No se puede servir a Dios y al dinero
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Roma 16,
3-9. 16. 22-27
Hermanos:
Saluden a Prisca y a Aquila, mis colaboradores en
Cristo Jesús. Ellos arriesgaron su vida para salvarme, y no sólo yo, sino
también todas las Iglesias de origen pagano, tienen con ellos una deuda de
gratitud. Saluden, igualmente, a la Iglesia que se reúne en su casa.
No se olviden de saludar a mi amigo Epéneto, el
primero que se convirtió a Cristo en Asia Menor. Saluden a María, que tanto ha
trabajado por ustedes; a Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de
cárcel, que son apóstoles insignes y creyeron en Cristo antes que yo. Saluden a
Ampliato, mi amigo querido en el Señor; a Urbano, nuestro colaborador en
Cristo, y también a Estaquis, mi querido amigo.
Salúdense mutuamente con el beso de paz. Todas las
Iglesias de Cristo les envían saludos.
Yo, Tercio, que he servido de amanuense, los saludo en
el Señor. También los saluda Gayo, que me brinda hospedaje a mí y a toda la
Iglesia. Finalmente, les envían saludos Erasto, el tesorero de la ciudad y
nuestro hermano Cuarto.
¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos,
según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un
misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad y que ahora se ha
manifestado! Este es el misterio que, por medio de los escritos proféticos y
según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las naciones para
llevarlas a la obediencia de la fe. ¡A Dios, el único sabio, por Jesucristo,
sea la gloria eternamente! Amén.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 144, 2-3. 4 y 6. 10-11 (R.: 1b)
R. Bendeciré tu Nombre
eternamente, Señor.
Señor día tras día te
bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar.
¡Grande es el Señor y muy
digno de alabanza:
su grandeza es insondable! R.
Cada generación celebra tus
acciones
y le anuncia a las otras tus
portentos:
Ellas publican sus tremendos
prodigios
y narran tus grandes proezas.
R.
Que todas tus obras te den
gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu
reino
y proclamen tu poder. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 16, 9-15
Jesús decía a sus discípulos:
«Gánense amigos con el dinero
de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en
las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco,
también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es
deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto,
¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién
les confiará lo que les pertenece a ustedes?
Ningún servidor puede servir a
dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por
el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.»
Los fariseos, que eran amigos
del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. El les dijo: «Ustedes
aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo
que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.»
Palabra del Señor.
Para reflexionar
Como en cada final de carta, Pablo saluda a unas
personas cuyos nombres cita pero que en su mayoría son desconocidos. Eran cristianos
colaboradores de Pablo de los primeros tiempos. Roma, como gran metrópoli,
vivía el continuo paso de personas de todo el Imperio. Pablo conocía sin duda a
algunos cristianos que se habían trasladado allí e incluso algunos romanos.
Aquilas y Prisca son un matrimonio cristiano que
reúnen en su casa a un grupo de otros cristianos para celebrar la eucaristía. Y
los cristianos que están con Pablo se unen a él para firmar la carta.
La carta termina con un grito de admiración frente al
misterio de Cristo como clave de la historia y del destino de todo hombre.
La palabra “misterio” en san Pablo evoca «el
proyecto de Dios que se revela poco a poco a través de la historia».
Pero no se revelará plenamente hasta el mundo futuro.
El «designio» de Dios es constituir una humanidad reconciliada con Dios y
consigo misma. El final de la historia humana es una humanidad «que ama», unida
a Dios y en la que están unidos los unos a los otros.
La fe permite al hombre comulgar con este proyecto de
Dios, corresponder a él y participar de él.
Este proyecto es el fruto de la «sabiduría» de Dios.
El, el sabio por excelencia, ¡el único sabio!
En las recomendaciones finales Pablo exhorta a los
cristianos a ser «listos para lo bueno y simples para lo malo», es decir: prudentes
en la sencillez y sencillos en la prudencia, con palabras similares a las
de Jesús cuando recomienda a sus discípulos que sean «prudentes como serpientes
y sencillos como palomas».
***
Para ilustrar la diferencia entre los discípulos
auténticos y los fariseos Lucas opone, al administrador deseoso de
darle a cada uno su ración, y al fariseo, que es amigo del dinero y
de los honores, y que, sobre todo, se hace dueño de la Ley. Los
fariseos con su modo de ser legalista se distanciaron completamente del
verdadero Dios, del Dios vivo de la justicia y lo suplantaron por una ley
escrita. El servicio que Dios quiere en verdad, fue suplantado por el servicio
a la codicia y al provecho personal. Por eso, no comprenden la invitación
dirigida a los pobres y a los pecadores a participar de la vida Reino, y el
gozo de éstos al poder participar.
