La
Exaltación
de
la
Santa
Cruz
(F)
…Es
necesario
que
el
Hijo
del
hombre
sea
levantado
en
alto…
Cuando
esta
fiesta
no
cae
en
domingo,
se
elige
sólo
una
de
las
siguientes
lecturas
antes
del
Evangelio.
PRIMERA
LECTURA
Lectura
del
libro
de
los
Números
21,
4b-9
En el camino, el pueblo perdió la paciencia y comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: « ¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya estamos hartos de esta comida miserable!»
Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas.
En el camino, el pueblo perdió la paciencia y comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: « ¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya estamos hartos de esta comida miserable!»
Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas.
El
pueblo
acudió
a
Moisés
y
le
dijo:
«Hemos
pecado
hablando
contra
el
Señor
y
contra
ti.
Intercede
delante
del
Señor,
para
que
aleje
de
nosotros
esas
serpientes.»
Moisés intercedió por el pueblo, y el Señor le dijo: «Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará curado.»
Moisés intercedió por el pueblo, y el Señor le dijo: «Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará curado.»
Moisés
hizo
una
serpiente
de
bronce
y
la
puso
sobre
un
asta.
Y
cuando
alguien
era
mordido
por
una
serpiente,
miraba
hacia
la
serpiente
de
bronce
y
quedaba
curado.
Palabra
de
Dios.
O
bien:
Lectura
de
la
carta
del
apóstol
san
Pablo
a
los
cristianos
de
Filipos
2,
6-11
Jesucristo, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz.
Por
eso,
Dios
lo
exaltó
y
le
dio
el
Nombre
que
está
sobre
todo
nombre,
para
que
al
nombre
de
Jesús,
se
doble
toda
rodilla
en
el
cielo,
en
la
tierra
y
en
los
abismos,
y
toda
lengua
proclame
para
gloria
de
Dios
Padre:
«Jesucristo
es
el
Señor.»
Palabra de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal
77,
1-2.
34-35.
36-37.
38
(R.:
cf.
7b)
R.
No
olviden
las
proezas
del
Señor.
Pueblo
mío,
escucha
mi
enseñanza,
presta atención a las palabras de mi boca:
yo voy a recitar un poema,
a revelar enigmas del pasado. R.
Cuando los hacía morir, lo buscaban
y se volvían a él ansiosamente:
recordaban que Dios era su Roca,
y el Altísimo, su libertador. R.
Pero lo elogiaban de labios para afuera
y mentían con sus lenguas;
su corazón no era sincero con él
y no eran fieles a su alianza. R.
El Señor, que es compasivo,
los perdonaba en lugar de exterminarlos;
una y otra vez reprimió su enojo
y no dio rienda suelta a su furor. R.
presta atención a las palabras de mi boca:
yo voy a recitar un poema,
a revelar enigmas del pasado. R.
Cuando los hacía morir, lo buscaban
y se volvían a él ansiosamente:
recordaban que Dios era su Roca,
y el Altísimo, su libertador. R.
Pero lo elogiaban de labios para afuera
y mentían con sus lenguas;
su corazón no era sincero con él
y no eran fieles a su alianza. R.
El Señor, que es compasivo,
los perdonaba en lugar de exterminarlos;
una y otra vez reprimió su enojo
y no dio rienda suelta a su furor. R.
EVANGELIO
Lectura
del
santo
Evangelio
según
san
Juan
3,
13-17
Jesús dijo a Nicodemo:
Jesús dijo a Nicodemo:
«Nadie
ha
subido
al
cielo,
sino
el
que
descendió
del
cielo,
el
Hijo
del
hombre
que
está
en
el
cielo.
De
la
misma
manera
que
Moisés
levantó
en
alto
la
serpiente
en
el
desierto,
también
es
necesario
que
el
Hijo
del
hombre
sea
levantado
en
alto,
para
que
todos
los
que
creen
en
él
tengan
Vida
eterna.
Sí,
Dios
amó
tanto
al
mundo,
que
entregó
a
su
Hijo
único
para
que
todo
el
que
cree
en
él
no
muera,
sino
que
tenga
Vida
eterna.
Porque
Dios
no
envió
a
su
Hijo
para
juzgar
al
mundo,
sino
para
que
el
mundo
se
salve
por
él.»
