Pero su Madre dijo a los sirvientes: “Hagan
todo lo que Él les diga”
PRIMERA
LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 62, 1-5
Por amor a Sión no me callaré, por amor a Jerusalén
no descansaré, hasta que irrumpa su justicia como una luz radiante y su
salvación, como una antorcha encendida. Las naciones contemplarán tu justicia y
todos los reyes verán tu gloria; y tú serás llamada con un nombre nuevo, puesto
por la boca del Señor.
Serás una espléndida corona en la mano del Señor,
una diadema real en las palmas de tu Dios. No te dirán más «¡Abandonada!», ni
dirán más a tu tierra «¡Devastada!» sino que te llamarán «Mi deleite», y a tu
tierra «Desposada.»
Porque el Señor pone en ti su deleite y tu tierra
tendrá un esposo. Como un joven se casa con una virgen, así te desposará el que
te reconstruye; y como la esposa es la alegría de su esposo, así serás tú la
alegría de tu Dios.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 8b-9. 10a
y c (R.: 3)
R. Anuncien las maravillas del Señor entre los
pueblos.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre. R.
Día tras día, proclamen su victoria.
Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos. R.
Aclamen al Señor, familias de los pueblos,
aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del nombre del Señor. R.
Entren en sus atrios trayendo una ofrenda,
adoren al Señor al manifestarse su santidad:
¡que toda la tierra tiemble ante él! R.
Digan entre las naciones: «¡el Señor reina!
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud.» R.
SEGUNDA
LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de
Corinto 12, 4-11
Hermanos:
Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos
proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor.
Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en
todos.
En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien
común. El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro, la ciencia para
enseñar, según el mismo Espíritu; a otro, la fe, también en el mismo Espíritu.
A este se le da el don de curar, siempre en ese único Espíritu; a aquel, el don
de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el
valor de los dones del Espíritu; a este, el don de lenguas; a aquel, el don de
interpretarlas.
Pero en todo esto, es el mismo y único Espíritu el
que actúa, distribuyendo sus dones a cada uno en particular como él quiere.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san
Juan 2, 1-11
Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la
madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y
como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino.» Jesús le
respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado
todavía.» Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga.»
Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los
ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.
Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas.» Y las llenaron
hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del
banquete.» Así lo hicieron.
El encargado probó el agua cambiada en vino y como
ignoraba su o rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua,
llamó al esposo y le dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando
todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has
guardado el buen vino hasta este momento.»
Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo
hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en
él.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Todos pedimos o necesitamos signos. Exigimos signos visibles de responsabilidad y de eficaciaen el trabajo.
Necesitamos en el amor signos de fidelidad y
generosidad. Queremos que la honestidad política y social tenga gestos
concretos que la avalen. Sin embargo, en nuestros días se corre el
riesgo de considerar verdaderos
aquellos signos o señales ligadas indisolublemente a lo extraordinario o
maravilloso.
La fe aparece usualmente ligada a
“señales”, que nos permiten el descubrimiento de la presencia de Dios en
la historia personal y social. La búsqueda de estas señales, es una tendencia natural propia de todo hombre religioso que
coloca, en un lugar especial de su vida, el descubrimiento de la “gloria” de
Dios. A toda persona le llega su hora, sus
instantes decisivos. También a Cristo le llega su hora,
que es la de la entrega sin condiciones: hora de
sufrimiento y de gloria, hora de efusión del Espíritu. La vida humana se ilumina cristianamente desde la hora
del Señor. Nuestras horas son anticipaciones y preparaciones de la hora
del reino de Dios. La hora definitiva es paso a un mundo transfigurado, inauguración
de tiempos nuevos, llegada de los bienes mesiánicos.
***
Este domingo no es todavía del todo del “tiempo ordinario”: es un eco de la Navidad, en línea con la Epifanía y el
Bautismo: el segundo domingo del tiempo ordinario se refiere aún a
la manifestación del Señor celebrada en la
solemnidad de la Epifanía.
La historia de la salvación es una historia
de amor. La Biblia no reconoce otra esposa del Señor que no sea el
pueblo elegido. A este pueblo, Israel, dirige su
palabra y envía sus
mensajeros. Porque ese es el “amor” de Dios. Con ese pueblo contrae su “alianza”. Y la revelación puede
contemplarse como la “declaración de amor” de Dios
a su pueblo.
La boda de Caná es signo de las bodas de sangre de Cristo, el verdadero Esposo. Es
decir, Jesucristo, que posee la plenitud del espíritu amoroso de Dios, es el Esposo de todo amor.
