-->
…No
se
puede
servir
a
Dios
y
al
dinero…
PRIMERA
LECTURA
Lectura
de
la
profecía
de
Amós
8,
4-7
Escuchen
esto,
ustedes,
los
que
pisotean
al
indigente
para
hacer
desaparecer
a
los
pobres
del
país.
Ustedes
dicen:
«
¿Cuándo
pasará
el
novilunio
para
que
podamos
vender
el
grano,
y
el
sábado,
para
dar
salida
al
trigo?
Disminuiremos
la
medida,
aumentaremos
el
precio,
falsearemos
las
balanzas
para
defraudar;
compraremos
a
los
débiles
con
dinero
y
al
indigente
por
un
par
de
sandalias,
y
venderemos
hasta
los
desechos
del
trigo.»
El
Señor
lo
ha
jurado
por
el
orgullo
de
Jacob:
Jamás
olvidaré
ninguna
de
sus
acciones.
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal
112,
1-2.
4-6.
7-8(R.:
cf.
1a
y
7b)
R. Alaben
al
Señor,
que
alza
al
pobre.
Alaben,
servidores
del
Señor,
alaben
el
nombre
del
Señor.
Bendito
sea
el
nombre
del
Señor,
desde
ahora
y
para
siempre.
El
Señor
está
sobre
todas
las
naciones,
su
gloria
se
eleva
sobre
el
cielo.
¿Quién
es
como
el
Señor,
nuestro
Dios,
que
tiene
su
morada
en
las
alturas,
y
se
inclina
para
contemplar
el
cielo
y
la
tierra?
El
levanta
del
polvo
al
desvalido,
alza
al
pobre
de
su
miseria,
para
hacerlo
sentar
entre
los
nobles,
entre
los
nobles
de
su
pueblo.
SEGUNDA
LECTURA
Lectura
de
la
primera
carta
del
apóstol
san
Pablo
a
Timoteo 2,
1-8
Querido
hermano:
Ante
todo,
te
recomiendo
que
se
hagan
peticiones,
oraciones,
súplicas
y
acciones
de
gracias
por
todos
los
hombres,
por
los
soberanos
y
por
todas
las
autoridades,
para
que
podamos
disfrutar
de
paz
y
de
tranquilidad,
y
llevar
una
vida
piadosa
y
digna.
Esto
es
bueno
y
agradable
a
Dios,
nuestro
Salvador,
porque
él
quiere
que
todos
se
salven
y
lleguen
al
conocimiento
de
la
verdad.
Hay
un
solo
Dios
y
un
solo
mediador
entre
Dios
y
los
hombres:
Jesucristo,
hombre
él
también,
que
se
entregó
a
sí
mismo
para
rescatar
a
todos.
Este
es
el
testimonio
que
él
dio
a
su
debido
tiempo,
y
del
cual
fui
constituido
heraldo
y
Apóstol
para
enseñar
a
los
paganos
la
verdadera
fe.
Digo
la
verdad,
y
no
miento.
Por
lo
tanto,
quiero
que
los
hombres
oren
constantemente,
levantando
las
manos
al
cielo
con
recta
intención,
sin
arrebatos
ni
discusiones.
Palabra
de Dios.
EVANGELIO
Lectura
del
santo
Evangelio
según
san
Lucas 16,
1-13
Jesús
decía
a
los
discípulos:
«Había
un
hombre
rico
que
tenía
un
administrador,
al
cual
acusaron
de
malgastar
sus
bienes.
Lo
llamó
y
le
dijo:
“¿Que
es
lo
que
me
han
contado
de
ti?
Dame
cuenta
de
tu
administración,
porque
ya
no
ocuparás
más
ese
puesto.”
El
administrador
pensó
entonces:
“¿Qué
voy
a
hacer
ahora
que
mi
señor
me
quita
el
cargo?
¿Cavar?
No
tengo
fuerzas.
¿Pedir
limosna?
Me
da
vergüenza.
¡Ya
sé
lo
que
voy
a
hacer
para
que,
al
dejar
el
puesto,
haya
quienes
me
reciban
en
su
casa!”