Palabra
del
Señor
PARA
REFLEXIONAR
- Colocamos cruces en las cabeceras de las camas, hay cruces que aparecen como un adorno de moda colgando del cuello o de las orejas de modelos, hay cruces tatuadas, hay cruces en sepulcros, hay cruces que tratan de mostrar en que creemos. La cruz a pesar de no tener el significado de rebeldía y maldición que tenía en el mundo antiguo, y habiéndose en muchos casos convertido en un artículo de adorno, sigue hablando de dolor.
- Decimos cruzcuando nos referimos a la realidad cotidiana de personas a las que se les hace, por diversos motivos, difícil la vida. Se habla de cruz ante la falta de oportunidades para desarrollarse como personas, ante la realidad de miseria que inunda como un torbellino incontenible nuestras ciudades y pueblos. El dolor de la humanidad, los excluidos, los no nacidos… a todo eso se sigue llamando cruz.
- Le decimos cruz, también, a cualquier cosa inesperada o no querida que nos pasa. Le hemos puesto el nombre de cruz a muchas cosas y poco a poco se ha desfigurado el valor y el sentido de la Cruz de Cristo en la vida de los hombres y en la vida del discípulo.
***
- En el libro de los Números la serpiente de bronce es levantada por Moisés sobre un asta en medio del campamento. Todos los israelitas que mordidos por las serpientes venenosas, habían sido castigados por sus rebeldías; miraban la serpiente de bronce y se curaban. La exaltación de esa serpiente portadora de muerte se convertía para el pueblo arrepentido en portadora de vida.
***
- Este himno cristológico nos permite visualizar las etapas del movimiento de Cristo, que nos mueven a sentirnos involucrados y participantes de la historia de la salvación. Él es el Hijo eterno, con el Padre y el Espíritu. Poseía la dignidad divina, la condición divina. Pero asume nuestra condición y pasa como nosotros, camina como nosotros, actúa como nosotros. En todo, menos en el pecado. Se abaja, y finalmente es exaltado.
- Consideremos su abajamiento, su anonadamiento. Y, como san Pablo lo hacía con los filipenses, invitémonos mutuamente a tener la misma mentalidad, los mismos sentimientos, la misma actitud de Cristo. No temer al vaciamiento. El ejemplo lo tenemos en el Señor. El que se aferra, termina por perderlo todo. El que se abaja, empieza un camino de glorificación.
- El clímax del texto es la proclamación de Jesús como Señor (“el nombre‐sobre‐todo‐nombre”), lo cual tiene un alcance cósmico y un tono litúrgico (de rodillas). Tal vez he pasado mucho tiempo sentado, o mucho tiempo de pie o caminando. Descanso y actúo; pero ¿adoro? Y sobre todo, ¿proclamo con mis labios que Jesús es el Señor?; ¿Lo reconozco como quien realmente es: mi Dios y salvador?
***
- Juan utiliza la narración de la serpiente de bronce, elevada por Moisés en el desierto, como figura que ilustra proféticamente lo que sucede en la “elevación” del Hijo del Hombre en la cruz.
- Hacia ese Jesús elevado en señal de oprobio, nosotros levantamos nuestros ojos de la fe, porque reconocemos en Él el amor salvador del Padre y el amor fiel y salvador del Hijo, que ha aceptado perder la vida, es decir, entregarla al Padre y a todos nosotros.
- Las palabras de Jesús a Juan expresan en forma resumida su misión, que consiste en dar al hombre “vida eterna”, la misma vida de Dios, y que se concede a los hombres en virtud de su elevación.
- El levantamiento de Jesús es a la vez su muerte en cruz y su glorificación; es fruto del rechazo del mundo y atracción salvadora de todos los hombres; Jesús es elevado para morir en manos del mundo y es elevado para salvar por el Padre; “para que todo el que crea en Él tenga vida eterna”. Jesús elevado, atrae a todos los hombres; es la luz verdadera que ilumina a todos.
- Jesús no es juicio sino salvación. Dios no es el que juzga, sino el que salva. La salvación tiene lugar por la fe. En cambio, “el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios”. La luz es dada a todos los hombres pero los hombres prefieren muchas veces las tiniebla a la luz, “porque sus obras son malas”.
