6 de junio de 2013 – TO - JUEVES DE LA SEMANA VIII
San Norberto, obispo
…Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón…
PRIMERA
LECTURA
Lectura del libro de Tobías 6,
10-11; 7, 1. 9-16; 8, 4-9a
Cuando entraron en Media y ya
se acercaban a Ecbátana, Rafael dijo al joven: « ¡Hermano Tobías!» Este le
preguntó: « ¿Qué quieres?»
El ángel continuó: «Es
necesario que pasemos esta noche en casa de Ragüel; él es pariente tuyo y tiene
una hija que se llama Sara.»
Cuando llegaron a Ecbátana,
Tobías dijo: «Hermano Azarías, llévame directamente a la casa de nuestro
hermano Ragüel.»
El ángel lo llevó, y
encontraron a Ragüel sentado a la puerta del patio. Ellos lo saludaron primero,
y él les respondió: « ¡Salud, hermanos, sean bienvenidos!» Y los hizo pasar a
su casa.
Luego mataron un cordero del
rebaño y los recibieron cordialmente.
Después de lavarse y bañarse,
se pusieron a comer. Entonces Tobías dijo a Rafael: «Hermano Azarías, dile a
Ragüel que me dé por esposa a mi hermana Sara.»
Ragüel lo oyó y dijo al joven:
«Come y bebe, y disfruta de esta noche, porque nadie tiene más derecho que tú,
hermano, a casarse con mi hija Sara. Ni siquiera yo puedo dársela a otro, ya
que tú eres mi pariente más cercano. Pero ahora, hijo mío, te voy a hablar con
toda franqueza. Ya se la he dado a siete de nuestros hermanos, y todos murieron
la primera noche que iban a tener relaciones con ella. Por el momento, hijo
mío, come y bebe; el Señor intervendrá en favor de ustedes.»
Pero Tobías le replicó: «No
comeré ni beberé hasta que hayas tomado una decisión sobre este asunto.»
Ragüel le respondió: « ¡Está
bien! Ella te corresponde a ti según lo prescrito en la Ley de Moisés, y el
Cielo decreta que te sea dada. Recibe a tu hermana. Desde ahora, tú eres su
hermano y ella es tu hermana. A partir de hoy, es tuya para siempre. Que el
Señor los asista esta noche, hijo mío, y les conceda su misericordia y su paz.»
Ragüel hizo venir a su hija Sara.
Cuando ella llegó, la tomó de la mano y se la entregó a Tobías, diciendo:
«Recíbela conforme a la Ley y a lo que está prescrito en el Libro de Moisés,
que mandan dártela por esposa. Tómala y llévala sana y salva a la casa de tu
padre. ¡Que el Dios del cielo los conduzca en paz por el buen camino»!
Después llamó a la madre y le
pidió que trajera una hoja de papiro. En ella redactó el contrato matrimonial,
por el que entregaba a su hija como esposa de Tobías, conforme a lo prescrito
en la Ley de Moisés. Después empezaron a comer y a beber.
Ragüel llamó a su esposa Edna
y le dijo: «Hermana, prepara la otra habitación, y llévala allí a Sara.» Ella
fue a preparar la habitación, como se lo había dicho su esposo, llevó allí a
Sara y se puso a llorar. Luego enjugó sus lágrimas y le dijo: « ¡Animo, hija
mía! ¡Que el Señor del cielo cambie tu pena en alegría!» Y salió.
Mientras tanto, los padres
habían salido de la habitación y cerraron la puerta. Tobías se levantó de la
cama y dijo a Sara: «Levántate, hermana, y oremos para pedir al Señor que nos
manifieste su misericordia y su salvación.»
Ella se levantó, y los dos se
pusieron a orar para alcanzar la salvación. El comenzó así:
« ¡Bendito seas, Dios de
nuestros padres, y bendito sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos!
¡Que te bendigan los cielos y todas tus criaturas por todos los siglos! Tú
creaste a Adán e hiciste a Eva, su mujer, para que le sirviera de ayuda y de
apoyo, y de ellos dos nació el género humano. Tú mismo dijiste: «No conviene
que el hombre esté solo. Hagámosle una ayuda semejante a él«.
