San Agustín de Cantorbery, obispo
Vende lo que tienes y sígueme
PRIMERA LECTURA
Lectura
del libro del Eclesiástico 17, 24-26. 29
A los
que se arrepienten, les permite volver
y
reconforta a los que perdieron la constancia.
Vuelve
al Señor y deja de pecar,
suplica
ante su rostro y deja de ofenderlo.
Vuelve
al Altísimo, apártate de la injusticia
y odia
profundamente toda abominación.
¡Qué
grande es la generosidad del Señor
y su
perdón para los que vuelven a él!
Palabra
de Dios.
SALMO Sal 31,1-2. 5. 6. 7 (R.: 11a)
R. ¡Qué los justos se alegren en el Señor!
¡Feliz
el que ha sido absuelto de su pecado
y
liberado de su falta!
¡Feliz
el hombre a quien el Señor
no le
tiene en cuenta las culpas,
y en
cuyo espíritu no hay doblez! R.
Pero yo
reconocí mi pecado,
no te
escondí mi culpa,
pensando:
«Confesaré mis faltas al Señor.»
¡Y Tú
perdonaste mi culpa y mi pecado! R.
Por
eso, que todos tus fieles te supliquen
en el
momento de la angustia;
y
cuando irrumpan las aguas caudalosas
no
llegarán hasta ellos. R.
Tú eres
mi refugio,
tú me
libras de los peligros
y me
colmas
con la
alegría de la salvación. R.
EVANGELIO
X Lectura del santo Evangelio según san
Marcos 10, 17-27
Cuando
Jesús se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le
preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?»
Jesús
le dijo: « ¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los
mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso
testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre.»
El
hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.»
Jesús
lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y
dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme.»
El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía
muchos bienes.
Entonces
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: « ¡qué difícil será para los
ricos entrar en el Reino de Dios!» Los discípulos se sorprendieron por estas
palabras, pero Jesús continuó diciendo: «Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en
el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que
un rico entre en el Reino de Dios.»
Los
discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros:
«Entonces,
¿quién podrá salvarse?»
Jesús,
fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no
para Dios, porque para él todo es posible.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
El sabio, en esta página, llena de ternura, nos
invita a convertirnos a Dios, mientras sea tiempo: después de la muerte ya no podremos alabar a Dios ni darle
gracias, ni convertirnos.
El motivo fundamental con el que quiere animar es la bondad de Dios: «A
los que se arrepienten Dios los deja volver… qué grande es la misericordia del
Señor y su perdón para los que vuelven a él».
Dios nos espera. Para el Eclesiástico, los peores pecados son dos, uno referido a Dios: la
idolatría, y otro al prójimo: la injusticia. Nuestra actitud más sabia es
la de convertirnos: «volver», «retornar a
Dios», «abandonar el pecado», «alejarnos de la injusticia y de la idolatría».
***
Jesús
se encuentra con un hombre que quiere “heredar
la vida eterna”. Parecesincero y
con buena intención, pero quizás
demasiado seguro de su bondad. El hombre es un buen
israelita, cumplidor de los
mandamientos, observante de la ley,íntegro,
conforme a los principios y valores de la tradición judía. Todo lo que estaba
mandado lo ha cumplido desde pequeño.
La mirada de afecto de Jesús impresionó a sus
discípulos. El Señor no anda con vueltas y le propone al joven algo radical.
Para Jesús la observancia de la ley resulta insuficiente, porque Él viene a ofrecer algo superior a toda ley, una vida que desborda todos los valores imaginables.
Jesús mira con amor al hombre que ha buscado en sus palabras un sentido más
pleno para la vida y lo invita a realizar juntos el camino del Reino. Pero para
hacerlo tiene que vender todo lo que tiene y darlo a los pobres.
El
hombre que tenía muchos bienes no se atreve a dar el paso y se retira. El
camino del Reino exige la pobreza. Cuando estamos llenos de cosas somos lentos
para avanzar y lo que poseemos se transforma en un obstáculo que nos traba.
Jesús nos pide la entrega absoluta para que podamos
recibirlo todo. Jesúsrespeta con delicadeza la libertad de
cada persona, pero no acumular riquezas se convierte en una
exigencia para los que acepten el mensaje del Reino y quieran seguirlo.
Algunos,
lo siguen sin dudar, dejándolo todo como los apóstoles, pero muchos se echan
atrás como este hombre; que es como un símbolo del pueblo elegido de Dios que,
llegado el momento, no quiso aceptar el mensaje del Mesías.
