21 de abril de 2015

21 de abril de 2015 – MARTES DE LA SEMANA III DE PASCUA

El que viene a mí jamás tendrá hambre

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles    7, 51-8, 1a

    Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas:
    « ¡Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad! Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo y son iguales a sus padres. ¿Hubo algún profeta a quien ellos no persiguieran? Mataron a los que anunciaban la venida del Justo, el mismo que acaba de ser traicionado y asesinado por ustedes, los que recibieron la Ley por intermedio de los ángeles y no la cumplieron.»
    Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él. Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios. Entonces exclamó: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.»
    Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre; y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo.
    Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.»
    Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.»
    Y al decir esto, expiró. Saulo aprobó la muerte de Esteban. 
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 30, 3cd-4. 6ab y 7b y 8a. 17 y 21ab (R.: 6a) 
R.    Señor, yo pongo mi vida en tus manos.

    Sé para mí una roca protectora,
    un baluarte donde me encuentre a salvo,
    porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
    por tu Nombre, guíame y condúceme. R.

    Yo pongo mi vida en tus manos:
    tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
    Confío en el Señor.
    ¡Tu amor será mi gozo y mi alegría! R.

    Que brille tu rostro sobre tu servidor,
    sálvame por tu misericordia;
    Tú los ocultas al amparo de tu rostro
    de las intrigas de los hombres. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan    6, 30-35

    La gente dijo a Jesús:
    « ¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo.»
    Jesús respondió: «Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo.»
    Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.»
    Jesús les respondió: «Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.» 
Palabra de Dios.

Para reflexionar

Lucas hace un cierto paralelismo entre la muerte del diácono Esteban, que sigue siendo el protagonista de la lectura de hoy, y la de Jesús: los dos son acusados de blasfemos ante el Sanedrín por unos testigos falsos, los dos son ajusticiados fuera de la ciudad, los dos mueren entregando su espíritu en manos de Dios y perdonando a sus enemigos.
Escuchamos el testimonio final de Esteban antes del martirio. Delante del Sanedrín en pleno, pronuncia un largo discurso, del que sólo escuchamos aquí el final. Es una catequesis muy clara de la Historia de la Salvación, a partir de los grandes personajes del Antiguo Testamento para llegar al Mesías esperado en la plenitud de los tiempos.
Esteban, les echa en cara a los judíos que se han resistido una vez más al Espíritu, no han sabido reconocer al Mesías y lo han traicionado y asesinado. Sus oyentes reaccionan furiosamente cuando oyen lo que ellos consideran una blasfemia. Esteban afirma que ve a Jesús, el Hijo del Hombre, en la gloria, de pie a la derecha de Dios. Entonces, lo sacan de la ciudad y se abalanzan sobre él para matarlo, con la colaboración de un joven llamado Saulo.
***
En el Evangelio, Juan nos presenta la respuesta de la multitud a las exigencias de Jesús. Por el signo de los panes y los peces, la gente estaba dispuesta a aceptarlo como líder político. Pero, ante la exigencia de aceptarlo como término de la fe, piden signos que lo acrediten como el enviado de Dios.
Jesús, como enviado de Dios, les parecía poco comparado con Moisés y le echan en cara que Moisés, en el desierto, los alimentó con el maná y junto al pan para el sustento del cuerpo, también les dio el pan de la ley para el sostenimiento de la comunidad.
Esto da lugar Jesús para que realice el discurso sobre el Pan de Vida. Todo el discurso, es como una gran predicación en torno al tema del pan: el pan que multiplicó Jesús el día anterior, el maná que Dios dio al pueblo en el desierto, y el Pan que Jesús quiere anunciar.
Se presenta un paralelismo entre Moisés y Jesús, entre el pan que no perece y no sacia, y el pan que da vida eterna. A partir de la experiencia de haber sido saciados el día anterior y del recuerdo histórico del maná de Moisés.
Jesús va llevando a los oyentes de este pueblo, a una comprensión más profunda del Pan con el que Dios los quiere alimentar. Las palabras del Señor son tajantes: el maná no era pan del cielo ni dio vida definitiva; ésta la da otro pan, que tiene su origen en el Padre y que no cesa de llover sobre la humanidad.
Si en el desierto, el maná fue la prueba de la fidelidad de Dios, a la promesa que había hecho a su pueblo, ahora el mismo Dios quiere dar a la humanidad el Pan verdadero, el pan que da la vida. Ese Pan es Jesús mismo, en el que hay que creer.
Jesús se proclamará como el pan de vida. Este pan, que es Jesús mismo, es un don continuo del amor del Padre; la adhesión a Él satisface toda necesidad del hombre. Nosotros por la fe reconocemos a Jesús como el Pan de la vida, el que nos da fuerza para vivir. En cada Eucaristía, el Señor, ahora Glorioso y Resucitado, se nos da Él mismo como alimento de vida.
Sólo la vida en el amor de Dios, puede dar sentido a la vida. Jesús es el pan que da la vida por eso solo Él nos sacia, solo su amor llena nuestros vacíos y nuestras soledades. La vida en Cristo se transforma en plenitud. Alimentados por Jesús nuestra hambre ha sido saciada y simplemente vivimos en la Presencia del Dios de la vida; vivimos dejándonos guiar por Él, sin temor y sin buscar ninguna señal.

Para discernir

¿Cuáles son los panes que alimentan mi vida?
¿Qué lugar tiene el pan vivo de Jesús en mis opciones cotidianas?
¿Me dejo transformar por la Eucaristía o quiero que la eucaristía transforme mágicamente mi vida?

