28
de enero de 2014 – MARTES DE LA SEMANA III
Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia
El que cumple la voluntad de Dios, ése
es mi hermano y mi hermana y mi madre
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de Samuel 6,
11a.12-15.17-19
En aquellos días, fue David y llevó el arca de Dios desde la casa
de Obededom a la Ciudad de David, haciendo fiesta. Cuando los portadores del
arca del Señor avanzaron seis pasos, sacrificó un toro y un ternero cebado. E
iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de
lino. Así iban llevando David y los israelitas el arca del Señor entre vítores
y al sonido de las trompetas. Metieron el arca del Señor y la instalaron en su
sitio, en el centro de la tienda que David le había preparado. David ofreció
holocaustos y sacrificios de comunión al Señor y, cuando terminó de ofrecerlos,
bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los ejércitos; luego repartió a
todos, hombres y mujeres de la multitud israelita, un bollo de pan, una tajada
de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno. Después se marcharon todos, cada
cual a su casa.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 23, 7-10
R: ¿Quién es ese Rey de la gloria? Es el Señor en persona.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde
fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: “Mira,
tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.” Les contestó: “¿Quiénes son
mi madre y mis hermanos?” Y, paseando la mirada por el corro, dijo: “Éstos son
mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y
mi hermana y mi madre.”
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
David es un político hábil, además de ser una persona creyente.
Conquistó Jerusalén y estableció allí la capital de su reino; ahora da un paso
adelante: la hace también capital religiosa.
Hasta entonces Jerusalén, no tenía ninguna tradición religiosa
para los israelitas. David traslada solemnemente el Arca de la Alianza a su
ciudad. Todavía no hay Templo -lo construirá su hijo Salomón- pero la presencia
del Arca va a ser punto de referencia para la consolidación política y
religiosa del pueblo.
La fiesta que organiza con tal ocasión de alguna manera significa
el fin de la época nómada del pueblo. El Arca, en la Tienda del encuentro,
había sido el símbolo de la cercanía de Dios para con su pueblo en el periodo
de su larga travesía por el desierto. Ahora se estabiliza tanto el pueblo como
la presencia de Dios con ellos.
David nos recuerda también con su actuación que necesitamos la
fiesta, la expresión total -espiritual y corpórea- de nuestra pertenencia a la
comunidad de fe y de nuestra relación con Dios.
El pasaje de hoy está en estrecha relación con los versículos en
los que se insinúa que Jesús había enloquecido. Frente a las acusaciones de que
actuaba por el poder del príncipe de los demonios, la madre y sus hermanos se
sienten con la obligación de ir a buscarlo para llevarlo de nuevo a casa. Los
“hermanos” en el lenguaje hebreo son también los primos y tíos y demás
familiares.
Las palabras de Jesús suenan duras pero no desautorizan a su madre
ni a sus parientes. Lo que hace es aprovechar la ocasión para decir cuál es su
visión de la nueva comunidad que se está reuniendo en torno a él. La nueva
familia no va a tener como valores determinantes ni los lazos de sangre ni los
de la raza.
En el Reino, la fraternidad cristiana se funda en un espíritu
común: hacer la voluntad del Padre. Llevarán el nombre de Jesús los que vivan
en su corazón lo que fue para Jesús la razón de ser de su vida: “el amor de los
unos a los otros hasta el extremo.
La verdadera grandeza de su madre, no es haberle dado su sangre,
sino el hecho de ser “la humilde esclava de Dios”. Incluso antes que su
maternidad física, tuvo María de Nazaret este otro parentesco que aquí anuncia
Cristo: el de la fe.
Esta novedad rompe muchos esquemas y nos abre a una mirada de la
vida mucho más amplia y comprometida. En este camino María fue la mejor
discípula y nos señala el camino de la vida cristiana: escuchar la Palabra,
meditarla en el corazón y llevarla a la práctica aunque sea por caminos
insospechados.
PARA DISCERNIR
¿Sobre qué se funda mi pertenencia a la Iglesia?
¿Busco la experiencia de fraternidad universal?
¿Me siento unido a los que hacen opciones válidas por el bien de
los hombres?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
…Ayúdame
Señor a hacer la voluntad del Padre…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Estos son mi madre y mis hermanos»
…”El Evangelio nos enseña el rostro más bello de Cristo: su vida y la enseñanza que nos ha dado a través de su palabra y de su propio ejemplo. Conocer a Cristo bajo esta forma es lo que constituye, en la vida presente, la piedad de los cristianos… Por eso Pablo, sabiendo que «la carne no sirve para nada sin el Espíritu que la vivifica» (Jn 6,63), no quiere ya conocer a Cristo según la carne (2C 5,16) sino sólo vivir para aquel que es Espíritu vivificante (1C 15,45).
…”El Evangelio nos enseña el rostro más bello de Cristo: su vida y la enseñanza que nos ha dado a través de su palabra y de su propio ejemplo. Conocer a Cristo bajo esta forma es lo que constituye, en la vida presente, la piedad de los cristianos… Por eso Pablo, sabiendo que «la carne no sirve para nada sin el Espíritu que la vivifica» (Jn 6,63), no quiere ya conocer a Cristo según la carne (2C 5,16) sino sólo vivir para aquel que es Espíritu vivificante (1C 15,45).
