Santos Isabel, Néstor y Alejandro
“Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros,
porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será
ensalzado.”
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro
del profeta Isaías 1, 10. 16-20
¡Escuchen
la palabra del Señor, jefes de Sodoma! ¡Presten atención a la instrucción de
nuestro Dios, pueblo de Gomorra!
¡Lávense,
purifíquense, aparten de mi vista la maldad de sus acciones! ¡Cesen de hacer el
mal, aprendan a hacer el bien! ¡Busquen el derecho, socorran al oprimido, hagan
justicia al huérfano, defiendan a la viuda!
Vengan,
y discutamos -dice el Señor-. Aunque sus pecados sean como la escarlata, se
volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la púrpura, serán como
la lana.
Si
están dispuestos a escuchar, comerán los bienes del país; pero si rehúsan
hacerlo y se rebelan, serán devorados por la espada, porque ha hablado la boca
del Señor.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23 (R.: 23b)
R. Al
que va por el buen camino, le haré gustar la salvación de Dios.
No
te acuso por tus sacrificios:
¡Tus
holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero
yo no necesito los novillos de tu casa
ni
los cabritos de tus corrales. R.
«
¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y
a mencionar mi alianza con tu boca,
tú,
que aborreces toda enseñanza
y
te despreocupas de mis palabras? R.
Haces
esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas
acaso que soy como tú?
Te
acusaré y te argüiré cara a cara.
El
que ofrece sacrificios de alabanza,
me
honra de verdad;
y
al que va por el buen camino,
le
haré gustar la salvación de Dios.» R.
EVANGELIO
X
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12
Jesús
dijo a la multitud y a sus discípulos:
«Los
escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo
lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que
dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras
que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo
lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de
sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los
primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar
“mi maestro” por la gente.
En
cuanto a ustedes, no se hagan llamar “maestro”, porque no tienen más que un
Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen “padre”,
porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco
“doctores”, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
Que
el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se
ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Esta es una porción del
Evangelio cargada de fuerza y dureza. Jesús se enfrenta a los letrados y
fariseos. Sus duras críticas las hace sin temor y sin vacilación. Cada página
del Evangelio está escrita para la Iglesia. No podemos perder de vista esta verdad
tan clara y clave a la hora de leer los Evangelios.
Los escribas y los fariseos, de
los que se habla en todo el discurso de Jesús, somos nosotros, llamados a
enmendar nuestra forma de actuar y a caminar en fidelidad por la senda de
justicia y de vida que Jesús de Nazaret nos propone.
Una tarea urgente en este
tiempo de Cuaresma es adherirnos más y mejor a Jesús, para ser fieles a su
proyecto de amor y de nueva humanidad.
Hemos de esforzarnos por
convertirnos. Convertirse significa ver en nosotros mismos esa actitud de
hipocresía que nos hace enseñorearnos sobre los demás y nos coloca como norma
suprema frente a los hermanos, dañando la comunión y la vida.
Aprovechemos este hermoso
tiempo cuaresmal para que Dios haga de nosotros personas humildes y nuevas, más
fieles a su proyecto de amor y más coherentes con el Reino que Jesús predicó e
instauró.
***
Isaías nos hace
conocer al Dios
Santo que todo lo renueva;
que puede hacer que del corazón reseco del pecador, nazca un amor entregado y
liberador. Este oráculo se remonta a los primeros años del ministerio del
profeta Isaías, en los que embiste la hipocresía religiosa del pueblo.
Se puede suponer
que fue pronunciado en una celebración litúrgica en el momento en que se
elevaba el humo de los sacrificios, mientras la multitud adoptaba la actitud de
los orantes. El pueblo elegido piensa que proporciona un placer a Yahvé al
pisar en gran número los patios de su templo y llevando ofrendas tan opulentas.
Pero la impureza
moral de quienes
ofrecen esos sacrificios resulta tan repugnante que Yahvé no puede realmente
tolerar esa religión
sin fe.
Pero hay una
posibilidad de que Dios acepte ese culto: que el pueblo se convierta dando acogida a los pobres y haciéndolos participar de la
opulencia de los sacrificios de los que Yahvé prescindiría con gusto. Obrar el bien y buscar la justicia, haciendo propia la causa de los pobres, será lo que manifestará
si el hombre desea verdaderamente volver al Señor, arrepentido de sus pecados.
***
En el evangelio, Jesús en
persona ofrece las claves y las pautas
de vida para
sus discípulos: lasinceridad y la coherencia en el modo de vivir.
