8 de febrero de 2014

8 de febrero de 2014 – TO – SABADO DE LA SEMANA IV

San Jerónimo Emiliano
Santa Josefina Bakhita, virgen

Eran como ovejas sin pastor

PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de los Reyes 1 Re 3, 4-13

En aquellos días, Salomón fue a Gabaón a ofrecer allí sacrificios, pues allí estaba la ermita principal. En aquel altar ofreció Salomón mil holocaustos. En Gabaón el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: “Pídeme lo que quieras.” Respondió Salomón: “Tú le hiciste una gran promesa a tu siervo, mi padre David, porque caminó en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón; y le has cumplido esa gran promesa, dándole un hijo que se siente en su trono: es lo que sucede hoy. Pues bien, Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?”
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: “Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Y te daré también lo que no has pedido: riquezas y fama, mayores que las de rey alguno.”
Palabra de Dios.

SALMO
Sal 118, 9. 10. 11. 12. 13. 14 
R: Enséñame, Señor, tus leyes.

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras. R.

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R.

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. R.

Mis labios van enumerando
los mandamientos de tu boca. R.

Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Marcos    6, 30 – 34

    Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco.» Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
    Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
    Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

EI joven Salomón, quiso inaugurar su reinado con un acto religioso. Como su padre, el nuevo rey está «delante de Dios». En su oración no pidió riquezas, ni venganza, ni prestigio, ni fuerza militar. Pidió una cosa que no esperaríamos tal vez de un joven: sabiduría para saber discernir en la vida y gobernar bien; hoy diríamos tener buen juicio, ser hombre de buen consejo.
Lo necesitaba: no todos lo aceptaban de corazón y no era fácil gobernar aquel pueblo dividido anímicamente entre los reinos del Norte y del Sur.
En Salomón se cumplía ya lo que dirá Jesús más adelante: “busquen primero el reino de Dios y lo demás se les dará por añadidura”.
La oración de Salomón pidiendo sabiduría le gustó a Dios. Y le concedió también riquezas y éxitos en todos los órdenes sociopolíticos.
También nosotros necesitamos sabiduría, sentido común. Con el salmo de hoy somos invitados a rezar: «Enséñame tus leyes… no consientas que me desvíe de tus mandamientos… mi alegría es el camino de tus preceptos, más que todas las riquezas»; para adquirir
la visión de las cosas, de las personas y de los acontecimientos que tiene Dios
.

Una vez relatado el martirio de Juan Bautista que escuchamos ayer Marcos relata que volvieron los apóstoles a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús se da cuenta de que lo que más necesitan en ese momento es un poco de descanso junto a Él, para reponer fuerzas y revisar su actuación. Ese es el plan que les propone. Solo que las necesidades de los pobres, son más urgentes que el descanso de los misioneros.
La fuerza del anuncio del Reino, aunque se aleje por el lago, sigue presente en la tierra porque ya ha sido sembrado. Al llegar al lugar del descanso, Jesús se da cuenta de que lo ha seguido una gran cantidad de personas; y el evangelista, con términos muy tiernos, presenta a Jesús “compadecido de la multitud que anda como ovejas sin pastor”.
Jesús, por medio de su ministerio de misericordia y de liberación, fue ganando espacio en medio de los pobres del pueblo. El pueblo tenía hambre y sed de justicia, de solidaridad, de igualdad, de consuelo, de Palabra de Dios y en Jesús encontraban aquello que no le brindaban sus pastores. Su palabra era comprendida por el pueblo como el mensaje de Dios les dirigíaSu actuar era visto y asimilado como el tiempo de gracia que Dios instauraba en medio del pueblo.
Dios siente compasión de su pueblo cansado de la marginación y el abuso. Por eso en Jesús, el Padre manifiesta su amor y su compasión a aquella multitud que lo seguía para recibir la vida, que provenía de su palabra y de su forma de vivir. El pueblo experimentó en la persona de Jesús la misericordia de Dios hecha carne, hecha humanidad. Por eso no importaba la distancia, no importaban los horarios, no importaba lo establecido por la ley. Lo importante era experimentar a Dios mismo y la ternura de su amor.
Jesús asume el compromiso de pastor de su pueblo, y le enseña, lo orienta, lo guía y lo instruye.
También nuestro pueblo hoy, ante este modelo social y cultural que se ha impuesto, sigue teniendo hambre de valores de humanidad. Nuestro pueblo, también vive situaciones de muerte y de desolación y muchas veces no tiene quién lo mire y le enseñe con misericordia.
Como Iglesia, fiel a su maestro, tenemos abrir nuestras entrañas de misericordia para responder a ese pueblo al que pertenecemos; al que hemos sido enviados y al que tenemos la obligación de anunciarle la Buena Nueva de Jesús.
Pero esto no puede hacerse desde afuera. Para que no sea mera ideología o asistencialismo, debe hacerse al modo de Jesúsdesde la compasiónCompadecer significa
“padecer con”, es decir, estar al lado, compartir el sufrimiento del otro. El término tiene que ver con las entrañas, es decir, compartir desde las entrañas, desde lo más profundo, el dolor de los demás. Y esto implica involucrarnos, romper esquemas, romper horarios y estar siempre dispuestos a amar y a dar testimonio y razón de nuestra fe y esperanza; sin pasar de largo ante el dolor, ante la angustia de las personas porque ni éstas, ni Dios se toman vacaciones.
Compasivos para ser creativos, con la creatividad que viene del Espíritu Santo, para que el Señor sea encontrado, conocido, amado y se transforme en fuente de vida y vida en abundancia.

