8 de noviembre de
2012 – TO - JUEVES DE LA SEMANA XXXI
“Si
alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en
el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?”
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a
los cristianos de Filipos 3, 3-8
Hermanos:
Los
verdaderos circuncisos somos nosotros, los que ofrecemos un culto inspirado en
el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, en lugar de poner nuestra
confianza en la carne, aunque yo también tengo motivos para poner mi confianza
en ella.
Si
alguien cree que puede confiar en la carne, yo puedo hacerlo con mayor razón;
circuncidado al octavo día; de la raza de Israel y de la tribu de Benjamín;
hebreo, hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, un fariseo; por el ardor de mi
celo, perseguidor de la Iglesia; y en lo que se refiere a la justicia que
procede de la Ley, de una conducta irreprochable.
Pero
todo lo que hasta ahora consideraba una ganancia, lo tengo por pérdida, a causa
de Cristo. Más aún, todo me parece una desventaja comparado con el inapreciable
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él he sacrificado todas las cosas,
a las que considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo
Palabra de Dios.
SALMO Sal 104, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: 3b)
R. Alégrense,
los que buscan al Señor.
¡Canten al Señor con
instrumentos musicales,
pregonen todas sus
maravillas!
¡Gloríense en su santo
Nombre,
alégrense los que
buscan al Señor! R.
¡Recurran al Señor y a
su poder,
busquen constantemente
su rostro;
recuerden las
maravillas que él obró,
sus portentos y los
juicios de su boca! R.
Descendientes de
Abraham, su servidor,
hijos de Jacob, su
elegido:
el Señor es nuestro
Dios,
en toda la tierra
rigen sus decretos. R.
EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 15, 1-10
Todos
los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y
los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come
con ellos.»
Jesús
les dijo entonces esta parábola: «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una,
¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había
perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros,
lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les
dice: “Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido.”
Les
aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo
pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan
convertirse.»
Y
les dijo también: «Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende
acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando
la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alégrense conmigo,
porque encontré la dracma que se me había perdido.”
Les
aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo
pecador que se convierte.»
Palabra del Señor.
ü Para reflexionar
·
La conversión no es un
problema de ‘legitimación’, sino de justicia. El grupo religioso de los
fariseos y el grupo de profesionales de la Ley se consideraban mejores porque
cumplían con los preceptos según los cuales ellos mismos interpretaban las
leyes.
·
De hecho la Ley o Torah constaba
de dos partes, una escrita, pública y conocida por el común de la gente que
contenía 613 preceptos y otra oral, reservada y especial que era sólo posesión
de unos pocos.
·
Los pecadores y los
publicanos carecían de los conocimientos y de los medios prácticos y económicos
para cumplir una y otra, y por eso estaban proscritos de la vida religiosa
común.
·
Jesús les pide a unos
y a otros no que se legitimen a través del conocimiento y la observancia de las
leyes, sino que atiendan a la justicia y rompan con la exclusión que condena a
una minoría a ser ‘la moneda extraviada’, ‘la oveja perdida’ o el ‘hijo
pródigo’.
·
Y la manera más
efectiva de incluir a los excluidos es su búsqueda, rescate, perdón,
reconciliación y fiesta. Jesús nos presenta el Reino como una celebración
casera de la vida y de los valores recuperados e integrados en el grupo de
amigos y amigas del Reino.
· · ·
·
En
Filipos, había problemas con los judaizantes, que, provenientes del pueblo de Israel,
además del evangelio de Jesús se aferraban a la necesidad de seguir la ley de
Moisés. De hecho son judaizantes
de antigua observancia,
que se glorían de poseer
ventajas humanas innegables y ciertos privilegios por el hecho de ser del
pueblo elegido.
Los que encarcelan a Pablo y quieren su condena y muerte.
Los que encarcelan a Pablo y quieren su condena y muerte.
·
Pablo se pone a sí mismo como ejemplo. Está orgulloso de pertenecer al pueblo de Israel: de haber sido circuncidado a los ocho días
de nacer, como los buenos judíos, de pertenecer a la tribu de Benjamín, de ser
“hebreo por los cuatro costados” y, en concreto, de ser fariseo. Si él predica la liberación de la ley
antigua, no es porque no sea o no se sienta judío.
·
Pero su encuentro con Cristo Jesús ha sido decisivo
en su vida. Antes como buen
fariseo, Pablo trataba de vivir «irreprochablemente», y por eso se apoyaba en
«títulos», en «pertenencias» a grupos.
·
Pero, desde que fue alcanzado por Jesucristo, todo lo que antes para él era ganancia, lo consideró pérdida, “lo estimó basura”, “con tal de ganar a Cristo”.
· · ·
·
El capítulo
15 de San Lucas nos transmite las parábolas de la misericordia. Para muchos aquí se encuentra “el corazón del evangelio”. Hoy leemos la de la oveja descarriada y la
de la moneda perdida.
·
La ocasión para
decirlas, se la brindan a Jesús los fariseos y los letrados,
quemurmuraban porque Él
recibía y comía con los publicanos y pecadores que solían acercarse para escucharlo.
