San José,
obrero
…Permanecer en Él para dar mucho fruto…
PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los
Apóstoles 15, 1-6
Algunas personas venidas
de Judea enseñaban a los hermanos que si no se hacían circuncidar según el rito
establecido por Moisés, no podían salvarse.
A raíz de esto, se
produjo una agitación: Pablo y Bernabé discutieron vivamente con ellos, y por
fin, se decidió que ambos, junto con algunos otros, subieran a Jerusalén para
tratar esta cuestión con los Apóstoles y los presbíteros.
Los que habían sido
enviados por la Iglesia partieron y atravesaron Fenicia y Samaría, contando
detalladamente la conversión de los paganos. Esto causó una gran alegría a
todos los hermanos.
Cuando llegaron a
Jerusalén, fueron bien recibidos por la Iglesia, por los Apóstoles y los
presbíteros, y relataron todo lo que Dios había hecho con ellos.
Pero se levantaron
algunos miembros de la secta de los fariseos que habían abrazado la fe, y
dijeron que era necesario circuncidar a los paganos convertidos y obligarlos a
observar la Ley de Moisés.
Los Apóstoles y los
presbíteros se reunieron para deliberar sobre este asunto.
Palabra de Dios.
SALMO Sal
121, 1-2. 3-4a. 4b-5 (R.: Cf. 1)
R. Vamos con alegría a la
Casa del Señor.
¡Qué alegría cuando me
dijeron:
«Vamos a la Casa del
Señor!»
Nuestros pies ya están
pisando
tus umbrales, Jerusalén.
R.
Jerusalén, que fuiste
construida
como ciudad bien compacta
y armoniosa.
Allí suben las tribus,
las tribus del Señor. R.
Según es norma en Israel
para celebrar el nombre
del Señor.
Porque allí está el
trono de la justicia,
el trono de la casa de
David. R.
EVANGELIO
X Lectura del santo
Evangelio según san Juan 15, 1-8
Jesús dijo a sus
discípulos:
«Yo soy la verdadera vid
y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al
que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la
palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes.
Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco
ustedes, si no permanecen en mí.
Yo soy la vid, ustedes
los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque
separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el
sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
Si ustedes permanecen en
mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.
La gloria de mi Padre
consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Antioquía en Siria era símbolo de una “iglesia”
en la que habían entrado muchos gentiles. Jerusalén en Judea, símbolo de una
“iglesia” compuesta mayoritariamente de antiguos judíos. Una cierta categoría
de cristianos, muy apegados a la tradición, a quienes se designa con el término
de «judaizante», tenían mucho empeño en permanecer fieles a la Ley de Moisés,
que practicaban antes de su conversión a Jesucristo. Unos de este grupo que
bajaron de Judea quieren imponer leyes claramente judaizantes y se producen
conflictos en la iglesia de Antioquia.
Entre esos dos grupos de cristianos hay muy poco
en común, salvo la “fe” en el mismo Cristo. Tienen una conciencia del
bien y el mal con categorías culturales distintas. Viven costumbres
alimenticias opuestas: mientras los venidos de la gentilidad comen de todo,
los judíos consideran impuros varios alimentos. Los modos de plegaria
son absolutamente distintos.
Se corría el riesgo de hacer «dos»
Iglesias. Se decidió entonces que Pablo y Bernabé
subieran a Jerusalén cerca de los Apóstoles y de los Ancianos para tratar con
ellos esta cuestión. Fueron bien recibidos y todos «se reunieron a examinar el
asunto». La decisión la van a tomar
dialogando, poniendo en común argumentos, y discerniendo en común lo que es más fiel a la voluntad de Dios. Se produce así el primer Concilio de Jerusalén.
dialogando, poniendo en común argumentos, y discerniendo en común lo que es más fiel a la voluntad de Dios. Se produce así el primer Concilio de Jerusalén.
***
Jesús en su discurso de despedida no esconde a
los discípulos los peligros y dificultades que deberán afrontar en el futuro.
No deben acobardarse ni agobiarse ante el odio del mundo, porque Jesús renueva la promesa del envío del Defensor. Pero
el peligro mayor no viene de fuera: la peor amenaza puede
surgir del corazón del propio discípulo al no
vivir el amor fraterno y faltar a la unidad con la Cabezade este
Cuerpo que ahora se forma. La recomendación a la unidad que hará Jesús será a
partir de la alegoría de la Vid y los sarmientos.