Llamó
uno
por
uno
a
los
deudores
de
su
señor
y
preguntó
al
primero:
“¿Cuánto
debes
a
mi
señor?”
“Veinte
barriles
de
aceite”,
le
respondió.
El
administrador
le
dijo:
“Toma
tu
recibo,
siéntate
en
seguida,
y
anota
diez.”
Después
preguntó
a
otro:
“Y
tú,
¿cuánto
debes?”
“Cuatrocientos
quintales
de
trigo”,
le
respondió.
El
administrador
le
dijo:
“Toma
tu
recibo
y
anota
trescientos.”
Y
el
señor
alabó
a
este
administrador
deshonesto,
por
haber
obrado
tan
hábilmente.
Porque
los
hijos
de
este
mundo
son
más
astutos
en
su
trato
con
los
demás
que
los
hijos
de
la
luz.
Pero
yo
les
digo:
Gánense
amigos
con
el
dinero
de
la
injusticia,
para
que
el
día
en
que
este
les
falte,
ellos
los
reciban
en
las
moradas
eternas.
El
que
es
fiel
en
lo
poco,
también
es
fiel
en
lo
mucho,
y
el
que
es
deshonesto
en
lo
poco,
también
es
deshonesto
en
lo
mucho.
Si
ustedes
no
son
fieles
en
el
uso
del
dinero
injusto,
¿quién
les
confiará
el
verdadero
bien?
Y
si
no
son
fieles
con
lo
ajeno,
¿quién
les
confiará
lo
que
les
pertenece
a
ustedes?
Ningún
servidor
puede
servir
a
dos
señores,
porque
aborrecerá
a
uno
y
amará
al
otro,
o
bien
se
interesará
por
el
primero
y
menospreciará
al
segundo.
No
se
puede
servir
a
Dios
y
al
Dinero.»
Palabra
del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
- El dinero ha ido pasando de ser un instrumento para servir, a un arma silenciosa para dominar. El dinero se presenta como la gran verdad universal: lo es todo, es subsistencia, es gobierno, ley, poder… y también es arte, es filosofía y es religión. Nada se hace sin dinero; nada se puede sin dinero. No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero y aún la soledad reposada depende del dinero.
- Vivimos ante la tiranía del dinero. Una tiranía que tiene nombre, representantes, ejecutores y procedimientos indudables mientras que, la deseada solidaridad se evapora. El dinero es la fisiología de una sociedad comercialista. Es la sangre que circula dentro de ella. (Arturo Jauretche)
- El que tiene dinero, y en la medida y cantidad en que lo tiene, impone su fuerza y señala las reglas de juego. El que tiene dinero dicta condiciones y los demás no tienen más remedio que, en la mayoría de los casos, aceptarlas. Dios y dinero representan los motores de dos estilos de vida antitéticos, irreconciliables entre sí. Según el puesto que tenga cada uno de ellos en nuestras vidas, así será también el estilo de ellas. El dinero es por eso el gran rival de Dios.
***
- Amós vivió ocho siglos antes de Jesús en una época de prosperidad económica y comercial, en la que todos, vivían deslumbrados por el poder que otorgaba el dinero. El profeta se siente obligado a gritar con indignación contra los hombres de su pueblo que viven una religión bien organizada, solemne pero en el lujo gracias al trabajo de los pobres, pretendiendo quedar en paz con Dios ofreciendo sacrificios en fastuosas ceremonias. En vez de este culto, lo que Dios quiere es la práctica de la justicia. Sólo entonces tiene sentido la oración. Porque Dios no olvidará jamás la injusticia, la opresión, la explotación del pueblo.
***
- En la segunda lectura San Pablo hace la recomendación de “hacer oraciones y plegarias, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que ocupan cargos para que podamos llevar una vida tranquila y con toda piedad y decoro”. Poder y dinero solían ir de la mano en la administración pública en tiempos de Jesús; también hoy. Por eso se hace necesario rezar por las autoridades, por los “reyes” y por quienes ocupan cargos públicos para que sepan administrar bien el Estado y no se sirvan de él para explotar al pueblo.