- El propósito y la voluntad de Dios es la salvación del mundo, no su condenación. Dios ama al mundo con un amor incomprensible e inconmensurable. El Dios que revela Jesús no es
un Dios a imagen de los hombres, que se dedica a garantizar el orden en el mundo, ni un super vigilante del escenario del mundo, ni el custodio del orden moral. Dios ama, Dios es amor. Sólo Jesús, con sus palabras y sus gestos que lo conducen a la cruz, puede dejar entrever esto. - El Padre por amor a nosotros nos entrega a su propio Hijo único en nuestras manos y nosotros entregamos a este Hijo único de Dios a la muerte. El Padre no envía al Hijo a la muerte, sino a la solidaridad con los hombres. Jesús sabe que la salvación no le llega al hombre por la huida de la realidad humana, sino por la identificación hasta el fondo con ella. Jesús se comportó como un hombre cualquiera. Nada le fue ahorrado de la común condición humana sino que la asumió hasta la muerte. Esta profunda comunión con nosotros es lo que hace a Jesús tan entrañable y tan próximo a cada uno de nosotros.
- El Padre no envía al Hijo a la muerte sino al cumplimiento fiel de su misión de revelar el amor de Dios, su misericordia sobre todos los hombres, y la muerte de Jesús es una consecuencia de su obrar. Al enviar a su Hijo al mundo, el Padre corre este riesgo que no “escatimó″.
- Se trata, por tanto, de un claro predominio del designio de salvación en la actuación amorosa de Dios en el mundo; de una prioridad de la salvación sobre la condenación; se trata de un triunfo de la salvación.
- La cruz fue para Cristo la voluntad del Padre cumplida hasta el extremo, su última palabra y la más elocuente. La cruz fue para Cristo ponerse en el último lugar y prestar el mejor servicio a todos los hombres. Para servir hay que ponerse en la cola, en el último lugar, descendió el que vino al mundo a servir y no a ser servido. Por eso fue también la cruz el trono de su exaltación y su gloria.
- Para Jesús la cruz no fue un final desgraciado o inesperado, sino la culminación de su camino. No hay quiebre entre lo que hizo durante su vida pública y su cruz. Jesucristo llegó a la cruz precisamente porque era el lugar adonde lo llevaba que decía y hacía. La cruz de la incomprensión, de la persecución y de la oposición la halló desde el primer momento, pero no se desvió de su camino. Jesucristo no elige la cruz, pero tampoco se aparta de su camino aunque éste lleve a la cruz. Es su fidelidad a la verdad, a su lucha por la justicia, a su entrega a los marginados y despreciados, a su combate contra todo mal, toda hipocresía. Todo esto significa para el discípulo la cruz de cada día.
- La cruz es camino de vida, lo que no supone buscar el sufrimiento como si fuera algo bueno, se trata de seguir a Jesús, en el intento de vivir como Él viviría en este tiempo y en nuestra realidad concreta. Escoger un camino
que sea consecuente con lo que El nos enseñó: un camino que, sirva a la verdad y no a la mentira, al amor generoso y no al egoísmo insolidario, a la justicia de cada día y no al aprovecharse de los débiles. - El discípulo no busca el sufrimiento, pero no puede huir de la dificultad por construir el reino por más costosa que se presente. En la cruz, se resuelve toda una historia de amor de Dios por la humanidad. Y esa historia la realiza Jesús, el crucificado, que por su solidaridad con la humanidad es glorificado.
- En el desierto que nos presenta el mundo, de nosotros depende levantar el signo de un futuro más fuerte que la muerte. No se trata de colocar crucifijos por todas partes; se trata de que nosotros mismos estemos marcados por el amor de tal manera que todo hombre pueda reconocer el rostro de Cristo y la esperanza de curación. Gracias a todos los que luchan contra la muerte para que vivan humanamente los minusválidos, los débiles, los incurables, la muerte retrocede, aunque el hombre sabe perfectamente que él no ha de ganar la última batalla. Pero la muerte es vencida cada vez que el amor le impide reinar como dueña.
- La cruz de Cristo no debe ser identificada con todo aquello que en nuestra vida humana hay de limitación y de finitud natural. Habitualmente hablamos de las cruces de la vida refiriéndonos a limitaciones humanas, enfermedades, accidentes, mala suerte, que no son sino avatares y peculiaridades de la vida humana, dimensiones naturales de nuestra existencia y la cruz de Cristo no tiene nada de natural.