La imagen de la viña era tradicional en la
Biblia, para traducir el amor de Dios para con su pueblo. La “viña” era “el
pueblo de Dios”. La comparación del viñador es muy concreta: en invierno corta
toda rama seca y la echa al fuego… y poda una parte de las ramas buenas a fin
de que la savia se concentre y dé mayor número de racimos. Si una viña no es
podada, acaba por no dar más que hojas.
Jesús se define como la vid verdadera, la cepa,
el tronco, mientras a sus discípulos los llama los sarmientos. De la vid pasa
la savia, o sea, la vida, a los sarmientos, si «permanecen» unidos a la vid. Si
no, quedan secos, no dan fruto y se mueren o son cortados.
La metáfora hace presente la unión íntima y vital que Cristo quiere que exista entre Él y
sus discípulos. Esta es una unión más profunda que la que se expresa
en otras comparaciones: entre el pastor y las ovejas, o entre el maestro y los
discípulos. Es un «trasvase»
íntimo de vida desde la cepa a los sarmientos, desde sí a los discípulos.
íntimo de vida desde la cepa a los sarmientos, desde sí a los discípulos.
Necesitamos a Jesús como alma de nuestra vida.
Estar unidos a Jesús, como el Evangelio nos plantea, es recibir; beber la savia
de Jesús es asimilar su modo de pensar, semejante al del Padre, y hacer las
obras que Él hace.
Sin estar unidos personalmente a Jesús, lo que
hacemos con nuestras solas fuerzas es estéril. Las personas y las situaciones
no van a cambiar en la medida en que nosotros nos esforcemos para que así sea,
sólo Jesús puede tocar los corazones y cambiar
la realidad.
La mayor alegría del Padre Viñador es que demos
“fruto abundante”. Incluso, para conseguirlo, a veces recurrirá a la «poda»,
para que el fruto sea mayor.
Será fruto
la vida con sentido; discípulos que viven en esperanza; con serenidad, alegría, fortaleza en medio de las dificultades. Personas capaces de ayudar a los demás, sostenerlos en sus fragilidades porque la seguridad y fortaleza que tienen son las que da Jesús; como la vid al sarmiento.
la vida con sentido; discípulos que viven en esperanza; con serenidad, alegría, fortaleza en medio de las dificultades. Personas capaces de ayudar a los demás, sostenerlos en sus fragilidades porque la seguridad y fortaleza que tienen son las que da Jesús; como la vid al sarmiento.
En la medida en que nuestra vida permanece unida
a la de Jesús, como los sarmientos a la vid por medio de la vida de
la gracia, la Eucaristía, la oración, la lectura y el compromiso con la Palabra
de Dios,nuestros frutos son los frutos de nuestro tronco. La razón de ser del discipulado está en que reciba de Jesús
su forma de ver, de pensar y de actuar, de tal manera que corra por su
vida la vida del Maestro, como corre por las ramas la savia del tronco.
PARA DISCERNIR
¿Trato de llegar a Dios por la especulación de
la razón o por la dinámica del amor?
¿Busco desde mis méritos alcanzar la vida en
Dios?
¿Pretendo entender a Dios o dejarme entender por
Él?
¿Trato de alcanzar a Dios o me dejo alcanzar por
Él?
¿Me abandono confiadamente en Él o me guardo
algo por si acaso?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
…Jesús es la vid y nosotros los sarmientos…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…El arte de vivir en íntima unión con Jesús se
puede ejercitar de tres maneras: en primer lugar, manteniéndonos siempre en su
presencia, sin perderlo nunca de vista. Este arte consiste, esencialmente, en
acostumbrarse a oír a Jesucristo en sí mismo mediante el recuerdo de su divina
presencia en nosotros, mediante la costumbre arraigada de realizar actos de
amor con él y mediante la gracia que Dios nos concede a fin de crear unas
íntimas relaciones de familiaridad entre él y el alma. La disposición más
importante que se requiere es pensar en él con motivo de todo, representarnos
su vida, su pasión y sus dichos, porque de este modo es como se crea una dulce
familiaridad.
En segundo lugar, corresponder fielmente y con
exactitud a las inspiraciones del cielo. Es preciso seguir a Jesús con corazón
atento, ávido de escuchar su Palabra y seguir sus invitaciones. En tercer
lugar, con humildad de corazón: así como los que viven en la corte deben seguir
la regla de una perfecta corrección exterior, también los que Forman la corte
de nuestro Señor deben ser conscientes de la grandeza de la vocación cristiana
y vivir con ansiedad y amor humilde…
J. J. Surin, Un fundamento
de la vida espiritual, Roma 1994.
