El Reino de Dios ha llegado a ustedes
PRIMERA
LECTURA
Lectura de la profecía de
Joel 1, 13-15; 2, 1-2
¡Vístanse de duelo y
laméntense, sacerdotes! ¡Giman, servidores del altar! ¡Vengan, pasen la noche
vestidos de penitencia, ministros de mi Dios! Porque se ha privado a la Casa de
su Dios de ofrenda y libación.
Prescriban un ayuno, convoquen
a una reunión solemne, congreguen a los ancianos y a todos los habitantes del
país, en la Casa del Señor, su Dios, y clamen al Señor.
¡Ah, que Día! Porque está
cerca el Día del Señor, y viene del Devastador como una devastación.
¡Toquen la trompeta en Sión,
hagan sonar la alarma en mi Montaña santa! ¡Tiemblen todos los habitantes del
país, porque llega el Día del Señor, porque está cerca! ¡Día de tinieblas y
oscuridad, día nublado y de sombríos nubarrones! Como la aurora que se extiende
sobre las montañas, avanza un pueblo numeroso y fuerte como no lo hubo jamás,
ni lo habrá después de él, hasta en las generaciones más lejanas.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 9, 2-3. 6 y 16. 8-9 (R.:
9a)
R. El Señor gobierna al mundo
con justicia.
Te doy gracias, Señor, de todo
corazón
y proclamaré todas tus
maravillas.
Quiero alegrarme y regocijarme
en ti,
y cantar himnos a tu Nombre,
Altísimo. R.
Escarmentaste a las naciones,
destruiste a los impíos
y borraste sus nombres para
siempre.
Los pueblos se han hundido en
la fosa que abrieron,
su pie quedó atrapado en la
red que ocultaron. R.
Pero el Señor reina
eternamente
y establece su trono para el
juicio:
él gobierna al mundo con
justicia
y juzga con rectitud a las
naciones. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio
según san Lucas 11, 15-26
Habiendo Jesús expulsado un
demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: «Este expulsa a los demonios
por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios.» Otros, para ponerlo a
prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.
Jesús, que conocía sus
pensamientos, les dijo: «Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus
casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá
subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con
el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul,
¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los
tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza
del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien
armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si
viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y
reparte sus bienes.
El que no está conmigo, está
contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando el espíritu impuro sale
de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no
encontrarlo, piensa: “Volveré a mi casa, de donde salí.” Cuando llega, la
encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus
peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra
peor que al principio.»
Palabra del Señor.
Para
reflexionar
Hoy y mañana escuchamos al profeta Joel, que habló
hacia el año 400 antes de Cristo. Sobre los campos israelitas se ha
cernido una nube de langostas que ha dejado al pueblo sin
alimentos y en un grave peligro, pues no hay grano para alimentarse,
y los mismos animales, al faltarles el sustento, acabarán muriendo y poniendo
en grave riesgo al pueblo.
Este hecho le permite comprender a Joel una realidad
más profunda: ve en ella el anuncio del «día de Yahvé».
Será el día de la victoria de Yahvé, que «visitará» a
los hombres no como salvador, sino como destructor.
Yahvé había «visitado» a su pueblo castigándolo
duramente; en cambio, los gentiles -más pecadores aún que Israel- habían
quedado triunfantes. Esto no les parece justo y se llega al convencimiento de
que Dios les tiene reservado otro «día», que será a la vez de castigo para las
naciones y de victoria para Israel.
El día de Yahvé continúa siendo un día de aspecto
terrorífico, pero ahora las catástrofes sólo hacen referencia a los gentiles.
Joel interpreta este hecho como juicio de Dios
contra la pereza y la dejadez del pueblo en la gran tarea de la
reconstrucción moral, después de la vuelta del destierro. Han descuidado la
vida de fe:“falta en el templo del Señor ofrenda y libación”.