La lección que
saca Jesús es muy dura: los ricos, los
que están demasiado apegados a sus bienes, se hacen incapaces de recibir el
Reino: «Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja…».
Ante la
afirmación de Jesús, el evangelista destaca la “sorpresa” de
los discípulos. Era idea corriente entre los judíos que la riqueza era signo
de la bendición de Dios: aquí, en cambio, Jesús da un giro radical a esta concepción. Lo
absoluto de la exigencia del seguimiento, y la crítica a las riquezas
desconcierta a los discípulos a tal punto que con angustia le preguntan:
“¿Quién puede salvarse?”. Jesús responde con una cita del Génesis donde
recuerda a Abraham la omnipotencia de Dios para cumplir sus promesas. Ahora
también Dios sigue siendo omnipotente para transformar a los hombres y hacerlos
capaces de renunciar a sus bienes para compartirlos, siguiendo a Jesús y su
Evangelio.
A todos nos cuesta renunciar a lo que nos da seguridad:
las riquezas, las ideas, los afectos, la familia o los proyectos. Nuestro tesoro está, donde está nuestro corazón.
El desprendimiento es signo de la entrega de la propia vida y para compartir
con los desposeídos de la tierra la vida y los bienes. Porque la felicidad no consiste en dejarlo todo,
sino en hacerse libre de todo para entregarse a
Cristo y al trabajo por el reino.
Con
Dios es posible el amor, la solidaridad, la generosidad, el desinterés y la
confianza en la providencia. Aceptar el Evangelio del Reino de Dios, es vivir
un tipo de vida en el que los bienes no son el
valor absoluto. Y esto sólo es posible en la medida en queDios es valor radical que nos lleva al
encuentro y descubrimiento del hermano por quien vale la pena renunciar al acumular, para vivir el compartir.
PARA DISCERNIR
¿Nuestro corazón está en el Dios del Reino y en la búsqueda del Reino de
Dios?
¿Estamos dispuestos a renunciar a estas falsas seguridades?
¿Esperamos que Dios nos cambie el corazón, puesto que para Él nada hay
imposible?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
…Para Dios todo es posible…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…«Entonces
¿quién puede salvarse?»
Jesús, contestando a la pregunta que le había
hecho un hombre rico, reveló como se puede llegar a la vida eterna. Pero es la
idea de tener que abandonar sus riquezas lo que hizo que este hombre se quedara
triste y se marchara. Entonces Jesús dijo: «Más fácil le es a un camello pasar
por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios». A su vez,
Pedro, que se había despojado de todo renunciando a su oficio y a su barca, que
no poseía ni tan solo un anzuelo, se acerca a Jesús y le pregunta: «Entonces
¿quién puede salvarse?»
Fíjate al mismo tiempo en la reserva y en el celo
de este discípulo. No ha dicho: «Mandas lo imposible, este mandamiento es
demasiado difícil, esta ley es demasiado exigente». Tampoco se queda callado.
Sino que, sin faltar al respeto y mostrando cuán atento estaba hacia los demás,
dijo: «Entonces ¿quién puede salvarse?» Es porque incluso antes ya de ser
pastor tenía alma de éste; ya antes de estar investido de autoridad…, se
preocupaba del mundo entero. Un hombre rico, probablemente habría
preguntado lo mismo pero por interés, preocupado
por su situación personal y sin pensar en los otros. Pero Pedro, que era pobre, no puede ser sospechoso de haber hecho esta pregunta por semejantes motivos. Ello es señal de que se preocupaba por la salvación de los demás, y que deseaba aprender de su Maestro tal como se debe.
por su situación personal y sin pensar en los otros. Pero Pedro, que era pobre, no puede ser sospechoso de haber hecho esta pregunta por semejantes motivos. Ello es señal de que se preocupaba por la salvación de los demás, y que deseaba aprender de su Maestro tal como se debe.
De aquí la respuesta alentadora de Cristo: «Es imposible para los hombres,
no para Dios».
Lo cual quiere decir: «No penséis que yo os abandono. Yo mismo os asistiré
en las cuestiones importantes, y haré que sea fácil y sencillo lo que es
difícil»…
San Juan Crisóstomo (hacia 345-407),
Homilía sobre el deudor de diez mil talentos, 3; PG
51, 21
PARA REZAR
«Quiero
seguirte»
Quiero seguirte, Señor, en medio de este mundo;
quiero seguirte en medio de tantas dificultades,
en medio de una sociedad que pasa cada vez más de ti;
en medio de tanta gente que, sin saberlo,
está hambrienta y necesitada
de algo que la llene de verdad.
