24
de julio de 2020 – TO – VIERNES DE LA XVI SEMANA
El que escucha
la Palabra y la comprende produce fruto.
Lectura
del libro del profeta Jeremías 3, 14-17
«¡Vuelvan,
hijos apóstatas -oráculo del Señor- porque yo soy el dueño de ustedes! Yo los
tomaré, a uno de una ciudad y a dos de una familia, y los conduciré a Sión.
Después les daré pastores según mi corazón, que los apacentarán con ciencia y
prudencia. Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en
aquellos días -oráculo del Señor- ya no se hablará más del Arca de la Alianza
del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de
menos, ni se la volverá a fabricar.
En
aquel tiempo, se llamará a Jerusalén “Trono del Señor”; todas las naciones se
reunirán en ella, y ya no seguirán más los impulsos de su corazón obstinado y
perverso.»
Palabra
de Dios.
SALMO Jer
31, 10. 11-12b. 13 (R.: cf. 10d)
R. El
Señor nos cuidará como un pastor a su rebaño.
¡Escuchen,
naciones, la palabra del Señor,
anúncienla
en las costas más lejanas!
Digan:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
y
lo cuidará como un pastor a su rebaño.» R.
Porque
el Señor ha rescatado a Jacob,
lo
redimió de una mano más fuerte que él.
Llegarán
gritando de alegría a la altura de Sión,
afluirán
hacia los bienes del Señor. R.
Entonces
la joven danzará alegremente,
los
jóvenes y los viejos se regocijarán;
yo
cambiaré su duelo en alegría,
los
alegraré y los consolaré de su aflicción. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 13, 18-23
Jesús
dijo a sus discípulos:
«Escuchen,
entonces, lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la
Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había
sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del
camino.
El
que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la
acepta en seguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es
inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de
la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El
que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero
las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no
puede dar fruto.
Y
el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende.
Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Hoy,
Dios dice una palabra esperanzadora. En el contexto histórico del exilio, de la
dispersión, Jeremías anuncia el retorno de los deportados.
El
Arca de la Alianza era el objeto de culto más sagrado, era el símbolo más
explícito de la Presencia de Dios en el Templo. En 587 junto con el Templo, fue
quemada por los invasores caldeos.
Jeremías
se atrevió a pedir que no se lamentara la ausencia del templo y del arca, y que
no trataran de reconstruirla; porque la Presencia de Dios estaría en adelante,
en el corazón de la comunidad.
En
el futuro no se hablará del Arca de la Alianza, Jerusalén es la que pasa a ser
el Arca, la Presencia de Dios se encuentra donde se viven relaciones de
justicia, solidaridad y amor. Todas las naciones se incorporarán a Jerusalén,
abandonando la terquedad de sus corazones. Todas las naciones son invitadas.
Dios promete pastores según su corazón, que los conducirán con prudencia e
inteligencia.
***
Contemplamos
a Dios como un agricultor bueno y magnánimo, que siembra a manos llenas. No ha
sido avaro en la redención del hombre, sino que lo ha gastado todo en su propio
Hijo Jesucristo.
La
parábola del sembrador es retomada para mostrar lo que sucede en el hombre
desde la experiencia de la Palabra que germina en la vida. Dios nos ofrece el
don de su palabra sin fijarse inicialmente qué tipo de terreno somos.
La
palabra es comparada con una semilla porque es fuerza de vida, que genera Vida,
en la vida de quien la recibe.
Están
los que no tienen el espacio suficiente para que ella haga su efecto y entonces
se pierde rápidamente. Hay otros oyentes distraídos que no se dan al menos un
espacio de silencio y oración para asimilar la Palabra o más exactamente, para
“comprenderla”.
Existen
dos factores que impiden en la vida espiritual que el camino de asimilación y
maduración sea siempre ascendente y provechoso: las preocupaciones del mundo y
el apego a las cosas que distraen el corazón de lo esencial.
Por
el contrario se encuentran en situación de comprender la palabra los que le
permiten un espacio en su vida y se dejan confrontar por ella. Esto provoca una
experiencia vital de la Palabra que, en como semilla, germina en nosotros y está
en condiciones de dar lo frutos de vida nueva de la cual es portadora.