***
- Jesús nos presenta una parábola que puede llegar a resultar desconcertante. En el mundo antiguo, el administrador era a veces un esclavo nacido en la misma casa de su dueño y que había sido educado para esta función. Actuaba en nombre del dueño para realizar toda clase de transacciones comerciales y económicas. El administrador de la parábola se ve en peligro y busca nuevos protectores con manejos y astucia.
- La parábola del administrador injusto no es la canonización de un corrupto. Lo que alaba Jesús es la habilidad de quien ha caído en desgracia y quiere asegurar su futuro; se alaba el empeño por saber afrontar una situación nueva.
- En medio de esta oscura historia, hay un punto luminoso. Este hombre utiliza el dinero para algo, no es un fin en sí mismo. Siempre es algo. Si un hijo del mundo, como el administrador injusto, es capaz a su nivel de hacer que el dinero sirva para algo, cuanto más los hijos de la luz tienen que hacerlo a su nivel. Jesús llega a la conclusión que los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz“.
- Nadie quiere ser esclavo de nadie, pero fácilmente caemos en la tentación de ser esclavos del dinero, hacernos egoístas, cerrarnos a los demás, obsesionarnos.
- La esclavitud al dineroun nos lleva a aceptar un sistema de mercado que suele ir acompañado de una aparente seguridad, pero también de una inquietud permanente, de la instrumentalización del hombre y de la reducción a competidor, consumidor o productor.; de una manipulación de la naturaleza según convenga, de
- Jesús no critica la riqueza en sí misma, sino la valoración de la riqueza como bien supremo y motor de las actividades del hombre, por eso llama “dinero injusto” a las riquezas acumuladas y empleadas para uso exclusivo de uno mismo, porque no somos propietarios de ellas, sino administradores..
- El afán de riquezas es un pecado social, mucho más destructor que cualquier otro tipo de pecados. Genera un sistema social injusto, causa de incalculables tragedias.
- Servir a Dios no es simplemente darle un culto ritual e íntimo. Servir a Dios es servir a los hombres, es comprometerse con la causa de Aquél que vino a liberarnos del pecado y de todas sus consecuencias. Y a Dios hay que servirlo, por lo menos, con la misma fuerza, la misma prontitud y hasta la misma astucia con la que sirven al dinero cuantos explotan a los hombres.
- La fe en Jesús debe llevar al discípulo a trabajar por un mundo distinto, por un orden social en el cual la posesión de bienes y riquezas, la propiedad privada, etc., se sometan a la valoración de los criterios del Reino de Dios que busca la felicidad y el desarrollo de todos a fin de que nadie quede excluido de la «mesa». Ayudar a los pobres de la tierra con ese dinero, que puede ser ocasión o efecto de injusticia, se podrá convertir en la única forma de emplearlo bien y de ganar amigos con él; amigos que nos ayudarán en el momento en que lo perdamos todo, cuando dejemos la administración de nuestra vida y lleguemos al juicio
- Jesús nos enseña que el uso del dinero sólo alcanza su más alta rentabilidad precisamente cuando pierde el primer puesto en la escala de los valores y se coloca al servicio de las exigencias y necesidades de los hermanos.
PARA
DISCERNIR
- ¿Qué lugar ocupa el dinero en mi escala de valores?
- ¿Qué cosas he resignado por el afán de tener?
- ¿Experimento el sentido social que tienen los bienes?
REPITAMOS
Y
VIVAMOS
HOY
LA
PALABRA
Ayúdame
a
ser
fiel
en
lo
poco…
PARA
LA
LECTURA
ESPIRITUAL
Fidelidad
en
lo
pequeño
La fidelidad en las cosas grandes es corriente; la fidelidad en las pequeñas es muy rara y muy indicativa del verdadero carácter. Casi todos los maridos se lanzarían al mar o entrarían en una casa ardiendo para salvar a su mujer en peligro, pero adivinar la conveniencia o la felicidad de la esposa en algo menudo, y cuyo olvido quizá no se notase, es una prueba de ternura más elocuente.