Jesús se dirige a la gente que lo escucha, a los sencillos del
pueblo y no a los letrados y fariseos que conformaban la clase aristocrática.
Jesús les descubre la falsedad y la manipulación que hacen de la ley y los
combate con fuerza. Cuida
a la gente sencilla para
que no sea como aquellos que han cambiado el sentido de la Ley en Israel.
Jesús no quiere que
los pobres de su pueblo repitan los modelos de injusticia en los cuales los
letrados y fariseos vivían inmersos. Las clases dirigentes torcieron las leyes
y el pueblo sencillo quedó sometido bajo su peso.
Después da a sus
seguidores la lección
del servicio que
busca que
todo hombre se sienta dignificado. El servicio que Jesús plantea es la atención especial a los más
pobres, a los marginados, a los que no tenían ningún privilegio, de los que no
se puede sacar ningún provecho.
Jesús quiere que
entre los suyos el primero sea el servidor de todos. Como Él mismo,
que no
vino a ser servido sino a servir y dar la vida por los demás.
Vivir con
integridad es
una de las grandes ilusiones de los hombres, no hay nadie en el mundo que
quiera vivir conscientemente con incongruencia o fractura interior. Sin embargo
cuando empezamos a reconocer lo que sentimos por dentro, muchas veces nos
desilusionados de nosotros mismos.Entonces,
el camino de Cuaresma se convierte en un camino de recomposición, de integración de nuestra vida, de modo que todo lo que nosotros hagamos y vivamos esté en armonía con lo que Jesucristo nos va enseñando, aun cuando pueda parecernos contradictorio u opuesto a nuestros intereses personales.
el camino de Cuaresma se convierte en un camino de recomposición, de integración de nuestra vida, de modo que todo lo que nosotros hagamos y vivamos esté en armonía con lo que Jesucristo nos va enseñando, aun cuando pueda parecernos contradictorio u opuesto a nuestros intereses personales.
La palabra de
Dios nos va
iluminando a lo largo de Cuaresma para que no nos quedemos en unos retoques
superficiales, sino para que lleguemos
hasta la raíz en nuestro camino de Pascua.
PARA DISCERNIR
¿Nos
conformamos con la apariencia exterior?
¿Somos
exigentes con los demás y tolerantes con nosotros mismos?
¿Buscamos
la alabanza de los demás y los primeros puestos?
REPITAMOS A LO LARGO DE
ESTE DÍA
…Aprendan de
mí que soy manso y humilde de corazón…
PARA LA LECTURA
ESPIRITUAL
…Ser
plenamente sinceros significa hacer todo preocupándose únicamente de lo que
Dios piensa de nuestras acciones. Significa, por consiguiente, no adoptar
actitudes diversas según el ambiente, no pensar de un modo cuando estamos solos
y de otro cuando se está con alguien, sino hablar y actuar bajo la mirada de
Dios, que lee los corazones. La sinceridad consiste en esforzarse para que
nuestro porte externo coincida cada vez más con nuestro interior. Y,
naturalmente, sin provocación, sino sencillamente siendo lo que somos, sin
falsear la verdad por temor a desagradar a los demás. Esta sinceridad exige
pureza de intención, es decir, preocuparnos en nuestro actuar del juicio de
Dios, no de los juicios humanos; actuar preocupándonos más de lo que agrada o
desagrada a Dios que de lo que agrada o desagrada a los hombres. Este es uno de
los puntos esenciales de la vida espiritual.
Habitualmente
-no nos hagamos ilusiones- nos domina la preocupación de agradar o desagradar a
los hombres, interesándonos de mejorar la imagen que los otros pueden tener de
nosotros. Y, sin embargo, nos preocupamos poco de lo que somos a los ojos de
Dios; y por esta razón nos saltamos con frecuencia lo que sólo Dios ve: la
oración oculta, las obras de caridad secretas. Y ponemos mayor empeño en lo
que, aunque lo hagamos por Dios, lo ven también los hombres y va implicada
nuestra reputación. Llegar a una total sinceridad -esto es, a obrar bien lo
mismo si no nos ven que si nos ven- significa llegar a una perfección altísima…
J.
Daniélou, Sabiduría del misterio, Brescia 1963, 334s.
PARA REZAR
Dios y Padre
nuestro, nuestro único Señor,
Líbranos de creernos mejores que los demás,
porque todos somos
hermanos
y necesitados de tu
bondad y de tu amor.
Líbranos de mantener una imagen a costa de la verdad.