Nunca
debemos olvidar que el éxito de la cosecha no radica en nuestras estrategias
humanas, sino en la iniciativa salvadora de Dios “rico en misericordia” y en la
eficacia del Espíritu Santo, que puede transformar nuestras vidas para que
demos generosos frutos de caridad y de alegría contagiosa.
PARA DISCERNIR
¿Qué
nos muestra la parábola del sembrador?
¿Con
cuál de los cuatro tipos me identifico?
¿Qué
decisiones necesito para dar fecundidad evangélica a mi vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Que
te escuche, Señor, y me convierta
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
¿Decir
en veinte renglones quién es Jesucristo? Para los cristianos, Jesús es Dios.
-Aunque no para todos: la divinidad de Cristo ha dividido desde siempre a la
cristiandad. – Pocos dogmas como éste han sido defendidos o combatidos con
tanta fogosidad. – La imagen de Cristo se refleja siempre en la conciencia de
cada uno según sus propios conocimientos.
Para
los judíos, durante los siglos de su exilio, el Crucificado ha sido también el
Crucificador. En nombre de Cristo se han promulgado leyes antisemitas, en
nombre de Cristo ha sido discriminado, perseguido, expulsado, asesinado con excesiva frecuencia Israel a ruegos de muchas Inquisiciones. Jesús: un vínculo de unión entre Israel y los gentiles, que une y separa en igual medida. Justo, sabio, profeta: un «loco» entre los «locos» de Israel, en la medida en que toda verdadera profecía confina con la locura que condena nuestra sensatez. Un judío «central», decía Martín Buber. Un judío único, como todos y cada uno podemos constatar. Único por su esplendor y por la contradicción que ha introducido –como una levadura– en el corazón de las naciones. Un misterio –así prefieren definirlo los teólogos cristianos, a los que responden con el silencio los teólogos judíos–. Pero veinte líneas son incluso demasiadas para hablar de un misterio. O bien, en ese caso, es que el que lo intenta no sabe de lo que está hablando.
nombre de Cristo ha sido discriminado, perseguido, expulsado, asesinado con excesiva frecuencia Israel a ruegos de muchas Inquisiciones. Jesús: un vínculo de unión entre Israel y los gentiles, que une y separa en igual medida. Justo, sabio, profeta: un «loco» entre los «locos» de Israel, en la medida en que toda verdadera profecía confina con la locura que condena nuestra sensatez. Un judío «central», decía Martín Buber. Un judío único, como todos y cada uno podemos constatar. Único por su esplendor y por la contradicción que ha introducido –como una levadura– en el corazón de las naciones. Un misterio –así prefieren definirlo los teólogos cristianos, a los que responden con el silencio los teólogos judíos–. Pero veinte líneas son incluso demasiadas para hablar de un misterio. O bien, en ese caso, es que el que lo intenta no sabe de lo que está hablando.
André Chouraqui.
Para ti, quién es Jesucristo, Narcea, Madrid 1972
PARA REZAR
Alabanza
sin fin
Quiero ensalzarte,
Rey mío y Dios mío,
y bendecir tu nombre para siempre,
Deseo bendecirte cada día
y cantarle a tu nombre para siempre,
Pues grande es el Señor,
digno de recibir toda alabanza,
y no puede medirse su grandeza.
Una generación le habla a otra
muy bien de tus hazañas,
le cuenta tus proezas,
Hablan de tu esplendor
y de la gloria de tu majestad,
nos refieren tus hechos milagrosos.
Nos cuentan el poder de tus prodigios,
nos narran tus grandezas.
Nos
harán recordar tu gran bondad,
y anunciarán, alegres, tu justicia.
y anunciarán, alegres, tu justicia.
El
Señor es clemente y compasivo,
lento para enojarse y lleno de bondad
Bueno es el Señor para con todos
y compasivo con todas sus obras
El hace lo que quieren aquellos que lo temen
escucha su llamado y los salva.
lento para enojarse y lleno de bondad
Bueno es el Señor para con todos
y compasivo con todas sus obras
El hace lo que quieren aquellos que lo temen
escucha su llamado y los salva.
Que
mi boca recite en alta voz
la alabanza del Señor,
que todos los mortales
bendigan su santo nombre
por los siglos de los siglos.
la alabanza del Señor,
que todos los mortales
bendigan su santo nombre
por los siglos de los siglos.
Amén
Georgio
Di Capitani
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