·
La
ley de Israel estaba hecha para
que el pueblo, luego de la liberación de Egipto,llegara a ser autónomo, equitativo y auténtico. Jesús se enfrenta a muchos que se creían los
más grandes de la sociedad porque «cumplían» la ley. Pero, la realidad era que cumplían sólo la letra, olvidando el espíritu de la ley porque la usaban para beneficio propio y
en muchos casos era fuente
de división y exclusión.
·
Dios ofrece una ley a
su pueblo para liberarlo y no para que se sienta esclavizado. Dios quiere que el hombre se salve de la
injusticia y de la marginación.
·
La justicia para los
letrados y fariseos era pensada como el estricto cumplimiento de la ley. Las
imágenes del pastor que, lleno de alegría, se carga sobre los hombros
a la oveja perdida, y la de la mujer que reúne a sus vecinas
para comunicarles su alegría por la moneda encontrada, quieren mostrar el gozo de un Dios lleno de
comprensión y clemencia, cuya justicia está impregnada de misericordia.
·
La
lógica de las parábolas desafía el pensamiento común del ser humano. Que una oveja suscite más preocupación que
las noventa y nueve restantes, y una dracma provoque más inquietud que las
otras nueve, muestran que esta misericordia divina supera cualquier cálculo y medida
humana. El Buen
Pastor no da por
definitivamente perdida a ninguna de sus ovejas.
·
Para Jesús, el
hombre que busca lo perdido y la mujer que busca su
dracma, son las únicas formas
adecuadas de expresar la actitud misericordiosa de Dios.
·
La narración de estas
parábolas, son una invitación para que tratemos de imitar la actitud de ese Dios, que busca a los que han fallado, uno por uno, haciéndoles fácil el camino de vuelta, acogiéndolos y alegrándose. El Reino de Dios es una casa donde todos son admitidos, donde no hay excluidos.
·
El discípulo no es más
que su maestro. La tolerancia, la paciencia,
el respeto y ladelicadeza,
que tiene Jesucristo cuando sale muchas veces a buscarnos, es la que nos invita
a vivir con nuestros hermanos. No basta con saber esperar que vuelva el que se ha alejado, el amor del discípulo impone salir a buscarlo.
ü Para discernir
¿Tenemos corazón mezquino o
corazón de buen pastor?
¿Acogemos nosotros así a los
demás cuando han fallado y se arrepienten?
¿Damos margen para la
rehabilitación a los que han fallado?
ü Repitamos y vivamos hoy la Palabra
“¡Vengan a Mí todos los que
están afligidos y agobiados, que Yo los aliviaré!”
ü Para la lectura espiritual
En busca de la oveja perdida
…”Me alejaba, me alejaba cada vez más, mi Señor y mi vida, y mi vida comenzaba a ser una muerte, o mejor aún, era ya una muerte a vuestros ojos. Y todavía en este estado de muerte Vos me conservabais… Había desaparecido del todo la fe, pero el respeto y la estima permanecían intactos. Vos me hacíais otras gracias, Dios mío, me conservabais el gusto por el estudio, las lecturas serias, las cosas bellas, el asco por el vicio y la abyección. Yo hacía el mal, pero no lo aprobaba ni me gustaba… Vos me distes esta vaga inquietud de una conciencia que, a pesar de estar adormecida, no estaba del todo muerta.
…”Me alejaba, me alejaba cada vez más, mi Señor y mi vida, y mi vida comenzaba a ser una muerte, o mejor aún, era ya una muerte a vuestros ojos. Y todavía en este estado de muerte Vos me conservabais… Había desaparecido del todo la fe, pero el respeto y la estima permanecían intactos. Vos me hacíais otras gracias, Dios mío, me conservabais el gusto por el estudio, las lecturas serias, las cosas bellas, el asco por el vicio y la abyección. Yo hacía el mal, pero no lo aprobaba ni me gustaba… Vos me distes esta vaga inquietud de una conciencia que, a pesar de estar adormecida, no estaba del todo muerta.
Jamás he sentido esta
misma tristeza, este malestar, esta inquietud de entonces. Dios mío, era, sin
duda, un don vuestro; ¡qué lejos estaba de sospecharlo! ¡Cuán bueno sois! Y al
mismo tiempo que, por una invitación de vuestro amor, privabais a mi alma de
ahogarse irremediablemente, guardabais mi cuerpo: porque si entonces hubiera
muerto hubiera ido al infierno… ¡Cómo por milagro me habéis hecho salir de
estos peligros en viajes, tan grandes y múltiples! ¡Esta inalterable salud en
los lugares más malsanos, a pesar de mis grandes fatigas! ¡Oh, Dios mío, cómo
teníais vuestra mano sobre mí, y qué poco la sentía yo! ¡Cómo me habéis
guardado! ¡Cómo me cobijabais bajo vuestras alas siendo así que yo ni tan solo
creía en vuestra existencia! Y mientras así me guardabais, pasaba el tiempo, y
juzgasteis que se acercaba el momento oportuno de hacerme entrar en el redil.