***
Israel había vivido momentos desastrosos en su historia, pero el exilio, ahondó su crisis y los desesperó hasta tal
punto de creer que Dios los había abandonado definitivamente. El
acontecimiento de la reconstrucción tras el exilio, les hace replantear las
relaciones con Dios y revisar en qué se ha fallado y por qué se han alejado de
Él. El profeta Isaías
hace alusión a Dios y a Israel como el esposo y la esposa respectivamente. Esto exige que el pueblo se renueve, para ser capaz de comprometerse con Dios y asumir una relación de tipo nupcial.
hace alusión a Dios y a Israel como el esposo y la esposa respectivamente. Esto exige que el pueblo se renueve, para ser capaz de comprometerse con Dios y asumir una relación de tipo nupcial.
La comunidad cristiana es ahora la nueva
novia que ha recibido en plenitud
los dones que el Espíritu ha regalado a su pueblo para
embellecerlo, para que esté a la altura del esposo y para que, poniéndolos al servicio de la misma comunidad, pueda dar frutos en abundancia para el bien de
toda la humanidad.
El evangelio de Juan nos narra el milagro que realizó Jesús en una
fiesta de bodas en Caná de Galilea convirtiendo el agua en vino. Los milagros de Cristo no son nunca una
simple demostración del poder de Dios, sino que tienen
un significado y muestran visiblemente el sentido de lo que Jesús anuncia
con su palabra.
***
El evangelista Juan elige el popular episodio humano de una boda para
describir el primer signo de Jesús.
Precisamente, la mejor imagen del reino de Dios es la del banquete de bodas, donde la comidaes exquisita, abundante y gratuita.
Las bodas en Israel duraban una semana. Jesús no asiste para realizar una
función ritual, ni para presidir el compromiso mutuo entre los esposos. Jesús asiste a la boda para participar, como uno más, en
todos los actos que la forman.
Jesús era un maestro de los símbolos. Todo lo que tocaba lo convertía en
realidad simbólica. Esta boda le iba a servir como escenario privilegiado para revelar el sentido de su misión y de su vida. La
boda, la alianza entre un hombre y su mujer, es el gran Símbolo de esa Alianza de Amor que Dios establece con la
humanidad. En esa pareja que se casa, podemos contemplar a Dios realizando su desposorio con la humanidad.
En este contexto, la conversión de seiscientos litros de agua en vino tiene
un significado particular. La Alianza de Dios con su Pueblo es todavía
la del Antiguo Testamento. Y la Madre de Jesús lo percibe: ¡falta el vino!
Sólo queda el agua de las purificaciones.
El agua almacenada en las tinajas es para el rito de purificación de las manos,
que los fariseos exigían cumplir con absoluta fidelidad. Son el agua de la Ley, el agua
del culto superficial y exterior, el agua
de una religión que ahoga al hombre con sus leyes y prescripciones,
pero quese olvida de ayudarlo a vivir en la
alegría y en la libertad.
Por otro lado la presencia del vino era garantía de la alegría. Jesús da la alegría de vivir abundantemente. Y
es que Jesús vino a este mundo, como él dijo, “para
que tengamos vida y la tengamos abundante”, para que nuestra
vida rebose con el gozo de vivir. En aquella boda, había demasiada agua
para lavarse las manos, y poco vino para alegrar el corazón.
Jesús, por mediación de su madre, asiente en cambiar el agua en vino; en transformar a los hombres de la ley en hombres del amor, a los cumplidores en enamorados.
Jesús ha convertido la ley en fiesta; el
agua en vino, la esclavitud
en libertad, la hipocresía
en sinceridad,el miedo en espontaneidad. Ya puede dejar de ser un pueblo
sometido a leyes y ritualismos externos. Ahora puede ser un pueblo capaz asumir el Reino con sinceridad y con
responsabilidad, sabiendo que Dios por
pura misericordia lo ha amado y lo ha llamado a ser parte de la
comunidad de los que pueden ver la Gloria que Dios refleja en Jesús.
Simbólicamente, Dios, en Jesús, vuelve a desposarse con el pueblo que trae
la esperanza. Surge así el Nuevo Israel, la
amada que Jesús purifica y cambia.
Sigue siendo realidad en la vida de cada cristiano, en la Iglesia, en
el mundo, la acción transformadora de
Jesús: cuando se hace “lo que Él dice”, todo se convierte en
algo “de mejor calidad”. El don
de su Espíritu en el corazón de su pueblo, lo impulsa a ponerse al servicio de los demás, y esto es mejor que el
encierro del egoísmo o la suficiencia.
