16 de octubre de 2013


16 de octubre de 2013TOMIERCOLES DE LA SEMANA XXVIII

Santa Margarita María Alacoque, virgen

Al que me reconozca, lo reconoceré ante el Padre

PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Roma    2, 1-11

     que pretendes ser juez de los demás -no importa quién seas- no tienes excusa, porque al juzgar a otros, te condenas a ti mismo, ya que haces lo mismo que condenas. Sabemos que Dios juzga de acuerdo con la verdad a los que se comportan así.
     que juzgas a los que hacen esas cosas e incurres en lo mismo, ¿acaso piensas librarte del Juicio de Dios? ¿O desprecias la riqueza de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, sin reconocer que esa bondad te debe llevar a la conversión? Por tu obstinación en no querer arrepentirte, vas acumulando ira para el día de la ira, cuando se manifiesten los justos juicios de Dios, que retribuirá a cada uno según sus obras. El dará la Vida eterna a los que por su constancia en la práctica del bien, buscan la gloria, el honor y la inmortalidad. En cambio, castigará con la ira y la violencia a los rebeldes, a los que no se someten a la verdad y se dejan arrastrar por la injusticia.
    Es decir, habrá tribulación y angustia para todos los que hacen el mal: para los judíos, en primer lugar, y también para los que no lo son. Y habrá gloria, honor y paz para todos los que obran el bien: para los judíos, en primer lugar, y también para los que no lo son, porque Dios no hace acepción de personas.
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 61, 2-3. 6-7. 9 (R.: 13b) 
R.    Tú, Señor, retribuyes a cada uno según sus acciones.

    Sólo en Dios descansa mi alma,
    de él me viene la salvación.
    Sólo él es mi Roca salvadora,
    él es mi baluarte: nunca vacilaré. R.

    Sólo en Dios descansa mi alma,
    de él me viene la esperanza.
    Sólo él es mi Roca salvadora,
    él es mi baluarte: nunca vacilaré. R.

    Confíen en Dios constantemente,
    ustedes, que son su pueblo,
    desahoguen en él su corazón,
    porque Dios es nuestro refugio. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas    11, 42-46

    « ¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
    ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
    ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!»
    Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros.»
    El le respondió: « ¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!»
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Ayer Pablo desautorizaba a los paganos por no haber llegado al conocimiento de Dios, a pesar de sus huellas claras, en la creación de este mundo. Hoy se dirige a los judíos que no han sabido estar a la altura de su elección y misión en el mundo. Esto parece escandalizarlo más que el pecado de los paganos.
  • No hay ningún privilegio ante Dios. No basta pertenecer al pueblo de Abrahán para ser agradable a Dios. Hay que responder a ese don con una conducta coherente con la Alianza. El judío ha visto la elección como privilegio y no como vocación para una tarea; como si Dios fuera un padre que ama a unos hijos y repudia a otros. Y eso no es verdad: Dios da a cada hombre una función diversa, pero, en la hora definitiva los hombres no son recompensados por la «categoría» de la función asignada, sino por la fidelidad con que han cumplido su papel.
  • Tampoco el conocimiento más o menos perfecto de Dios será decisivo en la hora del juicio. Lo decisivo no es el conocimiento, sino la búsqueda. Tampoco el conocimiento de la ley será decisivo en aquella hora. El pagano puede salvarse, y Pablo indica el modo de salvarse el pagano: «seguir su conciencia», «la ley inscrita en su corazón».
  • Si el don de Dios es para todos, el juicio también lo será para cada unosegún sus obras. Será juicio degloria, honor y paz, devida eternapara todos si han sabido responder al don de Dios. Pero seráde castigo implacablesi se han rebelado contra la verdad.
  • Lo importante y necesario es hacer el bien, conformando la vida al Evangelio, que es Cristo; revistiéndonos de Cristo, de modo que perseverando en la práctica del bien, recibamos, finalmente, Vida Eterna de manos de Dios, nuestro Padre.
***
  • La ley estaba hecha para permitir una convivencia social armoniosa y para que se evitara el crecimiento descontrolado de la brecha entre ricos y pobres, ignorantes e instruidos, piadosos y pecadores. Pero esta ley, muchas veces manipulada por autoridades inescrupulosas religiosas judías y romanas, se convirtió en una carga pesada e inútil, que oprimía al pueblo en nombre de Dios. Los fariseos quieren aparecer como irreprochables, para ser honrados y estimados como piadosos.
  • Lucas nos presenta tres acusaciones muy duras de Jesús contra los fariseos, y una contra los doctores de la ley, que se la buscaron metiéndose en la conversación: pagan los diezmos hasta de las verduras más baratas, pero luego descuidan:el derecho y el amor de Dios;les encantan los asientos de honor,son como tumbas sin señalque por fuera, parecen limpias, y por dentro sólo tienen la corrupción de la muerte.
  • Jesús se rebela contra este modo de presentar la ley; confrontándolos con lo central de la palabra de Dios que son la justicia y la misericordia. No hay convivencia posible entre el cumplimiento de la ley y la práctica de la injusticia. No se puede ser un hombre religioso siendo inmisericorde con el humilde.
  • Si Jesús echa en cara a fariseos y escribas su pecado, es para moverlos a conversión. El discípulo de Jesús, debe valorar las cosas según el querer de Dios y dar importancia a las cosas, más allá de su propia conveniencia. Debe centrar su esfuerzo y preocupación en lo fundamental: el amor a Dios y el amor al hermano manifestados en una vida justa.
  • La verdadera justicia no consiste en el conocimiento puntilloso de la ley, echando cargas sobre los hombros de los demás, sino en ayudar a lospobresa llevar su propia carga.
  • Desde muchos lugares en nuestra sociedad se viven estas mismas contradicciones. Muchas leyes sólo benefician a unos pocos y dejan caer a los más débiles. Los enfermos, ancianos, los niños son los que tiene menos derechos y más exigencias. La explotación desmedida, el lucro como idea madre de toda relación, y la manipulación que se ejerce a partir de la necesidad, son una clara muestra. Sin una justicia que se sustente en la misericordia y el bien común, el camino de humanización que propone el reino queda sólo en buenas intenciones y palabras irrealizables.
  • Es necesario que el discípulo, viva en una constante purificación de sus motivaciones, para que el encuentro con Dios, se realice en la autenticidad de una existencia, vivida conforme al querer de Dios.
  • Los intereses personales y egoísmos, bajo el manto de la religiosidad vician la raíz de la propia vida, y nos colocan a nosotros y a los que toman contacto con nosotros, en un camino que, en lugar de acercar a Dios, aleja de Él.
  • Además de obras de caridad, es necesario que el discípulo no olvide la justicia y el amor de Dios. La fe no es un concepto bellamente dicho para hacer comprender a los demás; sino la responsabilidad de ayudar a vivir al hermano. No podemos creer que ya estamos salvados por haber ayudado ocasionalmente a nuestro prójimo, o por haber anunciado el Nombre del Señor, sin un compromiso real en la transformación del mundo.

 PARA DISCERNIR

  • ¿Qué considero importante en mi camino de fe?
  • ¿Experimento la justicia como una necesidad para expresar mi vivencia cristiana?
  • ¿Qué criterios iluminan mi relación con Dios y con los demás?

 REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA

Ven Espíritu Santo y renuévanos

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”La respuesta del hombre a la gracia estará representada por la sumisión de su persona a la acción del Espíritu de Dios. No hace falta martirizarnos el cerebro para saber qué privaciones imponernos. El dominio de nuestra propia persona constituye un programa suficiente. En vez de ir más allá de las exigencias de Dios, es mejor realizar con sencillez de corazón lo que se nos pide hoy. Es posible que, de una manera inconsciente, nuestro corazón prefiera ciertas exigencias ideales a las del hoy. Mientras que se nos pide seguir con paciencia un camino tras las huellas de Dios, nosotros rechazamos la abundancia de los dones y preferimos estériles repliegues sobre nosotros mismos; preferimos mirar nuestro pecado en vez del incomprensible perdón de Dios; preferimos buscar nosotros solos remedios a nuestro mal íntimo, cuando Dios nos presenta estos remedios a través de los medios de la gracia ofrecidos en la Iglesia.
En el camino hacia el dominio de nosotros mismos es importante fijar nuestra propia mirada no tanto en los detalles, en los progresos o en los retrocesos como en el fin: Cristo Jesús. De otro modo, al tomar los medios por el fin, llegaremos a meditar más sobre el hombre que sobre Dios, y a afligirnos por nuestro pecado en vez de experimentar un estupor siempre renovado ante el perdón de Dios. ¿Debemos temer acaso que la disciplina interior nos conduzca a actitudes falsas, como el formalismo o el deseo de la perfección por misma? Es preciso hacer frente a estos peligros, sin quedarnos, no obstante, inmóviles, permitiendo que el miedo nos aprese ni que nos marque el paso. El equilibrio del cristiano se puede comparar al de un hombre que camina sobre el filo de una navaja. Sólo Dios puede mantener firme en su marcha al que acepta el riesgo cristiano: el de correr hacia Cristo. El formalismo es la costumbre. En ella sucumbe cada día aquel cuya disciplina espiritual ya no es movida por el amor a Cristo y al prójimo
R. Schutz, 1982-edición española: Vivir en el hoy de Dios, Estela, Barcelona.

