31 de octubre de 2012 – TO - MIERCOLES DE LA SEMANA
XXX
“Traten de entrar
por la puerta estrecha,
porque les
aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.”
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
cristianos de Efeso 6,1-9
Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque esto
es lo justo, ya que el primer mandamiento que contiene una promesa es este:
Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga vida en
la tierra.
Padres, no irriten a sus hijos; al contrario,
edúquenlos, corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu del Señor.
Esclavos, obedezcan a sus patrones con temor y
respeto, sin ninguna clase de doblez, como si sirvieran a Cristo; no con una
obediencia fingida que trata de agradar a los hombres, sino como servidores de
Cristo, cumpliendo de todo corazón la voluntad de Dios.
Sirvan a sus dueños de buena gana, como si se tratara
del Señor y no de los hombres, teniendo en cuenta que el Señor retribuirá a
cada uno el bien que haya hecho, sea un esclavo o un hombre libre.
Y ustedes, patrones, compórtense de la misma manera
con sus servidores y dejen a un lado las amenazas, sabiendo que el Señor de
ellos, que lo es también de ustedes, está en el cielo, y no hace acepción de
personas.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 145(144), 10-14
R. El Señor es fiel a sus palabras.
R. El Señor es fiel a sus palabras.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.
EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 13, 22-30
Jesús iba enseñando por las
ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó:
«Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?»
El respondió: «Traten de
entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y
no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta,
ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: “Señor,
ábrenos.” Y él les responderá: “No sé de dónde son ustedes.”
Entonces comenzarán a decir:
“Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas.” Pero él les
dirá: “No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el
mal!”
Allí habrá llantos y rechinar
de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en
el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente
y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino
de Dios.
Hay algunos que son los
últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los
últimos.»
Palabra del Señor.
ü Para
reflexionar
·
La puerta es un poderoso símbolo de la
vida humana, que Jesús utiliza constantemente para enseñarnos sobre el
discernimiento y la decisión. La puerta puede ser ancha y grandiosa o angosta y
difícil.
·
En las ciudades antiguas ‘la puerta’ era
uno de los lugares más importantes en donde se ubicaba el mercado, los
tribunales y las salas de discusión.
·
La puerta ancha era la entrada de
mercaderes, reyes y emisarios reales; la puerta angosta, era un pasaje de
seguridad por el que entraba el común de la gente.
·
El seguidor de Jesús tiene el desafío de
entrar por la puerta difícil, la puerta de la gente que cuenta únicamente con
el amor de Dios para hacer realidad su voluntad. Debe decidir de qué se debe
despojar para entrar por esa puerta, ya que el exceso de equipaje o la misma
cabalgadura impedirían el acceso.
·
Como cristianos, debemos discernir las
realidades que nos impiden acceder a la propuesta de Jesús. El exceso de
exigencias de la cultura social dominante puede representar un gran estorbo.
·
Las ambiciones de poder, de riqueza o de
prestigio pueden convertirse en camellos enormes que nos coloquen fuera de onda
y nos impidan entrar por la puerta de la gente sencilla.
+++
·
La recomendación de Pablo a los
efesios de que sean “buenos,
comprensivos”, y que “se perdonen unos a otros como Dios los perdonó en Cristo”, las refiere hoy a las relaciones de los hijos con los padres, de los
esclavos con sus dueños, y viceversa.
·
Para los hijos, la obediencia a sus padres, lleva a
cumplimiento el antiguo pero siempre actual mandamiento, de honrar a los
padres. Por otro lado, recuerda a los padres que deben ejercer su autoridad como
haría el Señor, sin tiranía, ni exasperando a sus hijos.
·
Sin que justifique la esclavitud a nivel
de derecho, se le presenta como un hecho, y en la misma línea de las llamadas
anteriores pide a los esclavos que “obedezcan a sus amos como quien sirve al Señor y no a hombres”. Mientras que a los amos les recuerda que “tienen un amo en el cielo y que ése no es parcial con nadie”.
·
Pablo no pretende cambiar las estructuras sociales de su época, pero sí presentar criterios que provoquen un cambio radical en las mentalidades y
en los corazones, que las transformen desde dentro.
