9 de enero de 2017

9 de enero de 2017 – TIEMPO DURANTE EL AÑO –

LUNES DE LA SEMANA I

Dejaron las redes y lo siguieron

Comienzo de la carta a los Hebreos 1, 1-6

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas.
Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo.
Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.
Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o: «Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo»?
Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios.» 
Palabra de Dios.

SALMO Sal 96, 1 y 2b. 6 y 7c. 9
R. Adoren a Dios, todos sus ángeles.

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Justicia y derecho sostienen su trono. R.

Los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Ante él se postran todos los dioses. R.

Porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses. R.

EVANGELIO 
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando las redes en el mar.
Jesús les dijo:
«Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con Él.
Palabra de Dios.

Para reflexionar

Comenzamos a escuchar la llamada “carta a los Hebreos” cuyo tema central es el sacerdocio de Jesucristo, que intercede por nosotros ante el Padre. Ante el peligro de desanimarse a causa de las persecuciones, o de la nostalgia por el esplendor de la liturgia que se celebraba en el templo de Jerusalén, el autor exhorta a los fieles a la perseverancia en el seguimiento de Cristo, en la vida de la comunidad eclesial, en el servicio y el amor a los demás.
Presenta la persona de Jesús como el verdadero, el único, el sumo sacerdote definitivo. Así se convierte en un manifiesto mediador: por Él, por su sacrificio en la cruz, nos son perdonados los pecados. Él, superior a cualquier otro mediador, superior a los ángeles y a los más grandes profetas, superior a Moisés. Él presenta nuestras oraciones ante Dios y por medio de Él nos son dadas todas las gracias y los dones de Dios.
***
En las próximas nueve semanas del tiempo ordinario escucharemos el Evangelio de Marcos que se considera como el evangelio más antiguo, del que dependen en buena parte los otros dos sinópticos. Marcos se podría decir que es el iniciador del género literario llamado «evangelio»: que no es una historia, ni una novela, sino una «buena noticia».
De manera sencilla, concreta y popular, irán pasando ante nuestros ojos, los hechos y palabras de Jesús poniendo más relieve en sus acciones. Le interesa presentar la persona de Jesús, con su historia atractiva, sus reacciones, sus miradas, sus sentimientos de afecto o de ira. Marcos quiere presentarnos desde el principio «el evangelio de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios».
Hoy nos presenta a Jesús comenzando su ministerio y predicando por toda Galilea la “Buena Noticia”, el “Evangelio”: el tiempo había llegado a su madurez, las promesas del A.T. se empiezan a cumplir, el “reino de Dios” está cerca, es inminente. Su predicación llamaba urgentemente a la conversión y a la fe en la Buena Noticia que tiene que cambiar nuestra actitud ante la vida.
Ya desde el principio, Jesús llama a algunos discípulos a seguirlo: serán los testigos de su palabra y de sus milagros y serán los enviados a proclamar su mensaje, que gracias a su fidelidad ha llegado hasta nosotros. Comienza llamando dos parejas de hermanos. Yendo de paso junto al mar de Galilea, vio a cierto Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban redes de mano en el mar, porque eran pescadores.
El mar de Galilea es frontera y, al mismo tiempo, conexión con el mundo pagano. Ante la perspectiva del reinado de Dios, Jesús invita a colaborar con Él en primer lugar, a gente de los círculos cercanos del pueblo de Israel, que tienen como ideal, la restauración y la unidad de Israel.
Los llamados por Jesús están representados por dos parejas de hermanos. Todos están llamados por igual al reinado de Dios que se anuncia. No hay privilegios.
Los primeros discípulos de Jesús no pertenecían a la clase sacerdotal que controlaba el templo, ni al grupo de los fariseos o letrados, ni a los saduceos, que conformaban la aristocracia terrateniente. Provenían de Galilea, una región mal vista por la ortodoxia judía, llena de gente descreída y propensa a revoluciones en contra del «orden establecido».
La invitación a seguirlo recuerda la llamada de Elías a Eliseo y alude aquí a la comunicación del Espíritu de Jesús a sus seguidores. La expresión “pescadores de hombres” insinúa una misión universal, no limitada al pueblo judío. Ante la invitación de Jesús, Simón y Andrés abandonan su forma de vida anterior: la esperanza de un cambio suscita en ellos una respuesta positiva.
Lo importante de este texto es que Jesús es el que llama y los que son llamados lo siguen inmediatamente, iniciando en torno suyo el grupo de discípulos. No es un maestro que enseña sentado en su cátedra. Es un maestro que camina por delante. Sus discípulos no son tanto los que aprenden cosas de Él, sino los que lo siguen, los que caminan con Él.
A lo largo de todo el año, somos invitados a escuchar a Jesús, nuestro Maestro y Mediador, que nos anuncia que el reino de Dios está en medio de nosotros, hace falta descubrirlo y abrazarlo, convirtiéndonos a Él, creyéndole y proclamándolo.
También nosotros somos llamados por Jesús a ser discípulos y a seguirlo en su camino, entrando en la escuela del Evangelizador verdadero.
Somos invitados a «convertirnos», o sea, a ir aceptando en nuestras vidas la mentalidad de Jesús. Convertirse significa cambiar, abandonar un camino y seguir el de Jesús.
“Dios nos ha hablado por su Hijo”; nuestra respuesta se realiza siguiéndolo y anunciando la Buena Noticia que recibimos: siendo discípulos y misioneros.

