26 de febrero de 2012

26 de febrero de 2012 - DOMINGO I DE CUARESMA - Ciclo B

“El Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás”

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 9, 8-15
Dios dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo establezco mi alianza con ustedes, con sus descendientes, y con todos los seres vivientes que están con ustedes: con los pájaros, el ganado y las fieras salvajes; con todos los animales que salieron del arca, en una palabra, con todos los seres vivientes que hay en la tierra. Yo estableceré mi alianza con ustedes: los mortales ya no volverán a ser exterminados por las aguas del Diluvio, ni habrá otro Diluvio para devastar la tierra.»
Dios añadió: «Este será el signo de la alianza que establezco con ustedes, y con todos los seres vivientes que los acompañan, para todos los tiempos futuros: yo pongo mi arco en las nubes, como un signo de mi alianza con la tierra. Cuando cubra de nubes la tierra y aparezca mi arco entre ellas, me acordaré de mi alianza con ustedes y con todos los seres vivientes, y no volverán a precipitarse las aguas del Diluvio para destruir a los mortales.»
Palabra de Dios.

SALMO Sal 24, 4-5a. 6-7bc. 8-9
R. Todos tus senderos, Señor, son amor y fidelidad, para los que observan los preceptos de tu alianza.

Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador. R.

Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,
porque son eternos.
Por tu bondad, Señor,
acuérdate de mi según tu fidelidad. R.

El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres. R.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 3, 18-22

Queridos hermanos:
Cristo murió una vez por nuestros pecados -siendo justo, padeció por los injustos- para llevarnos a Dios. Entregado a la muerte en su carne, fue vivificado en el Espíritu. Y entonces fue a hacer su anuncio a los espíritus que estaban prisioneros, a los que se resistieron a creer cuando Dios esperaba pacientemente, en los días en que Noé construía el arca. En ella, unos pocos -ocho en total- se salvaron a través del agua.
Todo esto es figura del bautismo, por el que ahora ustedes son salvados, el cual no consiste en la supresión de una mancha corporal, sino que es el compromiso con Dios de una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que está a la derecha de Dios, después de subir al cielo y de habérsele sometido los Ángeles, las Dominaciones y las Potestades.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
X Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 12-15

El Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.
Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar
• El tiempo de Cuaresma ha sido siempre un tiempo de una especial vivencia de fe. Sus signos externos lo manifestaban como un fuerte tiempo penitencial. Sin duda, la Cuaresma ha perdido fuerza. Las razones son muchas. Hoy se entiende la vida cristiana como un esfuerzo más continuado, como algo que hay que vivir todos los días.
• Otro motivo es que el hombre moderno ha perdido el sentido del pecado. Si la Cuaresma ha sido un tiempo de superación del pecado y hoy el hombre no constata la realidad del pecado en su vida, la Cuaresma como tiempo religioso ha sido herida de muerte.
• El hombre de hoy es un constante insatisfecho, pero no se reconoce pecador. Se detecta el mal del mundo, pero se cree que todo se solucionará con un cambio de estructuras. Los defectos de nuestra sociedad y de los hombres son o determinados por una sociedad concreta o fallos de la naturaleza humana.
• Los cristianos no estamos ajenos a esta experiencia. Sin embargo, la Palabra de Dios, nos dice que el reconocimiento de nuestro pecado, del pecado del mundo es una experiencia privilegiada para descubrir al Dios liberador del hombre.
• La historia del Éxodo y la Alianza como “experiencia salvadora” es el centro de la historia de Israel que ilumina todo su pasado y todo su futuro. Siempre que Israel quiera interpretar las situaciones de esclavitud y de pecado y de liberación y salvación, recurrirá a la Alianza, y a su experiencia del desierto como momento privilegiado de sus relaciones con Dios. Desde esta perspectiva podemos interpretar el relato del Diluvio y la historia de Noé. La historia del pecado del hombre (Gen 3-9) es juzgada por Dios. Se produce la clarificación de la conducta y la vida de los hombres. El mal ha sido aniquilado. Todo culmina con la “Alianza” de Dios con Noé y sus hijos. Alianza que significa el amor de Dios por los hombres. El amor que ofrece Dios a los hombres es una amistad que supera la situación caótica anterior. En esta lectura se está prefigurando la alianza nueva que Dios hará de una vez por siempre con los hombres en Cristo: la superación definitiva del pecado y la entrada en un orden nuevo, en una tierra nueva, en una nueva creación.
• Sólo se puede descubrir esto y vivir esta experiencia, cuando conscientes de nuestra situación del pecado, descubrimos la necesidad del amor de Dios, de la iniciativa de Dios en la alianza para superar nuestra situación.
• En Cristo se realizó de una vez por todas la alianza de Dios con el hombre. Su paso de la Muerte a la Vida supone la superación del pecado para siempre. Como poseía el Espíritu fue devuelto a la Vida y así superó el orden antiguo (el pecado), creando un orden nuevo.
• Marcos presenta a Jesús en su preparación inmediata para su misión pública. Y en el comienzo de su misión. Los dos momentos de la alianza aparecen con toda claridad: la superación del pecado y ofrecimiento de la amistad de Dios. El texto está lleno de simbolismos que relacionan a Jesús con la experiencia del éxodo: el desierto, la cuarentena, las tentaciones. El mal es superado por Cristo en el tiempo del desierto. Y esta superación manifiesta la intimidad de Cristo con el Padre. La alianza de Dios con los hombres se realiza ya germinalmente en la existencia humana de Cristo.
• Esto es lo que ofrece Cristo a los hombres al anunciar la cercanía del Reino de Dios la superación del pecado y la intimidad con Dios. La respuesta del hombre será ponerse en marcha como signo de la aceptación en la propia vida de la victoria de Cristo.
• La Cuaresma es una llamada urgente a actualizar la alianza. La Palabra nos invita a superar el pecado viviendo la actualidad del amor que Dios nos ofrece en Cristo. Dios nos sigue invitando a actualizar nuestra intimidad con El. Los cuarenta días de Cuaresma no hay que entenderlos como un poner las cuentas al día. Es hacer nuestra la victoria de Cristo como superación del pecado. Es creer en un orden nuevo, en un mundo nuevo posibilitado desde ese hombre nuevo que es Cristo vencedor de la tentación, del pecado y de la muerte.
• La vida con sus luces y sombras nos muestra que necesitamos salvación. Sólo quien se reconoce como pecador espera en el Dios que se entrega como Salvador. Es el comienzo de la superación del pecado. Y esta superación lleva a una toma de posición y de acción concreta hacia todo lo que aplasta, oprime, aliena y esclaviza al hombre. Exige luchar contra todo lo que aparta al hombre de la novedad inaugurada por Cristo.
• La superación del pecado no es algo que se reduce a un ámbito particular entre Dios y el hombre, sino que es algo se proyecta en la comunidad humana, tratando de cambiar las situaciones, estructuras, pensamientos, modos de obrar que oscurecen y dificultan presencia y establecimiento del Reino entre nosotros.
• La eucaristía es la renovación de este amor de Dios que no falla; sólo fallará si fallamos nosotros. Sólo el que está a vivir y a trabajar desde la novedad de este amor puede participar del misterio eucarístico.
Pistas para nuestro camino cuaresmal
• Dios no nos abandona en la prueba; de ellas salimos fortalecidos.
• Caminar en Asamblea es reconocer las tentaciones que nos debilitan y ponen de manifiesto nuestras fragilidades en la vida personal y eclesial impidiéndonos ser signo de la presencia del reino en medio del mundo.
• Caminar en Asamblea es también salir al encuentro de la gente para cuidar sus fragilidades, confiando en la promesa de Jesús que dará eficacia a la Palabra y a los gestos con los que damos testimonio de su amor.

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