16 de mayo de 2015


El Padre los ama, porque ustedes me han amado

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles    18, 23-28

    Después de haber permanecido un tiempo en Antioquía, partió de nuevo y recorrió sucesivamente la región de Galacia y la Frigia, animando a todos los discípulos.
    Un judío llamado Apolo, originario de Alejandría, había llegado a Efeso. Era un hombre elocuente y versado en las Escrituras. Había sido iniciado en el Camino del Señor y, lleno de fervor, exponía y enseñaba con precisión lo que se refiere a Jesús, aunque no conocía otro bautismo más que el de Juan.
    Comenzó a hablar con decisión en la sinagoga. Después de oírlo, Priscila y Aquila lo llevaron con ellos y le explicaron más exactamente el Camino de Dios. Como él pensaba ir a Acaya, los hermanos lo alentaron, y escribieron a los discípulos para que lo recibieran de la mejor manera posible.
    Desde que llegó a Corinto fue de gran ayuda, por la gracia de Dios, para aquellos que habían abrazado la fe, porque refutaba vigorosamente a los judíos en público, demostrando por medio de las Escrituras que Jesús es el Mesías. 
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 46, 2-3. 8-9. 10 (R.: 8a) 
R.    Dios es el Rey de toda la tierra

    Aplaudan, todos los pueblos,
    aclamen al Señor con gritos de alegría;
    porque el Señor, el Altísimo, es temible,
    es el soberano de toda la tierra. R.

    El Señor es el Rey de toda la tierra,
    cántenle un hermoso himno.
    El Señor reina sobre las naciones
    el Señor se sienta en su trono sagrado. R.

    Los nobles de los pueblos se reúnen
    con el pueblo del Dios de Abraham:
    del Señor son los poderosos de la tierra,
    y él se ha elevado inmensamente. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan    16, 23b-28

    Jesús dijo a sus discípulos:
    «Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta. Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre.
    Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre.» 
Palabra del Señor.

Para reflexionar

El relato que leemos hoy nos ubica frente a una de las más importantes síntesis del ministerio de Jesús: “Salí del Padre y he venido al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre”. 
Esta síntesis presenta el dinamismo en el cual se fundamenta la vida y la misión de Jesús de Nazaret: Del Padre al mundo y del mundo al Padre. Es decir, Encarnación, por un lado, y Pasión-Resurrección-Ascensión, por el otro.
El evangelista Juan nos hace evidente que la tarea concreta de los discípulos es lograr entender tal dinamismo, entender que la fuente de la vida, del amor y la salvación es Dios.
En el momento en que entiendan esta realidad no será necesario seguir hablando por medio de parábolas, sino que se hablará directamente del Padre, pues lo conocen y creen fielmente en Él.
Dicha confianza en el amor de Dios, lograda gracias al convencimiento pleno de que Jesús es el camino que conduce a la vida digna y plena, permitirá a los discípulos dirigirse a Dios en actitud de hijos.
Muchas veces nuestra fe se enreda en los ritos, en las fórmulas, en los lugares sagrados, y perdemos el hilo conductor que nos hace uno con Dios: la práctica del amor fraterno.

Empieza el tercer viaje apostólico de Pablo, siempre desde Antioquía, su lugar de referencia, animando a los discípulos de las comunidades. En Éfeso se situará el centro de este viaje. La comunión y la unidad de la Iglesia, hacen una intensa «comunicación de experiencias y de oraciones».
La lectura hace un paréntesis en la historia de Pablo, hablando de Apolo, que era un judío que se había formado en Alejandría, muy elocuente y experto en la Escritura. Su trabajo, es la ocasión de ser testigo del Señor. Apolo no ha esperado a tener la verdad total para hablar de Jesús. Aunque conocía sólo el bautismo de Juan, predicaba en las sinagogas sobre Jesús dando a conocer lo que sabe.
En Éfeso, Apolo, tuvo la suerte de encontrarse con Priscila y Aquila, colaboradores de Pablo, lo llevaron con ellos y lo ayudaron a formarse mejor, explicándole con más detalle el camino del Señor. Apolo quiere ir a Corintio y los hermanos de la comunidad de Éfeso lo animan, y escriben una carta de presentación a los discípulos de Corintio. Apolo, en Corinto, predica en público con tanto éxito que provocará la formación de grupos en torno a su persona, lo que genera divisiones que Pablo reprende enérgicamente. Así todo, Pablo no desautoriza a Apolo sino que lo presenta como modelo de apóstol junto a sí mismo.

