4 de diciembre de 2014 – ADVIENTO –
JUEVES DE LA SEMANA I
…Edificar sobre Cristo…
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta
Isaías 26, 1-6
Aquel día, se entonará este
canto en el país de Judá:
Tenemos una ciudad fuerte, el
Señor le ha puesto como salvaguardia muros y antemuros. Abran las puertas, para
que entre una nación justa, que se mantiene fiel. Su carácter es firme, y tú la
conservas en paz, porque ella confía en ti.
Confíen en el Señor para
siempre, porque el Señor es una Roca eterna. El doblegó a los que habitaban en
la altura, en la ciudad inaccesible; la humilló hasta la tierra, le hizo tocar
el polvo. Ella es pisoteada por los pies del pobre, por las pisadas de los
débiles.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 117, 1 y 8-9. 19-21. 25-27a (R.: 26a)
R. ¡Bendito el que viene en
nombre del Señor!
¡Den gracias al Señor, porque
es bueno,
porque es eterno su amor!
Es mejor refugiarse en el
Señor
que fiarse de los hombres;
es mejor refugiarse en el
Señor
que fiarse de los poderosos.
R.
«Abran las puertas de la
justicia
y entraré para dar gracias al
Señor.»
«Esta es la puerta del Señor:
sólo los justos entran por
ella.»
Yo te doy gracias porque me
escuchaste
y fuiste mi salvación. R.
Sálvanos, Señor, asegúranos la
prosperidad.
¡Bendito el que viene en
nombre del Señor!
Nosotros los bendecimos desde
la Casa del Señor:
el Señor es Dios, y él nos
ilumina. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 7, 21. 24-27
Jesús dijo a sus discípulos:
«No son los que me dicen:
“Señor, Señor”, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que
cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Así, todo el que escucha las
palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un
hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se
precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero
esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha
mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que
edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los
torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su
ruina fue grande.»
Palabra del Señor.
Para reflexionar
En Palestina y en todo el cercano oriente las
rocas, que en realidad son alturas rocosas, tienen un gran valor: sirven
como defensa, refugio del sol o de la lluvia, lugar de vigilancia para
detectar los posibles enemigos. Una ciudad nunca se construye en un valle, pues
caería fácilmente en manos de los enemigos.
Tener una ciudad fuerte, asentada sobre roca,
inexpugnable para el enemigo, era una de las condiciones más
importantes para sentirse seguros. Sus murallas, torres, y sus puertas bien
custodiadas, eran garantía de paz y de
victoria. Jerusalén era considerada inexpugnable porque
estaba admirablemente situada sobre un espolón rocoso, lugar muy
estratégico para la defensa.
Esta imagen le sirve al profeta para anunciar
que la verdadera seguridad de una ciudad no procede de sus medios
humanos de defensa, sino de su apoyo en Dios. Dios es la
roca verdadera.
***
En el evangelio de hoy encontramos una cierta
continuidad con el fragmento de Isaías. En los dos pasajes, la roca,
aparece como símbolo de seguridad.
Jesús, con la parábola del hombre sabio, que edifica
su casa sobre roca firme y el necio que la edifica sobre arena movedizas, contrapone a
los que han escuchado sus palabras y han hecho de éstas el verdadero
fundamento para construir su vida; y por eso pueden sostenerse a
pesar de los ataques, de las persecuciones y las dificultades; y aquellos cuyas
vidas se han derrumbado, porque se han contentado sólo con oír la
Palabra y decir ¡Señor, Señor!
Nuestra vida de fe se va construyendo, en torno a
la esperanza cierta, de llegar a nuestra plenitud en Cristo Jesús y entrar en
el Reino de Dios. Por eso no basta con tener a Jesús en la boca, ni
basta con cumplir lo mandado. Tomar en serio el camino de la fe, que
nos convierte en verdaderos discípulos, implica buscar al Señor, para
que descubriendo su voluntad en su Palabra y en su ejemplo, podamos vivir como
hijos del Reino.
La experiencia de construir el reino viviendo el
mensaje de las bienaventuranzas, es la roca firme donde los
discípulos de Jesús, tenemos que edificar nuestra vida como personas y como
cristianos. El Señor se acerca a nosotros, no sólo para que nos alegremos
con Él, sino para que vivamos en una auténtica amistad y compromiso, de
tal forma que toda nuestra vida se edifique en Él; y podamos ser en el
mundo, un verdadero reflejo del amor que Dios nos ha manifestado por
medio de su Hijo.
La imagen de la roca en este día de Adviento nos
interpela, para que en la construcción de nuestro proyecto de vida o de
comunidad, no nos fiemos sólo de nuestras propias fuerzas y capacidades, o en
la firmeza de algunas instituciones, o en estructuras o doctrinas, sino
en Dios, que en su Palabra escuchada y aceptada como criterio de
vida, es el único fundamento que no falla y da solidez a lo que intentamos
construir.
Para discernir
¿Cómo estamos construyendo el edificio de nuestra
vida?
¿Construimos para algunos años, o construimos para
siempre?
¿Construimos desde la fachada, o desde las bases?
Repitamos a lo largo de este día
…Se mi roca firme, Señor..
Para la lectura espiritual
Vendrá a nosotros la Palabra de Dios
…”Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la
primera y de la última, hay una venida intermedia. Aquellas son visibles, pero
ésta no. En la primera, el Señor se manifestó en la tierra y convivió con los
hombres, cuando, como atestigua él mismo, lo vieron y lo odiaron. En la última,
todos verán la salvación de Dios y mirarán al que traspasaron. La intermedia,
en cambio, es oculta, y en ella sólo los elegidos ven al Señor en lo más íntimo
de sí mismos, y así sus almas se salvan. De manera que, en la primera venida,
el Señor vino en carne y debilidad; en esta segunda, en espíritu y poder; y, en
la última, en gloria y majestad.
