14
de enero de 2019 – TO – LUNES DE LA I SEMANA
Dejaron las
redes y lo siguieron
Comienzo
de la carta a los Hebreos 1, 1-6
En
distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros
padres por los profetas.
Ahora,
en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de
todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo.
Él
es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su
palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está
sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre
los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.
Pues,
¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o: «Yo seré
para él un padre, y él será para mí un hijo»?
Y
en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos
los ángeles de Dios.»
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 96, 1 y 2b. 6 y 7c. 9
R.
Adoren a Dios, todos sus ángeles.
El
Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Justicia y derecho sostienen su trono. R.
se alegran las islas innumerables.
Justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los
cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Ante él se postran todos los dioses. R.
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Ante él se postran todos los dioses. R.
Porque
tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses. R.
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20
Cuando
arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía:
«Se
ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el
Evangelio.»
Pasando
junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran
pescadores y estaban echando las redes en el mar.
Jesús
les dijo:
«Vengan
conmigo y los haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente
dejaron las redes y lo siguieron.
Un
poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que
estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo
en la barca con los jornaleros y se marcharon con Él.
Palabra de Dios.
Palabra de Dios.
Para reflexionar
Comenzamos
a escuchar la llamada “carta a los Hebreos” cuyo tema central es el sacerdocio
de Jesucristo, que intercede por nosotros ante el Padre. Ante el peligro de
desanimarse a causa de las persecuciones, o de la nostalgia por el esplendor de
la liturgia que se celebraba en el templo de Jerusalén, el autor exhorta a los
fieles a la perseverancia en el seguimiento de Cristo, en la vida de la
comunidad eclesial, en el servicio y el amor a los demás.
Presenta
la persona de Jesús como el verdadero, el único, el sumo sacerdote definitivo.
Así se convierte en un manifiesto mediador: por Él, por su sacrificio en la
cruz, nos son perdonados los pecados. Él, superior a cualquier otro mediador,
superior a los ángeles y a los más grandes profetas, superior a Moisés. Él
presenta nuestras oraciones ante Dios y por medio de Él nos son dadas todas las
gracias y los dones de Dios.
***
En
las próximas semanas del tiempo ordinario escucharemos el Evangelio de Marcos
que se considera como el evangelio más antiguo, del que dependen en buena parte
los otros dos sinópticos. Marcos se podría decir que es el iniciador del género
literario llamado «evangelio»: que no es una historia, ni una novela, sino una
«buena noticia».
De
manera sencilla, concreta y popular, irán pasando ante nuestros ojos, los
hechos y palabras de Jesús poniendo más relieve en sus acciones. Le interesa
presentar la persona de Jesús, con su historia atractiva, sus reacciones, sus
miradas, sus sentimientos de afecto o de ira. Marcos quiere presentarnos desde
el principio «el evangelio de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios».
Hoy
nos presenta a Jesús comenzando su ministerio y predicando por toda Galilea la
“Buena Noticia”, el “Evangelio”: el tiempo había llegado a su madurez, las
promesas del A.T. se empiezan a cumplir, el “reino de Dios” está cerca, es
inminente. Su predicación llamaba urgentemente a la conversión y a la fe en la
Buena Noticia que tiene que cambiar nuestra actitud ante la vida.
Ya
desde el principio, Jesús llama a algunos discípulos a seguirlo: serán los
testigos de su palabra y de sus milagros y serán los enviados a proclamar su
mensaje, que gracias a su fidelidad ha llegado hasta nosotros. Comienza
llamando dos parejas de hermanos. Yendo de paso junto al mar de Galilea, vio a
cierto Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban redes de mano en el
mar, porque eran pescadores.
El
mar de Galilea es frontera y, al mismo tiempo, conexión con el mundo pagano.
Ante la perspectiva del reinado de Dios, Jesús invita a colaborar con Él en
primer lugar, a gente de los círculos cercanos del pueblo de Israel, que tienen
como ideal, la restauración y la unidad de Israel.
Los
llamados por Jesús están representados por dos parejas de hermanos. Todos están
llamados por igual al reinado de Dios que se anuncia. No hay privilegios.
Los
primeros discípulos de Jesús no pertenecían a la clase sacerdotal que
controlaba el templo, ni al grupo de los fariseos o letrados, ni a los
saduceos, que conformaban la aristocracia terrateniente. Provenían de Galilea,
una región mal vista por la ortodoxia judía, llena de gente descreída y
propensa a revoluciones en contra del «orden establecido».