+++
·
Alguien se acerca y le hace una pregunta
que tiene su origen en una curiosidad que siempre ha existido: “¿Cuántos
serán los que se salven?”. Jesús sabe
que en la mentalidad del que pregunta, anidaba la idea de que sólo se salvarán,
los que pertenecen al pueblo judío. Jesús, como de costumbre, no
contesta esta pregunta, yaprovecha
para dar su lección: “Esfuércense
en entrar por la puerta estrecha”.El Reino es exigente, no se gana
cómodamente.
·
Hay personas que podrían parecer últimas
y serán primeras, y otras que se consideraban primeras en el pueblo de Israel,
serán últimas. El Reino es exigente y, a la vez, abierto a
todos. No se decidirá por
la raza o la asociación a la que uno pertenezca, sino por la respuesta de fe que hayamos dado en nuestra vida.
·
Para Jesús no hay israelitas
privilegiados, ni siquiera el resto de Israel, que se ha constituido como
núcleo del pueblo salvado por Dios. La ‘puerta
estrecha’ es laentrada en la
comunidad que vive las bienaventuranzas. No entrará en ella
ninguno de los que «no practican la justicia», por mucho que hayan convivido
con Él, y hayan escuchado su enseñanza. Ya no hay prerrogativas nacionales, incluso
las del pueblo de Dios. Solamente entrarán los
que hayan seguido su enseñanza, pertenezcan a Israel o no.
·
El pertenecer a una u otra raza no
determina la entrada al banquete escatológico: judíos y paganos se sentarán a
la misma mesa. Abraham, Isaac, Jacob, los Profetas, y los paganos venidos de
todos los diversos países. Una sola condición es necesaria:haber reconocido a Jesús y haber tomado la decisión de seguirlo por la fe.
·
El evangelio de Lucas nos previene
contra la tentación de creer que “ya estamos aprobados” y que,
por lo tanto, da igual vivir de cualquier manera. Ya estamos salvados. Esta es la buena noticia. Precisamente por eso nos esforzamos en ofrecer signos de salvación, nos sentimos urgidos a vivir una vida
nueva.
·
No basta con pertenecer a su Iglesia o
haber celebrado la Eucaristía y escuchado su Palabra: podríamos correr el
riesgo de que “se cierre la puerta y nos quedemos fuera del banquete”. Depende de si hemos sabido corresponder a esos dones.
ü Para
discernir
·
¿Vivo la pertenencia a la
Iglesia como un privilegio?
·
¿Experimento el trabajo por
la justicia como condición para la entrada en el Reino?
·
¿Me conformo con cumplir?
ü Repitamos
y vivamos hoy la Palabra
…Ayudame Señor a elegir
la puerta estrecha…
ü Para
la lectura espiritual
…”Nuestra misión es una misión de amor. Es una misión
de bondad, sobre todo hoy, en que hay tanta hambre de Dios. Noto que, con el
tiempo, cada uno de nosotros se transformará en mensajero del amor de Dios.
Para obtener esto, debemos ahondar en nuestra vida de amor, de oración, de
sacrificio. Es muy difícil dar a Jesús a los otros si no lo tenemos en nuestros
corazones. Si esto no nos interesa, estamos perdiendo el tiempo, porque
limitarse a trabajar no es un motivo suficiente: sí lo es, en cambio, llevar la
paz, el amor y la bondad al mundo de hoy, y para eso no tenemos necesidad ni de
ametralladoras, ni de bombas. Necesitamos un amor profundo y una profunda unión
con Cristo para ser capaces de dar a Cristo a los otros. Ahora bien, antes de
poder vivir esta vida con el exterior, debemos vivirla en nuestras familias. El
amor empieza en casa, y debemos ser capaces de mirar a nuestro alrededor y
decir: «Sí, el amor empieza en la familia». Por eso nuestro primer esfuerzo
debe ir encaminado a hacer de nuestras familias otros tantos Nazarets donde
reinen el amor y la paz. Esto sólo se consigue cuando la familia se mantiene
unida y reza unida.