Desde el punto de vista de Dios, nada es grande ni pequeño en la forma que nosotros lo medimos. El mérito y calidad de una acción depende de sus motivos y no de que resalte mucho o presente cualquiera de los otros accidentes que solemos tomar como varas métricas de la grandeza. Nada es pequeño si se hace por un motivo poderoso, como el óbolo que la viuda añadió al tesoro del templo. La conciencia no conoce palabras como grande o pequeño, sino sólo estas dos: bien y mal. «Quien acoja debidamente a un profeta por creer que lo es, recibirá la recompensa dada a los profetas», porque, aunque no dotado con la lengua del profeta, tiene espíritu profético, y realiza su pequeño acto de hospitalidad en virtud de un profético impulso que en otro más majestuosamente dοtado conduciría a fogosas palabras y hazañas grandiosas. El hombre se siente mucho más inclinado a concentrar sus acciones morales en un gran momento en el que gana méritos de héroe. En cambio, la mujer disemina muchos pequeños sacrificios a través de la vida, multiplicándolos en una extensión que muchos no reconocen como tal sacrificio por la abundancia con que se prodiga.
La fidelidad en las cosas grandes es corriente; la fidelidad en las pequeñas es muy rara y muy indicativa del verdadero carácter. Casi todos los maridos se lanzarían al mar o entrarían en una casa ardiendo para salvar a su mujer en peligro, pero adivinar la conveniencia o la felicidad de la esposa en algo menudo, y cuyo olvido quizá no se notase, es una prueba de ternura más elocuente.
Desde el punto de vista de Dios, nada es grande ni pequeño en la forma que nosotros lo medimos. El mérito y calidad de una acción depende de sus motivos y no de que resalte mucho o presente cualquiera de los otros accidentes que solemos tomar como varas métricas de la grandeza. Nada es pequeño si se hace por un motivo poderoso, como el óbolo que la viuda añadió al tesoro del templo. La conciencia no conoce palabras como grande o pequeño, sino sólo estas dos: bien y mal. «Quien acoja debidamente a un profeta por creer que lo es, recibirá la recompensa dada a los profetas», porque, aunque no dotado con la lengua del profeta, tiene espíritu profético, y realiza su pequeño acto de hospitalidad en virtud de un profético impulso que en otro más majestuosamente dοtado conduciría a fogosas palabras y hazañas grandiosas. El hombre se siente mucho más inclinado a concentrar sus acciones morales en un gran momento en el que gana méritos de héroe. En cambio, la mujer disemina muchos pequeños sacrificios a través de la vida, multiplicándolos en una extensión que muchos no reconocen como tal sacrificio por la abundancia con que se prodiga.
En
el
orden
espiritual,
es
mucho
más
fácil
ejecutar
algún
acto
magno
de
abnegación
que
mortificar
a
diario
y
pacientemente
la
carne
con
todas
sus
desordenadas
afecciones.
Con
frecuencia
los
deberes
mínimos
son
los
más
difíciles
de
cumplir
a
causa
de
su
insignificancia
aparente
y
su
constante
repetición.
La
infidelidad
en
lo
pequeño
puede
preparar
la
infidelidad
en
lo
grande.
Un
menudo
acto
de
injusticia
quebranta
poderosamente
la
línea
que
separa
lo
bueno
y
lo
malo.
La
infidelidad
de
lo
pequeño
deteriora
el
sentido
moral;
hace
al
hombre
indigno
de
confianza;
afloja
los
lazos
que
mantienen
unida
a
la
sociedad
y
contrarresta
ese
divino
amor
en
que
deben
cimentarse
las
buenas
relaciones
humanas.
