…¿Encontrará
fe
sobre
la
tierra?…
PRIMERA
LECTURA
Lectura
del
libro
de
la
Sabiduría 18,
14-16;
19,
6-9
Cuando
un
silencio
apacible
envolvía
todas
las
cosas,
y
la
noche
había
llegado
a
la
mitad
de
su
rápida
carrera,
tu
Palabra
omnipotente
se
lanzó
desde
el
cielo,
desde
el
trono
real,
como
un
guerrero
implacable,
en
medio
del
país
condenado
al
exterminio.
Empuñando
como
una
espada
afilada
tu
decreto
irrevocable,
se
detuvo
y
sembró
la
muerte
por
todas
partes:
a
la
vez
que
tocaba
el
cielo,
avanzaba
sobre
la
tierra.
Porque
la
creación
entera,
obedeciendo
a
tus
órdenes,
adquiría
nuevas
formas
en
su
propia
naturaleza,
para
que
tus
hijos
fueran
preservados
incólumes.
Se
vio
a
la
nube
cubrir
el
campamento
con
su
sombra
y
emerger
la
tierra
seca
de
lo
que
antes
era
agua;
apareció
en
el
Mar
Rojo
un
camino
despejado
y
una
verde
llanura,
entre
las
olas
impetuosas:
por
allí
pasó
todo
un
pueblo,
protegido
por
tu
mano,
contemplando
prodigios
admirables.
Eran
como
caballos
en
un
pastizal
y
retozaban
como
corderos,
alabándote
a
ti,
Señor,
su
liberador.
Palabra
de
Dios.
SALMO
Sal
104,
2-3.
36-37.
42-43
(R.:
5a)
R. Recuerden
las
maravillas
que
obró
el
Señor.
¡Canten
al
Señor
con
instrumentos
musicales,
pregonen
todas
sus
maravillas!
¡Gloríense
en
su
santo
Nombre,
alégrense
los
que
buscan
al
Señor!
R.
Hirió
de
muerte
a
los
primogénitos
del
aquel
país,
a
las
primicias
de
todo
ser
viviente;
sacó
a
su
pueblo
cargado
de
oro
y
plata,
y
nadie
desfalleció
entre
sus
tribus.
R.
El
se
acordó
de
la
palabra
sagrada,
que
había
dado
a
Abraham,
su
servidor,
e
hizo
salir
a
su
pueblo
con
alegría,
a
sus
elegidos,
entre
cantos
de
triunfo.
R.
EVANGELIO
Lectura
del
santo
Evangelio
según
san
Lucas 18,
1-8
Jesús
enseñó
con
una
parábola
que
era
necesario
orar
siempre
sin
desanimarse:
«En
una
ciudad
había
un
juez
que
no
temía
a
Dios
ni
le
importaban
los
hombres;
y
en
la
misma
ciudad
vivía
una
viuda
que
recurría
a
él,
diciéndole:
“Te
ruego
que
me
hagas
justicia
contra
mi
adversario.”
Durante
mucho
tiempo
el
juez
se
negó,
pero
después
dijo:
“Yo
no
temo
a
Dios
ni
me
importan
los
hombres,
pero
como
esta
viuda
me
molesta,
le
haré
justicia
para
que
no
venga
continuamente
a
fastidiarme.”»
Y
el
Señor
dijo:
«Oigan
lo
que
dijo
este
juez
injusto.
Y
Dios,
¿no
hará
justicia
a
sus
elegidos,
que
claman
a
él
día
y
noche,
aunque
los
haga
esperar?
Les
aseguro
que
en
un
abrir
y
cerrar
de
ojos
les
hará
justicia.
Pero
cuando
venga
el
Hijo
del
hombre,
¿encontrará
fe
sobre
la
tierra?»
Palabra
del
Señor.
PARA
REFLEXIONAR
- En esta última página que leemos del libro de la Sabiduría, su autor reflexiona sobre la décima plaga que cayó sobre Egipto para que el Faraón se decidiera finalmente a dejar salir a los judíos hacia el desierto.
- La descripción es cósmica: en el silencio de la noche, sucede la intervención poderosa de Dios, su Palabra desciende como espada afilada, pisa la tierra y llena el cielo y siembra de muerte a los enemigos del pueblo elegido, mientras que todos los elementos naturales -la nube, la tierra, el mar y su oleaje- se ponen de parte de los israelitas.
