TIEMPO DE NAVIDAD – 30 DE DICIEMBRE
La Sagrada
Familia de Jesús, María y José (F)
Toma al niño y a su madre, huye a Egipto
Lectura del libro del Eclesiástico 3, 3-7.
14-17
El que honra a su padre expía sus pecados
y el que respeta a su madre es como quien acumula un tesoro. El que honra a su
padre encontrará alegría en sus hijos y cuando ore, será escuchado. El que
respeta a su padre tendrá larga vida y el que obedece al Señor da tranquilidad
a su madre. El que teme al Señor honra a su padre y sirve como a sus dueños a
quienes le dieron la vida.
La ayuda prestada a un padre no caerá en
el olvido y te servirá de reparación por tus pecados. Cuando estés en la
aflicción, el Señor se acordará de ti, y se disolverán tus pecados como la
escarcha con el calor.
El que abandona a su padre es como un
blasfemo y el que irrita a su madre es maldecido por el Señor.
Hijo mío, realiza tus obras con modestia y
serás amado por los que agradan a Dios.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 127, 1-2. 3. 4-5 (R.: cf. 1)
R. ¡Felices los que temen al Señor y
siguen sus caminos!
¡Feliz el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y todo te irá bien.
Tu esposa será como una vid fecunda
en el seno de tu hogar;
tus hijos, como retoños de olivo
alrededor de tu mesa.
¡Así será bendecido
el hombre que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de Jerusalén!
O bien
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Colosas 3, 12-21
Hermanos:
Como elegidos de Dios, sus santos y
amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la
benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los
otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra
otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse
del amor, que es el vínculo de la perfección.
Que la paz de Cristo reine en sus
corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo.
Y vivan en la acción de gracias.
Que la Palabra de Cristo resida en ustedes
con toda su riqueza. Instrúyanse en la verdadera sabiduría, corrigiéndose los
unos a los otros. Canten a Dios con gratitud y de todo corazón salmos, himnos y
cantos inspirados. Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en
nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.
Mujeres, respeten a su marido, como
corresponde a los discípulos del Señor.
Maridos, amen a su mujer, y no le amarguen
la vida. Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque esto es agradable al
Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, para que ellos no se desanimen.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 2, 13-15. 19-23
Después de la partida de los magos, el
Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al
niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque
Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, tomó de noche al niño y a
su madre, y se fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte de
Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del
Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.
Cuando murió Herodes, el Angel del Señor
se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: «Levántate, toma
al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los
que atentaban contra la vida del niño.»
José se levantó, tomó al niño y a su
madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en
Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en
sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad
llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas:
Será llamado Nazareno.
Palabra del Señor.
Para
reflexionar
El libro del Eclesiástico nos presenta los
consejos que un hombre, que vivió varios siglos antes de Jesucristo, da a sus
hijos. El respeto y la veneración a los padres es agradable a los ojos de Dios,
que no quedará sin recompensa. Los hijos que vivan esa actitud serán venerados
por sus propios hijos. Todos estos consejos, aun conservando hoy plena validez,
deben ampliarse con el respeto de los padres a los hijos que no era
tenido en cuenta en el tipo de relaciones establecidas en el contexto rural del
Antiguo Testamento.
Pablo da algunos consejos para la
convivencia con otros. Los consejos que da el apóstol están muy ligados a las
costumbres y mentalidad de la época. La actitud de Dios debe ser el
modelo de la nuestra.
***
Pocos pasajes tan fuertes como esta huida
de la Sagrada Familia. Un rey tirano hace huir a la familia que Dios ha elegido
para cumplir sus promesas. Cuando se marcharon los Magos, el ángel del Señor se
apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y
huye a Egipto, quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar
al niño para matarlo”.
Dios actúa muchas veces a través de los
acontecimientos, crueles y absurdos, de la vida de los hombres: nace en Belén
por una orden del emperador de Roma, va a Egipto por la crueldad de un rey,
vive en Nazaret por los riesgos que podría correr en Belén. De esa forma se van
cumpliendo las Escrituras.
De igual modo que lo hizo el patriarca
José, el esposo de María salva a su familia llevándosela a Egipto para volver
luego a la tierra prometida. La vida de José está plenamente disponible a
Dios. Por eso el Padre puede ser escuchado y actuar fácilmente a través
de José.
Este episodio que nos narra Mateo nos
presenta una familia en una dura experiencia, es una familia de “exiliados”, a
quienes la violencia y la persecución obliga a huir a un país vecino en
búsqueda de paz y seguridad.
José defiende a su familia, defiende la
familia que se le ha confiado, defiende el proyecto de Dios.
Las familias siempre pasan crisis, porque
los problemas son frecuentes. Unas veces son los problemas económicos,
otras la falta de comprensión, otras la separación, otras los malos tratos,
otras los hijos. Unas veces los padres se quejan de sus hijos, y otras
éstos se quejan de sus padres. Así que siempre hay crisis que afrontar.
No existe la familia ideal. Sin embargo,
hay una fuerza vivificadora que en cualquier circunstancia y,
especialmente, en los momentos de crisis y dificultades, es el camino que
Dios espera de nosotros. Es lo que leíamos en la carta del apóstol Pablo:
“la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la
comprensión” y también el perdón. “Y por encima de todo esto -decía san
Pablo- el amor”.