Yo ahora tomo por esposa a
esta hermana mía, no para satisfacer una pasión desordenada, sino para
constituir un verdadero matrimonio. ¡Ten misericordia de ella y de mí, y concédenos
llegar juntos a la vejez!»
Ambos dijeron: « ¡Amén,
amén!», y se acostaron para dormir.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 127. 1-2, 3. 4-5 (R.: cf. 1a)
R. ¡Felices los que temen al
Señor!
¡Feliz el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu
trabajo,
serás feliz y todo te irá
bien. R.
Tu esposa será como una vid
fecunda
en el seno de tu hogar;
tus hijos, como retoños de
olivo
alrededor de tu mesa. R.
¡Así será bendecido
el hombre que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde
Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de
Jerusalén. R.
EVANGELIO
X Lectura del santo Evangelio
según san Marcos 12, 28-34
Un escriba que los oyó
discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: «¿Cuál
es el primero de los mandamientos?»
Jesús respondió: «El primero
es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al
Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y
con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No
hay otro mandamiento más grande que estos.»
El escriba le dijo: «Muy bien,
Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y
que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las
fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos
y todos los sacrificios.»
Jesús, al ver que había respondido
tan acertadamente, le dijo: «Tú no estás lejos del Reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle
más preguntas.
Palabra del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
La oración de Tobías, el anciano ciego y la de
Sara, la joven injuriada, han sido escuchadas. El joven Tobías es hombre
creyente, como su padre. Acompañado por el personaje misterioso, que ellos no
saben que es el arcángel Rafael, Tobías emprende viaje hasta la casa del
pariente Ragüel, a cobrar una deuda pendiente de hacía años.
Al llegar a casa de Ragüel, el amor a primera vista
entre el joven Tobías y Sara crea una situación penosa. Tobías conoce las
desgracias de Sara con los siete maridos, que se acercaron a ella, en la cámara
nupcial. El ángel tranquiliza a Tobías: el hígado y el corazón del
pez que encontraron en el camino, alejarán de Sara el espíritu maligno, el
cual, después de oler el humo producido por la quema de las mencionadas
vísceras, jamás volverá a ella.
Pero lo más importante será la plegaria
al Dios omnipotente. Por encima de todo remedio humano, están la misericordia
y la salvación, que sólo pueden venir de aquel Señor que siempre se compadece
de los hombres. Sara estaba reservada a Tobías desde la eternidad.
Este pensamiento encierra una realidad profundísima: la providencia eterna
de Dios para con sus escogidos.
La preparación de la tumba y el recuerdo de Ragüel,
quedan desbaratados con la inesperada y agradable sorpresa, de encontrarlos
durmiendo a los dos, Tobías y Sara. Realmente esta vez no era como las
anteriores. El auxilio del Señor no falta allí donde la plegaria es
constante y sincera: precedida por una vida que camina por las sendas de la
verdad y de la justicia.
***
A los escribas les gustaba mucho discutir
sobre la Ley. Después de fariseos y saduceos, hoy llega un escriba;
que es “una buena persona”. Aunque pertenece al círculo de los adversarios de
Jesús, su búsqueda de la verdad domina sobre su pertenencia al grupo
dirigente. No pretende comprometer a Jesús, sino que, al ver la sabiduría con
que interpreta la Escritura, busca solución a una cuestión muy
debatida.
Los judíos se veían como ahogados por tantos
preceptos, complicados aún más por las interpretaciones de las varias escuelas
de rabinos, por eso, el fondo de la pregunta apunta a descubrir qué es lo
más importante para Dios según la tradición de Israel, cuál es la
expresión suprema de su voluntad y lo primario en el comportamiento
del hombre.
Esta vez la pregunta es sincera, y merece una
respuesta de Cristo, que también provocará una alabanza al letrado ante su
buena reacción. Jesús comienza su respuesta haciendo suyo el llamamiento a
Israel de Dt 6,4-5 ”Escucha, Israel”. En tiempos de Jesús esta
oración era parte integrante de la liturgia del templo, pero después de la
destrucción de éste pasó a la liturgia sinagogal, como parte de las oraciones
de la mañana y de la tarde.
