Si te hace caso
has salvado a tu hermano
PRIMERA
LECTURA
Lectura de la profecía de
Ezequiel 9, 1-7; 10, 18-22
Oí al Señor llamar en voz alta:
Acérquense, verdugos de la ciudad, empuñando cada uno su arma mortal.” Entonces
aparecieron seis hombres por el camino de la puerta de arriba, la que da al
norte, empuñando mazas. En medio de ellos, un hombre vestido de lino, con los
avíos de escribano a la cintura. Al llegar, se detuvieron junto al altar de
bronce.
La gloria del Dios de Israel se había
levantado del querubín en que se apoyaba, yendo a ponerse en el umbral del
templo.
Llamó al hombre vestido de lino, con los
avíos de escribano a la cintura, y le dijo el Señor: Recorre la ciudad, atraviesa
Jerusalén y marca en la frente a los que se lamentan afligidos por las
abominaciones que en ella se cometen.”
A los otros les dijo en mi presencia:
“Recorran la ciudad detrás de él, hiriendo sin compasión y sin piedad. A
viejos, mozos y muchachas, a niños y mujeres, mátenlos, acaben con ellos; pero
a ninguno de los marcados lo toquen. Empiecen por mi santuario.” Y empezaron
por los ancianos que estaban frente al templo. Luego les dijo: Profanen el
templo, llenando sus atrios de cadáveres, y salgan a matar por la ciudad.”
Luego la gloria del Señor salió,
levantándose del umbral del templo, y se colocó sobre los querubines. Vi a los
querubines levantar las alas, remontarse del suelo, sin separarse de las
ruedas, y salir. Y se detuvieron junto a la puerta oriental de la casa del
Señor; mientras tanto, la gloria del Dios de Israel sobresalía por encima de
ellos.
Eran los seres vivientes que yo había
visto debajo del Dios de Israel a orillas del río Quebar, y me di cuenta de que
eran querubines. Tenían cuatro rostros y cuatro alas cada uno, y una especie de
brazos humanos debajo de las alas, y su fisonomía era la de los rostros que yo
había contemplado a orillas del río Quebar. Caminaban de frente.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 112, 1-6
R. La gloria del
Señor se eleva sobre el cielo
Alaben, siervos del Señor,
alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R.
De la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre el cielo. R.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 18, 15-20
En aquel tiempo dijo Jesús a sus
discípulos:
“Si tu hermano peca, repréndelo a solas
entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso,
llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca
de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no
hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un
publicano. Les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el
cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. Les aseguro,
además, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo,
se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
Palabra del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
Los habitantes de Jerusalén creen que
ellos no han sido deportados a Babilonia y son los «elegidos», ya que Dios no
los ha castigado con el exilio. Los exiliados, en cambio, son los pecadores,
los culpables. Sin embargo en la tierra prometida, el pueblo continuó pecando,
algunos judíos, cometiendo injusticias contra sus propios hermanos.
Ezequiel era un visionario y sus imágenes son brillantes y fuertes.
En la visión de hoy un personaje misterioso vestido de lino marca en la frente
a los que «gimen y lloran por las abominaciones que se cometen en la ciudad», o
sea, a los que han resistido a la tentación de la idolatría y son fieles a la
Alianza con Dios. Los que llevan esa marca se salvan.
También, en la visión, el profeta ve cómo
la Gloria del Señor abandonó el umbral del templo posándose sobre los
querubines y se dirige, con los deportados, hacia el Norte. Es un detalle
simbólico que deja lugar a la esperanza.
Dios abandona el templo de Jerusalén para
ir a habitar en tierra extranjera, a reunirse con los deportados a orillas del
río de Babilonia. El Señor no está ligado a un santuario, ni a un lugar
determinado sino que está presente en todas partes, especialmente allá
donde los hombres creen en El, allá donde los hombres sufren.
Dios no se ha alejado de muchos judíos deportados
a Babilonia, ha continuado viviendo en medio de ellos, con un culto más
interior y que invita la conversión.
Aparece ahora la gran promesa de
un nuevo y maravilloso éxodo en el que Él mismo les arrancará
el corazón de piedra y les dará un corazón de carne, con el que sean capaces de
quitar todas las iniquidades y abominaciones.
***
El capítulo 18 de Mateo está
centrado la dinámica que debe caracterizar las relaciones de los discípulos de
Jesús entre sí. Hoy, el evangelista aborda el tema del perdón.
La sociedad primitiva, se manifestaba
violentamente contra las faltas del individuo, porque al carecer de medios para
perdonarlo, sólo podía repararse la ofensa mediante un castigo
ejemplar setenta y siete veces más fuerte que la misma falta.
