21 de octubre de 2014


Estén prevenidos y oren incesantemente

PRIMERA LECTURA 
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Efeso    2, 12-22

    Hermanos:
    Antes ustedes no tenían a Cristo y estaban excluidos de la comunidad de Israel, ajenos a las alianzas de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo.
    Porque Cristo es nuestra paz: él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba, y aboliendo en su propia carne la Ley con sus mandamientos y prescripciones. Así creó con los dos pueblos un solo Hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz, y los reconcilió con Dios en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, destruyendo la enemistad en su persona. Y él vino a proclamar la Buena Noticia de la paz, paz para ustedes, que estaban lejos, paz también para aquellos que estaban cerca. Porque por medio de Cristo, todos sin distinción tenemos acceso al Padre, en un mismo Espíritu.
    Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo.
    En él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor. En él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu.
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 84, 9ab y 10. 11-12. 13-14 (R.: cf. 9) 
R.    El Señor promete la paz para su pueblo.

    Voy a proclamar lo que dice el Señor:
    el Señor promete la paz,
    la paz para su pueblo y sus amigos.
    Su salvación está muy cerca de sus fieles,
    y la Gloria habitará en nuestra tierra. R.

    El Amor y la Verdad se encontrarán,
    la Justicia y la Paz se abrazarán;
    la Verdad brotará de la tierra
    y la Justicia mirará desde el cielo. R.

    El mismo Señor nos dará sus bienes
    y nuestra tierra producirá sus frutos.
    La Justicia irá delante de él,
    y la Paz, sobre la huella de sus pasos. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas    12, 35-38

    Jesús dijo a sus discípulos: «Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
    ¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!» 
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

El autor de la Carta a los Efesios hace en este pasaje una exposición acerca de uno de los frutos más importantes que nos ha producido el haber sido salvados por Jesús;“El ha hecho de todos un solo pueblo”, la reunión de paganos y judíos y la única Iglesia de Dios.
Pablo resalta que ahora todos estamos unidos por el mismo Jesús, tanto los que provienen del mundo pagano como los que pertenecen al pueblo de Israel. Ya no son dos pueblos, sino uno solo. Con la imagen de la casa de Dios, Pablo, compone una especie de himno a la Iglesia, templo nueva morada de Dios en la que se ha derribado el muro que separaba las dos casas. Cristo, mediante la cruz, dando muerte en El al odio, ha realizado la paz entre los judíos y los no judíos, “uniéndolos en un solo cuerpo”.
Ahora, los cristianos provenientes del paganismo ya no son forasteros, sino “ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios”. El misterio de Cristo y de la Iglesia sobrepasa lo personal e individual: la comunión de todos los creyentes en un solo pueblo.
En el Templo de Jerusalén, se castigaba con pena de muerte, el que un pagano se atreviera a pasar un determinado límite. Ahora Cristo es la piedra angular del nuevo templo, y todos, judíos y paganos convertidos, formamos un solo edificio, que tiene a los apóstoles y profetas como cimientos.
***
La imagen de los lomos ceñidos evoca el traje de trabajo, también la ropa de viaje que se ponían los judíos para celebrar la Pascua. De este modo esperaban al Mesías, procurando que las lámparas estuvieran siempre encendidas, como aparece en parábola de las vírgenes prudentes.
La lectura de ayer nos hablaba del carácter del juicio, el Señor precisa hoy su contenido. Se tratará de algo inaudito, del don por excelencia, el mismo Señor que se da. El amo que encuentra a sus servidores vigilando y se pone el traje de trabajo, haciéndolos sentar a la mesa para servirlos, es el mismo Jesús, que en la víspera de su muerte, se ciñe la toalla para lavar los pies a los suyos. “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir”. Lo que aquí se evoca es la nueva Pascua, la del don total de Jesús, la Pascua de las “bodas” del Cordero.
El discípulo podrá compartir la vida del maestro, la vida plena, “teniendo puesta la ropa de trabajo y con las lámparas encendidas a la espera, para abrir la puerta”. Teniendo una disposición incesante
al servicio. Hacerse siervo es el camino que mostró Jesús a lo largo de su vida, manifestó claramente en la cena y ratificó son su sangre en la cruz. Ése es el servicio de Jesús: morir en rescate por todos.
Jesús abajándose para servir y al llamarlos amigos acaba con todo tipo de servidumbre. Servir es el único camino para llegar a compartir la vida de Jesús.
Velar teniendo la lámpara encendida, es estar siempre listo, incluso durante la noche. Velar, es renunciar al sueño de la noche, para terminar un trabajo urgente, o para no ser sorprendido por un enemigo. En un sentido más simbólico, es luchar contra el entorpecimiento, la negligencia, para estar siempre en estado de disponibilidad.
Jesús nos llama para estar al servicio del Reino, trabajando para que su amor llegue a todos, especialmente al que tiene hambre, sed, está desnudo, huérfano, enfermo o encarcelado. La Iglesia que tiene como misión estar al servicio de toda la humanidad debe tener siempre el traje de trabajo, la cintura ceñida y la lámpara encendida; siempre dispuesta a servir, siempre dispuesta a hacer el bien, siempre dispuesta a dar su voz a los que no tienen voz, siempre dispuesta a defender la vida y los derechos de todos los hombres. En su corazón debe conservar y cuidar la luz de Dios que brota de la Pascua de Jesús.
Es a la luz del amor de Cristo que podremos realizar nuestra acción evangelizadora y de servicio a los demás, como una acción salvadora que procede de Dios. Cristo nos llama a ser un signo del Evangelio de su amor, desde el honor más grande, que es: identificarnos con Jesús desde un estilo de vida servidor como el suyo.

