23 de febrero de 2014

7 Tiempo ordinario (A) Mateo 5, 38-48
UNA LLAMADA ESCANDALOSA
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, lagogalilea@hotmail.com
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 19/02/14.- La llamada al amor es siempre seductora. Seguramente, muchos acogían con agrado la llamada de Jesús a amar a Dios y al prójimo. Era la mejor síntesis de la Ley. Pero lo que no podían imaginar es que un día les hablara de amar a los enemigos.
Sin embargo, Jesús lo hizo. Sin respaldo alguno de la tradición bíblica, distanciándose de los salmos de venganza que alimentaban la oración de su pueblo, enfrentándose al clima general de odio que se respiraba en su entorno, proclamó con claridad absoluta su llamada: “Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os calumnian”.
Su lenguaje es escandaloso y sorprendente, pero totalmente coherente con su experiencia de Dios. El Padre no es violento: ama incluso a sus enemigos, no busca la destrucción de nadie. Su grandeza no consiste en vengarse sino en amar incondicionalmente a todos. Quien se sienta hijo de ese Dios, no introducirá en el mundo odio ni destrucción de nadie.
El amor al enemigo no es una enseñanza secundaria de Jesús, dirigida a personas llamadas a una perfección heroica. Su llamada quiere introducir en la historia una actitud nueva ante el enemigo porque quiere eliminar en el mundo el odio y la violencia destructora. Quien se parezca a Dios no alimentará el odio contra nadie, buscará el bien de todos incluso de sus enemigos.
Cuando Jesús habla del amor al enemigo, no está pidiendo que alimentemos en nosotros sentimientos de afecto, simpatía o cariño hacia quien nos hace mal. El enemigo sigue siendo alguien del que podemos esperar daño, y difícilmente pueden cambiar los sentimientos de nuestro corazón.
Amar al enemigo significa, antes que nada, no hacerle mal, no buscar ni desear hacerle daño. No hemos de extrañarnos si no sentimos amor alguno hacia él. Es natural que nos sintamos heridos o humillados. Nos hemos de preocupar cuando seguimos alimentando el odio y la sed de venganza.
Pero no se trata solo de no hacerle mal. Podemos dar más pasos hasta estar incluso dispuestos a hacerle el bien si lo encontramos necesitado. No hemos de olvidar que somos más humanos cuando perdonamos que cuando nos vengamos alegrándonos de su desgracia.
El perdón sincero al enemigo no es fácil. En algunas circunstancias a la persona se le puede hacer en aquel momento prácticamente imposible liberarse del rechazo, el odio o la sed de venganza. No hemos de juzgar a nadie desde fuera. Solo Dios nos comprende y perdona de manera incondicional, incluso cuando no somos capaces de perdonar. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia). 

LECTIO DIVINA 

Amen a sus enemigos
   
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     5, 38-48 

Jesús, dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: «Ojo por ojo y diente por diente». Pero Yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.
Ustedes han oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo» y odiarás a tu enemigo. Pero Yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque Él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen?
¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
Palabra del Señor.   

1.     LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

 ·   Guías para la lectura:                