A todos vosotros os ofrece una magnífica oportunidad
la gran misión de vivir esta vida de amor, de paz, de unidad. Y, haciendo esto,
proclamaréis a los cuatro vientos que Cristo está vivo”…
Madre
Teresa de Calcuta, La alegría de darse a los otros
ü Para
rezar
Jesús, querido maestro,
quiero ayudarte a construir el Reino.
Dame fuerzas para vivir
siempre de acuerdo a tus enseñanzas.
Que ayude siempre a los demás,
que respete a todos,
y los trate de buenas maneras.
Que aprenda a perdonar
y no guarde rencor.
Que sepa compartir
y dar de corazón.
Enseñame a rezar con ganas
para que venga tu Reino.
Para que vivamos en una sociedad más justa,
donde no haya gente que sufra,
o le falte lo necesario para vivir.
quiero ayudarte a construir el Reino.
Dame fuerzas para vivir
siempre de acuerdo a tus enseñanzas.
Que ayude siempre a los demás,
que respete a todos,
y los trate de buenas maneras.
Que aprenda a perdonar
y no guarde rencor.
Que sepa compartir
y dar de corazón.
Enseñame a rezar con ganas
para que venga tu Reino.
Para que vivamos en una sociedad más justa,
donde no haya gente que sufra,
o le falte lo necesario para vivir.
Marcelo Murúa
LECTIO DIVINA
Vendrán muchos de Oriente y de
Occidente,
a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios
a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 13, 22-30
Jesús iba
enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una
persona le preguntó: «Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?»
El
respondió: «Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que
muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se
levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la
puerta, diciendo: "Señor, ábrenos." Y él les responderá: "No sé
de dónde son ustedes."
Entonces
comenzarán a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en
nuestras plazas." Pero él les dirá: "No sé de dónde son ustedes;
¡apártense de mí todos los que hacen el mal!"
Allí
habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y
a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y
vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su
lugar en el banquete del Reino de Dios.
Hay
algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los
primeros y serán los últimos.»
Palabra
del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
Guías para la lectura:
Este pasaje responde a la opinión difundida por
entonces de que los salvados serían muy pocos. Por eso una persona se acerca a
Jesús a preguntarle por el número de los que se salvarán (13, 23). Pero Jesús
no responde buscando satisfacer la curiosidad de la opinión pública ni su deseo
de informarse, sino que aconseja al que pregunta que “se enfuerce” por formar
parte del número de los salvados (13, 24).
Esforzarse es luchar, pelear, batallar por
ingresar por la puerta angosta que, por lo mismo, ofrece dificultades y exige
renuncias. Para formar parte del número de los salvados no basta con haber
tenido familiaridad con el Señor (13, 25-26), sino que requiere vivir con el
Señor para obrar como Él: haciendo siempre el bien.
En el banquete del Reino, junto con los patriarcas
y los profetas, habrá muchos desconocidos, personas que nunca fueron tenidas en
cuenta (los “últimos”), mientras que algunos de los que se tenían por dignos e
importantes, quedarán fuera del Reino. Entrar en el Reino por la puerta angosta
no sólo es un don de Dios, sino también una tarea o responsabilidad del
discípulo.
2.
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la meditación:
¿Cuál es hoy la puerta estrecha y cómo se entra
por ella?
¿Quiénes son hoy los últimos y los primeros?
¿Quiénes y por qué participarán en el banquete del
Reino de Dios?
3.
ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Oremos guiados por la lectura de los Salmos de la
liturgia de hoy:
Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.
Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.
El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados
4.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Repetimos y reflexionamos con: ALELUIA
Cf. 2Tes 2, 14
Aleluia.
Dios nos llamó, por medio del Evangelio,
para que poseamos la gloria
de nuestro Señor Jesucristo.
Aleluia.
Aleluia.
Dios nos llamó, por medio del Evangelio,
para que poseamos la gloria
de nuestro Señor Jesucristo.
Aleluia.
5.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Cómo “entrar por la
puerta estrecha” al Reino de Dios?
¿Cómo sé si ocuparé
un lugar en el banquete?
¿Con quién compartiré
lo reflexionado hoy en la Lectio?
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