3 de febrero de 2014 – TO – LUNES DE LA SEMANA IV
San Blas, obispo y mártir
San Oscar, obispo
Espíritu inmundo sal de este hombre
PRIMERA
LECTURA
Lectura de la segunda carta de Samuel
2 Sam 15,13-14.30; 16,5-13a
2 Sam 15,13-14.30; 16,5-13a
En aquellos días, uno llevó esta noticia a David: “Los
israelitas se han puesto de parte de Absalón.” Entonces David dijo a los
cortesanos que estaban con él en Jerusalén: “¡Ea, huyamos! Que, si se presenta
Absalón, no nos dejará escapar. Salgamos a toda prisa, no sea que él se
adelante, nos alcance y precipite la ruina sobre nosotros, y pase a cuchillo la
población.” David subió la Cuesta de los Olivos; la subió llorando, la cabeza
cubierta y los pies descalzos. Y todos sus compañeros llevaban cubierta la
cabeza y subían llorando. Al llegar el rey David a Bajurín, salió de allí uno
de la familia de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá, insultándolo según venía.
Y empezó a tirar piedras a David y a sus cortesanos -toda la gente y los
militares iban a derecha e izquierda del rey-, y le maldecía: “¡Vete, vete,
asesino, canalla! El Señor te paga la matanza de la familia de Saúl, cuyo trono
has usurpado. El Señor ha entregado el reino a tu hijo Absalón, mientras tú has
caído en desgracia, porque eres un asesino.”
Abisay, hijo de Seruyá, dijo al rey: “Ese perro
muerto, ¿se pone a maldecir a mi señor? ¡Déjame ir allá, y le corto la cabeza!”
Pero el rey dijo: “¡No os metáis en mis asuntos, hijos de Seruyá! Déjale que
maldiga, que, si el Señor le ha mandado que maldiga a David, ¿quién va a
pedirle cuentas?” Luego dijo David a Abisay y a todos sus cortesanos: “Ya veis.
Un hijo mío, salido de mis entrañas, intenta matarme, ¡y os extraña ese
benjaminita! Dejadlo que me maldiga, porque se lo ha mandado el Señor. Quizás
el Señor se fije en mi humillación y me pague con bendiciones estas maldiciones
de hoy.” David y los suyos siguieron su camino.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 3, 2-3. 4-5. 6-8a
R: Levántate, Señor, sálvame.
Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mí;
cuántos dicen de mí:
“Ya no lo protege Dios.” R.
Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito, invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo. R.
Puedo acostarme y dormir y despertar:
El Señor me sostiene.
No temeré al pueblo innumerable
que acampa a mi alrededor. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 5, 1-20
Jesús y sus discípulos
llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús
desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un
espíritu impuro. El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni
siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero
él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo.
Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e
hiriéndose con piedras.
Al ver de lejos a Jesús, vino
corriendo a postrarse ante él, gritando con fuerza: « ¿Qué quieres de mí,
Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!»
Porque Jesús le había dicho: « ¡Sal de este hombre, espíritu impuro!» Después
le preguntó: « ¿Cuál es tu nombre?» El respondió: «Mi nombre es Legión, porque
somos muchos.» Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella
región.
Había allí una gran piara de
cerdos que estaba paciendo en la montaña. Los espíritus impuros suplicaron a
Jesús: «Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos.» El se lo permitió.
Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los
cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara -unos dos mil animales-
se precipitó al mar y se ahogó.
Los cuidadores huyeron y
difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué
había sucedido. Cuando llegaron adonde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y
en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se
llenaron de temor. Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido
con el endemoniado y con los cerdos. Entonces empezaron a pedir a Jesús que se
alejara de su territorio.
En el momento de embarcarse,
el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con él.
Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales
todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti.» El hombre se fue y
comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por
él, y todos quedaban admirados.
Palabra del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
La historia de David se ensombrece. En el reino
del Norte lo siguen considerando un «usurpador» en
contra de la familia de Saúl. Su
propio hijo Absalón -quizá por haberse visto postergado por Salomón,
el hijo de Betsabé-, se rebela
contra su padre y se hace coronar rey, siguiéndolo gran parte del pueblo.