A pesar de todo,
habéis desatado todas mis malas ligaduras que me hubieran mantenido alejado de
Vos; incluso habéis desatado los lazos buenos que me hubieran privado de ser un
día vuestro del todo…Vuestra mano sola ha hecho esto al principio, en medio y
al fin. ¡Cuán bueno sois! Era necesario para preparar mi alma a la verdad; el
demonio es demasiado dueño de un alma que no es casta para dejar entrar en ella
la verdad; Vos no podíais entrar, Dios mío, en un alma en la que el demonio de
las pasiones inmundas reinaba como señor. Vos querías entrar en la mía, o buen
Pastor, y Vos mismo habéis echado fuera a vuestro enemigo”…
Beato Carlos de Foucauld (1858-1916),
ermitaño y misionero en el Sahara
Retiro en Nazaret,
noviembre 1897
ü Para rezar
Oración del perdón
Padre bueno y
misericordioso digno de
alabanza y adoración;
hoy te doy gracias
por tu amor tierno y
compasivo porque
perdonas mis faltas y
las apartas de tu vista
sin que ellas
disminuyan tu amor por mí.
Padre bueno y
misericordioso digno de
alabanza y adoración;
hoy te doy gracias
por tu amor tierno y
compasivo porque
perdonas mis faltas y
las apartas de tu vista
sin que ellas
disminuyan tu amor por mí.
Hoy quiero suplicarte
una gracia especial,
concédele a mi corazón
el poder comprender
la debilidad de mis
hermanos, el entender
que aquellos que me
han herido tal vez
también estaban
heridos, que no podían
dar lo que no tenían,
por inmadurez o
ignorancia.
Dame, mi Dios, un
corazón tolerante,
comprensivo y
misericordioso como el tuyo.
Señor, dame la gracia
de amar con tu
corazón. Amén
LECTIO DIVINA
Habrá alegría en el cielo por un pecador que se
convierta
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 15, 1-10
Todos los publicanos y
pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas
murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo entonces
esta parábola: «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las
noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta
encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de
alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice:
"Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había
perdido."
Les aseguro que, de la
misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se
convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.»
Y les dijo también: «Si
una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre
la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a
sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la
dracma que se me había perdido."
Les aseguro que, de la
misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se
convierte.»
Palabra del Señor.
1.
LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la lectura
Jesús responde a los
fariseos y maestros de la Ley que lo critican porque se junta a comer con
pecadores (15,2). Para Jesús y la gente de su tiempo, las comidas y banquetes
creaban lazos de amistad y hasta de parentesco entre los comensales. Para no
contaminarse y adquirir la condición de “pecador”, los judíos piadosos no
comían en la misma mesa con reconocidos pecadores, cobradores de impuestos y
extranjeros.
El pastor de la parábola
de la oveja perdida, en cuanto fiel figura de Dios, muestra un particular
interés por su oveja extraviada, precisamente porque no está en su rebaño. Por
esto, deja al resto de las ovejas bien seguras en el desierto y sale a
buscarla. Apenas la encuentra, la carga sobre sus hombros y convoca a los
vecinos, no para festejar por las noventa y nueve ovejas del corral, sino por
haber encontrado a la oveja extraviada, que integra al rebaño.
Toda la tarea ha sido del
pastor, dejó a las otras ovejas, salió a buscar la perdida hasta encontrarla,
la cargó sobre sus hombros, la regresó a su redil. La oveja perdida, en cambio,
permaneció pasiva. La preocupación activa del pastor por su oveja es figura de
la actitud de Dios hacia los pecadores. Por esto su Hijo Jesús se sienta a la
mesa con los que son rechazados por los fariseos y los maestros de la Ley.
En la siguiente parábola
de Jesús sobre la moneda perdida, la protagonista es una mujer, dueña de casa,
que busca con cuidado entre sus enseres una moneda, entre diez, que se le
perdió. Esa moneda equivale al salario de un día de trabajo. Como en la
parábola anterior, también aquí la iniciativa y las acciones para encontrar la
moneda son realizadas por la mujer: enciende una lámpara, barre la casa, busca
con cuidado hasta encontrarla.
2.
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la
meditación:
¿Por qué Jesús elige
contar esas parábolas en oportunidad de su comida con publicanos y pecadores?
¿Qué imagen de Dios
reflejan ambas parábolas?
¿Cómo contrasta “el Dios
de Jesús” con el de los fundamentalistas de entonces?
3.
ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, dame la
sensibilidad espiritual para dejar de lado mi lugar de comodidad y mi “grupo
seguro” para ir en búsqueda de los que necesitan conocer tu amor a través mío.
4.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Repito y reflexiono en la
frase:
“Les aseguro que, de la
misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se
convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.”
5.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Busco compartir mi fe en
forma práctica fuera de mi “círculo religioso de seguridad”?
¿Tengo en mi corazón el
amor por las minorías que necesitan de Dios?
¿Qué atributos de Dios y
de Jesús me motivan a imitar estas parábolas?
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