30 de septiembre de 2013 – TO – LUNES DE
LA SEMANA XXVI
San
Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia
…El más pequeño de ustedes, ése es el más grande…
PRIMERA LECTURA
Lectura de la
profecía de Zacarías 8, 1-8
La
palabra del Señor llegó en estos términos: Así habla el Señor de los ejércitos:
Siento un gran celo por Sión y ardo de pasión por ella.
Así
habla el Señor: Yo he vuelto a Sión, y habitaré en medio de Jerusalén.
Jerusalén será llamada «Ciudad de la Fidelidad», y la montaña del Señor de los
ejércitos, «Montaña Santa.»
Así
habla el Señor de los ejércitos: Los ancianos y las ancianas se sentarán de
nuevo en las plazas de Jerusalén, cada uno con su bastón en la mano, a causa de
sus muchos años. Las plazas de la ciudad se llenarán de niños y niñas, que
jugarán en ellas.
Si
esto parece imposible a los ojos del resto de este pueblo, ¿será también
imposible para mí? -oráculo del Señor de los ejércitos- .
Así
habla el Señor de los ejércitos: Yo salvo a mi pueblo de los países del
oriente, y de los países donde se pone el sol. Los haré volver y habitarán en
medio de Jerusalén. Ellos serán mi Pueblo, y yo seré su Dios, en la fidelidad y
en la justicia.
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 101, 16-18.
19-21. 29 y 22-23 (R.: 17)
R. El
Señor reedificará a Sión y aparecerá glorioso en medio de ella.
Las
naciones temerán tu Nombre, Señor,
y
los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando
el Señor reedifique a Sión
y
aparezca glorioso en medio de ella;
cuando
acepte la oración del desvalido
y
no desprecie su plegaria. R.
Quede
esto escrito para el tiempo futuro
y
un pueblo renovado alabe al Señor:
porque
él se inclinó desde su alto Santuario
y
miró a la tierra desde el cielo,
para
escuchar el lamento de los cautivos
y
librar a los condenados a muerte. R.
Los
hijos de tus servidores tendrán una morada
y
su descendencia estará segura ante ti,
para
proclamar en Sión el nombre del Señor
y
su alabanza en Jerusalén,
cuando
se reúnan los pueblos y los reinos,
y
sirvan todos juntos al Señor. R.
EVANGELIO
Lectura del
santo Evangelio según san Lucas 9, 46-50
A
los discípulos de Jesús se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande.
Pero
Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: «El
que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí,
recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más
grande.»
Juan,
dirigiéndose a Jesús, le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba
demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros.»
Pero
Jesús le dijo: «No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está
con ustedes.»
Palabra
del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
ñ Con
Zacarías seguimos la serie de profetas que
hablaron en los tiempos de la vuelta del destierro de Babilonia. Hoy escuchamos
cinco breves oráculos esperanzadores que empiezan
con las palabras “así dice el Señor”. Todos parten de la convicción
de que Dios ama a Sión apasionadamente, hasta celosamente.
ñ Cuando
Dios se revela, se atreve a mostrarse apasionado y entusiasta: es un Dios
tierno y ardiente; es un Dios lleno de humanidad y de celo por cumplir las
promesas mesiánicas comenzando por la glorificación de Jerusalén y de su
templo. Jerusalén gozará de paz, de manera que sus plazas se llenarán de
ancianos y de niños. Aunque eso parezca imposible a los
repatriados que padecen las dificultades del momento presente, no
lo es para Dios.
ñ El
retorno incluye a todos los judíos de la diáspora, no solamente a los de
Babilonia. De nuevo se formará el pueblo de Yahvé, con quien estará unido por
la alianza.
ñ El
profeta Zacarías ve en Jerusalén el
futuro de una comunidad que vuelve a apreciar los valores
en los que siempre había creído. Siempre es posible, con la ayuda
de Dios, la reconstrucción de la vida según la Alianza.
ñ Se
los llama a proseguir la restauración del templo y de la nación. Están viviendo
el comienzo de una nueva época de prosperidad, que contrasta con la de miseria
y de inseguridad social que habían vivido antes de la reconstrucción del
templo.
ñ Ahora
Yahvé cambiará la maldición por bendición. La
maldición es consecuencia del pecado de Israel; la bendición, en cambio, del amor
gratuito de Dios. Para recibir la bendición de Dios hay una
condición: que sean su pueblo viviendo en la justicia, la verdad,
la caridad, que son el origen de la paz.
***
ñ Termina
hoy el relato que nos ha hecho Lucas sobre el ministerio de Jesús
en Galilea. A partir de mañana se inicia su viaje
a Jerusalén. El sábado, cuando Jesús anunció a los suyos la muerte
que le esperaba, “ellos no entendían este lenguaje”. En este marco Lucas ubica
dos aspectos del discipulado: la cuestión de quién es el mayor y de
quiénes pueden o no ser considerados discípulos.