- La cruz que exaltamos no son los maderos cruzados sino el coraje de Jesús, que optó por el Reino y por el amor sin temor a las consecuencias a que lo iban a llevar. La exaltación de la cruz es la exaltación de la fidelidad de Jesús a la causa del Reino. Cruz es el sufrimiento que se producirá en nuestra vida como consecuencia de seguir a Jesús y los valores del evangelio.
- La fiesta que celebramos tiene que ser para nosotros la ocasión de hacer memoria, de recordar y proclamar muy alto que Cristo ha sido exaltado en la cruz y que todos los que son de Cristo no podemos pretender otra gloria que ésta. Tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo y no conformarnos a este mundo. Si somos discípulos de Cristo estaremos siempre con Él en la cruz, en la contradicción.
- Los creyentes no vivimos la cruz como derrotados, sino como portadores de una esperanza final. Si asumimos esa cruz inevitable en todo aquel que se esfuerza por ser fiel a su vocación y por construir un mundo más humano, más habitable, es porque queremos arrancar para siempre del mundo y de nosotros el mal y el sufrimiento. A una cruz como la de Jesús, sólo le espera resurrección. Por eso, aunque parezca contradictorio, nos gozamos y hacemos fiesta contemplando la cruz, por encima de otras exaltaciones pasajeras y mundanas que nos embotan cada día.
- La exaltación de la cruz no es la exaltación del sufrimiento y del sacrificio, ni la consagración del dolor, sino revelación cumbre del amor y la posibilidad de transformar el abatimiento en construcción de vida humana plena. Jesús nos enseña cómo pasar de la muerte a la vida.
- Apostar siempre, aún en medio de las mayores dificultades, por la vida del hombre y del mundo, es creer en el nombre del Hijo único de Dios.
- Lo que nos hace cristianos es seguir a Jesús. Nada más. Este seguimiento a Jesús no es algo teórico o abstracto. Significa seguir sus pasos, comprometernos como él a «humanizar la vida», y vivir así contribuyendo a que, poco a poco, se vaya haciendo realidad su proyecto de un mundo donde reine Dios y su justicia.
- Esto quiere decir que los seguidores de Jesús estamos llamados a poner verdad donde hay mentira, a introducir justicia donde hay abusos y crueldad con los más débiles, a reclamar compasión donde hay indiferencia y pasividad ante los que sufren. Y esto exige construir comunidadesdonde se viva el proyecto de Jesús, con su espíritu y sus actitudes.
- ¿Busco la verdad a toda costa, sin acobardarme ante la posibilidad de que me pongan la cruz?
- ¿Acepto las cruces que la vida me impone?
- ¿Soy capaz de rebajarme por el bien de otros?
REPITAMOS
Y
VIVAMOS
HOY
LA
PALABRA
…Jesucristo
es
el
Señor…
PARA
LA
LECTURA
ESPIRITUAL
«Cuando
sea
levantado
de
la
tierra,
atraeré
a
todos
hacia
mí»
Hoy es el día de la Exaltación de la Santa Cruz; cruz que merece nuestro amor y a la cual, por nuestro amor, ha sido suspendido el Salvador del mundo entero. Nuestro Señor ha dicho: «Cuando haya sido elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí. Con estas palabras quiere decir que su deseo más grande es atraer hacia Él nuestros corazones terrenos, poseídos por el amor hacia las cosas de este mundo; quiere atraer hacia Él nuestra sed de gozos y satisfacciones de la tierra. Nuestra alma, bella y orgullosa, retenida por la complacencia en sí misma, por el amor a la satisfacción material de nuestra sensibilidad, quisiera Él atraerla totalmente hacia Sí. Sí, a fin de que Él sea elevado en nosotros y crezca en nuestros corazones. Porque para aquellos que Dios ha sido siempre grande, todas las cosas creadas son pequeñas, y las cosas pequeñas las consideran como si nada fuesen.
