Santa Luisa de Marillac
“… yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la
verdad,
y ustedes no lo conocen. Yo
sí lo conozco,
porque vengo de él y es él el
que me envió.”
PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro de la Sabiduría 2, 1a. 12-22
Los
impíos se dicen entre sí, razonando equivocadamente:
«Tendamos
trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos
echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la
enseñanza recibida. El se gloría de poseer el conocimiento de Dios y se llama a
sí mismo hijo del Señor.
Es
un vivo reproche contra nuestra manera de pensar y su sola presencia nos
resulta insoportable, porque lleva una vida distinta de los demás y va por
caminos muy diferentes. Nos considera como algo viciado y se aparta de nuestros
caminos como de las inmundicias. El proclama dichosa la suerte final de los
justos y se jacta de tener por padre a Dios.
Veamos
si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final. Porque
si el justo es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus
enemigos.
Pongámoslo
a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su
paciencia. Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo
visitará.»
Así
razonan ellos, pero se equivocan, porque su malicia los ha enceguecido. No
conocen los secretos de Dios, no esperan retribución por la santidad, ni
valoran la recompensa de las almas puras.
Palabra de
Dios.
SALMO Sal
33, 17-18. 19-20. 21 y 23 (R.: 19a)
R. El
Señor está cerca del que sufre.
El
Señor rechaza a los que hacen el mal
para
borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando
ellos claman, el Señor los escucha
y
los libra de todas sus angustias. R.
El
Señor está cerca del que sufre
y
salva a los que están abatidos.
El
justo padece muchos males,
pero
el Señor lo libra de ellos. R.
El
cuida todos sus huesos,
no
se quebrará ni uno solo.
Pero
el Señor rescata a sus servidores,
y
los que se refugian en él no serán castigados. R.
EVANGELIO
+ Lectura del
santo Evangelio según san Juan 7, 1-2. 10. 25-30
Jesús
recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban
matarlo.
Se
acercaba la fiesta judía de las Chozas. Cuando sus hermanos subieron para la
fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver.
Algunos
de Jerusalén decían: « ¿No es este aquel a quien querían matar? ¡Y miren como
habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que
es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio,
cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es.»
Entonces
Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó:
«
¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por
mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.
Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió.»
Entonces
quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no
había llegado su hora.
Palabra del
Señor.
Para
reflexionar
Todos los
hombres y mujeres que, a lo largo de la historia, han sido fieles al proyecto
de Dios han experimentado, de un modo u otro, la incomprensión y la persecución
por parte de las instituciones que tienen el poder y hasta del mismo pueblo que
no alcanza a comprender la fidelidad de los seres humanos a un proyecto mayor.
Jesús
incomodó, y mucho, a la sociedad de su tiempo. Su presencia en medio de la
gente provoca interrogantes e inquietud. Jesús asume su responsabilidad frente
a la historia. Comprende que su papel es importante y crucial frente a los
sistemas de muerte que imponían la religión hipócrita e inmoral del judaísmo y
el sistema egoísta y opresor del imperio romano.
Dios no le
ahorró a Jesús la angustia, el dolor, la soledad, el llanto, la duda, ni
siquiera la muerte.
Hoy más que
nunca, estamos llamados a asumir el cristianismo con la radicalidad que implica
el seguimiento de Jesús. Pero sobre todo hemos de saber que seguir el proyecto
de Dios al estilo de Jesús, no es esperar que Dios solucione nuestros
problemas; por el contrario, es echarnos un problema más complejo encima. En
eso consiste el verdadero seguimiento de Jesús.
***
En la primera
lectura, el profeta nos presenta cómo las fuerzas del mal,
encarnadas en los impíos, quieren ahogar la fuerza de Dios que
se manifiesta en la vida de los justos. Es el conflicto de siempre, que pasa
por el mismo corazón del hombre. Este fragmento se dirige directamente a los
judíos fieles de Alejandría, que son perseguidos y despreciados por los judíos
renegados y por los paganos. Pero es Dios el que vence y es su protección
lo que cuenta.
Este pasaje
del Antiguo Testamento parece un análisis, por adelantado, de lo que pasará
durante la Pasión. La persecución del justo por parte de los impíos, anticipa
la persecución de Jesús por parte de las “autoridades” de Israel. Los
mismos que en los Evangelios de los días anteriores, manipulaban la Escritura y
la religión de acuerdo a sus intereses, son los mismos que hoy desconfían
de su origen y mañana intentarán prenderlo.
