San Severino
“Entonces él tomó los cinco panes y los dos
pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los
panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También
repartió los dos pescados entre la gente.”
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san
Juan 4, 7-10
Queridos
míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que
ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El
que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Así
Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos
Vida por medio de él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a
Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria
por nuestros pecados.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal 71, 1-2. 3-4ab. 7-8 (R.: cf. 11)
R. Que se postren ante ti,
Señor, todos los pueblos de la tierra.
Concede,
Señor, tu justicia al rey
y
tu rectitud al descendiente de reyes,
para
que gobierne a tu pueblo con justicia
y
a tus pobres con rectitud. R.
Que
las montañas traigan al pueblo la paz,
y
las colinas, la justicia;
que
él defienda a los humildes del pueblo,
socorra
a los hijos de los pobres. R.
Que
en sus días florezca la justicia
y
abunde la paz, mientras dure la luna;
que
domine de un mar hasta el otro,
y
desde el Río hasta los confines de la tierra. R.
EVANGELIO
+
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 34-44
Al
desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque
eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Como
se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Este es un
lugar desierto, y ya es muy tarde. Despide a la gente, para que vaya a las
poblaciones cercanas a comprar algo para comer.»
El
respondió: «Denles de comer ustedes mismos.»
Ellos
le dijeron: «Habría que comprar pan por valor de doscientos denarios para dar
de comer a todos.»
Jesús
preguntó: « ¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver.»
Después
de averiguarlo, dijeron: «Cinco panes y dos pescados.»
El
les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde, y la
gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta.
Entonces
él tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo,
pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos
para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente.
Todos
comieron hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan
y de restos de pescado. Los que comieron eran cinco mil hombres.
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
La
sección de la multiplicación de los panes muestra a Jesús como al nuevo Moisés.
Jesús realiza el milagro en favor de una multitud por la que siente compasión.
Jesús
vincula a los discípulos a los preparativos del banquete y más tarde les
invitará a reflexionar sobre el alcance de este milagro (Mc 8,14-21). Es
importante destacar la función educativa del milagro.
Jesús
no obra milagros sólo para satisfacer las necesidades materiales de la gente,
sino también para revelarle su misión y preparar a los discípulos para la nueva
misión.
En el
v. 43 se encuentra el tema del alimento sobrante, orientado a hacer tomar
conciencia de que el alimento ofrecido por Jesús está destinado también a otros
muchos invitados. Y, si quedan exactamente doce canastas de sobras, es porque
los doce discípulos, servidores, han de convertirse en misioneros, enviados a
alimentar a los que no han estado presentes.
La
eucaristía se nos presenta así en su dimensión misionera. El banquete de la
Última Cena no era una comida de despedida reservada sólo a los Doce, sino que
es, por el contrario, una comida destinada a la multitud de los creyentes.
***
Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios, y, a
su vez, el que no ama no ha conocido a Dios, de ahí que el amor se constituye en el camino que nos acerca y nos
introduce en el mundo de Dios.
«Conocer» a Dios en la mentalidad bíblica, semita, no
es un acto intelectual; no es algo que pertenezca exclusivamente al
mundo de la razón. Juan lo dice claramente: conoce a Dios quien lo ama.Sólo se conoce verdaderamente a Dios desde el amor.
Si Dios
es amor, todo amor tiene algo de Dios. «El
amor es de Dios», dice Juan en el texto concreto de hoy, tomado de su carta
primera. Y «todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios».
Este conocimiento no es abstracto porque Dios no se ha quedado en hermosas
declaraciones. Dios ha manifestado, concretado y
probado su amor. Dios ha «encarnado» su amor. Jesús es el amor de Dios por el mundo. Es el Hijo
único, entregado.
Otra
prueba de la veracidad y desmesura del amor de Dios, es que existe no porque lo
amáramos nosotros, sino porque El nos amó a
nosotros. Dios no nos ha esperado. Tomó
la iniciativa de amarnos, antes incluso de conocer cómo
responderíamos a ese amor. Hasta el pecador puede
tener la certeza que es esperado y amado, en los momentos en que el hombre no
piensa en Dios ni ama a Dios; Dios no deja de pensar en él y de amarlo.
La gratuidad total es la característica
fundamental del amor divino. No está
condicionado a nuestra respuesta positiva.
El amor de Dios, fue un amor «hasta el derramamiento de sangre» de
Cristo que se sacrificó por nosotros. Jesús ha sido la víctima de «mis» pecados. Jesús se sacrificó, nos
ama hasta el extremo de ser capaz de renunciar a su propia vida «para que
vivamos».
***
Marcos inaugura una nueva sección de su Evangelio. Ya no son los primeros
pasos apostólicos de Jesús, ni sus victorias sobre la enfermedad y los
demonios, sino una sección en torno al tema
del pan:dos multiplicaciones
de panes, discusiones sobre el sentido de las abluciones antes de comer el pan,
la falsa levadura, una pagana que solicita las migajas de pan, etc.
