24
de abril de 2014 – JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA
…Soy yo mismo, tóquenme y vean…
PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los apóstoles 3,
11-26
Como el paralítico que había sido curado
no soltaba a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió hacia
ellos, que estaban en el pórtico de Salomón.
Al ver esto, Pedro dijo al pueblo:
«Israelitas, ¿de qué se asombran? ¿Por qué nos miran así, como si fuera por
nuestro poder o por nuestra santidad, que hemos hecho caminar a este hombre? El
Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a
su servidor Jesús, a quien ustedes entregaron, renegando de él delante de
Pilato, cuando este había resuelto ponerlo en libertad. Ustedes renegaron del
Santo y del Justo, y pidiendo como una gracia la liberación de un homicida,
mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo
cual nosotros somos testigos.
Por haber creído en su Nombre, ese mismo
Nombre ha devuelto la fuerza al que ustedes ven y conocen. Esta fe que proviene
de él, es la que lo ha curado completamente, como ustedes pueden comprobar.
Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes obraron por ignorancia, lo mismo que
sus jefes. Pero así, Dios cumplió lo que había anunciado por medio de todos los
profetas: que su Mesías debía padecer.
Por lo tanto, hagan penitencia y
conviértanse, para que sus pecados sean perdonados. Así el Señor les concederá
el tiempo del consuelo y enviará a Jesús, el Mesías destinado para ustedes. El
debe permanecer en el cielo hasta el momento de la restauración universal, que
Dios anunció antiguamente por medio de sus santos profetas.
Moisés, en efecto, dijo: El Señor Dios
suscitará para ustedes, de entre sus hermanos, un profeta semejante a mí, y
ustedes obedecerán a todo lo que él les diga. El que no escuche a ese profeta
será excluido del pueblo. Y todos los profetas que han hablado a partir de
Samuel, anunciaron también estos días.
Ustedes son los herederos de los profetas
y de la Alianza que Dios hizo con sus antepasados, cuando dijo a Abraham: En tu
descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra. Ante todo para
ustedes Dios resucitó a su Servidor, y lo envió para bendecirlos y para que
cada uno se aparte de sus iniquidades.»
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 8, 2a y 5. 6-7. 8-9 (R.: 2ab)
R. ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es
tu Nombre en toda la tierra!
¡Señor, nuestro Dios!,
¿Qué es el hombre para que pienses en él,
el ser humano para que lo cuides? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y esplendor;
le diste dominio sobre la obra de tus
manos,
todo lo pusiste bajo sus pies. R.
Todos los rebaños y ganados,
y hasta los animales salvajes;
las aves del cielo, los peces del mar
y cuanto surca los senderos de las aguas.
R.
SECUENCIA
OPTATIVA
Cristianos,
ofrezcamos al Cordero pascual
nuestro sacrificio de alabanza.
El Cordero ha redimido a las ovejas:
Cristo, el inocente,
reconcilió a los pecadores con el Padre.
La muerte y la vida se enfrentaron
en un duelo admirable:
el Rey de la vida estuvo muerto,
y ahora vive.
Dinos, María Magdalena,
¿qué viste en el camino?
He visto el sepulcro del Cristo viviente
y la gloria del Señor resucitado.
He visto a los ángeles,
testigos del milagro,
he visto el sudario y las vestiduras.
Ha resucitado a Cristo, mi esperanza,
y precederá a los discípulos en Galilea.
Sabemos que Cristo resucitó realmente;
tú, Rey victorioso,
ten piedad de nosotros.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 24, 35-48
Los discípulos, por su parte, contaron lo
que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el
pan.
Todavía estaban hablando de esto, cuando
Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes.»
Atónitos y llenos de temor, creían ver un
espíritu, pero Jesús les preguntó: « ¿Por qué están turbados y se les presentan
esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un
espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo.»
Y diciendo esto, les mostró sus manos y
sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se
resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: « ¿Tienen aquí algo para comer?»
Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante
de todos.
Después les dijo: «Cuando todavía estaba
con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito
de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.»
Entonces les abrió la inteligencia para
que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: «Así estaba escrito: el
Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y
comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la
conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Pedro, tomando la palabra en nombre de todos los discípulos
se dirige al pueblo y explica que el milagro que acaba de hacer es en beneficio
del que no podía andar. Reconoce que el «poder» no es suyo sino
que procede de Cristo. Acepta ser un hombre pecador, ni más piadoso, ni
más santo que cualquier otro.
En su discurso asoma espontáneamente un título poco habitual para
hablar de Jesús: “Príncipe de la vida”. Por su resurrección Jesús es
el «Príncipe de la Vida»,
el Victorioso, el Viviente por excelencia.
el Victorioso, el Viviente por excelencia.
La resurrección es una potencia de vida, de alegría, de
exaltación. El salto del hombre, que no había caminado en toda su vida y que se
echa a andar, es el símbolo de la humanidad salvada.
Pedro, intenta ablandar el endurecido entendimiento de un
pueblo demasiado seguro de sus instituciones y sus leyes. Muy pocos escuchan el
mensaje. La mayoría continúa con sus prácticas rituales y con el legalismo
exacerbado.
