Policarpo,
obispo y mártir (a. 155)
“Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu
enemigo.
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus
perseguidores…”
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del
Deuteronomio 26, 16-19
Moisés
habló al pueblo diciendo:
«Hoy el
Señor, tu Dios, te ordena practicar estos preceptos y estas leyes. Obsérvalas y
practícalas con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy tú
le has hecho declarar al Señor que él será tu Dios, y que tú, por tu parte,
seguirás sus caminos, observarás sus preceptos, sus mandamientos y sus leyes, y
escucharás su voz.
Y el
Señor hoy te ha hecho declarar que tú serás el pueblo de su propiedad
exclusiva, como él te lo ha prometido, y que tú observarás todos sus
mandamientos; que te hará superior -en estima, en renombre y en gloria- a todas
las naciones que hizo; y que serás un pueblo consagrado al Señor, como él te lo
ha prometido.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal
118, 1-2. 4-5. 7-8 (R.: cf. 1)
R. Felices
los que siguen la ley del Señor.
Felices
los que van, por un camino intachable,
los que
siguen la ley del Señor.
Felices
los que cumplen sus prescripciones
y lo
buscan de todo corazón. R.
Tú
promulgaste tus mandamientos
para
que se cumplieran íntegramente.
¡Ojalá
yo me mantenga firme
en la
observancia de tus preceptos! R.
Te
alabaré con un corazón recto,
cuando
aprenda tus justas decisiones.
Quiero
cumplir fielmente tus preceptos:
no me
abandones del todo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio
según san Mateo 5, 43-48
Jesús
dijo a sus discípulos:
«Ustedes
han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les
digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del
Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y
hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si
ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen
lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo
tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
El Evangelio nos presenta el
tema del amor al prójimo. Hemos de entender “prójimo” como aquel que
reconocemos como hermano, vecino, compañero, de la misma carne.
En la vida cristiana el amor no
consiste sólo en un buen consejo de piedad, una palmadita en la espalda o una
expresión de buen comportamiento moral. Para el seguidor de Jesús y continuador
de su obra, el amor es un imperativo, una categoría superior intransferible,
innegociable.
Para Jesús, quien estuvo en
comunión con la genuina tradición bíblica en fidelidad a lo fundamental (la
Ley, los Profetas, la Sabiduría), el amor es un mandato divino. Quien no ama no
tiene el Espíritu de Jesús, no camina por su propuesta liberadora.
Pero el amor que plantea Jesús
va más allá de los cercanos, conocidos y amigos; alcanza el horizonte de los
enemigos. Este amor a los enemigos es esencia de la vida cristiana. Amar al
enemigo significa haber conocido a Dios y a Jesús en profundidad, haber
destruido las raíces que alimentan el afán de dominio y estar viviendo ya una
experiencia de “hijo”, a tal nivel que dicha filiación no se entiende sin la
hermandad.
¿Intentamos sinceramente amar a
nuestros enemigos como dice Jesús?
***
El Deuteronomio, en este pasaje
recuerda el contenido de la alianza y subraya su carácter espiritual. La
alianza es una realidad siempre actual. El Deuteronomio ha insistido
fuertemente sobre este valor. El pasado no sirve más que para definir mejor el
presente y las maravillas pasadas no cesan de renovarse en la
actualidad.
A cada uno le corresponde, por
tanto, optar entre el amor que viene de Dios y la tentación del olvido. La vida
feliz y la gloria son la recompensa prometida por Dios a quienes lo obedecen y
sirven.
Lo que vincula a Israel con
Dios no es una decisión unilateral de Dios, sino una alianza, como un contrato bilateral. La ley no
es el enunciado de preceptos impuestos al hombre, sino que pone de manifiesto
más bien una actitud religiosa: “Yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo”.
La gracia y la misericordia de
Dios se realizan en la humanidad de forma histórica y concreta. Dios quiere
manifestar su amor por los hombres, amando y siendo fiel a un pueblo.
***
Jesús en el Evangelio, continúa
analizando la ley antigua y todos los mandamientos que hasta entonces han sido
norma de vida para el pueblo evaluándolos desde el solo principio del amor
fraterno y universal.
Jesús apunta al amor hacia
nuestros enemigos. Es natural amar a las personas que nos aman, que se parecen
a nosotros, con las que ya se está espontáneamente de acuerdo. Jesús
pide un paso más; pide que ensanchemos nuestro corazón más
allá del círculo de nuestros amigos, de nuestros parientes.
Un amor universal, sin
fronteras como el amor mismo del Padre. El
modelo a seguir es Dios mismo. Dios ama a todos los hombres porque es
padre de todos. Ama a los que no lo aman. Derrama sus dones sobre todos. «Ser
hijo de Dios» significa parecerse a Él en el modo de obrar.