Para Jesús sólo cabe una actitud en el hombre que ha
recibido el amor gratuito de Dios: imitar esa gratuidad. Almacenar esa gracia
para provecho personal, como el hombre rico que llena sus graneros, conduce a
la muerte. El verdadero discípulo es aquel que “administra” esta gracia
en provecho de todos los hombres y, de ese modo, se comporta como un
administrador digno de confianza.
El que almacena sirve a Mamón, el Dios del dinero; el
verdadero discípulo sirve a Dios. El Dios del dinero a quienes le rinden culto
les hace creer que tienen todo asegurado en esta vida. Los convierte, muchas
veces, en tiranos de sus hermanos y manipuladores de la realidad.
El Dios de la vida por el contrario, muestra cómo el
camino para la realización del ser humano pasa por la libertad de conciencia,
la solidaridad con los hermanos y la búsqueda del bien común. El Reino de Dios
se construye en la acogida, en el perdón, en la fraternidad, en la
responsabilidad mutua; la ambición por el dinero nos encierra celosamente en
nuestros tesoros.
El uso de los bienes y del dinero es algo ineludible,
pero con él se pueden hacer infinidad de cosas nobles y positivas, a lo cual
llama Jesús “hacer amigos”, es decir, administrar los bienes y el
dinero con justicia, con equidad; no utilizarlo en el propio provecho, para
sembrar injusticia, dolor y muerte.
Los bienes de la tierra, han sido ofrecidos en
vistas a establecer la comunión entre todos los hombres. El dinero debe
servir para hacernos amigos, y eso puede realizarse solamente, si somos capaces
de compartirlo con los demás.
El dinero está a nuestro servicio, no nosotros al
suyo. Darle al dinero su valor de mero intercambio y trabajar
por un mundo construido sobre la base de la solidaridad, no sobre
el acaparamiento, el dominio y la usura, es la consigna de vida para el
discípulo.
Para discernir
¿Qué lugar le damos al dinero en nuestra vida?
¿Qué bienes ocupan el primer lugar en nuestra escala
de valores?
¿Hemos claudicado ante algún valor por el dinero?
Repitamos a lo largo de este día
…Hazme un administrador fiel Señor…
Para la lectura espiritual
«Ganaos amigos con el dinero injusto»
…«Abraham estaba sentado a la puerta de la tienda en
el momento en que el calor del día era más fuerte» (Gn 18,1). Cuando los demás
estaban descansando, él aguardaba la venida de eventuales huéspedes. Con ello
mereció que Dios, en la encina de Mambré, llegara hasta él que buscaba tan
ansiosamente ejercer la hospitalidad…
Sí, es cosa buena la hospitalidad, y tiene su particular recompensa: atrae pronto la gratitud de los hombres; recibe también – lo cual es más importante- una paga de parte de Dios. En esta tierra de exilio todos somos huéspedes pasajeros. Por un tiempo nos alojamos bajo un techo; pronto será necesario desalojarlo. ¡Estemos atentos! Si hemos sido duros o negligentes en acoger a los extranjeros, una vez acabado el curso de esta vida, los santos podrán, a su vez, rechazarnos y no acogernos. «Ganaos amigos con el dinero injusto, dice el Señor en el Evangelio, a fin de ser recibidos en las moradas eternas»…
Sí, es cosa buena la hospitalidad, y tiene su particular recompensa: atrae pronto la gratitud de los hombres; recibe también – lo cual es más importante- una paga de parte de Dios. En esta tierra de exilio todos somos huéspedes pasajeros. Por un tiempo nos alojamos bajo un techo; pronto será necesario desalojarlo. ¡Estemos atentos! Si hemos sido duros o negligentes en acoger a los extranjeros, una vez acabado el curso de esta vida, los santos podrán, a su vez, rechazarnos y no acogernos. «Ganaos amigos con el dinero injusto, dice el Señor en el Evangelio, a fin de ser recibidos en las moradas eternas»…
Por otra parte, ¿acaso sabes si es a Dios a quien
recibes, cuando piensas que sólo tienes que habértelas con unos hombres?