Con este texto culmina la primera parte del sermón del monte que Jesús inició con las bienaventuranzas. El domingo pasado comenzó a reinterpretar la ley; hoy va a continuar con los últimos dos ejemplos, sobre la venganza y el amor a los enemigos.  
El texto tiene dos partes marcadas por la fórmula “ustedes han oído…”, “pero yo les digo…”. La primera (vv. 38-42) referida a la llamada “ley del talión” (ver Ex 21,24) y la segunda sobre el amor a los enemigos (vv. 43-47). Finalmente cierra el texto con una exhortación que abarca todos los ejemplos: “sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo”, (v.48).  
En la primera parte toma como ejemplo la “ley del talión”. Esta ley, que a nosotros nos parece tan brutal e injusta, fue en su momento un avance grande en el camino de la justicia, pues establecía un límite a la venganza de quien había sido agredido. Las venganzas que antes eran ilimitadas, son reguladas por esta ley, que no permitía excederse en la revancha.  
La respuesta que da Jesús frente a esta ley: “si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra” hay que interpretarla, como en el texto del domingo anterior, en clave hiperbólica, es decir, exagerada. Cuando Jesús decía “Si tu ojo es para ti una ocasión de pecado, arráncalo…” (5,29), naturalmente no se estaba refiriendo a arrancarse el ojo literalmente, sino que a través de esta imagen hiperbólica, está diciendo “sean radicales en apartar sus ojos del mal”. De un modo similar, en este texto, no está invitando literalmente a poner la otra mejilla; de hecho, cuando le pegan una bofetada a Jesús, no pone la otra mejilla, sino que confronta a quien le pegó diciéndole: "Si he hablado mal, muestra en qué ha sido; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?"; (Jn. 18,23). “Poner la otra mejilla” es una figura que utiliza aquí para decir: “sean radicales en no devolver mal por mal”.  
El ejemplo de la segunda parte también tiene sus dificultades de comprensión. Jesús dice “han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo” (v. 43). Los israelitas consideraban “prójimo” a otro israelita, y a ellos debían amar, y también al extranjero residente en Israel (ver Dt 10,19). Odiar al enemigo no estaba mandado por la ley, pero podía verse recomendado en textos como el Sal 139,21s.  
Jesús propone romper con esa “justicia” y manda amar a los enemigos, rogar por los que los persiguen (v.44). Esto es concreto y literal, Jesús mismo lo hizo con quienes lo agredieron (ver Lc 23,34). El modelo que pone Jesús para obrar así es el mismo Dios “que hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos” (v.44). Por eso culmina esta sección con una palabra que resume todo el mensaje del texto: “sean ustedes perfectos como su Padre que está en el cielo es perfecto” (v.48), que en el evangelio de Lucas se vuelve “sean ustedes misericordiosos como también su Padre es misericordioso”, de modo que la perfección de Mateo se identifica con la misericordia en Lucas.   
GENTILEZA LECTIONAUTAS
    
2.     MEDITACIÓN - ¿QUÉ  ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

·                       Preguntas para la meditación: 
  
Ø      ¿Mido mis reacciones cuando me siento ofendido?
Ø      ¿Evito vivir con resentimientos?
Ø      ¿Imploro paz a Dios, antes de responder alguna ofensa? 

3.     ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
                                                 
SALMO     
Sal 102, 1-2. 3-4. 8 y 10. 12-13 (R.: 8a)
El Señor es bondadoso y compasivo.

Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura.

El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas.

Cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados.
Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles.

4.     CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

En la exhortación apostólica “La Alegría del Evangelio” (N.101) el Papa Francisco nos invita a pedirle al Señor que nos haga entender la ley del Amor.  
¡Qué bueno es tener esta ley! ¡Cuánto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo! Sí, ¡en contra de todo! A cada uno de nosotros se dirige la exhortación paulina: «No te dejes vencer por el mal, antes bien vence al mal con el bien» (Rm 12,21). Y también: «¡No nos cansemos de hacer el bien!» (Ga 6,9).
Todos tenemos simpatías y antipatías, y quizás ahora mismo estamos enojados con alguno. Al menos digamos al Señor: «Señor, yo estoy enojado con éste, con aquélla. Yo te pido por él y por ella».
Rezar por aquel con el que estamos irritados es un hermoso paso en el amor, y es un acto evangelizador. ¡Hagámoslo hoy! ¡No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno!

5.     ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·                        Propuestas para la acción: 
                    
Ø    No existe mérito en amar a quienes nos aman, así que esta semana me esforzaré por tener actitudes positivas hacia aquellas personas que me cuesta aceptar o que me han hecho algún mal.
Ø  Como recomienda el papa Francisco, rezaré por los que me cuesta amar.
Ø    Compartiré con por lo menos dos personas lo reflexionado en la Lectio de hoy.

    

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