16 de febrero de 2014

16 de febrero de 2014 – TO – DOMINGO VI – Ciclo A

A nadie le ordenó ser impío

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico    15, 15-20

Si quieres, puedes observar los mandamientos y cumplir fielmente lo que le agrada.
El puso ante ti el fuego y el agua: hacia lo que quieras, extenderás tu mano.
Ante los hombres están la vida y la muerte: a cada uno se le dará lo que prefiera.
Porque grande es la sabiduría del Señor, él es fuerte y poderoso, y ve todas las cosas.
Sus ojos están fijos en aquellos que lo temen y él conoce todas las obras del hombre.
A nadie le ordenó ser impío ni dio a nadie autorización para pecar.
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34 (R.: 1b) 
R.    Felices los que siguen la ley del Señor.

    Felices los que van por un camino intachable,
    los que siguen la ley del Señor.
    Felices los que cumplen sus prescripciones
    y lo buscan de todo corazón. R.

    Tú promulgaste tus mandamientos
    para que se cumplieran íntegramente.
    ¡Ojalá yo me mantenga firme
    en la observancia de tus preceptos! R.

    Sé bueno con tu servidor,
    para que yo viva y pueda cumplir tu palabra.
    Abre mis ojos,
    para que contemple las maravillas de tu ley. R.

    Muéstrame, Señor, el camino de tus preceptos,
    y yo los cumpliré a la perfección.
    Instrúyeme, para que observe tu ley
    y la cumpla de todo corazón. R. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo
a los cristianos de Corinto    2, 6-10

Hermanos:
Es verdad que anunciamos una sabiduría entre aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de este mundo, condenados a la destrucción.
Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquella que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman.
Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo     5, 17-37

Jesús dijo a sus discípulos:
No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio. Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.

Palabra del Señor.

O bien más breve:

Lectura del santo Evangelio según San Mateo
    5, 20-22a. 27-28. 33-34a. 37

Jesús dijo a sus discípulos :
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal.
Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo.
Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

