…Hágase en mí según tu palabra…
PRIMERA
LECTURA
Lectura del libro de Isaías
7,10-14
7,10-14
En aquellos días, el Señor habló a Acaz: «Pide una
señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor». Entonces dijo Dios:
«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso
a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen
está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa
“Dios – con – nosotros”.
Palabra de Dios
SALMO Sal. 39, 7-11
R. “Aquí estoy para hacer tu voluntad”
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy».
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy».
«–Como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas.
para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.
SEGUNDA
LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos Hb 10,4-10
Hermanos:
Es imposible que la sangre de los toros y de los
machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo
dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo;
no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está
escrito en el libro: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”». Primero
dice: «No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas
expiatorias», que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para
hacer tu voluntad». Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados
por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
Palabra de Dios
EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas Lc
1,26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios
a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre
llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó ante estas palabras y se
preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has
encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y
le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob
para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel: « ¿Cómo será eso, pues no
conozco a varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y
la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a
nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de
su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban
estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «Aquí está la
esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se alejó.
Palabra del Señor
PARA
REFLEXIONAR
La fiesta de la anunciación a María del nacimiento de
Jesús se traslada del día de ayer a hoy, lunes, por razones litúrgicas. Dios
“decidió″ habitar en medio de la humanidad, inserto en
una familia, en un pueblo y una cultura. Asume la
condición humana en todas sus dimensiones para salvar a la humanidad desde
dentro, desde abajo, desde el mismo corazón del mundo. Y es una jovencita
adolescente de Nazaret la que ha sido elegida desde siempre para colaborar
activamente en este proyecto de Dios. Una campesina de una aldea insignificante
de Palestina es capaz de intuir la propuesta de Dios y responder con todo su
ser a la misión cuyas dimensiones no alcanza a comprender del todo. Esta joven,
auténtica judía, que espera que Dios realice sus promesas, se constituye en
modelo y paradigma de creyente porque, como Abrahán, confía plenamente en la
promesa de Dios y coloca todas sus posibilidades y cualidades al servicio de
esta causa. – Como a María, Dios nos sigue anunciando muchas promesas para
mantener viva la esperanza de nuestro pueblo. Dios nos llama, nos elige, nos
propone, pero espera nuestra respuesta libre y voluntaria ¿Qué y cómo le
respondemos?
***
En la liturgia de este día, la profecía de
Isaías al rey Acaz, mantuvo viva la
ardiente esperanza en el nacimiento de un
hijo de David por quien el
Señor estaría finalmente y para siempre en medio de su pueblo. Ninguno de los
herederos del trono, algunos de los cuales faltaron a su misión, era realmente «Dios con
nosotros». Por eso la esperanza fue
apuntando siempre a otro descendiente de David, que sería alguien fuera de lo
común.
La Carta a los Hebreos deja en claro que la salvación únicamente nos viene por medio del Misterio Pascual de Cristo: su Muerte y su Resurrección. El Sacrificio de Cristo, ofrecido de una vez y para siempre, para borrar nuestros pecados y para darnos nueva vida, suprime todos los antiguos sacrificios, que no podían perdonar nuestros pecados. Quien acepta a Jesucristo, el Enviado del Padre, vive esa salvación, y debe manifestarlo con sus buenas obras. Si aceptamos la Redención, no podemos ya vivir para nosotros, sino para Aquel que por nosotros murió y resucitó.
La Carta a los Hebreos deja en claro que la salvación únicamente nos viene por medio del Misterio Pascual de Cristo: su Muerte y su Resurrección. El Sacrificio de Cristo, ofrecido de una vez y para siempre, para borrar nuestros pecados y para darnos nueva vida, suprime todos los antiguos sacrificios, que no podían perdonar nuestros pecados. Quien acepta a Jesucristo, el Enviado del Padre, vive esa salvación, y debe manifestarlo con sus buenas obras. Si aceptamos la Redención, no podemos ya vivir para nosotros, sino para Aquel que por nosotros murió y resucitó.