Quiero seguirte, Señor,
porque sé que me necesitas para crear un mundo
en donde reine cada vez más la justicia, el amor y la
paz;
un mundo donde todos
se puedan llamar algún día hermanos de verdad;
un mundo donde todos te reconozcan y se acerquen de
nuevo a ti;
un mundo donde la única ley sea amarnos como tú nos
amaste.
Hoy, Señor,
quiero renovar mi opción por ti.
Quiero decirte que sigues siendo importante en mi
vida,
que te necesito.
Quiero decirte que sin ti estaría perdido y
desorientado
porque tú eres luz para mis ojos y calor para mi alma.
Sé, Señor, que tenerte en el centro de mi vida no es
fácil,
que las dificultades afloraran sin yo buscarlas.
Algunas veces serán los que me rodean
que me invitarán a dejarte;
otras será mi pereza, mi comodidad, mi orgullo, mi
«yo».
A pesar de todo, quiero lanzarme en el vacío,
quiero apostar por ti.
Porque sé que sólo quien apuesta en esta vida
es capaz de ganar algo;
porque sé que seguirte es hacer un ejercicio de
confianza total
y yo estoy dispuesto a realizarlo,
porque tú no me vas a defraudar.
LECTIO
DIVINA
Vende lo que tienes y sígueme
+ Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Marcos 10, 17-27
Jesús se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?»
Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los
mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso
testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre.»
El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.»
Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme.»
Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme.»
Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡qué difícil será
para los ricos entrar en el Reino de Dios!»
Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó
diciendo: «Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil
que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de
Dios.»
Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros:
Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros:
«Entonces,
¿quién podrá salvarse?»
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible,
pero no para Dios, porque para Él todo es posible.»
Palabra del Señor.
Palabra del Señor.
1.
LECTURA
- ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías
para la lectura:
• El evangelio
de hoy narra dos cosas:
(a) Cuenta la
historia del hombre rico que pregunta por el camino de la vida eterna (Mc
10,17-22), y
(b) Jesús
llama la atención sobre el peligro de las riquezas (Mc 10,23-27).
El hombre rico
no aceptó la propuesta de Jesús, pues era muy rico. Una persona rica está
protegida por la seguridad que la riqueza le da. Tiene dificultad en abrir la
mano y dejar escapar esta seguridad. Agarrada a las ventajas de sus bienes vive
defendiendo sus propios intereses. Una persona pobre no acostumbra tener esta
preocupación. Pero puede que tenga una cabeza de rico. Entonces, el deseo de
riqueza crea en ella una dependencia y hace que esta persona se vuelva esclava
del consumismo. Hay gente que tiene tantas actividades que ya no tiene tiempo
para dedicarse al servicio del prójimo. Con esta problemática en la cabeza, tanto
de las personas como de los países, vamos a meditar el texto del hombre rico.
• Marcos
10,17-19: La
observancia de los mandamientos y la vida eterna.
Alguien llega
cerca de Jesús y le pregunta: “Maestro
bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?” El
evangelio de Mateo informa que se trata de un joven (Mt 19,20.22). Jesús
responde bruscamente: “¿Por
qué me llamas bueno? ¡Nadie es bueno, sino sólo Dios!” Jesús
aleja la atención sobre sí mismo y apunta hacia Dios, pues lo que importa es
hacer la voluntad de Dios, revelar el Proyecto del Padre. En seguida, Jesús
afirma: “Ya
sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes
falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre”.
Es importante mirar bien la respuesta de Jesús. El joven había preguntado por
la vida eterna. ¡Quería vivir cerca de
Dios! Pero
Jesús no menciona los tres primeros mandamientos que definen nuestra relación
con Dios. Recuerda los mandamientos que hablan del respeto a la vida ¡cerca del prójimo! Para
Jesús, sólo conseguimos estar bien con Dios, si estamos bien con el prójimo. No
sirve de nada engañarse. La puerta para llegar a Dios es el prójimo.
• Marcos
10,20: Observar
los mandamientos, ¿para qué sirve?
El hombre responde
diciendo que ya observaba los mandamientos desde su juventud. Lo que es curioso
es lo siguiente. Él había preguntado por el camino de la vida. Ahora,
el camino
de la vida era y sigue siendo: hacer la voluntad de Dios
expresada en los mandamientos. Quiere decir que él observaba los
mandamientos sin saber para qué servían. De lo contrario, no hubiera hecho la
pregunta. Es como lo que ocurre a muchos católicos de hoy: no saben decir para
qué sirve ser católico. ”Nací en un país católico, ¡por esto soy católico!” ¡Cosa
de costumbre!
