24 de mayo de 2012

24 de mayo de 2012 – JUEVES DE LA SEMANA VII DE PASCUA
Lecturas y comentario “en forma completa”

Fiesta de María Auxiliadora de los Cristianos

(Inicio del III Congreso Catequístico Nacional – Morón 2012)

“Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti,
que también ellos sean uno en nosotros”



PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los apóstoles 22, 30; 23, 6-11

Queriendo saber con exactitud de qué lo acusaban los judíos, el tribuno le hizo sacar las cadenas, y convocando a los sumos sacerdotes y a todo el Sanedrín, hizo comparecer a Pablo delante de ellos.
Pablo, sabiendo que había dos partidos, el de los saduceos y el de los fariseos, exclamó en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos, y ahora me están juzgando a causa de nuestra esperanza en la resurrección de los muertos.»
Apenas pronunció estas palabras, surgió una disputa entre fariseos y saduceos, y la asamblea se dividió. Porque los saduceos niegan la resurrección y la existencia de los ángeles y de los espíritus; los fariseos, por el contrario, admiten una y otra cosas.
Se produjo un griterío, y algunos escribas del partido de los fariseos se pusieron de pie y protestaron enérgicamente: «Nosotros no encontramos nada de malo en este hombre. ¿Y si le hubiera hablado algún espíritu o un ángel...?»
Como la disputa se hacía cada vez más violenta, el tribuno, temiendo por la integridad de Pablo, mandó descender a los soldados para que lo sacaran de allí y lo llevaran de nuevo a la fortaleza.
A la mañana siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: «Animo, así como has dado testimonio de mí en Jerusalén, también tendrás que darlo en Roma.»
Palabra de Dios.

SALMO Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11 (R.: 1)
R. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

Protégeme, Dios mío,
porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Señor, tú eres mi bien.»
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
tú decides mi suerte! R.

Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor:
él está a mi lado, nunca vacilaré. R.

Por eso mi corazón se alegra,
se regocijan mis entrañas
y todo mi ser descansa seguro:
porque no me entregarás la Muerte
ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R.

Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna a tu derecha. R.

EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 20-26

Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo:
«Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.
Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• El evangelista Juan pone en evidencia el gran deseo de Jesús: “Que todos sean uno, como lo somos nosotros”; éste es el ideal de vida para la comunidad de creyentes de todos los tiempos; es la característica principal del discípulo de Cristo, y por lo mismo de la Iglesia.
• Si profundizamos en las palabras que componen este relato, vamos a ver evidente que el autor escribe con el objetivo de invitar a la comunidad a que se mantenga unida a Cristo, ya que los intereses personales, la búsqueda de poder y la fuerte influencia del imperio romano estaban dividiendo internamente a la comunidad de seguidores.
• Por eso, Juan pone de manera urgente como modelo de unidad y de fidelidad la relación de amor entre Jesús y el Padre, fuente de comunión y de unidad entre los creyentes.
• Si la Iglesia no vive el amor fraterno, si no se interesa por la causa del Reino de Dios, rompe esa unidad de amor que Jesús dejó como herencia a sus discípulos y pierde su carácter sacramental en el mundo.
• Hoy necesitamos una Iglesia que manifieste a la sociedad actual su unión con el proyecto iniciado por Jesús, a través de la creatividad, la solidaridad con los más pobres y el amor real entre los hermanos.
***
• En Pentecostés, del año 57, Pablo ha llegado a Jerusalén. Los hermanos le anuncian que algunos judíos lo acusan de "incitar" a la traición de las tradiciones de Moisés, abandonando la circuncisión y otros ritos heredados. Estaba orando en el Templo de Jerusalén cuando es perseguido, a los gritos, acusado de enseñar “contra el pueblo, contra la ley y contra este lugar santo”. La policía romana interviene y conduce a Pablo a la fortaleza. Esta vez su cautiverio durará varios años, en Jerusalén, en Cesarea, capital romana de Palestina y después en Roma.
• El oficial romano, queriendo saber con certeza de qué lo acusaban los judíos, mandó que le quitaran las cadenas, convocó al Gran Consejo e hizo que Pablo compareciera ante ellos.
• Es una cuestión entre las dos grandes corrientes religiosas de la época: el partido de los Saduceos que no cree en la resurrección y el partido de los Fariseos que cree en ella. La astucia de Pablo lo va a salvar cuando provoca una discusión entre estos dos grupos a tal punto que se olvidan de él.
• Como la pelea iba creciendo, el oficial romano temiendo que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó a la tropa que lo llevase de nuevo a la fortaleza.
• Pablo apela al César como ciudadano romano, e invoca su derecho de ser juzgado en Roma. De noche oye en visión la voz del Señor que le da ánimo, para que dé testimonio a favor suyo en Roma.
  