La ley del talión, marca un progreso
importante al tener que ser la venganza, no superior a la ofensa o daño
recibido. Si bien el Levítico da un paso en este proceso, no establece la
obligación del perdón. Sin embargo se pone un fuerte acento en la
solidaridad que debe unir a los hermanos entre sí y deja bien en claro la
prohibición de arreglar sus diferencias recurriendo a procedimientos
judiciales.
Una de las novedades que aporta el texto
es la aparición del término “hermano” para designar la relación
existente entre los integrantes de la comunidad de discípulos de Jesús.
Al inicio se presentan tres caminos para
ganar al hermano. Los dos primeros: la corrección privada y la
hecha en presencia de dos o tres testigos eran procedimientos
habituales entre los judíos y confirmados por los libros sagrados.
Las ofensas y perjuicios entre hermanos
llevan pérdida de fraternidad y ésta no se recupera si el
perjudicado, no gana al ofensor por el camino del perdón.
El camino de la corrección fraterna lleva
al ofendido a buscar a la persona que le ha causado el
problema y a tratar de hacerle ver el error. De este modo, se rompe el círculo
vicioso de las ofensas mutuas porque el ofendido toma una actitud
reconciliadora. Si el que ofende se niega a reconocer el error cometido, entonces
se llama a dos testigos, no para recriminarle la falta, sino para ayudarlo
a entrar en razón. Cuando esto no funciona, entonces, el problema pasa a manos
de la comunidad. Este modo de obrar es exigente y no pocas veces
ingrato e incómodo. Hay que evitar caer en la trampa de una equivocada
“caridad cristiana”, que puede ser un puro escapismo, cobardía o comodidad.
Jesús repite a toda la comunidad lo que
había dicho personalmente a Pedro: “Todo lo que desaten en la tierra,
quedará desatado en el cielo, y todo lo que aten en la tierra, quedará atado en
el cielo”. Así, todos los miembros de la comunidad quedan encargados de
perdonar a sus hermanos. La Iglesia tiene que ser el lugar de la
misericordia.
Nuestras comunidades necesitan ser espacios
reconciliados y reconciliadores. Comunidades abiertas al diálogo, tolerantes y comprometidas con
las necesidades de quienes lo necesitan. Iglesia donde las personas que se
sientan agredidas por el hermano, se adelanten a ayudarle al otro a reconocer
su falta.
PARA DISCERNIR
¿Cuál es nuestra actitud ante nuestros
amigos, compañeros y vecinos cuando se presenta un conflicto?
¿Somos capaces de vivir el amor de Cristo
en la vida cotidiana?
¿Preferimos aislarnos en nuestro rencor o
damos pasos para el perdón?
REPITAMOS A LO
LARGO DE ESTE DÍA
…Donde están dos o tres reunidos en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos…
PARA LA
LECTURA ESPIRITUAL
…”Cristo está entre el otro y yo… Dado que
Cristo se encuentra entre el otro y yo, no debo desear una comunión inmediata
con éste. Del mismo modo que sólo Cristo puede hablar conmigo de forma que me
socorra realmente, así también el otro sólo puede ser ayudado por Cristo mismo.
Ahora bien, eso significa que debo dejar libre al otro y no intentar determinar
sus decisiones, obligarle o dominarle con mi amor. Por ser libre respecto a mí,
el otro quiere ser amado tal como es verdaderamente, esto es, como un hombre
para el que Cristo ha conquistado la remisión de los pecados y para el que ha
preparado la vida eterna. Puesto que Cristo ya ha realizado desde hace tiempo
su obra en mi hermano, mucho antes de que yo pudiera empezar mi obra en él,
debo dejar libre a mi hermano por Cristo, debe encontrarme sólo en aquel hombre
que él es ya por Cristo.
Eso es lo que significa que podamos
encontrar al prójimo sólo a través de Jesucristo. El amor psíquico se crea su
propia imagen del otro, de lo que es y de aquello en que debe convertirse. Toma
la vida del prójimo en sus propias manos. El amor espiritual reconoce la
verdadera imagen del prójimo a través de Jesucristo; es la imagen que
Jesucristo ha forjado y que quiere forjar. Por eso el amor espiritual seguirá
confiando constantemente, en todo lo que dice y en todo lo que hace, el prójimo
a Cristo. No intentará suscitar emociones en su ánimo, tratando de
influenciarle de una manera demasiado personal e inmediata, o interviniendo en
su vida de una manera impura; no experimentará placer en la excitación de los
sentimientos ni en el excesivo ardor religioso, sino que le saldrá al encuentro
con la clara Palabra de Dios y estará dispuesto a dejarlo solo con esta Palabra
durante un extenso período, a dejarlo de nuevo libre, para que Cristo pueda
obrar en él. Respetará los límites que Cristo ha puesto entre el otro y yo, y
encontrará la plena comunión con él en Cristo, que enlaza y une a todos.