La escena es
dramática. David
descalzo, la cabeza cubierta, subiendo entre lágrimas por la cuesta de los Olivos, huyendo de su hijo para evitar más derramamiento de sangre. Soportando humildemente las maldiciones de Semeí, uno de los seguidores de la dinastía de Saúl, que aprovecha la ocasión para desahogarse y soltar en cara a David todos los agravios que lleva archivados contra él: “Dejadle que me maldiga, si el Señor se lo ha mandado… Acaso el Señor mire mi aflicción y me devuelva el bien por esta maldición”.
descalzo, la cabeza cubierta, subiendo entre lágrimas por la cuesta de los Olivos, huyendo de su hijo para evitar más derramamiento de sangre. Soportando humildemente las maldiciones de Semeí, uno de los seguidores de la dinastía de Saúl, que aprovecha la ocasión para desahogarse y soltar en cara a David todos los agravios que lleva archivados contra él: “Dejadle que me maldiga, si el Señor se lo ha mandado… Acaso el Señor mire mi aflicción y me devuelva el bien por esta maldición”.
Estos libros históricos interpretan
siempre las desgracias y fracasos como consecuencia del pecado. David se
siente rodeado de enemigos -como expresa el salmo- pero él a su vez había sido protagonista activo de intrigas
y violencias anteriores. El libro no ahorra el relato de sus
debilidades.
La figura de David, nos
recuerda precisamente en el Huerto de los Olivos, la de Jesús; en los momentos dramáticos de su
crisis ante la muerte. También él con lágrimas,
abatimiento y sudor de sangre, tuvo que soportar el abandono,
la traición, la negación de los suyos. Esta vez con
absoluta injusticia, porque en Él sí que
no había habido engaño ni malicia.
Jesús llega a
la región de los gerasenos, o sea, a
un territorio pagano, por lo tanto, impuro. Lejos del poblado, entre los sepulcros, vive un hombre
poseído por el espíritu maligno. La sociedad lo ha marginado: la forma más rápida de resolver el problema
es encerrar al enfermo para que no moleste.
Jesús se acerca a los que la sociedad ha apartado. Es un pobre
hombre desquiciado, privado de sus facultades mentales, que no es dueño de sí
mismo y se ha convertido en su propio enemigo. Cristo
ha venido a combatir el mal que divide al hombre en lo más profundo de sí mismo y lo empuja contra sí mismo.
ha venido a combatir el mal que divide al hombre en lo más profundo de sí mismo y lo empuja contra sí mismo.
El encuentro con Jesús,
la llegada del Reino, no es únicamente una curación, sino una verdadera liberación, un encontrarse a sí mismo, una reconquista de la propia vida. De un ser dividido e insociable, Jesús ha hecho un hombre dueño de sí mismo, lo ha convertido en un hermano.
la llegada del Reino, no es únicamente una curación, sino una verdadera liberación, un encontrarse a sí mismo, una reconquista de la propia vida. De un ser dividido e insociable, Jesús ha hecho un hombre dueño de sí mismo, lo ha convertido en un hermano.
Los gerasenos a pesar
de admirarse de la curación cuando se enteran de que los cerdos se han
precipitado en el lago invitan a Jesús alejarse de su territorio. Es demasiado
el precio que han tenido que pagar por la liberación de un hombre. La vida de este hombre vale menos que una
piara de puercos. Para Jesús, conducir a un hombre a su
liberación, tiene un valor mucho
más alto que cualquier otra cosa.
Luego, el hombre que había tenido el espíritu malo le
pidió que lo dejara ir con Él, pero Jesús no se lo permitió. En cambio, lo
enviará a su casa con la misión de manifestar a sus compatriotas la misericordia divina que él acaba de
experimentar. Era la primera
vez que se anunciaba la Buena Noticia en tierra de gentiles.
Las fuerzas del mal atacan al hombre, lo desvían de su
ruta normal, le impiden realizar su camino humano y cristiano: realizarse como
hombre y como hijo de Dios. El pecado siempre es antihumano
aun cuando tome la apariencia de ser su placer o su bien.
Desde la muerte y resurrección de Jesús
el demonio ya no tiene poder sobre el hombre. Solamente el poder que el hombre mismo le concede. Aquí está la buena nueva: las miles de pasiones que lo deformaban, la legión de demonios que lo habitaban, han sido vencidos. Jesús es más fuerte que las fuerzas maléficas del hombre.
el demonio ya no tiene poder sobre el hombre. Solamente el poder que el hombre mismo le concede. Aquí está la buena nueva: las miles de pasiones que lo deformaban, la legión de demonios que lo habitaban, han sido vencidos. Jesús es más fuerte que las fuerzas maléficas del hombre.