ñ Siguiendo
la lógica de este mundo parece evidente que lo más
importante dentro de la comunidad son aquéllos que destacan por sus cualidades
o por la responsabilidad de las funciones que están desarrollando. Por eso, los
apóstoles discutían sobre el puesto y nombre del mayor como lo hacen tantos
todavía. Desde el ejemplo del niño, la respuesta de
Jesús sigue siendo tan cortante ahora como entonces: el
mayor y más valioso es simplemente el más necesitado, el indefenso.
El niño es mayor no por sus valores, su inocencia, su simplicidad o su ternura.
Su importancia radica en su pobreza, en su necesidad de los otros y su
incapacidad para resolver la vida por sí mismo. En este aspecto, son valiosos
con el niño todos los que están más alejados, perdidos, indefensos, pobres.
Ellos son el centro de atención de Cristo.
Ellos seguirán siendo el centro de los cuidados de la Iglesia.
Por eso son los más valiosos e importantes.
ñ La
Iglesia no es una sociedad que está formada sobre el valor de las personas que
la integran, sino sobre las necesidades y miserias de
aquéllos que precisan recibir su ayuda. Su
misión no es la de conservar estáticamente lo que ha recibido, sino
vivirlo como fuerza por la que sale de sí misma y lo ofrece a
los que están necesitados.
ñ Discípulo
es el que escucha la palabra sobre el Reino, haciéndose niño y recibiendo la
ayuda que le ofrece Cristo. Y a su vez, vive preocupado por los otros, por los
pequeños y simplemente los sirve.
ñ La grandeza para Jesús no
es reinar, sino servir y su destino
personal ha estado en contradicción total con lo que los hombres sueñan
habitualmente.
ñ El espíritu del poder es difícil de vencer.
Jesús tiene que luchar también con la tentación de tener la exclusividad del
poder sobre el mal. Los discípulos tienen envidia del éxito
ajeno. Consideran su vocación, su elección, como
un privilegio. Jesús muestra que lo importante
es que se haga el bien, que la evangelización se realice.
Hacerse pequeño implica también rechazar la tentación de excluir a alguien por
el hecho de no “ser de los nuestros”. Jesús enseña que todo
el que obra el bien lo hace en definitiva movido por las semillas que Dios
mismo ha esparcido en el mundo. También los que “no son de los
nuestros”, sea cual sea su lugar y realidad pueden ser dignos
de nuestro crédito.
ñ Jesús nos llama
una vez más a que en lugar de preocuparnos por los primeros lugares, que
provocan celos y envidias de los demás, nos esforcemos por tratar de ver cómo
cooperamos más y mejor en la construcción y propagación del reino, de un reino
en el que seguramente todos tenemos cabida, pues es Reino
del Padre Dios.
ñ Todos los cuerpos juntos, y todos los
espíritus juntos y todas sus producciones, no valen lo que el menor gesto de
caridad…” (Pascal).
PARA
DISCERNIR
ñ ¿Nos creemos los únicos, los que tienen la
exclusiva y el monopolio del bien?
ñ ¿Tenemos un corazón que se hace pequeño
para recibir y grande para dar?
ñ ¿Sabemos alegrarnos o más bien reaccionamos
con envidia cuando vemos que otros tienen algún éxito?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA
PALABRA
…Señor fiel y
salvador, te sigo…
PARA
LA LECTURA ESPIRITUAL
…El pequeño
monje era hijo de su tiempo, es decir, de nuestro tiempo. Los esfuerzos de sus
contemporáneos para promover todas las grandezas del hombre le entusiasmaban;
por amor a la humanidad, por su honor y su gloria, también él intentaba ser
grande. Así, desde el comienzo de su profesión, se sintió un tanto desorientado
por ciertas máximas evangélicas. Intuía de una manera confusa que su rica
personalidad podría incurrir en riesgos. Por eso redactó estas notas:
«Si quieres
hacerte pequeño, no desprecies la grandeza de los otros (excitado por una
admiración no dirigida a él).
Si descubres
que eres pequeño, no concluyas que eres una perla (después de ciertas
fulgurantes iluminaciones sobre su pequeñez).
Quien se
considera “extremadamente pequeño”, raramente lo es; los verdaderos pequeños
saben que están en los comienzos de la pequeñez (un día que se había mostrado
humilde en todo y para todo).
Si no puedes
admirar tu virtud, no admires tu arrepentimiento (el día que se apartó de todo
para encerrarse en el remordimiento).
Tu gran hombre
lo llevas en ti; san Pablo lo llama el hombre viejo (una noche que había
concluido brillantemente cierto asunto).
