19 de agosto de 2015 – TO – MIÉRCOLES
DE LA XX SEMANA
…los últimos serán los primeros…
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los
Jueces 9, 6-15
Se reunieron todos
los señores de Siquém y todo Bet Miló, y fueron a proclamar rey a Abimélec,
junto a la encina de la piedra conmemorativa que está en Siquém.
Cuando le llevaron
la noticia a Jotám, este se puso en la cima del monte Garizím, y gritó con voz
potente: «Escúchenme, señores de Siquém, y que Dios los escuche a ustedes: Los
árboles se pusieron en camino para ungir a un rey que los gobernará. Entonces
dijeron al olivo: “Sé tú nuestro rey.” Pero el olivo les respondió: “¿Voy a
renunciar a mi aceite con el que se honra a los dioses y a los hombres, para ir
a mecerme por encima de los árboles?”
Los árboles
dijeron a la higuera: “Ven tú a reinar sobre nosotros.” Pero la higuera les
respondió: “¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a
mecerme por encima de los árboles?” Los árboles dijeron a la vid: “Ven tú a
reinar sobre nosotros.” Pero la vid les respondió: “¿Voy a renunciar a mi mosto
que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a mecerme por encima de los
árboles?”
Entonces, todos
los árboles dijeron a la zarza: “Ven tú a reinar sobre nosotros.” Pero la zarza
respondió a los árboles: “Si de veras quieren ungirme para que reine sobre
ustedes, vengan a cobijarse bajo mi sombra; de lo contrario, saldrá fuego de la
zarza y consumirá los cedros del Líbano.”»
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 20, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: 2a)
R. Señor, el rey se
regocija por tu fuerza.
Señor, el rey se
regocija por tu fuerza,
¡y cuánto se
alegra por tu victoria!
Tú has colmado los
deseos de su corazón,
no le has negado
lo que pedían sus labios. R.
Porque te anticipas
a bendecirlo con el éxito
y pones en su
cabeza una corona de oro puro.
Te pidió larga
vida y se la diste:
días que se
prolongan para siempre. R.
Su gloria se
acrecentó por tu triunfo,
tú lo revistes de
esplendor y majestad;
le concedes
incesantes bendiciones,
lo colmas de
alegría en tu presencia. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 20, 1-16
Jesús dijo a sus
discípulos esta parábola:
«El Reino de los
Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar
obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los
envió a su viña.
Volvió a salir a
media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: “Vayan
ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo.” Y ellos fueron.
Volvió a salir al
mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y,
encontrando todavía a otros, les dijo: “¿Cómo se han quedado todo el día aquí,
sin hacer nada?” Ellos les respondieron: “Nadie nos ha contratado.” Entonces
les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña.”
Al terminar el
día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: “Llama a los obreros y
págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros.”
Fueron entonces
los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario.
Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero
recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el
propietario, diciendo: “Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú
les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el
calor durante toda la jornada.”
El propietario
respondió a uno de ellos: “Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos
tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega
último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me
parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?”
Así, los últimos
serán los primeros y los primeros serán los últimos.»
Palabra del Señor.
Para reflexionar
El capítulo 9 del libro de los
Jueces está dedicado a Abimelec, hijo de Gedeón, medio
israelita y medio cananeo, que no forma parte del grupo de los grandes
jueces debido a que no salvó de nada a los israelitas. Llegó al trono
asesinando a sus setenta hermanos, pero al cabo de tres años morirá
traicionado por los que lo ayudaron a llegar al poder.
Para iluminar esta historia desdichada, el
narrador inserta aquí la fábula de Yotán el único hijo de
Gedeón que pudo escapar de la matanza. Los árboles piden un rey y este lugar es
ofrecido a tres grupos de árboles: el olivo, la higuera y la vid que no aceptan
renunciar a su propia función para todos, para ir a mecerse sobre los demás árboles.
Dado que ningún árbol bueno acepta ser el rey de los otros árboles quedará un
cuarto árbol, nocivo y espinoso que contrasta con los anteriores. Por medio de
esta fábula se quiere hacer comprender el error que han cometido los
habitantes de Siquén, al haber aceptado por rey a un hombre tan nocivo como
Abimelec.
***
El amo da a todos los obreros el
mismo salario. El denario que manda distribuir corresponde al salario
mínimo necesario para vivir. El dueño de la viña no quiere privar a los
últimos contratados, de lo que les es necesario para sobrevivir. La protesta de
los de la primera hora sería legítima si la parábola tuviera una perspectiva
social, pero aquí se trata del Reino de los cielos.
La “lógica” divina va mucho más allá de la
lógica humana. Mientras que los hombres calculamos,
Dios que es Padre entrañable que simplemente ama, quiere dar a sus
hijos lo que necesitan.