El profeta quiere que se proclame la penitencia y el
ayuno y que todos clamen a Dios pidiendo su ayuda, no vaya a ser el día del
juicio peor todavía que la calamidad recién sufrida.
Por eso se convoca a todo el pueblo para que haga
oración, para hacer penitencia. Dios, rico en misericordia, librará a los suyos
de este ejército que se ha cernido sobre ellos; y, entonces, también el culto
estará asegurado. Dios, todo amor con quien lo ama y con quien invoca su
Nombre.
En la enseñanza del “Padre Nuestro”, Jesús invita a
los discípulos que pidan la venida del reino. El “Reino” viene en la persona de
Jesús, y todo lo que hace es signo de que el Reino de Dios está presente en
medio de los seres humanos. La vida en el Reino de Dios supone victoria sobre
las fuerzas del mal.
El recorrido misionero de Jesús ha implicado muchas
cosas, conversiones, descubrimiento del sentido de la vida, pero también
resistencias y obstinaciones. Jesús en este pasaje se enfrenta a un grupo que
se resiste a ver en sus obras, las obras de Dios. Este ataque saca a relucir el
por qué de su confrontación con Satanás.
Esta oposición contra Jesús llega a extremos curiosos:
dicen que echa los demonios por arte de “Belzebul, el príncipe de los
demonios”. Él les responde que dicha afirmación no es coherente, dado que es
absurdo luchar contra el demonio, precisamente en nombre del demonio, además si
fuera como ellos afirman, deberían decir lo mismo de los exorcismos que ellos
mismos acostumbraban realizar.
Jesús aclara que sus exorcismos son precisamente una
señal del cielo porque se trata del “dedo de Dios”, el poder de Dios,
realizando esta obra. Toda la vida de Jesús revela que Él actúa con el poder de
Dios para hacer que el bien reine en la humanidad. Mientras Él expulsa los
demonios como una manifestación auténtica del obrar de Dios, ellos no hacen más
que realizar actos mágicos que, a la hora de la verdad, no tienen eficacia a
fondo sobre el mal. Toda la vida de Jesús revela que las victorias sobre los
“demonios” que se realizan a lo largo de su ministerio, son un anticipo de la
victoria final sobre Satanás que se realizará en la Cruz.
Tanto el ministerio de Jesús como nuestra vida de
cristianos, se presenta como un campo de batalla en el que tenemos que tomar
posición. En su Pascua Jesús se ha revelado como “el más fuerte” que ha vencido
al poder del mal y ahora nos invita a que nos unamos a Él en esa lucha. No
podemos ser meros espectadores en la gran batalla. El mal sigue existiendo y
nos obliga a no permanecer neutrales, sino a posicionarnos estando siempre
vigilantes. Vigilancia que no es estar a la defensiva, sino construyendo
cotidianamente el bien, para no dar espacio ni lugar al mal. No basta con no
hacer el mal o tratar de evitarlo. El mal se vence a fuerza de bien.
La lucha contra el mal es cotidiana porque somos frágiles
e inestables y podemos volver a caer. Los poderes del mal aspiran siempre a
volver a ocupar su antiguo lugar. No hay que dormirse teniendo una falsa
seguridad en nuestra vida, creyendo que ya estamos salvados y hemos superado lo
que nos ataba. La excesiva confianza en nosotros mismos, nos hace muchas veces
imprudentes y descuidados.
No hay que darle chance al demonio con un retroceso.
Para impedirlo, hay mantenerse en el campo de Jesús, construyendo la fidelidad
en el aprendizaje del Evangelio, llenándonos de Dios para poder hacer el bien y
por el bien hecho, quedar llenos de Dios. Esto es estar y recoger con Jesús.
Para
discernir
¿Trato de vencer el mal con mis solas fuerzas?
¿Venzo el mal a fuerza de bien?
¿Hice una opción fundamental por el Reino?