En todos los sentidos lo grande se alcanza a través de lo pequeño. El que una agujilla señale a un punto fijo es una cosa común, pero guίa a los buques por los mares poco conocidos. Lo más insignificante se convierte en grande si implica la alternativa de obediencia a Dios o rebelión contra Él. Vivir al día y vigilar todos nuestros pasos es el verdadero método del peregrino, porque nada es pequeño si Dios nos lo exige.Fulton J. Sheen. Paz interior
En todos los sentidos lo grande se alcanza a través de lo pequeño. El que una agujilla señale a un punto fijo es una cosa común, pero guίa a los buques por los mares poco conocidos. Lo más insignificante se convierte en grande si implica la alternativa de obediencia a Dios o rebelión contra Él. Vivir al día y vigilar todos nuestros pasos es el verdadero método del peregrino, porque nada es pequeño si Dios nos lo exige.Fulton J. Sheen. Paz interior
PARA
REZAR
El
pan nuestro de cada
día
Lo
que crece en los campos, en los jardines y viñedos,
bajo el sol y la lluvia, lo que los seres humanos
hemos construido con esfuerzo y sacrificio:
ese es el pan de cada día, del que vivimos,
regalo generoso de Dios:
te agradecemos, Padre.
No nos olvidemos de que hay muchos
que no pueden disfrutar de los frutos de su labor,
aunque hayan invertido en ella tiempo y dedicación,
porque hubo inundaciones o sequías en los campos,
porque se cerraron fábricas y empresas.
Muchas personas sufren hambre,
muchos niños lloran por un pedazo de pan
y un vaso de leche.
Lo que fabricaron muchas manos hábiles
en fábricas, talleres, oficinas, laboratorios,
empresas o en las casas,
lo que dio alimento, salud y vestido a miles de personas:
ese es el pan de cada día, del que vivimos, regalo generoso de
Dios:
lo que necesitamos para vivir, un lugar en este mundo, una patria tan
hermosa:
te agradecemos, Padre.
No nos olvidemos de que hay muchos que no reciben el salario que se merecen,
bajo el sol y la lluvia, lo que los seres humanos
hemos construido con esfuerzo y sacrificio:
ese es el pan de cada día, del que vivimos,
regalo generoso de Dios:
te agradecemos, Padre.
No nos olvidemos de que hay muchos
que no pueden disfrutar de los frutos de su labor,
aunque hayan invertido en ella tiempo y dedicación,
porque hubo inundaciones o sequías en los campos,
porque se cerraron fábricas y empresas.
Muchas personas sufren hambre,
muchos niños lloran por un pedazo de pan
y un vaso de leche.
Lo que fabricaron muchas manos hábiles
en fábricas, talleres, oficinas, laboratorios,
empresas o en las casas,
lo que dio alimento, salud y vestido a miles de personas:
ese es el pan de cada día, del que vivimos, regalo generoso de
Dios:
lo que necesitamos para vivir, un lugar en este mundo, una patria tan
hermosa:
te agradecemos, Padre.
No nos olvidemos de que hay muchos que no reciben el salario que se merecen,
y
no les alcanza para vivir.
Recordamos
a tantos que no tienen trabajo,
que están en peligro de perder su dignidad,
que se desesperan porque no pueden sostener a sus familias,
y algunos de ellos caen en la delincuencia.
Oremos por el gobierno, que el Señor lo ilumine para
que nuestro pueblo pueda reconstruirse.
Lo que necesitamos para vivir, lo que Dios,
el Padre mismo ha sembrado en nuestros
corazones a través de Su Palabra,
lo que crece y madura en nosotros en fe,
esperanza y amor, lo que nos regala
en Jesucristo, el pan de Vida:
ese es el pan de cada día,
del que vivimos, regalo generoso de Dios:
te agradecemos, Padre.
No nos olvidemos de que vendrá el día de Su cosecha,
donde nos preguntará qué hicimos con sus regalos,
si los quisimos disfrutar solos,
si los derrochamos con desprecio,
o si los recibimos con gratitud
y los compartimos con los que necesitan de nosotros.
que están en peligro de perder su dignidad,
que se desesperan porque no pueden sostener a sus familias,
y algunos de ellos caen en la delincuencia.
Oremos por el gobierno, que el Señor lo ilumine para
que nuestro pueblo pueda reconstruirse.