Sin embargo, Pedro señala la continuidad de la historia de
salvación: el Dios de los patriarcas ha glorificado a Jesús, en quien
culminan los anuncios proféticos de Israel.
Pedro y los apóstoles predican sin parar la resurrección. El
arresto de los predicadores mientras anuncian la salvación en el templo de
Jerusalén, centro de la vida religiosa de Israel, acentúa gráficamente
la oposición entre los dirigentes del judaísmo y la naciente Iglesia
cristiana; oposición y lucha que culminará con la dispersión de
la comunidad y el anuncio del mensaje evangélico a los pueblos gentiles.
***
Los discípulos de Emaús cuentan a la comunidad lo que han
experimentado en el encuentro con el Resucitado, al que han reconocido al
partir el pan. En ese mismo momento se aparece Jesús, saludándolos con el deseo
de la paz. El saludo “shalom” sintetiza lo más grande que nosotros podemos
desear. El Resucitado no promete la prosperidad o el triunfo,
sino la paz. Paz que significa la
posibilidad de contemplar todo, incluyendo los dolores y sufrimientos,
con los ojos compasivos de Dios y como camino de salvación.
posibilidad de contemplar todo, incluyendo los dolores y sufrimientos,
con los ojos compasivos de Dios y como camino de salvación.
Llenos de miedo, los discípulos creían ver un espíritu. Los “once”
como todos los demás hasta aquí, fueron incrédulos. En todos los relatos se
subraya la “duda”. Jesús, tiene que calmar a los discípulos, y los convence de
su nueva realidad comiendo con ellos. Como a los discípulos de Emaús, ahora, Jesús
a los discípulos, «les abre el entendimiento», explicándoles las
Escrituras y hace ver a todo el grupo, la unidad del plan salvador de Dios y el
cumplimiento de las promesas.
La muerte y resurrección del Mesías son el punto
crucial de la historia de salvación. Los discípulos viven su fe con dudas y
temores muchas veces, pero poco a poco van comprendiendo que el Maestro ya no
está en la tumba, y que por lo tanto, ya no es posible vivir en la
pasividad y el miedo, que son un antitestimonio de la resurrección.
El Resucitado es experiencia de unidad. Ante su presencia la
experiencia individual, comienza a ser comunitaria, sin destruir la experiencia
personal. Al resucitado se lo reconoce en comunidad.
El Resucitado es fuerza que interpela a la comunidad. A la
comunidad, Jesús le promete la fuerza del Espíritu Santo, fuerza que les hará
comprender toda la Escritura, y que les hará asumir con fe, la nueva
experiencia de vida que se les ha regalado en la Resurrección de Jesucristo.
Al Resucitado se lo reconoce tocando sus heridas; cuando nos
atrevemos a meter la mano en nuestras heridas o en las de nuestros semejantes.
Ahí estamos palpando un anticipo de la muerte, pero también un rastro del Señor
que ha vencido a la muerte. “Donde están nuestras heridas está nuestra
salvación”.
La alegría que nos regala el Resucitado, es la de la victoria
sobre la muerte. Porque Jesús nos invita a reconocerlo en sus heridas, la
alegría pascual no es una huida, sino una cercanía mayor a los
crucificados de nuestro tiempo.
Los seguidores del Nazareno, ahora, tenemos que testimoniar con
nuestras vidas la justicia y misericordia declarada por Dios en la resurrección
de su Hijo Jesucristo. Este testimonio será creíble, en la
medida que sepamos encarnar un proyecto de vida que crea, y por
eso construya y asuma el Reino de Dios, como la nueva experiencia de
vida para todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
PARA DISCERNIR
¿Qué de nuevo le aporta a mi vida la experiencia de la
resurrección de Jesús?
¿Necesito poner a prueba la veracidad de Dios pretendiendo ver
para creer?
¿En qué cosas me doy cuenta que tengo que abandonarme a la fe
porque los criterios del mundo me ofrecen otra cosa?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DIA
…Nosotros somos testigos de estas cosas…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…La evangelización del mundo está basada en el testimonio. Jesús
les dice a los que lo vieron, a los que comieron con él: “Ustedes son testigos
de estas cosas”. Ciertamente nosotros no somos testigos oculares de la
resurrección de Jesús, nosotros aceptamos el testimonio de la Iglesia y de la
Escritura y creemos en estos fieles testigos. Sin embargo, Jesús se sigue
presentando en nuestras asambleas litúrgicas, en nuestra misma oración personal
para, de una manera misteriosa, asegurarnos, por medio de la fe, que está vivo.
Por ello, nosotros también estamos unidos a la obra de la evangelización.
Nuestra evangelización será tan poderosa y convincente como nuestra experiencia
de Jesús resucitado. Hemos vivido en estos últimos días una fuerte experiencia
del amor de Dios, al celebrar una vez más los misterios de la resurrección de
Cristo, ¿Podríamos decir que nuestra experiencia de Dios es más fuerte que el
año anterior? Si alguien te preguntara sobre Jesús y tu relación con él,
¿tendrías una experiencia en tu propia vida que testificara tu fe en Jesús? La
Pascua es esencialmente un tiempo maravilloso para tener un encuentro personal
con Cristo que sea capaz de cambiar nuestra vida y convertirnos en sus
testigos. Abre bien tus ojos y oídos…
Ernesto María Caro
PARA REZAR
Por la resurrección de Jesús de entre los muertos,
nos has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva,
Queremos ser los testigos de esa resurrección y vida nueva,
pues aunque no hemos visto las llagas de Jesús
ni hemos metido las manos en su costado, como Tomás,
queremos sentir en el corazón el fuego de su presencia.
