17 de noviembre de 2013


17 de noviembre de 2013 DOMINGO DE LA SEMANA XXXIII - Ciclo C

De todo lo que contemplan, no quedará piedra sobre piedra

PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Malaquías    3, 19-20a

    Llega el Día, abrasador como un horno. Todos los arrogantes y los que hacen el mal serán como paja; el Día que llega los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles raíz ni rama.
    Pero para ustedes, los que temen mi Nombre, brillará el sol de justicia que trae la salud en sus rayos.
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 97, 5-6. 7-8. 9 (R.: cf. 9) 
R.    El Señor viene a gobernar a los pueblos con rectitud.

    Canten al Señor con el arpa
    y al son de instrumentos musicales;
    con clarines y sonidos de trompeta
    aclamen al Señor, que es Rey.

    Resuene el mar y todo lo que hay en él,
    el mundo y todos sus habitantes;
    aplaudan las corrientes del océano,
    griten de gozo las montañas al unísono.

    Griten de gozo delante del Señor,
    porque él viene a gobernar la tierra;
    él gobernará al mundo con justicia,
    y a los pueblos con rectitud.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica    3, 6-12

Hermanos:
Les ordenamos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros.
Ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes, y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar.
En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma. Ahora, sin embargo, nos enteramos de que algunos de ustedes viven ociosamente, no haciendo nada y entrometiéndose en todo. A estos les mandamos y los exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajen en paz para ganarse su pan.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas    21, 5-19

    Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
    Ellos le preguntaron:«Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?»
    Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo:Soy yo, y también:El tiempo está cerca.No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin.»
    Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
    Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
    Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
    Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