Toda la
sección de los panes está concebida de tal forma que Cristo aparece como ese nuevo Moisés que ofrece el verdadero maná.
Jesús obra el milagro de la multiplicación de los panes porque siente compasión de la multitud, pero también lo hace con
el fin de formar a sus apóstoles. Los compromete con los preparativos del
banquete y los llevará a reflexionar sobre el alcance de este milagro.
La mirada se centra en Jesús. Los discípulos están ante el pueblo con las manos vacías, se reconocen
incapaces de remediar la necesidad. No pueden hacer nada si no interviene el
Señor. Jesús toma la iniciativa:
va a utilizar la totalidad del alimento de que dispone el grupo. Dios quiere
seguir alimentando a los demás por medio de
las pobres provisiones de los hombres.
Pronuncia la bendición, “Bendito sea Dios que nos da este pan”. Era el rito judío de
la santificación de la comida en la mesa: como buen judío, Jesús santifica cada
uno de sus gestos con una bendición, una plegaria.
Luego, encarga a los discípulos que sirvan el pan y los peces;
han de estar en la comunidad comoservidores.
El Espíritu que Jesús infunde, lleva a darse a los demás para comunicar vida.
Los discípulos, que poseían el pan y los peces con su servicio, transmiten la
generosidad y el amor de Dios creador y dador de vida.
Este milagro es un signo, un símbolo de la Iglesia que
continúa hoy lo que hizo Jesús: compadecerse de los que andan como ovejas sin
pastor, estar cerca de los que sufren, de los que buscan, no estar alejado del
pueblo, sino en medio de él, dar lo que se tiene, no dejarse vencer por la
impotencia y el egoísmo. La Iglesia tiene que ser colaboradora de Cristo en la distribución
de la gracia para todos los hombres. Al igual que el Señor, la Iglesia ha de pasar haciendo el bien.
Dios se
hace presente, como en este relato, cuando igual que los discípulos nos
comprometemos con el pueblo hambriento y aportamos de lo propio dejando que
Jesús haga el resto. Los problemas y las distintas “hambres” no sólo se
solucionan con dinero; el amor es
una fuerza milagrosa que hay que despertar.
El amor es entrega:
Dios que entrega a su Hijo, Cristo Jesús que se entrega a sí mismo en la cruz y
repite el memorial de pasión en cada Eucaristía. El pan multiplicado que nos
ofrece cada día Cristo Jesús es su Cuerpo y su Sangre. Conoce lo arduo del
camino y que el cansancio, el hambre y la sed acosan a lo largo de nuestra
vida. Por eso quiso ser Él mismo nuestro alimento.
El pan sólo se
multiplicará cuando se multiplique el amor. La Eucaristía es llamado
y fuerza para hacer crecer la solidaridad, haciendo comunión, sin distinción,
con los hermanos que estén a mi lado. Por eso la
Eucaristía será siempre expresión
del amor compasivo que Dios siente por el pueblo en una multiplicación
de los panes.
En la
medida en que la mesa de Cristo constituya
para nosotros la experiencia del amor,
en esa misma medida conoceremos a Dios
revelado en su Hijo.
PARA DISCERNIR
¿Cómo es nuestro amor a los hermanos?
¿Somos capaces de entregarnos por los demás?
¿Termina nuestro amor apenas decrece el interés o empieza el sacrificio?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
Señor, danos siempre de tu Pan…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
..”Dios mío, bienaventurada Trinidad, deseo amaros y haceros amar, trabajar
por la glorificación de la santa Iglesia, salvando las almas que viven sobre la
tierra y librando a las que sufren en el purgatorio.
Deseo cumplir perfectamente vuestra voluntad y llegar al grado de gloria
que me habéis preparado en vuestro Reino; en una palabra: deseo ser santa, pero
siento mi impotencia y os pido, Dios mío, que seáis vos mismo mi santidad.
Puesto que me habéis amado hasta darme vuestro único Hijo para que fuese mi
Salvador y mi Esposo, los tesoros infinitos de sus méritos son míos: yo os los
ofrezco con alegría, suplicándoos que no me miréis sino a través de la Faz de
Jesús y en su corazón abrasado de amor. Siento en mi corazón inmensos deseos y
os pido con confianza que vengáis a tomar posesión de mi alma. No quiero
amontonar méritos para el cielo, sino trabajar sólo por vuestro amor, con el
único fin de agradaros, de consolar vuestro corazón sagrado y de salvar almas
que os amen eternamente.