Frente a las leyes es fácil detectar dos actitudes opuestas o distantes: de total indiferencia o casi desprecio y la de un aferramiento pleno a la letra que funcione como una especie de recetario que diga lo que hay que hacer, de modo que una vez  realizado uno pueda quedar ya tranquilo. Sin embargo el refrán “hecha la ley, hecha la trampa” siempre aparece cuando la ley es sólo observancia externa y no ha alcanzado el nivel de una adhesión interior. Cuando esto sucede, el otro refrán: cumplimiento es igual a cumplo y miento se hace actitud de vida.
***
En la disyuntiva entre fuego y agua, entre muerte y vida la primera lectura nos presenta con  claridad el criterio respecto a la moral: guardar los mandatos de Dios, cumplir su voluntad. Somos libres  y es esa libertad la que da también valor a nuestra aceptación de la voluntad de  Dios. Creemos que el éxito en la vida es haber sabido elegir el camino que Dios nos muestra. Él nos conoce y es más íntimo a nosotros que nosotros mismos.
***
Para san Pablo la actitud de los cristianos debe ser fruto de una “sabiduría”, “que no  es de este mundo ni de los príncipes de este mundo”.
El mundo en el sentido bíblico, contrario al reino de Dios, no puede comprender el alcance de las  normas contenidas en el sermón de la montaña, porque todas esas normas suponen la  aceptación del designio del amor de Dios sobre los hombres, designio manifestado a través del mensaje y la vida de Jesús.
***
El fragmento del sermón de la montaña que acabamos de escuchar nos ha manifestado  las exigencias propias de la manera de ser cristiana, es decir, del modo de actuar de los  discípulos de Cristo, que tiene que ser superior y distinto al proceder legalista de “los letrados y  fariseos”.
Esta nueva manera de cumplir la Ley en su plenitud no se trata de una hermenéutica más perfecta de la letra de la Ley, sino de la interiorización de su espíritu.
Jesús no ha venido a abolir la ley, sino a llevarla a cabo, a darle ese “plus” que la hace superar como ley y mueve a la aceptación como elección interior. 
La justicia de los escribas y fariseos se limitaba al cumplimiento de los artículos de la ley. La justicia que propone Jesús no depende de eso exclusivamente, sino del hecho de que la plenitud de los tiempos, la realización más plena del hombre se realizan en Cristo. Él es el intérprete definitivo de la ley nueva, al poner de relieve las exigencias profundas de la voluntad de Dios, que Él ha venido a cumplir y dar plenitud “hasta la última letra o tilde”. Sin quedarse en las minucias, nos enseña que para pertenecer al “reino” hay que vivir en fidelidad y coherencia total con la voluntad de Dios. Cristo establece un nuevo criterio de evaluación moral: la intención personal.
A través de contraposiciones Jesús expone claramente la diferencia que se da entre la Ley promulgada en el Antiguo Testamento y la  nueva Ley que Él ha venido a proclamar en nombre de Dios. La nueva Ley no supone  la abolición o supresión de la antigua, sino una superación en la línea de la profundidad.  Si la antigua Ley prohibía y castigaba sólo la acción externa, la Ley de Cristo  condena la actitud interior. Principio del formulario
El “plus” de la nueva ley pasa por el corazón que, movido por la fuerza del Espíritu, decide la actitud más verdadera y más radical. Esta es una exigencia superior a la de la ley, el “plus” con el que Cristo la completa y la lleva a la perfección. El verdadero cumplimiento de la Ley de Dios se da cuando está en juego la  responsabilidad y la libertad del hombre.
No basta no matar, es preciso no odiar. No basta no cometer adulterio, es preciso no desear la mujer de otro. No basta lavarse las manos antes de comer, hay que “purificar” el interior del hombre.
No basta levantar monumentos a los profetas, es necesario no hacerlos matar. No basta rezar sin cesar, se hace imprescindible tener fe en la bondad de Dios. No bastan los sacrificios, no sirven a nadie los actos de culto y la estricta observancia de los preceptos más insignificantes si no se pone en el primer lugar de la propia vida moral la justicia, la misericordia y la fe.
La ley viene impuesta al hombre desde el exterior. Jesús no se limitó a una espiritualización de la ley,  Él apunta a la voluntad, al corazón. Lo  “nuevo” que aporta Cristo es un más que no depende sólo del cumplimiento sino de la motivación del corazón del que brotan nuestras acciones. El “plus” está en Cristo que no sólo dice: “pero yo les digo” sino que lleva la delantera con su ejemplo amando a los enemigos, soportando el sufrimiento y la persecución, sirviendo como expresión concreta del amor. Se adelanta y se convierte en modelo de la fuerza de la ley, que posee la ley  suprema e interior del amor que nos viene como don del  Espíritu Santo.
Las palabras de Jesús invitan al cristiano a algo “más”, un “más” en la convivencia entre los hombres. No basta no matar el hermano, es imprescindible respetarlo, tomarlo en serio, no sentirse superior a él. Se puede matar con las palabras, con un juicio duro, con una actitud despectiva. Se puede matar al hermano relegándolo al aislamiento y a la marginación, apagando su entusiasmo y sus proyectos de bien, no permitiéndole expresarse libremente. No se puede cumplir con Dios si el hermano es deshonrado, porque Dios vive cada hermano que nos encontramos, especialmente en los más pobres, en los pequeños, en los humildes, en los despreciados.
Un “plus” en el amor y en la sinceridad. El amor del hombre y la mujer no son simplemente el deseo y búsqueda egoísta de su satisfacción. El amor es querer el bien del amado, es encuentro libre y liberador. Un amor verdadero se arraiga en la totalidad de la persona, se inscribe en la única corriente de amor que es Dios, un amor que dona al Hijo: un regalo total, porque Cristo ha dado su vida por nosotros; un amor que “ha prometido estar presente en aquellos que lo aman y en los corazones rectos y sinceros que conservan su palabra”.
Cristo da un “plus” a la ley judía que prohíbe la mentira dándole fuerza a la palabra y haciendo inútil el juramento. Las palabras están hechas para que nos permitan dar a conocer a los demás nuestros pensamientos, sentimientos, valores… nuestra interioridad. Engañar a los demás es no entender el signo de la palabra, convirtiéndola en un medio de la división y la confusión en vez de la claridad y la comunión.
Jesús nos pide una fe encarnada, una fe que se refleje en las actitudes individuales y colectivas, en las relaciones sociales, una fe que se refleje en el trabajo, en el sentido de la justicia, en el compromiso con los débiles, en el respeto al hombre, en la capacidad de diálogo y de comprensión, en la expulsión de la intolerancia, del insulto, de la agresividad, en la apertura a un amor centrado en Dios, capaz de resistir el desgaste del tiempo y de la desilusión.
Esta manera de creer es la sabiduría más alta, la sabiduría que no es de este mundo, como nos dice san Pablo. Como cristianos, estamos llamados a compartir y anunciar esta sabiduría del evangelio, en la que todos los hombres somos una sola familia en un solo mundo. Una fe arraigada en la vida que sea capaz de iluminar al mundo dándole sentido y llevándolo a experimentar que es posible que el hombre deje de ser enemigo del hombre para convertirse en hermano.

PARA DISCERNIR

¿Qué conversión me pide la palabra de este día?
¿Escucho alguna invitación a crecer en libertad y verdad interior?
¿Qué oración brota de mi corazón frente a la palabra recibida?

REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA

…Que venga tu Reino Señor…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

La Ley enraizada en nuestros corazones 
En la Ley hay preceptos naturales que nos dan ya la santidad; incluso antes de dar Dios la Ley a Moisés, había hombres que observaban estos preceptos y quedaron justificados por su fe y fueron agradables a Dios. El Señor no abolió estos preceptos sino que los extendió y les dio plenitud. Eso es de lo que nos dan prueba sus palabras: «Se dijo a los antiguos: no cometerás adulterio. Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.» Y también: «se dijo: no matarás. Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano sin motivo tendrá que comparecer ante el tribunal» (Mt 5,21s)… Y así todo lo que sigue. Todos estos preceptos no implican ni la contradicción ni la abolición de los precedentes, sino su cumplimiento y extensión. Tal como el mismo Señor dice: «Si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos (Mt, 5,20).
¿En qué consiste este ir más allá? Primeramente en creer no sólo en el Padre, sino también en el Hijo manifestado en lo sucesivo, porque él es quien conduce al hombre a la comunión y unión con Dios. Después, en no tan sólo decir, sino en hacer –porque «dicen pero no hacen» (Mt 23,3)- y guardarse, no sólo de cometer actos malos, sino también de desearlos. Con estas enseñanzas, él no contradecía a la Ley, sino que la llevaba a su cumplimiento, a su plenitud y ponía en nosotros la raíz de las prescripciones de la Ley… Prescribir, no sólo de abstenerse de los actos prohibidos por la Ley, sino incluso de su deseo, no es de alguien que contradice y adolece la Ley, sino el hecho de quien la cumple y extiende. 
San Ireneo de Lión (hacia 130-hacia 208), obispo, teólogo y mártir
Contra las herejías IV, 13,3

PARA REZAR

Padre Nuestro Misionero 
Padre nuestro que estás en el cielo
Creemos ¡oh Dios! que eres nuestro Padre porque nos lo ha revelado Jesús.
Pero hay una multitud de hombres que todavía ignoran el amor de tu corazón paternal y no saben rezarte la oración que tu mismo Hijo nos enseñó. 
Santificado sea tu nombre
Padre, en tu nombre está encerrado el mensaje de tu amor y la historia de nuestra salvación. Anunciando a los pueblos tu paternidad, la Iglesia misionera te hace conocer a Ti y a tu enviado Jesucristo. 
Venga a nosotros tu Reino
Porque sólo en tu Reino, llegamos a ser hijos tuyos y hermanos entre nosotros.
Tu Reino de paz, de fe y caridad implantan los misioneros en el corazón de la humanidad. 
Hágase tu voluntad
Conocerte a Ti, reconocerte en Cristo y amarte en el Espíritu Santo es tu voluntad.
Sálvanos, Padre, para que podamos salvar a nuestros hermanos y se cumpla así el deseo de tu hijo: “que haya un sólo rebaño y un sólo pastor”. 
Danos hoy nuestro pan de cada día
“No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” y este pan de tu palabra el mundo lo reclama. Envía predicadores de tu Evangelio para saciar a la multitud hambrienta y sedienta de justicia y amor. 
Perdona nuestras ofensas
Porque hemos pensado poco en nuestro deber de llevar a los que no te conocen la fe que recibimos gratuitamente. Perdónanos, Señor, porque no comprendemos todavía, la grandeza de la misericordia hacia los más necesitados. 
No nos dejes caer en la tentación
En la tentación de escandalizarnos, ni de desconfiar de tu providencia amorosa ante aquellos que o creen, después de dos mil años de la muerte en la cruz de tu Hijo por nosotros. 
Líbranos del mal
Del mal de ser insensibles a las necesidades de los que aún no te conocen. De este mal de la indiferencia, líbranos, Señor. 
Amén.

LECTIO DIVINA 

Se dijo a los antepasados...pero yo os digo
  
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     5, 17-37 

    Jesús dijo a sus discípulos:
    No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
    Les aseguro que no quedarán ni una i ni una coma de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra.
    El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
    Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
    Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: «No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal». Pero Yo les digo que todo aquél que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquél que lo insulta, merece ser castigado por el Tribunal. Y el que lo maldice, merece el infierno.
    Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
    Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
    Ustedes han oído que se dijo: «No cometerás adulterio». Pero Yo les digo:
El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
    Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
    También se dijo: «El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio». Pero Yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.
    Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: «No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor». Pero Yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
    Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no.
Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Palabra del Señor.