  • Todos experimentamos la necesidad de vivir más intensamente, más plenamente, con mayor seguridad. Instintivamente buscamos «algo» capaz de llenar nuestras aspiraciones y en lo que podamos reposar nuestra vida y confiarnos sin reservas. Y cuando nos parece haberlo encontrado sin darnos cuenta, lo absolutizamos y le rendimos el culto de nuestra libertad.
  • Son muchos los que, habiendo abandonado toda religión y toda fe en Dios, e incluso sin abandonarla «sacralizan» la ciencia, la política, el dinero, el bienestar, como nuevosdiosesque nos pueden ofrecer hoy la «salvación». Pero si somos realistas, descubrimos que nuestras esperanzas no se cumplen y que nuestras aspiraciones, tantísimas veces quedan insatisfechas.
  • ¿Qué esperanza cierta pueden tener hoy los hombres? Sin negar el progreso científico; la misma ciencia y la técnica que han pretendido resolver todo o casi todo, no han podido bajar el nivel de mortandad en el tercer mundo.
  • ¿Qué es lo que hoy se puede esperar? Para muchos políticos encargados de dar seguridad y confianza, el pueblo no es más que un voto cada cuatro años, y el hombre sólo un resignado consumidor de palabras engañosas y de esperanzas no cumplidas, con soluciones que sólo llenan el bolsillo de los que juran servir al pueblo.
  • ¿Dónde se puede apoyar la esperanza? Los medios de comunicación social globalizados destinados a hacernos conocer la realidad y acercarnos a la verdad están frecuentemente vendidos al mejor postor, o son incompetentes, desparramando falsedades nacidas de la mala voluntad, de la ignorancia o de intereses partidistas.
  • ¿Hay algo que nos puede permitir una vida más liberada y humana? La propaganda nos engaña pretendiendo dar esperanza y seguridad creando un mundo de fantasía, y convirtiendo al hombre en unser-para-consumir, incitando al trabajo desmesurado para poder comprar cada día más.
  • Ante tanta insatisfacción que han creado seudo salvadores, se busca en vano en la droga, la música, la moda, la astrología, lasescuelas de meditación trascendental, el deporte, la plenitud y seguridad. Algunas de estas cosas no son malas si permaneciesen en su lugar de medios, en lugar de convertirse en fines en la vida.
  • Siempre hay quien pretende colocarse en el lugar de Dios: ideologías, o gobiernos, o partidos, o personas y grupos sociales o religiosos que aseguran que son la victoria. Se está con ellos o contra ellos. Jesús lo anuncia:Muchos vendrán usando mi nombre diciendoYo soyo bien, el momento está cerca; no vayan tras ellos. Pareciera que todo es Dios menos Dios mismo.
  • Cada año, en este tiempo, leemos páginas del evangelio que nos hablan del futuro. Jesucristo anuncia la victoria, anuncia su venida final para dar vida total. Pero al mismo tiempo un largo y difícil camino de lucha hasta llegar a la victoria. Es decir, el anuncio de Jesucristo no es una promesa de facilidades y seguridades para quienes lo sigan.
***
  • El profeta Malaquías, evoca la intervención postrera de Dios, el cual, poniendo fin a la historia del mundo, tratará según sus méritos respectivos a justos e impíos. Losinsolentes y malvadosserán destruidos como paja seca en un gran fuego y quedarán reducidos al estado de una cepa sin ramas ni raíces. Los justos, en cambio, se pavonearán al sol de justicia que brillará con todo su esplendor para ellos, dándoles vida y salvación. Sus enemigos serán destruidos, reducidos a cenizas, gracias a la intervención potente y victoriosa del Dios de los Ejércitos.
***
  • Advierte San Pablo en la segunda lectura:El que no trabaja que no coma. Una llamada al realismo. La fe jamás es evasión. El día del Señor y su venida se prepara sin huir del mundo sino asumiendo en Él nuestras responsabilidades y nuestro trabajo de cada día.
***
  • El evangelio desestabiliza. El pueblo judío vivía seguro y satisfecho a la sombra de su templo. Para un judío, el Templo era el compendio de su fe, la materialización de la alianza entre aquel pueblo pobre y humillado y su Dios; quizá la razón más clara de su existencia como pueblo elegido entre todos los pueblos para ser el depositario de la salvación. El Templo de Jerusalén era la seguridad. Mientras el Templo estuviera allí, el judío sabría cómo tenía que vivir. Si el Templo faltaba, no sabría cómo y por dónde caminar hacia Dios.