Este es el mensaje que hoy se nos
dirige a cada uno de nosotros, sea cual sea la situación familiar que
vivimos: defender la familia desde el amor, tenemos siempre la posibilidad de
vivirla mejor. Vivirla mejor si ponemos más y mejor amor en todas las
grandes o pequeñas cosas, en los gestos y palabras o silencios, miradas o
caricias que la componen.
Defender la familia es comprometerse en un
camino de fe y de esperanza en el amor. Vivir el amor en la familia es vivir
los insospechados caminos de la gratuidad. En familia se ama más de lo
que merece cada uno. No se aman en ella unos a otros porque no se
encuentren defectos, porque sean los mejores…, sino porque son el padre,
la madre, los hijos o hermanos.
Defender la familia es vivir la
paternidad, la maternidad y la filiación mucho más de lo que biológicamente se
entiende. Ser padres no se limita a engendrar un hijo y a trabajar
para darle de comer y educarlo. Ser padre y madre es dar vida, ser hijo
es recibirla. Se es padre y madre en la medida que se da vida y se ayuda
a desarrollarla. Se es hijo en la medida en que se acepta la vida
y dejamos que nos ayuden a que se desarrolle.
Defender la familia es no encerrarnos ni
pretender encerrar a los demás en ella como último refugio, huyendo de la
realidad y del compromiso de transformar el mundo. Cuando se pretende
convertir la familia en el único mundo, se acaba en la asfixia. La familia que
vive desde la fe y el amor es siempre una familia abierta donde el amor
se practica y se nutre, pero no se encierra, sino que se abre a los
otros. Entonces la familia acrecienta el amor, pero éste no se agota,
porque puede expandirse hacia los demás y cumple su función de
constructora de una sociedad solidaria.
Defender la familia es creer en ella como
medio elegido por Dios para venir a nosotros y como propuesta de
formación humana y cristiana de personas y de generaciones.
Defender la familia es ver a la
familia como algo más que una pequeña estructura social. Se trata de vivir
pensando en la gran familia humana. Sentir que los chicos de la calle,
los niños abandonados, los niños huérfanos, los que son sometidos a la
violencia familiar, los niños que mueren bajo las balas de narcotraficantes o
policías, son nuestros hijos que claman para que alguien de la familia humana
responda por sus vidas. Sentir que los viejos que mendigan son nuestros
abuelos y abuelas, los hombres y mujeres desocupados son nuestros padres
y nuestras madres que exigen de sus hijos la honra, el respeto y la dignidad
que su condición humana les merece. Defender la familia es defender la vida, es
defender el progreso, es defender el futuro, es defender la justicia, el bien
común. No podemos relativizar a la familia, sería tanto como relativizar
nuestra propia vida.
Para
discernir
¿Sabemos cuándo tenemos que huir, de qué y
de quién?
¿Estamos dispuestos a retornar?
¿Qué papel juega en nuestras idas y
venidas la voz de Dios?
Repitamos a
lo largo de este día
…Sigo tus caminos Señor….
Para la
lectura espiritual
“Cuando defendemos a la familia;
cuando mantenemos la tesis del matrimonio, no queremos decir que se trate
siempre de un matrimonio feliz. Queremos decir que es el teatro del drama
espiritual, el lugar donde ocurren las cosas, y sobre todo las más importantes.
No es tanto el lugar donde un hombre asesina a su mujer, como el lugar donde
puede optar por la no menos extraña solución de no asesinarla. Hay algo de
verdad en el cinismo de decir que el matrimonio es un juicio; pero incluso el
cínico admitirá que un juicio pueda resultar en la absolución. Y el motivo de
que la familia tenga este carácter central y crucial es el mismo que hace que
en política sea el único sostén de la libertad. La familia es la prueba de la
libertad, porque la familia es lo único que el hombre construye por sí mismo y
para sí mismo. Otras instituciones, tanto despóticas como democráticas, están
hechas en gran parte por extraños”. Chesterton
Para rezar
Oración por el hogar
Señor, haz de nuestro hogar un lugar de amor:
donde no haya injurias, porque Tú nos das paciencia;
donde no haya rencor, porque Tú nos enseñas el perdón;
donde no haya abandono, porque Tú estás siempre con nosotros.
donde no haya injurias, porque Tú nos das paciencia;
donde no haya rencor, porque Tú nos enseñas el perdón;
donde no haya abandono, porque Tú estás siempre con nosotros.
Haz, Señor, de nuestras vidas, una página llena de Ti.
Que cada mañana amanezca un día más de entrega.
Que cada noche nos encuentres con más amor de esposos.
Que vivamos todo el día en la ayuda y el consuelo mutuos.
Que cada mañana amanezca un día más de entrega.
Que cada noche nos encuentres con más amor de esposos.
Que vivamos todo el día en la ayuda y el consuelo mutuos.
Ayúdanos, Señor, para educar a nuestros hijos, según
tu imagen y semejanza;
para que vivamos nuestro amor conforme a tu voluntad;
para que veamos en nuestra felicidad un motivo más para amarte;
para que demos a los demás lo mucho que Tú nos has dado.
para que vivamos nuestro amor conforme a tu voluntad;
para que veamos en nuestra felicidad un motivo más para amarte;
para que demos a los demás lo mucho que Tú nos has dado.
Te invitamos, Señor, a nuestro hogar.
Ojalá encuentres el bien en él.
Ojalá encuentres el bien en él.
Amén.
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