Repitamos a
lo largo de este día
…Contigo, Jesús, contigo venceré al mal…
Para la
lectura espiritual
…”Vivir la vida cristiana significa vivir en el mundo
sin ser del mundo. Es en la soledad donde esta libertad interior puede crecer y
desarrollarse. Jesús se marchó a un lugar solitario para orar, es decir, para
hacer crecer en él la conciencia de que todo el poder que poseía le había sido
conferido; de que todas las palabras que profería venían de su Padre, y de que
todas las obras que realizaba no eran realmente suyas, sino obras de aquel que
le había enviado. En aquel lugar donde reinaba la soledad, Jesús fue dejado
libre de fracasar.
Una vida que no conozca un ámbito de soledad —es
decir, una vida privada de un centro de quietud— se vuelve fácilmente presa de
dinámicas destructivas. Cuando nos aferramos a los resultados de nuestras
acciones convirtiéndolos en nuestro único medio de autoidentificación, nos
volvemos posesivos, proclives a mantenernos a la defensiva, a considerar a
nuestro prójimo más como un enemigo al que debemos mantener a distancia que
como un amigo con el que compartir los dones de la vida.
En la soledad, en cambio, vamos adquiriendo
gradualmente la capacidad de desenmascarar la naturaleza ilusoria de nuestro
carácter posesivo y de descubrir, en lo hondo de nuestro ser, que no somos algo
que podamos conquistar, sino algo que nos ha sido dado. En la soledad podemos
escuchar la voz de aquel que nos habló antes de que nosotros pudiéramos
proferir una sola palabra, que nos sanó antes de que nosotros pudiéramos hacer
un solo gesto de ayuda a los otros, que nos liberó mucho antes de que nosotros
estuviéramos en condiciones de liberar a otros, que nos amó mucho antes de que
nosotros pudiéramos amar a cualquier otro. En esta soledad es donde descubrimos
que ser es más importante que tener, y que nuestro valor consiste en algo más
importante que los meros resultados de nuestros esfuerzos. En la soledad
descubrimos que nuestra vida no es una obsesión que debamos defender, sino un
don para compartir [...], que el amor que consigamos expresar forma parte de un
amor más grande”…
H. J. M. Nouwen, La fuerza de la soledad, Brescia
1998, pp. 19-21.
Para rezar
Dios, en tus manos me abandono
Yo me abandono ¡oh Dios! en tus manos.
Toma este barro y trabájalo
como arcilla entre las manos del alfarero
dale una forma y después, rómpela, si quieres
como es despedazada la vida de tantos hermanos.
Pide, ordena ¿Qué quieres que haga?
¿Qué quieres que no haga?
Ensalzado o humillado, perseguido,
incomprendido,
calumniado, alegre o triste,
o inútil para todo, sólo diré,
a ejemplo de tu Madre:
“Hágase en mí según tu palabra”.
Dame el amor por excelencia,
el amor de la cruz.
Pero no de las cruces heroicas
que podrían nutrir mi vanidad,
sino de las cruces vulgares que,
sin embargo, llevo con repugnancia.
De esas que se encuentran cada día
en la contradicción,
en el olvido, en los juicios falsos,
en la frialdad del alma,
en los desaires y desprecios de los demás;
en el malestar y defectos del cuerpo,
en la oscuridad de la mente
y en el silencio y aridez del corazón.
Entonces sólo Tú sabrás que te amo,
aunque ni yo lo sepa, con eso me basta. Amén
Toma este barro y trabájalo
como arcilla entre las manos del alfarero
dale una forma y después, rómpela, si quieres
como es despedazada la vida de tantos hermanos.
Pide, ordena ¿Qué quieres que haga?
¿Qué quieres que no haga?
Ensalzado o humillado, perseguido,
incomprendido,
calumniado, alegre o triste,
o inútil para todo, sólo diré,
a ejemplo de tu Madre:
“Hágase en mí según tu palabra”.
Dame el amor por excelencia,
el amor de la cruz.
