7 Tiempo ordinario (A) Mateo 5,
38-48
UNA LLAMADA ESCANDALOSA
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, lagogalilea@hotmail.com
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
ECLESALIA, 19/02/14. -
La llamada al amor es siempre seductora. Seguramente, muchos acogían con agrado
la llamada de Jesús a amar a Dios y al prójimo. Era la mejor síntesis de la
Ley. Pero lo que no podían imaginar es que un día les hablara de amar a los
enemigos.
Sin embargo, Jesús lo hizo. Sin
respaldo alguno de la tradición bíblica, distanciándose de los salmos de
venganza que alimentaban la oración de su pueblo, enfrentándose al clima
general de odio que se respiraba en su entorno, proclamó con claridad absoluta
su llamada: “Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced
el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os calumnian”.
Su lenguaje es escandaloso y
sorprendente, pero totalmente coherente con su experiencia de Dios. El Padre no
es violento: ama incluso a sus enemigos, no busca la destrucción de nadie. Su
grandeza no consiste en vengarse sino en amar incondicionalmente a todos. Quien
se sienta hijo de ese Dios, no introducirá en el mundo odio ni destrucción de
nadie.
El amor al enemigo no es una
enseñanza secundaria de Jesús, dirigida a personas llamadas a una perfección
heroica. Su llamada quiere introducir en la historia una actitud nueva ante el
enemigo porque quiere eliminar en el mundo el odio y la violencia destructora.
Quien se parezca a Dios no alimentará el odio contra nadie, buscará el bien de
todos incluso de sus enemigos.
Cuando Jesús habla del amor al
enemigo, no está pidiendo que alimentemos en nosotros sentimientos de afecto,
simpatía o cariño hacia quien nos hace mal. El enemigo sigue siendo alguien del
que podemos esperar daño, y difícilmente pueden cambiar los sentimientos de
nuestro corazón.
Amar al enemigo significa, antes que
nada, no hacerle mal, no buscar ni desear hacerle daño. No hemos de extrañarnos
si no sentimos amor alguno hacia él. Es natural que nos sintamos heridos o
humillados. Nos hemos de preocupar cuando seguimos alimentando el odio y la sed
de venganza.
Pero no se trata solo de no hacerle
mal. Podemos dar más pasos hasta estar incluso dispuestos a hacerle el bien si
lo encontramos necesitado. No hemos de olvidar que somos más humanos cuando
perdonamos que cuando nos vengamos alegrándonos de su desgracia.
El perdón sincero al enemigo no es fácil. En algunas circunstancias a la
persona se le puede hacer en aquel momento prácticamente imposible liberarse del
rechazo, el odio o la sed de venganza. No hemos de juzgar a nadie desde fuera.
Solo Dios nos comprende y perdona de manera incondicional, incluso cuando no
somos capaces de perdonar. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la
difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
LECTIO DIVINA
Amen a sus enemigos
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 5, 38-48
Jesús, dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: «Ojo por ojo
y diente por diente». Pero Yo les digo que no hagan frente al que les hace mal:
al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale
también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica,
déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina
dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la
espalda al que quiere pedirte algo prestado.
Ustedes han oído que se dijo: «Amarás a tu
prójimo» y odiarás a tu enemigo. Pero Yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen
por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque
Él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e
injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los
aman, ¿qué recompensa merecen?
¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si
saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo
mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es
perfecto el Padre que está en el cielo.
Palabra del Señor.
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ
DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
Con este texto culmina la primera parte
del sermón del monte que Jesús inició con las bienaventuranzas. El domingo
pasado comenzó a reinterpretar la ley; hoy va a continuar con los últimos dos
ejemplos, sobre la venganza y el amor a los enemigos.
El texto tiene dos partes marcadas por la
fórmula “ustedes han oído…”, “pero yo les digo…”. La primera (vv. 38-42)
referida a la llamada “ley del talión” (ver Ex 21,24) y la segunda sobre el
amor a los enemigos (vv. 43-47). Finalmente cierra el texto con una exhortación
que abarca todos los ejemplos: “sean perfectos como es perfecto el Padre que
está en el cielo”, (v.48).