Abraham acoge a unos viajeros; en realidad recibe en su casa a Dios y a sus
ángeles. También tú, cuando acoges a un extranjero, acoges a Dios. El Señor
Jesús lo afirma en su Evangelio: «Era un extranjero y me acogisteis. Lo que
hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt
25,35.40)”…
San Ambrosio (hacia 340-397), obispo de
Milán y doctor de la Iglesia
Sobre Abraham, I, 5, 32-35
Para rezar
Querido Dios
Querido Dios,
no sé si hay gente capaz de contemplar
cómo vives Tú en la pobreza,
mientras ellos quieren seguir siendo ricos…
no sé si hay gente capaz de contemplar
cómo vives Tú en la pobreza,
mientras ellos quieren seguir siendo ricos…
No puedo concebir que haya amor
sin un imperioso deseo de ser iguales;
especialmente, de compartir todas las penas
y contrariedades de la vida…
sin un imperioso deseo de ser iguales;
especialmente, de compartir todas las penas
y contrariedades de la vida…
Cómo se puede ser rico, vivir
confortablemente,
en medio de cosas de mi propiedad,
cuando Tú has vivido pobre, incómodo,
fatigado y agobiado por el trabajo.
Yo no podría vivir de otra manera.
en medio de cosas de mi propiedad,
cuando Tú has vivido pobre, incómodo,
fatigado y agobiado por el trabajo.
Yo no podría vivir de otra manera.
Carlos de Foucauld
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Galacia 4,
4-7
Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo
establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para
redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.
Y la prueba de que ustedes son
hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que
clama a Dios llamándolo ¡Abba!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo,
sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO
Jdt 13, 18bcde. 19 (R.: 15, 9d)
R. ¡Tú eres el insigne honor de
nuestra raza!
Que el Dios Altísimo te
bendiga, hija mía,
más que a todas las mujeres de
la tierra;
y bendito sea el Señor Dios,
creador del cielo y de la
tierra. R.
Nunca olvidarán los hombres
la confianza que has
demostrado
y siempre recordarán el poder
de Dios. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 2,
1-11
Tres días después se
celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.
Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de
Jesús le dijo: «No tienen vino.» Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que
ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía.» Pero su madre dijo a los
sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga.»
Había allí seis tinajas de
piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos
cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas
tinajas.» Y las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven
al encargado del banquete.» Así lo hicieron.
El encargado probó el agua
cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que
habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: «Siempre se sirve primero el
buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú,
en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento.»
Este fue el primero de los
signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus
discípulos creyeron en él.
Palabra del Señor.
Para
reflexionar
En el episodio de las bodas de Caná, san Juan presenta
la primera intervención de María en la vida pública de Jesús
poniendo de relieve su cooperación en la misión de su Hijo.
Caná es una aldea de Galilea, mencionada tres veces en
el evangelio de Juan. Se localiza a unos 8 kms. al nordeste de Nazaret, en el
camino que lleva a Tiberíades. Juan introduce el signo de Caná, con la
indicación: “el tercer día”, que tiene la finalidad de poner
en relación el primer milagro de Jesús con el Sinaí y con la resurrección.
Lo mismo que en el Sinaí, Yahvé reveló su gloria dando
su ley a Moisés, así en Caná, Jesús revela su gloria dando el vino
mejor, símbolo de la nueva ley que es su evangelio. Además del
Sinaí, este “tercer día” de Caná, hace referencia al tercer
día del misterio pascual: la resurrección. En esta hora
el Padre revela la gloria del Hijo, es decir, la verdad plena de su persona.
Se celebraban unas bodas. Según las costumbres del
Antiguo Testamento, las fiestas de la boda duraban normalmente siete días, y
eran lógicamente la ocasión para un alegre banquete, servido habitualmente en
casa del esposo. Por tanto, se necesitaba tener una buena provisión de vino. Y
esto fue lo que falló en Caná.
María estaba entre los invitados de esta
celebración. El texto refiere que Jesús y sus discípulos fueron invitados
junto con María; nos está indicando que la presencia del Hijo en
aquella boda, fue en razón de la madre.
La Virgen como experta y preocupada ama de casa,
inmediatamente se da cuenta que falta el vino, e interviene para ayudar a los
esposos en su dificultad y para que no decaiga la alegría de todos.
Dirigiéndose a Jesús, le expresa su preocupación por esa situación, esperando
una intervención que la resuelva.
Después de una respuesta un tanto enigmática, Jesús
accedió a la petición de la madre, y convirtió en vino copioso y de calidad, el
agua contenida en las seis tinajas, puestas allí para las abluciones rituales
que los judíos realizaban antes de sentarse a la mesa. De esta forma Jesús dio
comienzo a sus prodigios y fue aquél, el signo que suscitó la fe
incipiente de los discípulos en Él, como Mesías.