Líbranos de ahogar nuestros verdaderos dones
en el mar de la
vanidad y de la apariencia.
Líbranos de no reconocer nuestras miserias
por miedo a no ser
aceptados y queridos.
Líbranos de juzgar y disminuir a los demás
para mantener una
falsa estatura.
Ayúdanos a
sentir como tu ternura
no mira lo que
aparentamos
sino lo que nos
duele para poder sanarlo.
Ayúdanos a
aceptarnos como somos,
para poder aceptar
y amar a los demás
como vos nos
aceptás y amás a nosotros.
LECTIO DIVINA
No hacen lo que dicen
+ Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según san Mateo 23, 1-12
Jesús dijo a
la multitud y a sus discípulos:
«Los escribas
y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que
ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.
Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que
ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen
para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos;
les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos
en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar "mi
maestro" por la gente.
En cuanto a
ustedes, no se hagan llamar "maestro", porque no tienen más que un
Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen
"padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen
llamar tampoco "doctores", porque sólo tienen un Doctor, que es el
Mesías.
Que el más
grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza
será humillado, y el que se humilla será ensalzado.»
Palabra del
Señor.
LECTURA
- ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la
lectura:
El texto del
Evangelio está inmerso dentro de una confrontación directa de Jesús con los
escribas y fariseos.
Mientras en
los versículos leídos Jesús les habla a sus seguidores, inmediatamente después
(vs.13-36) dirige fuertes palabras a los escribas y fariseos a quienes no duda
en calificar de hipócritas.
La base de esa
hipocresía está contenida nuclearmente en la expresión “…no hacen lo que dicen”
(v.3).
Los escribas y
fariseos de los tiempos de Jesús, a pesar de sentarse en la silla de la
Sinagoga reservada para los maestros de la ley, “la cátedra de Moisés”, no
podían pasar de la ortodoxia a la ortopraxis.
Por ello, el
Señor manda a sus discípulos a hacer lo que ellos enseñan pero no imitar sus
actos. (vs. 2 y 3).
Las cargas
religiosas legales que imponían a los suyos, no eran cumplidas por ellos
mismos, ni aún en una mínima medida. (vs.4)
Jesús, da otra
sentencia aleccionadora para sus discípulos de la verdadera motivación de sus
hipócritas actos de religiosidad exterior: “Todo lo hacen para que los vean”
(vs.5). Por ello, alargan sus flecos, ocupan lugares de privilegio y se
vanaglorian en hacerse llamar maestros.
Ante esto,
Jesús enseña la verdadera religiosidad, y el fundamento esencial sobre la cual
debe estar sustentada: “Que el más grande de entre ustedes se haga servidor
de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será
ensalzado”. (vs. 11 y 12).
De este
precepto fundamental, nacen las antítesis pragmáticas con la hipocresía de
escribas y fariseos. Esto es, no hacerse llamar maestro ni doctores, entender
que nuestra identidad cristiana adecua nuestra filiación, a la categoría
superadora de “hermanos”.
Cuando la
religión se convierte en una carga, puede ser algún tipo de religión, pero no
es la cristiana.
Toda la
intención de escribas y fariseos, consistía en vestirse y comportarse de manera
tal, que atrajera la atención. El objetivo del cristiano consiste en
desaparecer del centro de la escena, para que, si los hombres ven sus
buenas obras, no lo glorifiquen a él sino a su Padre en los cielos.
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para
la meditación:
¿Cuál es mi
verdadera motivación de religiosidad exterior?
¿Me agrada, o
busco ser reconocido por mi vida religiosa?
¿Estoy
dispuesto a servir a otros para que la honra sea del otro y la gloria del
Señor?
ORACIÓN
- ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, líbrame
de mi egoísmo, vanagloria y soberbia que me impiden vivir la libertad de la
vida cristiana.
Señor, ayúdame
a imitarte a Vos que te humillaste hasta negarte a Vos mismo por amor a todos. Amén.
CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Reflexiono
sobre el texto mirando mi interior, buscando actitudes o motivaciones de
hipocresía religiosa.
Miro al Señor
que es mi maestro y ejemplo de humildad, y dejo que su presencia y espíritu
limpien mi corazón.
ACCIÓN
- ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para
la acción:
¿Qué actos de
religiosidad exterior que buscaban mi vanagloria voy a desechar hoy?
¿Qué acto de
servicio silencioso a otro voy a hacer hoy?
¿Cómo voy a
buscar vivir y enseñar la libertad que tengo en Cristo Jesús?
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