El testimonio de la vida cristiana es una proclamación
de los prodigios que Dios ha hecho en cada uno, por eso nosotros mismos
nos convertimos en “signos” de Cristo,
para que el mundo crea. Como Iglesia somos la esposa que vive el amor y la
fidelidad porque todo lo ha recibido de Jesucristo.
La experiencia del amor Dios nos hace vivir nuestra existencia como una fiesta, desbordante de gozo y amistad, en la
que Dios se regocija con la alegría de sus hijos, que con la fuerza que le da
el vino nuevo del Espíritu de Jesús podrán llegar mucho más lejos que lo que
una ley puede exigir: a gastar y, si
es necesario, dar la vida por la felicidad de
todos y cada uno de los miembros de la humanidad.
A nosotros nos toca decidir si
queremos ser muy buenos, muy cumplidores, seguir en todo la ley y no poder
jamás nada, como el agua; o ser enamorados
de Dios y de los hombres, vino nuevo capaz de hacer posible lo imposible.
PARA DISCERNIR
¿Es así mi vida señal para los demás?
¿Cuáles pueden ser las “señales” de Dios para nosotros hoy?
¿En qué lugares «se convierte el agua en vino» hoy?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
“Señor, queremos hacer lo que Tú nos digas!…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Tú has guardado el vino bueno hasta ahora»
Cuando Cristo asistía a las bodas de Caná y la multitud de invitados se
regalaba, les faltó vino y su gozo se convirtió en tristeza… Viendo esta
situación, la purísima María fue inmediatamente a decir a su hijo: «Se les ha
acabado el vino; así es que te ruego, hijo mío, que demuestres que todo lo
puedes, tú que lo has creado todo con sabiduría».
Por favor, Virgen venerable, ¿a partir de qué milagros has sabido tú que tu
hijo, sin nunca haber vendimiado, podía darles vino siendo así que nunca antes
había hecho milagro alguno? Enséñanos… cómo es que has dicho a tu hijo: «Dales
vino tú que lo has creado todo con sabiduría».
«Yo misma he visto a Elizabeth llamarme Madre de Dios antes de que yo diera
a luz; después del nacimiento de mi hijo, Simeón me ha cantado, Ana me ha
exaltado; los magos vinieron corriendo desde Persia hasta el pesebre, porque
una estrella les anunció por adelantado este nacimiento; los pastores junto con
los ángeles se convirtieron en heraldos del gozo, y la creación entera se
gozaba con ellos. ¿Podía yo ir a buscar mayores grandezas que estos milagros
para creer, según su fe, que mi hijo es aquel que todo lo ha creado con
sabiduría?»…
Cuando Cristo manifiestamente cambió, por su poder, el agua en vino la
multitud se alegró mucho, encontrando admirable el sabor de este vino. Hoy es
en el banquete de la Iglesia que todos nos sentamos, y en el que el vino es
convertido en sangre de Cristo, y todos bebemos de él con alegría santa,
glorificando al gran Esposo. Porque el Esposo verdadero es el hijo de María, el
que es el Verbo desde toda la eternidad, que ha tomado la forma de esclavo y
que todo lo ha creado con sabiduría.
Altísimo, santo, salvador de todos, conserva sin alteración alguna el vino
que está en nosotros puesto que tú lo presides todo. Aleja de nosotros toda
adversidad, todos los malos pensamientos que diluyen tu vino santísimo… Por las
plegarias de la santa Virgen Madre de Dios, líbranos de las angustias del
pecado que nos oprimen, Dios misericordioso, tú que todo lo has creado con sabiduría.
San Romano el Melódico (?- hacia 560), compositor de
himnos
Himno nº 18, Las Bodas de Caná
PARA REZAR
“No tienen vino”
La verdad es que no tenemos vino.
Nos sobran las tinajas,
y la fiesta se enturbia para todos,
porque el sino es común y la sola sala es ésta.
Nos falta la alegría compartida.
Rotas las alas, sueltos los chacales,
hemos cegado el curso de la vida
entre los varios pueblos comensales.
¡Sangre nuestra y de Dios, vino completo,
embriáganos de Ti para ese reto
de ser iguales en la alteridad.
Uva pisada en nuestra dura historia,
vino final bebido a plena gloria
en la bodega de la Trinidad!
La verdad es que no tenemos vino.
Nos sobran las tinajas,
y la fiesta se enturbia para todos,
porque el sino es común y la sola sala es ésta.
Nos falta la alegría compartida.
Rotas las alas, sueltos los chacales,
hemos cegado el curso de la vida
entre los varios pueblos comensales.