Es evidente que este relato de las bodas, delinea ya
con bastante claridad, la nueva dimensión, el nuevo sentido de la maternidad de
María. En el texto de Juan, se manifiesta concretamente una maternidad según el
espíritu y no únicamente según la carne; María se preocupa por los hombres, sale
al encuentro en toda la gama de sus necesidades. Este ir al encuentro de las
necesidades del hombre, la introduce en el radio de acción de la misión
mesiánica y del poder salvífico de Cristo.
Por consiguiente, se da una mediación: María se pone
entre su Hijo y los hombres desde sus pobrezas, indigencias y sufrimientos. Se
pone «en medio», hace de mediadora no como una persona
extraña, sinoen su papel de madre; consciente de que como tal, puede,
«tiene el derecho de», hacer presente al Hijo las necesidades de los hombres.
Su mediación tiene un carácter de intercesión: María «intercede» por los
hombres. Y no sólo; como Madre desea también que se manifieste el poder
salvador del Hijo, su poder redentor encaminado a socorrer la desdicha
humana, a liberar al hombre del mal que bajo diversas formas pesa sobre su
vida.
Otra manifestación de la función materna e intercesora
de María se encuentra en las palabras dirigidas a los sirvientes: «Hagan
lo que Él les diga». La Madre de Cristo se presenta ante los hombres comoportavoz
de la voluntad del Hijo, indicadora de aquellas exigencias que deben
cumplirse para que pueda manifestarse el poder salvador del Mesías.
En Caná, gracias a la intercesión de María y a la
obediencia de los criados, Jesús provoca la primera «señal» y contribuye a
suscitar la fe de los discípulos. Redemptoris Mater, 21.
Así como María tomó parte en la Encarnación y la
Redención por su Divina Maternidad y sus dolores en el calvario, así ahora ella
adecuadamente coopera en la distribución de las gracias merecidas por su Hijo.
Dice San Bernardo “Es la voluntad de Dios que obtengamos todo por medio
de María”. Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres. Pero
Él, no por necesidad sino por benevolencia, ha querido
asociarse otros mediadores. Entre ellos, María.
La mediación universal de María, tanto en
la obtención como en la distribución universal de todas las gracias, arranca y
se fundamenta en su función de madre espiritual de todos los hombres, que se
inicia en la tierra y continua ejerciéndola desde el cielo, por lo que María
coopera en la impetración y distribución actual de todas las gracias concedidas
a los hombres.
El pueblo de Dios siempre ha creído en la mediación de
María y ha invocado su misericordia. Basta recordar la oración que ya en el
siglo tercero recitaban los fieles y que posteriormente fue introducida en la
liturgia y que ha llegado hasta nuestros días:
“Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios,
no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien,
líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita“.
La fiesta de María Medianera de todas las gracias fue
instituida por el papa Benedicto XV en 1921; en ella se nos invita a recurrir
siempre con confianza a esta mediación incesante de la Madre del Salvador.
El Concilio Vaticano II ha escrito sobre esta
condición de mediadora de la Santísima Virgen: «María, asunta a los
cielos, no ha dejado su misión salvadora, sino que con su múltiple intercesión
continúa obteniéndonos los dones de la salvación eterna. Con su amor materno
cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y se hallan en
peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada. Por
este motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de
Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. «Lo cual, sin embargo, ha de
entenderse de tal manera que no reste ni añada nada a la dignidad y eficacia de
Cristo, único Mediador». (LG 62).
La Virgen no es solamente la madre de la cabeza, sino
que además ha cooperado con la caridad, al nacimiento de los fieles en
la iglesia y es verdaderamente madre de los miembros de Cristo. En
esta cooperación, María no ha sido instrumento pasivo en las manos de Dios,
sino que ofreció una aportación responsable y activa a través de un servicio
libremente expresado y con fe, esperanza y caridad. LG 53.56.
Para
discernir
¿Busco la intercesión de la Virgen en mi camino de fe?
¿Experimento su cercanía y presencia maternal?
¿Valoro su presencia cooperadora en la salvación
realizada por Jesús?
Para rezar
Mi santísima
Señora, Madre de Dios,
llena de
gracia, tú eres la gloria de nuestra naturaleza,
el canal de
todos los bienes,
la reina de
todas las cosas después de la Trinidad,
la mediadora
del mundo después del Mediador;
tú eres el
puente misterioso que une la tierra con el cielo,
la llave que
nos abre las puertas del paraíso,
nuestra
abogada, nuestra mediadora.
Mira mi fe,
mira mis piadosos anhelos
y acuérdate de
tu misericordia y de tu poder.
Madre de Aquel
que es el único misericordioso y bueno,
acoge mi alma
en mi miseria y,
por tu
mediación, hazla digna de estar
un día a la
diestra de tu único Hijo.
