1 de mayo de 2014

1 de mayo de 2014 -  JUEVES DE LA SEMANA II DE PASCUA

Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles    5, 27-33

    Los guardias hicieron comparecer a los Apóstoles ante el Sanedrín, y el Sumo Sacerdote les dijo: «Nosotros les habíamos prohibido expresamente predicar en ese Nombre, y ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina. ¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!»
    Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo. A él, Dios lo exaltó con su poder, haciéndolo Jefe y Salvador, a fin de conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha enviado a los que le obedecen.»
    Al oír estas palabras, ellos se enfurecieron y querían matarlos.
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 33, 2 y 9. 17-18. 19-20 (R.: 7a) 
R.    El pobre invocó al Señor, y él lo escuchó.

    Bendeciré al Señor en todo tiempo,
    su alabanza estará siempre en mis labios.
    ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
    ¡Felices los que en él se refugian! R.

    El Señor rechaza a los que hacen el mal
    para borrar su recuerdo de la tierra.
    Cuando ellos claman, el Señor los escucha
    y los libra de todas sus angustias. R.

    El Señor está cerca del que sufre
    y salva a los que están abatidos.
    El justo padece muchos males,
    pero el Señor lo libra de ellos. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan    3, 31-36

    El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.
    El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

Los guardias se llevaron a los Apóstoles y los presentaron ante el Gran Consejo del Sanedrín, el mismo ante el cual compareció Jesús, y que decidió hacerlo desaparecer.
En esta ocasión les quieren prohibir enseñar en ese nombre. Los jefes de Jerusalén tienen miedo. Les remuerde la conciencia el recuerdo de la sangre derramada hace poco, hasta tal punto, que no se atreven siquiera a pronunciar su nombre. El caso Jesús continúa siendo un problema, está siempre allí, lo ven prolongarse en sus apóstoles. Creyeron haberlo suprimido, pero ahora, en vez de uno son once. A pocos días de distancia, están ante el mismo tribunal.
Pero la Palabra no se detiene ante los obstáculos: los apóstoles no pueden dejar de predicar la Buena Noticia, tienen y quieren obedecer a Dios antes que a los hombres. Jesús les había anunciado que los llevarían ante los tribunales, pero que el Espíritu les inspiraría qué decir y cómo defenderse. En esta ocasión, de un modo muy valiente, y movido por el Espíritu, Pedro aprovecha de nuevo la ocasión para proclamar a sus perseguidores la resurrección de Jesucristo y su exaltación como Señor y Salvador. Se presentan como testigos autorizados, junto con el Espíritu Santo que actúa en ellos.
***
Las palabras, con las que concluye el diálogo de Jesús con Nicodemo, son el resumen de todo el evangelio de Juan: Jesús es el enviado de Dios, nos trae sus palabras, que son la verdadera sabiduría y las que dan sentido a la vida: son la mejor prueba del amor que Dios tiene a su Hijo y a nosotros. El que recibe a Jesús y su palabra es el que tendrá la vida eterna que Dios le está ofreciendo a través de su Hijo; el que no lo quiera aceptar, él mismo se excluye de la vida.
El Evangelio nos invita a dejar de ser “terrenales”, para hablar y movernos como «el que viene de arriba», que es Jesús. Es necesario que en todo momento y circunstancia nos esforcemos por tener el pensamiento de Dios, ambicionemos tener los mismos sentimientos de Cristo, y aspiremos a mirar a los hombres y las circunstancias con la misma mirada del Dios hecho hombre. De esta manera, nos haremos capaces de contemplar la presencia salvadora de Dios, en las cosas que pasan continuamente a nuestro alrededor. El amor de Dios es acción continua a favor del hombre.
Si venimos de lo alto amaremos a todo el mundo al modo de Jesús, siendo nuestra vida transparencia de su amor. Este amor que tiene el sello de la gratuidad; de servir sin esperar nada a cambio, crea un ambiente profundamente humano y de respeto que se contagia, que lleva a los otros a sentirse libremente movidos a responder y actuar de la misma manera.
Como Iglesia necesitamos poder identificar las dos posibilidades por las cuales cada ser humano puede optar: la terrenal, amasada con egoísmo y sellada por la soledad, ola que viene de lo alto, forjada en el amor y expresada en una vida comunitaria y solidaria.
El cielo y el infierno lo fraguará cada persona, haciendo uso de la libertad que el mismo Dios le ha dado, decidiendo si quiere que la voluntad del Padre obre sobre ella y el mundo.
La “vida eterna” que trae Jesús, no es solamente una vida más allá de la muerte, es una vida ya desde aquí y ahora, en plenitud, fundada en el amor paternal de Dios por todos nosotros y en la fraternidad cristiana, vivida en comunidad, capaz de transformar y embellecer el mundo.

