas o en la apertura a la gracia de Dios.
ñ Porque no son las obras de la ley las que hacen al hombre
aceptable delante de Dios, sino la fe en Jesucristo y la vida que nos viene por esta fe.
ñ Pablo recurre al ejemplo de Abrahán, que pueden entender muy bien
sus interlocutores de Galacia. Los judaizantes se sentían orgullosos de ser
hijos de Abrahán. Pablo usa el argumento a favor del evangelio, el de Jesús. Abrahán fue aceptado a causa de su fe.
ñ Dios
no lo eligió por sus obras, sus méritos anteriores. Era pagano cuando fue llamado a una misión, que
no comprendía totalmente, pero fiándose de Dios, emprendió su peregrinación. Eso es lo que
lo hace modelo de los
creyentes. «Todos»
los hombres pueden llegar a ser «hijos de Abraham», no por la práctica de la
ley, sino por la fe.
+++
En la enseñanza del “Padre Nuestro”,
Jesús invita a los discípulos que pidan la venida del reino. El “Reino” viene en la
persona de Jesús,
y todo lo que hace es signo de que el Reino de Dios está presente en medio de
los seres humanos. La vida en el Reino de Dios supone victoria sobre las fuerzas del
mal.
ñ El recorrido misionero
de Jesús ha implicado
muchas cosas, conversiones,
descubrimiento del sentido de la vida, pero también resistencias y obstinaciones. Jesús en este pasaje se enfrenta a un grupo que se resiste a ver en sus obras, las obras de Dios. Este ataque saca a relucir el por qué de su confrontación con Satanás.
descubrimiento del sentido de la vida, pero también resistencias y obstinaciones. Jesús en este pasaje se enfrenta a un grupo que se resiste a ver en sus obras, las obras de Dios. Este ataque saca a relucir el por qué de su confrontación con Satanás.
ñ Esta oposición contra Jesús
llega a extremos curiosos: dicen que echa los demonios por arte
de “Belzebul, el príncipe de los demonios”. Él les responde que dicha
afirmación no es coherente, dado que es absurdo luchar contra el demonio,
precisamente en nombre del demonio, además si fuera como ellos afirman,
deberían decir lo mismo de los exorcismos que ellos mismos acostumbraban
realizar.
ñ Jesús aclara que sus exorcismos son precisamente una señal del cielo porque se trata del “dedo de Dios”, el poder de Dios, realizando esta obra. Toda la vida
de Jesús revela que Él actúa con el poder de Dios para hacer que el bien reine en la
humanidad. Mientras Él
expulsa los demonios como una manifestación auténtica del obrar de Dios, ellos
no hacen más que realizar actos mágicos que, a la hora de la verdad, no tienen
eficacia a fondo sobre el mal. Toda la vida de Jesús revela que las victorias sobre los
“demonios”
que se realizan a lo largo de su ministerio, son un anticipo de la victoria
final sobre Satanás
que se
realizará en la Cruz.
ñ Tanto el
ministerio de Jesús
como nuestra vida de cristianos, se presenta como un campo de batalla en el
que tenemos que tomar posición.
En su Pascua Jesús se ha revelado como “el más fuerte” que ha vencido al poder del mal y
ahora nos invita a que nos unamos a Él en esa lucha. No podemos ser meros
espectadores
en la gran batalla. El mal sigue existiendo y nos obliga a no permanecer
neutrales, sino a posicionarnos estando siempre vigilantes. Vigilancia
que no es estar a la defensiva, sino construyendo
cotidianamente el bien,
para no dar espacio ni lugar al mal. No basta con no hacer el mal o tratar de
evitarlo. El mal se vence a fuerza de bien.
ñ La lucha contra el mal es cotidiana
porque somos frágiles e inestables
y podemos volver a caer. Los poderes del mal aspiran siempre a volver a ocupar
su antiguo lugar. No hay que dormirse teniendo una falsa seguridad en
nuestra vida,
creyendo que ya estamos salvados y hemos superado lo que nos ataba. La excesiva confianza en
nosotros mismos,
nos hace muchas veces imprudentes y descuidados.