San Efrén de Siria
LECTIO
DIVINA
Si
no son fieles en el uso del dinero injusto,
¿quién les confiará el verdadero bien?
¿quién les confiará el verdadero bien?
+ Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según san Lucas
16, 9-15
Jesús decía a sus discípulos:
«Gánense amigos con el dinero de la
injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las
moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también es fiel
en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo
mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les
confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les
confiará lo que les pertenece a ustedes?
Ningún servidor puede servir a dos
señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el
primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.»
Los fariseos, que eran amigos del dinero,
escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. Él les dijo: «Ustedes aparentan
rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es
estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.»
Palabra del Señor.
LECTURA
- ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la lectura:
Tres sentencias o dichos de Jesús ilustran
la parábola del administrador astuto (16, 1-8). En el texto griego, “dinero,
riqueza” hace referencia a Mamón, nombre de una divinidad pagana, indicando así
que fácilmente puede confundirse el dinero con un dios y, por lo tanto, llegar
a ser una idolatría (16,13; Col 3,5).
Jesús, en el primer dicho (Lc 16,9),
exhorta a utilizar los propios bienes haciendo el bien a los demás (18, 22). De
esta manera se consiguen “amigos” (como en la parábola del administrador astuto),
pero no para que esos amigos retribuyan el favor que se les hizo, probablemente
en tiempos de necesidad, sino para que Dios sea el hospedero y sea Él quien lo
reciba en su casa y le otorgue la vida eterna.
El segundo dicho de Jesús (16, 10-12) enseña
que nadie es dueño absoluto de las riquezas materiales. Los bienes de este
mundo se tienen en “administración”, y a los que sean fieles en la
administración de estos bienes en favor de los hijos de Dios, el Señor les
otorgará los bienes verdaderos, los que corresponden a la vida eterna (12,
31-32).
En el tercer dicho (16,13), Jesús llama la
atención sobre el peligro de considerar los bienes materiales como si fueran
“un dios”. Solo al Dios de Jesucristo hay que amar por sobre todas las
cosas, incluyendo los bienes (Dt 6, 4-5). El que ama al dinero más que a Dios,
termina haciendo toda clase de males para acumular mayor riqueza. El poder de
la codicia es arrollador.
Finalmente en 16, 15, Jesús se refiere a
la hipocresía de los que aparentan ser personas justas, buscando contar siempre
con la aprobación de los demás. La gente podrá aprobarlos y aplaudirlos, pero
Dios no juzga por las apariencias (1 Sm 16,7) ni tampoco lo hace su Hijo Jesús
(Lc 20,21).
Comentario extraído de “Evangelios de la Biblia de
la Iglesia en América” (BIA). Consejo Episcopal Latinoamericano (CEPAL)
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la meditación:
¿Qué significa hoy en lo que hago “ser
fiel en lo poco”?
¿De qué manera se puede servir a Mamón
antes que a Dios en la sociedad que vivimos?
¿Qué maneras hay hoy de aparentar
religiosidad ante los ojos de los hombres y no ante Dios?
ORACIÓN
- ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Oremos guiados por la lectura de los Salmos de la
liturgia de hoy:
SALMO
Sal
111, 1-2. 5-6. 8a y 9 (R.: 1a)
Feliz el hombre que teme al Señor
y se complace en sus mandamientos.
Su descendencia será fuerte en la tierra:
la posteridad de los justos es bendecida.
y se complace en sus mandamientos.
Su descendencia será fuerte en la tierra:
la posteridad de los justos es bendecida.
Dichoso el que se compadece y da prestado,
y administra sus negocios con rectitud.
El justo no vacilará jamás,
su recuerdo permanecerá para siempre.
y administra sus negocios con rectitud.
El justo no vacilará jamás,
su recuerdo permanecerá para siempre.
Su ánimo está seguro, y no temerá,
El da abundantemente a los pobres:
su generosidad permanecerá para siempre,
y alzará su frente con dignidad
El da abundantemente a los pobres:
su generosidad permanecerá para siempre,
y alzará su frente con dignidad
CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Repito y reflexiono en estas dos expresiones de Jesús:
“El que es fiel
en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco,
también es deshonesto en lo mucho.”
“Ningún
servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o
bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede
servir a Dios y al Dinero”.
ACCIÓN
- ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Qué haré para ser fiel en lo poco en el
lugar y ámbito en que me muevo?
¿Sirvo íntegramente a Dios o muchas veces
me sorprendo haciéndolo con el dios dinero?
¿Busco con frecuencia el aplauso de los
hombres antes que el de Dios?
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