PARA DISCERNIR

¿Ante el dolor de nuestro pueblo experimentamos lástima o compasión?
¿Creo en el poder de la Buena Noticia?
¿Asumo el proyecto social de Jesús?

REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA

…Crea en mí Señor un corazón compasivo…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…”«La pasión del Señor», escribió León Magno, «se prolonga hasta el fin del mundo». ¿Dónde «está agonizando» hoy Jesús? En muchísimos lugares y situaciones. Pero fijemos nuestra atención en una sola de ellas: la pobreza. Cristo está clavado en la cruz en los pobres. La primera cosa que hemos de hacer, por tanto, es echar fuera nuestras defensas y dejarnos invadir por una sana inquietud. Hacer que entren los pobres en nuestra carne. Darnos cuenta de ellos indica una imprevista apertura de los ojos, un sobresalto de la conciencia [...].
Con la venida de Jesucristo el problema de los pobres ha tomado una dimensión nueva. Aquel que pronunció sobre el pan las palabras: «Esto es mi cuerpo», las dijo también de los pobres cuando declaró solemnemente: «Conmigo lo hicisteis». Hay un nexo bastante estrecho entre la eucaristía y los pobres. Lo que debemos hacer concretamente por los pobres podemos resumirlo en tres palabras: evangelizarlos, amarlos, socorrerlos.
Evangelizarlos: hoy también tienen derecho a oír la Buena Noticia: «Bienaventurados los pobres». Porque ante vosotros se abre una posibilidad inmensa, cerrada, o bastante difícil, a los ricos: el Reino.
Amar a los pobres: significa antes que nada respetarlos y reconocer su dignidad. En ellos brilla -precisamente por la falta de otros títulos y distinciones- con una luz más viva la dignidad radical del ser humano. Los pobres no merecen sólo nuestra compasión; merecen también nuestra admiración.
Por último, socorrer a los pobres: aunque hoy ya no basta con la simple limosna; haría falta una movilización coral de toda la cristiandad para liberar a los millones de persones que mueren de hambre, de enfermedades y de miseria. Esta sería una cruzada digna de tal nombre, es decir, de la cruz de Cristo”… 
R. Cantalamessa – edición española: La fuerza de la cruz – Monte Carmelo, Burgos 2001

PARA REZAR

Oración del enviado
“Vayan por todo el mundo…”
Estas palabras están dichas para mí.
Soy continuador de tu obra.
Soy tu compañero en la misión. 
La mies es mucha y los operarios pocos.
Quiero ser uno de ellos.
Muchas personas están caídas y pasamos de largo.
Quiero ser buen samaritano. 
Conviérteme primero a mí,
para que yo pueda anunciar a otros
la Buena Noticia.
 
Dame audacia.
En este mundo escéptico y autosuficiente,
tengo miedo. 
Dame esperanza.
En esta sociedad recelosa y cerrada,
yo también tengo poca confianza en las personas.
Dame amor.
En esta tierra no solidaria y fría
yo también siento poco amor. 
Dame constancia.
En este ambiente cómodo y superficial,
yo también me canso fácilmente. 
Conviérteme primero a mí,
para que yo pueda anunciar a otros
la Buena Noticia.

LECTIO DIVINA

Eran como ovejas sin pastor

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     6, 30-34

Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco.» Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Palabra del Señor.

LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

Los apóstoles cuentan a Jesús lo que han hecho, porque tienen clara conciencia de que están cumpliendo una misión recibida de Él. Queda claro que el protagonista es Jesús y que de alguna manera hay que rendirle cuentas y dialogar con Él sobre la obra evangelizadora.
Luego Jesús hace notar la necesidad de que descansen con Él, la importancia de apartarse juntos a un lugar solitario; porque al maestro le preocupa que sus discípulos no tengan el reposo necesario.
Sin embargo, la compasión ante los reclamos de la gente puede más que la necesidad de relax y soledad. Jesús había llevado a los discípulos a descansar, pero termina pidiéndoles que repartan el pan a la gente. Jesús les hace descubrir así que ellos son instrumentos para el Reino de Dios, y que muchas veces deberán renunciar a sus propios planes, a la comodidad y al descanso planificado, si las urgencias de los demás así lo exigen.
Jesús no niega la necesidad del descanso, pero quiere recordarnos que el amor al hermano siempre puede más que nuestras necesidades inmediatas. Testimonio de ello es la vida entregada de la Madre Teresa de Calcuta y de tantos otros que optaron por realizarse en el servicio generoso más que en el cuidado de sí mismos, y en el mismo gozo de servir hallaron su descanso.
Esto nos invita a todos a tratar de no separar demasiado el trabajo del descanso y de la espiritualidad. Lo mejor será siempre intentar estar a gusto en el trabajo y en el servicio, y allí mismo encontrar el gozo, el amor y la fuerza de Dios.

MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿Qué necesidad vio Jesús en los apóstoles y qué hizo?
¿Qué necesidad vio Jesús en la gente y qué hizo?
¿Qué necesidad propia atendió Jesús?

ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, concédeme el descanso necesario en medio de la actividad que a veces me supera, pero no permitas que mire demasiado mis necesidades y deje de compadecerme de los demás. Regálame un corazón como el tuyo, incapaz de cansarse de amar y de servir.

CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono en la sensibilidad del Señor en el debido descanso y alimentación de sus discípulos como elementos indispensables en su peregrinar misionero.
Medito en la actitud de entrega y compasión de Jesús que atendió a la gente necesitada de fe a pesar de su propio cansancio.

ACCIÓN -  ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿Me doy tiempo para descansar debidamente?
¿Considero el descanso como un elemento importante en mi trabajo misionero?

¿Tengo la mirada de Jesús para atender las necesidades de las personas que están a mi cuidado?

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