PARA REZAR
Jesús es:
La Luz que
debe ser encendida,
la Vida que
se debe vivir,
el Amor que
debe ser amado,
la Palabra
que debe ser dicha,
la Alegría
que se debe compartir,
la Paz que
se debe dar,
el Pan de la
Vida que se debe comer,
el Hambriento
que debe ser sustentado,
el Sediento
que debe ser saciado,
el Desnudo
que debe ser vestido,
el
Desalojado que hay que acoger,
el Solitario
que se debe amar,
el
Despreciado que debe ser recibido.
Madre
Teresa de Calcuta.
-SAN JOSÉ OBRERO-
PRIMERA LECTURA
Lectura de
la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de
Colosas 3, 14-15. 17. 23-24
Hermanos:
Sobre todo,
revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.
Que la paz de
Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque
formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias.
Todo lo que
puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando
gracias por él a Dios Padre.
Cualquiera
sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es
para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará,
haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor.
Palabra de Dios.
SALMO Sal
89, 2. 3-4. 12-13. 14 y 16 (R.: 17c)
R. El Señor
haga prosperar la obra de nuestras manos.
Antes que
fueran engendradas las montañas,
antes que
nacieran la tierra y el mundo,
desde
siempre y para siempre, tú eres Dios. R.
Tú haces que
los hombres vuelvan al polvo,
con sólo
decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil
años son ante tus ojos
como el día
de ayer, que ya pasó,
como una
vigilia de la noche. R.
Enséñanos a
calcular nuestros años,
para que
nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete,
Señor! ¿Hasta cuándo?
Ten
compasión de tus servidores. R.
Sácianos en
seguida con tu amor,
y cantaremos
felices toda nuestra vida.
Que tu obra
se manifieste a tus servidores,
y que tu
esplendor esté sobre tus hijos. R.
EVANGELIO
X Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 13, 54, 58
En aquel
tiempo:
Al llegar a
su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos
estaban maravillados.
« ¿De dónde
le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el
hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos
suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus
hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?»
Y Jesús era
para ellos un motivo de tropiezo.
Entonces les
dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.»
Y no hizo
allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Palabra del Señor.
A finales del siglo XIX y principio
del XX, el 1 de mayo se convirtió en una fecha reivindicativa y revolucionaria
a favor de la clase obrera. El Papa Pío XII, en 1955, quiso darle una dimensión
cristiana, e instituyó la fiesta de San José Obrero, que no sólo fue
trabajador, artesano humilde, sino el modelo de todo trabajador cristiano desde
su dedicación a la familia de Nazaret. De esta manera el Papa proyectaba una
luz nueva sobre la dignidad del trabajo, que ofrece el medio de perfeccionar la
creación, sirviendo a Dios y a los hombres, imitando a Dios Creador y al Hijo
de Dios también artesano como su padre José, y uniendo los sufrimientos y
contrariedades del propio trabajo a la cruz de Cristo.
PARA REFLEXIONAR
Los evangelios nos dicen muy poco
de San José, sin embargo
lo presentan con cinco títulos, importantes y significativos que lo definen y
definen su lugar en la historia de la salvación: se lo llama“hijo de David” (Mt
1,20), “esposo de María” (Mt 1,16), “padre de Jesús” (Lc
2,48), “hombre justo” (Mt
1,19), y “el carpintero” (Mt 13,55)
que enseñó su mismo oficio a Jesús (Mc 6,3).
Hoy celebramos al sencillo
carpintero de Nazaret que tiene que trabajar cada día, para sostener a su
familia con el esforzado y humilde trabajo en una vida oculta y
laboriosa.
El título de “carpintero” en San José, define no
sólo un trabajo, sino una actitud
frente a la vida. El trabajo es
el modo concreto y cotidiano con que expresa su amor a la familia de Nazaret.
Jesús participa en el trabajo y en el estilo de vida de José, y llega a ser
conocido como el “hijo del carpintero”. Jesús ha
redimido el trabajo que sólo era una carga, para
que sea una colaboración generosa en la
transformación del mundo. …”En el artesano de Nazaret,
Dios nos quiere revelar la dignidad del
trabajo por más simple que sea. La laboriosidad, es una virtud
por la cual el ser humano puede participar en la obra de Dios, Creador
y Redentor, puede hacerse en cierto sentido más humano, y puede profundizar en la amistad con Cristo. San José nos enseña a santificar la
vida diaria, elevando a Cristo las obras
comunes, humildes y sencillas. Redemptoris Custos, Juan Pablo II.
El evangelio no recoge ni una sola
palabra suya, por eso la tradición, nos muestra a José como unhombre de
profundo silencio, y fe madura, capaz de percibir la acción de Dios. San José, más
que con sus palabras, habla con sus actitudes y gestos. Con su
silencio, su obediencia, su trabajo.Fue un obrero
auténtico.
