Unos Momentos con Jesús y María
Lecturas
del 17-9-17 (Domingo de la Semana 24)
SANTORAL: San Jacinto de Polonia
Lectura del libro del
Eclesiástico 27, 30-28, 7
El rencor y la ira son
abominables, y ambas cosas son patrimonio del pecador.
El hombre vengativo sufrirá la venganza del Señor, que llevará cuenta exacta de todos sus pecados.
Perdona el agravio a tu prójimo y entonces, cuando ores, serán absueltos tus pecados.
Si un hombre mantiene su enojo contra otro, ¿cómo pretende que el Señor lo sane? No tiene piedad de un hombre semejante a él ¡y se atreve a implorar por sus pecados! El, un simple mortal, guarda rencor: ¿quién le perdonará sus pecados?
Acuérdate del fin, y deja de odiar; piensa en la corrupción y en la muerte, y sé fiel a los mandamientos; acuérdate de los mandamientos, y no guardes rencor a tu prójimo; piensa en la Alianza del Altísimo, y pasa por alto la ofensa.
El hombre vengativo sufrirá la venganza del Señor, que llevará cuenta exacta de todos sus pecados.
Perdona el agravio a tu prójimo y entonces, cuando ores, serán absueltos tus pecados.
Si un hombre mantiene su enojo contra otro, ¿cómo pretende que el Señor lo sane? No tiene piedad de un hombre semejante a él ¡y se atreve a implorar por sus pecados! El, un simple mortal, guarda rencor: ¿quién le perdonará sus pecados?
Acuérdate del fin, y deja de odiar; piensa en la corrupción y en la muerte, y sé fiel a los mandamientos; acuérdate de los mandamientos, y no guardes rencor a tu prójimo; piensa en la Alianza del Altísimo, y pasa por alto la ofensa.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 102, 1-2. 3-4. 9-10. 11-12 (R.: 8)
R. El
Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia.
lento para enojarse y de gran misericordia.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios. R.
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios. R.
El perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura. R.
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura. R.
No acusa de manera
inapelable
ni guarda rencor eternamente;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas. R.
ni guarda rencor eternamente;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas. R.
Cuanto se alza el cielo
sobre la tierra,
así de inmenso es su amor por los que lo temen;
cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados. R.
así de inmenso es su amor por los que lo temen;
cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados. R.
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 14, 7-9
Hermanos:
Ninguno de nosotros vive para sí, ni tampoco muere para sí. Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor: tanto en la vida como en la muerte, pertenecemos al Señor. Porque Cristo murió y volvió a la vida para ser Señor de los vivos y de los muertos.
Ninguno de nosotros vive para sí, ni tampoco muere para sí. Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor: tanto en la vida como en la muerte, pertenecemos al Señor. Porque Cristo murió y volvió a la vida para ser Señor de los vivos y de los muertos.
Palabra de Dios.
X Lectura del santo
Evangelio según san Mateo 18, 21-35
Se adelantó Pedro y dijo a
Jesús: «Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que
me haga? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: «Señor, dame un plazo y te pagaré todo.» El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: «Págame lo que me debes.» El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: «Dame un plazo y te pagaré la deuda.» Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: «¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecía de tí?» E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos.»
Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: «Señor, dame un plazo y te pagaré todo.» El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: «Págame lo que me debes.» El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: «Dame un plazo y te pagaré la deuda.» Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: «¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecía de tí?» E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos.»
Palabra del Señor.
Reflexión
Jesucristo nos enseña a perdonar siempre.
Cuando perdonamos a nuestros hermanos y a nuestros enemigos, imitamos a Dios
que siempre perdona.
Si Dios no dudó en entregar a su Hijo por nuestros
pecados, cuánto más debemos nosotros perdonarnos mutuamente las ofensas.
Después de afirmar su doctrina sobre el perdón de
las ofensas, el Señor cuenta la parábola del siervo sin misericordia.
Diez mil talentos era una cantidad muy grande de
dinero, y el señor, tiene compasión de él y le perdona la deuda.
Así es el perdón de Dios. Es mucho lo que le
debemos, pero Él tiene misericordia de nosotros y nos perdona.
Nosotros no tenemos con qué pagar nuestra deuda con
Dios y Él nos perdona siempre, simplemente porque es movido a compasión.
Nuestra deuda con Dios es siempre grande tal como
era grande la deuda del siervo de la parábola.
Y Dios perdona...
