21 de noviembre de 2012


21 de noviembre de 2012 - La Presentación de la Santísima Virgen María

“…todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo,
ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.”

Lectura de la profecía de Zacarías    2, 14-17

    Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti -oráculo del Señor- .Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas serán un pueblo para él y habitarán en medio de ti. ¡Así sabrás que me ha enviado a ti el Señor de los ejércitos!
    El Señor tendrá a Judá como herencia, como su parte en la Tierra santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén. ¡Que callen todos los hombres delante del Señor, porque él surge de su santa Morada!
Palabra de Dios. 

SALMO     Lc 1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55 (R.: 49)
 R.    El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Su nombre es santo.
  
    Mi alma canta la grandeza del Señor,
    y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. R.

    Porque el miró con bondad la pequeñez de su servidora.
    En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
    porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
    ¡su Nombre es santo! R.

    Su misericordia se extiende de generación en generación
    sobre aquellos que lo temen.
    Desplegó la fuerza de su brazo,
    dispersó a los soberbios de corazón. R.

    Derribó a los poderosos de su trono
    y elevó a los humildes.
    Colmó de bienes a los hambrientos
    y despidió a los ricos con las manos vacías. R.

    Socorrió a Israel, su servidor,
    acordándose de su misericordia,
    como lo había prometido a nuestros padres,
    en favor de Abraham
    y de su descendencia para siempre. R. 

EVANGELIO 
    + Lectura del santo Evangelio según san Mateo    12, 46-50

    Jesús estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte.»
    Jesús le respondió: « ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.»
Palabra del Señor. 