La vivencia del trabajo de San José
es modélica para todos los trabajadores; de ahí que sea considerado su patrono.
Al hablar de la realidad del trabajo, la Iglesia nos dice que “los
fieles laicos deben desempeñar su trabajo con competencia profesional, con
honestidad humana, con espíritu cristiano y especialmente como forma de su
propia santificación… Es más, sabemos que mediante el trabajo ofrecido a Dios,
las personas se asocian con la obra redentora de Jesucristo, cuyo trabajo con
sus manos en Nazaret, ennobleció grandemente la dignidad del trabajo” (GS.
67). En este mensaje fuerte y sencillo el cristiano
inmerso en el mundo está invitado a encontrar su propia espiritualidad.
El 5 de enero de 1964, desde
Nazareth, exhortaba el Papa Paulo VI a aprender la
lección del trabajo,la conciencia
de su dignidad. Y nos señalaba a todos “al gran modelo, al hermano divino, al defensor de
todas las causas justas, es decir: a Cristo, Nuestro Señor”, el hijo del
carpintero, como era conocido Jesús. Y con el
hijo, el padre, San José, obrero. “La Obra Bien
Hecha”. El realizaría tareas sencillas, pero pondría toda su alma en hacer las
cosas bien. No haría cosas extraordinarias, pero lo ordinario lo haría
extraordinariamente. Que él sea nuestro ejemplo a seguir
en las tareas que hagamos cada día de nuestra vida, y pidamos a él su
intercesión para que nuestro trabajo sea siempre agradable a los ojos de Dios.
PARA DISCERNIR
¿Desde qué perspectiva valoro el
trabajo?
¿Descubro en el trabajo un modo de
santificación personal y de construcción del Reino?
¿Me siento colaborador en la obra
creadora de Dios?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
…Señor yo soy tu siervo…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”El ejemplo de Tomás Moro demuestra
que le es posible a un cristiano vivir en el mundo según el Evangelio y actuar
en él a imitación de Cristo; y ello en medio de su propia familia, de sus
posesiones y de la vida política: es posible llevar una vida santa en medio de
estas distintas situaciones, con sobriedad, sencillez y honestidad, sin caer en
fanatismos ni «beaterías», de modo serio y alegre al mismo tiempo.
¿Qué es, pues, lo más importante
para un cristiano que vive en el mundo? Realizar, en la fe, una opción radical
por Dios, por el Señor y por su Reino, a pesar de todas las inclinaciones
pecaminosas, y conservarla intacta a través de los acontecimientos ordinarios
de cada día. Conservar, viviendo en el mundo, la libertad fundamental respecto
al mundo, en medio de la familia, de las posesiones y de la vida política, al
servicio de Dios y de los hermanos. Poseer la alegre prontitud que permite
ejercer esta libertad, en cualquier momento, a través de la renuncia, y cuando
estemos llamados a hacerlo, a través de la renuncia total. Sólo en esta
libertad respecto al mundo, buscada por amor a Dios, es donde el cristiano, que
vive en el mundo, pero recibe la libertad como don de la gracia de Dios,
encuentra la fortaleza, el consuelo, el poder y la alegría que son su
victoria”…
H. Küng, Libertad en el mundo.
Brescia 1966, 44s.
PARA REZAR
¡San José, guardián de Jesús y casto
esposo de María,
Tú empleaste toda tu vida en el
perfecto cumplimiento de tu deber.
Tú mantuviste a la Sagrada Familia
de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que se
vuelven confiadamente a ti.
Tú conoces sus aspiraciones y sus
esperanzas.
Ellos se dirigen a ti porque saben
que tú los comprendes y proteges.
Tú también supiste de pruebas,
cansancio y trabajo.
Pero, aun dentro de las
preocupaciones materiales de la vida,
tu alma estaba llena de profunda paz
y cantó llena de verdadera alegría
debido al íntimo trato que gozaste
con el Hijo de Dios
que te fue confiado a ti a la vez a
María, su tierna Madre. Amén
JUAN XXIII
Oremos
Dios nuestro, creador del universo, que has
establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu
obra, haz que, guiados por el ejemplo de San José y ayudados por sus plegarias,
realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos
prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
LECTIO DIVINA
El que permanece en mí, y yo en él,
da mucho fruto
da mucho fruto
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 15, 1-8
Jesús dijo a
sus discípulos:
«Yo soy la
verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no
dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están
limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo
permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece
en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
Yo soy la vid,
ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto,
porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es
como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego
y arde.