• Marcos
10,21-22: Compartir los bienes con los pobres y seguir a Jesús.
Oyendo la respuesta del
joven: “Jesús fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te
falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en
el cielo; luego, ven y sígueme.» La observancia de los
mandamientos es apenas el primer grado de una escalera que va más allá y más
alto. ¡Jesús pide más! La observancia de los mandamientos prepara a la persona
para que pueda llegar a la entrega total de sí a favor del prójimo. Jesús pide
mucho, pero lo pide con mucho amor. El joven no aceptó la propuesta de Jesús y
se fue “porque tenía muchos bienes”.
• Marcos
10,23-27: El camello y el ojo de la aguja.
Después que el joven se
fuera, Jesús comentó su decisión: ¡Qué difícil es que los que tengan riquezas entren en el Reino de
los Cielos! Los discípulos quedaron asombrados. Jesús repite
la misma frase y añade: ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un
camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de
Dios.» La expresión “entrar en el Reino” indica
no sólo y en primer lugar la entrada en el cielo después de la muerte, sino
también y sobre todo la entrada en comunidad alrededor de Jesús. La comunidad
es y debe ser una muestra del Reino. La alusión a la imposibilidad de que un camello pase por
el ojo de la aguja viene de un proverbio popular de la época
usado por el pueblo para decir que una cosa era humanamente imposible. Los
discípulos quedaron desconcertados ante la afirmación de Jesús y se preguntaban
unos a otros: "¿Y quién se podrá salvar?" Señal de
que no habían entendido la respuesta de Jesús al joven rico: “Ve, vende todos
sus bienes y dalos a los pobres, luego ven y ¡sígueme!” El
joven había observado los mandamientos desde su juventud, pero sin entender el
porqué de la observancia. Algo semejante estaba aconteciendo con los
discípulos. Ellos habían abandonado ya todos los bienes según había pedido
Jesús al joven rico, pero ¡sin entender el porqué del abandono! Si lo hubiesen
entendido no se hubiesen quedado asombrados ante la exigencia de Jesús. Cuando
la riqueza o el deseo de la riqueza ocupan el corazón y la mirada, la persona
deja de percibir el sentido del evangelio.
¡Sólo Dios puede ayudar!
Jesús mira a los discípulos y dice: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios. ¡Porque
todo es posible para Dios!"
Texto extraído de Lectio divina “Los Carmelitas”.
2. MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
Ø ¿Qué
debo hacer para heredar la Vida eterna?
Ø ¿Qué
cosas aún no pongo a disposición de Dios?
Ø ¿Qué
significa para mí saber que entrar al Reino de los Cielos es imposible para los
hombres pero no para Dios?
3. ORACIÓN -
¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
SALMO Sal 31,1-2. 5. 6. 7 (R.: 11a)
¡Qué los justos se alegren
en el Señor!
¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
y liberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor
no le tiene en cuenta las culpas,
y en cuyo espíritu no hay doblez!
Pero yo reconocí mi pecado,
no te escondí mi culpa,
pensando: «Confesaré mis faltas al Señor.»
¡Y Tú perdonaste mi culpa y mi pecado!
Por eso, que todos tus fieles te supliquen
en el momento de la angustia;
y cuando irrumpan las aguas caudalosas
no llegarán hasta ellos.
Tú eres mi refugio,
tú me libras de los peligros
y me colmas
con la alegría de la salvación.
¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
y liberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor
no le tiene en cuenta las culpas,
y en cuyo espíritu no hay doblez!
Pero yo reconocí mi pecado,
no te escondí mi culpa,
pensando: «Confesaré mis faltas al Señor.»
¡Y Tú perdonaste mi culpa y mi pecado!
Por eso, que todos tus fieles te supliquen
en el momento de la angustia;
y cuando irrumpan las aguas caudalosas
no llegarán hasta ellos.
Tú eres mi refugio,
tú me libras de los peligros
y me colmas
con la alegría de la salvación.
4. CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
ALELUIA 2Cor
8, 9
Aleluia.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros,
a fin de enriquecernos con su pobreza.
Aleluia.
Aleluia.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros,
a fin de enriquecernos con su pobreza.
Aleluia.
5. ACCIÓN -
¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø
¿Me acercaré al Señor con argumentos de auto justificación o en búsqueda de su
gracia?
Ø
¿Qué cosas que me faltan o me cuestan debo ceder?
Ø ¿Con
quién compartiré lo reflexionado en la Lectio de hoy?
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