Hoy es el día de la Exaltación de la Santa Cruz; cruz que merece nuestro amor y a la cual, por nuestro amor, ha sido suspendido el Salvador del mundo entero. Nuestro Señor ha dicho: «Cuando haya sido elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí. Con estas palabras quiere decir que su deseo más grande es atraer hacia Él nuestros corazones terrenos, poseídos por el amor hacia las cosas de este mundo; quiere atraer hacia Él nuestra sed de gozos y satisfacciones de la tierra. Nuestra alma, bella y orgullosa, retenida por la complacencia en sí misma, por el amor a la satisfacción material de nuestra sensibilidad, quisiera Él atraerla totalmente hacia Sí. Sí, a fin de que Él sea elevado en nosotros y crezca en nuestros corazones. Porque para aquellos que Dios ha sido siempre grande, todas las cosas creadas son pequeñas, y las cosas pequeñas las consideran como si nada fuesen.
La
belleza
de
esta
Cruz
es
Cristo
crucificado
elevado
de
manera
inimaginable,
muy
por
encima
de
todos
los
santos,
de
todos
los
ángeles,
de
todos
los
gozos,
delicias
y
felicidades
que
todos
juntos
poseen.
Y
puesto
que
su
verdadera
mansión
se
encuentra
en
lo
más
alto
de
los
cielos,
quiere
habitar
en
eso
que
hay
en
lo
más
alto
de
nosotros
mismos,
es
decir,
en
nuestro
amor
y
en
nuestros
sentimientos
más
elevados,
más
íntimos,
más
delicados.
Quiere
atraer
hacia
Él
los
aspectos
más
simples
de
nuestro
espíritu
y
de
nuestra
alma
en
lo
que
tienen
de
más
eminente,
y
elevar
todo
ello
hasta
Él.
Si
logramos
que
esto
sea
una
realidad
en
nosotros,
Él
nos
atraerá
hasta
su
mansión
más
elevada
y
la
más
íntima…
Cuanto
más
ahora
yo
le
dé
lo
que
es
mío,
lo
que
tengo,
tanto
más
Él
me
dará
lo
que
es
suyo.
Juan
Taulero
– Sermón
58
PARA
REZAR
NOS
ACERCAMOS
A
LOS
CRUCIFICADOS
Hoy, nos acercamos a tu cruz,
Hoy, nos acercamos a tu cruz,
y
nos
acercamos
a los crucificados de la humanidad.
Queremos pasar sus rostros, que son tu rostro,
por nuestro corazón.
Nos sentimos llamados a recorrer países enteros,
donde hay tantos relatos de cruz
por el hambre, la guerra, la injusticia sin fin.
Pasamos por nuestros ojos las imágenes de las víctimas,
los cuerpos mutilados por las bombas,
las mujeres embarazadas violentamente,
los niños atrapados en redes comerciales.
Oímos la voz de los sin voz,
el ruido de los pies de tantos emigrantes
que dejan su tierra con dolor,
el eco apagado de tantos condenados a muerte
por el hambre, el sida, las drogas,
el hilito de voz que sale de las cárceles,
de los hospitales, de todos los marginados.
Que nuestras lágrimas, nuestra solidaridad,
nuestro estilo de vida, rieguen tantas semillas
de amor y de esperanza sembradas cada día en la tierra.
a los crucificados de la humanidad.
Queremos pasar sus rostros, que son tu rostro,
por nuestro corazón.
Nos sentimos llamados a recorrer países enteros,
donde hay tantos relatos de cruz
por el hambre, la guerra, la injusticia sin fin.
Pasamos por nuestros ojos las imágenes de las víctimas,
los cuerpos mutilados por las bombas,
las mujeres embarazadas violentamente,
los niños atrapados en redes comerciales.
Oímos la voz de los sin voz,
el ruido de los pies de tantos emigrantes
que dejan su tierra con dolor,
el eco apagado de tantos condenados a muerte
por el hambre, el sida, las drogas,
el hilito de voz que sale de las cárceles,
de los hospitales, de todos los marginados.
Que nuestras lágrimas, nuestra solidaridad,
nuestro estilo de vida, rieguen tantas semillas
de amor y de esperanza sembradas cada día en la tierra.
LECTIO
DIVINA
Es
necesario que el Hijo del hombre
sea
levantado en alto
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 3, 13-17
Jesús dijo a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.