Si ustedes
permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y
lo obtendrán.
La gloria de
mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis
discípulos.»
Palabra del
Señor.
LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la
lectura:
Jesús vuelve a
utilizar la fórmula de presentación divina veterotestamentaria “Yo Soy”. Esta
vez lo hace recurriendo a una relación simbólica muy conocida por el pueblo
judío, la de la vid (Sal 80.8-16; Is 5.1-7; Jer 5.9-11; 12.10-11; Ez 15.1-6;
19.10-14). Siguiendo con las imágenes comparativas de Jesús, si antes había
tomado el lugar del Templo y de Moisés, ahora toma el lugar de Israel. Es
también en los evangelios sinópticos, donde se ve de qué manera Jesús utilizó
la imagen de la vid o de la viña en sus enseñanzas (Mt.20.1-28; 21, 28.33-41),
allí el Reino de los cielos se compara con un viñedo cuyo dueño es Dios.
La
identificación de cada elemento de la metáfora es clara: Jesús es la vid (v.1
a; 5), el Padre es el viñador (v.1b) y los discípulos son los sarmientos (v.5).
En su “rol” de
vid, Jesús revela de sí mismo que es la vid verdadera (v.1), dando lugar a
interpretar que había otras “vides” así como había “otros pastores”
(10.1-18). No es nuevo en las afirmaciones personales de Jesús en este
Evangelio el presentarse de esta forma, ya se había dicho que era “la luz
verdadera” (1.9) y el “pan verdadero” (6.32). Además, como el uso común de la
metáfora de la vid en el Antiguo Testamento era para referirse a la infidelidad
del pueblo de Israel, de esta manera Jesús se presenta como el Israel verdadero
en su misión histórica.
El Señor
aclara que los sarmientos son suyos (v.15.2 “…mis sarmientos…”). También
que la palabra suya ya ha hecho una tarea de limpieza en ellos: “Ustedes ya
están limpios por la palabra que yo les anuncié” (v.3), lo que es una
reiteración de lo dicho en la escena del lavatorio de los pies (v. 13.10) con
la obvia exclusión de Judas.
Por su parte,
el Padre como “viñador” tiene un rol activo, selectivo y purificador en la
imagen: corta los sarmientos que no dan fruto (v.2a) y al que da fruto, los
poda para dé más todavía (v.2b). Tan interesado está el Padre en el resultado
de esta tarea que Jesús dice que: “La gloria del Padre consiste en que
ustedes den fruto abundante, y sean mis discípulos” (v.8).
Pero es sin
dudas, la relación entre la vid y los pámpanos, o entre el Señor y sus
discípulos, la que ocupa el lugar central en la enseñanza de Jesús. La
relación está presentada de manera imperativa como una permanencia recíproca “Permanezcan
en mí, como yo permanezco en ustedes” (v.4a). Recordemos que la
palabra “permanencia” es clave en la estructura cristológica del Evangelio de
Juan. De la decisión de permanencia de los sarmientos (los discípulos), no de
la vid (Jesús) que se da por sobreentendida, depende el fruto: “Permanezcan
en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto
si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí” (v.
4); “El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de
mí, nada pueden hacer. Más aún, la no permanencia es presentada por
Jesús de manera terminantemente trágica “Pero el que no permanece en mí, es
como el sarmiento que se tira y se seca; y después se recoge, se arroja al
fuego y arde” (v.6). Finalmente, se vuelve a asociar a la persona de Jesús
con sus palabras y a ésta con los frutos de la oración: “Si ustedes
permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y
lo obtendrán” (v.7)
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para
la meditación:
¿De qué manera
yo mantengo mi permanencia en Jesús según esta metáfora?
¿Qué
importancia tiene para mi vivencia espiritual cercana a Jesús la tarea del
Padre como “viñador”?
¿Qué significa
que Jesús se otorgue a sí mismo el rol de vid en la imagen?
ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO
BÍBLICO?
Señor, ayúdame
a permanecer siempre unido a Vos como los sarmientos a la vid. Que mi vida dé
el fruto que Vos esperás, facilitando la tarea del Padre de “podarme” para dar
más todavía.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Me tomo unos
minutos para leer detenidamente y en voz alta cada palabra del texto,
imaginando la metáfora.
Escribo un
detalle de lo que significa ser un sarmiento que permanece y cómo lograrlo.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para
la acción:
¿De qué manera
intentaré vivir para ser un sarmiento que dé fruto?
¿Qué
importancia le daré a las palabras de Jesús en mi vida de discípulo?
¿Qué cuidados
voy a tomar en mi vida cristiana para no alejarme de la vid?
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