ñ No hay que darle chance al demonio con
un retroceso. Para impedirlo, hay mantenerse en el campo de Jesús, construyendo la fidelidad en el
aprendizaje del Evangelio,
llenándonos de Dios para poder hacer el bien
y por el bien hecho, quedar llenos de Dios.
Esto es estar y recoger con Jesús.
ü Para
discernir
ñ ¿Trato de vencer el mal con mis solas
fuerzas?
ñ ¿Venzo el mal a fuerza de bien?
ñ ¿Hice una opción fundamental por el
Reino?
ü Repitamos
a lo largo de este día
…Contigo, Jesús, contigo venceré al
mal…
ü Para
la lectura espiritual
…”Vivir la vida cristiana significa
vivir en el mundo sin ser del mundo. Es en la soledad donde esta libertad
interior puede crecer y desarrollarse. Jesús se marchó a un lugar solitario
para orar, es decir, para hacer crecer en él la conciencia de que todo el poder
que poseía le había sido conferido; de que todas las palabras que profería
venían de su Padre, y de que todas las obras que realizaba no eran realmente
suyas, sino obras de aquel que le había enviado. En aquel lugar donde reinaba
la soledad, Jesús fue dejado libre de fracasar.
Una
vida que no conozca un ámbito de soledad —es decir, una vida privada de un
centro de quietud— se vuelve fácilmente presa de dinámicas destructivas. Cuando
nos aferramos a los resultados de nuestras acciones convirtiéndolos en nuestro
único medio de autoidentificación, nos volvemos posesivos, proclives a
mantenernos a la defensiva, a considerar a nuestro prójimo más como un enemigo
al que debemos mantener a distancia que como un amigo con el que compartir los
dones de la vida.
En
la soledad, en cambio, vamos adquiriendo gradualmente la capacidad de
desenmascarar la naturaleza ilusoria de nuestro carácter posesivo y de
descubrir, en lo hondo de nuestro ser, que no somos algo que podamos
conquistar, sino algo que nos ha sido dado. En la soledad podemos escuchar la
voz de aquel que nos habló antes de que nosotros pudiéramos proferir una sola
palabra, que nos sanó antes de que nosotros pudiéramos hacer un solo gesto de
ayuda a los otros, que nos liberó mucho antes de que nosotros estuviéramos en
condiciones de liberar a otros, que nos amó mucho antes de que nosotros
pudiéramos amar a cualquier otro. En esta soledad es donde descubrimos que ser
es más importante que tener, y que nuestro valor consiste en algo más
importante que los meros resultados de nuestros esfuerzos. En la soledad
descubrimos que nuestra vida no es una obsesión que debamos defender, sino un
don para compartir [...], que el amor que consigamos expresar forma parte de un
amor más grande”…
H.
J. M. Nouwen, La fuerza de la soledad, Brescia 1998, pp. 19-21.
ü Para
rezar
Dios,
en tus manos me abandono
Yo me abandono ¡oh Dios! en tus
manos.
Toma este barro y trabájalo
como arcilla entre las manos del alfarero
dale una forma y después, rómpela, si quieres
como es despedazada la vida de tantos hermanos.
Toma este barro y trabájalo
como arcilla entre las manos del alfarero
dale una forma y después, rómpela, si quieres
como es despedazada la vida de tantos hermanos.
Pide, ordena ¿Qué quieres que
haga?
¿Qué quieres que no haga?
Ensalzado o humillado, perseguido,
incomprendido,
calumniado, alegre o triste,
o inútil para todo, sólo diré,
a ejemplo de tu Madre:
“Hágase en mí según tu palabra”.
¿Qué quieres que no haga?
Ensalzado o humillado, perseguido,
incomprendido,
calumniado, alegre o triste,
o inútil para todo, sólo diré,
a ejemplo de tu Madre:
“Hágase en mí según tu palabra”.
Dame el amor por excelencia,
el amor de la cruz.