Para discernir

¿Cambió nuestro estilo de vida por el encuentro con Jesús?
¿No se tendría que notar que hemos encontrado al Maestro auténtico?
¿Nos sentimos discípulos y misioneros?

Repitamos a lo largo de este día

…Conviértanse y crean en el Evangelio…

Para la lectura espiritual

«Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios»

…”El hombre contemporáneo camina hoy hacia el desarrollo pleno de su personalidad y hacia el descubrimiento y afirmación crecientes de sus derechos. Como a la Iglesia se ha confiado la manifestación del misterio de Dios, que es el fin último del hombre, la Iglesia descubre con ello al hombre el sentido de la propia existencia, es decir, la verdad más profunda acerca del ser humano.
Bien sabe la Iglesia que sólo Dios, al que ella sirve, responde a las aspiraciones más profundas del corazón humano, el cual nunca se sacia plenamente con solos los alimentos terrenos. Sabe también que el hombre, atraído sin cesar por el Espíritu de Dios, nunca jamás será del todo indiferente ante el problema religioso, como los prueban no sólo la experiencia de los siglos pasados, sino también múltiples testimonios de nuestra época.
Siempre deseará el hombre saber, al menos confusamente, el sentido de su vida, de su acción y de su muerte. La presencia misma de la Iglesia le recuerda al hombre tales problemas; pero es sólo Dios, quien creó al hombre a su imagen y lo redimió del pecado, el que puede dar respuesta cabal a estas preguntas, y ello por medio de la Revelación en su Hijo, que se hizo hombre. El que sigue a Cristo, Hombre perfecto, se perfecciona cada vez más en su propia dignidad de hombre.
El Verbo de Dios, por quien todo fue hecho, se encarnó para que, Hombre perfecto, salvara a todos y recapitulara todas las cosas. El Señor es el fin de la historia humana, punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la civilización, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y plenitud total de sus aspiraciones”… 
Concilio Vaticano II – Constitución dogmática sobre la Iglesia
en el mundo de hoy «Gaudium et spes», § 41, 45

Para rezar

Dispuestos a ser enviados

Señor Jesucristo, que enviaste a los tuyos
a anunciar por el mundo el inmenso amor
que Dios nos tiene,
danos a nosotros fuerzas y capacidad
para seguir los caminos de tantos cristianos
que te han anunciado en todo el mundo,
y han hecho de este espacio de vida
un lugar más humano y más fraterno.
Que anunciemos y practiquemos la fraternidad,
la justicia, la libertad y la solidaridad. 
Y, si quieres enviarnos
a anunciar tu mensaje en el mundo
de una forma especial,
con un compromiso de por vida,
danos con tu llamada
los talentos necesarios para seguirla
con fidelidad y juventud,
con alegría y entusiasmo,
seguro de que Tú vas con nosotros. 
Gracias, Jesús, por hacernos de los tuyos
y darnos un corazón capaz de ser más grande

que nuestras fronteras de raza y sociedad. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.