- El éxodo de los israelitas fue una poderosa figura del definitivo éxodo, la muerte y resurrección de Jesús, su paso a través de la muerte a la nueva existencia, guiando, como nuevo Moisés, al pueblo de los salvados.
- Esta lectura nos prepara para la celebración del domingo y nos ayuda a refrescar nuestra admiración por las maravillas que ha obrado Dios. Nunca será suficiente nuestra gratitud y nuestros cantos de alegría.
***
- En el mundo bíblico la viuda equivale a la mujer casada que perdió no sólo al esposo, sino también y especialmente el soporte financiero de algún miembro masculino de su familia, y necesita, por tanto, protección legal. El acento recae, por tanto, en las consecuencias de la viudez. Su condición era considerada incluso como un oprobio. La viuda era la imagen más viva de soledad y desamparo. También en aquellos tiempos abundaba la figura del juez como un personaje corrupto y siniestro.
- En el libro del Éxodo se dice que Dios escucha el clamor de las viudas y sale en su defensa contra los que abusan de ellas; los profetas denunciaron frecuentemente la corrupción de la justicia. Esta viuda de la parábola, en principio, no tiene posibilidad alguna de ser escuchada por el juez injusto. Sin embargo insiste hasta conseguir que el juez le haga justicia, aunque no sea más, que para sacársela de encima.
- La insistencia en pedir justicia es el tema central, tanto de la parábola como del comentario. Esa insistencia explica la necesidad de orar siempre.
- Si un juez injusto no puede resistir el pedido insistente de una viuda desamparada, con mayor razón Dios, que es bueno, escuchará a los elegidos que le piden justicia. Sin embargo, pedir insistentemente justicia a Dios es luchar igualmente con insistencia para establecer entre los hombres la justicia.
- El texto invita a los seguidores de Jesús a tener plena y total confianza en Dios. El discípulo de Jesús debe saber y sentir que Dios toma partido por él en cuanto oprimido y perseguido por causa del Reino.
- La necesidad de la oración de la que trata el texto es la plegaria, el grito, la súplica del perseguido por causa del Reino de Dios. También la oración de los elegidos de Dios es una oración para pedir a gritos, día y noche, justicia.
- El texto termina con una pregunta realista y preocupada: Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?
Una vida de oración sólo es posible cuando hay fe. Con esta pregunta, Jesús nos insiste para que mantengamos la fe hasta el último día. Entonces, en el día del Señor, comprenderemos que Dios no es un sordomudo ante los gritos de los justos que le piden justicia, comprenderemos que si ahora parece que calla es sólo porque nos escucha y espera darnos al fin la respuesta definitiva. Mientras tanto, la lucha que los hombres fieles mantienen sin descanso por una mayor justicia en el mundo, es en cierto sentido una respuesta de Dios.
PARA
DISCERNIR
- ¿Es insistente mi oración?
- ¿Bajo los brazos y abandono los esfuerzos con facilidad?
- ¿Mi oración busca la justicia?
REPITAMOS
Y
VIVAMOS
HOY
LA
PALABRA
…Señor
te
invoco
de
todo
corazón,
respóndeme…
PARA
LA
LECTURA
ESPIRITUAL
…”La
fe,
aunque
por
su
nombre
es
una,
tiene
dos
realidades
distintas.
Hay,
en
efecto,
una
fe
por
la
que
se
cree
en
los
dogmas
y
que
exige
que
el
espíritu
atienda
y
la
voluntad
se
adhiera
a
determinadas
verdades;
esta
fe
es
útil
al
alma,
como
lo
dice
el
mismo
Señor:
Quien
escucha
mi
Palabra
y
cree
al
que
me
envió
posee
la
vida
eterna
y
no
se
le
llamará
a
juicio;
y
añade:
El
que
cree
en
el
Hijo
no
está
condenado,
sino
que
ha
pasado
ya
de
la
muerte
a
la
vida.
¡Oh
gran
bondad
de
Dios
para
con
los
hombres!
Los
antiguos
justos,
ciertamente,
pudieron
agradar
a
Dios
empleando
para
este
fin
los
largos
años
de
su
vida,
mas
lo
que
ellos
consiguieron
con
su
esforzado
y
generoso
servicio
de
muchos
años,
eso
mismo
te
concede
a
ti
Jesús
realizarlo
en
un
solo
momento.