Con ese perdón, Dios nos deja en libertad, ya que el
perdón de Dios nos hace libres y de siervos que somos, nos convierte en hijos.
Pero ¿y nosotros?
¿No somos muchas veces como el siervo de la
parábola?. En lugar de imitar la compasión que Dios nos tiene, y ser también
nosotros compasivos con los que nos rodean,... hacemos todo lo contrario.
No imitamos a Dios siendo también nosotros
misericordiosos. Nuestra mezquindad, contrasta muchas veces con la generosidad
de Dios.
Pero Jesús en la segunda parte de esta parábola nos
muestra ¡cómo nos ve Dios y cómo seremos considerados por Él!, cuando no somos
compasivos.
Jesús nos muestra que el siervo a quien su amo le
había perdonado una deuda inmensa, no es capaz de ser compasivo con quien tiene
con él una deuda pequeña. Y el Señor nos muestra también, que al enterarse de
su actitud, su amo, lo hace arrestar hasta que pague todo su gran deuda.
Y termina diciéndonos Jesús, que esto mismo hará el
Padre Celestial si no perdonamos de corazón a nuestros hermanos.
Hoy Dios nos pone una meta muy exigente. ¡Perdonar
de corazón!
¡Perdonar desde adentro y no por compromiso!
Sólo así estaremos imitando a Dios en su
misericordia.
Dios nos perdona muchísimo. En comparación, lo que
puedan adeudarnos los hombres es
muy poca cosa.
¿Seremos capaces de darnos cuenta lo poquito que es
lo que nos debe nuestro hermano, comparado con lo que nosotros le debemos a
Dios?
Si logramos pensar de esta forma y darnos cuenta,
entonces seremos capaces de perdonar a nuestro hermano, siempre.
Y sólo así, cuando en el padrenuestro le digamos a
Dios: ...¨perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos
ofenden¨, lo haremos confiados que ese perdón que nosotros hacemos de corazón
nos permite pagar nuestra gran deuda con Dios e ir creciendo en el ¨Amor¨.
En nuestra vida de todos los días, son muchas las
veces que tenemos que perdonar, y también muchas las veces en que tenemos que
ser perdonados. Pero ese perdón que recibimos y que damos, permite transformar
el mal que hacemos o el que recibimos en una fuerza de bien, que nos permite
estar cada vez más cerca de Dios.
Pidámosle hoy a María, que nos eduque para ser
siempre misericordiosos con los que nos rodean y así consigamos que Dios nos
dirija una sonrisa de complacencia y su ¨Perdón¨.
Hoy en este día de la Virgen de los Dolores, le
decimos a ella:
Madre:
Señora de la Pascua.
Señora del Viernes y del Domingo,
Señora de la noche y la mañana,
Señora del silencio y de la cruz,
Señora del amor y de la entrega,
Señora, queremos decirte muchas gracias,
Muchas gracias Señora por tu Fíat,
por tu completa disponibilidad de Esclava,
por tu pobreza y tu silencio,
por el gozo de tus siete espadas,
por el dolor de todas tus partidas,
que fueron dando la paz a tantas almas.
Señora,
muchas gracias, por haberte quedado con nosotros.
Ve, de la cruz pendiente,
la Madre dolorida
al Rey de eterna vida
que muere por mi amor;
y el vaticinio triste
de Simeón, cumplido,
deja en su pecho herido
la espada del dolor.
Por el común delito
la víctima se entrega,
y hasta la muerte llega
nuestro Dios y Señor,
y cada dolor suyo
acrece tus dolores,
Reina ayer de las flores,
hoy Reina del dolor.
Al ver de un Dios la muerte
y que su madre llora,
tiembla la tierra toda,
cual si fuera a estallar,
y hasta el velo del templo
se rasga dividido,
¿y el pecho endurecido
se negará a llorar?
Alma que ves en trance
tan duro e inclemente
penar al Inocente,
morir al mismo Dios,
atiende de María
el silencioso llanto
y piensa si hay quebranto
mayor que su dolor.
Mi culpa es tu tormento,
mi pecado tu herida,
oh Madre dolorida:
tu sufres, y es por mí.
Haz que en mi alma se clave
el despiadado acero
que, insensible y fiero,
hoy te traspasa a ti. Amén.