Lo que necesitamos para vivir, lo que Dios,
el Padre mismo ha sembrado en nuestros
corazones a través de Su Palabra,
lo que crece y madura en nosotros en fe,
esperanza y amor, lo que nos regala
en Jesucristo, el pan de Vida:
ese es el pan de cada día,
del que vivimos, regalo generoso de Dios:
te agradecemos, Padre.
No nos olvidemos de que vendrá el día de Su cosecha,
donde nos preguntará qué hicimos con sus regalos,
si los quisimos disfrutar solos,
si los derrochamos con desprecio,
o si los recibimos con gratitud
y los compartimos con los que necesitan de nosotros.
Karin
Schnell
LECTIO DIVINA
No se puede servir a Dios y al dinero
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 16, 1-13
Jesús decía a los discípulos:
«Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de
malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: "¿Qué es lo que me han contado
de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese
puesto".
El administrador pensó entonces: "¿Qué voy a hacer ahora que mi señor
me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza.
¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban
en su casa!"
Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero:
¿Cuánto
debes a mi señor?" "Veinte barriles de aceite", le respondió. El
administrador le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota
diez".
Después preguntó a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?"
"Cuatrocientos quintales de trigo", le respondió. El administrador le
dijo: "Toma tu recibo y anota trescientos".
Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.
Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.
Pero yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para
que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
El
que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en
lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso
del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles
con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?
Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará
al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se
puede servir a Dios y al Dinero».
Palabra
del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
|
·
Guías para la lectura:
El
capítulo 16 es casi en su totalidad exclusivo de San Lucas, y aborda, como tema
principal, los bienes de este mundo. Primero la parábola del administrador
infiel (vv. 1-13), luego, los fariseos amantes del dinero (vv. 14-18), y al
final lo que puede pasar a los malos administradores (vv. 19-31) con la
parábola del rico y el pobre Lázaro.
Leemos
hoy Lc 16,1-13 que está conformado al menos por dos grandes partes: en la
primera, Jesús se dirige a sus discípulos con la parábola del administrador
infiel (vv. 1-8); y en la segunda, el mismo Jesús hace algunas aplicaciones
prácticas a la luz de la parábola recién contada (vv. 9-13).
La
parábola va desde “había una vez un hombre rico” hasta “el Señor alabó al
administrador injusto porque había obrado con sagacidad”.
Pero,
cómo Jesús cuenta la historia.
Situación
(vv. 1-2): Quizá en sus orígenes la parábola se dirigía a los no convertidos, a
los fariseos; y posteriormente, la iglesia primitiva aplicaría la parábola a la
comunidad (añadiendo “a los discípulos”, v. 1). Es probable que un extranjero
rico radicado en Palestina, se hiciera ayudar de un nativo que administrara sus
bienes para que sus paisanos le tuvieran confianza en los negocios. Pero tanto
el administrador como los inversionistas estarían bajo el yugo de aquel hombre
rico.
El
administrador fue acusado ante el rico de malgastar su hacienda. No son rumores
ni una difamación; si así fuera, el administrador debía haberse defendido, y no
lo hizo. Se supone que el amo ha verificado las denuncias, y por eso, le pide
cuentas y decide despedirlo. No se precisa más. Los lectores nos quedamos con
la duda con respecto a qué o cómo el administrador malgastó la hacienda de su
amo. Por cierto, en una situación semejante a la acontecida con el hijo pródigo,
que malgastó la fortuna que le había dado su padre.
El
administrador piensa y toma decisiones (vv. 3-4): Ante la situación embarazosa
que vive, el administrador discierne porque tiene que tomar decisiones con
prontitud, no le queda mucho tiempo. Constata para sí mismo que es incapaz de
realizar un trabajo físico pesado, y le es psicológicamente imposible pedir
limosna. Y pensando en su futuro inmediato (“cuando sea destituido”) decide
realizar acciones estratégicas, diríamos nosotros hoy, para que como dice él
“me reciban en sus casas”. Pero, ¿quiénes lo recibirán? Es lo que de inmediato
se contará.