La
invitación a seguirlo recuerda la llamada de Elías a Eliseo y alude aquí a la
comunicación del Espíritu de Jesús a sus seguidores. La expresión “pescadores
de hombres” insinúa una misión universal, no limitada al pueblo judío. Ante la
invitación de Jesús, Simón y Andrés abandonan su forma de vida anterior: la
esperanza de un cambio suscita en ellos una respuesta positiva.
Lo
importante de este texto es que Jesús es el que llama y los que son llamados lo
siguen inmediatamente, iniciando en torno suyo el grupo de discípulos. No es un
maestro que enseña sentado en su cátedra. Es un maestro que camina por delante.
Sus discípulos no son tanto los que aprenden cosas de Él, sino los que lo
siguen, los que caminan con Él.
A
lo largo de todo el año, somos invitados a escuchar a Jesús, nuestro Maestro y
Mediador, que nos anuncia que el reino de Dios está en medio de nosotros, hace
falta descubrirlo y abrazarlo, convirtiéndonos a Él, creyéndole y
proclamándolo.
También
nosotros somos llamados por Jesús a ser discípulos y a seguirlo en su camino,
entrando en la escuela del Evangelizador verdadero.
Somos
invitados a «convertirnos», o sea, a ir aceptando en nuestras vidas la
mentalidad de Jesús. Convertirse significa cambiar, abandonar un camino y
seguir el de Jesús.
“Dios
nos ha hablado por su Hijo”; nuestra respuesta se realiza siguiéndolo y
anunciando la Buena Noticia que recibimos: siendo discípulos y misioneros.
Para discernir
¿Cambió
nuestro estilo de vida por el encuentro con Jesús?
¿No
se tendría que notar que hemos encontrado al Maestro auténtico?
¿Nos
sentimos discípulos y misioneros?
Repitamos a lo largo de este día
Conviértanse
y crean en el Evangelio
Para la lectura espiritual
«Se ha cumplido
el plazo, está cerca el Reino de Dios»
…”El hombre
contemporáneo camina hoy hacia el desarrollo pleno de su personalidad y hacia
el descubrimiento y afirmación crecientes de sus derechos. Como a la Iglesia se
ha confiado la manifestación del misterio de Dios, que es el fin último del
hombre, la Iglesia descubre con ello al hombre el sentido de la propia
existencia, es decir, la verdad más profunda acerca del ser humano.
Bien sabe la
Iglesia que sólo Dios, al que ella sirve, responde a las aspiraciones más
profundas del corazón humano, el cual nunca se sacia plenamente con solos los
alimentos terrenos. Sabe también que el hombre, atraído sin cesar por el Espíritu
de Dios, nunca jamás será del todo indiferente ante el problema religioso, como
los prueban no sólo la experiencia de los siglos pasados, sino también
múltiples testimonios de nuestra época.
Siempre deseará
el hombre saber, al menos confusamente, el sentido de su vida, de su acción y
de su muerte. La presencia misma de la Iglesia le recuerda al hombre tales
problemas; pero es sólo Dios, quien creó al hombre a su imagen y lo redimió del
pecado, el que puede dar respuesta cabal a estas preguntas, y ello por medio de
la Revelación en su Hijo, que se hizo hombre. El que sigue a Cristo, Hombre
perfecto, se perfecciona cada vez más en su propia dignidad de hombre.
El Verbo de
Dios, por quien todo fue hecho, se encarnó para que, Hombre perfecto, salvara a
todos y recapitulara todas las cosas. El Señor es el fin de la historia humana,
punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la
civilización, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y plenitud total
de sus aspiraciones”…
Concilio
Vaticano II – Constitución dogmática sobre la Iglesia en el
mundo de hoy
«Gaudium et spes», § 41, 45
Para rezar
Dispuestos a ser
enviados
Señor
Jesucristo, que enviaste a los tuyos
a anunciar por
el mundo el inmenso amor
que Dios nos
tiene,
danos a nosotros
fuerzas y capacidad
para seguir los
caminos de tantos cristianos
que te han
anunciado en todo el mundo,
y han hecho de
este espacio de vida
un lugar más
humano y más fraterno.
Que anunciemos y
practiquemos la fraternidad,
la justicia, la
libertad y la solidaridad.
Y, si quieres
enviarnos
a anunciar tu
mensaje en el mundo
de una forma
especial,
con un
compromiso de por vida,
danos con tu
llamada
los talentos
necesarios para seguirla
con fidelidad y
juventud,
con alegría y
entusiasmo,
seguro de que Tú
vas con nosotros.
Gracias, Jesús,
por hacernos de los tuyos
y darnos un
corazón capaz de ser más grande
que nuestras
fronteras de raza y sociedad. Amén.
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