Todos necesitamos ser liberados de la legión de malas
tendencias que experimentamos: orgullo, sensualidad, ambición, envidia,
egoísmo, violencia, intolerancia, avaricia, miedo. Una vez liberados, el
Señor nos enseña que seguirlo. También es saber quedarse allí donde estamos,
dando testimonio de las maravillas que puede obrar el Señor si le damos paso en
nuestra vida.
El endemoniado geraseno, es como un prototipo de
tantos hermanos nuestros, excluidos de
la vida social, comunitaria, por
algún estigma llamado: enfermedad, pobreza, ignorancia,
absoluta miseria, otra raza, otra lengua, por ejercer algún oficio que
consideramos sucio, por tener que ganarse la vida indignamente, en la
mendicidad, o revolviendo la basura de nuestras calles. Pero Jesús los ama y quiere liberarlos.
Todas las imágenes que nos presenta este texto nos dejan adivinar la
importancia del gesto misionero que hace Jesús: liberar al hombre cualquiera sea su
degradación.
La Iglesia ha
recibido la misión de continuar este
poder liberador, la lucha y la victoria contra todo mal. El hombre no
evangelizado es un hombre “encadenado”, no libre. Para liberar la Iglesia tiene que anunciar la Buena Nueva y comunicar
la vida de Cristo. El evangelio nos muestra el modo: salir a
la periferia, acercarnos a toda realidad, no anteponer ningún valor material al
valor de la vida, escuchar el clamor del sufriente y desde un vínculo basado en
el amor, auténticamente evangélico, ayudarlo a recuperar la unidad perdida y la
dignidad.
PARA
DISCERNIR
¿Hay en mí algunos sectores que hay que liberar?
¿De veras queremos ser salvados?
¿Vamos hacia todos aquellos que esperan aún su liberación
aunque no estén en el medio cristiano?
REPITAMOS Y
VIVAMOS HOY LA PALABRA
…Llevo tu Buena Nueva Señor…
PARA LA
LECTURA ESPIRITUAL
«Espíritu inmundo, sal de este hombre»
El hecho del poder del mal en el corazón humano y en
la humanidad es innegable. La pregunta permanece: ¿cómo explicar este mal? La
fe nos dice que existen dos misterios de luz y un misterio de noche, el cual,
sin embargo, se encuentra envuelto por los misterios de luz. El primer misterio
de luz es éste: la fe nos dice que no hay dos principios, uno bueno y el otro
malo, sino un único principio: Dios creador, y este principio es bueno, es sólo
bueno, sin sombra alguna de mal. Por eso el ser no puede ser una mezcla de bien
y de mal: el ser, como tal, es bueno, y por ello pues, es bueno ser, es bueno
vivir. Este es el gozoso anuncio de la fe: no hay más que una sola fuente,
buena, el Creador…
Viene después un misterio de oscuridad, de noche. El
mal no proviene de la fuente misma del ser, no es igualmente original. El mal
proviene de una libertad creada, de una libertad mal utilizada. ¿Cómo ha sido
posible esto? ¿Cómo se produjo? Las cosas permanecen oscuras. El mal no es
lógico. Tan sólo Dios y el bien son lógicos, son luz. El mal permanece siendo
misterioso… Lo podemos atisbar, pero no explicar; no se puede narrar como un
hecho al que le sigue otro hecho porque se trata de una realidad más profunda.
Sigue siendo un misterio de oscuridad, de noche.
Pero inmediatamente se le añade un misterio de luz. El
mal viene de una fuente subordinada. Dios, con su luz, es más fuerte. Por eso
el mal puede ser sobrepasado. Es decir, que la criatura, el hombre, puede
curar… De tal manera que, al fin, en última instancia vemos que no sólo puede
ser curado, sino que, efectivamente, es curado. Es Dios quien ha introducido la
curación. Él mismo en persona entró en la historia. A la fuente permanente de
mal opuso la fuente del bien puro. Cristo crucificado y resucitado, nuevo Adán,
opone al río contaminado del mal un río de luz. Y este río sigue estando presente
en la historia: miremos a los santos, los grandes santos pero también los
santos más sencillos, los simples fieles y vemos que el río de luz que viene de
Cristo es poderoso y está presente en ellos.