PARA DISCERNIR

¿Experimento en el servicio mi identificación con Cristo?
¿Estoy convencido que en el amor desinteresado y generoso se realiza mi encuentro con Cristo?
¿Cuál es la ropa de trabajo que necesito ponerme para responder al llamado del Señor?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

…Señor aquí tienes mi lámpara encendida…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Tened encendidas las lámparas»
…”La oración hecha durante la noche tiene un gran poder, mayor que la que se hace durante el día. Es por eso que todos los santos han tenido la costumbre de orar de noche, combatiendo el amodorramiento del cuerpo y la dulzura del sueño, sobreponiéndose a su naturaleza corporal. El mismo profeta decía: «Estoy agotado de gemir: de noche lloro sobre el lecho, riego mi cama con lágrimas» (Sl 6,7) mientras suspiraba desde lo hondo de su corazón con una plegaria apasionada. Y en otra parte dice: «Me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios.» (Sl 118, 62). Por cada una de las peticiones que los santos querían dirigir a Dios con fuerza, se armaban con la oración durante la noche y así recibían lo que pedían.
El mismo Satanás nada teme tanto como la oración que se hace durante las vigilias. Aunque estén acompañadas de distracciones, no dejan de dar fruto, a no ser que se pida lo que no es conveniente. Por eso entabla severos combates contra los que velan para hacerles desdecir, tanto como sea posible, de esta práctica, sobre todo si se mantienen perseverantes. Pero los que se ven fortificados contra estas astucias perniciosas y han saboreado los dones de Dios concedidos durante las vigilias, y han experimentado personalmente la grandeza de la ayuda que Dios les concede, le desprecian enteramente a él y a todas sus estratagemas”…
 
San Isaac de Siria (siglo VII), monje en Nínive,
cerca de Mosul en el actual Irak – Sermones ascéticos

PARA REZAR

Dame un corazón
Señor Jesús
Mientras peregrino navegando
Sobre turbulentas aguas de mi vida
Dame la alegría de tener como brújula
Un corazón que me lleve hacia el puerto del amor
Dame un corazón de POBRE
Capaz de amar, para abrirse y entregarse.
Dame un corazón PACIENTE
Capaz de amar, viviendo esperanzado
Dame un corazón PACIFICO
Capaz de amar, sembrando la paz en el mundo.
Dame un corazón JUSTO
Capaz de amar, juzgándose por la justicia
Dame un corazón MISERICORDIOSO
Capaz de amar, comprendiendo y perdonando
Dame un corazón SENSIBLE
Capaz de amar, llorando sin desalientos
Dame un corazón PURO
Capaz de amar, descubriendo a Dios en el hombre
Dame un corazón FUERTE
Capaz de amar, siendo fiel hasta la muerte
Dame un corazón EVANGELICO
Capaz de amar

LECTIO DIVINA

Felices los servidores
a quienes el Señor encuentra velando a su llegada

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     12, 35-38

Jesús dijo a sus discípulos: «Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!»
Palabra del Señor.