¡Sangre nuestra y de Dios, vino completo,
embriáganos de Ti para ese reto
de ser iguales en la alteridad.
Uva pisada en nuestra dura historia,
vino final bebido a plena gloria
en la bodega de la Trinidad!
Pedro Casaldáliga
Bodas de Caná (Jn 2)
Caná de Galilea,
invitación a boda y a alegría;
nueva luz que alborea,
y nueva epifanía
anticipada ahora por María.
Caná es invitación
a celebrar las "Bodas del cordero",
a la honda conversión
del corazón sincero,
entregado al amor ya por entero.
María es la primera
en observar del vino la carencia;
no es comensal cualquiera,
que es Madre con licencia
para solucionar cualquier urgencia.
-"¡Hijo, no tienen vino!",
dijo con susurrante voz materna;
susurro femenino
de la madre que alterna
su autoridad con la súplica tierna.
-"¿Qué nos va a ti y a mí,
mujer en semejante contratiempo?
Déjalo estar así,
pues viene esto a destiempo
y no llegó mi hora ni mi tiempo".
-"Haced lo que él os diga!"
Y, aunque parezca hora inoportuna,
Jesús, con voz amiga,
sin dilación alguna:
-"¡llenad bien las tinajas, una a una!"
La orden de la Madre, parece anticipar aquella hora
prevista por el Padre,
y la anticipa ahora
porque María es de Jesús la aurora.
Las tinajas de barro,
-que sólo agua lustral habían tenido-
rebosan despilfarro
de un vino, convertido
en el vino mejor jamás bebido.
Cada siervo, discreto,
sin preguntar, actúa diligente,
y, aunque sabe el secreto,
lo guarda fiel, silente,
sin presumir de nada ante la gente.
....................................
Los siervos de Caná
cumplieron, diligentes, cuanto él dijo.
¡Que yo sepa -ojalá-
ser tu siervo y tu hijo,
cumpliendo mi misión con regocijo!
Y fue tu primer signo;
el signo de las "Bodas del Cordero",
esposo fidedigno
de un amor verdadero,
que en las "bodas de sangre" fue el primero.
Signo de plenitud,
bendición del Espíritu que alcanza
la plena juventud
de una vieja esperanza,
cumplida ahora en Jesús, Nueva Alianza.
Caná es eucaristía;
hay cambio de materia y de sustancia,
un vino de alegría,
bebido en abundancia,
y un Jesús que lo ofrece y nos lo escancia.
Hoy, todos invitados
a beber en Caná del "nuevo vino",
y a brindar, inspirados,
sin medida y sin tino,
¡borrachos del Espíritu Divino!
invitación a boda y a alegría;
nueva luz que alborea,
y nueva epifanía
anticipada ahora por María.
Caná es invitación
a celebrar las "Bodas del cordero",
a la honda conversión
del corazón sincero,
entregado al amor ya por entero.
María es la primera
en observar del vino la carencia;
no es comensal cualquiera,
que es Madre con licencia
para solucionar cualquier urgencia.
-"¡Hijo, no tienen vino!",
dijo con susurrante voz materna;
susurro femenino
de la madre que alterna
su autoridad con la súplica tierna.
-"¿Qué nos va a ti y a mí,
mujer en semejante contratiempo?
Déjalo estar así,
pues viene esto a destiempo
y no llegó mi hora ni mi tiempo".
-"Haced lo que él os diga!"
Y, aunque parezca hora inoportuna,
Jesús, con voz amiga,
sin dilación alguna:
-"¡llenad bien las tinajas, una a una!"
La orden de la Madre, parece anticipar aquella hora
prevista por el Padre,
y la anticipa ahora
porque María es de Jesús la aurora.
Las tinajas de barro,
-que sólo agua lustral habían tenido-
rebosan despilfarro
de un vino, convertido
en el vino mejor jamás bebido.
Cada siervo, discreto,
sin preguntar, actúa diligente,
y, aunque sabe el secreto,
lo guarda fiel, silente,
sin presumir de nada ante la gente.
....................................
Los siervos de Caná
cumplieron, diligentes, cuanto él dijo.
¡Que yo sepa -ojalá-
ser tu siervo y tu hijo,
cumpliendo mi misión con regocijo!
Y fue tu primer signo;
el signo de las "Bodas del Cordero",
esposo fidedigno
de un amor verdadero,
que en las "bodas de sangre" fue el primero.
Signo de plenitud,
bendición del Espíritu que alcanza
la plena juventud
de una vieja esperanza,
cumplida ahora en Jesús, Nueva Alianza.