Pero no de las cruces heroicas
que podrían nutrir mi vanidad,
sino de las cruces vulgares que,
sin embargo, llevo con repugnancia.
De esas que se encuentran cada día
en la contradicción,
en el olvido, en los juicios falsos,
en la frialdad del alma,
en los desaires y desprecios de los demás;
en el malestar y defectos del cuerpo,
en la oscuridad de la mente
y en el silencio y aridez del corazón.
Entonces sólo Tú sabrás que te amo,
aunque ni yo lo sepa, con eso me basta. Amén
LECTIO
DIVINA
Si expulso los demonios con
el poder de Dios,
quiere decir que el Reino de
Dios ha llegado a ustedes
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 11, 15-26
Habiendo Jesús expulsado un demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: «Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.
Jesús, que
conocía sus pensamientos, les dijo: «Un reino donde hay luchas internas va a la
ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo
podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios
con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de
Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso,
ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con
la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a
ustedes.
Cuando un
hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones
están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el
arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
El que no está
conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: "Volveré a mi casa, de donde salí." Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio.»
Palabra del Señor.
Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: "Volveré a mi casa, de donde salí." Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio.»
Palabra del Señor.
1. 1LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
·
Guías para la lectura:
El evangelio de hoy nos
presenta una larga discusión entorno a la expulsión de un demonio mudo que
Jesús acababa de realizar ante la gente.
Lucas 11,14-16: Tres
reacciones diferentes ante la misma expulsión.
Jesús estaba expulsando
demonios. Ante este hecho bien visible, realizado ante todos, hubo tres
reacciones, diferentes. La gente quedó admirada, aplaudió. Otros dijeron:
"Por Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa los demonios.” El
evangelio de Marcos informa que se trataba de los escribas que habían llegado a
Jerusalén para controlar la actividad de Jesús (Mc 3,22). Otros pedían una
señal del cielo, pues no se convencieron ante la señal tan evidente de la
expulsión realizada ante todo el pueblo.
Lucas 11,17-19: Jesús
muestra la incoherencia de los adversarios.
Jesús usa dos argumentos
para rebatir la acusación de estar expulsando demonios en nombre de Beelzebul.
En primer lugar, si el demonio expulsa su propio demonio, se divide a sí mismo
y no sobrevive. En segundo lugar, Jesús les devuelve el argumento: “Si yo
expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos?”
Dicho con otras palabras, ellos también estarán haciendo las expulsiones en
nombre de Beelzebul.
Lucas 11,20-23: Jesús es
el hombre más fuerte que llegó, señal de la llegada del Reino.
Aquí Jesús llega al punto
central de su argumentación: “Cuando uno fuerte y bien armado custodia su
palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le
vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos.”
En la opinión de la gente de aquel tiempo, Satanás dominaba el mundo mediante
demonios (daimônia). El era el hombre fuerte y bien armado que guardaba su
casa. La gran novedad era que Jesús conseguía expulsar los demonios. Señal de
que él era el hombre más fuerte que llegó. Con la llegada de Jesús el reino de
Beelzebul entró en declino: “Pero si por el dedo de Dios expulso yo los
demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.”. Cuando los magos del
Faraón vieron que Moisés hacía cosas que ellos no eran capaces de hacer, fueron
más honrados que los escribas de Jesús y dijeron: “¡Aquí está el dedo de Dios!”
(Ex 8,14-15).
Lucas 11,24-26: El final
es peor que el principio.
En la época de Jesús, en
los años 80, ante las persecuciones, muchos cristianos se volvieron atrás y
abandonaron las comunidades. Volvieron a la forma de vivir de antes. Lucas,
para avisar a ellos y a nosotros, guardó estas palabras de Jesús sobre el final
que es peor que el principio.
La expulsión de los
demonios.