El
administrador otorga un descuento a los deudores (vv. 5-7): Los orientales
gustan de las grandes cifras, es lo que se refleja en la parábola. El
administrador condona el 50% al primero y el 20% al segundo, pero se trata de
grandes cantidades equivalentes; perdonadas en función de un propósito bien
definido: que el administrador sea recibido por estos beneficiados cuando sea
destituido de su cargo (cf. v. 4). Rompe con el círculo de la opresión porque
ahora se pone del lado de las víctimas, a quienes les aminora la deuda que
tienen con el amo.
El
administrador no le está robando nada a su amo; sólo está renunciando a lo que
sería su ganancia, quizá excesiva. Aquí no se evalúa la moralidad de su
actuación, por el despilfarro de que lo acusaron o por sus ganancias excesivas,
a las que ahora renuncia; sino que se pone de ejemplo de actuación rápida,
efectiva y astuta ante una situación de crisis. El administrador ha sabido en
el presente sacar ventaja para su futuro.
La
alabanza al administrador y aplicaciones para la vida de la comunidad (vv.
8b-13): El amo de la parábola, y no Jesús como algunos sugieren, es el que
reconoce la prudencia del administrador, que se muestra audaz en su rápida y
decidida acción. Jesús retoma la alabanza del administrador para ejemplificar
cómo los discípulos deben ser astutos, procurando con el dinero injusto ganarse
amigos “que los reciban en las moradas eternas”. Lo verdaderamente valioso son
las personas y sus relaciones caritativas, justas y amorosas.
Los
discípulos son probados en la administración de los bienes terrenos, y si son fieles,
serán aptos para administrar los bienes futuros (escatológicos – definitivos).
La sagacidad cristiana a la que estamos invitados consiste en ocupar el dinero
para practicar caridad y de esa manera, ganarnos el cielo. Los discípulos han
de ser como el administrador de la parábola en los asuntos del Reino de Dios:
prontos y astutos para tomar decisiones que los encaminen hacia las moradas
eternas, a la plenitud de la vida.
Al
final, una sentencia de Jesús: “No pueden servir a Dios y al dinero”. Resulta
interesante la etimología de las cosas que dan seguridad; es decir, el dinero,
de cara a la expresión “amén”, con la que está emparentada, pero que se refiere
a la seguridad que viene de la confianza en Dios. Así, los discípulos deben
decidirse: o confían en su dinero o confían en Dios. No hay manera de hacerse a
un lado. Jesús desafía a los discípulos a que se decidan, o sirven al dinero o
le dan su “amén” al único Dios – Padre de todos.
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ
ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
Ø
¿Qué lugar ocupa el dinero en mi vida? ¿Cómo lo uso? ¿Comparto mis bienes con
los
demás?
Ø
¿Voy construyendo un mundo más justo en los asuntos de dinero?
Ø
¿He sido fiel en las cosas que se me han encomendado sirviendo sólo al Señor?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO
A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
Señor,
enséñame a ser generoso,
a
dar sin calcular,
a
devolver bien por mal,
a
servir sin esperar recompensa,
a
acercarme al que menos me agrada,
a
hacer el bien al que nada puede retribuirme
a
amar siempre gratuitamente,
a
trabajar sin preocuparme del reposo.
Y,
al no tener otra cosa que dar
a
donarme en todo y cada vez más
a
aquel que necesita de mí
esperando
solo de Tí
la
recompensa.
O
mejor: esperando que Tú mismo
seas
mi recompensa. Amén
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO
INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Mira
a Jesús, nuestro Señor, que vivió pobre, despojado de sí mismo y entregado al
bien de los demás. Contempla a Jesús que murió desnudo, clavado en una cruz, y
sepultado en una tumba prestada y dile:
“Sé
tú mi mayor riqueza Señor, la que cuido con mi vida”
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A
VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø
¿Cómo he administrado los bienes materiales que el Señor me ha dado?
Ø
¿Comparto los dones que poseo con mis hermanos?
Ø
¿Dónde está mi corazón hoy?
Gentileza
Lectionautas
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