Pero no de las cruces heroicas
que podrían nutrir mi vanidad,
sino de las cruces vulgares que,
sin embargo, llevo con repugnancia.
el amor de la cruz.
Pero no de las cruces heroicas
que podrían nutrir mi vanidad,
sino de las cruces vulgares que,
sin embargo, llevo con repugnancia.
De esas que se encuentran cada
día
en la contradicción,
en el olvido, en los juicios falsos,
en la frialdad del alma,
en los desaires y desprecios de los demás;
en el malestar y defectos del cuerpo,
en la oscuridad de la mente
y en el silencio y aridez del corazón.
en la contradicción,
en el olvido, en los juicios falsos,
en la frialdad del alma,
en los desaires y desprecios de los demás;
en el malestar y defectos del cuerpo,
en la oscuridad de la mente
y en el silencio y aridez del corazón.
Entonces sólo Tú sabrás que te
amo,
aunque ni yo lo sepa, con eso me basta. Amén
aunque ni yo lo sepa, con eso me basta. Amén
LECTIO DIVINA
Si expulso los demonios con el poder de Dios,
quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 11, 15-26
Habiendo Jesús expulsado un demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: «Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: "Volveré a mi casa, de donde salí." Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio.»
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
· Guías para la lectura:
• El evangelio de hoy nos presenta una larga discusión en torno a la expulsión de un demonio mudo que Jesús acababa de realizar ante la gente.
• Lucas 11,14-16: Tres reacciones diferentes ante la misma expulsión.
Jesús estaba expulsando demonios. Ante este hecho bien visible, realizado ante todos, hubo tres reacciones, diferentes.
La gente quedó admirada, aplaudió.
Otros dijeron: "Por Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa los demonios.” El evangelio de Marcos informa que se trataba de los escribas que habían llegado a Jerusalén para controlar la actividad de Jesús (Mc 3,22).
Otros pedían una señal del cielo, pues no se convencieron ante la señal tan evidente de la expulsión realizada ante todo el pueblo.
• Lucas 11,17-19: Jesús muestra la incoherencia de los adversarios.
Jesús usa dos argumentos para rebatir la acusación de estar expulsando demonios en nombre de Beelzebul. En primer lugar, si el demonio expulsa su propio demonio, se divide a sí mismo y no sobrevive. En segundo lugar, Jesús les devuelve el argumento: “Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos?” Dicho con otras palabras, ellos también estarán haciendo las expulsiones en nombre de Beelzebul.
• Lucas 11,20-23: Jesús es el hombre más fuerte que llegó, señal de la llegada del Reino.
Aquí Jesús llega al punto central de su argumentación: “Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos.” En la opinión de la gente de aquel tiempo, Satanás dominaba el mundo mediante demonios (daimônia). El era el hombre fuerte y bien armado que guardaba su casa. La gran novedad era que Jesús conseguía expulsar los demonios. Señal de que él era el hombre más fuerte que llegó. Con la llegada de Jesús el reino de Beelzebul entró en declinación: “Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.”. Cuando los magos del Faraón vieron que Moisés hacía cosas que ellos no eran capaces de hacer, fueron más honrados que los escribas de Jesús y dijeron: “¡Aquí está el dedo de Dios!” (Ex 8,14-15).
• Lucas 11,24-26: El final es peor que el principio.
En la época de Jesús, en los años 80, ante las persecuciones, muchos cristianos se volvieron atrás y abandonaron las comunidades. Volvieron a la forma de vivir de antes. Lucas, para avisar a ellos y a nosotros, guardó estas palabras de Jesús sobre el final que es peor que el principio.
• La expulsión de los demonios.