Jesús, no solamente va a enunciar el mandamiento, sino
que va a proclamarlo, tomando las palabras de Moisés al pueblo; sin citar
a Moisés ni a la Escritura. Recuerda a todo Israel que Dios es su único
Señor, no los dirigentes que explotan y agobian al pueblo, ni el mismo
César que lo somete, ni el dios de muertos. Jesús, retoma el
fundamento de la fe de Israel, y lo propone a sus discípulos como el primero y
el más importante de los mandamientos: el amor íntegro y total a Dios como
único Señor. La suma de los términos: ”corazón, alma, mente, fuerza”, quiere
significar una plenitud de amor que comprende todas nuestras facultades de
amar.
Jesús avanza sobre la pregunta del letrado, y
retomando la escritura, deja por sentado que en la antigua alianza no había un
solo mandamiento principal, sino dos, pues el amor a Dios era
inseparable del amor al prójimo. Para ser verdadero, el amor a Dios tenía
que traducirse en amor al hombre.
Jesús define el segundo mandamiento con una
fórmula bíblica, tomada del “código de santidad” del libro del Levítico: ”Amarás
a tu prójimo como a ti mismo” (Lv 19,18). Jesús se refiere al
mandamiento del amor al prójimo colocándolo al mismo nivel que el primero, en
cuanto pertenece a la misma categoría de principio unificador y fundamental: ”No
hay mandamiento más importante que éstos”.
Al afirmar que no hay ningún mandamiento mayor que
éstos, relativiza Jesús todos los demás, que aparecen como secundarios,
accesorios, dispensables. Son estos dos los que deben regular la vida del
israelita; ninguna otra práctica es esencial. Del amor a Dios no se
deriva el culto religioso, sinoel amor al hombre, su imagen.
La gran consigna de Jesús es el amor. Eso resume toda
la ley. Un amor en dos direcciones.Amar a Dios, dándole el primer lugar en
nuestra vida, en nuestra mentalidad y en nuestra jerarquía de valores. Un amor
a Dios que nos significa escucharlo, adorarlo, encontrarnos con Él en
la oración, amar lo que ama Él.
Amar al prójimo con todo el corazón, a los que nos
agradan y a los que no, porque todos somos hijos del mismo Padre, porque
Cristo se ha entregado por todos. Amar a los demás significa, no sólo no
hacerles daño, sino ayudarlos, comprenderlos, perdonarlos.
Jesús une las dos direcciones en la única ley del
amor. Ser cristiano no es sólo amar a Dios. Ni sólo amar al prójimo. Sino las
dos cosas juntas. No vale decir que uno ama a Dios y descuidar a los demás. No
vale decir que uno ama al prójimo, olvidándose de Dios y de las motivaciones
sobrenaturales que Cristo nos ha enseñado.
Por eso el amor concreto debe partir de las
necesidades del hermano a quien se ama. El amor no son palabras que se
dicen nada más, no son discursos demagógicos que se
pronuncian para tranquilizar la conciencia. La obligación de amar al
hermano se ha convertido en un imperativo del seguimiento a Jesús,
que se concretiza en la vida fraterna. Jesús invitó a sus discípulos a una vida
de amor fuerte y concreto. El amor a los hermanos debe ser testimonio de seguimiento
y testimonio de vida cristiana.
PARA
DISCERNIR
¿Qué lugar ocupa mi amor a Dios?
¿Cómo lo expreso?
¿Qué lugar ocupa el amor a los hermanos?
REPITAMOS A
LO LARGO DE ESTE DÍA
…Amar al prójimo como a mí mismo…
PARA LA
LECTURA ESPIRITUAL
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón…, con
todas tus fuerzas»
…La fuerza del alma está en sus poderes, sus pasiones
y sus facultades. Si la voluntad las dirige hacia Dios y las mantiene alejadas
de todo lo que no es Dios, el alma guarda toda su fuerza para Dios; ama
verdaderamente tanto como puede que es como el mismo Señor lo manda
Buscarse a sí mismo en Dios es buscar las dulzuras y
las consolaciones de Dios, y esto es contrario al puro amor de Dios.
Es un gran mal tener presente los bienes de Dios más
que a Dios mismo, la oración y el despojo.