***
Siguen
considerando a Jesús
un peligro para su sociedad y se proponen matarlo, idea que había aparecido a raíz de la curación del inválido. La situación en torno a Jesús es de crisis, escepticismo y persecución. Jesús con sus palabras, se ha vuelto un problema para su seguridad e intereses. Una voz anunciando la Buena Nueva de la liberación para los oprimidos es incómoda porque les hecha en cara su pecado.
un peligro para su sociedad y se proponen matarlo, idea que había aparecido a raíz de la curación del inválido. La situación en torno a Jesús es de crisis, escepticismo y persecución. Jesús con sus palabras, se ha vuelto un problema para su seguridad e intereses. Una voz anunciando la Buena Nueva de la liberación para los oprimidos es incómoda porque les hecha en cara su pecado.
Jesús subió
a la fiesta de los Tabernáculos. La fiesta judía de mayor concurrencia, que
celebraba el final de la cosecha y preparaba la próxima sementera. Las
solemnidades en el templo, se prolongaban durante ocho días. Jesús no puede
subir abiertamente a Jerusalén, sino que lo hace inicialmente de incógnito; y
se presenta en la ciudad santa cuando ya la multitud de peregrinos, le sirve de
escudo protector. Al identificarlo, la gente se pregunta si no será que al fin,
han reconocido que Él es el Mesías, dado que lo ven hablar abiertamente sabiendo
que las autoridades querían matarlo.
En la época,
se había difundido la creencia de que el Mesías tenía que tener un origen
desconocido, y que al manifestarse vendría de las nubes. Jesús reacciona
enérgicamente gritando su identidad como aquel que no ha venido por propia
decisión, sino ha sido realmente enviado, y conoce al que lo ha enviado. En su
grito, Jesús llama la atención a los que creen conocerlo porque saben de su
origen galileo, pero desconocen que su origen es también de Dios. Su
mesianismo debe ser reconocido no por su lugar de nacimiento, sino
por ser enviado del Padre.
Juan presenta
a Jesús como la Sabiduría que enseña. El verdadero Mesías no
ha de ser reconocido por su lugar de procedencia, como ellos piensan; su
autenticidad depende solamente de que sea enviado por Dios, como lo ha
demostrado Jesús con sus obras. Si ellos no lo reconocen es por haber
subordinado el plan y la acción de Dios a sus propios prejuicios. Ellos no
conocen a Dios, se lo impide la ideología religiosa; Jesús lo conoce, y ése
es el fundamento de su misión y actividad.
Jesús, ha
echado por tierra el modo tradicional de concebir al Mesías, y acusa a los que
lo profesan de no conocer a Dios. Parte de sus oyentes
no toleran ser puestos en tela de juicio, por eso intentaron prenderlo, pero nadie le puso la mano encima, porque todavía no había llegado su hora.
no toleran ser puestos en tela de juicio, por eso intentaron prenderlo, pero nadie le puso la mano encima, porque todavía no había llegado su hora.
También en el mundo
de hoy, junto a muchas personas que creen y aceptan a Cristo, hay otras muchas
que han optado por ignorarlo, o incluso por perseguir toda idea suya. Sus seguidores corren
igual suerte. Una sociedad que va perdiendo valores fundamentales, acusa el
impacto del testimonio de los creyentes. Los verdaderos profetas son con
frecuencia perseguidos. Los falsos, los que no se preocupan de transmitir lo
que Dios dice, sino lo que gusta a la gente, ésos sí que prosperan.
Lo de
perseguir al profeta nos puede pasar a cada uno de nosotros, si con nuestra
vida damos untestimonio de valores diferentes, porque vivimos en sentido
inverso de lo que es moda, o de lo que dicen las estadísticas sociológicas. O
sea, si damos testimonio del evangelio de Jesús, que no coincide con el
del mundo.
Tal vez no
llegaremos a ser perseguidos y amenazados de muerte, pero sí desacreditados o
ridiculizados, o simplemente ignorados. No deberíamos
asustarnos demasiado. Todos estamos comprometidos en la batalla entre el bien y
el mal. Jesús fue signo de contradicción, como les
anunció el anciano Simeón a María y a José. Los cristianos, si
somos luz y sal, podemos también resultar molestos en el ambiente en que
nos movemos. Lo triste seria que no diéramos ninguna clase de testimonio, que
fuéramos insípidos, incapaces de iluminar o interpelar a nadie.
Para
discernir
¿Me siento
condicionado por lo que sé de los demás, lo que creo de ellos?
¿Estoy abierto
a la novedad de la vida y de los otros o ya la tengo y los tengo prearmados?
¿Tengo
prejuicios sobre mí mismo, me creo más de lo que puedo o me creo menos?
