19 de noviembre de 2011

19 de noviembre de 2011 – TO - SABADO DE LA SEMANA XXXIII – Lectio Divina

No es un Dios de muertos, sino de vivientes

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 20, 27-40

Se acercaron a Jesús algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le dijeron: «Maestro, Moisés nos ha ordenado: Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda. Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia. Finalmente, también murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?»
Jesús les respondió: «En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero los que sean juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casarán. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Porque él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para Él».
Tomando la palabra, algunos escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien.» Y ya no se atrevían a preguntarle nada.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Para la Lectio de hoy “escuchemos” a los Padres de la Iglesia:
“Los saduceos formaban una secta, dentro del judaísmo, que no creía en la resurrección. Los judíos, fluctuando y dudando, no podían dar respuesta a los saduceos que les proponían tal cuestión, porque pensaban que la carne y la sangre podían poseer el Reino de Dios, es decir, que la corrupción podía poseer la incorrupción. Llegó la Verdad, y los saduceos, engañados y engañadores, interrogan al Señor proponiéndole la misma cuestión. El Señor, que sabía lo que decía y deseaba que nosotros creyéramos lo que desconocíamos, responde, con la autoridad de su majestad, lo que hemos de creer. El Apóstol lo expuso en la medida en que le fue concedido; nosotros hemos de entenderlo en cuanto nos sea posible.
¿Qué dijo, pues, el Señor a los saduceos? “Erráis al no conocer las Escrituras ni el poder de Dios. En la resurrección no se casan ni se toman mujeres, ni empiezan a morir, sino que serán iguales a los ángeles de Dios” Grande es el poder de Dios. ¿Por qué no se casan ni toman mujeres? Porque no empezarán a morir. Todo sucesor sucede a alguien. Allí no habrá tal corrupción. Y el Señor pasó por todas las edades, desde la infancia hasta la juventud, porque llevaba todavía la mortalidad de la carne; después de resucitar en la misma edad que tenía cuando fue sepultado, ¿hemos de creer que envejece en el cielo? “Serán, dijo, semejantes a los ángeles de Dios”. Hizo desaparecer lo que sospechaban los judíos y refutó las calumnias de los saduceos, puesto que los judíos creían, sí, que los muertos habían de resucitar, pero pensaban carnalmente por lo que respecta a las obras para las que iban a resucitar. “Será, dijo, semejantes a los ángeles de Dios”.
Que hemos de resucitar, ya está dicho; que hemos de resucitar para una vida semejante a la de los ángeles, lo hemos escuchado de la boca del Señor; que aspecto hemos de tener al resucitar, lo mostró Él mismo en su resurrección” (AGUSTÍN).
“El Salvador muestra la gran ignorancia de los saduceos poniendo contra ellos a su propio guía, Moisés, el cual poseía cierto conocimiento sobre la resurrección de los muertos. Que los muertos resucitarán lo mostró Moisés en el pasaje de la zarza, cuando llama al “Señor Dios de Abrahán, y Dios de Isaac y Dios de Jacob” ¿Quién es este Dios de los que ya no están entre nosotros? Este es el Dios de la vida. Ellos resucitan por su poderosa mano.
Para aquellos que no creen que esto sucederá es quizás meritoria la ignorancia de los saduceos, o así para los que aman a Cristo. Porque creemos en Él cuando dice: “Yo soy la resurrección y la vida”. Resucitará a los muertos de repente, en un abrir y cerrar de ojos, al final de la última trompeta. Su muerte nos traerá la incorrupción y seremos transformados. Cristo nuestro Salvador nos traerá la vida incorruptible por la gloria de la resurrección.” (CIRILO DE ALEJANDRÍA)

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Qué aprendo sobre la seguridad de la resurrección?
 ¿En qué medida aumenta mi fe y me da paz las palabras e vida eterna de Jesús?
 ¿Qué significa hoy para mí que Dios sea un Dios de vivos?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Te adoro a ti Señor, que eres un Dios de vivos, lleno de vitalidad y poder, que te gozas comunicando la vida a tus hijos y no los abandonas en poder de la muerte. Concédenos que sepamos valorar ese llamado a la vida eterna.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono en la actitud artera y engañosa de los saduceos al acercarse con una pregunta tan trascendente a Jesús. Medito en las repercusiones para todos los cristianos de las revelaciones que Jesús aprovecha a hacer sobre la resurrección y la vida eterna.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Le hago preguntas a Jesús sobre cosas trascendentes pero con corazón limpio y actitud de discípulo?
 ¿He considerado las revelaciones sobre la resurrección y vida eterna para mi vida?
 ¿Me gozo en saber que Dios es un Dios de vivos y de esperanza de vida eterna?

Aquellos que estén interesados en la palabra del día en forma completa para reflexionar, discernir, para la lectura espiritual y para rezar pueden acceder a dicho link http://www.arzbaires.org.ar/inicio/lecturas.html y bajar la lectura.

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