En el evangelio, Jesús, declara solemnemente a los discípulos que tienen pleno acceso al Padre. El Maestro vuelve al Padre que lo envió al mundo, y les promete a sus discípulos, que la oración que dirijan al Padre en su nombre será eficaz. La única condición para la eficacia de la petición es que sea hecha en unión con El, unida a la su obra, ya que ha venido para que tengamos vida abundante.
Jesús y el Padre están íntimamente unidos. Los discípulos al estar unidos a Jesús también lo están con el Padre. El Padre los ama, porque han creído a Cristo. Y por eso su oración es escuchada y su alegría sea completa.
Por la fe en Cristo quedamos incorporados en su unión con el Padre. Dentro de esa unión misteriosa, pero de amor, es como tiene valor nuestra oración de hijos y de cristianos. La oración cristiana está arraigada en las palabras de Jesús: “permanezcan en mi amor”.
Jesús es el Mediador y la petición que hacemos por nosotros mismos o por los demás y sus necesidades, va al Padre avalada y unida a la de Cristo, que es intercesor absoluto por el bien de la humanidad y de cada uno de nosotros.
Pedir al Padre en el nombre de Jesús, es pedir confiándonos en los méritos del Hijo muy amado de Dios, que entregó su vida para cumplir la voluntad del Padre y dar la salvación a todos los hombres.
Jesús invita a pedir con la seguridad de que el Padre escucha siempre nuestra oración. Esto no significa que tenga que responder afirmativamente a lo que le pedimos, sino que somos nosotros los que tenemos que responder a lo que Él quiere. Orar es como entrar en la esfera de Dios y ponernos en su sintonía con la certeza de que quiere nuestra salvación. Su amor, dador de vida, es ayuda eficaz, pero sólo adquiere realidad cuando encuentra respuesta. No se impone, se ofrece como don gratuito.
La unión con Jesús, nos lleva a descubrir que pedir implica
estar dispuesto a dar. Si no estamos dispuestos a dar a nuestros hermanos que esperan de nosotros, no estamos unidos a Jesús que nos dio el ejemplo dando su propia vida. Cuando recibimos lo que pedimos nos llenamos de alegría, pero cuando damosnuestra alegría es más grande todavía porque nos sentimos amando y amados porque Dios ama al que da con alegría.

Para discernir

¿Mi oración apunta a mis necesidades parciales o me abro a las necesidades del mundo?
¿Mi oración parte de mi o parte de Dios en mí?
¿Cómo miro la realidad y sus necesidades?
¿Pido cosas o me atrevo a pedir que se realice su reino?

Repitamos a lo largo de este día

…Pidan y recibirán, para que la alegría sea completa…

Para la lectura espiritual

…«Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa»
Esta alegría plena no es la de los sentidos carnales, sino la alegría espiritual; y cuando sea tan grande que nada pueda añadirse a ella, será evidentemente completa. Así pues, cualquier cosa que pidamos y que tenga como fin la consecución de esta alegría plena es precisamente lo que debemos pedir en el nombre de Cristo, si comprendemos de manera justa el sentido de la gracia divina y si el objeto de nuestras oraciones es la verdadera felicidad en la vida
eterna. Cualquier otra cosa que pidamos no tiene valor alguno, no porque sea inexistente por completo, sino porque, frente a un bien tan grande como la vida eterna, cualquier otra cosa que podamos desear fuera de ella es menos que nada…
 
San Agustín, Comentario al evangelio de Juan, 102,2.