PARA DISCERNIR

¿Experimento la fuerza transformadora del amor?
¿Reconozco la validez del testimonio basado en el amor?
¿Tengo gestos desde los cuales queda expresa la veracidad de mi fe?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

…Feliz el hombre que se refugia en el Señor…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”¿De qué modo trabajamos para la reconciliación? En primer lugar y sobre todo, reivindicando para nosotros mismos el hecho de que Dios nos ha reconciliado consigo en Cristo. Pero no basta con creer esto con nuestra cabeza. Debemos dejar que la verdad de esta reconciliación penetre en todos los rincones de nuestro ser. Hasta que no estemos plena y absolutamente convencidos de que hemos sido reconciliados con Dios, de que estamos perdonados, de que hemos recibido un corazón nuevo, un espíritu nuevo, unos ojos nuevos para ver y unos nuevos oídos para oír, continuaremos creando divisiones entre la gente, porque esperaremos de ella un poder de curación que no posee.
Sólo cuando confiemos plenamente en el hecho de que pertenecemos a Dios y podemos encontrar en nuestra relación con Dios todo lo que necesitamos para nuestra mente, nuestro corazón, nuestra alma, podremos ser libres de verdad en este mundo y ser ministros de la reconciliación. Esto es algo que no resulta fácil; muy pronto volvemos a caer en la duda y en el rechazo de nosotros mismos. Necesitamos que se nos recuerde constantemente a través de la Palabra de Dios, de los sacramentos, del amor al prójimo que estamos reconciliados de verdad”… 
H. J. M. Nouwen. Pan para el viaje, PPC, Madrid 1999.

PARA REZAR

Oración de amor
Señor:
Qué hermoso es tener un corazón
con capacidad para amar y perdonar,
para ayudar y comprender, para creer y confiar.
Pero que difícil me resulta practicarlo,
hacerlo vida en mis actos de cada día.
Mis fuerzas son muy limitadas y son más
las horas bajas que las buenas.
Tú siempre estás ahí, esperándome,
creyendo en mí, confiando en mí.
Que una caída de hoy sea un peldaño
que me acerque más a ti y a mis hermanos;
que cada día tenga el coraje de volver
a empezar en el camino del amor.
Dame la valentía de saber unir mi mano
a otros hombres, mis hermanos, para hacer
crecer entre todos el arco iris del amor
y de la amistad.
Que al cerrar cada noche pueda refugiarme en
tu regazo de Padre comprensivo y amoroso
. Amén.

1 de Mayo - SAN JOSÉ OBRERO

¿No es este el hijo del carpintero?

PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas 3, 14-15. 17. 23-24
    Hermanos:
    Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.
    Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias.
    Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.
    Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor.
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 89, 2. 3-4. 12-13. 14 y 16 (R.: 17c) 
R.    El Señor haga prosperar la obra de nuestras manos.

    Antes que fueran engendradas las montañas,
    antes que nacieran la tierra y el mundo,
    desde siempre y para siempre, tú eres Dios. R.

    Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
    con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
    Porque mil años son ante tus ojos
    como el día de ayer, que ya pasó,
    como una vigilia de la noche. R.

    Enséñanos a calcular nuestros años,
    para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
    ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo?
    Ten compasión de tus servidores. R.

    Sácianos en seguida con tu amor,
    y cantaremos felices toda nuestra vida.
    Que tu obra se manifieste a tus servidores,
    y que tu esplendor esté sobre tus hijos. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo    13, 54, 58

    En aquel tiempo:
    Al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados.
    « ¿De dónde le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?»
    Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
    Entonces les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.»
    Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Palabra del Señor.

A finales del siglo XIX y principio del XX, el 1 de mayo se convirtió en una fecha reivindicativa y revolucionaria a favor de la clase obrera. El Papa Pío XII, en 1955, quiso darle una dimensión cristiana, e instituyó la fiesta de San José Obrero, que no sólo fue trabajador, artesano humilde, sino el modelo de todo trabajador cristiano desde su dedicación a la familia de Nazaret. De esta manera el Papa proyectaba una luz nueva sobre la dignidad del trabajo, que ofrece el medio de perfeccionar la creación, sirviendo a Dios y a los hombres, imitando a Dios Creador y al Hijo de Dios también artesano como su padre José, y uniendo los sufrimientos y contrariedades del propio trabajo a la cruz de Cristo.