PARA REZAR

En medio de un mundo,
donde la gente tiene hambre y sed
Adoremos a Dios
que alimenta a quienes tienen hambre.
En medio de un mundo,
donde la gente sufre abuso y es oprimida
Adoremos a Dios
que nos llama a la compasión y la justicia.
En medio de un mundo,
plagado de guerras y rumores de guerras
Adoremos a Dios
que quiere nada menos que la paz para el mundo.
En medio de un mundo,
con vacío espiritual
Adoremos a Dios
que le da sentido a la vida.
Adoremos a Dios
cuya gracia y cuyo amor no tienen fin.
Fuente: Red Crearte.

LECTIO DIVINA

¡Ay de ustedes, fariseos
¡Ay de ustedes, doctores de la Ley!
 
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     11, 42-46

    Jesús dijo a los fariseos:
    «¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
  ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
    ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!»
    Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros.»
  Él le respondió: «¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!»
Palabra del Señor.

1.  LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

·        Guías para la lectura:

Jesús sigue recriminando a los fariseos su cuidado de las normas exteriores sin estar atentos a lo esencial. Esa apariencia, podía hacer que la gente se confundiera y los creyera santos hombres de Dios, y así terminaran cayendo en sus redes y entrando en esa misma actitud hipócrita. Por eso Jesús los define como esos sepulcros que no se ven, y uno pasa por encima sin darse cuenta que está pisando huesos de un muerto.
No es que Jesús rechazara las costumbres, las tradiciones o el cuidado de los cumplimientos externos. Si leemos bien el texto, dice “sin descuidar al otro”. Eso significa, por ejemplo, que no está mal preocuparse por pagar el diezmo de todo sin olvidar nada. El problema para Jesús consistía en que algunos fariseos se obsesionaban y se enredaban tanto en el cumplimiento de preceptos secundarios que olvidaban lo principal, lo que más le agrada a Dios: que lo amen y que practiquen la justicia.
Ya los profetas se habían preocupado por sintetizar la ley de Dios recordando lo esencial: Por una parte, amar y adorar a Dios, sin poner la confianza en otros poderes e ídolos. Por otra parte, ser justos y misericordiosos con el prójimo. Esta doble síntesis aparece, por ejemplo, en Miqueas 6,8; Oseas 2, 21-22. Pero también es interesante leer Is 58, 1-12 para descubrir cómo la misericordia con el prójimo vale más que cualquier cumplimiento o sacrificio externo.
Aquí Jesús se dirige a un maestro de la ley, dedicado al estudio de la ley para enseñar lo que hay que hacer y lo que hay que evitar, y le hace notar que en realidad, ni él mismo cumplía todo lo que sus detalladas normas le dictaban, y entonces pretendía hacer cumplir a los demás lo que tampoco para él era posible. Porque sabemos que las tradiciones de los maestros de la ley y fariseos se habían multiplicado y complicado tanto que ya ni siquiera era posible recordarlas todas.

2.  MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

·        Preguntas para la meditación:

·         ¿Qué significa observar la religión sin descuidar la justicia y el amor?
·         ¿Qué actitud similar a buscar los primeros lugares puedo tener hoy?
·         ¿Qué cargas puedo hacer cargar hoy a otros que ni yo mismo estoy dispuesto a llevar?

3.  ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor Jesús, ayúdame a simplificar mi vida.
No dejes que me complique con mis propias tradiciones y costumbres y ayúdame a estar más atento al bien de los demás.
No permitas que desgaste mis energías en las cosas secundarias y ayúdame a recordar siempre lo que más te agrada.

4.  CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono en las comparaciones de verdadera religiosidad que hace Jesús y medito en mi vida práctica de fe cristiana.
Dejo que el texto me interpele y me cuestione para poder así permitir que el Espíritu Santo revele en mi persona qué cosas debo cambiar y de qué manera debo vivir como discípulo de Jesús.
 

5.  ACCIÓN -  ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·        Preguntas para la acción:

·         ¿Qué actos de justicia y amor voy a hacer hoy?
·         ¿Cómo cuidaré que mi vida religiosa sea genuina y profunda?
·         ¿Buscaré la aprobación y el aplauso de los hombres o del Señor?

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