El primer impacto que la
acción de Jesús causa en la gente es la expulsión de los demonios: “¡Hasta a
los espíritus impuros da órdenes y ellos le obedecen!” (Mc 11,27). Una de las
principales causas de la discusión de Jesús con los escribas era la expulsión
de los demonios. Ellos lo calumniaban diciendo: “¡Está poseído por Beelzebul!
Expulsa a los demonios por el príncipe de los demonios” El primer poder que los
apóstoles recibieron cuando fueron enviados en misión fue el poder de expulsar
los demonios: “Les dio poder sobre los espíritu del mal” (Mc 6,7). La primera
señal que acompaña el anuncio de la resurrección es la expulsión de los
demonios: “Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre
expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas”. (Mc 16,17). La expulsión de
los demonios era lo que más llamaba la atención de la gente (Mc 1,27).
Alcanzaba el centro de la Buena Nueva del Reino. Por medio de esto, Jesús
devolvía las personas a ellas mismas. Devolvía el juicio, la conciencia (Mc
5,15). Sobre todo el evangelio de Marcos, del comienzo al final, con palabras
casi iguales, repite sin parar el mismo mensaje. “¡Y Jesús expulsaba los demonios!”
(Mc 1,26.34.39; 3,11-12.22.30; 5,1-20; 6,7.13; 7,25-29; 9,25-27.38; 16,17).
Parece un refrán que
vuelve una y otra vez. Hoy, en vez de usar siempre las mismas palabras,
usaríamos palabras distintas para transmitir el mismo mensaje y diríamos: “¡El
poder del mal, Satanás, que da miedo a la gente, Jesús lo venció, lo dominó, lo
agarró, lo destronó, lo derrotó, lo expulsó, lo eliminó, lo exterminó y lo
mató!” Lo que el evangelio nos quiere decir es esto: “A los cristianos está
prohibido tener miedo de Satanás!” Por su resurrección y su acción libertadora,
Jesús aleja de nosotros el miedo de Satanás, crea libertad en nuestro corazón,
nos da firmeza en la acción y pone esperanza en el horizonte! ¡Debemos caminar
con Jesús, por su camino, con el sabor de la victoria sobre el poder del mal.
Texto tomado de Los
Carmelitas. (Lectio para cada día)
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ
ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
·
Preguntas para la meditación:
·
Expulsar el poder del mal. ¿Cuál es hoy el poder del mal que masifica a la
gente y le roba la conciencia crítica?
·
¿Puedes decir que estás totalmente libre y liberado/a?
· ¿Qué haces
para que este poder no te domine?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE
DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Oremos con la lectura de
los Salmos de la liturgia de hoy:
SALMO Sal 110, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: 5b)
El Señor se
acuerda eternamente de su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor:
los que las aman desean comprenderlas.
Su obra es esplendor y majestad,
su justicia permanece para siempre.
El hizo portentos memorables,
el Señor es bondadoso y compasivo.
Proveyó de alimento a sus fieles
y se acuerda eternamente de su alianza.
Manifestó a su pueblo el poder de sus obras,
dándole la herencia de las naciones.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor:
los que las aman desean comprenderlas.
Su obra es esplendor y majestad,
su justicia permanece para siempre.
El hizo portentos memorables,
el Señor es bondadoso y compasivo.
Proveyó de alimento a sus fieles
y se acuerda eternamente de su alianza.
Manifestó a su pueblo el poder de sus obras,
dándole la herencia de las naciones.
4. CONTEMPLACIÓN -
¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Repito y reflexiono en las
palabras de Jesús:
“El que no está conmigo, está contra mí; y
el que no recoge conmigo, desparrama”.
5. ACCIÓN -
¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
·
Preguntas para la acción:
· ¿Tengo
conciencia en mi vida familiar, laboral, eclesial del principio señalado por
Jesús: "un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen
una sobre otra?
· ¿De
qué manera aplico a los demás la enseñanza de Jesús: "el que no está
conmigo, está contra mí; y el no que recoge conmigo, desparrama?
· ¿Con
quién compartiré lo reflexionado en la lectio de hoy?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.