Comentario del Evangelio por Papa Benedicto XVI – Audiencia general del
03/12/08
PARA REZAR
ORACIÓN DE SANACIÓN INTERIOR
Señor Jesús, Tú has venido a curar
los corazones heridos y atribulados,
te ruego que cures los traumas que provocan
turbaciones en mi corazón;
te ruego, en especial que cures
aquellos que son causa de pecado.
los corazones heridos y atribulados,
te ruego que cures los traumas que provocan
turbaciones en mi corazón;
te ruego, en especial que cures
aquellos que son causa de pecado.
Te pido que entres en mi vida,
que me cures de los traumas psíquicos
que me han afectado en tierna edad
y de aquellas heridas que me los han provocado
a lo largo de toda la vida.
que me cures de los traumas psíquicos
que me han afectado en tierna edad
y de aquellas heridas que me los han provocado
a lo largo de toda la vida.
Señor Jesús, Tú conoces mis problemas,
los pongo todos en Tu corazón de Buen Pastor.
Te ruego, en virtud de aquella gran llaga
abierta en Tu Corazón,
que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.
los pongo todos en Tu corazón de Buen Pastor.
Te ruego, en virtud de aquella gran llaga
abierta en Tu Corazón,
que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.
Cura las heridas de mis recuerdos,
a fin de que nada de cuanto me ha acaecido
me haga permanecer en el dolor, en la angustia,
en la preocupación.
a fin de que nada de cuanto me ha acaecido
me haga permanecer en el dolor, en la angustia,
en la preocupación.
Cura, Señor,
Todas esas heridas que, en mi vida,
han sido causa de raíces de pecado.
Quiero perdonar
a todas las personas que me han ofendido,
mira esas heridas interiores
que me hacen incapaz de perdonar.
Tú que has venido a curar los corazones afligidos,
cura mi corazón.
Todas esas heridas que, en mi vida,
han sido causa de raíces de pecado.
Quiero perdonar
a todas las personas que me han ofendido,
mira esas heridas interiores
que me hacen incapaz de perdonar.
Tú que has venido a curar los corazones afligidos,
cura mi corazón.
Cura, Señor Jesús, mis heridas íntimas
que son causa de enfermedades físicas.
Yo te ofrezco mi corazón,
acéptalo, Señor, purifícalo y dame
los sentimientos de Tu Corazón Divino.
Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor,
la curación del dolor que me oprime
por la muerte de las personas queridas.
Haz que pueda recuperar la paz y la alegría
por la certeza de que Tú eres la Resurrección y la Vida.
que son causa de enfermedades físicas.
Yo te ofrezco mi corazón,
acéptalo, Señor, purifícalo y dame
los sentimientos de Tu Corazón Divino.
Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor,
la curación del dolor que me oprime
por la muerte de las personas queridas.
Haz que pueda recuperar la paz y la alegría
por la certeza de que Tú eres la Resurrección y la Vida.
Hazme testigo autentico
de Tu Resurrección,
de Tu Victoria sobre el pecado y la muerte,
de Tu Presencia de Viviente entre nosotros.
Amén.
de Tu Resurrección,
de Tu Victoria sobre el pecado y la muerte,
de Tu Presencia de Viviente entre nosotros.
Amén.
LECTIO
DIVINA
¡Sal de este hombre, espíritu impuro!
+ Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Marcos 5, 1-20
Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras.
Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras.
Al ver de
lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él, gritando con fuerza: «¿Qué
quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me
atormentes!» Porque Jesús le había dicho: «¡Sal de este hombre, espíritu
impuro!» Después le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?» El respondió:
«Mi nombre es
Legión, porque somos muchos.» Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara
de aquella región.
Había allí una
gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña. Los espíritus impuros
suplicaron a Jesús: «Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos.» Él se
lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron
en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara -unos dos mil
animales- se precipitó al mar y se ahogó.
Los cuidadores
huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados.
La gente fue a
ver qué había sucedido. Cuando llegaron adonde estaba Jesús, vieron sentado,
vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y
se llenaron de temor. Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido
con el endemoniado y con los cerdos. Entonces empezaron a pedir a Jesús que se
alejara de su territorio.