PARA REFLEXIONAR

Los evangelios nos dicen muy poco de San José, sin embargo lo presentan con cinco títulos, importantes y significativos que lo definen y definen su lugar en la historia de la salvación: se lo llama “hijo de David” (Mt 1,20), “esposo de María” (Mt 1,16), “padre de Jesús” (Lc 2,48), “hombre justo” (Mt 1,19), y “el carpintero” (Mt 13,55) que enseñó su mismo oficio a Jesús (Mc 6,3).
Hoy celebramos al sencillo carpintero de Nazaret que tiene que trabajar cada día, para sostener a su familia con el esforzado y humilde trabajo en una vida oculta y laboriosa. 
El título de “carpintero” en San José, define no sólo un trabajo, sino una actitud frente a la vida. El trabajo es el modo concreto y cotidiano con que expresa su amor a la familia de Nazaret. Jesús participa en el trabajo y en el estilo de vida de José, y llega a ser conocido como el “hijo del carpintero”. Jesús ha redimido el trabajo que sólo era una carga, para que sea una colaboración generosa en la transformación del mundo. …”En el artesano de Nazaret, Dios nos quiere revelar la dignidad del trabajo por más simple que seaLa laboriosidad, es una virtud por la cual el ser humano puede participar en la obra de Dios, Creador y Redentor, puede hacerse en cierto sentido más humano, y puede profundizar en la amistad con Cristo. San José nos enseña a santificar la vida diaria, elevando a Cristo las obras comunes, humildes y sencillas. Redemptoris Custos, Juan Pablo II.
El evangelio no recoge ni una sola palabra suya, por eso la tradición, nos muestra a José como un hombre de profundo silencio, y fe madura, capaz de percibir la acción de Dios. San José, más que con sus palabras, habla con sus actitudes y gestos. Con su silencio, su obediencia, su trabajo. Fue un obrero auténtico.
La vivencia del trabajo de San José es modélica para todos los trabajadores; de ahí que sea considerado su patrono. Al hablar de la realidad del trabajo, la Iglesia nos dice que “los fieles laicos deben desempeñar su trabajo con competencia profesional, con honestidad humana, con espíritu cristiano y especialmente como forma de su propia santificación… Es más, sabemos que mediante el trabajo ofrecido a Dios, las personas se asocian con la obra redentora de Jesucristo, cuyo trabajo con sus manos en Nazaret, ennobleció grandemente la dignidad del trabajo” (GS. 67). En este mensaje fuerte y sencillo el cristiano inmerso en el mundo está invitado a encontrar su propia espiritualidad.
El 5 de enero de 1964, desde Nazareth, exhortaba el Papa Paulo VI a aprender la lección del trabajo, la conciencia de su dignidad. Y nos señalaba a todos “al gran modelo, al hermano divino, al defensor de todas las causas justas, es decir: a Cristo, Nuestro Señor”, el hijo del carpintero, como era conocido Jesús. Y con el hijo, el padre, San José, obrero. “La Obra Bien Hecha”. El realizaría tareas sencillas, pero pondría toda su alma en hacer las cosas bien. No haría cosas extraordinarias, pero lo ordinario lo haría extraordinariamente. Que él sea nuestro ejemplo a seguir en las tareas que hagamos cada día de nuestra vida, y pidamos a él su intercesión para que nuestro trabajo sea siempre agradable a los ojos de Dios.

PARA DISCERNIR

¿Desde qué perspectiva valoro el trabajo?
¿Descubro en el trabajo un modo de santificación personal y de construcción del Reino?
¿Me siento colaborador en la obra creadora de Dios? 

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÌA

…Señor yo soy tu siervo… 

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”El ejemplo de Tomás Moro demuestra que le es posible a un cristiano vivir en el mundo según el Evangelio y actuar en él a imitación de Cristo; y ello en medio de su propia familia, de sus posesiones y de la vida política: es posible llevar una vida santa en medio de estas distintas situaciones, con sobriedad, sencillez y honestidad, sin caer en fanatismos ni «beaterías», de modo serio y alegre al mismo tiempo.
¿Qué es, pues, lo más importante para un cristiano que vive en el mundo? Realizar, en la fe, una opción radical por Dios, por el Señor y por su Reino, a pesar de todas las inclinaciones pecaminosas, y conservarla intacta a través de los acontecimientos ordinarios de cada día. Conservar, viviendo en el mundo, la libertad fundamental respecto al mundo, en medio de la familia, de las posesiones y de la vida política, al servicio de Dios y de los hermanos. Poseer la alegre prontitud que permite ejercer esta libertad, en cualquier momento, a través de la renuncia, y cuando estemos llamados a hacerlo, a través de la renuncia total. Sólo en esta libertad respecto al mundo, buscada por amor a Dios, es donde el cristiano, que vive en el mundo, pero recibe la libertad como don de la gracia de Dios, encuentra la fortaleza, el consuelo, el poder y la alegría que son su victoria”… 
H. Küng, Libertad en el mundo. Brescia 1966, 44s.


PARA REZAR

¡San José, guardián de Jesús y casto esposo de María,
Tú empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber.
Tú mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti.
Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.
Ellos se dirigen a ti porque saben que tú los comprendes y proteges.
Tú también supiste de pruebas, cansancio y trabajo.
Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida,
tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría
debido al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios
que te fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre. Amén

San JUAN XXIII
Oremos 
Dios nuestro, creador del universo, que has establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que, guiados por el ejemplo de San José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

LECTIO DIVINA

El Padre ama al Hijo
y ha puesto todo en sus manos

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor.

LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy está dentro de un monólogo teológico de Juan el Bautista. El origen del mismo es una discusión entre sus discípulos y un judío sobre el rito de la purificación que culmina con un reclamo de aquellos al Bautista. Sus propios discípulos se refieren a Jesús en forma sorprendentemente crítica en razón de que él también bautiza y que además tiene mayor éxito que su líder. (vs.22-26). Esta inesperada competencia ministerial que los discípulos de Juan el Bautista plantean alcanza en la respuesta de éste su clímax personal en el versículo 30: “Es necesario que él crezca y que yo disminuya”, y a su clímax teológico entre los versículos 31 al 36.
Su primera declaración apologética de Jesús: “El que viene de lo alto está por encima de todos” (v.31a) tiene un símil en la declaración de Juan el evangelista en el versículo 13: “Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo”. Deliberadamente Juan el Bautista marca una diferencia sustancial de origen entre él y Jesús cuando al referirse a sí mismo en tercera persona dice: “El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra” (v.31b). No solamente habla de la tierra, sino que solamente puede bautizar con elementos terrenales como el agua, mientras que Jesús es el único que puede bautizar en el Espíritu Santo.
El testimonio de Jesús, es por lo tanto de origen sensorial y celestial, habla de lo que personalmente ha visto y oído sin necesitar mayor información que su vivencia divina. (v.31 b-32 a). Pero al igual que lo expresa el himno introductorio del cuarto Evangelio, ese testimonio en principio no es recibido: “…nadie recibe su testimonio” (v.32)  “los suyos no le recibieron” (1.11). Pero hay receptores del testimonio y de su persona, presentándose también una similitud con conceptos del inicio del Evangelio: “El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz”  (v.33)  “Pero a los que la recibieron, …, les dio potestad de llegar a ser hijos de Dios”. (1.12). La recepción por la fe del testimonio vivo de Jesús “certifica que  Dios es veraz” (v.33). Lo que aquí se presenta de manera positiva, se hace por la negativa en 1 Juan 5.10b: “El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo”.
A continuación Juan el Bautista sigue hablando acerca de los atributos insuperables de Jesús llamándolo ahora “El que Dios envió” (v.34). El origen divino mencionado hace que su testimonio verbal no sea otra cosa que “palabras de Dios”, y su plenitud espiritual única es “porque Dios le da el Espíritu sin medida” (v.34). Estas características personalísimas de Jesús están en clara asimetría con los profetas de Dios, inclusive con el Bautista,  que reciben el Espíritu en forma limitada y que sólo en pocas ocasiones hablan palabras de parte de Dios.
Después de haber presenciado el descenso de la paloma y haber oído la voz del Padre desde el cielo (Lc.3.21-22), Juan el Bautista comprendió que la relación filial de Jesús como Mediador descansaba en su filiación trinitaria. Por esto, Jesús no sólo era receptor del Espíritu de Dios sino de “todas las cosas” que el Padre ha puesto en sus manos motivado por su amor (v.35).
En el versículo 36 la argumentación que Juan el Bautista presenta a los suyos sobre la supremacía infinita que él tenía con  quien había sido presentado como “la competencia bautismal” alcanza su culminación. Una vez más se presenta una relación simétrica con la argumentación de Juan producto del diálogo con Nicodemo. En esa oportunidad Juan el evangelista dijo: “El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios” (3.18); ahora Juan el Bautista afirma: “El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él”.

MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿De qué manera impacta en mi vida la voz de Jesús sabiendo que da testimonio de su vivencia en el cielo?
¿Cómo entiendo a la Santísima Trinidad comprometida en la salvación de la humanidad?
¿Qué implica en mi dimensión temporal saber que el Señor tiene todas las cosas en sus manos por decisión del Padre?

ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, Tú que fuiste enviado desde el cielo para dar testimonio vivo de la palabra de Dios, investido de poder por voluntad del Padre y lleno del Espíritu Santo, ayúdanos a comprender tu divina voluntad y ser sensibles a tu voz.

CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Me siento a escuchar el discurso de Juan el Bautista reconociendo su humildad en sus palabras.
Reflexiono en cada una de las declaraciones extraordinarias que hace sobre Jesús a quien conoció personalmente, constituyéndose en un testigo privilegiado. “Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios” (1.34)

ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿Qué aprendo para mi vida de la sabiduría humilde del Bautista?
¿De qué manera dejaré que la presencia del Dios Trino me ilumine en la lectura y meditación de la palabra de Dios?
¿Cómo expresaré mi gratitud a Dios por la Vida que emana de su Hijo?

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