Himno de la Liturgia de las Horas
SANTORAL:
San Jacinto de Polonia, religioso (1185-1257)
La Iglesia está en plena época feudal propia de la
época. Los obispos y abades son grandes señores con mucho poder e influencia
incluso en las decisiones políticas de los nobles y reyes. También un Francisco
de Asís habla a las aves y un Domingo está convirtiendo herejes. Roma ha
conseguido centralizar la disciplina y liturgia y se ve en la obligación de
atender a todos los asuntos; hace mucho por arreglar las complicadas cosas de
los reinos y algunas se escapan a su control.Jacinto en hijo de los condes de
Konskie; nació en el castillo de Lanka, fortaleza que domina la villa polaca de
Gross-Stein. Estudió en Praga, hizo derecho en Bolonia y cursó teología en
París. Con tal curriculum es nombrado canónigo de Cracovia.Un viaje a Roma va a
influir de modo decisivo en su vida. Iba a la Ciudad Eterna acompañando con
otros clérigos a su tío Yvon Odrowaz, entonces obispo de Cracovia, para hacer
visita reglamentaria al Papa; ésta es la ocasión para conocer a Santo Domingo
de Guzmán que está allí cumpliendo encargos de Honorio III. El encuentro del
buen obispo con el santo fundador tuvo lugar con ocasión de un milagro
reciente. Y el motivo fue la súplica y el ruego esperanzado de conseguir
religiosos misioneros para Cracovia que estaba necesitada de sacerdotes y de
instrucción. No cuenta Domingo con predicadores polacoparlantes. Pero cuatro de
los acompañantes del obispo polaco se muestran dispuestos a ser recibidos por
el fundador entre los dominicos; como son ya sacerdotes, reciben una formación
específica intensiva: corto noviciado, retoques de espíritu y ¡a predicar y
fundar conventos!. Han aprendido unas normas sencillas: alabar a Dios, dar
doctrina y estar dispuestos a sellar con su sangre su verdad.Cracovia está
situada en una planicie ondulada, bañada por el Vístula y cercada de bosques de
pinos. La ciudad está defendida por fuertes murallas. El día de todos los
santos del 1222 llegó Jacinto ya dominico y misionero. Se va haciendo conocer
por los labriegos y artesanos. Tiene fama de taumaturgo. Construye un primer
convento de madera y luego le llegan donaciones hasta que Cracovia se llega a
convertir en cuna de predicadores del norte de Europa.La frontera oriental
limita con Prusia, aún un país pagano, semibárbaro e idólatra. Allí va Jacinto
a ser su misionero. Y le sigue la fama de los milagros. Luego será la gran
Rusia, con sus estepas heladas y desiertas, la que recorrerá Jacinto, llegando
hasta Kiev. Por aquellas tierras sí que conocen las gentes a Jesús; pero son
cismáticos quienes han predicado el Evangelio. La Iglesia católica occidental
que obedece a Roma no tiene nada que hacer; pero una curación milagrosa de la
ceguera de la hija del príncipe Wladimiro le abre la posibilidad de fundar el
primer monasterio occidental en Rusia.Vienen las invasiones tártaras con Batou,
hijo de Gengis-Kan, al frente de sus implacables y demoledoras huestes que
llegaron a las mismas puertas de Hungría, Polonia y Austria, haciendo temblar a
todo el occidente; hicieron que Jacinto hubiera de interrumpir sus quehaceres
apostólicos y replegarse al interior del continente hasta que pudiera volverse
a reemprender la siembra.La leyenda áurea lo hace fundador de conventos en
Noruega, Suecia, Finlandia, Escocia, Irlanda, Bulgaria, Hungría y no se sabe
por cuántos sitios más. No se dispone de datos históricos con los que puedan
apoyarse todas estas correrías del santo. Más bien parece que son producto de
la imaginación o que intentan afirmar que fueron sus inmediatos discípulos quienes
llegaron a hacer lo que materialmente él no pudo.Muere Jacinto (o Jacek, como
debió ser su genuino nombre) en su convento de Cracovia, el 15 de Agosto de
1257, dejando sembrada Polonia de innumerables conventos y de frailes. No
extraña por ello que los polacos lo tengan como patrón principal. Hizo irradiar
el Evangelio hasta los confines de Europa con éxitos apostólicos en ocasiones
no muy duraderos, pero que afianzaban la fe en su patria, siempre que la
proyectaba hacia el exterior de sus fronteras. 17 de AgostoSanta Beatriz de
Silva y Meneses (c. a. 1424 - c. a. 1492)El padre de Beatriz había luchado con
las fuerzas portuguesas en la conquista de Ceuta en el año 1415, a las órdenes
del capitán Pedro Meneses, conde de Viana y descendiente de los reyes de Castilla.