Ahora
bien, parece que María comparte este mismo sentimiento cuando, deseando hacer
penetrar en los corazones de todos al Amado nacido de su seno,
al Amado de sus deseos, le describe no según la carne sino según el Espíritu. Parece que, con Pablo, quiere decir: «Si alguna vez juzgamos a Cristo según tales criterios, ahora ya no» (2C 5,16). Efectivamente, desea ella también formar a su Hijo único en todos sus hijos de adopción. Por eso, aunque hayan ya sido engendrados a través de la palabra de la verdad (St. 1,18), María sigue igualmente engendrándolos cada día a través de los deseos y la solicitud de su ternura maternal, hasta que alcancen «el estado del Hombre perfecto, a la medida de la plenitud» de su Hijo (Ef 4,13), ella que una vez por todas lo engendró y dio a luz…
al Amado de sus deseos, le describe no según la carne sino según el Espíritu. Parece que, con Pablo, quiere decir: «Si alguna vez juzgamos a Cristo según tales criterios, ahora ya no» (2C 5,16). Efectivamente, desea ella también formar a su Hijo único en todos sus hijos de adopción. Por eso, aunque hayan ya sido engendrados a través de la palabra de la verdad (St. 1,18), María sigue igualmente engendrándolos cada día a través de los deseos y la solicitud de su ternura maternal, hasta que alcancen «el estado del Hombre perfecto, a la medida de la plenitud» de su Hijo (Ef 4,13), ella que una vez por todas lo engendró y dio a luz…
De
esta manera nos hace el elogio del fruto de su seno: «Yo soy la madre del bello
amor, del temor y del conocimiento, la madre de la santa esperanza» (Sir 24,24
Vulg). -¿Es pues éste tu Hijo, Virgen de las vírgenes? ¿Es éste tu Amado, oh
tú, la más bella de las mujeres? (Ct 5,9). – Sí, ciertamente, así es mi Amado,
es mi hijo, oh hijas de Jerusalén (v 16). Mi Amado es él mismo el bello amor, y
en el que nace de él mi Amado es el bello amor, el temor, la esperanza y el
conocimiento”…
Beato Guerrico de Igny (hacia 1080-1157), abad
cisterciense
2º Sermón para la Natividad de María, § 3-4
PARA REZAR
AYÚDAME
A DECIR SÍ
Ayúdame
a decir sí,
para
responder a tu llamado,
que
siempre me regala
un
desafío nuevo,
un
crecimiento posible,
una
huella que se abre…
Ayúdame
a decir sí,
que
es decir no a muchas cosas
para
responder con la vida
a
Alguien que me llama,
porque
me ama
y
quiere lo mejor para mi vida.
Ayúdame,
Señor,
a
decirte que Sí. Que así sea.
LECTIO DIVINA
El que hace la voluntad de Dios,
ése es mi hermano, mi hermana y mi madre
ése es mi hermano, mi hermana y mi madre
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 3, 31-35
Llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose afuera, lo mandaron llamar.
La multitud estaba sentada alrededor de
Jesús, y le dijeron: «Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera.»
El les respondió: «¿Quién es mi madre y
quiénes son mis hermanos?» Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban
sentados alrededor de él, dijo:
«Estos son mi madre y mis hermanos. Porque
el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.»
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ
DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
Los allegados de Jesús quieren reducirlo al silencio,
pero Jesús encuentra apoyo en el grupo de excluidos de Israel que le han dado la
adhesión y que no se sienten concernidos por la problemática judía.
En paralelo con el grupo de los Doce, que estaba con
Jesús en la casa (3, 20) y representa a los seguidores de Jesús procedentes del
judaísmo en cuanto constituyen el nuevo Israel, aparece por primera vez con
personalidad propia el segundo grupo de seguidores de Jesús, el que no procede
del judaísmo, caracterizado como una multitud sentada en torno a Él. Mientras
los allegados de Jesús, afectos a la institución judía, han reaccionado violentamente
en contra de la iniciativa que ha tomado, este otro grupo sigue íntimamente
unido a Él. La existencia en torno a Jesús de este grupo numeroso constituye un
muro que impide el acceso de los que desean reducirlo a silencio.
Ante esta ofensiva de su gente, incondicionalmente
adicta a la institución religiosa y que lo rechaza a Él ya su mensaje, Jesús se
desvincula de ella. Declara que los lazos y vínculos no son decisivos;
cualquier hombre que le dé su adhesión y comparta sus ideales queda unido a Él
por vínculos estrechos, que establecen una fraternidad universal. La única
condición para pertenecer a la nueva familia es cumplir con la voluntad de
Dios.
2. MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
Ø ¿Cuáles son los dos grupos
enfrentados representados en el texto?
Ø ¿La pertenencia a la familia
divina depende de atributos terrenales?
Ø ¿Qué significa en el
contexto del relato hacer la voluntad de Dios?
3. ORACIÓN -
¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
Señor, gracias por permitirme pertenecer a tu familia.
Dame cada día la ayuda para poder vivir de acuerdo a esa pertenencia fraternal
y cumplir tu voluntad.
4. CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Reflexiono sobre los que se consideran hijos de Dios por
derecho propio y los que se reúnen en torno a Jesús para cumplir su voluntad.
Medito en la importancia que Jesús le da a la
pertenencia fraternal que luego tomará la forma de su Iglesia.
5. ACCIÓN -
¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø ¿Cómo mantenerme “sentado
alrededor” de Jesús?
Ø ¿Qué significa en la
práctica pertenecer a la familia divina?
Ø ¿De qué manera puedo cumplir
la voluntad de Dios?
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