¿Hasta dónde
condiciono a Dios con lo que espero de Él?
Repitamos a lo largo de
este día
…Aunque el
justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor…
Para
la lectura espiritual
…En la vida de
Jesús, en su vivir mediante el Padre, se hace presente el sentido intrínseco
del mundo, que se nos brinda como amor -de un amor que ama individualmente a
cada uno de nosotros- y, por el don incomprensible de este amor, sin caducidad,
sin ofuscamiento egoísta, hace la vida digna de vivirse. La fe es, pues,
encontrar un tú que me sostiene y que en la imposibilidad de realizar un
movimiento humano da la promesa de un amor indestructible que no sólo aspira a
la eternidad, sino que la otorga. La fe cristiana obtiene su linfa vital del
hecho de que no sólo existe objetivamente un sentido de la realidad, sino que
este sentido está personalizado en Uno que me conoce y me ama, de suerte que
puedo confiar en Él con la seguridad de un niño que ve resueltos todos sus
problemas en el “tú” de su madre.
Todo esto no
elimina la reflexión. El creyente vivirá siempre en esa oscuridad, rodeado de
la contradicción de la incredulidad, encadenado como en una prisión de la que
no es posible huir. Y la indiferencia del mundo, que continúa impertérrito como
si nada hubiese sucedido, parece ser sólo una burla de sus esperanzas. ¿Lo eres
realmente? A hacernos esta pregunta nos obligan la honradez del pensamiento y
la responsabilidad de la razón, y también la ley interna del amor, que quisiera
conocer más y más a quien ha dado su “sí”, para amarle más y más.
¿Lo eres
realmente? Yo creo en ti, Jesús de Nazaret, como sentido del mundo y de mi
vida…
J. Ratzinger, Introducción
al cristianismo, Salamanca 1969, 57-58.
Para
rezar
Señor, Jesús,
Pongo este día en tus manos,
es una nueva oportunidad que me das
para demostrar que mi vida vale
y que la esperanza
que pusiste en mí no va a ser defraudada.
Que pueda aprovechar todo
lo que la vida me vaya ofreciendo,
que pueda estar abierto
sin condicionar nada
sino admirándome de todo
y pueda crecer a medida que construyo
un mundo más humano. Amén
LECTIO DIVINA
Quisieron detenerlo, pero todavía no había llegado su
hora
+ Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según san Juan 7, 1-2. 10. 25-30
Jesús recorría
la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo.
Se acercaba la
fiesta judía de las Chozas. Cuando sus hermanos subieron para la fiesta,
también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver.
Algunos de
Jerusalén decían: «¿No es este aquel a quien querían matar? ¡Y miren como habla
abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es
verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio,
cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es.»
Entonces
Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó:
«¿Así que
ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia
cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen. Yo sí lo
conozco, porque vengo de él y es él el que me envió.»
Entonces
quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no
había llegado su hora.
Palabra del
Señor.
LECTURA
- ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la
lectura:
El texto del
Evangelio de hoy nos ubica espacialmente, al indicar que Jesús recorría
Galilea, pero evitaba Judea a causa de la amenaza real de muerte que pesaba
sobre Él.
Esto está de
acuerdo con el relato de los sinópticos, el cual relata que el Señor fue de
Cafarnaún, en Galilea, hasta los límites de Tiro y Sidón, atravesando una gran
parte de Galilea; luego saliendo de Galilea, cruzó hasta Decápolis; regresó de
nuevo a Galilea; salió nuevamente hacia la región de Cesarea de Filipo; y
finalmente, abarcando otro gran sector del territorio galileo, regresó a
Cafarnaún.
La estrategia
misionera de retrasar su ingreso a Judea, si bien formaba parte del
conocimiento que Él tenía que su hora no había llegado, también obedece a su
interés de revelarse como Mesías en ese territorio septentrional, y
seguramente, a su deseo de darse a sí mismo la oportunidad de un retiro con sus
discípulos, para insistir sobre su inminente pasión.
Pero cuando
llegó la fiesta de la Chozas, tuvo que presentarse a la mente de los que
conocían a Jesús un interrogante; a saber, ¿era su plan ir a Jerusalén a fin de
asistir a la muy importante fiesta-peregrinación? Esta fiesta establecida en
Lv.23.33-44 era una fiesta de acción de gracias por la vendimia. Pero
además, era una conmemoración gozosa de la dirección divina concedida a los
antepasados en su travesía por el desierto. Puesto que se celebraba
inmediatamente después del día de la Expiación, era muy prominente la idea de
gozo después de la redención. Se celebraba la ceremonia del derramamiento del
agua, sacada de Siloé, en conmemoración del manantial refrescante que había
brotado milagrosamente de la roca en Meribá (Ex.17.1-7), y en anticipo de las
bendiciones, tanto para Israel como para el mundo. Las chozas se levantaban a
manera de refugio para los peregrinos que venían de todas partes, para asistir
a esta fiesta.
