8 de septiembre de 2017 – TO – VIERNES DE LA XXII SEMANA
8 de septiembre - Natividad de la
Santísima Virgen María (F)
El salvará a su pueblo
Lectura de la profecía de Miqueas
5, 1-4a
Así habla el Señor:
Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los
clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se
remontan al pasado, a un tiempo inmemorial.
Por eso, el Señor los abandonará hasta el
momento en que dé a luz la que debe ser madre; entonces el resto de sus
hermanos volverá junto a los israelitas. El se mantendrá de pie y los
apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del nombre del Señor, su
Dios.
Ellos habitarán tranquilos, porque él será
grande hasta los confines de la tierra. ¡Y él mismo será la paz!
Palabra de Dios.
O bien:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de
Roma 8, 28-30
Hermanos:
Sabemos, además, que Dios dispone todas
las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su
designio.
En efecto, a los que Dios conoció de
antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera
el Primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los
llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también
los glorificó.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 12, 6ab.
6c (R.: Is 61, 10)
R. Yo desbordo de
alegría en el Señor.
Yo confío en tu misericordia:
que mi corazón se alegre porque me
salvaste. R.
¡Cantaré al Señor porque me ha favorecido!
R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 1, 1-16. 18-23
Genealogía de Jesucristo, hijo de David,
hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob,
padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre
de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de Arám; Arám, padre
de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue
padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre
de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David.
David fue padre de Salomón, y la madre de
este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám,
padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de
Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz;
Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón;
Amón padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el
destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia:
Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre
de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de
Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar;
Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el
esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
Este fue el origen de Jesucristo:
María, su madre, estaba comprometida con
José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del
Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería
denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del
Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas
recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene
del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de
Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo
que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz
un hijo a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que traducido significa: «Dios
con nosotros.»
Palabra del Señor.
Para reflexionar
Para explicar el origen de Jesús, en el
evangelio de hoy Mateo emplea un recurso literario utilizado en la antigüedad,
que es la genealogía. Las genealogías servían para conocer los antepasados de
una persona, y esto era de suma importancia en la cultura de los pueblos del
oriente antiguo, en la que el individuo se entendía a sí mismo, y era visto por
los demás, como parte de un grupo con el que establecía una relación de
parentela por los lazos de la sangre y de la carne. La familia era el depósito
de honor acumulado por todos los antepasados, y cada uno de sus miembros
participaba de dicho honor y estaba obligado a defenderlo.
La intención de Mateo al comenzar su
evangelio con esta genealogía es dar a conocer la ilustre ascendencia de Jesús,
que se remonta nada menos que a David y a Abraham, presentándolo así como un
personaje muy importante y honorable a los ojos de sus contemporáneos.
Los textos litúrgicos de la Escritura
seleccionados para honrar hoy a María no hablan de su Natividad, este hecho
quedó desde el primer momento perdido en un anonimato similar al de cientos de
hijos de Israel.
En los planes de Dios, la humildad, el
silencio, el pasar desapercibido, se hacen habituales. El misterio escondido en
el nacimiento será iluminado desde acontecimientos posteriores.
Por eso, la liturgia se fija en el gran
acontecimiento de la natividad de un Niño, de un Elegido, Predestinado, Jesús,
que, proviniendo de la casa y familia de David, da cumplimiento a cuanto en la
Biblia se dijo sobre el Mesías, Salvador.
Los textos muestran con claridad que hemos
conocido la verdadera historia de la predestinación de María a través de la
sorprendente historia de salvación que realizó su Hijo, Jesús.
Hoy nosotros, desde la salvación que Jesús
nos ofrece con su muerte y resurrección, orientamos nuestra mirada hacia la
Mujer que fue objeto de predilección, haciendo nuestra la aclamación: ¡Dichoso
el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron!
Todos los títulos de grandeza de María,
desde su concepción hasta su coronación en el cielo, derivan de la misión de
Madre del Mesías. ¡Dichosa porque has creído y has sido llamada para ser Madre
de Dios y Madre nuestra!
Celebremos esta fiesta evocando en nuestra
memoria el recuerdo de aquellos que nos han marcado un camino en la fe. Que el
recuerdo de María como Madre de Jesús, parte de una familia y de un pueblo nos
ayude a asumir nuestra responsabilidad histórica de hacer crecer y pasar la
herencia de la fe.
Para discernir
¿Discierno mi vida sabiéndome inserto en
el plan de salvación de Dios?
¿He tenido experiencia que los caminos de
Dios no son mis caminos? ¿Lo he vivido con docilidad y humildad?
¿Qué pasos de profundidad tengo que dar en
mi pertenencia a la Iglesia?
Repitamos a lo largo de este día
…El plan del Señor subsiste para siempre…
Para la lectura espiritual
[…]En
la liturgia del día la palabra «paz» aparece enseguida «en la oración al inicio
de la misa». Pero está también repetida en la primera lectura del libro del
profeta Miqueas (5, 1-4): «Cuando él anuncia la llegada del Salvador, termina
así: “Él será la paz”». Y de nuevo en el Evangelio de Mateo (1, 1-16.18-23):
«Después de la genealogía de Jesús, viene el sueño de José y el ángel dice: “y
le pondrán por nombre Emmanuel” que traducido significa Dios con nosotros». Y
«Dios con nosotros es la paz».
He aquí que por «tres veces hoy se habla de la paz» en
la liturgia, insistió el Papa, añadiendo: «Y pidamos esto: crecer en la paz. La
liturgia de hoy está toda relacionada con este camino y todos nosotros, también
el mundo entero, necesitamos la paz».
«Si nosotros pedimos la paz –explicó– es porque la paz
es un don: un don que nos da el Señor. Pero también pedimos crecer en la paz:
es un don, pero además un don que tiene su camino de vida, su camino de historia;
un don que cada uno de nosotros debe tomar y trabajar para ayudarlo a crecer»,
Y «en la historia de la salvación, desde la primera promesa del Señor en el
paraíso terrestre hasta la llegada de Jesús, hay un largo camino que hemos oído
en el Evangelio: este generó a ese, ese generó al otro».
Precisamente «este camino de santos y pecadores
–afirmó el Papa– nos dice que nosotros también debemos tomar este don de la paz
y abrirle camino en nuestra vida, hacerlo entrar en nosotros, hacerlo entrar en
el mundo». Por lo demás, «la paz no se hace de un día para otro: la paz es un
don, pero un don debe ser tomado y trabajado cada día». Por eso, prosiguió
Francisco, «podemos decir que la paz es un don que se vuelve artesanal en las
manos de los hombres: somos nosotros hombres, cada día, los que damos un paso
por la paz, es nuestro trabajo. Es nuestro trabajo con el don recibido: hacer
la paz»[…]
Párrafos
de la homilía Papa Francisco 8 de septiembre 2016 – Santa Marta
Para rezar
Poesía a la Natividad de María
Canten hoy, pues nacéis Vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Canten hoy, pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.
Digan, Señora, de Vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.
Canten y digan, por Vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Y nosotros, que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también,
el corazón y las manos.
Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Amén.
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Canten hoy, pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.
Digan, Señora, de Vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.
Canten y digan, por Vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Y nosotros, que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también,
el corazón y las manos.
Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Amén.
Lope de Vega
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.