1 de mayo de 2012

1 de mayo de 2012 - SAN JOSÉ OBRERO

“¿No es éste el hijo del carpintero?”

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 1, 26-2, 3
Dios dijo:
«Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo.» Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer.
Y los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra.»
Y continuó diciendo: «Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde.» Y así sucedió. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el sexto día.
Así fueron terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en ellos. El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado.
Palabra de Dios.

O bien:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas 3, 14-15. 17. 23-24
Hermanos:
Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.
Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias.
Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.
Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 89, 2. 3-4. 12-13. 14 y 16 (R.: 17c)
R. El Señor haga prosperar la obra de nuestras manos.

Antes que fueran engendradas las montañas,
antes que nacieran la tierra y el mundo,
desde siempre y para siempre, tú eres Dios. R.

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo?
Ten compasión de tus servidores. R.

Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que tu obra se manifieste a tus servidores,
y que tu esplendor esté sobre tus hijos. R.


EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 54, 58
En aquel tiempo:
Al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados.
« ¿De dónde le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?»
Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Entonces les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.»
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Palabra del Señor.

A finales del siglo XIX y principio de XX, el 1 de mayo se convirtió en una fecha reivindicativa y revolucionaria a favor de la clase obrera. El Papa Pío XII, en 1955, quiso darle una dimensión cristiana, e instituyó la fiesta de San José Obrero, que no sólo fue trabajador artesano humilde, sino el modelo de todo trabajador cristiano desde su dedicación a la familia de Nazaret. De esta manera el Papa proyectaba una luz nueva sobre la dignidad del trabajo, que ofrece el medio de perfeccionar la creación, sirviendo a Dios y a los hombres, imitando a Dios Creador y al Hijo de Dios también artesano como su padre José, y uniendo los sufrimientos y contrariedades del propio trabajo a la cruz de Cristo.

ü Para reflexionar

• Los evangelios nos dicen muy poco de San José, sin embargo lo presentan con cinco títulos, importantes y significativos que lo definen y definen su lugar en la historia de la salvación: se lo llama "hijo de David" (Mt 1,20), "esposo de María" (Mt 1,16), "padre de Jesús" (Lc 2,48), "hombre justo" (Mt 1,19), y "el carpintero" (Mt 13,55) que enseñó su mismo oficio a Jesús (Mc 6,3).
• Hoy celebramos al sencillo carpintero de Nazaret que tiene que trabajar cada día, para sostener a su familia con el esforzado y humilde trabajo en una vida oculta y laboriosa.
• El título de "carpintero" en San José define no sólo un trabajo sino una actitud frente a la vida. El trabajo es el modo concreto y cotidiano con que expresa su amor a la familia de Nazaret. Jesús participa en el trabajo y en el estilo de vida de José y llega a ser conocido como el “hijo del carpintero”. Jesús ha redimido el trabajo que sólo era una carga, para que sea una colaboración generosa en la transformación del mundo. En el artesano de Nazaret Dios nos quiere revelar la dignidad del trabajo por más simple que sea. La laboriosidad es una virtud por la cual el ser humano puede participar en la obra de Dios, Creador y Redentor, puede hacerse en cierto sentido más humano, y puede profundizar en la amistad con Cristo. San José nos enseña a santificar la vida diaria, elevando a Cristo las obras comunes, humildes y sencillas. (Redemptoris Custos, Juan Pablo II)
• El evangelio no recoge ni una sola palabra suya, por eso la tradición nos muestra a José como un hombre de profundo silencio y fe madura capaz de percibir la acción de Dios. San José, más que con sus palabras, habla con sus actitudes y gestos. Con su silencio, su obediencia, su trabajo. Fue un obrero auténtico.
• La vivencia del trabajo de San José es modélica para todos los trabajadores; de ahí que sea considerado su patrono. Al hablar de la realidad del trabajo, la Iglesia nos dice que "los fieles laicos deben desempeñar su trabajo con competencia profesional, con honestidad humana, con espíritu cristiano y especialmente como forma de su propia santificación... Es más, sabemos que mediante el trabajo ofrecido a Dios, las personas se asocian con la obra redentora de Jesucristo, cuyo trabajo con sus manos en Nazaret ennobleció grandemente la dignidad del trabajo" (GS. 67). En este mensaje fuerte y sencillo el cristiano inmerso en el mundo está invitado a encontrar su propia espiritualidad.
• El 5 de enero de 1964, desde Nazareth, exhortaba el Papa Paulo VI a aprender la lección del trabajo, la conciencia de su dignidad. Y nos señalaba a todos "al gran modelo, al hermano divino, al defensor de todas las causas justas, es decir: a Cristo, Nuestro Señor", el hijo del carpintero, como era conocido Jesús. Y con el hijo, el padre, San José, obrero. “La Obra Bien Hecha”. El realizaría tareas sencillas, pero pondría toda su alma en hacer las cosas bien. No haría cosas extraordinarias, pero lo ordinario lo haría extraordinariamente. Que él sea nuestro ejemplo a seguir en las tareas que hagamos cada día de nuestra vida y pidamos a él su intercesión para que nuestro trabajo sea siempre agradable a los ojos de Dios.