Ser discípulo significa comprometerse
con todo el ser con el proyecto de Dios, con los designios de Dios, con sus
maneras de ver y de actuar.
Lo
que define al discípulo de Jesús es el perdón y el amor a los enemigos.
La caridad fraterna adquiere su verdadera fisonomía desde la misericordia, que
consiste en la imitación de su amor misericordioso.
Ser perfectos no es lo mismo
que ser perfeccionistas o impecables. Ser perfectos en el sentido que propone
Jesús es ser capaces de llevar hasta el final, hasta las últimas
consecuencias el amor que Dios ha depositado en nuestro corazón amando sin
ninguna medida, sin ningún límite.
Somos amados y perdonados por
Dios gratuitamente. Él nos envía para que hagamos nosotros lo mismo con los
demás. Esta nueva actitud de vida, esta conversión del corazón no es obra del
hombre, sino que es la obra de Dios, por eso Jesús invita a la oración de unos
por otros para que se complete y perfeccione la obra salvadora en nosotros.
PARA DISCERNIR
Mi visión del
mundo, ¿es también la visión de Dios?
Mi compromiso
en el mundo ¿se corresponde con los designios de Dios?
¿Soy de
corazón ancho? ¿amo a todos, o hago selección según mi gusto o interés?
¿Podemos decir
que somos hijos de ese Padre que está en el cielo y que ama a todos?
REPITAMOS A LO LARGO DE
ESTE DÍA
Seamos
misericordiosos, como nuestro Padre es misericordioso” (Lc 6,36).
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…Seas bendito, oh eterno Dios.
Que cesen toda venganza, la incitación al castigo o a la recompensa. Los
delitos han superado toda medida, todo entendimiento. Ya hay demasiados
mártires. No peses sus sufrimientos en la balanza de tu justicia, Señor, y no dejes
que estos carniceros se ceben con nosotros. Que se venguen de otro modo. Da a
los verdugos, a los delatores, a los traidores y a todos los hombres malvados
el valor, la fuerza espiritual de los otros, su humildad, su dignidad, su
continua lucha interior y su esperanza invencible, la sonrisa capaz de borrar
las lágrimas, su amor, sus corazones destrozados pero firmes y confiados ante
la muerte, sí, hasta el momento de la más extrema debilidad [...].
Que todo esto se deposite ante
ti, Señor, para el perdón de los pecados como rescate para que triunfe la
justicia; que se lleve cuenta del bien y no del mal. Que permanezcamos en el
recuerdo de nuestros enemigos no como sus víctimas, ni como una pesadilla, ni
como espectros que siguen sus pasos, sino como apoyo en su lucha por destruir
el furor de sus pasiones criminales. No les pediremos nada más. Y cuando todo
esto acabe, concédenos vivir como hombres entre los hombres y que la paz reine
sobre nuestra pobre tierra. Paz para los hombres de buena voluntad y para todos
los demás.
Oración
anónima, escrita en yiddish, encontrada en Auschwitz-Birkenau,
cit.
en B. Ducruet, Con la paz en el corazón, Milán 1998, 42s.
PARA REZAR
Señor:
Sólo Tú puedes soportar ofensas, indiferencia,
ingratitud, abandono y permanecer inalterable.
Dame Señor un corazón como el tuyo disponible para todos
por igual, sin egoísmos para que pueda servir a los demás
y no fallarles, para que mi amor sea siempre sincero,
constante, grande y perfecto como el Tuyo.
Bendice a los que me aman y a los que Tú sabes que no.
Reconozco que soy quien levanto barreras de prevención
y miedo, indiferencias y rechazos, disgustos y reclamos.
Permíteme dar un testimonio vivo de amor que no sea sólo apariencia.
Te pido que pongas en mi corazón sentimientos más puros y sinceros.
Necesito generosidad, renuncia, comprensión y confianza.
Tú me amas Señor, no por lo que soy sino a pesar de lo que soy.
¡¡¡ ENSÉÑAME A AMAR!!!
Sólo Tú puedes soportar ofensas, indiferencia,
ingratitud, abandono y permanecer inalterable.
Dame Señor un corazón como el tuyo disponible para todos
por igual, sin egoísmos para que pueda servir a los demás
y no fallarles, para que mi amor sea siempre sincero,
constante, grande y perfecto como el Tuyo.
Bendice a los que me aman y a los que Tú sabes que no.
Reconozco que soy quien levanto barreras de prevención
y miedo, indiferencias y rechazos, disgustos y reclamos.
Permíteme dar un testimonio vivo de amor que no sea sólo apariencia.
Te pido que pongas en mi corazón sentimientos más puros y sinceros.
Necesito generosidad, renuncia, comprensión y confianza.