Para reflexionar

ñ El 20 de noviembre del 543, tuvo lugar en Jerusalén la dedicación de la basílica de Santa María la Nueva, erigida sobre la colina de Sión, ante la explanada del templo. Las Iglesias de Oriente han ligado a esta dedicación el recuerdo de la «Entrada en el Templo de la Santísima Madre de Dios», que recogen las narraciones antiguas.
ñ Desde siempre, y al estilo de cada época, a los niños o a los adolescentes se los ha presentado en comunidad para dejar constancia de la pertenencia de ellos al grupo. Inclusive religiosamente, el bautismo cristiano es una primera presentación: el abrirle la puerta de la fe al nuevo miembro.
ñ Cuenta la tradición que por aquellos tiempos también se daban las presentaciones en el templo, y que Ana y Joaquín acudieron al lugar para ofrecer a su muchachita al Todopoderoso. Es lo que hoy celebra, como fiesta, la Iglesia.
ñ La presentación de María en el templo no está narrada en ningún texto de la Sagrada Escritura; de él, sin embargo, hablan abundantemente y con muchos detalles algunos escritos apócrifos...Según el texto apócrifo del llamado “Proto-evangelio de Santiago”, la Virgen habría nacido en Jerusalén; sus padres, llamados Joaquín y Ana, la habrían concebido ya ancianos después de muchas súplicas a Yahvé a causa de la esterilidad; la habrían ofrecido al Señor y la habrían presentado, niña aún, en el templo, para que viviera allí su infancia.
ñ En esta versión encontramos una hermosa leyenda en la que se describe poéticamente la presentación de la pequeña María en el Templo de Jerusalén: “El sacerdote la acogió, la besó, la bendijo y la sentó en el tercer escalón del altar. Y ella danzó sobre sus piecesitos y toda la casa de Israel comenzó a quererla. Sus padres se marcharon admirados.  María era alimentada en el Templo como una paloma y recibía el alimento por manos de un ángel”.
ñ La fiesta mariana de hoy, nació de esta tradición popular. Pero más allá de la leyenda encontramos buenos motivos para comprender mejor el misterio de María y también el nuestro.
ñ Una acción de gracias al Dios de la vida. San Joaquín y Santa Ana le agradecen a Dios el don de la vida de su hija, mediante el rito de la presentación en el Templo. Es lo mismo que María hará con su propio hijo Jesús, cuando al llevarlo al Templo de Jerusalén, ella dé gracias públicamente por el don de su maternidad y por el don de la vida nueva que ha venido al mundo.
ñ Una consagración de esta vida a Dios para vivir en sintonía con su querer. En la presentación en el Templo, a la acción de gracias, le sigue un acto de consagración, de ofrecimiento de la vida a Dios. Por encima del acontecimiento que puede servir como soporte a esta festividad, María aparece hoy la Purísima, «la fuente perpetuamente manante del amor», “el templo espiritual de la santa gloria de Cristo nuestro Dios” (Liturgia bizantina).
ñ Se trata de una hermosa y devota creación, que compendia rasgos salientes del Antiguo Testamento. La avanzada edad de los progenitores cuadra bien con los orígenes de la que verdaderamente es “don de Dios”; más todavía que Isaac para el longevo Abraham y que los hijos de Raquel.
ñ El voto de los padres de entregar a su hija al servicio exclusivo de Dios, actualiza el gesto de Ana, madre de Samuel, que después de dar a luz a su hijo, de forma milagrosa, lo dedica totalmente al templo de Silo. A los tres años, por otra parte, tenía lugar el destete, según II Mac 7, 27. En María, Israel ha dado por fin la respuesta fiel, que Dios esperaba desde siempre al compromiso de la alianza. Con María nace la Iglesia de Cristo y se realiza como comunidad consagrada al Señor. Su respuesta: “Soy la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38), son el eco fiel del ofrecimiento que el “Siervo de Dios” hará de su vida al Padre: “He aquí que vengo…para hacer, oh Dios, tu voluntad” (Hebr 10, 7 citando el Sal 40, 8 – 9).
ñ María, mucho mejor que el templo de Salomón, alberga al hijo de Dios en su seno; anticipando la vocación de los creyentes y de la Iglesia, templo del Dios viviente, que se encuentra en espera de la Jerusalén celestial; donde ya no habrá templo, puesto que Dios habita allí para siempre. A esto apunta la primera lectura del profeta Zacarías, escogida para esta liturgia: “Grita y alégrate, hija de Sión, porque yo vengo a habitar en medio de ti” (Zac 2, 14). Naciones numerosas se adherirán al Señor y Él habitará en medio de su pueblo. La fiesta de la Entrada, o la Presentación, de la Madre de Dios en el Templo, es la que celebra el fin del “Templo de piedra” en Jerusalén como la morada de Dios. Cuando la niña María entra al templo, la época del templo llega a su fin, y se revela el “preludio de la buena voluntad de Dios”. En este festejo celebramos, en la persona de la Madre de Cristo Dios, que nosotros también somos templo y morada del Señor.
ñ La Presentación de María, como se dice en Occidente, es el símbolo de la consagración que la Virgen Inmaculada hizo de sí misma al Señor en los albores de su vida consciente. Hoy contemplamos la dedicación total de María a la voluntad de Dios. Por eso es que hoy leemos en el evangelio la definición que Jesús da de su propia familia: “Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mt 12,50).
ñ María es plenamente la Madre de Jesús, no solamente porque lo llevó nueve meses en su vientre, porque lo dio a luz, porque lo alimentó y lo educó, sino porque ella escuchó y obedeció con una dedicación total su Palabra, porque esta Palabra fue el fuego que ardió en su corazón y le indicó la ruta de su proyecto de vida.
ñ Durante toda su vida, desde la presentación en el Templo como ofrenda viviente al Señor y desde aquél día en que con su “sí” aceptó ser la Madre de Jesús, hasta la dramática experiencia del Calvario, María fue signo de la adhesión, de la fidelidad, de la consagración total a la voluntad de Dios.
ñ De esta forma el misterio de María no se agota en ella misma sino que ilumina profundamente la vida de “todo” aquel que como ella viva un serio camino de discipulado. Porque María, por su consagración total a la voluntad de Dios, es el primer y más claro ejemplo del cumplimiento de las palabras de Jesús que escuchamos hoy, ella es también verdaderamente la “Madre” de la nueva familia de Jesús. María fue la primera y mejor cumplidora de la voluntad divina, cuando respondió: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38) y al proponer sin vacilar, pese a un aparente rechazo en Caná: “Hagan todo lo que ÉL les diga” (Jn 2, 5).
ñ Este trozo de Mateo, entonces, lejos de significar un rechazo de María, en labios de su propio Hijo, revela a plena luz el gran papel de esta Madre en los planes de Dios: fue elegida para ser madre de muchos hermanos, que por la fe y la obediencia, darían constantemente nueva carne al Hijo que ella presentó al mundo.
ñ He ahí la gran enseñanza de María para la Iglesia en este tiempo: haber sido reconocida por su Hijo como cumplidora de la Palabra, pero también, su gran invitación: tratar de ser reconocidos nosotros por lo mismo. Cumplir la Palabra es el gran mensaje de hoy, en esta fiesta de la Presentación de María. Será necesario mirar a fondo nuestro caminar, para encontrar nuevas opciones para cumplirla.
ñ …”María se consagra para siempre al servicio de Dios, y si sale del Templo es solamente porque Ella es el templo vivo en que debe habitar Jesús. ¿No es verdad acaso que te has presentado alguna vez a Dios para servirlo? Pero, cobarde de tí, pronto te has cansado de servir a un Señor tan bueno: te has retractado, con tus acciones, de la promesa que le habías hecho! Virgen Santa, preséntame a tu Hijo muy amado; quiero ser todo de Él hasta el fin de mi vida. En un cristiano, no es el comienzo, sino el fin lo que merece elogios. (San Jerónimo).