Si,
en
efecto,
crees
que
Jesucristo
es
el
Señor
y
que
Dios
lo
resucitó
de
entre
los
muertos,
conseguirás
la
salvación
y
serás
llevado
al
paraíso
por
el
mismo
que
recibió
en
su
Reino
al
buen
ladrón.
No
desconfíes
ni
dudes
de
si
eso
va
a
ser
posible
o
no:
el
que
salvó
en
el
Gólgota
al
ladrón
a
causa
de
una
sola
hora
de
fe
te
salvará
también
a
ti
si
crees.
La
otra
clase
de
fe
es
esa
que
Cristo
concede
a
algunos
como
don
gratuito:
Uno
recibe
del
Espíritu
el
hablar
con
sabiduría;
otro,
el
hablar
con
inteligencia,
según
el
mismo
Espíritu.
Hay
quien,
por
el
mismo
Espíritu,
recibe
el
don
de
la
fe,
y
otro,
por
el
mismo
Espíritu,
el
don
de
curar.
Esta
gracia
de
fe
que
da
el
Espíritu
no
consiste
solamente
en
una
fe
dogmática,
sino
también
en
esa
otra
fe
capaz
de
realizar
obras
que
superan
toda
posibilidad
humana;
quien
tiene
esta
fe
podría
decir
a
una
montaña
que
viniera
aquí,
y
vendría.
Cuando
uno,
guiado
por
esta
fe,
dice
esto
y
cree
sin
dudar
en
su
corazón
que
lo
que
dice
se
realizará,
entonces
este
tal
ha
recibido
el
don
de
esta
fe.
Es
de
esta
fe
de
la
que
se
afirma:
Si
fuera
vuestra
fe
como
un
grano
de
mostaza…
Porque
así
como
el
grano
de
mostaza,
aunque
pequeño
de
tamaño,
está
dotado
de
una
fuerza
parecida
a
la
del
fuego
y,
plantado
aunque
sea
en
un
lugar
exiguo,
produce
grandes
ramas
donde
pueden
cobijarse
las
aves
del
cielo,
así
también
la
fe,
cuando
arraiga
en
el
alma,
en
pocos
momentos
realiza
grandes
maravillas.
El
alma,
en
efecto,
iluminada
por
esta
fe,
alcanza
a
concebir
en
su
mente
una
imagen
de
Dios
y
llega
incluso
a
contemplar
al
mismo
Dios
en
la
medida
en
que
eso
es
posible;
le
es
dado
recorrer
los
límites
del
universo
y
ver,
antes
del
fin
del
mundo,
el
juicio
futuro
y
la
realización
de
los
bienes
prometidos.
Procura,
pues,
llegar
a
esa
fe
que
de
ti
depende
y
que
conduce
al
Señor
a
quien
la
posee,
y
así
el
Señor
te
dará
también
esa
otra
que
actúa
por
encima
de
las
fuerzas
humanas”…
Cirilo
de
Jerusalén,
Catequesis
5,
sobre
la
fe
y
el
símbolo,
10-11
PARA
REZAR
Oración
Dios
de
las
personas
que
luchan
por
abrirse
camino,
santificado
sea
tu
nombre,
haz
que
se
cumpla
la
promesa
de
una
vida
abundante
y
nuestro
anhelo
por
la
justicia
y
la
paz.
Perdona
nuestra
cómoda
vida
si
nos
volvemos
insensibles
a
los
gritos
de
los
demás.
Perdona
nuestras
oraciones
diarias
si
nuestros
ojos
y
nuestros
corazones
ignoran
las
necesidades
de
la
mayoría.
Perdona
nuestro
acto
de
caridad
si
nos
ha
impedido
trabajar
por
la
justicia.
Perdona
nuestro
silencio
y
nuestra
soledad
si
nos
han
alejado
de
servir
a
los
oprimidos
con
entusiasmo.
Míranos:
el
comercio
injusto
está
legalizado,
las
instituciones
y
los
que
mandan
establecen
las
reglas.
Los
poderosos
y
los
ricos
siguen
explotando
las
riquezas
de
la
tierra
pero
la
inmensa
mayoría
vive
en
la
miseria
y
la
pobreza.