De esa conquista parte el origen de amistad, conocimiento y posterior unión de
las familias Silva y Meneses por el matrimonio entre don Rui Gomes de Silva y
doña Isabel Meneses. Tuvieron once hijos y dos de ellos están en los altares;
Amadeo, el quinto de los hermanos, que tomó el hábito franciscano, fundó la
Orden llamada de los "amadeístas" y se dedicó a implantar la reforma
en la Iglesia y Beatriz que fue canonizada por el Papa Pablo VI el día 3 de
octubre del año 1976.Se desconoce con certeza el lugar y fecha del nacimiento
de Beatriz. En cuanto al lugar algunos entendidos se pronuncian por Ceuta y
otros se inclinan por Campomayor; y en lo que se refiere a la fecha se duda
entre el 1424 o 1426. Sí se sabe que por los favores prestados en las guerras
del norte de Africa, el rey Juan I ofreció la Alcaldía de Campomayor a don Rui
Gomez de Silva, ciudad fronteriza con España, en el distrito de Portalegre y
perteneciente a la diócesis de Evora, allá en el Alentejo. Fue en la casa
solariega de la familia donde tanto Beatriz como sus hermanos recibieron una
esmerada educación y aprendieron el amor a Dios, a Jesucristo y a su Madre
santa María. Consta como avecindada en Campomayor los años 1434 al 1447.Cuando
el rey Juan II de Castilla contrajo matrimonio con Isabel de Portugal, se
traslada la reina portuguesa al lado de su marido y es en Tordesillas
(Valladolid) donde está la Corte. Lleva con ella a damas portuguesas que la
acompañan y entre las cuales se encuentra Beatriz. Parece que su belleza fascinó
al Rey y a cuantos jóvenes la llegaron a conocer; y que eso fue la causa de que
pronto llegaran los celos de la Reina. Se cuenta que mandó encerrar a Beatriz
en un baúl y que de este cautiverio fue milagrosamente salvada por la Virgen al
tercer día de encierro.Llega al convento de Santo Domingo el Real, en Toledo.
Allí moró durante treinta años en calidad de seglar dedicada al silencio y a la
oración, al sacrificio y al desprecio del mundo. Llega a contar la historia
anónima del siglo XVI que jamás nadie, ni hombre ni mujer, vió su rostro por
mantenerlo siempre cubierto con un velo, muy posiblemente por haber sido su
belleza el motivo de locuras ajenas. Dedicó todos sus bienes al culto a Dios y
a obras de caridad, repartiéndolos entre los pobres. Intenta interesar a la
Reina Isabel la Católica en sus proyectos de fundar y consigue de ella la
donación de las casas de los palacios reales de Galiana, junto a la muralla
norte de Toledo y su capilla. Y contando con la decisión de doce compañeras
funda la Orden de la Inmaculada Concepción, que el Papa Inocencio VIII aprueba
con la Bula "Inter Universa" el 30 de abril de 1489. Poco tiempo de
vida pudo dirigir la nueva orden inmaculista por morir, avisada unos días antes
por la Virgen, en la misma fecha en que estaba prevista la ceremonia de toma de
velos y fundación.El franciscano P. Fray Juan de Tolosa evitó la extinción de
la recién nacida Orden impidiendo que se fusionaran en Toledo las
concepcionistas con las dominicas.Luego, el también franciscano Cardenal Cisneros
volvió a avivar la Orden y facilitó la fundación de nuevos conventos.Su obra se
extendió por Europa y América llegándose a contar la Orden más de 150
monasterios al ser canonizada por Pablo VI el 3 de Octubre de 1976.Es un
consuelo para los españoles ver en la historia patria la decisión y empeño del
fervor creyente sin fisuras en la Inmaculada Concepción de la Virgen siglos
antes de que esa verdad fuera proclamada dogma por la autoridad máxima de la
Iglesia.
Otros
Santos cuya fiesta se celebra hoy: Santos: Beatriz de Silva, fundadora;
Jacinto, confesor; Acacio, Cuadrado, Bonifacio, Siervo, Rústico, Rogato,
Séptimo, Máximo, Mamés, Paulino, Juliana, Mirón, Eutiquiano, Cipriano,
mártires; Alipio, Cecilia, Benedicta, Reinilda, Clara, Donato, Ernán, confesores;
Carlomagno, monje.
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