29 de octubre de 2015


No puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén

PRIMERA LECTURA 
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Roma 8,31-39.

¿Qué diremos después de todo esto?
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos concederá con él toda clase de favores? ¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién se atreverá a condenarlos? ¿Será acaso Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros? ¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?
Como dice la Escritura: Por tu causa somos entregados continuamente a la muerte; se nos considera como a ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó.
Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor. 
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 109(108), 21-22.26-27.30-31. 
R. Sálvame, señor, por tu bondad.

Tú, Señor, trátame bien, por tu nombre,
líbrame con la ternura de tu bondad;
que yo soy un pobre desvalido,
y llevo dentro el corazón traspasado. R.

Socórreme, Señor, Dios mío,
sálvame por tu bondad.
Reconozcan que aquí está tu mano,
que eres tú, Señor, quien lo ha hecho. R.

Yo daré gracias al Señor con voz potente,
lo alabaré en medio de la multitud:
porque se puso a la derecha del pobre,
para salvar su vida de los jueces. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas    13, 31-35

En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: “Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte”.
El les respondió: “Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado.
Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste!
Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”. 
Palabra del Señor

Para reflexionar

Hoy, Pablo entona un himno triunfal, con el que pone fin a la primera parte de su carta, un himno al amor que Dios nos tiene.
Con un lenguaje lleno de respuestas vivas, canta la seguridad que nos da el sabernos amados por Dios“si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?”. No puede condenarnos ni el mismo Jesús, que se entregó por nosotros, ni ninguna de las cosas que nos puedan pasar, por malas que parezcan: ni la persecución, ni los peligros, ni la muerte, ni los ángeles, ni criatura alguna “podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús”.
Esta confianza fue para Pablo el punto de apoyo en sus momentos difíciles, el motor de su vida, la motivación de su entrega absoluta a la tarea misionera de la evangelización.
Se sintió amado por Dios y elegido personalmente por Cristo para una misión.
***
Este pasaje está situado en la última subida de Cristo hacia Jerusalén. Algunos fariseos se acercaron a Jesús para decirle que se marche, porque Herodes quiere matarlo. Herodes, había encarcelado y dado muerte al Bautista y ahora quiere deshacerse de Jesús. Mucho antes su padre Herodes, el Grande, había mandado matar a los inocentes de Belén cuando nació Jesús.
Jesús responde con palabras duras, llamando “zorro” al virrey, y mostrando que camina libremente hacia Jerusalén a cumplir allí su misión. A pesar de saber que va allí, para morir de la manera más horrible, sigue su camino decidido; y declara que debe seguir adelante hoy, mañana y pasado porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.
Jesús no es un condenado a muerte como otros. Es consciente de ir hacia un cumplimiento. Jesús conoce perfectamente a lo que va. No morirá el día que Herodes decida, sino el día previsto por Dios.
En la cita que tiene con la muerte, es en la que dará gloria a su Padre y mostrará su amor por la humanidad. Ante el proyecto de Dios, no le teme al poder político de Herodes que lo amenaza de muerte, ni a los fariseos que lo invitan a irse de sus dominios.
Jesús, caminando hacia Jerusalén, caminando hacia su muerte, pone en manos de Dios el cuidado de prolongar su misión.
El lamento de Jesús -”Jerusalén, Jerusalén”- es dolor, al ver la obstinación del pueblo judío que no ha querido aceptar, al menos en su mayoría, la fe en el Mesías Jesús. La tierra y la humanidad entera están simbolizadas en esa ciudad. La oferta de la salvación, de la protección, de la ternura de Dios han sido rechazadas y alcanzarán aquí su punto culminante. Compara su preocupación por todos, justos y pecadores con el amor que siente una gallina cuando cobija bajo sus alas a sus crías.
El maestro tiene clara conciencia que su entrega no es absurda, será la inauguración de un nuevo Pueblo de Dios, abierto y universal. Proclama que el antiguo templo, “la casa” quedará vacía, pues el nuevo Israel trascenderá los estrechos límites de Israel y abarcará a todo el universo.
Jesús deja bien claro que la voluntad de Dios, es lo único que cuenta en esta vida, la libertad y decisión de Jesús son un signo de que el proyecto de Dios está por encima de cualquier proyecto humano; nada lo detiene; mucho menos las insidias y trampas de los hombres. Muchos cristianos a lo largo de la historia han sabido renunciar a muchas cosas, incluso a su vida misma, por cumplir fielmente la voluntad de Dios y han sido fermento de vida nueva.
No podemos quedarnos tranquilos desentendiéndonos de nuestra responsabilidad en la realización del reino y descansando en los que tienen alguna autoridad para realizarlo, así como no podemos descansar y despreocuparnos del cada día de nuestra vida, esperando que la autoridad de turno haga todo y bien.
En el pueblo de Dios todos tenemos una común dignidad, y todos y cada uno tenemos nuestra responsabilidad, y todos daremos cuenta a Dios de nuestro cumplimiento de la misma. El poder no es garantía de eficacia y de verdad; mucho menos nos garantiza el triunfo. El único y verdadero triunfo se realizan en la fidelidad al amor y a la verdad.

Para discernir

¿Estamos dispuestos a una entrega tan decidida como la de Jesús, incluso si aquellos por los que nos entregamos se vuelven contra nosotros?
¿Tenemos un corazón lleno de misericordia y de amor, para seguir trabajando y dándonos día a día, por el bien de los demás?
¿Nos influyen “los Herodes” de turno para cambiar nuestro camino, por miedo o por cansancio?