• Esta es la última plegaria de Jesús antes de entrar en su Pasión: es la intención principal por la que ofrecerá el sacrificio de su vida, es su testamento.
• Jesús agrandando el horizonte de su comunidad a aquellos que vendrán, ora por la comunidad futura. Su obra debe continuar y el mensaje del Padre y su mensaje, tendrá que ser también el de los discípulos. Este mensaje no puede ser una doctrina aprendida ni una ley externa a la que se está obli¬gado.
• Ruega por sus discípulos y por cuantos creerán en Él por su palabra. Pide para que los que lo siguen y los que lo seguirán en el futuro sean "uno", como el Padre está en Él, y Él en el Padre, para que el mundo crea que el Padre lo ha enviado.
• El amor no se puede proponer si no se vive; si no se comunica como experiencia propia. El mensaje vivido es lo que produce la adhesión a Jesús. El mensaje no es una teoría sobre el amor, sino el anuncio de la vida y muerte de Jesús como expresión de su amor y del amor del Padre.
• Jesús pide la unidad como distintivo de la comunidad de fe. El modelo es siempre el amor y la unidad, que existe entre Jesús y el Padre. El amor de los cristianos tiene por modelo el amor mismo de Dios.
• La comunión de los hombres con Dios se evidencia a través de las obras que revelan su amor y será la prueba convincente de la misión divina de Jesús. No se convence con palabras, sino con hechos.
• Cuando Jesús pide la unidad, ratifica el supremo mandato: “ámense unos a otros como yo los amo, en esto los reconocerán como mis discípulos”. Es un mandato y un anuncio. Promete el don de su Espíritu porque nadie puede amar con su amor sino le es dado.
• Esta unidad es la cumbre del evangelio, es la "buena nueva": el amor mismo de Dios, el amor trinitario es dado a los que creen. Es ese amor perfecto que une al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, lo que está trabajando en el corazón de la humanidad cuando busca, desde y por la unidad, nuevos caminos para la justicia, la paz y el amor.

Para discernir

• ¿Dónde pongo el acento de mi fe?
• ¿Cuál es mi esfuerzo más grande?
• ¿Cuáles son mis argumentos de credibilidad?
• ¿Cómo expreso este llamado a la unidad?
• La unidad ¿es unidad conmigo o unidad en el Señor?

Repitamos a lo largo de este día

“Que seamos uno, como Tú y el Padre son uno…”

Para la lectura espiritual

…No hay que olvidar que el Señor pidió al Padre la unidad de los discípulos para que den testimonio de su misión y que el mundo pueda creer que el padre le ha enviado. Se puede decir que el movimiento ecuménico se inició, en un sentido, a partir de la experiencia negativa de aquellos que, anunciando el evangelio único, se sabían cada uno miembro de su Iglesia particular o de su comunidad eclesial particular. Esta gran contradicción quedaba manifiesta ante aquellos que escuchaban el mensaje de salvación y en ello encontraban un obstáculo para acoger el anuncio evangélico.
Esta grave dificultad, desgraciadamente, no está superada. Es verdad que no estamos en plena comunión. Y no obstante, a pesar de las divisiones, estamos dispuestos a recorrer el camino de la plena unión, de la unión que caracterizaba la Iglesia apostólica en sus inicios y que nosotros buscamos sinceramente. Guiada por la fe, nuestra oración común lo testimonia. En la oración, nos reunimos en el nombre de Cristo que es uno. El es nuestra unión…
Juan Pablo II

Para rezar

Danos Señor un corazón de carne
Danos Señor un corazón de carne,
para que como Tú, nos conmovamos
ante el dolor del prójimo más próximo.
Recrea en nosotros entrañas de misericordia,
para que inflamados en tu amor
seamos testigos y testimonio con nuestras obras,
de tu presencia en el mundo.
Señor, resucítanos hoy,
y regálanos como al hijo de la viuda,
la oportunidad de levantarnos
por sobre nuestras mezquindades y miserias,
y transmitir con el ejemplo, las maravillas que Tú obras.
Te lo pedimos por la intercesión de María Santísima,
a ti, Señor que vives y reinas,
por los siglos de los siglos
. Amén.

LECTIO DIVINA

Que sean perfectamente uno

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 17, 20-26

Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo:
«Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.
Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Jesús aclara que él no ruega sólo por sus discípulos, sino por todos los que lleguen a creer en él. Por eso podemos decir que todos los creyentes estábamos presentes en ese amor y en esa preocupación de Jesús. Él también oró por mí.
Pero en esta oración se destaca especialmente una súplica. Jesús ruega que sus discípulos sean uno. Jesús dice que para eso les ha comunicado su gloria. Eso significa que la unidad de los creyentes se explica por la acción misteriosa de Jesús que se hace presente en ellos.
Y ya que Jesús está siempre unido al Padre, cuando la comunidad vive en el amor, entra en el ámbito divino de la Trinidad, se inserta en la comunión de las Personas divinas, en la intimidad trinitaria.
Pero como el modelo de la unidad comunitaria es la unidad perfecta de la Trinidad, la comunidad está llamada a una unidad siempre más plena, ya que nunca alcanza esa inimitable unidad que hay entre el Padre y el Hijo.
A esa unidad se le atribuye un efecto sobrenatural: “para que el mundo crea”. La comunidad unida es el mejor signo para el mundo, una fuerza de atracción que invita a entrar en esa unidad sublime.
En los momentos en que peligra la unidad de la comunidad, cuando comienzan a asomar divisiones que obstaculizan la tarea evangelizadora, más que buscar la unidad con los propios esfuerzos y proyectos, habría que confiar en la oración de Jesús y decir al Padre: “Escucha la oración de tu propio Hijo, que se consagró por nuestra unidad. Padre, que seamos uno”.

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:
ü ¿Cuál es la relación filial propia que compara Jesús con la unidad entre los cristianos?
ü ¿Cuál sería la consecuencia en el mundo de la unidad entre los cristianos?
ü ¿Qué clase de amor debe estar entre los cristianos?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Jesús, que amaste nuestra unidad cuando se la pediste al Padre, que quieres complacerte cuando nos ves unidos, derrama el Espíritu de la unidad para que él nos haga uno como tú y el Padre son uno.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono acerca de la importancia de la unidad de los cristianos en la tarea evangelizadora. Medito en mi vocación, oración y acción por la unidad. Me uno al Señor en esta oración.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:
ü ¿Actúo en acción en base a la intención en oración de Jesús?
ü ¿Oro por la unidad?
ü ¿Relaciono la unidad con la misión evangelizadora?

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