Para discernir

ñ ¿Experimento mi vida de fe como una consagración a Dios y al reino?
ñ ¿Mi consagración la vivo como la encarnación de la Palabra en mi vida?
ñ ¿Busco la ejemplaridad de María para mi vida de fe?

Para rezar

Himno de la Liturgia de las Horas
Esta era una niña
con aire de flor,
agua más que el río,
fuego más que el sol.
Vivía en el templo
del rey Salomón,
oyendo en los salmos
ecos de otra voz.
Quemaban su pecho,
con celeste ardor,
palabras magníficas,
silencio de Dios:
“¡Oh Padre que habitas
en alto esplendor,
envía el rocío
del Hijo de Dios!
¡Abrase la tierra;
brote el Salvador!
¡LLoved, rojas nubes,
al Dios de Jacob!
¡Floreced, collados,
al Justo, al Señor,
lucero del alba,
flor de la creación!”
Y al solio del Padre
subía su clamor,
cual nube de incienso
plegaria sin voz. Amén

LECTIO DIVINA
 
¿Por qué no entregaste mi dinero en préstamo?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     19, 11-28

Jesús dijo una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro.
Él les dijo: «Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida. Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: "Háganlas producir hasta que yo vuelva." Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir "No queremos que este sea nuestro rey."
Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y le dijo: "Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más." "Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades."
Llegó el segundo y le dijo: "Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más." A él también le dijo: "Tú estarás al frente de cinco ciudades."
Llegó el otro y le dijo: "Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo. Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado." Él le respondió: "Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigente, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré, ¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses."
Y dijo a los que estaban allí: "Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más."
"¡Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!"

Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia.»
Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén.
Palabra del Señor.

1.     LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO? 

 ·  Guías para la lectura:

Para entender esta parábola de Jesús, dos cosas previas: la opinión común por entonces es que con la llegada del “Mesías” se restablecería el reinado de Israel sobre las naciones (19,11; Hch 1,6) y después comenzaría el reinado de Dios sobre la tierra, y es probable que la primera parte de la parábola (Lc 19,12-14) aluda a un episodio de la época, el viaje de Herodes Antipas a Roma para ser coronado rey de Galilea por el emperador romano y, a la vez, el viaje de una delegación judía para que comunicara su oposición a esta coronación.
Una vez que el hombre de la parábola regresa coronado rey, exige el cumplimiento de sus responsabilidades a tres servidores: dos son encontrados responsables y el tercero, irresponsable.
Jesús enseña que la instauración definitiva del Reino de Dios no se producirá de inmediato, sino que habrá un tiempo de espera antes de que él vuelva como rey glorioso (21,27), tiempo que no sabemos cuánto pero no importa lo que sea, porque al llegar va a exigir el rendimiento de las capacidades que otorgó a cada uno, las  que en la parábola están representadas por las monedas de plata que el dueño de casa repartió entre sus servidores.
Por tanto, en ese espacio de tiempo, mientras el reinado de Dios camina a su plenitud (13, 18-21), los discípulos deben esforzarse por hacer fructificar todos los bienes que recibieron de su Señor (12, 35-48)
Cuando se produzca su regreso y tarde lo que tarde, cada uno deberá dar cuenta de lo que ha obtenido (2 Cor 5,10).

2.     MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

·                       Para la meditación:

Ø ¿Especulo con la segunda venida el Señor?
Ø ¿Estoy preocupado por la administración que hago de los dones recibidos de Dios?
Ø ¿Cuál es el motivo de los dones que tengo por la gracia de Dios?

3.     ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?        

Alabo al Señor en oración guiado por la lectura de los Salmos de la liturgia de hoy:
SALMO     Sal 150, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: Apoc 4, 8b)

Alaben a Dios en su Santuario,
alábenlo en su poderoso firmamento;
alábenlo por sus grandes proezas,
alábenlo por su inmensa grandeza.

Alábenlo con toques de trompeta,
alábenlo con el arpa y la cítara;
alábenlo con tambores y danzas,
alábenlo con laúdes y flautas.

Alábenlo con platillos sonoros,
alábenlo con platillos vibrantes.
¡Que todos los seres vivientes
alaben al Señor!

4.     CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?    

Repito y reflexiono con: ALELUIA     Cf. Jn 15, 16

Aleluia.
Dice el Señor: Yo los elegí del mundo,
para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero.
Aleluia 

5.     ACCIÓN -  ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·                       Preguntas para la acción:

Ø¿De qué manera voy a hacer uso productivo para el Reino de Dios de los dones recibidos?
Ø¿Cómo y por qué alentaré a mis hermanos y hermanas a ofrecer su servicio para el Reino de Dios sin especulaciones?
Ø¿Podría hoy Jesús decir de mi “…buen servidor, has sido fiel…”? 

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