1 - LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

Por medio de la parábola, el evangelio de hoy nos exhorta a la vigilancia.
Lucas 12,35: Exhortación a la vigilancia.
“Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas”. Ceñirse significaba amarrar una tela o una cuerda alrededor del traje talar, para que no estorbara los movimientos del cuerpo. Estar ceñido significaba estar preparado, pronto para la acción inmediata. La víspera de la huida de Egipto, en la hora de celebrar la pascua, los israelitas debían ceñirse, esto es, estar preparados para poder partir inmediatamente (Ex 12,11). Cuando alguien iba a trabajar, a luchar o a ejecutar una tarea se ceñía (Ct 3,8). En la carta a los Efesios, Pablo describe la armadura de Dios y dice que los riñones deben estar ceñidos con el cíngulo de la verdad (Ef 6,14). Las lámparas debían de estar encendidas, pues la vigilancia es tarea tanto para el día como para la noche. Sin luz no se anda en la oscuridad de la noche.
Lucas 12,36: La parábola.
Para explicar lo que significa estar ceñido, Jesús cuenta una pequeña parábola. “Y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran.” La tarea de aguardar la llegada del dueño exige una vigilancia constante y permanente, sobre todo cuando es de noche, pues el dueño no tiene una hora determinada para volver. Puede hacerlo en cualquier momento. El empleado ¡ha de estar atento, vigilante siempre!
Lucas 12,37: Promesa de felicidad.
“Dichosos los siervos a quienes el señor, al venir, encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.” Aquí, en esta promesa de felicidad, los papeles se invierten. El dueño se vuelve empleado y empieza a servir al empleado que se vuelve dueño. Evoca a Jesús en la última cena que, aun siendo señor y maestro, se hizo siervo y empleado de todos (Jn 13,4-17). La felicidad prometida tiene que ver con el futuro, con la felicidad en el fin de los tiempos, y es lo opuesto de aquello que Jesús prometió en otra parábola que decía: “¿Quién de vosotros que tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: `Pasa al momento y ponte a la mesa?' ¿No le dirá más bien: `Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme y luego que yo haya comido y bebido comerás y beberás tú?' ¿Acaso tiene que dar las gracias al siervo porque hizo lo que le mandaron? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os mandaron, decid: No somos más que unos pobres siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer.” (Lc 17,7-10).
Lucas 12,38: Repite la promesa de felicidad.
“Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos ellos!” Repite la promesa de felicidad que exige vigilancia total. El dueño puede volver en medio de la noche, a las tres de madrugada, o en cualquier otro momento. El empleado tiene que estar preparado, ceñido para poder entrar en acción.
Tomada de “Los carmelitas”

2 - MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿Por qué el Señor relaciona su venida con la de un novio de su boda?
¿Qué importancia tiene para Jesús que los suyos esperen su venida y por qué?
¿Qué significado tiene para nosotros que el Señor se presente a su regreso como uno que sirve?

3 - ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Oremos guiados por la lectura de los Salmos de la liturgia de hoy:

SALMO     Sal 39, 7-8. 9. 10. 17 (R.: cf. 8a y 9a)
¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!

Tú no quisiste víctima ni oblación;
pero me diste un oído atento;
no pediste holocaustos ni sacrificios,
entonces dije: «Aquí estoy.» 

«En el libro de la Ley está escrito
lo que tengo que hacer:
yo amo, Dios mío, tu voluntad,
y tu ley está en mi corazón.» 

Proclamé gozosamente tu justicia
en la gran asamblea;
no, no mantuve cerrados mis labios,
tú lo sabes, Señor. 

Que se alegren y se regocijen en ti
todos los que te buscan
y digan siempre los que desean tu victoria:
«¡Qué grande es el Señor!»

4 - CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

ALELUIA     Lc 21, 36

Aleluia.
Estén prevenidos y oren incesantemente.
Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre.
Aleluia.

5 - ACCIÓN -  ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿De qué manera estaré preparado para el regreso del Señor?
¿Qué significa para mí, hoy, “tener mis lámparas encendidas”?
¿Qué formas de servicio a mis semejantes haré hoy que me asemejen a Cristo?


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