Repitamos a lo largo de este día

…El que cree en Jesús jamás tendrá hambre y jamás tendrá sed…

Para la lectura espiritual

…Edith Stein, enviada al campo de concentración, escribía en agosto de 1942:

«Soy feliz por todo. Sólo podemos dar nuestra aquiescencia a la ciencia de la cruz experimentándola hasta el final. Repito en mi corazón: «Ave crux, spes unica, “Salve, oh cruz, única esperanza”».
Y leemos en su testamento: «Desde ahora acepto la muerte que Dios ha predispuesto para mí, en aceptación perfecta de su santísima voluntad, con alegría. Pido al Señor que acepte mi vida y mi muerte para su gloria y alabanza, por todas las necesidades de la Iglesia, para que el Señor sea aceptado por los suyos y para que venga su Reino con gloria, para la salvación de Alemania y por la paz del mundo. Y, por último, también por mis parientes, vivos y difuntos, y por todos aquellos que Dios me ha dado: que ninguno se pierda».
Edith estaba preparada: «Dios hacía pesar de nuevo su mano sobre su pueblo: el destino de mi pueblo era el mío»….

Para rezar

Cerca de Ti
Qué bien se está cerca  de  ti,  Jesús Eucaristía!
pareciera  como si todas las tormentas del espíritu
se disiparan y las inquietudes se volvieran humo
que se lleva el viento.

Cerca de ti, es comenzar a vivir el  gozo  del cielo
abrir desmedidamente los ojos luminosos  del corazón
y dejar  que nos invada el misterio santo,
el gozo inefable de la bendita iluminación.

Cerca de ti, el alma encuentra paz, y el corazón
descanso y los anhelos pronta satisfacción.
cerca de ti, ¡Jesús Eucaristía!, como cambian
las cosas  de que manera tan diferente
contemplamos las creaturas y sus enigmáticos
procederes. Cerca de ti, adquieren su verdadera
dimensión, su valor e importancia todas las cosas.

Así quiero vivir mi existencia, cerca de ti, Jesús
Eucaristía…  Adorándote, amándote…
en una contemplación sin mediodía, ni ocaso,
como será allá en el reino de los cielos.

LECTIO DIVINA

No es Moisés el que les dio el verdadero pan del cielo,
sino mi Padre
            
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     6, 30-35
 
La gente dijo a Jesús:
«¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura : Les dio de comer el pan bajado del cielo.»
Jesús respondió: «Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo.»
Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.»
Jesús les respondió: «Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.»
Palabra de Dios.

1.     LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
  
 ·   Guías para la lectura:

Jesús aquí aparece como un nuevo Moisés, porque alimenta al pueblo con la palabra y con el pan. De hecho, los judíos esperaban que llegara un nuevo Moisés, un profeta grande como Moisés, y luego del milagro de la multiplicación de los panes la gente decía: “Este es el profeta que debía venir al mundo” (6,14).
Pero Jesús quiere aclarar que se trata de algo muy diferente a Moisés. Primero muestra que no había sido Moisés, sino Dios el que los había alimentado en el desierto. Y además, el maná no era un verdadero pan celestial, sino una realidad terrena.  
Dios quiere dar ahora un pan verdaderamente celestial que es la vida. Y ante la súplica espontánea de la gente que reclama ese pan de vida celestial Jesús responde: “Yo soy el pan de la vida”. 
En Jesús mismo, en su persona, se recibe el alimento de vida celestial. El que recibe ese alimento ya nunca sufrirá de hambre y de sed; es decir, sus necesidades más profundas estarán siempre satisfechas, y en la persona de Jesús encontrará siempre la respuesta a sus insatisfacciones más hondas, sin temor a que se desgaste o se acabe. Muchas cosas se desgastan con el paso del tiempo, porque descubrimos sus imperfecciones y sus límites, pero la presencia de Jesús y su amistad nunca pueden desgastarse, porque él es fuente inagotable de vida y de novedad, a él no podemos encasillarlo ni abarcarlo, él siempre nos invita a más, siempre nos ofrece más.  
Por eso, no se trata de escuchar su Palabra para instruirnos, para aprender “religión”, para entender nuestra fe. Su Palabra es alimento para toda nuestra vida, es alimento para nuestra capacidad de amar, es alimento para nuestra hambre de paz y de justicia, es alimento para nuestros sueños más genuinos y bellos, es alimento para seguir caminando por los senderos del bien.

2.  MEDITACIÓN - ¿QUÉ  ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
  
·                    Preguntas para la meditación:
                 
·        ¿Cómo se interpreta la “demanda de credenciales” de la gente hacia Jesús?
·        ¿En qué pan estaban pensando realmente?
·        ¿Adónde les lleva la mirada Jesús para saciar su verdadera hambre?

3.  ORACIÓN - ¿QUÉ  LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, no dejes que me olvide de esas necesidades más profundas que sólo con la fe puedo saciar. No permitas que las angustias de cada día y las cosas urgentes me lleven a olvidar las cosas más importantes que sólo tú puedes dar.
  
4.  CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono acerca del contrasentido de demandar al Señor que demuestre sus atributos celestiales.  
Medito sobre la verdadera provisión que viene de Dios y la naturaleza y profundidad para nuestra alma que ésta significa.

5.  ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·                        Preguntas para la acción:

·        ¿Suelo demandar al Señor pruebas para sostener mi fe? ¿Cuál será mi actitud de ahora en más sobre esto?
·        ¿De dónde vienen realmente todas las provisiones y bienes que recibo?
·        ¿Quién es la fuente de todo alimento para mi alma?


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