Lucas nos relata como el Hijo de Dios se hace carne en el seno de María
Virgen, por obra del Espíritu Santo. Dios viene, no sólo a
visitar a su Pueblo; viene a redimirlo de
su pecado y a elevarlo a la misma dignidad del Hijo de Dios. La
obra de salvación en nosotros es la obra de Dios y no la obra del hombre.
***
En la Biblia se dan muchas anunciaciones y
todas consisten fundamentalmente en la presencia gratuita de Dios en
medio de su pueblo, desbaratando todas las objeciones que presenta el hombre
para la realización de su proyecto de salvación. Toda anunciación, por
consiguiente, debe ser colocada en un género literario lleno de simbolismos que
hay que saber leer. La anunciación a María entra dentro de este “género
literario“.
Como toda mujer de pueblo, María tiene sueños, anhelos,
proyectos que se encuentran cara a cara
con los sueños, anhelos y proyectos de Dios. Dios se hace
presente de una manera gratuita y amorosa rompiendo
con las imposibilidades humanas que impiden su encarnación. Por otro lado
aparece lo grande de María, su
fe en la Palabra que la llevó a
no tener en cuenta sus limitaciones culturales como mujer campesina, de una
región marginada del poder judío.
María tiene miedo pero, no desconfianza; y las dificultades que le presenta al ángel quedan
resueltas. La encarnación de Dios en la historia es lo
más divino que pudo suceder, porque la iniciativa la toma el
mismo Dios, y es también lo más humano porque apeló a la
libertad del hombre.
Dios se decide a intervenir en un pueblo infiel a
través de una mujer de pueblo que se presenta como modelo
de fidelidad. La vocación de María es
para entregar al mundo a su Hijo, que es “Señor” y “Salvador”.
Este anuncio prepara la llegada del Señor. La
virginidad de María es un signo de que el hoy anunciado, será “Hijo de Dios”,
hijo que instaura un reino que no tendrá fin.
Las palabras de María en la Anunciación: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra», ponen de manifiesto una
actitud característica de la religiosidad hebrea. La expresión «siervo» de
Dios se aplica en el Antiguo Testamento a todos los que son llamados a ejercer
una misión en favor del pueblo elegido. María, la «llena de gracia», al
proclamarse «esclava del Señor», desea comprometerse a realizar personalmente
de modo perfecto el servicio que Dios espera de todo su pueblo. Las palabras:
«He aquí la esclava del Señor» anuncian a Aquel que dirá de sí mismo: «El Hijo del
hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate
por muchos».
Por la anunciación de la encarnación de su hijo, Dios
interviene para alumbrar la noche de la injusticia, para que los pobres dejen
de ser los excluidos de la fiesta de la vida. Jesús
es el centro de esta fiesta,
y su madre, una mujer de pueblo, es el
instrumento fiel que Dios elige para que nos enseñe el camino. El camino, para asumir los proyectos de Dios
renunciando a cualquier tipo de ambición o poder personal, para que se “haga
en nosotros su palabra“, para que reine así la justicia, la verdad y la paz
tan esperadas.
A nosotros nos corresponde
hoy continuar
la obra del reino en la
fidelidad a la voluntad del Padre, que es fidelidad a la Palabra de
Dios. Para anunciar al mundo esa buena noticia necesitamos que esa Palabra tome
cuerpo en nosotros.
Dios sigue derramando su gracia en su pueblo, para que
siendo fieles al proyecto del reino, “no temamos” ante el desafío, porque el
Espíritu de Dios nos acompaña.
PARA
DISCERNIR
¿Trato de buscar la voluntad de Dios?
¿Dónde la busco?
¿Estoy abierto al proyecto de Dios?
REPITAMOS A
LO LARGO DE ESTE DÍA
“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”
PARA LA
LECTURA ESPIRITUAL
…Las palabras de María -”He aquí la esclava del
Señor”- son, entonces, nuestra respuesta de amor al amor de Dios. Estas nos
mantienen siempre con la mirada puesta en Él, a la escucha, en obediencia, con
el único deseo de realizar lo que Él quiere para ser como Él nos quiere.