Para rezar

Salmo por la justicia y la paz

Cristo, en tus manos el Padre ha puesto todo poder;
en tus manos ha puesto la justicia para la historia;
conduce a tu pueblo elegido con justicia y equidad,
y a los humildes levántalos del polvo de la tierra.

Que de los montes, de lo alto, venga la paz para tu pueblo;
que la justicia descienda hasta el último rincón de tu Reino;
que los pobres, los oprimidos, los marginados tengan pan;
que los hijos de los pobres, los sin nada, tengan techo.

Que el hombre nuevo, Señor Jesús, se comprometa
en la lucha por la justicia,
para que la voluntad de tu Padre se haga realidad;
que la paz surja de los bienes compartidos entre todos,
como hermanos, y los más débiles
puedan levantarse y ser de los que pueden compartir.

Que tu Espíritu de amor y comunión entre los hombres,
nos ayude, paso a paso, a hacer un pueblo unido en alianza.

Emilio Mazariegos

LECTIO DIVINA

El Padre los ama,
porque ustedes me aman y han creído

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     16, 23b-28

Jesús dijo a sus discípulos:
«Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta. Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre.
Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre.»
Palabra del Señor.

LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?


Guías para la lectura:

Jesús viene hablando en lenguaje escatológico “Aquél día no me harán más preguntas” (v.23a). El nuevo acceso al Padre se basaría en la nueva condición de los creyentes como hijos e hijas de Dios (1,12), hecho posible por la muerte y resurrección de Jesús.  Después de la glorificación de Jesús, los discípulos quedarán unidos con Él de una manera tan estrecha que podrán pedir al Padre y tener la certeza de que serán escuchados. Antes de ese momento no podían hacerlo: “Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta” (vs.23b-24).
Jesús, la expresión (logos) del Padre, estaba enseñando a sus discípulos con palabras, pero vendría el momento en que les comunicaría todavía más claramente la verdad en cuanto al Padre: “Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre”.
En verdad, con su énfasis en las obras de Jesús como señales, Juan ha invitado al lector a reconocer que tanto los hechos como los dichos de Jesús anticipan que la más trascendental de las señales estaba por llegar. En ella, su muerte y resurrección, Jesús comunicaría con toda claridad el amor del Padre. El envío (a morir por los seres humanos y así llevarlos consigo a la vida eterna) era la demostración máxima del amor de Dios. Por eso, después de la resurrección, los discípulos entenderían profundamente que el Padre mismo los ama: “ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios”.
Su origen, misión y destino son las “cartas credenciales” únicas y distintivas de Jesús: “Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre”. Esas “credenciales” eran suficientes para que pueda decir: “Aquél día, ustedes pedirán en mi nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes”.
El texto final se presenta como el esquema teológico del Evangelio de Juan. Esto es, el descenso desde el Padre hasta el mundo, y el ascenso desde el mundo hasta el Padre. Él ha estado junto al Padre compartiendo la gloria desde antes de la creación del mundo (17,5) y ha salido del Padre; no pertenece al mundo porque viene a él. El retorno al Padre es un tema aludido varias veces en este último discurso (16,5.10.17), pero también en los textos de la primera parte (13,1.3; 14,12.28). Su retorno al Padre tiene como finalidad volver a compartir la gloria que tenía desde el principio (17,5).

MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿Cómo entiendo mi oración en los términos de acceso al Padre presentados por Jesús?
¿De qué manera Jesús habló claramente del Padre?
¿Cómo impacta en mi comprensión misionera de Jesús su descenso, estadía y ascenso?

ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, que nos enseñaste a orar, ayúdanos a renovar nuestra voluntad y discernimiento espiritual para rezar con la alegría perfecta que anunciaste en tus palabras. Amén.

CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Medito en las maravillas de la voluntad del Padre en el envío, misión y regreso de Jesús para darnos salvación.

ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿De qué manera mis oraciones se verán perfeccionadas luego de meditar en el texto de hoy?
¿Qué significa en mi vida saber nuevamente de boca de Jesús que el Padre nos ama?

¿Cómo demostraré mi amor a Jesús y mi respuesta amorosa a la iniciativa del Padre?

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