Son sus
hermanos, los que “aconsejan” a Jesús sobre su conveniencia de hacerse conocer
en plena fiesta en Judea, a lo que éste no accede por motivos ya comentados
acerca del kairós de Dios. “Mi tiempo no ha llegado todavía” (vs.6). Sin
embargo, y en forma imprevista a la luz del relato, finalmente cuando sus
hermanos fueron a la fiesta, Jesús decidió concurrir en forma secreta (vs.10).
La secuencia
del relato bíblico (vs.14-24) básicamente describe un nuevo enfrentamiento
entre Jesús y los judíos; en donde el Señor, sin eufemismos, les reprocha su
deseo de matarlo, y destaca como elemento desencadenante el milagro de la
curación del paralítico en sábado (Jn. 5.1-9).
En la sección
contenida entre los versículos 25 y 30 que forman parte de la lectura de hoy,
se presenta el murmullo de los ciudadanos de Jerusalén. Éstos, estaban mejor
informados, respecto a las verdaderas intenciones de los líderes, quienes
tenían su cuartel general en su propia ciudad. Los residentes en Jerusalén, se
sorprendieron mucho de que nadie hubiera tratado de detener a Jesús cuando hizo
tan terribles acusaciones en la cara de sus oponentes (vs.19), y, además, los
había acusado a ellos y a sus seguidores de una inconsecuencia patente
(vs.21-24). De allí, la duda capciosa de que si esta supuesta licencia,
no significaba un otorgamiento de hecho, de su condición mesiánica, por parte
de las autoridades: “¿Habrán reconocido las autoridades que es
verdaderamente el Mesías?” (vs.26).
Sin embargo,
la retórica sugerencia de los habitantes de Jerusalén, de que los dirigentes
podían haber llegado a la conclusión de que éste era realmente el Cristo, se
desvanece ante la objeción de que el lugar de origen de este hombre, Jesús, era
bien conocido; pero el origen del verdadero Mesías sería desconocido. Según
este capítulo del Evangelio de Juan, había dos opiniones entre los judíos
respecto al origen del esperado Mesías: Según algunos, nadie sabría de donde
venía (vs.27); según otros, nacería en Belén (vs.41-42).
La respuesta
de Jesús se presenta como una exclamación, o sea levantando su voz, conmovido
hasta lo más profundo de su ser, ante la ignorancia y soberbia de esta gente.
Luego de preguntar en forma irónica y retóricamente negativa, el
desconocimiento que ellos tenían de su persona y de su origen, Jesús retorna al
concepto de su pertenencia misionera del Padre a quienes ellos no conocen y con
quien el Hijo tiene una relación esencial profunda. (vs.28-29)
El texto de
hoy, termina remarcando una vez más la tensión existente entre los “tiempos” de
sus asesinos, y el “kairós” de Dios en su pasión. “Entonces quisieron
detenerlo, pero nadie puso las manos sobre Él, porque todavía no había llegado
su hora” (vs.30).
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para
la meditación:
¿De qué manera
yo interpreto los tiempos de Dios en el pasaje y los relaciono con mi vida y
con su plan sobre la humanidad?
¿Conozco
genuinamente a Jesús? ¿Y al Padre?
En estos
tiempos de Cuaresma ¿Qué oportunidad de conocimiento nuevo del Señor puedo
esperar recibir?
ORACIÓN
- ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, ayúdame
a conocer tus tiempos y planes, y a adecuar los míos a ellos.
Dios, que en
estos días de Cuaresma, tenga yo un mayor conocimiento del Padre, del Hijo, y
del Espíritu Santo a través de las Escrituras y mi participación eucarística. Amén.
CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Miro la escena
y trato de entender las verdaderas intenciones de los habitantes de Jerusalén y
la repuesta angustiosa de Jesús.
Releo la
respuesta de Jesús (vs. 28-29) y reflexiono en mi propio conocimiento de Dios.
ACCIÓN
- ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para
la acción:
¿Cómo voy a
interpretar los tiempos de Dios cuando no coinciden con mis tiempos y urgencias
personales?
¿Cómo voy a
intentar conocer más cada día a Jesús y al Padre?
¿Con quién voy
a compartir mis conocimientos de Dios y para qué?
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