En la tarde de esta vida compareceré ante vos con las manos vacías. No os
pido, Señor, que contéis mis obras. Todas nuestras justicias son imperfectas a
vuestros ojos. Quiero, por ello, revestirme de vuestra propia justicia y
recibir de vuestro amor la posesión eterna de Vos mismo. No quiero otra cosa
que Vos, mi Amado”…
Santa Teresita del Niño Jesús.
PARA REZAR
SEÑOR QUISIERA…
Señor, quisiera ser de aquellos
que arriesgan su vida, que dan su vida.
Señor, Tú que naciste al azar de un viaje,
y moriste como un malhechor,
tras haber recorrido sin dinero,
todas las rutas del destierro,
del peregrinaje y las predicaciones caminantes,
arráncame de mi egoísmo y de mi confort.
He de empeñar mi vida, Jesús, por tu palabra.
He de empeñar mi vida, Jesús, por tu amor.
Ya pueden los demás ser cuerdos,
Tú me has hecho para que crea en el amor.
Otros creen que hay que conservar,
Tú me has dicho que más vale dar.
Otros se instalan,
Tú me has exhortado a marchar,
dispuesto a la alegría y al dolor,
al fracaso y al éxito,
a vivir la vida cristiana
sin preocuparme de sus consecuencias.
A no poner mi confianza en mí, sino en ti,
y finalmente, a arriesgar mi vida
contando sólo con tu amor.
LECTIO DIVINA
Al
multiplicar los panes Jesús se manifiesta como profeta
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos 6,
34-44
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció
de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron
y le dijeron: «Este es un lugar desierto, y ya es muy tarde. Despide a la
gente, para que vaya a las poblaciones cercanas a comprar algo para comer.»
El respondió: «Denles de comer ustedes mismos.»
Ellos le dijeron: «Habría que comprar pan por valor de
doscientos denarios para dar de comer a todos.»
Jesús preguntó: «¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan
a ver.»
Después de averiguarlo, dijeron: «Cinco panes y dos
pescados.»
El les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos,
sobre la hierba verde, y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta.
Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados, y
levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los
fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió
los dos pescados entre la gente.
Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron doce
canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado. Los que comieron eran
cinco mil hombres.
Palabra del Señor.
LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la lectura:
Este milagro es el único que se encuentra en los
cuatro Evangelios. (Mt 14,13-21; Lc 9,10-17; Jn 6.1-5)
Si bien la mayoría de los estudiosos tradicionales
atribuyen la multiplicación de los panes a una acción sobrenatural de Jesús,
son muchos los biblistas que resaltan que el milagro, consistió en que la gente
compartió con otros, lo que había traído para comer sólo para sí. Finalmente,
un adelanto a la acción Eucarística está presente en no pocos comentaristas.
Jesús reúne la gente en grupos de cien y cincuenta,
que evoca la organización de Israel en el desierto (Ex 18,21); los doce
canastos donde se recoge el pan, es una alusión al resto fiel de Israel (Is 10,
20-23) y a sus doce tribus (Gn 49, 28).
No se puede convocar al nuevo pueblo de Dios sin
ofrecerle el alimento adecuado, de otro modo ¿Cómo permanecerá fiel a su
vocación y misión?
Jesús no ofrece de nuevo la Ley y el maná, alimento
del antiguo pueblo, por su ineficacia para nutrir la comunión con Dios (Jn 6,
30-50).
Jesús, buen pastor, ofrece el banquete del Reino, cuyo
alimento sobreabundante y gratuito es su enseñanza (Mc 6,34) y el pan (6,41),
anticipación de la Eucaristía (14,22).
Los discípulos de Jesús son asociados a su misión (Nm
27, 16-17). Como discípulos se alimentan “del Señor”, y porque son
misioneros tienen que alimentar al mundo “con el Señor”.
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la meditación:
¿En qué se diferenciaron las reacciones de Jesús y sus
discípulos sobre las necesidades de la gente?
¿Por qué la distribución primera de los panes y peces
debieron hacerla los discípulos?
¿Qué significan las doce canastas sobrantes?
ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
SALMO
Sal 71, 1-4ab.
7-8
¡Pueblos de la tierra, alaben al Señor!
Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud.
Que las montañas traigan al pueblo la paz,
y las colinas, la justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos de los pobres.
Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;
que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra.
¡Pueblos de la tierra, alaben al Señor!
Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud.
Que las montañas traigan al pueblo la paz,
y las colinas, la justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos de los pobres.
Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;
que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
ALELUIA
Lc 4, 18
Aleluia.
El Señor me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres,
a anunciar la liberación a los cautivos.
Aleluia.
Aleluia.
El Señor me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres,
a anunciar la liberación a los cautivos.
Aleluia.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Tengo compasión de la gente por sus necesidades
espirituales?
¿Estoy dispuesto a compartir lo mío para atender sus
necesidades materiales?
Ante las dos preguntas anteriores. ¿Pongo mi mirada en
mis limitaciones o en la urgencia de las necesidades?
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