Esta venida intermedia es como una senda por la que se
pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en
la última, aparecerá como nuestra vida; en ésta, es nuestro descanso y nuestro
consuelo.
Y para que nadie piense que es pura invención lo que
estamos diciendo de esta venida intermedia, oídle a él mismo: El que me ama
—nos dice— guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él. He leído
en otra parte: El que teme a Dios obrará el bien; pero pienso que se dice algo
más del que ama, porque éste guardará su palabra. ¿Y dónde va a guardarla? En
el corazón, sin duda alguna, como dice el profeta: En mi corazón escondo tus
consignas, así no pecaré contra ti.
Así es cómo has de cumplir la palabra de Dios, porque
son dichosos los que la cumplen. Es como si la palabra de Dios tuviera que
pasar a las entrañas de tu alma, a tus afectos y a tu conducta. Haz del bien tu
comida, y tu alma disfrutará con este alimento sustancioso. Y no te olvides de
comer tu pan, no sea que tu corazón se vuelva árido: por el contrario, que tu
alma rebose completamente satisfecha.
Si es así como guardas la palabra de Dios, no cabe
duda que ella te guardará a ti. El Hijo vendrá a ti en compañía del Padre,
vendrá el gran Profeta, que renovará Jerusalén, el que lo hace todo nuevo. Tal
será la eficacia de esta venida, que nosotros, que somos imagen del hombre
terreno, seremos también imagen del hombre celestial. Y así como el viejo Adán
se difundió por toda la humanidad y ocupó al hombre entero, así es ahora
preciso que Cristo lo posea todo, porque él lo creó todo, lo redimió todo, y lo
glorificará todo”…
San Bernardo, abad Sermón 5 en el Adviento
del Señor
Para rezar
Ven Señor
Ven Señor Jesús y ayúdame
a construir mi vida en tus palabras,
roca que no vacila.
Ven Señor Jesús y perdona mi obstinación
en poner mis cimientos lejos de Ti.
Ven Señor Jesús y dame la valentía
para ser y no aparentar.
Ven Señor Jesús y construye en mí
desde tu amor una nueva casa,
espacio de tu misericordia
y remanso para el dolor de mis hermanos.
LECTIO DIVINA
El que cumple la voluntad del Padre
entrará en el Reino de los Cielos
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según
san Mateo 7, 21. 24-27
Jesús dijo a sus discípulos:
«No son los que me dicen: "Señor, Señor",
los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de
mi Padre que está en el cielo.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de
decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó
su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes,
soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque
estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica,
puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y
sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande.»
Palabra del Señor.
LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
Guías para la lectura:
El evangelio de Mateo es el que más insiste en el tipo de vida que
debemos llevar para agradar a Dios, en la necesidad de cumplir la Ley de Dios.
El que se encuentra con el Señor no puede seguir actuando de la misma manera,
porque el impacto de ese encuentro termina transformando las opciones
concretas, las acciones, las reacciones, el estilo de vida del creyente.
Aquí se nos invita a edificar la propia vida sobre la roca firme. En
realidad es un deseo que habita en la profundidad del ser humano: el deseo de
sentirse seguro, fuerte. Porque una de las sensaciones más molestas y dañinas
es la de experimentar la fragilidad, la inseguridad.
Pero cuando este texto explica cómo se hace para que la propia vida esté
bien asentada sobre la roca, firme y segura, nos dice que no basta la
devolución, nos recuerda que es insuficiente la oración, que ni siquiera es
suficiente dejar las propias preocupaciones en las manos de Dios.
Nos dice que es necesario también dejar que Dios transforme el propio
estilo de vida, nuestra forma de obrar. Nos enseña que para que nuestra vida
esté firme es necesario practicar su Palabra: amar, servir, compartir, ser
fiel, intentar vivir como él vivió. Y así nos llama a crecer, de manera que
alcancemos esa fortaleza y esa seguridad que deseamos para nuestra existencia.
El que está firme es entonces “todo el que escucha la Palabra y la pone
en práctica” (v.24). Pero quizás, antes de preguntarnos si la estamos poniendo
en práctica, tendríamos que preguntarnos si no nos hemos salteado el primer
paso, es decir, si realmente la escuchamos con atención e interés.
Texto
extraído de “El Evangelio de cada día”
Víctor
M. Fernández - Editorial San Pablo – Página 12.
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
Preguntas para la meditación:
¿El discipulado cristiano es solamente una cuestión de
expresar adhesión?
¿Qué cosas similares realizan el hombre sensato y el
insensato?
¿Qué actos diferentes llevan a cabo estos dos tipos de
personas?
ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A
PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Dame tu gracia Señor, para que pueda vivir tu Palabra, transforma mis
actitudes, mis reacciones, mi forma de vivir, mi manera de actuar. Orienta mi
vida por tu camino para que toda mi existencia esté firme, asentada sobre tu
roca.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO
EL TEXTO BÍBLICO?
Medito en las acciones del hombre sensato y las comparo con las del
insensato.
Reflexiono acerca de las consecuencias de sus acciones y el significado
de la verdadera religiosidad que demanda Jesús.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL
TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Escucho la palabra de Jesús con frecuencia?
¿Pongo verdaderamente en práctica esa palabra
escuchada?
¿De qué manera esperaré los momentos de prueba
(lluvias, torrentes y vientos) que puedan venir para quedar firme en mi vida
cristiana?
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