Jesús quiere conducirnos, de los
límites de la razón a los del corazón, de la fe religiosa a la fe
evangélica. Jesucristo presenta un Dios que no obra previsiblemente. El
Dios de la verdad y la justicia acoge a los publicanos y a los pecadores, abre
su Iglesia a los paganos y extranjeros; ofrece la misma gracia y manifiesta la
misma misericordia a los recién convertidos y a los que han sido fieles durante
toda su vida.
La justicia de Dios, desbordada
por su amor supera nuestros esquemas. No tendríamos ninguna esperanza de
redención, porque en justicia estricta, no tenemos méritos. En nuestro camino
del reino tenemos que reconocer que todo es gracia.
Los discípulos pensaban con la lógica
habitual y esperaban que «sus sacrificios» les aseguraran un premio mayor, pero
no contaron con que el Reino de Dios y su justicia, no actúan según los
parámetros de la legalidad humana.
El Dios que Jesús nos revela no repara
nunca en gastos y, tenemos que aceptar que la medida del Amor es no tener
medida; que el Evangelio es desmesura y la fe una gracia para ser recibida y
compartida.
«Amo porque amo, amo para amar» San Bernardo.
Para discernir
¿Pensamos que al desempeñar un ministerio
o servicio en la comunidad somos propietarios de ella?
¿Excluimos a otros porque consideramos que
no están preparados o porque creemos que han llegado tarde?
¿Reconocemos la acción del Espíritu y
permitimos que en la comunidad todos participen por igual?
Repitamos a lo largo de este día
…Gracias Señor por tu llamado…
Para la lectura espiritual
El hombre de la hora undécima
…” Uno de los bandidos crucificados con Jesús, gritaba: « ¡Acuérdate de mí, Señor! Es hacia ti que ahora me giro… No te enumero mis obras pues ellas me hacen temblar. Todo hombre esta bien disponible hacia su compañero de camino, heme ahora aquí, que soy tu compañero de camino hacia la muerte. Acuérdate de mi, tu compañero de viaje, pero no ahora, sino cuando llegues a tu Reino» (Lc 24,42).
…” Uno de los bandidos crucificados con Jesús, gritaba: « ¡Acuérdate de mí, Señor! Es hacia ti que ahora me giro… No te enumero mis obras pues ellas me hacen temblar. Todo hombre esta bien disponible hacia su compañero de camino, heme ahora aquí, que soy tu compañero de camino hacia la muerte. Acuérdate de mi, tu compañero de viaje, pero no ahora, sino cuando llegues a tu Reino» (Lc 24,42).
¿Cuál es el poder que te ha iluminado, oh buen ladrón? ¿Quién te ha enseñado a
adorar a aquel que es despreciado y crucificado contigo? ¡Oh luz eterna que
iluminas a los que están en las tinieblas! (Lc 1,79) ¡Anímate!… En verdad, yo
te lo digo, hoy estarás conmigo en el paraíso, porque «hoy tú has escuchado mi
voz y no has endurecido tu corazón» (Sl 94,8). Porque Adán ha desobedecido,
pronto ha sido expulsado del jardín del paraíso… Tú, que hoy obedeces a la fe,
hoy serás salvado. Para Adán, el árbol ha sido ocasión de caída; para ti, el
árbol te hará entrar en el paraíso…
¡Oh
gracia inmensa e inexpresable: Abraham, el fiel por excelencia, no había
entrado todavía, y el ladrón, entra. Pablo se conmueve por ello, y dice: «Allí
donde abundó el pecado, la gracia ha sido sobreabundante!» (Rm
5,20). Los que se habían esforzado todo el día aún no habían entrado
en el Reino, y él, el hombre de la hora undécima, es admitido sin hacerle
esperar. Que nadie murmure contra el amo: «Yo no hago daño a nadie; ¿es que no
tengo el poder de hacer con lo mío lo que quiero?» El ladrón quiere ser justo…,
yo me alegro de su fe… Yo, el pastor, he encontrado a la oveja perdida, la tomo
sobre mis hombros (Lc 15,5) porque ella me ha dicho: «Me he equivocado, pero
acuérdate de mi, Señor, cuando entres en tu Reino»…
San Cirilo de Jerusalén (313-350) Catequesis bautismal
13
Para rezar
Señor Jesús,
que has llamado a quien has querido,
llama a muchos de nosotros
a trabajar por tí, a trabajar contigo.
Tú que has iluminado con tu palabra
a los que has llamado,
ilumínanos con el don de la fe en Tí
Tú que los has sostenido en las
dificultades, ayúdanos a vencer nuestras
dificultades de hoy.
