15 de septiembre de 2011

15 de septiembre de 2011 – TO – JUEVES DE LA SEMANA XXIV – Lectio Divina

Sus numerosos pecados le han sido perdonados
porque ha demostrado mucho amor


+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 7, 36-50

Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa. Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: «Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!»
Pero Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» «¡Di, Maestro!», respondió él.
«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos amará más?»
Simón contestó: «Pienso que aquel a quien perdonó más.»
Jesús le dijo: «Has juzgado bien.» Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies. Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor.»
Después dijo a la mujer: «Tus pecados te son perdonados.»
Los invitados pensaron: «¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?» Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»
Palabra del Señor.

LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

El relato del Evangelio de hoy comienza con una invitación un tanto desconcertante. Un fariseo invita a Jesús a comer a su casa. Sin embargo, a lo largo de la breve historia que solo relata Lucas, se pueden percibir sus reales intenciones. Lejos de una actitud abierta a un conocimiento sincero de Jesús, su animosidad estaba orientada a probar su preconcepto de que el invitado no era realmente quien decía ser. Sus pensamientos ante la presencia de la mujer lo dejan claramente al descubierto: “Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: «Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!»”.
Es precisamente la visita inesperada de esta mujer “pecadora” (probable eufemismo para describir una mujer de vida licenciosa o prostibularia) la que le da al relato un giro dramático pero que permite a Jesús dar una enseñanza profunda. Esta mujer realiza un acto inesperado irrumpiendo la aparente normalidad de la velada: “colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.”. En ciertas ocasiones de carácter formal, los judíos se recostaban en divanes para comer, con los pies descalzos y alejados de la mesa; de ese modo la mujer pudo acercarse a los pies de Jesús.
Jesús conociendo los pensamiento de Simón, le relata una parábola y lo incluye en la misma haciéndole una pregunta que no puede esquivar: “Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos amará más?”. La respuesta de Simón cae por su propio peso, a riesgo de sonar hipócrita o incongruente: “Pienso que aquel a quien perdonó más.”
Jesús vuelve a interrogar a Simón sobre el tema del perdón, ahora realizando una comparación con la actitud suya y la de la mujer pecadora. Evidentemente, Simón había brindado a Jesús, únicamente las cortesías mínimas, lejos de las que correspondían a un miembro de honor (Gn 18.4 y Sal 23.5) y desde luego incompatibles con la que reconocían a su comensal como Hijo de Dios. Sin embargo, la actitud de la mujer es exactamente a la inversa. Volvamos a leer como Jesús, describió esas diferencias: “Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies. Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies”.
Los resultados en relación al perdón son directamente proporcionales a las señales de reconocimiento de quien tienen delante de él y de la actitud de arrepentimiento de sus corazones. Retomemos los dichos de Jesús: “Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor.» Después dijo a la mujer: «Tus pecados te son perdonados.»”.
El mensaje fue claro y comprendido por todos los que estaban presentes. A ellos les escandalizó, pero para la mujer significó la paz que solo el perdón de Cristo puede dar: “Los invitados pensaron: «¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?» Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»”.

MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿Cuántos pecados me fueron perdonados por el Señor?
¿Vivo en una actitud de agradecimiento acorde al perdón recibido?
¿Tengo una actitud de juicio hacia otros hermanos o hermanas?

ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, gracias por tu infinito perdón que me da paz. Perdona las veces que tuve actitudes o pensamientos de juicio sobre la vida de otros por lo que vos también diste tu vida en la cruz y los perdonaste.

CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Trato de imaginar la escena de la comida y la irrupción de la mujer con su acción de adoración a Jesús. Intuyo la tensión del ambiente. Reflexiono en la parábola que Jesús cuenta y trato de identificarme con algún protagonista de la escena.

ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿Cómo voy a cambiar mis pensamientos de juicio hacia otros por otros acordes al perdón y misericordia de Dios?
¿Cómo consideraré la magnitud del perdón recibido por Cristo?
¿Con quién compartiré lo recibido en la Lectio de hoy?

Aquellos que estén interesados en la palabra del día en forma completa para reflexionar, discernir, para la lectura espiritual y para rezar pueden acceder a dicho link http://www.arzbaires.org.ar/inicio/lecturas.html y bajar la lectura.

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