En la primera parte toma como ejemplo la
“ley del talión”. Esta ley, que a nosotros nos parece tan brutal e injusta, fue
en su momento un avance grande en el camino de la justicia, pues establecía un
límite a la venganza de quien había sido agredido. Las venganzas que antes eran
ilimitadas, son reguladas por esta ley, que no permitía excederse en la
revancha.
La respuesta que da Jesús frente a esta
ley: “si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también
la otra” hay que interpretarla, como en el texto del domingo anterior, en clave
hiperbólica, es decir, exagerada. Cuando Jesús decía “Si tu ojo es para ti una
ocasión de pecado, arráncalo…” (5,29), naturalmente no se estaba refiriendo a
arrancarse el ojo literalmente, sino que a través de esta imagen hiperbólica,
está diciendo “sean radicales en apartar sus ojos del mal”. De un modo similar,
en este texto, no está invitando literalmente a poner la otra mejilla; de
hecho, cuando le pegan una bofetada a Jesús, no pone la otra mejilla, sino que
confronta a quien le pegó diciéndole: "Si he hablado mal, muestra en qué
ha sido; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?"; (Jn. 18,23). “Poner
la otra mejilla” es una figura que utiliza aquí para decir: “sean radicales en
no devolver mal por mal”.
El ejemplo de la segunda parte también
tiene sus dificultades de comprensión. Jesús dice “han oído que se dijo: Amarás
a tu prójimo y odiarás a tu enemigo” (v. 43). Los israelitas consideraban
“prójimo” a otro israelita, y a ellos debían amar, y también al extranjero
residente en Israel (ver Dt 10,19). Odiar al enemigo no estaba mandado por la
ley, pero podía verse recomendado en textos como el Sal 139,21s.
Jesús propone romper con esa “justicia” y
manda amar a los enemigos, rogar por los que los persiguen (v.44). Esto es
concreto y literal, Jesús mismo lo hizo con quienes lo agredieron (ver Lc
23,34). El modelo que pone Jesús para obrar así es el mismo Dios “que hace
salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e
injustos” (v.44). Por eso culmina esta sección con una palabra que resume todo
el mensaje del texto: “sean ustedes perfectos como su Padre que está en el
cielo es perfecto” (v.48), que en el evangelio de Lucas se vuelve “sean ustedes
misericordiosos como también su Padre es misericordioso”, de modo que la
perfección de Mateo se identifica con la misericordia en Lucas.
GENTILEZA LECTIONAUTAS
2. MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
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· Preguntas
para la meditación:
Ø ¿Mido mis reacciones
cuando me siento ofendido?
Ø ¿Evito vivir con
resentimientos?
Ø ¿Imploro paz a Dios,
antes de responder alguna ofensa?
3. ORACIÓN -
¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
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SALMO
Sal 102, 1-2. 3-4. 8 y 10. 12-13 (R.:
8a)
El Señor es bondadoso y compasivo.
El Señor es bondadoso y compasivo.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas.
Cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados.
Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles.
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas.
Cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados.
Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles.
4.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
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En la exhortación apostólica “La Alegría del
Evangelio” (N.101) el Papa Francisco nos invita a pedirle al Señor que nos haga
entender la ley del Amor.
¡Qué bueno es tener esta ley! ¡Cuánto bien nos hace
amarnos los unos a los otros en contra de todo! Sí, ¡en contra de todo! A cada
uno de nosotros se dirige la exhortación paulina: «No te dejes vencer por el
mal, antes bien vence al mal con el bien» (Rm 12,21). Y también: «¡No nos
cansemos de hacer el bien!» (Ga 6,9).
Todos tenemos simpatías y antipatías, y quizás ahora
mismo estamos enojados con alguno. Al menos digamos al Señor: «Señor, yo estoy
enojado con éste, con aquélla. Yo te pido por él y por ella».
Rezar por aquel con el que estamos irritados es un
hermoso paso en el amor, y es un acto evangelizador. ¡Hagámoslo hoy! ¡No nos
dejemos robar el ideal del amor fraterno!
5. ACCIÓN -
¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
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·
Propuestas para la acción:
Ø No existe mérito en amar a quienes
nos aman, así que esta semana me esforzaré por tener actitudes positivas hacia
aquellas personas que me cuesta aceptar o que me han hecho algún mal.
Ø Como recomienda el papa Francisco, rezaré por
los que me cuesta amar.
Ø Compartiré con por lo menos dos
personas lo reflexionado en la Lectio de hoy.
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