  • La contemplación de la belleza del Templo de Jerusalén dio pie a las reflexiones de Jesús. El anuncio de su destrucción más que una referencia al hecho histórico de su pérdida material, es una anticipación de lo que será la presencia y misión de Jesús, aquel que llevará al pueblo al verdadero culto interior. Este texto de la destrucción del templo es muy significativo porque quiere decirnos que toda falsa seguridad del hombre, basada en sus obras, por muy colosales que sean, va a pasar por el tamiz del evangelio.
  • Nuestro tiempo no es un tiempo de tranquilidad sino más bien de luchas y conflictos en toda la sociedad y también en la Iglesia. No falta quien piensa que estamos en un tiempo final de calamidades, que se ha perdido todo y que vamos de mal en peor. Vemos como nuestras seguridades, nuestras instituciones, como lo era para el pueblo judío su Templo, se resquebrajan sin que sepamos qué sentido tiene lo que sucede o qué hacer.
  • Desaparece a nuestro alrededor el cristianismo como forma social y muchos cristianos nos sentimos indefensos y con la angustia de sentir que todo se está derrumbando. Es más fácil que la propia sociedad acompañe y proteja lo que nosotros creemos y deseamos hacer. Si desaparece este tipo de cristianismo defeliz seguridaden el que tanto nos hemos apoyado, es sólo para que, de cara a Dios seamos capaces de asumir, sin respaldos, el compromiso vital de nuestra fe.
  • Si la ley común es que cada uno se arregle como pueda y el mundo no es más que una selva en donde sólo gana el más fuerte, el cristiano podrá gritar, sin andamiajes que lo sostengan, que la ley de su fe es que ha nacido para servir y no para ser servido; y que las bienaventuranzas son un estilo de vida y no una bella poesía; pero podrá gritarlo si lo vive y lo practica, no si es simplemente unslogan sin sustentoen su realidad.
  • La conformidad con este mundo es más peligrosa para la fe que la persecución cruenta. San Ambrosio decía: «Los emperadores nos ayudaban más cuando nos perseguían que ahora que nos protegen»
  • Las situaciones de calma, en las que el culto y el funcionamiento interno de la Iglesia no sufre dificultades sino que más bien son protegidos, son propicias para convertir el cristianismo en algo insípido donde la inercia nos lleva a instalarnos, a mirar hacia adentro, a interesarnos por la Iglesia posponiendo la preocupación por el servicio. Llegamos a convertirnos absurdamente en mensajeros que llevan sus propios mensajes, empachadores de ovejas bien alimentadas más que pastores.
  • Cataclismos y desastres cósmicos son la voz de alerta y el llamado a la responsabilidad para despertarnos del sueño de la rutina y de la comodidad creyendo que no pasa nada. El fin del mundo, como el fin o muerte de cada uno, no es la destrucción, sino la consumación y cumplimiento de la promesa de Dios: un nuevo cielo y una nueva tierra, una vida eterna.
  • El anuncio del tiempo final no es para intimidarnos y obligarnos a ser buenos por la fuerza. Este anuncio es labuena noticiade saber que el mundo tiene fin, que el mundo y sus modos injustos pasan, que no sondiosy que no hay razón para meternos en los moldes del mundo ni doblegarnos a sus dueños. Podemos, tenemos y debemos cambiar esta realidad injusta, violenta y deshumanizada para que todos puedan experimentar la belleza y la bondad del Reino de Dios, que viene y está.
  • El evangelio del fin del mundo es una llamada a reavivar nuestra esperanza: Jesús, que está a punto de ser exaltado en la cruz, volverá y completará la obra iniciada en la creación y corregida en la redención. Pero todo eso no sucederá sin nosotros. No hay lugar para la evasión esperando que Dios lo haga todo, ni para el apuro desenfrenado, sino para la paciencia y la responsabilidad inteligente, solidaria y creadora.
  • La autenticidad de nuestra fe y misión se mide por nuestra donación a los hermanos. Una comunidad de discípulos introvertida, replegada sobre sí, no es la Iglesia de Jesús, sino un grupo de personas que se alimentan de sus egoísmos.
  • Una Iglesia de discípulos y misioneros es la que se compromete a servir, sin seguridades pagas con requisitos cumplidos, ni para este tiempo ni para la eternidad. Hacer una iglesia discipular y misionera es construir con otros creyentes una fraternidad con la misma esperanza que da el Padre de toda Vida, en la que todos comulgan en el amor a, y de Jesucristo; y que están dinamizados por la misma fuerza del Espíritu que los potencia para darse a los demás en la construcción de un mundo nuevo.