A veces, sin embargo, lo que él nos pide puede
parecernos absurdo. Nos parecería mejor hacer de otra manera, querríamos tomar
nosotros en manos nuestra vida. Hasta tendríamos ganas de darle consejos a
Dios, de decirle nosotros cómo hacer o no hacer. Pero si creo que Dios es amor
y pongo mi confianza en Él, sé que todo lo que predispone en mi vida y en la
vida de todos los que me rodean es por mi bien, por su bien. Entonces me
entrego a Él, me abandono con plena confianza en su voluntad y la quiero con
todo mi ser, hasta ser una misma cosa con ella, sabiendo que acoger a su
voluntad es recibirlo a Él, abrazarlo a Él, alimentarse de Él.
Hay que creerlo, nada sucede por casualidad. Ningún
acontecimiento gozoso, indiferente o doloroso, ningún encuentro, ninguna
situación de familia, de trabajo, de escuela, ninguna condición de salud física
o moral es sin sentido. En cambio todo -acontecimientos, situaciones, personas-
trae un mensaje de parte de Dios, todo contribuye a la realización del plan de
Dios, que descubriremos poco a poco, día a día, haciendo, como María, la
voluntad de Dios.
“He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra”.
Entonces, ¿cómo vivir esta Palabra? Nuestro sí a la
Palabra de Dios significa concretamente hacer bien, por completo, en cada
momento, la acción que la voluntad de Dios nos pide. Ponerse con todo en esa
obra, eliminando cualquier otra cosa, dejando de lado pensamientos, deseos,
recuerdos, acciones que no tengan que ver con ello.
Ante cada voluntad de Dios dolorosa, alegre,
indiferente, podemos repetir: “hágase en mí según tu palabra”, o bien, como nos
ha enseñado Jesús en el Padre Nuestro: “hágase tu voluntad”. Digámoslo antes de
cada acción: “venga”, “hágase”. Entonces realizaremos momento a momento,
piedrita a piedrita, el maravilloso, único e irrepetible mosaico de nuestra
vida que el Señor ha pensado desde siempre para cada uno de nosotros…
Chiara Lubich
PARA REZAR
¡Dios te salve, María!
Te saludamos con el Ángel: Llena de gracia.
El Señor está contigo.
Te saludamos con Isabel: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¡Feliz porque has creído a las promesas divinas!
Te saludamos con las palabras del Evangelio:
Feliz porque has escuchado la Palabra de Dios y la has cumplido.
Te saludamos con el Ángel: Llena de gracia.
El Señor está contigo.
Te saludamos con Isabel: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¡Feliz porque has creído a las promesas divinas!
Te saludamos con las palabras del Evangelio:
Feliz porque has escuchado la Palabra de Dios y la has cumplido.
¡Tú eres la llena de gracia!
Te alabamos, Hija predilecta del Padre.
Te bendecimos, Madre del Verbo divino.
Te veneramos, Sagrario del Espíritu Santo.
Te invocamos; Madre y Modelo de toda la Iglesia.
Te contemplamos, imagen realizada de las esperanzas de toda la humanidad.
Te alabamos, Hija predilecta del Padre.
Te bendecimos, Madre del Verbo divino.
Te veneramos, Sagrario del Espíritu Santo.
Te invocamos; Madre y Modelo de toda la Iglesia.
Te contemplamos, imagen realizada de las esperanzas de toda la humanidad.
¡El Señor está contigo!
Tú eres la Virgen de la Anunciación, el Sí de la humanidad entera al misterio de la salvación.
Tú eres la Hija de Sión y el Arca de la nueva Alianza en el misterio de la visitación.
Tú eres la Madre de Jesús, nacido en Belén, la que lo mostraste a los sencillos pastores y a los sabios de Oriente.
Tú eres la Madre que ofrece a su Hijo en el templo, lo acompaña hasta Egipto, lo conduce a Nazaret.
Virgen de los caminos de Jesús, de la vida oculta y del milagro de Caná.
Madre Dolorosa del Calvario y Virgen gozosa de la Resurrección.
Tú eres la Madre de los discípulos de Jesús en la espera y en el gozo de Pentecostés.