ü Para discernir

• ¿Desde que perspectiva valoro el trabajo?
• ¿Descubro en el trabajo un modo de santificación personal y de construcción del Reino?
• ¿Me siento colaborador en la obra creadora de Dios?

ü Para rezar

¡San José, guardián de Jesús y casto esposo de María,
Tú empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber.
Tú mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos.
Protege bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti.
Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.
Ellos se dirigen a ti porque saben que tú los comprendes y proteges.
Tú también supiste de pruebas, cansancio y trabajo.
Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida,
tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría
debido al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios
que te fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre
. Amén
JUAN XXIII

1 de mayo de 2012 – MARTES DE LA SEMANA IV DE PASCUA
Lectio divina

El Padre y yo somos uno

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 10, 22-30

Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.
Los judíos lo rodearon y le preguntaron: «¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente.»
Jesús les respondió: «Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas.
Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

En esta discusión con las autoridades judías Jesús se presenta como Mesías y como Hijo de Dios. En realidad Jesús estaba diciendo que Él es el buen pastor, pero eso no preocupaba a las autoridades judías, porque todo maestro que tuviera un grupito de discípulos podía ser considerado un pastor.
Lo que ellos no podían aceptar es que Jesús se consideraba el Mesías, y sabían que si Jesús lo decía públicamente eso preocuparía a las autoridades romanas, despertaría el temor a la revolución, y terminarían con él.
Pero Jesús no sólo reconoce que es el Mesías, sino que además se presenta como Hijo del Padre Dios, y finalmente afirma “el Padre y yo somos uno”. Esto era intolerable para los judíos, porque ellos no conocían el misterio de la Trinidad, un solo Dios en tres personas, y entonces la afirmación de Jesús sonaba a politeísmo, era un insulto a su fe en un solo Dios, y el peor atrevimiento que podían escuchar es que un hombre se considerara Yavé.
Por eso lo tratan de blasfemo e intentan apedrearlo. Sin embargo, a pesar de esta tremenda oposición de la mentalidad judía, que no podía tolerar una idea semejante, la fe en la divinidad de Jesús se fue extendiendo, y es la fe de la Iglesia extendida por toda la tierra.
Nosotros no nos apoyamos en Jesús porque es un ser humano maravilloso, sino porque es el mismo Dios hecho hombre, y por eso puede ser el Señor de nuestras vidas y sostenernos con su gracia.

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:
• ¿Cuáles parecen ser las reales motivaciones de los judíos que interrogan a Jesús?
• ¿Por qué no creen en las obras de Jesús, según Él?
• ¿Qué significa que el Padre y Jesús son una sola cosa?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor Jesús, que en tu corazón humano ofreces también tesoros infinitos de tu amor divino, quiero glorificarte, adorarte y enaltecerte como Hijo de Dios, perfecto igual que el Padre. Me postro ante Ti mi Señor y mi Dios, mi Pastor divino.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono acerca de las cualidades que Jesús busca en sus verdaderas ovejas. Medito en la seguridad de permanecer en las manos del Padre y en la contundente revelación de su propia divinidad que hace Jesús.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:
• ¿Escucho la voz de Cristo y lo sigo?
• ¿Qué seguridad me dan las manos del Padre y las de Jesús sobre mi vida eterna?
• ¿Con quién compartiré estas maravillosas verdades espirituales de vida?

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