Caná es eucaristía;
hay cambio de materia y de sustancia,
un vino de alegría,
bebido en abundancia,
y un Jesús que lo ofrece y nos lo escancia.
Hoy, todos invitados
a beber en Caná del "nuevo vino",
y a brindar, inspirados,
sin medida y sin tino,
¡borrachos del Espíritu Divino!
http://joseluissm.blogspot.com.ar/2010/02/bodas-de-cana-jn-2.html
LECTIO DIVINA
Éste
fue el primero de los signos de Jesús,
y lo hizo en Caná de Galilea
y lo hizo en Caná de Galilea
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Juan
2, 1-11
Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de
Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba
vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer,
¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre
dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga».
Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos
de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús
dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el
borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo
hicieron.
El encargado probó el agua cambiada en vino y como
ignoraba su o rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua,
llamó al esposo y le dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando
todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has
guardado el buen vino hasta este momento».
Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en
Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él.
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
El evangelio de Juan nos presenta siete milagros que él llama “signos”.
El evangelio de hoy es el primero de estos siete signos.
Nos centraremos en los personajes y en el rol que desempeñan en este
relato: la madre de Jesús, Jesús, sus discípulos, el novio, el mayordomo y los
sirvientes.
La madre de Jesús tiene un papel central, es quien percibe la necesidad,
la carencia del vino e intercede ante su hijo para que remedie esta situación,
pues ella es una mujer de fe, que cree profundamente en que su hijo tiene el
poder de suplir las necesidades, de cambiar una situación negativa, que actúa
por el poder de Dios.
Jesús es quien hace el milagro, el signo. Lo hace cuando toma
consciencia de la misión que Dios le ha encomendado, lo que Juan llama “la
hora”, es el momento en que el mundo necesita de Dios. En este relato, vemos
cómo el vino simboliza la alegría que se dará de manera definitiva con la
llegada del Mesías, del Salvador (cf. Is 25,6-8; Amós 9,13-14). Para la época
de Jesús el pueblo de Dios ya estaba perdiendo la esperanza y la fe, pero
Jesús viene a cumplir las promesas del Padre y al convertir el agua en vino nos
muestra que ya no hay por qué estar tristes, que con Él llega la alegría de la
salvación hasta el borde, es decir, plenamente.
Los discípulos aunque son nombrados al inicio del relato y al final, no
tienen una participación directa en la escena pero sí son los testigos del
inicio de la acción milagrosa de Jesús y al final este acontecimiento les
aumenta la fe.
El novio al final se lleva el reconocimiento por la calidad del vino
servido, el mayordomo es el que prueba el vino que antes era agua, corrobora el
milagro y los sirvientes son los que llenan las tinajas de agua, de lo que
tienen y poseen.
Gentileza
Lectionautas.
2.
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
Ø ¿Percibes con facilidad las necesidades
de otros como la madre de Jesús?
Ø Como el mayordomo ¿corroboras en tu vida
la acción de Dios en ella?
Ø Como los discípulos ¿aumentas tu fe
cuando percibes esta acción de Dios?
3.
ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
Comencemos nuestra oración agradeciendo a María por su presencia en la vida de nosotros como hijos de Dios, hermanos en Cristo
Bendita tú María porque creíste en la Palabra del Señor,
porque esperaste en sus promesas,
porque fuiste perfecta en el amor.
Bendita por tu caridad premurosa con Isabel,
por tu bondad materna en Belén,
por tu fortaleza en la persecución,
por tu perseverancia en la búsqueda de Jesús en el templo,
por tu vida sencilla en Nazaret,
por tu intercesión en Caná,
por tu presencia maternal junto a la cruz,
por tu fidelidad en la espera de la Resurrección,
por tu oración asidua en Pentecostés.
Bendita eres por la gloria de tu Asunción a los cielos
por tu materna protección sobre la Iglesia
por tu constante intercesión por toda la humanidad.
Juan Pablo II
4.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Así como meditamos la grandeza de sentir que tenemos un Padre que nos
ama y nos hace sus hijos, María también nos quiere como hijos suyos y nos
conduce de su mano amorosa hacia su hijo, sintamos la alegría de esa mano
amorosa que nos conduce y nos invita a decir:
“Quiero Señor, hacer lo que Tú me digas”
5.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø ¿Tienes como María la confianza absoluta en que Dios puede
hacer milagros en tu vida diaria?
Ø ¿Reconoces que sólo el Señor te puede dar el
mejor vino?
Ø ¿A qué acciones concretas me lleva este
evangelio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.