Oye
nuestros
gritos:
la
corrupción
y
la
violencia
nos
gobiernan,
unos
pocos
ricos
explotan
a
los
muchos
pobres,
los
trabajadores
no
reciben
salarios
justos,
a
los
campesinos
y
los
pueblos
indígenas
se
les
aleja
de
la
tierra,
los
fuertes
impuestos
y
los
altos
precios
aumentan
la
carga
de
la
inmensa
mayoría,
la
salud,
la
educación,
los
servicios
sociales
no
son
accesibles;
aquellos
que
claman
justicia
y
derechos
humanos
son
silenciados,
aquellos
que
trabajan
por
una
paz
verdadera
son
asesinados.
Sigue
desafiando
nuestra
fe
y
nuestro
amor;
nutre
la
esperanza
en
nuestro
interior;
fortalece
nuestra
pasión
por
servir
y
viajar
con
los
demás;
acompáñanos
en
nuestro
camino;
danos
la
fuerza
del
águila,
la
humildad
de
la
paloma,
la
sabiduría
de
la
serpiente
al
unirnos
a
los
demás
en
la
búsqueda
de
la
paz
duradera
basada
en
la
Justicia. Amén.
Norma
P.
Dollaga
LECTIO
DIVINA
Dios
hará justicia a sus elegidos que claman a Él
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 18, 1-8
Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:
«En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: "Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario."
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: "Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme."»
Y el Señor dijo: «Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?».
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
· Guías para la lectura:
Para la reflexión de hoy “escuchemos” a los Padres de la Iglesia:
“Lo que Jesús nos recomienda no es que prolonguemos mucho la oración, algo contra lo cual nos advierte, sino que perseveremos en ella” (AGUSTÍN).
“Aquellos que oran continuamente tienen un abogado junto al Padre, que les concede todo lo que piden” (ORÍGENES).
“Esta parábola nos asegura que Dios escuchará a quienes le dirijan sus oraciones, no con descuido o negligencia sino con constancia y seriedad. La constante presencia de la viuda necesitada conquistó al juez injusto que no temía a Dios ni tenía respeto por los hombres. Incluso en contra de su voluntad, le concedió lo que ella pedía. ¿Cómo podrá – aquel que ama la misericordia y odia la iniquidad, quien siempre extiende su mano hacia aquellos que le aman – no aceptar a quienes se le acercan durante el día y la noche y hacerles justicia como a elegidos suyos? En la parábola, una viuda inoportuna será alabada por la insistencia con que ruega al juez que atienda su petición. Y, gracias a su insistencia, el juez muestra misericordia aunque no respete al pueblo ni tema a Dios, dando a entender cuánto más podremos nosotros esperar de la misericordia de Dios”(CIRILO DE ALEJANDRÍA).
“La oración perseverante de la viuda transforma la iniquidad y maldad del juez en misericordia porque ella fue más insistente que él” (EFRÉN DE NISIBI).
“Por mucho que pretenda aparecer ante sí y ante la sociedad como quien no teme a Dios ni respeta al pueblo, el juez, al verse acosado por una viuda atrevida, se preocupa por su reputación. Del mismo modo (aunque en un plano superior), Dios será fiel a sí mismo y a su palabra: llegará el tiempo en que haga justicia a sus fieles, los santos” (AGUSTÍN).
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
· Preguntas para la meditación:
· ¿Tengo la insistencia de la viuda para orar?
· ¿Me desanimo ante oraciones de las cuales no creo obtener respuesta?
· Si viniera Jesús. ¿Encontraría fe en mí?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, regálame la fe inquebrantable y la confianza insistente de la viuda desamparada. Ayúdame a reconocer con humildad que eres tú el todopoderoso, que dependo de ti, que sin ti nada puedo, que lejos de ti soy débil y no tengo protección.
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Trato de recrear la escena de la parábola y reflexionar acerca de la perseverancia de la viuda en sus peticiones.
Medito en mi constancia en mis rezos y mi confianza en la voluntad de un Dios que siempre me escucha.
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
· Preguntas para la acción:
· ¿Cómo seré perseverante en mis intenciones, oraciones y rezos?
· ¿Qué confianza tendré de que siempre el Señor me escucha?
· ¿Cómo fortaleceré mi fe a través de la oración continua?
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