Nuestras comunidades llevan el sello de los apóstoles y, además, reconocen el testimonio cristiano de tantos hombres y mujeres que esparcieron en nuestra geografía las semillas del Evangelio, viviendo valientemente su fe, incluso derramando su sangre como mártires. Su ejemplo de vida y santidad constituye un regalo precioso para el camino creyente de los latinoamericanos y, a la vez, un estímulo para imitar sus virtudes en las nuevas expresiones culturales de la historia. Con la pasión de su amor a Jesucristo, han sido miembros activos y misioneros en su comunidad eclesial. Con valentía, han perseverado en la promoción de los derechos de las personas, fueron agudos en el discernimiento crítico de la realidad a la luz de la enseñanza social de la Iglesia y creíbles por el testimonio coherente de sus vidas. Los cristianos de hoy recogemos su herencia y nos sentimos llamados a continuar con renovado ardor apostólico y misionero el estilo evangélico de vida que nos han trasmitido. (Aparecida 275)

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué actitud tomo frente a los males de este mundo?
  • ¿Soy consciente de mi responsabilidad en la marcha del mundo?
  • ¿Vivo con una actitud esperanzadamente constructora?

REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA

Dame constancia Señor 

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.
Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.
Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida. Los judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.
Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el mundo, pero su religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres.
El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantiene unido el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero ellos son los que mantienen la trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal; también los cristianos viven como peregrinos en moradas corruptibles, mientras esperan la incorrupción celestial. El alma se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del que no les es lícito desertar. 
De la Carta a Diogneto (Cap. 5-6; Funk 1, 317-321) 

PARA REZAR

Padre Santo
En
este día, me presento ante ti; mi Señor,
para honrarte y adorarte,
eres digno de todo honor,
de toda gloria, de toda alabanza.
Señor,
me uno a esta oración de intercesión
por tus hijos,
que están sufriendo persecución en estos momentos.
He visto, Señor, el odio exacerbado
sobre tu pueblo,
conozco la persecución que tus hijos sufren,
te pido, con todo mi corazón, tengas misericordia.
En este día, guarda a tu pueblo de todo consejo oculto,
líbralo de todo mal.
Pon cerco en derredor nuestro.
Te pido por todos mis hermanos que sufren persecución,
que están siendo hostigados y torturados.
que en muchas partes del mundo
tu pueblo sufre terriblemente.
Señor, ¿hasta cuándo?
¿hasta cuándo tu pueblo seguirá sufriendo?
Perdón mi Señor, te ruego,
tengas piedad de nosotros,
escucha nuestro clamor, escucha nuestra oración,
por amor a tu precioso nombre,
No desampares la obra de tus manos.
Padre
en el nombre precioso de Jesús
te lo pedimos, amén.

LECTIO DIVINA 

Gracias a la constancia salvarán sus vidas

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     21, 5-19
 
 
  Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido».
 
  Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?»
 
  Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: "Soy yo", y también: "El tiempo está cerca". No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin».
 
  Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
Habrá
grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
 
  Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
 
  Tengan bien presente que no deberá preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
 
  Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas».
Palabra
del Señor.
 
1.     LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

 ·  Guías para la lectura:

Nuestro texto es un discurso de Jesús sobre la ruina de la ciudad santa, Jerusalén, no se trata necesariamente del fin del mundo.
En los versículos anteriores (21,1-4) Lucas ha presentado la “pequeñez” de la ofrenda de la viuda pobre y la “gran” valoración que de ella hace Jesús. Ahora algunos valoran  la “grandeza” del templo y Jesús habla de su “caducidad”.
Podemos dividir el texto al menos en cuatro partes:
1) la valoración y admiración que hacen algunos del Templo de Jerusalén,
2) la intervención, relativización y profecía que Jesús hace de él,
3) la pregunta dirigida a Jesús sobre la fecha de la destrucción del templo por Él anunciada,
4) las respuestas, muy cargadas de imágenes violentas, pero no decisivas del final, por parte de Jesús, y su exhortación a perseverar con paciencia para salvar la vida.
Fijémonos en las palabras alentadoras y llenas de sabiduría de Jesús, dejemos que ellas mismas se expresen, nos hablen y animen. Ante todo, hay una insistencia en el “no”: “no” dejarse engañar, “no” los sigan, “no” se asusten, aún “no” habrá llegado el fin, “no” preparar de antemano su defensa, “no” se perderá ni un cabello de su cabeza. Entonces, en esos momentos tan difíciles, ¿qué hemos de hacer? Él nos da la respuesta: tener cuidado para no dejarse engañar, es la oportunidad de dar testimonio de Él, recibir sus palabras tan llenas de sabiduría para enfrentar y resistir a todo enemigo, mantenerse firmes, para poder salvarse.
La sociedad actual tiende a ver, leer, escuchar, poner en primer lugar, y proclamar las malas noticias, fija la mirada y la atención de todos sus destinatarios en lo negativo. Sin embargo, si se escucha con atención, se percibe que no todo es negativo. Es más, lo que se anuncia en el evangelio de hoy no es lo negativo (destrucción, corrupción, maldad), sino lo que Dios tiene preparado para los que, con paciencia, perseveren hasta el final. Es una clara invitación a vivir la fe desde la actitud del discipulado, confesando el nombre de Jesús, dejándose guiar sólo por su Espíritu de sabiduría y sus palabras alentadoras, siendo capaces de discernir quién es el que habla en nombre de Dios y quien un embaucador, trascendiendo el sentido de los fenómenos naturales, que tan solo son un preanuncio de la llegada del fin.
Ahora bien, la recompensa final a la perseverancia de los discípulos de Jesús es la “salvación”, ese estado que Dios ofrece a los que le reconocen, le testimonian, le anuncian con valentía, en medio de las diversas circunstancias de la vida. Se trata de comunicar Buenas Noticias a los que, confundidos, dudan sobre si seguir a los que se presentan como Mesías sin serlo, asegurándoles que solo Jesús es el Mesías sufriente, que da la vida por los suyos.
Buenas Noticias para los que se atormentan ante la maldad humana, y los fenómenos naturales, pues la maldad no tiene la última palabra, sino el Señor, que salvará y resucitará a los suyos.
Buenas Noticias para los perseguidos, encarcelados, juzgados y condenados a muerte por causa del nombre de Jesús, a ellos les asistirá el Espíritu Santo.
Buenas Noticias para los que firmes en la fe esperan la salvación que viene de Dios y que se hace visible en la persona de Jesús, el Hijo único de Dios.
 
2.     MEDITACIÓN - ¿QUÉ  ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Comencemos nuestra meditación con un fragmento del discurso del Papa Francisco en el hospital de San Francisco de Asís, Río de Janeiro en la Jornada Mundial de la Juventud:
“Miren con confianza hacia delante, su travesía es larga y fatigosa, pero miren adelante, hay «un futuro cierto, que se sitúa en una perspectiva diversa de las propuestas ilusorias de los ídolos del mundo, pero que da un impulso y una fuerza nueva para vivir cada día» (Carta encíclica Lumen Fidei, 57). Quisiera repetirles a todos ustedes: No se dejen robar la esperanza. Pero también quiero decir: No robemos la esperanza, más aún, hagámonos todos portadores de esperanza.”

·                       Preguntas para la meditación:

Ø                 ¿Realmente estás preparado para ser testigo de Jesús?
Ø                 ¿Le pides al Maestro palabras sabias para proceder?
Ø                 ¿Está puesta tu esperanza plenamente en el Señor a pesar de la adversidad?
 
3.     ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, Dios omnipotente,
en tus manos están todas las cosas,
y no hay quien resista a tu voluntad.
tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo cubre tu voluntad…
Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti,
enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu que es bueno me guíe por tierra llana.
Enséñame a cumplir tu voluntad pues espero en ti.
Señor, no merezco que fijes tu mirada en mí,
pero fíjate en el rostro de tu Cristo,
y enséñame a cumplir tu voluntad.
¿No te tengo a ti en el cielo?
y contigo, ¿qué me importa la tierra?
Dios de mi corazón, mi herencia por siempre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Amén
San Juan Eudes
 
4.     CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Padre eterno, saber que tienes todo bajo control, me llena de confianza y digo con certeza que:  
anuncias tu victoria, muestras tu justicia a las naciones.
 
5.     ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·                       Preguntas para la acción:

Ø     ¿Cómo demuestras que el Maestro te acompaña en los momentos difíciles?
Ø    ¿Cómo expresas tu confianza en Dios?
Ø     ¿Qué haces cuando ves a un familiar o amigo desesperado?
Gentileza Lectionautas



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