Por eso hablará más con Cristo del hermano
que no de Cristo al hermano. Sabe que el camino más corto que lleva al otro
pasa a través de la oración dirigida a Cristo y que el amor por él está
completamente unido a la verdad en Cristo. Respecto a este amor, dice el
apóstol Juan: «Nada me produce tanta alegría como oír que mis hijos son fieles
a la verdad» (3 Jn 4)”…
D. Bonhoeffer, Vida en comunidad.
PARA REZAR
Señor Dios
ayúdanos a trabajar en comunidad.
Que cada uno aprenda a poner en común,
esa parte de verdad y de bien
que todos poseemos.
Que no haya egoísmos.
Danos valor y comprensión.
Que nunca callemos
cuando debamos hablar
y que nunca digamos
ni un sola palabra de más
cuando tenemos que callar.
Te pedimos constancia y entusiasmo,
ganas de participar y fuerzas para hacerlo.
Que nos queme el fuego del servicio,
los deseos de salir de adentro nuestro
para correr hacia Vos que estás en los otros,
en el hermano que pasa a nuestro lado.
ganas de participar y fuerzas para hacerlo.
Que nos queme el fuego del servicio,
los deseos de salir de adentro nuestro
para correr hacia Vos que estás en los otros,
en el hermano que pasa a nuestro lado.
Que sepamos servir con alegría
porque ser alegres nos llena de vida
y sabemos que a tu lado, es posible.
porque ser alegres nos llena de vida
y sabemos que a tu lado, es posible.
Amén.
LECTIO
DIVINA
Si te escucha, habrás ganado
a tu hermano
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 18, 15-20
Jesús dijo a sus discípulos:
Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.
Palabra del Señor.
Jesús dijo a sus discípulos:
Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.
Palabra del Señor.
1.
LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
Jesús invita a
expresar nuestro amor al hermano corrigiéndolo. Pero aquí no se trata solamente
de un error; se trata de un pecado persistente, cuando el hermano está cayendo
reiteradamente en una falta grave. Además, se trata de un pecado público, y por
eso, si es necesario, se pueden buscar testigos que nos ayuden a convencer al
hermano descarriado. Pero el primer paso es siempre una corrección en privado.
Es importante
leer esta invitación a la corrección en el contexto de lo que sigue. Por
ejemplo, en los versículos 21-22 se invita a perdonar al hermano todas las
veces que sea necesario. Por lo tanto, la corrección no se refiere a ofensas
personales. Luego, en los versículos 23-35 se invita a una actitud de
compasión, la misma que desearíamos que el Padre Dios tuviera ante nuestros
propios pecados.
Si el hermano
pecador, luego de hablarlo entre dos o tres, y de haber orado por él (18,
19-20), tampoco quiere reconocer su pecado y se obstina en ese comportamiento
público, se puede hacer un planteo en la comunidad más amplia, para tratar de
ayudarlo entre todos.
Pero si aún
así se empecina en mantener su opción por el mal, la comunidad no puede
identificarse con él, y debe dejar en claro cuál es el estilo de vida que
propone. La comunidad, en ese caso, no lo desprecia ni lo declara muerto, sino
que comienza a considerarlo como alguien que debe ser nuevamente evangelizado,
alguien a quien se debe hacer llegar una vez más el anuncio del Señor que lo
invita a la conversión.
Pero si al
corregirlo advertimos que lo hacemos sin un amor sincero, y más bien estamos
descargando nuestro rencor y nuestra incomprensión, tendríamos que seguir el
consejo de San Agustín: “reconocer nuestras propias debilidades, abrazarnos
a él, y llorar juntos la miseria de los dos”.
2.
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL
TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas para la meditación:
·
¿Conozco a algún hermano en esa situación de riesgo espiritual?
·
¿Tengo una inclinación al juicio o a la restauración?
·
¿Cómo debo mirar mis propias maldades y miserias espirituales?
3. ORACIÓN -
¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
“Señor,
ayúdame a tomar en serio la vida de mi hermano, a no desentenderme cuando veo
que se hunde en el mal y arruina su vida. Dame el amor necesario y la palabra
justa para poder ayudarlo, pero ayúdame a hacerlo con humildad, reconociendo mi
propia miseria”.
4. CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Releo
detenidamente el texto bíblico mientras pienso en hermanos que conozco y que
pueden estar en esa situación.
Medito en mi
propia vida y en mi real motivación de restauración espiritual de mi hermano.
5. ACCIÓN -
¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
·
¿Qué voy a hacer con algún hermano que se encuentre en el caso planteado por el
texto?
·
¿Cómo voy a preparar mi corazón para asistirle?
·
¿Cómo entenderé el deseo profundo de Dios en la restauración de una vida?
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