De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
· Guías para la lectura:
El texto que hoy la liturgia nos propone está sacado de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. No nos tiene que sorprender que el pasaje elegido para esta celebración forme parte del cuarto evangelio, porque es justamente este evangelio el que presenta el misterio de la cruz del Señor, como exaltación. Y esto está claro desde el comienzo del evangelio: “Así como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre” (Jn 3,14; Dn 7,13). Juan nos explica el misterio del Verbo Encarnado en el movimiento paradójico del descenso-ascenso (Jn 1,14.18; 3,13). Y es éste el misterio que ofrece la clave de lectura para comprender el despliegue de la identidad y de la misión de Jesucristo passus et gloriosus, y podemos decir con razón que esto, no vale solamente para el texto de Juan. La carta a los Efesios, por ejemplo, se sirve de este mismo movimiento paradójico para explicar el misterio de Cristo: “Subió. ¿Qué quiere decir, sino que había bajado con los muertos al mundo inferior?” (Ef 4,9).
Jesús es el Hijo de Dios que al hacerse Hijo del hombre (Jn 3,13) nos hace conocer los misterios de Dios (Jn 1,18). Esto Él solamente puede hacerlo, ya que Él sólo ha visto al Padre (Jn 6,46). Podemos decir que el misterio del Verbo que baja del cielo responde al anhelo de los profetas: ¿quién subirá al cielo para revelarnos este misterio? (cfr. Dt 30,12; Prov 30,4). El cuarto evangelio está lleno de referencias al misterio de aquel que “ha bajado del cielo” (1 Cor 15,47). He aquí algunas citas: Jn 6,33.38.51.62; 8,42; 16,28-30; 17,5.
La exaltación de Jesús está justamente en este bajar hasta nosotros, hasta la muerte, y a la muerte de cruz, desde la cual Él será levantado como la serpiente en el desierto y “todo el que la mire … no morirá” (Núm 21,7-9; Zc 12,10). Este mirar a Cristo ensalzado, Juan lo recordará en la escena de la muerte de Jesús: “Mirarán a aquel que traspasaron” (Jn 19,37). En el contexto del cuarto evangelio, el dirigir la mirada quiere significar, “conocer”, “comprender”, “ver”.
A menudo en el evangelio de Juan, Jesús se refiere al hecho de ser levantado: “Cuando hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces conocerán que Yo soy” (Jn 8,28); “cuando yo haya sido levantado de la tierra, atraeré a todos a mí”. Jesús daba a entender así de qué muerte iba a morir” (Jn 12,32-33). También en los sinópticos Jesús anuncia a sus discípulos el misterio de su condena a muerte y muerte de cruz (véase Mt 20,17-19; Mc 10,32-34; Lc 18,31-33). En efecto, Cristo tenía que “sufrir todo esto y entrar en la gloria” (Lc 24,26).
Este misterio revela el gran amor que Dios nos tiene. Es el hijo que nos es dado, “para que quien crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”, este hijo a quien nosotros hemos rechazado y crucificado. Pero justamente en este rechazo de nuestra parte, Dios nos ha manifestado su fidelidad y su amor que no se detiene ante la dureza de nuestro corazón. El actúa la salvación, a pesar de nuestro rechazo y desprecio (cfr. Hechos 4,27-28), permaneciendo siempre firme en realizar su plan de misericordia: “Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar el mundo, sino para que el mundo se salve por Él”.
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
· Preguntas para la meditación:
· En el evangelio ¿qué te ha llamado la atención?
· ¿Qué significa para ti la exaltación de Cristo y de su Cruz?
· Este movimiento de descenso-ascenso ¿qué consecuencias conlleva en la vivencia de la fe?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, Vos que nos invitás cada día a alzar nuestra mirada y contemplar tu sacrificio y victoria sobre la cruz, bendice este día de mi vida.
Aumentá mi fe para poder vivir la vida plena y eterna que nos regalás.
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Hoy lo hago a través de un Aleluia:
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos,
porque con tu cruz has redimido al mundo.
Aleluia.
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
· Preguntas para la acción:
· ¿Cómo leo ahora la Biblia cuando “dialogan” de una forma tan clara el Antiguo con el Nuevo
Testamento?
· ¿Cómo reconsideraré cada día la exaltación de Cristo en la cruz y su efecto en mi vida?
· ¿Con quién compartiré la Lectio de hoy?
· ¿Cómo reconsideraré cada día la exaltación de Cristo en la cruz y su efecto en mi vida?
· ¿Con quién compartiré la Lectio de hoy?
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