Tú me amas Señor, no por lo que soy sino a pesar de lo que soy.
¡¡¡ ENSÉÑAME A AMAR!!!
LECTIO DIVINA
Sean perfectos como es perfecto el Padre que está en
el cielo
+ Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según san Mateo
5, 43-48
Jesús dijo a
sus discípulos:
«Ustedes han
oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo:
Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre
que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace
caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes
aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo
los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto,
sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.»
Palabra del
Señor.
LECTURA
- ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la lectura:
El amor al prójimo se
extendía a los miembros del puedo de Israel, y según Dt. 10.18-19 también a los
extranjeros residentes entre los israelitas. El odiar al enemigo no lo ordenaba
la Ley, pero podía verse recomendado en textos como Sal. 139.21-22 y otros. De
todas maneras, el contexto y la audiencia del sermón de Jesús, parece indicar
que el “ustedes han oído” se refiere a que un mandato supra-bíblico de los
escribas y fariseos habían llevado al extremo de “odiar al enemigo”. Nuevamente
a este argumento, el Señor contrapone el “pero yo les digo”.
El amor reducido a quienes
nos aman o a nuestros familiares y hermanos de la comunidad, es algo que está
dentro de la normatividad de cualquier persona. Teniendo en cuenta esta
realidad que Jesús fuerza deliberadamente diciendo “¿no hacen lo mismo los
publicanos?”, observa que a esta actitud buena, pero ordinaria, no le
corresponde ninguna recompensa en la economía del Reino de Dios.
El amor a los enemigos
forma parte de la “carta de ciudadanía” de los hijos de Dios, que con la ayuda
del Espíritu Santo, procuran ser cómo su Padre. Ejemplo claro tenemos de su
actitud para sus enemigos: “Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo
murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores… Porque si siendo enemigos,
fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que
estamos reconciliados, seremos salvados por su vida” (Romanos 5.8 y 10).
La medida del cristiano
frente a la actitud, aún buena de los que no lo son, se puede resumir en el
horizonte trazado por Jesús en el versículo 47 “qué hacen de extraordinario”
que contrasta sustancialmente con el acto “ordinario” del amor correspondido.
Lo “extraordinario” en
este segmento del Sermón de la Montaña, es amar y rogar por los que nos
persiguen y se constituyen en nuestros enemigos. Nuevamente Jesús declara que
ésta, y no menos que ésta, es la credencial de ser sus discípulos: “Así
serán hijos del Padre que está en el cielo”. ¿Por qué? “porque Él hace
salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e
injustos”. Nuestro amor como cristianos debe ser como una luz (un sol) y un
refrigerio (una lluvia) que no discrimine de acuerdo a nuestros débiles y
egoístas parámetros de quiénes son justos o injustos, buenos o malos, sino que
abarque a todos.
Con la exhortación “sean
perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo” se resume toda la
enseñanza dada en 5.17-48. En Lc. 6.36 la exhortación es “Sean
misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso”. Al igual que
el mandamiento del amor, éste no es un mandamiento nuevo en las Escrituras: “Sean
santos porque yo soy santo” (Lv.11.44-45).
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la
meditación:
¿Estoy
acotando mi amor a los que me lo corresponden?
¿Cuál es mi
actitud hacia quienes son mis enemigos o no me aman?
¿Cuál es la
medida del amor que me identifica con el carácter de Dios?
ORACIÓN
- ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, ayúdame a apartar
de mi corazón pensamientos de rencor u odio a mis enemigos, o aquellos que con
sus actos han demostrado rechazo hacia mí.
Señor, con la guía del
Espíritu Santo, enséñame a orar de todo corazón por el bien de mis enemigos.
Señor, que pueda con mis
actos demostrar ese amor a todos, sin calificar previamente entre buenos y
malos, justos e injustos, de acuerdo a mis débiles y egoístas parámetros. Amén.
CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Me ubico imaginariamente
como audiencia presente en el sermón del Señor.
Busco que sus palabras,
produzcan en mí la misma sorpresa y asombro que seguramente provocó en sus
primitivos oyentes.
Pienso en la actitud
suprema de amor de Dios quien me amó a pesar de mis enemistades para con Él, y
que lo hizo entregando a su Hijo en la cruz por mí.
Recapacito en la oración
de Jesús en la cruz por sus asesinos “Padre, perdónalos porque no saben lo
que hacen”.
ACCIÓN
- ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Por qué
personas que considero, enemigos, adversarios o simplemente quienes me han
dañado, voy a rezar hoy para que Dios las bendiga?
¿Qué acciones
concretas de amor voy a realizar por personas ajenas a mi círculo íntimo de
amistad o familiaridad?
¿Quiero vivir
una vida cristiana ordinaria o extraordinaria? ¿Cómo lo haré?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.