Tú eres la Virgen de la Anunciación, el Sí de la humanidad entera al misterio de la salvación.
Tú eres la Hija de Sión y el Arca de la nueva Alianza en el misterio de la visitación.
Tú eres la Madre de Jesús, nacido en Belén, la que lo mostraste a los sencillos pastores y a los sabios de Oriente.
Tú eres la Madre que ofrece a su Hijo en el templo, lo acompaña hasta Egipto, lo conduce a Nazaret.
Virgen de los caminos de Jesús, de la vida oculta y del milagro de Caná.
Madre Dolorosa del Calvario y Virgen gozosa de la Resurrección.
Tú eres la Madre de los discípulos de Jesús en la espera y en el gozo de Pentecostés.
Bendita…
porque creíste en la Palabra del Señor,
porque esperaste en sus promesas,
porque fuiste perfecta en el amor.
Bendita por tu caridad premurosa con Isabel,
por tu bondad materna en Belén,
por tu fortaleza en la persecución,
por tu perseverancia en la búsqueda de Jesús en el templo,
por tu vida sencilla en Nazaret,
por tu intercesión en Cana,
por tu presencia maternal junto a la cruz,
por tu fidelidad en la espera de la resurrección,
por tu oración asidua en Pentecostés.
Bendita eres por la gloria de tu Asunción a los cielos,
por tu maternal protección sobre la Iglesia,
por tu constante intercesión por toda la humanidad.
porque creíste en la Palabra del Señor,
porque esperaste en sus promesas,
porque fuiste perfecta en el amor.
Bendita por tu caridad premurosa con Isabel,
por tu bondad materna en Belén,
por tu fortaleza en la persecución,
por tu perseverancia en la búsqueda de Jesús en el templo,
por tu vida sencilla en Nazaret,
por tu intercesión en Cana,
por tu presencia maternal junto a la cruz,
por tu fidelidad en la espera de la resurrección,
por tu oración asidua en Pentecostés.
Bendita eres por la gloria de tu Asunción a los cielos,
por tu maternal protección sobre la Iglesia,
por tu constante intercesión por toda la humanidad.
Juan Pablo II
LECTIO DIVINA
Concebirás y darás a luz un hijo
+ Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Lucas 1,
26-38
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El
ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el
Señor está contigo.»
Al oír
estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar
ese saludo.
Pero el
Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz
un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del
Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la
casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.»
María
dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?»
El
Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado
Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez,
y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no
hay nada imposible para Dios.»
María
dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has
dicho.»
Y el
Ángel se alejó.
Palabra del Señor.
Palabra del Señor.
1.
LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías
para la lectura:
El mismo Ángel Gabriel que
seis meses antes había dado el anuncio del futuro nacimiento de Juan el
Bautista (v.5-25), ahora es dirigido por Dios a cumplir una tarea central en la
historia de la salvación. Para esto se dirige a Nazaret, una localidad que no
es nombrada en el Antiguo Testamento, ni por Flavio Josefo ni por la literatura
talmúdica. La destinataria del anuncio, y esto el texto bíblico pone especial
énfasis en aclararlo, es una joven virgen que estaba comprometida. Según la ley
judía, ese compromiso traía consigo una serie importante de obligaciones
premaritales, que debían ser respetadas rigurosamente. Mientras José es de la
casa de David, por tanto de la tribu de Judá, María podría haber sido de la
tribu de Leví, como su prima Isabel.
El saludo del Ángel “¡Alégrate!
Llena de gracia, el Señor está contigo” es muy significativo. El
“¡Alégrate!” puede muy bien guardar relación con los textos mesiánicos
veterotestamentarios, por ejemplo Sofonías: “Alégrate hija de Sión”.
Además: “Llena de gracia”, en su original griego es un participio
perfecto pasivo, que significa “conferir la gracia” como un favor divino. La
antigua traducción latina gratia plena, pone el acento sobre el
efecto del favor divino, más que sobre su origen. En la misma línea “el
Señor está contigo” se puede entender “en medio de ti”, como en textos como
Jueces 6.12 o Rut 2.4.