Hay muchos que buscan en Dios sus consuelos y sus gustos,
y desean que su Majestad los llene de sus favores y sus dones; pero el número
de los que pretenden complacerle y darle alguna cosa en detrimento de ellos
mismos, menospreciando su propio interés, es muy pequeño.
Hay muy pocos hombres espirituales, incluso entre los
que uno piensa que están muy adelante en la virtud, que consiguen una perfecta
determinación para el bien. Jamás llegan a renunciarse enteramente sobre algún
punto del espíritu del mundo o de naturaleza, ni a menospreciar lo que se dirá
o se pensará de ellos, cuando se trata de cumplir por puro amor a Jesucristo
las obras de perfección y de desprendimiento…
El que no quiere sino a Dios sólo, no anda en
tinieblas, por pobre y privado de luz que pueda ser a sus propios ojos…
El alma que en medio de las sequedades y abandonos
conserva siempre su atención y su solicitud en servir a Dios, podrá sentir pena
y temor de no llegar al fin; pero, en realidad, ofrecerá a Dios un sacrificio
de un muy agradable olor (Gn 8,21)…
San Juan de la Cruz (1542-1591), carmelita descalzo,
doctor de la Iglesia
Avisos y máximas.
PARA REZAR
Señor:
Sólo Tú puedes soportar ofensas, indiferencia,
ingratitud, abandono y permanecer inalterable.
Dame Señor un corazón como el tuyo disponible para todos
por igual, sin egoísmos para que pueda servir a los demás
y no fallarles, para que mi amor sea siempre sincero,
constante, grande y perfecto como el Tuyo.
Bendice a los que me aman y a los que Tú sabes que no.
Reconozco que soy quien levanto barreras de prevención
y miedo, indiferencias y rechazos, disgustos y reclamos.
Permíteme dar un testimonio vivo de amor que no sea sólo apariencia.
Te pido que pongas en mi corazón sentimientos más puros y sinceros.
Necesito generosidad, renuncia, comprensión y confianza.
Tú me amas Señor, no por lo que soy sino a pesar de lo que soy.
¡ENSÉÑAME A AMAR!
Sólo Tú puedes soportar ofensas, indiferencia,
ingratitud, abandono y permanecer inalterable.
Dame Señor un corazón como el tuyo disponible para todos
por igual, sin egoísmos para que pueda servir a los demás
y no fallarles, para que mi amor sea siempre sincero,
constante, grande y perfecto como el Tuyo.
Bendice a los que me aman y a los que Tú sabes que no.
Reconozco que soy quien levanto barreras de prevención
y miedo, indiferencias y rechazos, disgustos y reclamos.
Permíteme dar un testimonio vivo de amor que no sea sólo apariencia.
Te pido que pongas en mi corazón sentimientos más puros y sinceros.
Necesito generosidad, renuncia, comprensión y confianza.
Tú me amas Señor, no por lo que soy sino a pesar de lo que soy.
¡ENSÉÑAME A AMAR!
María Eugenia Ochoa Medina -MVP –
Colombia -
LECTIO DIVINA
No
hay otro mandamiento más grande que éstos
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Marcos 12, 28-34
Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había
respondido bien, se acercó y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los
mandamientos?»
Jesús respondió: «El primero es: Escucha, Israel: el
Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo
tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El
segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más
grande que éstos.» El escriba le dijo: «Muy bien, Maestro,
tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo
con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar
al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los
sacrificios.»
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente,
le dijo: «Tú no estás lejos del Reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
· Guías para la lectura:
El diálogo ente el escriba y Jesús se da a continuación, o más
precisamente a raíz de una disputa previa del Señor con los saduceos “Un
escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y
le preguntó…” (vs.28a). El escriba ve con simpatía como Jesús avala
la teología de la resurrección, tema que dividía fuertemente a los saduceos de
los escribas y fariseos. Con esa identificación soteriológica, este escriba
avanza en su interrogatorio a Jesús para conocer más de su “pureza doctrinal”.
Ahora el tema central es sobre el mandamiento principal.