1.     LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

 ·   Guías para la lectura:                  

Jesús sigue con el sermón del monte que había comenzado con las bienaventuranzas. En este Evangelio, como nuevo Moisés, retoma las tradiciones de la Ley y las interioriza llevándolas a plenitud.  
El texto tiene una introducción (vv. 17-20) en la que expone su mirada sobre la ley en general: “no vine a abolir, sino a dar cumplimiento” (v.17). Luego presenta cuatro casos concretos con una estructura semejante marcada por “ustedes han oído que se dijo…”, y luego “pero yo les digo…”. El primero sobre el no matar (vv.21-26), luego sobre el adulterio (vv.27-30) y el divorcio (vv.31-32); finalmente cierra este texto con la enseñanza sobre el juramento (vv.33-37).  
La novedad de la enseñanza de Jesús, y su libertad frente a ciertas tradiciones (el sábado, ver 12,1ss; 12,9ss; comer con pecadores, ver 9,9ss) podía dar lugar a pensar que el Maestro estaba anulando la ley, por eso comienza esta sección con la afirmación que no vino a abolir, sino a llevar a cumplimiento la ley. Luego advierte sobre el peligro de una justicia meramente externa, de apariencia e invita a interiorizar las motivaciones y el cumplimiento de la ley, centrada en el amor a Dios y al prójimo: “si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos” (v.20). 
En los cuatro ejemplos que propone, el no matar, el adulterio, el divorcio y el juramento, la dinámica es semejante, no quedarse sólo con la formulación externa, sino ir al sentido profundo que es el que marca la justicia querida por Dios.  
En el primer caso, sobre el “no matar”, la interiorización se hace extrema: no es ya el que mata, sino ¡el que se irrita contra su hermano! No se fija sólo en los hechos finales, sino en las intenciones del corazón, por eso, frente a quienes valoraban lo externo del culto: “presentar la ofrenda” (v.23) los invita a reconciliarse primero con los hermanos y luego ir a presentar la ofrenda.  
También en el caso del adulterio, no se queda en la realización externa, sino que quiere purificar las intenciones y las miradas del corazón. Con una hipérbole, invita a ser radicales en el cuidado de los pensamientos y deseos: “Si tu ojo es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti... Y si tu mano es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti…” (v.29s).  
Finalmente revoca el permiso de divorcio que había otorgado Moisés y se pronuncia sobre la forma de analizar los casos propia de los judíos respecto al juramento.  
Todos los ejemplos que pone apuntan a un vivir el camino de la Palabra que Dios da, no sólo de una forma externa, por un cumplimiento formal, sino que invita a descubrir la fuente de justicia y de vida que hay en esta misma palabra.  

Gentileza Lectionautas. 
    
2.     MEDITACIÓN - ¿QUÉ  ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

·                       Para la meditación: 
  
En esta oportunidad, el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica “La Alegría del Evangelio” (N. 161) nos recuerda que Jesucristo resumió la ley en un solo mandamiento, el del Amor.  
“Es evidente que cuando los autores del Nuevo Testamento quieren reducir a una última síntesis, a lo más esencial, el mensaje moral cristiano, nos presentan la exigencia ineludible del amor al prójimo: «Quien ama al prójimo ya ha cumplido la ley [...] De modo que amar es cumplir la ley entera» (Rm 13,8.10). Así dice san Pablo, para quien el precepto del amor no sólo resume la ley sino que constituye su corazón y razón de ser: «Toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Ga 5,14). Y presenta a sus comunidades la vida cristiana como un camino de crecimiento en el amor: «Que el Señor os haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos» (1 Ts 3,12). También Santiago exhorta a los cristianos a cumplir «la ley real según la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (2,8), para no fallar en ningún precepto”. 

3.     ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
                                                 
SALMO     Sal 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34 (R.: 1b)

 Felices los que siguen la ley del Señor.
Felices los que van por un camino intachable,
los que siguen la ley del Señor.
Felices los que cumplen sus prescripciones
y lo buscan de todo corazón.

Tú promulgaste tus mandamientos
para que se cumplieran íntegramente.
¡Ojalá yo me mantenga firme
en la observancia de tus preceptos!

Sé bueno con tu servidor,
para que yo viva y pueda cumplir tu palabra.
Abre mis ojos,
para que contemple las maravillas de tu ley.

Muéstrame, Señor, el camino de tus preceptos,
y yo los cumpliré a la perfección.
Instrúyeme, para que observe tu ley
y la cumpla de todo corazón. 
 

4.     CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

«Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos»  
 -San Agustín-

5.     ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·                        Preguntas para la acción: 
                    
Ø    ¿Notas que con Jesucristo la ley tiene un nuevo sentido?
Ø    ¿Te es fácil reconocer a tu prójimo, perdonarlo y tratarlo como a ti mismo? ¿Lo haces?
Ø    ¿Qué has experimentado cuando perdonas antes de participar de la Eucaristía?

    

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