Y por esa misma fe en la presencia de Cristo resucitado,
queremos vivir como hermanos, constantes en la oración,
en la vida comunitaria, en la fracción del pan eucarístico
y en la escucha constante de tu Palabra.
Santos Benetti.
LECTIO
DIVINA
Así estaba escrito: El
Mesías padecerá
y resucitará al tercer día
y resucitará al tercer día
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 24, 35-48
Los discípulos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Todavía
estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les
dijo: «La paz esté con ustedes.»
Atónitos y llenos
de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó:
«¿Por qué
están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy
yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que
yo tengo.»
Y diciendo esto,
les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los
discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó:
«¿Tienen aquí
algo para comer?» Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y
lo comió delante de todos.
Después les
dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se
cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en
los Salmos.»
Entonces les
abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió:
«Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al
tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas
las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos
de todo esto.»
Palabra del Señor.
Palabra del Señor.
1. LECTURA -
¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
La lectura de hoy es
continuación de la de ayer. Los caminantes de Emaús, luego de reconocer a
Jesús, vuelven a Jerusalén a relatar todo lo que habían vivido al grupo nuclear
de ellos, o sea a los apóstoles. Jesús, que había desaparecido de ellos ni bien
le reconocieron (v.31), vuelve a aparecer en otro lugar y en medio de este
grupo ampliado. No sabemos cómo aparece y desaparece de esa manera tan
misteriosa, pero de alguna manera ese cuerpo resucitado del Señor tenía
propiedades de libertad de movimiento que no tenía su cuerpo anterior.
Probablemente este tipo de desplazamientos sobrenaturales fuera la causa
primera de que ellos confundan a Cristo con un espíritu sin materia. Y entra en
escena con un mensaje que aún resuena en el cosmos: “La paz esté con
ustedes”. Ese saludo de paz, no será uno más, se constituirá en el
saludo distintivo de la comunidad cristiana hasta el día de hoy.
Al principio, los
apóstoles creían que lo que estaban viendo era un espíritu incorpóreo, por eso
Jesús los invita a alejar esas dudas viendo y hasta tocando su cuerpo, especialmente
sus manos y pies marcados por la crucifixión. Parece que esto no es suficiente
para que los presentes den crédito a lo que sus ojos veían, entonces Jesús los
convoca a la mesa a comer con Él. Como prueba indubitable de su presencia
corpórea, Jesús ingiere alimento sólido delante de ellos, en este caso un
pescado asado. (v.37-42).
Jesús hace luego con todo
el grupo lo que ya había hecho con los hombres de Emaús: les da la llave de las
Escrituras. El ilumina sus mentes para que en todas las Escrituras vean a
Cristo: su sufrimiento (Sal.22.69; Is.53) y su resurrección (Sal.118; Is.53).
Jesús hace una referencia completa de toda la Escritura cuando expresa “todo
lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos”
(v.44).
Finalmente, y dado que los
discípulos de Cristo han visto las obras del Señor y han sido observadores
privilegiados de su indubitable resurrección que había sido anunciada en las
Escrituras, deben de ahora en más transformarse en portadores de ese mensaje siendo
sus testigos. El mensaje es tan claro como ambicioso y revolucionario “…en
su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de
los pecados”. (v.47).
2. MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas para la meditación:
Ø ¿Por qué es
importante para mi fe que Jesús sea la muestra evidente y corpórea del
cumplimento de las promesas de toda la Escritura?
Ø ¿De qué
manera contribuye a mi memoria espiritual el hecho que el cuerpo resucitado de
Jesús conserve las marcas de los clavos de la crucifixión?
Ø ¿Me siento
invitado/a a ser testigo del Evangelio de Cristo?
3. ORACIÓN -
¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
Señor, gracias por dar señales tan indubitables de tu resurrección y presencia corporal especialísima ya que éstas son ayuda para mi fe. Ayúdame a tener la alegría y el coraje de ser un testigo fiel de esto.
4. CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Miro lo sucedido en la
escena bíblica y trato de comprender la sorpresa y el temor de los apóstoles
ante la imprevista visita de Jesús resucitado.
Repito las palabras de paz
del Señor hasta recibirlas como propias.
Escucho al Señor en su
enseñanza de las Escrituras como sustento imprescindible de su misión
salvadora.
5. ACCIÓN -
¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø ¿De qué
manera voy a releer las Escrituras proféticas del Antiguo Testamento luego de
ver el lugar central que Cristo les da?
Ø ¿Cómo voy a
vivir la alegría de la resurrección de Cristo?
Ø ¿De qué
forma práctica me dispongo a ser un verdadero testigo fiel del Señor?
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