En el momento
de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara
quedarse con él. Jesús no se lo permitió, sino que le dijo:
«Vete a tu
casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al
compadecerse de ti.» El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la
Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.
Palabra del
Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ
DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías
para la lectura:
El endemoniado indomable
puede ser muy bien figura de los esclavos (grillos, cadenas) y un muerto en
vida (cementerio, sepulcros), poseído por una violencia fanática (espíritu
inmundo). También puede representar la situación de aquellos que viven en un
paganismo opresivo, lejos del Dios del amor inclusivo.
Con todo, el poseso
reconoce perfectamente a Jesucristo, en su dimensión divina. Su actitud y
manifestación es, si se nos permite la osadía “teológicamente impecable”: “Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él,
gritando con fuerza: ¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo?”. Como es habitual en cada encuentro con los poderes
del mal, Jesús no está dispuesto a “debatir teología” con los demonios.
Simplemente les hace callar y los expulsa. Aquí también le ordena: «¡Sal de este
hombre, espíritu impuro!».
Tanto la esclavitud
personal, sistémica o pagana debe obtener liberación absoluta a la llegada del
Mesías. Esa es la visión y misión de Jesús al enfrentarse a estos poderes.
El cerdo era en el
judaísmo figura de un poder extranjero opresor de Israel. En este pasaje, sin
embargo, donde el protagonista no es judío, el cerdo designa a cualquier poder
que oprime a los hombres.
La gran piara, de alto
valor económico, representa el poder del dinero. Al salir del hombre, los espíritus
van a los cerdos, que mueren al ser precipitados al mar por el acantilado. La
libertad dada al hombre por Jesús es motivo de reacción por parte de los
interesados en su esclavitud. Esto se ve claramente en la reacción de los
dueños de los cerdos. No les importó en absoluto la nueva vida del endemoniado
y que haya recobrado su buen juicio, sólo se lamentaban por la pérdida del
poder económico. Éste estaba asociado, de conformidad con la interpretación más
amplia que planteamos al principio, en los poderes esclavizantes de los
hombres tanto económicos como sociales y rituales.
Los opresores no hacen ni
proponen ninguna acción persecutoria contra Jesús, sino simplemente le piden
que abandone su territorio, es decir, procurar silenciar o acotar su mensaje y
poder liberador.
Los demonios pidieron a
Jesús no salir de la región, los poderosos lo “invitaron” a abandonarla y Jesús
seduce al hombre nuevo a permanecer en ella como testimonio de la libertad
cristiana. La culminación del relato por parte de Marcos es una clara prueba de
que esta propuesta era la correcta y representaba una inmejorable oportunidad
misionera liberadora para sus conciudadanos: “Vete
a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al
compadecerse de ti.» El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la
Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados”.
2. MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
Ø ¿Quiénes
están hoy representados en la figura del endemoniado?
Ø ¿Cuál
sería la actitud de Jesús ante esta situación en nuestros días?
Ø ¿Cuál
sería la reacción de los poderes opresores ante la acción liberadora de Jesús?
3. ORACIÓN -
¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
Señor, que sea yo
instrumento tuyo de liberación y vida nueva para quienes viven diferentes y
nuevos modelos de esclavitud. Que en mi “región” pueda yo ser un testimonio
vivo de la libertad que tengo en tu persona.
4. CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Contemplo toda la escena
con los vívidos detalles que nos acerca Marcos.
Reflexiono acerca de la
situación del endemoniado al encontrarse con Jesús y su situación luego de su
sanidad.
Medito acerca de la
inconveniencia para el “status quo” de que ese hombre haya recuperado su sano
juicio.
5. ACCIÓN -
¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø ¿Qué
personas conozco que viven en diferentes situaciones esclavizantes y cuál debe
ser el mensaje del Evangelio para ellos hoy?
Ø ¿Cómo
puedo ser instrumento de liberación del Señor?
Ø ¿Cuál
es la reacción sistémica a la que seguramente me veré enfrentado?
Esta oración me ayudó a que por primera vez hoy mi hija me contestara un mensaje y aceptara volver a una reunión familiar tiene 26 años y hace mucho que estamos distanciadas sin hablarnos ni vernos. Gracias Señor por este día el Santo de mi padre fallecido cuyas cenizas junto con las de mi madre se encuentran en paz en la Parroquia Dulcísimo Nombre de Jesús, lugar donde se casaron.
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