En la reacción de María
ante el anuncio angelical, la palabra en original traducida como
“desconcierto”, (v.29) expresa una sorpresa mayor que la utilizada en el caso
de Zacarías (v.12), pero la idea de temor no ocupa lugar en el anuncio a María,
a excepción de las palabras siguientes del Ángel “No temas,…” (v.30).
En realidad, el interrogante de María, consistía en cómo un mensajero divino se
dirige a ella de esa manera. Siguiendo con la respuesta inmediata del
Ángel, luego de las mencionadas sobre el temor, le declara que Dios la ha
favorecido, lo que encuentra un paralelismo evidente con sus primeras palabras
en el versículo 28.
Luego, entre los
versículos 31 al 33, Gabriel da mucha más información sobre el inigualable
anuncio que viene a dar a María. Aún sin haber conocido varón, María concebirá
y dará a luz un hijo, el cual tiene un nombre que le es expresado a modo de
mandato: Jesús. En este nombre hay una clara alusión a Isaías 7.14. El nombre
de Jesús ocupa el lugar de Emanuel. Jesús significa: “Yahvé salva”. En clave
mesiánica, Gabriel le dice que “El Señor, Dios le dará el trono de David, su
padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”.
También se debe notar que la explicación del Ángel alude a 2 Samuel 7.9,
12-14,16; Isaías 9.7 y Miqueas 4.6-7 y Salmo 89.30.
La respuesta de María es
clara y apunta a la controversia central del anuncio: “¿Cómo puede ser eso,
si yo no tengo relaciones con ningún hombre? (v.34). Lucas evidentemente
quiere dejar expresa constancia, e insistir de manera indubitable en la virginidad
de María. El Ángel ahora, le da la revelación completa del misterio de la
inmaculada concepción de María “El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (v.35) Esto
significa que algo completamente nuevo debe verificarse por iniciativa misma de
Dios, y no en respuesta a una pareja sin hijos como en el caso de Isabel y
Zacarías. En el seno de la virgen tendrá lugar una nueva creación, aún más
maravillosa que la narrada en el Génesis. ¿Por qué? Porque: “Por eso el niño
será Santo y se lo llamará Hijo de Dios”. (v.35). Luego el Ángel Gabriel le
anoticia del embarazo milagroso de su prima Isabel con su esposo Zacarías,
ambos ya ancianos y a pesar de la conocida esterilidad de Isabel.
La perícopa culmina con una
de las declaraciones más significativas para los cristianos y que contiene toda
la humildad, obediencia y grandeza de María: “Yo soy la servidora del Señor,
que se cumpla en mí lo que has dicho” (v.38). Recién entonces, el Ángel
Gabriel dio por culminada su crucial tarea y se alejó. La llegada del Salvador
del mundo estaba en marcha desde un desconocido pueblito de Galilea, para
impactar a todos los pueblos del mundo en todas las épocas. ¡Mi alma canta la
grandeza del Señor! (1.46).
2. MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
Ø ¿De
qué manera me impactan y fortalecen mi fe las abrumadoras referencias
proféticas del nacimiento virginal de Jesús?
Ø ¿Qué
me dice acerca del carácter de Dios, que Él haya elegido a una joven
desconocida en un pueblito perdido de Galilea, para constituirla en la “bendita
entre todas las mujeres”?
Ø ¿De
qué manera me impactan las palabras finales de María a mi vida espiritual?
3. ORACIÓN
- ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
Señor, gracias por elegir a María para un anuncio tan crucial en la salvación de la humanidad.
Gracias por la actitud
obediente y humilde de María que es un ejemplo para mi peregrinar cristiano. Amén
4. CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Contemplo la escena de la
Anunciación y ante las voces del Ángel Gabriel recibo en mi corazón y
reflexiono en todas las palabras y actitudes de María.
5. ACCIÓN
- ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø ¿De
qué manera impacta en mi caminar bíblico el reconocer el cumplimento tan claro
de las profecías del Antiguo Testamento?
Ø ¿Cómo
renueva mi percepción de la grandeza del Señor Jesús, las palabras del Ángel
Gabriel?
Ø ¿Cómo
voy a vivir la actitud y palabras finales de María?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.