Repitamos a lo largo de este día

…Dame Señor valentía y decisión en el seguimiento…

Para la lectura espiritual

« ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero no habéis querido!» 
     …”Jerusalén era una ciudad de paz, y fue también una ciudad de tormento, porque en ella Jesús sufrió inmensamente y en ella murió dolorosamente. Es en esta ciudad que hemos de ser sus testigos, y no con palabras sino en verdad, con nuestra vida, imitándolo tanto como podamos. Muchos hombres habría que, gustosamente, serían testigos de Dios en la paz con tal que todo les fuera según su criterio. Gustosamente serían santos, con la condición de no encontrar nada amargo en los ejercicios y trabajos para llegara a serlo. Querrían gustar, desear y conocer las dulzuras divinas sin tener que pasar por ninguna clase de amargura, pena o desolación. En cuanto les sobrevienen fuertes tentaciones y tinieblas, en cuanto les deja el sentimiento y la conciencia de estar en Dios, en cuanto se sienten abandonados interior y exteriormente, entonces todo lo abandonan y así dejan de ser verdaderos testigos.
     Todos los hombres buscan la paz. Por todas partes, en sus obras y de todas maneras buscan la paz. ¡Ah! que podamos nosotros liberarnos de esta búsqueda y podamos buscar la paz en el tormento. Es tan sólo ahí que nace la verdadera paz, la que permanece, la que perdura…Busquemos la paz en el dolor, el gozo en la tristeza, la simplicidad en la multiplicidad, la consolación en la amargura; es así que llegaremos a ser en verdad los testigos de Dios”… 
Juan Taulero (hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Sermón 21, 4º para la Ascensión

Para rezar

Confesamos, Señor,
que nos hemos preocupado,
por las muchas demandas que
esta vida tiene.
Que nos hemos afanado
por buscar la comodidad
que la sociedad ofrece,
que nos enredamos en
competencias desleales,
anulando la vida de otros y otras
sin importarnos su dolor.
Que el activismo nos ha aturdido
de tal manera que
hemos perdido la bendición de tu presencia.
Ayúdanos a ver que
“sólo una cosa es necesaria”
y esa es tu Presencia,
que nos consuela, inspira y
compromete a trabajar por tu reino.
fortalece nuestra decisión
de caminar contigo,
y la seguridad de que nada ni nadie
nos apartará de tu lado. AMEN
Elizabeth Hernández Carrillo

LECTIO DIVINA   

No puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     13, 31-35

    En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: «Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte.»
    Él les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
    ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan:
    ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!»
Palabra del Señor.

1.     LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

 ·   Guías para la lectura:                        
  
No existe un texto paralelo para Lc 13, 31-33, y el tono enigmático de las declaraciones que el pasaje contiene hacen suponer que sea de origen muy antiguo y bien fundado desde el punto de vista histórico.  
No es posible saber si hablaban en nombre del tetrarca, para provocar a Jesús a abandonar su territorio. Si los fariseos advirtieron a Jesús por propia iniciativa, esto podría significar que no le eran del todo hostiles; pero sigue abierta la posibilidad de que hubieran sido precisamente ellos quienes hicieron el montaje de la amenaza para inducir a Jesús a que se fuera, porque su presencia no contribuía ciertamente a acrecentar su prestigio y su autoridad.  
El episodio puede haber tenido lugar en Perea, que limita con los territorios de Herodes, precisamente allí donde éste había revelado su verdadero carácter, cuando hizo matar a Juan el Bautista, el carácter de la zorra, animal astuto, pero en ocasiones también peligroso para los más débiles. Sin embargo, es posible que Jesús llame zorro a Herodes porque es desleal,  de no confianza, pero no realmente peligroso, como puede ser por ejemplo un león.
En su respuesta, Jesús subraya el hecho de que él debe cumplir la misión recibida, y que ninguna amenaza podrá cambiar el curso de su actividad. El mensaje ciertamente irónico dado a Herodes por terceros contenía la certeza de que no sería él el que lo mataría, sino el cumplimento de la voluntad de Padre. Jesús hace también referencia a su dominio sobre sus tiempos al marcar que en los tres días que vienen continuará sin presiones sus tareas (expulsar demonios y sanar) y su camino. Esto les quita el dominio de la urgencia a Herodes y sus “mensajeros” y devuelve el uso del kairos al Señor a la vista de ellos. 
En el versículos 34- 35a, Jesús utiliza un lenguaje familiar para referirse a la protección y amparos divinos, a la vez de marcar el rechazo deliberado de Jerusalén no solo a su persona, sino a los mensajeros de Dios. “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía.”  
Finalmente asevera que su próximo encuentro con esa ciudad será en oportunidad a su entrada triunfal, adelantando la aclamación que registra el Evangelio de Mateo en su capítulo 21, versículo 9.  “Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan:  ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!” 

2.     MEDITACIÓN - ¿QUÉ  ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

·                       Preguntas para la meditación:

·        ¿Quién tiene el poder para manejar el “reloj de Dios”?
·        ¿Qué me dice la actitud de cobijo con la que describe Jesús su amor a Jerusalén?
·        ¿Por qué los profetas de Dios fueron rechazados en lugar de escuchados?

3.     ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, gracias te doy porque los tiempos están en tus manos. Te alabo porque sigues teniendo ese amor que cobija celosamente a los tuyos.

4.     CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Trato de entender la escena a la luz de la probable intencionalidad de los fariseos.  
Luego reflexiono en el control de los tiempos divinos que tiene Jesús y de su conciencia de la inminencia de su sacrificio. 

5.     ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·                        Preguntas para la acción:

·        ¿Cómo voy a controlar mi ansiedad sobre determinados sucesos esperados a la luz del dominio absoluto que Dios tiene de los tiempos?
·        ¿De qué manera la figura amorosa y cobijadora que elige Jesús me hace sentir protegido-a?
·        ¿Escucho la voz profética del Señor?


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