El primer impacto que la acción de Jesús causa en la gente es la expulsión de los demonios: “¡Hasta a los espíritus impuros da órdenes y ellos le obedecen!” (Mc 11,27). Una de las principales causas de la discusión de Jesús con los escribas era la expulsión de los demonios. Ellos lo calumniaban diciendo: “¡Está poseído por Beelzebul! Expulsa a los demonios por el príncipe de los demonios” El primer poder que los apóstoles recibieron cuando fueron enviados en misión fue el poder de expulsar los demonios: “Les dio poder sobre los espíritu del mal” (Mc 6,7). La primera señal que acompaña el anuncio de la resurrección es la expulsión de los demonios: “Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas”. (Mc 16,17). La expulsión de los demonios era lo que más llamaba la atención de la gente (Mc 1,27). Alcanzaba el centro de la Buena Nueva del Reino. Por medio de esto, Jesús devolvía las personas a ellas mismas. Devolvía el juicio, la conciencia (Mc 5,15). Sobre todo el evangelio de Marcos, del comienzo al final, con palabras casi iguales, repite sin parar el mismo mensaje. “¡Y Jesús expulsaba los demonios!” (Mc 1,26.34.39; 3,11-12.22.30; 5,1-20; 6,7.13; 7,25-29; 9,25-27.38; 16,17). Parece un refrán que vuelve una y otra vez. Hoy, en vez de usar siempre las mismas palabras, usaríamos palabras distintas para transmitir el mismo mensaje y diríamos: “¡El poder del mal, Satanás, que da miedo a la gente, Jesús lo venció, lo dominó, lo agarró, lo destronó, lo derrotó, lo expulsó, lo eliminó, lo exterminó y lo mató!” Lo que el evangelio nos quiere decir es esto: “A los cristianos está prohibido tener miedo de Satanás!” Por su resurrección y su acción libertadora, Jesús aleja de nosotros el miedo de Satanás, crea libertad en nuestro corazón, nos da firmeza en la acción y pone esperanza en el horizonte! ¡Debemos caminar con Jesús, por su camino, con el sabor de la victoria sobre el poder del mal. Texto tomado de Los Carmelitas. (Lectio para cada día)
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
· Preguntas para la meditación:
Ø Expulsar el poder del mal. ¿Cuál es hoy el poder del mal que masifica a la gente y le roba la conciencia crítica?
Ø ¿Puedes decir que estás totalmente libre y liberado/a? En caso de respuesta negativa, alguna parte de ti está en poder de otras fuerzas. ¿Qué hacés para que este poder no te domine?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Oremos con la lectura de los Salmos de la liturgia de hoy:
SALMO Sal 110, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: 5b)
El Señor se acuerda eternamente de su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor:
los que las aman desean comprenderlas.
Su obra es esplendor y majestad,
su justicia permanece para siempre.
El hizo portentos memorables,
el Señor es bondadoso y compasivo.
Proveyó de alimento a sus fieles
y se acuerda eternamente de su alianza.
Manifestó a su pueblo el poder de sus obras,
dándole la herencia de las naciones.
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Repito y reflexiono en las palabras de Jesús: “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO
BÍBLICO?· Preguntas para la meditación:
Ø Expulsar el poder del mal. ¿Cuál es hoy el poder del mal que masifica a la gente y le roba la conciencia crítica?
Ø ¿Puedes decir que estás totalmente libre y liberado/a? En caso de respuesta negativa, alguna parte de ti está en poder de otras fuerzas. ¿Qué hacés para que este poder no te domine?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Oremos con la lectura de los Salmos de la liturgia de hoy:
SALMO Sal 110, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: 5b)
El Señor se acuerda eternamente de su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor:
los que las aman desean comprenderlas.
Su obra es esplendor y majestad,
su justicia permanece para siempre.
El hizo portentos memorables,
el Señor es bondadoso y compasivo.
Proveyó de alimento a sus fieles
y se acuerda eternamente de su alianza.
Manifestó a su pueblo el poder de sus obras,
dándole la herencia de las naciones.
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Repito y reflexiono en las palabras de Jesús: “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.
· Preguntas para la acción:
Ø ¿Tengo conciencia en mi vida familiar, laboral, eclesial del principio señalado por Jesús: “Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra”'?
Ø ¿De qué manera aplico a los demás la enseñanza de Jesús: “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”?
Ø ¿Con quién compartiré lo reflexionado en la Lectio de hoy?
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