La importancia
de los grandes hombres no cambia nada de lo que tú eres: precisamente porque
Dios es grande eres tú pequeño (el día que el corazón del pequeño monje latía
de admiración).
No llegar el
último con el aspecto de alguien que ha ganado el Tour de Francia (un día en
que se encontraba maravillosamente pequeño).
Sé pequeño,
pero sin creer que un gramo tuyo vale lo que un kilo de tu hermano (como
arriba)»
M. Delbrêl, El
pequeño rey. Diario espiritual, Turin1990, pp. 53-55.
PARA REZAR
Señor
Dios
ayúdanos
a trabajar en comunidad.
Que
cada uno aprenda a poner en común,
esa
parte de verdad y de bien
que
todos poseemos.
Que
no haya egoísmos.
Danos
valor y comprensión.
Que
nunca callemos
cuando
debamos hablar
y
que nunca digamos
ni
un sola palabra de más
cuando
tenemos que callar.
Te
pedimos constancia y entusiasmo,
ganas de participar y fuerzas para hacerlo.
Que nos queme el fuego del servicio,
los deseos de salir de adentro nuestro
para correr hacia Vos que estás en los otros,
en el hermano que pasa a nuestro lado.
ganas de participar y fuerzas para hacerlo.
Que nos queme el fuego del servicio,
los deseos de salir de adentro nuestro
para correr hacia Vos que estás en los otros,
en el hermano que pasa a nuestro lado.
Que
sepamos servir con alegría
porque ser alegres nos llena de vida
y sabemos que a tu lado, es posible. Amén.
porque ser alegres nos llena de vida
y sabemos que a tu lado, es posible. Amén.
LECTIO DIVINA
El más pequeño de ustedes, ése es el más grande
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 46-50
A los discípulos de Jesús se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande.
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: «El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande.»
Juan, dirigiéndose a
Jesús, le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre
y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros.»
Pero Jesús le dijo: «No
se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes.»
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
Este texto sobre los niños debe leerse
en continuidad con lo que venía narrando el capítulo 9. En el versículo 43
vemos a la gente maravillada ante la “grandeza” de Dios que se manifestaba en
los prodigios de Jesús. Luego Jesús anuncia que esa grandeza va a ser
aparentemente opacada, porque se manifestará de otra manera en su muerte en
manos de los hombres.
Jesús tenía la potencia de Dios, y sin
embargo se hizo impotente en la pasión. Del mismo modo ahora, en este texto,
nos invita a descubrir la grandeza de Dios en los más pequeños, los niños, para
que lleguemos a la grandeza de Dios haciéndonos pequeños como un niño.
El evangelio nos invita así a
recuperar la actitud de humilde confianza que caracteriza a los niños (Sal
131); el Reino de Dios debe ser recibido con esa confianza, propia del que sabe
que solo no puede. Así como un niño que en los momentos de temor reclama sinceramente
la presencia de su Padre, el corazón tocado por Dios ha renunciado a su
autonomía, sabe que necesita del poder de Dios, que sin el Señor no tiene
fuerza ni seguridad, que en Él está la única verdadera fortaleza.
El discípulo, si quiere ser agradable
a los ojos de Jesús, deberá hacerse pequeño como un niño y aparecer ante los
demás con la sencillez de un pequeño. Presentándose a Dios con las manos vacías
se dispone a ser llenado con la misericordia infinita del Padre que lo ama de
verdad. Presentándose ante los demás con la sencillez de un niño, queda claro
que el poder que se manifiesta en su vida pequeña no es suyo, sino del Padre
que lo sostiene permanentemente.
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL
TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
Ø ¿Por qué Jesús toma el
ejemplo de un niño?
Ø ¿Qué había en el corazón
de los discípulos para hacer esa pregunta?
Ø ¿Por qué el que no está
contra Jesús, está a su favor?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A
PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
“Señor, ayúdame a depender de ti como un niño, liberado de la soberbia y de las falsas seguridades; ayúdame a descubrir que sólo en ti está mi fortaleza; que sin ti no puedo, que sólo en tu poder encuentro seguridad, que el primer lugar es tuyo y mi lugar está en tus brazos.”
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO
EL TEXTO BÍBLICO?
|
Reflexiono en la intencionalidad de los discípulos
al hacer esa pregunta a Jesús. Medito en el significado del símbolo que
representa la figura de un niño y su identificación con Cristo.
5.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø ¿Cómo alejaré de mí,
pensamientos y acciones de pretender ser importante en el Reino de Dios?
Ø ¿De qué manera práctica
puedo tomar el ejemplo del niño de la acción de Jesús?
Ø ¿Cómo evitaré juicios
contra quienes no viven su fe como yo?
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