Tenemos aquí una conversación que parece tener un tono más amigable. La
pregunta del escriba se relaciona con una práctica común entre los estudiosos
de la ley de intentar resumir los seiscientos trece mandamientos que la
componían, en uno o dos principios fundamentales que pudieran ser utilizados
luego como clave hermenéutica para descifrar todo lo demás. Las opiniones
rabínicas eran muchas, pero predominaban la que mantenía que la observancia del
sábado tenía peso como todos los demás mandamientos juntos: era el mandamiento
que resumía en sí toda la Ley.
La expresión “el primero de los mandamientos” significa en realidad “el
más importante de todos”. El escriba está interesado en el orden de
importancia, no en el orden de aparición. Jesús interpreta correctamente esta
ecuación y lo expresa al final de sus citas cuando dice “No hay otro
mandamiento más grande que éstos”.
Jesús le cita Deuteronomio 6.4, pasaje conocido como la Shema – del
verbo shema: oye –, recitado diariamente por los judíos piadosos. El amor a
Dios es el primero y más importante de todos los mandamientos según Jesús.
El segundo mandamiento en importancia es una cita de Levítico
19.18b. Prójimo, en este contexto, se refería a otro israelita,
especialmente al pobre y marginado. Posiblemente Jesús lo esté utilizando en un
sentido más general, incluyendo como prójimo a aquellos que coexistían con los
judíos en Palestina, es decir, los romanos y los griegos.
Para Jesús, toda la ley se resumía en dos principios
fundamentales: amar a Dios y amar al prójimo. Si analizamos el decálogo, los
diez mandamientos, en Éxodo 20.1-17, vemos que estos también se dividen entre
los que tratan del amor de Dios (los primeros cuatro) y los que tratan del amor
al prójimo (los seis siguientes). Jesús recuerda a Israel que su único Señor es
Dios, no los dirigentes que explotan al pueblo (11.17), ni el César que lo
somete (12.16) ni el dios de los muertos (12.27).
La precisa exégesis bíblica de Jesús produce primero la “aprobación” del
escriba: “Muy bien, Maestro, tienes razón…” a lo que éste a su vez le
agrega una interpretación de derecho positivo muy importante “…vale más que
todos los holocaustos y todos los sacrificios”. Esta declaración se alinea
con la de los profetas contra los sacerdotes “misericordia quiero, no
sacrificios” (Oseas 6.6.). Esta respuesta del escriba provoca la
reafirmación y reaprobación del mismo Jesús, “Jesús, al ver que había
respondido tan acertadamente…” Finalmente, el Señor relaciona la conclusión
espiritual de las Escrituras del escriba con su cercanía al Reino de Dios: “Tú
no estás lejos del Reino de Dios”.
Los presentes en las tres discusiones teológicas, con fariseos primero
(vs. 13-17), con los saduceos luego (vs.18-27) y finalmente con el escriba
(vs.28-34), abrumados por las respuestas de Jesús, no se atrevieron a hacerle
más preguntas (vs.34).
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL
TEXTO BÍBLICO?
· Preguntas para la
meditación:
· ¿Cuál es para mí el
mandamiento más importante?
· ¿De qué manera vivo el amor
a Dios con todo mi ser?
· ¿Tengo siempre presente que
el amor al prójimo es dependiente y determinante de la
magnitud de mi amor a Dios?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A
PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, ayúdame a amarte con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo
mi espíritu y con todas mis fuerzas.
Señor, enséñame a amar a mi prójimo como a mí mismo.
Maestro, recíbeme como alumno y discípulo en tu Reino. Amén
4. CONTEMPLACIÓN -
¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Repaso en mi mente lentamente aquellos preceptos y mandamientos que
usualmente busco respetar y los repienso a la luz de estos dos principales
mandamientos.
Trato de meditar en la relación directa entre la práctica del amor
cristiano y mi cercanía al Reino de Dios.
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL
TEXTO BÍBLICO?
· Preguntas para la
acción:
· ¿Cómo voy a vivir mi amor a
Dios con todo mi ser hoy?
· ¿Qué actitud de amor a mi
prójimo voy a realizar que me haga exteriorizar mi amor a
Dios?
· ¿Cómo voy a reordenar mis
prioridades religiosas prácticas a la luz de estos dos
mandamientos de amor principales?
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