Y si llamas a alguno de nosotros,
para consagrarnos todo a Tí,
que tu amor aliente esta vocación
desde el comienzo y las haga crecer
y perseverar hasta el fin.
que has llamado a quien has querido,
llama a muchos de nosotros
a trabajar por tí, a trabajar contigo.
Tú que has iluminado con tu palabra
a los que has llamado,
ilumínanos con el don de la fe en Tí
Tú que los has sostenido en las
dificultades, ayúdanos a vencer nuestras
dificultades de hoy.
Y si llamas a alguno de nosotros,
para consagrarnos todo a Tí,
que tu amor aliente esta vocación
desde el comienzo y las haga crecer
y perseverar hasta el fin.
Así sea.
LECTIO DIVINA
¿Por qué tomas a mal que yo
sea bueno?
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 19,
30--20, 16
Jesús dijo a sus discípulos:
Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los
primeros. Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió
muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos
un denario por día y los envió a su viña.
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les
dijo: "Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea
justo." Y ellos fueron.
Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: "¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada? Ellos les respondieron: "Nadie nos ha contratado." Entonces les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña."
Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: "¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada? Ellos les respondieron: "Nadie nos ha contratado." Entonces les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña."
Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: "Llama
a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por
los primeros."
Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno
un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo
más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra
el propietario, diciendo: "Estos últimos trabajaron nada más que una hora,
y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y
el calor durante toda la jornada."
El propietario respondió a uno de ellos: "Amigo, no soy injusto contigo,
¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero
dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de
mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?"
Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos.»
Palabra del
Señor.
LECTURA
- ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la lectura:
Este texto
debe leerse a partir de 19, 30 porque así queda enmarcado en una frase que se
repite al comienzo y al final: “los últimos serán los primeros y los
primeros serán los últimos”. Es una advertencia para los que ya han hecho
un camino en la vida cristiana y pretenden ser los primeros; es una
amonestación para los que sienten que tienen más derechos que los demás, como
si en el Reino de Dios las cosas funcionaran a la manera de una empresa, como
si el amor divino tuviera que someterse a la matemática.
En ésta
parábola, los trabajadores convocados a la mañana recibieron la promesa de un
pago determinado y estuvieron de acuerdo. Terminada la jornada, el dueño de la
viña les pagó lo prometido. Pero el dueño de la viña quiso pagarles la misma
suma a los que sólo habían estado una hora trabajando. Al hacerlo no fue
injusto con los primeros, ya que les pagó lo que correspondía. Pero eran
corazones egoístas, incapaces de alegrarse con el bien ajeno.
Los que se
acercaron a Dios y han trabajado para él, y se han esforzado por ser fieles,
reciben de Dios muchos bienes espirituales, y muchos dones de todo tipo;
reciben de Dios la fuerza que necesitan para ser felices y para enfrentar las
dificultades, y recibirán un premio de vida y de felicidad eternas. Pero Dios podría
conceder lo mismo a los que se han acercado a él después de muchos años de
pecado y de maldad, y podría ser generoso con ellos también si se acercaran a
él en el último instante de sus vidas. En este caso, los servidores de Dios que
de verdad tienen el corazón abierto, capaces de amar al hermano y de desear su
felicidad, se alegrarían profundamente contemplando la generosidad de Dios, que
se derrama gratuitamente. Pero no siempre sucede así. El egoísmo suele
oscurecer tanto la mirada, que les lleva a pretender un Dios a la medida
pequeña de esa incapacidad de amar.
Texto extraído de “El Evangelio de cada día – Víctor
Fernández
Editorial San Pablo. Página 239.
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas
para la meditación:
¿Me considero entre
los primeros por mis méritos religiosos?
¿Suelo mirar
con desprecio a quienes entran “últimos” al Evangelio?
¿Tengo la
mirada del propietario de la viña?
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
“Ayúdame Señor, sana mi
egoísmo, para que tenga siempre una mirada buena, capaz de desear el bien de
los demás, capaz de alegrarme con su fidelidad, deseoso de compartir
gratuitamente con ellos lo que pude alcanzar en mi vida”.
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Trato de repetir y recrear
la escena de la jornada en la viña.
Analizo la actitud de los
primeros y los siguientes trabajadores y trato de entenderlos y de ver con
quiénes me siento más identificado.
Finalmente, reflexiono
acerca de la actitud del propietario de la viña, y con ella el amor y justicia
del Señor.
CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas
para la acción:
¿Cómo
reconsideraré mi “lugar” en el Reino de los Cielos?
¿De qué manera
“juzgaré” a los que ingresan “tarde” al Evangelio?
¿Cómo buscaré
tener la actitud amorosa y misericordiosa del propietario de la parábola?
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